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Clase 9

Ya llegamos a la etapa final y ¡recuerden!, todos los análisis deben ser realizados a
partir de la bibliografía correspondiente al marco teórico escogido, ya que se trata de un
análisis científico y no de una opinión generada en el sentido común.

En esta etapa el esfuerzo está puesto en la generalización a partir de los resultados


obtenidos. Las preguntas que nos planteamos en esta instancia son: ¿Qué me dice o qué me
enseña este caso, estudio, diagnóstico o reseña a la luz de la literatura existente en la
materia? Como les decíamos en el primer párrafo, implica un ‘vinculo para atrás’ con el
marco teórico, pero incorporando los resultados de la investigación. En general busca
ratificar la hipótesis planteada en la introducción.

Cuando el tema o problema estudiado plantea una polémica, pueden plantear la


discusión antes de las conclusiones. La discusión es la parte del proyecto donde se analizan
e interpretan los resultados pero con el fin de contrastarlos con los fundamentos teóricos y
los resultados de otras investigaciones. A partir de los resultados y las evidencias se discute
la validez del modelo, de la solución propuesta y/o el logro de los objetivos.

En este sentido, las conclusiones presentan en forma lógica las deducciones que se
obtienen del proyecto y que están relacionadas con los objetivos. Tengan presente que no
debe ser solo un resumen de los resultados. En ellas se condensa el conocimiento adquirido,
de manera que se puedan ir extrayendo las ideas más relevantes en relación a los objetivos
que se había propuesto el proyecto. Como mencionamos en la Unidad 6, los tipos de verbos
que suelen aparecer en este segmento son: exponer, señalar, comentar, concluir, explicar,
criticar, revisar.

Una forma de escribir este apartado es retomando la conclusión llegada en cada


sección e irlas ‘hilando’ hasta llegar a la conclusión general. A veces puede suceder que la
investigación realizada abra las puertas a nuevos estudios, y estos temas (que no estaban en
la agenda del investigador al inicio pero que surgieron en el desarrollo) pueden plantearse
en la conclusión como nuevos tópicos a estudiar y analizar. Como mencionamos en la
Unidad 6, los tipos de verbos que suelen aparecer en este segmento son: exponer, señalar,
comentar, concluir, explicar, criticar, revisar.

Dueck y Piñeiro (2013) establecen que al momento de tener que elaborar la


conclusión lo que se hace es:
- resumir las principales ideas del escrito reafirmando la tesis demostrada.
- mostrar consecuencias que podrían sobrevenir en el futuro.
- proponer una nueva hipótesis que no se demuestra ni justifica.
Como hay distintas formas de presentar el apartado de las conclusiones, como
alternativa les presentamos las cuestiones que deben estar presentes según la propuesta de
Ruiying & Allison (citados por Ramírez Gelbes, 2015), quienes establecen que en esta
sección del paper pueden reconocerse 3 movimientos:

a) Resumen del estudio; que se indica con frases del estilo de “El objetivo de este
estudio fue…”, “En pocas palabras, este trabajo apuntó a…”

b) Evaluación del estudio; la redacción debe apuntar a remarcar la importancia y


relevancia del trabajo realizado (Recuerden los enunciados asertivos vistos en la
unidad 2). En esta sección se retoman las conclusiones a las que se arribó luego del
análisis de los Resultados. Las frases que tienden a ello son: “El aporte fundamental
de este trabajo radica en…”, “Por primera vez se analiza con rigurosidad
científica…”, “Efectivamente, hemos comprobado que…”

c) Deducción del estudio, donde se ofrecen las verdaderas conclusiones que han de
extraerse del estudio llevado a cabo. “Estos resultados ponen de manifiesto que…”,
“Luego de todo lo expuesto y analizado, la hipótesis que podemos aventurar es
que…”, “De lo estudiado se deduce que…”, “Frente a estudios/análisis anteriores,
ahora sabemos que…”.

A continuación les presentamos -como ejemplo- el apartado de la Discusión y


Conclusión de un paper de la revista ‘Cuadernos de Herpetología’, con los 3 movimientos
de Ruiying & Allison señalados.

(http://www.scielo.org.ar/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1852-57682013000100003&lng=es&nrm=iso&tlng=es)

Hacia una Taxonomía Integral: poniendo a prueba especies candidatas relacionadas a


Liolaemus buergeri Werner 1907 (Iguania: Liolaemini) mediante análisis morfológicos

