Inmaculada) deben buscar durante el santo tiempo de Cuaresma para conocer, amar y servir mejor en ella a nuestro dulce y divino Salvador. DOMINGO: Tu morada será la llaga de la mano derecha de Nuestro Señor, en donde tu alma se mirará de cuando en cuando como en un espejo, para descubrir en ella, con la comparación de los trabajos, paciencia y perfección de Jesucristo, tus imperfecciones, tus impaciencias y la pequeñez de tus trabajos, y así humillada pedirás perdón a este Soberano Juez, diciendo: ¡perdóname, oh Dios mío!, y salvad con vuestra bondad a la que podéis condenar con justicia. Presentarás al Señor el dolor de haberle ofendido con repetidos actos de contrición y padecerás con espíritu de expiación todo lo que se te ofreciere padecer en este día. Práctica: Diez actos de contrición.
LUNES: Tu morada será la llaga de la mano izquierda del divino
Salvador; en ella estarás como en una escuela de caridad, mirando como por amor a las criaturas se dejó atravesar de un duro clavo; aprenderás en ella la verdadera caridad para con tus Hermanas, proponiendo ser dulce y condescendiente con todas y en todas las ocasiones. Este día te ejercitarás especialmente en la dulzura y paciencia, y harás varios actos interiores de amor al prójimo. Práctica: Siete actos interiores de amor a las Hermanas y a nuestra Congregación.
MARTES: Hoy te retirarás a la llaga del pie derecho de Nuestro Señor
Jesucristo, contemplando cuanto ha corrido por recogerte y volverte al aprisco del Buen Pastor: te esconderás en esta llaga para mantenerte al abrigo del lobo, este es el demonio, y mucho más tu amor propio y tu propia voluntad. Le pedirás que no permita camines por otra senda sino la de su amor y le dirás: Mi amado Jesús, desasidme de todo lo criado y de mi misma para que no pueda apartarme de Vos, no quiera yo otros pastos que los que Vos me diereis. Este día yendo y viniendo a todas partes, pensando que caminas en seguimiento de tu buen Pastor, no pierdas ocasión alguna de humillarte. Practica: Cinco actos de humildad. MIÉRCOLES: Te entrarás en la llaga del pie izquierdo de Jesús como un soldado para tomar nuevo aliento y esfuerzo; te mirarás destinada a combatir con numerosos enemigos, mas no temas, que si peleas con todo tu valor y fuerza, por muy poco que sea, vencerás, porque Jesús vencerá en ti; este Señor pudiera eximirnos del combate, mas no lo quiere hacer, para que, haciéndonos triunfar por flacos que seamos se descubra su fortaleza en nuestra debilidad. Dile frecuentemente: Señor, soy vuestra, salvadme; no tengo fortaleza, sino en Vos; no tengo victoria sino por Vos. Este día te ejercitarás en la continua mortificación de tus pasiones. Práctica: Tres actos de paciencia y mortificar tres veces la lengua y la vista.
JUEVES: Entrarás en la llaga del Corazón divino como en un horno de
encendido amor; allí tu alma no tendrá más libertad que para amar, más poder que el de amar, ni más deseo que el de consumirse en el amor; en este fuego desaparecerán como una mísera paja tu amor propio y tu propia voluntad, y abrasada en este amor no podrás menos de amar todo lo que Dios ama y lo mostrarás especialmente en tus Hermanas. Repetirás este día con frecuencia: vivo yo, ya no yo, más Jesús vive en mi y vivo por su amor. Procurarás estudiar este día los movimientos del Corazón divino donde te has retirado y conformar con Él tus intenciones y deseos. Practica: Diez actos de amor de Dios.
VIERNES: Tu morada la pondrás al pie de la Cruz, considerando en ella
a Jesús como una amorosa madre que te ha concebido dentro de su Corazón con infinitos dolores. Descansarás en su Corazón y en sus brazos como un niño en los de su madre, donde halla su consuelo y seguridad. Abandónate pues a este divino Corazón, sin inquietudes ni desconfianzas, contentándote con amarle en el instante presente, sin desear otra cosa fuera de este amor. Práctica: Diez actos de abandono en las manos del Señor. SABADO: En este día acompañarás a la Santísima Virgen en su dolor, mirando cómo tiene en sus brazos a su divino Hijo muerto y desfigurado por mis pecados: le dirás que no olvide en su dolor la voluntad de este Señor en dejarla por Madre tuya, y que así te asista en todos los instantes de tu vida; prometerás honrarla con tu comportamiento, haciéndote digna hija suya. Practica: Cinco actos de amor a la Santísima Virgen y mortificar cinco veces tu propia voluntad.