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O la piedra de la discordia
Metsä-Botnia, además de las tres plantas antes mencionadas, cuenta con varias
subsidiarias constituidas en distintos países que integran sus actividades desde la
explotación forestal hasta la comercialización de la pasta de celulosa, para de esta
forma tener un mayor control en la cadena de valor.-
Sin embargo, si analizamos los resultados económicos del año 2005 comparados
con los del año anterior, vemos que la cifra de negocios del Grupo Metsä-Botnia
bajó un 11,2 por ciento, siendo de 946,5 millones de euros. Los beneficios de
explotación llegaron a 80,3 millones de euros, cifra claramente más débil que en el
período correspondiente del 2004 (141,5 millones de euros). Una de las causas de
esto fueron los conflictos laborales surgidos en el segundo trimestre del año, así
como los problemas técnicos experimentados en la puesta en marcha de la
producción durante el tercer trimestre, que hicieron bajar la cifra de negocios y
disminuyeron el resultado.-
Pero hay una cosa que es indiscutible es que la contaminación sea mucha, poca o
insignificante, la instalación de las papeleras va a afectar el entorno natural y social
de la zona y es entendible la férrea oposición de las comunidades de Gualeguaychu
y Concordia pues en forma directa o indirecta la instalación de las papeleras va a
perjudicar el paisaje y por consiguiente la principal actividad de la zona – el turismo
–; y no se sabe a ciencia cierta todavía cuan grande puede ser el impacto para la
riqueza acuífera de la región.-
Por una parte, la dimensión de las nuevas plantas podría afectar la expansión de
firmas radicadas en nuestro país. El papelero es un sector que tiene bastante hilo
en el carretel aún, y las nuevas fábricas alteran el desarrollo de algunos proyectos.
La puja entre empresas e intereses económicos es, seguramente, la dimensión
olvidada del conflicto. Igualmente, de la vecina orilla llegaban versiones sobre los
motivos de “peso” que habrían “reorientado” espacialmente las inversiones de las
dos firmas, negadas desde este lado. Lo seguro es que no todo es ecología detrás
de los debates.-
Esta dimensión se entrelaza con una cuarta, que nos devuelve al proceso de
integración. Nos referimos a un supuesto conflicto de intereses entre los “socios
mayores” (Argentina y Brasil) y los “socios menores” del Mercosur (Uruguay y
Paraguay), en el que no quedaría espacio para la industrialización de éstos últimos.-
Tal vez la lección principal del conflicto sea un llamado de atención a no quedar
presos de las estrategias de los grupos transnacionales, logrando una articulación
más firme en la región, con presencia activa de sectores internos -incluyendo a los
empresarios-, detrás de proyectos nacionales claros y con perspectiva
sudamericana. Hay espacio para otra visión, incluso en el marco de conflictos que
por momentos parecen imposibles de resolver.-
Hace ya algunas décadas, el Banco Mundial asignó al Cono Sur de América del Sur,
mas específicamente al denominado Polo ABC (integrado por Argentina, Brasil y
Chile), la producción de pasta de celulosa en una escala tal que pudiera contribuir a
satisfacer la creciente demanda mundial y desplazar esta actividad de regiones en
las que sus efectos ambientales comenzaban a ser fuertemente cuestionados.-
Es necesario entender las causas del traslado cuasi forzoso de esta actividad al
Cono Sur. La producción de pasta celulósica, por su naturaleza y escala, tiene un
alto potencial contaminante. En el complejo foresto-industrial que necesariamente
debe desarrollarse, el componente forestal, basado en la plantación de especies de
alto rendimiento, eucaliptos, en este caso, provoca el desplazamiento de otras
actividades rurales y un monocultivo esquilmante que afectará al suelo, al sistema
hídrico y a la biodiversidad.-
A todo esto debe sumarse que los mecanismos de control ambiental que los
gobiernos interesados pudieran aplicar son escasos o nulos y que, en el caso
argentino, se manifiestan en el cuestionable resultado ambiental de las empresas
celulósicas instaladas en su territorio.-
Por último, podemos agregar, sin agotar las piezas de este enorme rompecabezas,
que la decisión de las multinacionales de instalarse en el Uruguay podría postergar
definitivamente un proyecto de desarrollo foresto-industrial de las provincias
mesopotámicas argentinas, quedando éstas relegadas a una producción forestal
masiva y extractiva, destinada al abastecimiento de las industrias que hoy
cuestionan.”.-
Anexo
La Industria de la Celulosa