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El origen de los perros

Por: Sandra Patricia Torres Díaz1

Hola, estás iniciando la lectura de un cuento hipertextual en el


que tú serás quien decida el rumbo; sigue las instrucciones y
¡diviértete!

Había una vez un niño llamado Javier. Javier era muy curioso, esa
curiosidad lo llevaba a descubrir los más increíbles misterios. Ese
era un lunes helado y aburridor, como cualquier lunes. La profesora
de pronto empezó a hablar de un tema conocido por todos y
lógicamente familiar para Javier también: 'el origen del hombre'.

Mientras la profesora narraba apasionadamente todas las teorías


del origen de ese ser pensante, Javier y su imaginación volaban,
pero curiosamente no le interesaba saber cómo había llegado el
hombre a la tierra; para él era más importante saber cómo Lucas,
su perro motoso, había hecho su aparición en el planeta.

Esa idea le quedó rondando en su cabecita y trató de dar respuesta


indagando a su maestra. Ella, muy amable, sólo le dijo: "El perro es
primo del lobo", debes empezar por ahí. Javier se fue a su casa,
esta vez no quiso jugar a las canicas, aunque sus amiguitos le
esperaban a la salida de la escuela. El niño llegó a la casa y...

AHORA TÚ ELIGES LO QUE JAVIER HARÁ:

1. Entrar a Internet a hacer consulta sobre el tema en que está interesado.


(Clic aquí).
2. Preparar una pócima mágica para hablar con Lucas y conocer la verdad del
origen del perro. (Clic aquí).

Javier era un aficionado a Internet, en su casa había posibilidad de


utilizar el computador de su hermano mayor y allí se encontraba
todo el mundo fantástico y real para él. Esa tarde el niño inició una
búsqueda para resolver su duda y se encontró con información muy
valiosa.

1
Esta hiperhistoria está publicada en: Clavijo, Amparo y Quintana, Antonio. Maestros y
estudiantes escritores de Hiperhistorias. Fondo de Publicaciones Universidad Distrital Francsico
José de Caldas. Bogotá. 2004.
¿CÚAL TE GUSTARÍA CONSULTAR?

1. Los perros en la mitología. (TEXTO 1)


2. El regalo de Olaf. (TEXTO 2)
3. Noruega y uno de sus tesoros. (TEXTO 3)
4. La prehistoria. (TEXTO 4)
TEXTO 1
Los guerreros vikingos amaban a sus perros. Para estos luchadores
noruegos los perros eran guerreros, pastores, guardianes y
protectores.
En los antiguos países nórdicos se tenían muchos perros como
guardianes durante y antes de la época de los vikingos. En Islandia,
por ejemplo, la cría intensiva de ganado por parte de los marinos
cuando para éstos no era época de estar en el mar, requería contar
con perros. Los perros fuertes, valientes e inteligentes eran
altamente apreciados para el rastreo y como guías. Un viejo
noruego, un huésped nocturno en una granja de Islandia, era
acompañado por la mañana en su camino por el perro del granjero,
el cual lo llevaba con seguridad a través de la selva para luego
poder regresarlo a casa de su amo.

Para seguir compartiendo la búsqueda de Javier, lee el texto siguiente o


Continúa la historia.

TEXTO 2
Una conocida historia de hace mil años dice que Olaf dio a Gunnar
un gran perro que poseía poderes de razonamiento casi humanos.
Los amigos de su amo eran sus amigos y los enemigos de su amo
eran sus mismos enemigos.

"Ahora eres el perro de Gunnar", le dijo Olaf cuando lo regaló a


éste. El perro se fue entonces directamente a echarse a los pies de
su nuevo amo, y a partir de entonces se mostró tan leal a él como lo
había sido a Olaf. Durante muchos años los enemigos de Gunnar
fueron mantenidos a raya y sólo se atrevieron a atacarlo y matarlo
después de que hubieran conseguido matar primero a su perro. El
vínculo de unión entre Gunnar y su perro se supone que fue tan
fuerte que aquél saltó de la cama donde dormía para avisarle al
animal justamente en el instante en que éste lanzó su grito de
muerte. Gunnar fue asesinado poco después.
Para seguir compartiendo la búsqueda de Javier, lee el texto siguiente o
Continúa la historia.

