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Texto tomado del artículo: Representaciones lingüísticas en química del

profesorado en ejercicio: el caso de la vitamina C

Autoría: Investigadores del grupo de investigación MEQ

Introducción

Las disciplinas científicas como la química, la biología, la física y la matemática,


han creado modos de pensar el mundo, razonamientos, hechos relativos y
flexibles, traducidos en signos y sus combinaciones que han construido el
lenguaje específico de cada una de estas ciencias. Su creación es una
congruencia entre la combinación de signos imaginados por los hombres de
ciencia en coordinación con el orden de la naturaleza que estudian y
transforman. En el devenir de más de 200 años, estos lenguajes se han
corregido y recreado a las versiones hoy conocidas y manipuladas por
científicos, profesionales, educadores y estudiantes.

Particularmente, en la enseñanza es fundamental el uso del lenguaje químico


desde la comprensión sintáctica y semántica, de sus dinámicas y de su
evolución en contextos educativos. El lenguaje convoca a los docentes, los
confronta y les exige rigor disciplinar, o en otras palabras, un proceso de
formalización en su uso a la hora de llevar a cabo las prácticas de aula. De tal
manera que surge la necesidad de abrir espacios de reflexión sobre el lenguaje
oral y escrito que utilizan los docentes, las relaciones con el mundo material, las
concepciones de ciencia que difunden y los mecanismos que pueden favorecer
su visibilización y mejoramiento.

La apropiación del lenguaje científico y el reconocimiento de los modos como


ha sido construido es fundamental para el favorecimiento del aprendizaje
significativo crítico en la escuela, en particular para la enseñanza y el
aprendizaje de la química. En este campo didáctico, el lenguaje se ha planteado
tradicionalmente como un grupo de reglas, nombres y símbolos -nomenclatura-,
que omite la relación con las sustancias, sus transformaciones y la estructura
molecular, no abordándolo como mediador para explicar e interpretar
situaciones químicas. Este contexto pedagógico es posible cualificarlo si se
reflexiona sobre la distancia entre las prácticas de aula y el cómo la química
transforma sustancias, crea lenguaje y moléculas, y la adopción de mecanismos
de transposición didáctica para garantizar los aprendizajes significativos.

En esta perspectiva, se desarrolla un ejercicio investigativo cualitativo con 29


docentes de diferentes contextos educativos del Departamento de Antioquia
(Colombia): Instituciones oficiales y privadas, urbanas y rurales, de educación
secundaria y bachillerato, con diferentes niveles de formación inicial y
avanzada. A través de un taller titulado “Representación lingüística en química:
el caso de la vitamina C”, diseñado y convocado por el grupo de investigación
Metodología en la Enseñanza de la Química MEQ, cuyos objetivos son:
reconocer el lenguaje que utilizan los profesores cuando caracterizan materiales
asociados con la vitamina C y favorecer la apropiación y el manejo adecuado
del lenguaje químico en relación con símbolo elemental, fórmula de
composición, fórmula estructural, ecuación química y palabras químicas.

Referentes conceptuales

Esta propuesta está organizada en tres bloques: el primero hace referencia a la


estructuración del pensamiento químico y a la representación lingüística en
química; el segundo está vinculado con el aprendizaje significativo crítico como
teoría psicodidáctica y el tercero sobre el conocimiento didáctico del contenido.

El punto de partida es la conceptualización en química desde la perspectiva de


Jensen (1998), quien propone tres categorías estructurantes del pensamiento
químico: molar, molecular y eléctrico. En esta perspectiva, se reconoce de
acuerdo con Schummer (1998), a las sustancias y las fórmulas estructurales
como el núcleo químico de la química: trabajando con sustancias y pensando
con fórmulas estructurales, es la dialéctica que correlaciona el pensar y el hacer
con sustancias y sus transformaciones (categoría molar); moléculas como
fórmulas estructurales (categoría molecular) y moléculas como interacción entre
núcleo (s) y densidad electrónica (categoría eléctrica). En esta línea de
pensamiento, Jacob (2001), manifiesta la correlación entre lenguaje, sustancias
y sus transformaciones, y considera al lenguaje químico como un universal,
constituido por símbolos elementales, fórmulas moleculares, estructurales,
ecuaciones químicas, palabras, principios y teorías.

Es así, como los signos del lenguaje químico son para objetos y procesos del
mundo material y conceptual, a los que se asignan significados aprendidos e
interpretados por los lectores, y es la razón por la cual la química funciona en
todo el mundo, en el ámbito tecno científico, industrial, comercial, educativo y
doméstico. De este modo, la conceptualización en química vista desde Jensen
(1998) relacionada con las ideas de Schummer (1998) y Jacob (2001), permite
entender el lenguaje como un factor transversal para trascender en los niveles
de pensamiento y acceder al conocimiento en química como se muestra en la
Figura 1.

Figura 1. Representación de varias relaciones conceptuales del lenguaje químico que


intervienen cuando se manipulan sustancias, transformaciones, moléculas, conceptos.
!

En el caso particular, la palabra química Vitamina C denota a un nutriente


esencial de plantas y animales, se expresa en otros idiomas de manera
diferente (Vitamin C, Vitamine C, 维⽣素C, βιταµίνη C, витамин С), pero

siempre en cada uno de ellos identificada con la fórmula molecular C6H8O6 y la


estructural. La primera denota la combinación de 6 átomos de carbono, 8 de
hidrógeno y 6 de oxígeno, y la segunda mediante conectivas, la combinación de
los átomos, la distribución de estos en el espacio tridimensional y las funciones
químicas que indican sus características.

El lenguaje químico es accionado de modo claro en la estructura molecular de


la Vitamina C representada en la Figura 2: diversidad de la fórmula estructural
con conectivas, esferas y conectivas y esferas tangentes del L-ácido ascórbico.

Figura 2. Múltiples representaciones de la fórmula estructural de la Vitamina C L-ácido


ascórbico.
O
HO O

HO OH

! HO
! !
a) b) c)

! e)

d)

a) Fórmula estructural. b) Identificados los pares electrónicos libres. c) De conectivas. d) De


esferas y conectivas. e) De esferas tangentes.

Al modo de Schummer (1998), una estructura molecular es una síntesis de


lenguaje químico con una gran dosis de significados químicos. Una palabra o
varias denotan cuáles átomos y cuántos de cada clase se combinan (fórmula
molecular); cómo están dispuestos en el espacio tridimensional (fórmula
estructural y geometría molecular); cómo pueden cambiar las posiciones de los
grupos funcionales y determinar las propiedades físicas, químicas, biológicas y/
o ambientales de una sustancia.

La puesta en acción del lenguaje químico y de la representación molecular,


conduce a precisar varias ideas interrelacionadas en torno a reconocer el
modelo molecular corpuscular y estructural, como enunciado general y como
enunciados concretos cuando interactuamos con materiales, ya sean
sustancias o mezclas. De tal manera que, se considera relevante abordar los
asuntos relativos al lenguaje en química, a partir de la reflexión del docente en
procesos de formación continua.

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