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VIVIENDO MI SUEÑO

Nací hace 43 años en Barrancabermeja (Santander) en el hogar de Germán y Lucila, mis

padres. Sólo hasta el momento de mi nacimiento, ellos supieron mi sexo, por lo que según

algún día me contó mi madre nunca me tuvieron un nombre preparado. Finalmente,

después de un mes de mucho buscar, mi padre decidió que me llamaría: Rodrigo; como su

hermano más querido.

Físicamente me describo como una persona de talla alta, midiendo aproximadamente 1.80

metros y aunque gran parte de mi vida fui una persona de contextura delgada, hoy me

encuentro algo pasadito de kilos. Mis ojos son grandes y de color castaño oscuro,

enmarcados por unas largas pestañas que desde niño siempre me admiraron. Mi nariz es un

poco aguileña y junto con mis grandes orejas, son la parte que menos me gusta de mi

cuerpo. Con el paso de los años, la constante exposición a los rayos del sol en mi trabajo,

ha oscurecido un poco mi color de piel que algún día fue un poco más clara.

Desde niño siempre he sido una persona de carácter fuerte; pero eso no me ha hecho una

mala persona nunca; por el contrario, me gusta ser sincero con los demás, decir las cosas

que siento o pienso en el momento que deben decir; no tolero la gente hipócrita, a esos que

les gusta hablar mal de los demás cuando no están presentes. Trato de ser en gran medida

amable y servicial con todos los que me rodean, incluso con aquellos que no lo merecen;

soy educado y de muy buenas costumbres; me gusta saludar, pedir permiso y decir por

favor. A parte de la música que siempre ha sido mi sueño, la cocina constituye otra de mis

grandes pasiones; me gusta cocinar en mis días de descanso y a mi familia le encanta que
yo los consienta preparando un buen plato; en cada una de las fechas especiales, soy yo

quien prepara todo lo que comemos en casa. Entre mis pasatiempos también se encuentran:

ver deportes en televisión (fútbol, tenis y ciclismo), ir a cine o ver una buena película en la

casa con mi familia.

Aunque en otro momento de mi vida estudié y me gradué como contador público, siempre

quise estudiar música. No lo hice en su debido momento, porque carecía de los medios

económicos para irme a otra ciudad y ya me encontraba trabajado como músico de manera

empírica. Hace algunos años escuché que la UNAD tenía un programa de formación en

música, por lo que de inmediato surgió mi interés en cursarlo; realicé las averiguaciones

pertinentes, pero al final me quedaron algunas dudas que me hicieron desistir. Una mañana

de enero de este año fui a acompañar a un amigo que se quería iniciar su proceso

universitario y después de escuchar atentamente todas las indicaciones que le dio la persona

que lo atendió, tomé la decisión. Seguidamente, realicé todo el proceso tal como me lo

explicaron y ese mismo día en la tarde me estaba matriculando, estaba viviendo mi sueño.

Para finalizar, les puedo decir que nunca es tarde para emprender un nuevo camino, que

nuestros sueños están presentes siempre, en cada instante de nuestras vidas y que vale la

pena luchar por ellos¸ que debemos ser siempre sinceros con los demás y más aun con

nosotros mismos. Aprovechemos nuestras vidas al máximo, haciendo lo que más nos gusta

y sin importar lo que piensen o dejen de pensar los demás; puesto que sólo tendremos una

sola oportunidad para vivirla.

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