TEXTO 3
Noruega tuvo en otras épocas cuatro tesoros: su Rey, su esposa
Thyra, su barco de guerra Orm y su perro Wigi. El perro y el Rey
estaban unidos como hermanos. Cuando llegó la noticia de la
muerte del Rey en la batalla de Svoldur, uno de los vasallos dijo a
Wigi: "ya no tenemos amo", tras lo cual el perro se dirigió a la cima
de una colina, se echó y permaneció ahí hasta que murió de
hambre unos cuantos días después.
Para seguir compartiendo la búsqueda de Javier, lee el texto siguiente o
Continúa la historia.
TEXTO 4
Hace casi setenta millones de años, luego de la desaparición de los
dinosaurios, las cambiantes condiciones de la atmósfera
favorecieron el desarrollo de otras especies de seres vivos, como
los mamíferos y, entre ellos, las primeras variedades de perros.

La continua evolución llevó a que, hace sesenta millones de años y


durante veinte millones de años más, en lo que hoy es Europa y
Asia, viviera el Cynodictis, considerado por muchos estudiosos
como el primer antepasado del perro actual. A partir de allí, y
pasando sucesivamente por el Daphoenus, el Mesocyon, el
Cynodesmus y el Tomarctus, se llegó hace casi diez millones de
años al verdadero Canis, del cual hace unos quinientos mil años se
llegó al Canis lupus, probable arquetipo del perro doméstico.

En su evolución tuvo ciertas influencias genéticas: el lobo asiático


de pequeño porte posibilitó la aparición de razas pequeñas como el
pekinés, mientras que el europeo aportó su material genético para
que surgieran muchas razas, aunque la mano del hombre es quizás
el factor que más ha determinado sus distintas evoluciones.

La alianza entre el hombre y el perro puede ser fechada en una


época mucho más cercana a la nuestra.

En efecto, las primeras domesticaciones de perros se remontan a


hace quince mil años. No se sabe con exactitud cómo sucedió, pero
se supone que grupos de perros salvajes adoptaron la costumbre
de vivir cerca de los asentamientos de nuestros lejanos
antepasados para alimentarse de los restos que éstos dejaban. El
hombre, por su parte, debió encontrar útil la presencia de aquellos
animales que, de noche, con sus ladridos, le avisaban de la
proximidad de extraños y que además le libraba de los restos que él
desechaba. Con el tiempo, quizás los perros empezaron a seguir al
hombre durante la caza para alimentarse de las sobras luego de
que éste despellejara la pieza cobrada. El hombre, entonces,
también debió darse cuenta del instinto de cazador del perro y
decidió explotarlo, sirviéndose de él para impedir la fuga de las
presas. Hombre y perro muy probablemente se descubrieron
recíprocamente útiles, por instinto e inconscientemente. De ahí en
adelante, sin embargo, su relación debió haber sido mucho más
consciente y programada.
Continúa la historia

Javier había tenido acceso a literatura que ningún niño de su edad


tenía. Su abuelo había sido un estudioso de las ciencias ocultas y
sus libros y escritos habían sido heredados por el papá de Javier,
quien nunca se interesó por estos temas y arrumó toda la
información en el cuarto de san Alejo.

Javier, curioseando, había encontrado toda esa información y a


veces leía a escondidas esos extraños textos cargados de hechizos
y consejos sabios. Allí encontró un libro de pócimas mágicas para
animales para ser usadas en diferentes situaciones. Javier estuvo
pensando largo rato y...

¿qué decisión hubieras tomado tú?


ESCOGE LA QUE QUIERAS LEER:

1. Cómo dialogar con su mascota. (Clic aquí)


2. Como hacerle regresión a un animal y hacer que hable . (Clic aquí)

Javier no tuvo muchos inconvenientes en preparar la receta ya que


tenía casi todos los ingredientes. Se necesitaban tres pelos de la
mascota, así que Lucas refunfuñó, pero Javier le arrancó los tres
pelos a su querido perro. Se necesitaba también una página de
diccionario bilingüe y, por supuesto, con el dolor de su alma Javier
arrancó una página de su nuevo Oxford. Era necesario también
tener tres semillas de ají, así que el niño tuvo que visitar la tienda de
su vecino a buscar este ingrediente. El último ingrediente era una
pluma de loro, así que Javier, ni corto ni perezoso, visitó a Patico,
su amor platónico y secreto, más que las pócimas de su abuelo.

