LA DEPRESIÓN: PRIMER
FACTOR QUE CONLLEVA AL
SUICIDIO.
En nuestra sociedad comúnmente se tiene
la concepción del suicida como una
persona que actúa de manera cobarde
frente a los problemas de la vida o como
el ignorante que no supo valorar lo que
tenía, pero más allá de ver con una crítica
despiadada el hecho de que un hombre o
una mujer tome la decisión de poner fin a
su realidad, hay que tener en cuenta la
gran problemática psicológica que se
halla tras la decisión de encontrar una
mejor opción en la muerte.
Este tema ha llegado a convertirse incluso
en un tabú dentro de la comunidad ya sea
por concepciones religiosas o por las
mismas ideas que se forjan pues se cree
que al hablar del tema lo invocaremos y
haremos que suceda más rápidamente.
Esto es un error, pues lo único cierto es
que en realidad se trata de una
problemática social, ya que “Cada
suicidio supone la devastación emocional,
social y económica de numerosos
familiares y amigos”, declara la
Subdirectora General de la OMS, con lo
que se abarca, mucho más que la perdida
de la persona que fallece.
Según las cifras de la organización
mundial de la salud, en el mundo cada 30
segundos ocurre un suicidio, lo que
significa que alrededor de 3000 personas
mueren diariamente por esta causa. Las
cifras son alarmantes porque resulta ser la
tercera causa de muerte a nivel
internacional, lo cual conlleva a la
pregunta de cómo lograr evitar que las
persones desde edades tempranas
adquieran la determinación de acabar con
sus vidas, pues ya se ha visto que esto
sucede entre los adolescentes
aproximadamente de14 años hasta los
adultos de 34 y más, advirtiendo de este
modo la gran pérdida de la juventud en la
sociedad.
Para impedir este fenómeno se debe
analizar primero las causas que generan el
dilema del suicidio, y para ello existe un
punto de partida principal que envuelve
gran parte de la problemática: se trata de
la depresión.
Ahora bien es de suponer que esta no es
la única causa de suicidio en el mundo, ya
que este último también esta mediado por
problemas de alcoholismo, abuso de
sustancias y trastornos mentales como la
esquizofrenia o el estrés postraumático,
sin embargo está demostrado que la
depresión es la causa principal debido a
su mayor frecuencia en la sociedad y a
que también produce trastornos bipolares
en la personalidad.
La depresión se produce esencialmente
por las condiciones sociales, familiares,
culturales y ambientales en que se mueve
la persona tales como; maltrato, exclusión
social, dificultades económicas, ruptura
de relaciones, muertes de personas
cercanas, herencia familiar entre otras.
Cuando estas circunstancias se vuelven
una dificultad de sobrellevar para el
sujeto generan una alteración en el estado
de ánimo que supone la aparición de
fuertes sentimientos de tristeza,
melancolía, ira, frustración, abatimiento y
desesperanza que interfieren en el
comportamiento de la persona y el
desarrollo normal de sus actividades
diarias.
Se trata de un estado mental que afecta
gran parte de la población mundial, la
gran mayoría de las personas está
expuesta a sufrirlo en algún momento
debido a los acontecimientos que las
afectan emocionalmente, y se presenta en
duraciones cortas, es decir que son
episodios típicos que suelen atravesar los
seres humanos. Este tipo de depresión que
sufren las personas normalmente es leve,
es decir, se puede tratar sin necesidad de
medicamentos ya que es de un carácter
menos fuerte y más fácil de manejar, pues
no afecta duramente el concurrir de las
personas, si bien afecta su estabilidad
emocional no influye intensamente en sus
labores cotidianas. La cuestión radica en
el momento en que la persona padece un
tipo de depresión mayor, pues el
panorama se vuelve más oscuro.
En este caso, la persona se inclina a
desarrollar síntomas desmesurados que
se extienden por largos periodos
sobrepasando los 6 meses, lo cual altera
en gran medida las labores que
desempeña.
Los síntomas pueden variar dentro de los
siguientes: irritabilidad; falta de interés
disfrute y perdida del placer a la hora de
desenvolverse en sus actividades;
dificultad para conciliar el sueño o en
otros casos exceso de sueño; grandes
cambios en el apetito acompañados por
aumento o pérdida de peso; falta de
energía o cansancio; inconvenientes para
concentrarse; sentimientos de inutilidad,
inferioridad, odio a sí mismo, culpa y
desesperanza; y finalmente pensamientos
reiterativos en la muerte. No obstante este
tipo de depresión se puede manejar, por
medio del uso de medicamentos
farmacológicos y tratamientos con
psicoterapeutas.
ciega, el tema no puede seguir siendo
tomado con actitudes de indiferencia o
rechazo puesto que en las buenas
relaciones sociales esta la solución clave
para evitar muertes intencionadas y
dolorosas, y si se logra aprender a
conocer las manifestaciones que las
personas con tendencias suicidas
muestran a tiempo para ayudarlas con
tratamientos psicológicos, se podrán
salvar muchas vidas.

Aura María Góngora Roa

Código. 051000052014
Lic. Lengua castellana

Es importante aprender, por un lado a

reconocer los síntomas de depresión en
las personas, y por otro intentar
identificar las conductas que suelen ser
señales de un posible riesgo de suicidio.
Hay que estar alerta a indicios como:
amenazas verbales que reflejen el deseo
de morir en conversaciones que se
efectúen basadas en el tema de la muerte,
gestos físicos que evidencien
autolesiones, cambios impredecibles en el
humor, descuido en la apariencia, bajo
rendimiento académico u laboral e
intentos de suicidio previos.

Finalmente, si reconocemos que estos

últimos actos fallidos constituyen más
que todo un grito silencioso de ayuda, la
comunidad no puede hacerse más la