Discusión y Conclusión

(Movimiento a) El objetivo de este trabajo fue analizar las variaciones morfológicas, en


base a datos morfométricos, de escamación, y cantidad de poros precloacales, entre
individuos de Liolaemus buergeri de la localidad tipo y las dos especies candidatas (L. sp.
A, L. sp. C) propuestas por Morando et al. (2003); con el fin de aportar una nueva fuente de
evidencia, independiente de la molecular, para el análisis del nivel de soporte de estas
hipótesis de especies. Dado que los individuos referidos como L. buergeri por Morando et
al. (2003) presentan diferencias, en base a caracteres moleculares (Medina et al., en prep.),
con los incluidos aquí de la localidad tipo, los mismos se consideran una especie candidata
que denominamos L. sp. D. En primer lugar, (Movimiento b) los resultados de este trabajo
detectan diferencias estadísticamente significativas, en el nivel de dimorfismo sexual entre
los cuatro taxa estudiados. Liolaemus buergeri (LT) y L. sp. A presentan dimorfismo
sexual, mientras que L. sp. C y L. sp. D no presentan diferencias significativas entre machos
y hembras con las variables estudiadas (Tabla 1). El dimorfismo sexual es un fenómeno
común entre los animales, y las causas más frecuentemente citadas para explicar este
fenómeno son selección sexual, selección por fecundidad y causas ecológicas (e.g. partición
de recursos, divergencia de nicho) (Shine, 1989; Andersson, 1994). Aunque son necesarios
estudios detallados para evaluar cuál de estas puede ser la causa subyacente del dimorfismo
sexual en L. buergeri (LT) y L. sp. A, las diferencias entre los sexos en estos taxa son
estadísticamente significativas. Desde el punto de vista taxonómico, las diferencias halladas
en esta característica son muy útiles para diferenciar estos taxa.

El análisis comparativo de las medias de los taxa (MANOVA, Tabla 2a y b) muestra que
son significativamente distintos, tanto para los taxa con dimorfismo sexual, como para los
que no presentaron dimorfismo. Pero, debido a que en el análisis discriminante (Fig. 2) se
obtuvo un error del 38% promedio para todos los taxa, a pesar de que los mismos sean
significativamente distintos en sus promedios de medidas, la discriminación entre ellos
puede ser errónea. A pesar de que en el análisis discriminante (Fig. 2) se observan
diferentes grados de solapamiento entre los taxa estudiados, se puede apreciar que L. sp. A
posee el mayor grado de dimorfismo sexual, y que los machos de L. sp. A casi no tienen
solapamiento con L. sp. C y es mínimo con L. sp. D. Por otro lado la distribución de la
muestra de L. sp. C está casi por completo contenida dentro de la de L. sp. D. Cabe destacar
que la distribución geográfica de estos taxa es disyunta, con una distancia de 200 km en
línea recta, y están separadas por una importante barrera geográfica, que es el valle del Río
Barrancas (Fig. 1). Por otro lado L. sp. D, que se encuentra geográficamente cercana a la
localidad tipo de L. buergeri, casi no presenta solapamiento con los machos de L. buergeri
(LT) y parcialmente con las hembras de L. buergeri (LT). Los machos de L. buergeri (LT)
están parcialmente solapados con las hembras de L. buergeri (LT) y con los machos de L.
sp. A, situada a 300 km en línea recta hacia el sur. A pesar de que se podría suponer que
estas diferencias tienen alguna relación con las presiones ambientales diferenciales en estas
áreas, estudios recientes realizados a nivel general para varias especies de Liolaemus
(Schulte et al., 2004; Pincheira-Donoso et al., 2009), no encuentran relación entre el hábitat
y la morfología. Sin embargo hay ejemplos en otros géneros de lagartijas (e.g. Phrynosoma,
Luxbacher y Knouft, 2009), donde se demostró una correlación entre las características
morfológicas con el nicho ambiental y se pudo inferir que aquellas poblaciones que se
encuentran en ambientes similares en la misma región fitogeográfica, son sometidas a
presiones de selección semejantes. Por lo tanto, sería interesante en el caso de los taxa
estudiados en este trabajo caracterizar sus nichos para evaluar a otro nivel (de complejo de
especies) si hay alguna relación entre características morfológicas y nicho.

Liolaemus buergeri posee como máximo 4 poros precloacales en los machos según Cei
(1986), esto se condice con nuestros resultados con un mínimo de 3 y un máximo de 4 en L.
buergeri (LT). El taxa L. sp. C tiene este mismo rango pero los taxa L. sp. A y L. sp. D
tienen un rango de 3 a 5 y de 4 a 5 respectivamente. Si bien estas diferencias en el rango del
número de poros son escasas, son informativas dentro del conjunto de evidencia para
diagnosticar las hipótesis de especies estudiadas en este trabajo.

(Movimiento c)En su conjunto, los resultados de estos análisis morfológicos apoyan, de


manera independiente, las hipótesis de especies planteadas en base a datos de secuencias de
genes mitocondriales. Bajo el marco conceptual de la taxonomía integral, esta evidencia
morfológica le otorga mayor estabilidad a estas hipótesis, avalando que estos taxa son
diferentes y cada uno posee características particulares e individualizables.

Bibliografía:

Dueck, G. y Piñeiro, J.P. (2013). Manual para el curso de ingreso 2014: Humanidades y
Ciencias Sociales. San Justo: Universidad de La Matanza

Ramírez Gelbes, S. (2013). Cómo redactar un paper. La escritura de artículos científicos.


Buenos Aires, Argentina: noveduc.

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