Patico, como le decían todos en la escuela, era una compañerita


con quien a veces se prestaban los colores en la clase y a quien un
día Javier le compró una horrible natilla en un bazar como único
pretexto para estar cerca de ella.
Javier hizo un esfuerzo muy grande para atreverse a visitar a Patico
a su casa. Se llenó de valor, respiró hondo y tomó el golpeador con
mucha seguridad. Patico había soltado sus trenzas, se veía más
bonita que en la mañana, pero su rostro mostró extrañeza al ver al
niño:

- ¿Qué haces aquí?


- Necesito que me dejes copiar la tarea de historia.
- ¿Acaso no te quedaste hablando con la profesora de eso?
- Sí, pero por eso mismo olvidé copiar. Sólo déjame entrar un
minuto y me voy.
- Disculpa, es que nunca me visita nadie. Pasa.
La voz de Patricia de los Altos cambió un poco su entonación,
Javier sintió latir su corazón de tal forma que parecía que se le fuera
a salir. Mientras la niña buscaba su cuaderno, Javier le preguntaba
por el loro que alguna vez la mamá de Patico mencionó en una
visita. La niña sonrió,
- ¡Pero si el loro se murió hace tiempo! ¿Quieres conocerlo? Está
disecado en la terraza.
Javier asintió. Y los niños subieron. A Javier se le hicieron eternos
los escalones, se sentía como un ser despreciable y aprovechado
que iba a tomar parte de un cadáver, pero por otro lado quería
mucho hacer su experimento, así que olvidó su pudor y subió.

El loro era en realidad muy pequeño, parecía sonreír; el problema


ahora iba a ser arrancarle la pluma, así que Javier preguntó por un
cuadro viejo que estaba colgado en la pared. Mientras Patico se
volteó, el niño arrancó la pluma que salió con todo y cola; en verdad
el loro quedó medio destruido, pero Javier tuvo una salida rápida.

- Recordé que tengo que comprar algo a mi mamá, después vengo


por lo de la tarea- y diciendo esto salió corriendo. Patico ya
empezaba a interesarse en él y bajó a acompañarlo sin notar la
mutilación del loro. Ese último ingrediente había sido un poco difícil
de conseguir pero ya con todo se mezclarían unas gotas de aceite y
se le daría a Lucas con mucho cuidado la horrible pócima.

Javier tuvo que amarrar a su cuadrúpedo amigo, y luego de


forcejear Lucas tragó la pócima. No fue fácil. Javier hizo muchos
intentos pero finalmente Lucas aceptó la mezcla como salsa de un
jugoso trozo de carne. Javier no parpadeaba esperando la reacción
de Lucas. Al pasar una hora la fórmula mágica empezó a surtir
efecto.
¿QUÉ CREES QUE OCURRIÓ?

1. Javier empezó a ladrar. (Clic aquí)


2. Lucas inició una conversación sencilla. (Clic aquí)
3. Lucas empezó a hablar en inglés. (Clic aquí)

Infortunadamente Javier no leyó claramente las instrucciones y era


necesario que el niño bebiera la pócima y no su perro porque había
una nota pequeña que decía:

"No esperes que los demás cambien


para que tú aprendas, cambia tú para
conocer y aprender de los demás”

El niño ladró durante tres horas, Lucas estuvo muy feliz. Jugaron en
el piso como los amigos de toda la vida. Cuando Javier quería decir
algo, de su boca sólo salían ladridos, y como su sentido común
estaba un poco trastornado en esos instantes y además no era
costumbre suya hablar idioma perruno, jamás comprendió las
respuestas de Lucas. Luego de que el efecto terminó, el niño tuvo
un terrible dolor de estómago y se le quitaron las ganas de hacer
que Lucas hablara. Así que comprendió que su amistad era tan
grande que no interesaba cual fuera su origen. Desde ese
momento Javier solo pensó en el presente.
FIN DE ESTA HISTORIA
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Cuando Lucas empezó a despertar de un sueño corto quiso ladrar y


no pudo, su boca se articulaba como si fuera a hablar y sus gestos
cambiaron, eran humanos. Entonces le dijo a Javier:
-¿qué me diste, travieso amo?
Javier no podía responderle de la dicha de ver que su perro hablara,
así que lo abrazó fuertemente y le contó todo lo que había sucedido
y que le había dado esa pócima para poder hablar con él. Charlaron
de momentos felices que habían tenido juntos; Lucas reprochó los
baños con agua helada y el jabón oloroso a remedio. Agradeció los
cuidados y le pidió que por favor lo llevara al odontólogo de perros
para que le revisara una muela picada. Para Javier fue muy
significativo aquel encuentro, tanto, que casi olvida su intención
inicial. Lucas se quedó pensando en su real origen y simplemente le
respondió a Javier que él no recordaba nada y sólo sabía lo que su
abuela le había contado cuando era un cachorro.

Javier quiso que Lucas le contara todo, así que Lucas lo hizo muy
amablemente solicitando, claro, mucha agua antes de iniciar su
relato.
-Hace miles de años, cuando el Creador se puso a observar esa
gran esfera vacía y sin vida, pensó: "Debo hacer algo con ese
lugar", y soñó el agua, entonces aparecieron los mares; luego dijo:
"El color es muy importante", y el cielo se tornó azul. “Debe haber
espacios firmes” y apareció la tierra. Luego, cada que un
pensamiento se le ocurría a este Dios aparecían ríos, montañas,
árboles, flores, y luego de crear toda la maravillosa naturaleza
reflexionó para sí mismo: "Necesito seres que pueblen cada
espacio". Al mirar al cielo aparecieron los pájaros, observó con
amor el mar y los peces brotaron, y así continuó el Creador, cada
pensamiento suyo era una creación. Por último creó a los hombres
y pensó que esa era su mejor obra. Luego de observar los
comportamientos de esta primera pareja se dijo: "Hace falta un
animal que sea fiel, que les acompañe cuando se sientan solos, y
que les pueda defender".

Entonces a Dios se le ocurrió que una buena compañía sería un


perro: era un buen guardián, era un poco torpe al principio pero
cuando su amo le enseñó la obediencia, él la aprendió, comía poco,
olvidaba rápido los regaños y siempre tenía una demostración
afectuosa para su amo. Pero a veces no se llevaba bien con todos
los amos, ya que en ocasiones era brusco y su tamaño era muy
grande para jugar con los niños. Aunque a muchos hombres les
encantaba su tamaño y su aspecto.

El creador siguió pensando en cómo mejorar el perro, que era un


animal que se adaptaba fácilmente pero no era del gusto de todos,
y lo que hizo fue pensar en cada uno de los miembros de las doce
aldeas que había, pensó en la ternura de los niños y cuando él
pensaba aparecieron los French Poodle, pensó en los hombres
cazadores y aparecieron los Setter y los Springer, pensó en los
perros que cuidaran animales y aparecieron los Collie y los Boxer,
pensó en animales que hicieran reír y aparecieron los pekineses,
los Bulldog y los chihuahuas, pensó en aquellos a quienes les
gustan los perros grandes y fuertes pero de corazón noble y
aparecieron los labradores y los Chow-Chow, luego el creador
imaginó perros que pudieran vivir en zonas frías y aparecieron los
Siberianos y los San Bernardo. Luego el creador pensó en los
perezosos y aparecieron muchos perros de muchos tamaños,
colores y personalidades. "Entonces cada perro se parecerá a su
amo" - reflexionó el creador -. Y por eso cada perro tiene las
características que su amo desee y por eso aprendemos lo que
nuestros amos nos enseñen y nos moldeamos a cada casa y a
cada situación. Pero mi abuela nunca me contó por qué hay tantos
perros en la calle que buscan amos -reflexionó Lucas-. Javier
escuchó atónito toda la versión de Lucas y lo abrazó, quiso decirle
mil cosas más a su perro pero Lucas empezó a aullar. El efecto
había terminado. Javier durmió tranquilo luego de escuchar esa
versión y vio a Lucas no sólo como su mascota, sino como su mejor
amigo.
F IN DE ESTA HISTORIA
Volver a las opciones
Javier era muy apurado cuando quería hacer algo y no pensó en el
país de origen de su perro, y la página del diccionario que se debía
usar en la mezcla debía ser del origen de las lenguas donde el
perro hubiese vivido en el pasado o sus antepasados. Por ejemplo,
si la raza del perro era de origen portugués, la hoja del diccionario
debía ser Español- Portugués, y como Lucas era Schnauzer el
diccionario debía ser Español-Alemán. Javier no pensó eso, sino
que utilizó una página de su diccionario de inglés. Cuando el efecto
empezó en Lucas, Javier, asombrado, vio cómo el perro
pronunciaba muchas palabras y hacía frases, pero él sólo podía
entender algunas palabras como thank you, Happy, yesterday,
thirsty, God. Luego de escuchar a su perro intentar comunicarse,
volvió a sus libros de hechicería y notó que no había usado ese
ingrediente de forma adecuada, así que le dijo a Lucas: “I am sorry”
y le dio otro remedio para que a Lucas se le pasara el efecto. Este
remedio consistía en triturar y luego comer masmelos con maní;
Lucas disfrutó mucho el remedio y Javier también, y éste le dijo a
Lucas que no importaba su origen sino su compañía y afecto y que
lo felicitaba por su buena pronunciación inglesa.
FIN DE ESTA HISTORIA
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Javier estaba muy emocionado de poder hacerle una regresión a
Lucas, así que trajo todos los ingredientes:

- Un reloj de bolsillo para poder moverlo de lado a lado mientras se


pronunciaban las palabras mágicas.
- Un hueso para perro.
- Un libro de Julio Cortázar.
- Tres velas blancas.
- Un vaso de leche tibia.
- Dos galletitas.

Javier colocó todos los ingredientes en el piso y empezó a leer el


instructivo escrito por las propias manos de su abuelo. Allí encontró
la información siguiente:

"Querido hijo, si es que algún día al fin te interesas por leer los
textos que cuidadosamente he ido coleccionando y plasmando de
acuerdo con mis investigaciones y observaciones, quiero decirte
que aunque aparezca esta receta en el índice de este libro, fue una
labor imposible para mí desarrollarla, así que te pido que tú, con
tiempo, intentes desarrollarla. Entonces, por favor toma el reloj de
bolsillo y repite estas palabras mágicas:

"Siempre necesito tener tiempo para


soñar, yo soy quien controlo el tiempo y
no el tiempo a mí, cada segundo que
desaproveche lo lamentaré después".

Javier estaba un poco extrañado de encontrar ese texto que era


más una carta, así que siguió leyendo pero se prometió leerla a su
padre. Ahora toma el hueso para perro y dáselo a tu mascota,
seguramente estás acompañado de un perro, porque nunca te
gustaron los gatos. Mientras tu mascota se entretiene, sigue con las
instrucciones: Toma el libro de Cortázar y empieza a leerlo por
donde quieras, puede ser desde la última página, el autor no tiene
reparos en ello, pero primero lee este texto corto y trata de
interpretarlo:

Tortugas Y Cronopios
Ahora pasa que las tortugas son grandes
admiradoras de la velocidad, como es
natural.
Las esperanzas lo saben, y no se
preocupan.
Las famas lo saben, y se burlan.
Los cronopios lo saben, y cada vez que
encuentran una tortuga, sacan la caja de
tizas de colores y sobre la redonda pizarra
de la tortuga dibujan una golondrina.

Espero de todo corazón, hijo, que seas más cronopio que fama y
que tengas muchas esperanzas. Bien, ahora enciende las velas
para que te ilumine la lectura y cuando tengas hambre come tus
galletitas con la leche tibia que siempre te gustó tomar y disfruta a
Cortázar como yo lo he hecho.

Javier no entendió por qué su abuelo le dejó ese mensaje a su


padre y no entendió mucho a Cortázar ese día pero se dio cuenta
de que sus raíces eran más importantes que el origen de Lucas y
que el amor que su abuelo sentía por su padre era tan grande a
pesar de que ellos fueran tan diferentes y que, por supuesto, Lucas
era diferente de él, pero ya no le importaba mucho. Ese día se
dedicó a soñar de otra forma y usar su tiempo en descifrar a
Cortázar.

FIN DE ESTA HISTORIA

Textos de Internet tomados de:


www.delamascota.com/extras/perrorigen.html
Texto de: Historias de Cronopios y de Famas. Julio Cortázar. 1962.

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