Está en la página 1de 18

1

ENSAYO FINAL

EL ARREPENTIMIENTO

POR

SAN SALVADOR, EL SALVADOR

MARZO, 2020

1
i

CONTENIDO

El Arrepentimiento.......................................................................................................... 1

Definiendo el Concepto de Arrepentimiento .............................................................. 1

La Doctrina Bíblica del Arrepentimiento ................................................................... 3

Los Tres Elementos del Arrepentimiento ................................................................... 6

Lo que no es el Arrepentimiento ............................................................................... 10

¿Cómo discernir un arrepentimiento genuino de uno falso? .................................... 13

Bibliografía ................................................................................................................... 15

i
El Arrepentimiento

Si hemos de mencionar una práctica de incalculable relevancia, necesidad y virtud en la

vida cristiana, con toda seguridad podemos decir que es el arrepentimiento. Todo persona,

participa de algún modo, ya sea por la teoría o por la práctica, de formas vagas de lo que creen

que es el arrepentimiento. Sin embargo, como cristianos, reconocemos que un arrepentimiento

genuino, será el producto de la obra del Espíritu Santo en la persona, generado a través del

conocimiento de las Escrituras. Por tanto, todo individuo que participa de una experiencia

genuina de arrepentimiento, debería de considerarse una persona abundantemente bendecida.

Lastimosamente, el término arrepentimiento ha sido mal utilizado, desvirtuado y

erróneamente definido por ramas como la psicología, quienes de manera muy superficial y

hablan de un arrepentimiento a veces como un mero cambio de conducta y a veces como un

reconocimiento de culpa que no es necesario, dejando de lado la transformación interior del ser

humano. Siendo el hombre un ser creado, son las Escrituras las que deben de definir y darnos la

pauta correcta de lo que un arrepentimiento es la luz de la Verdad revelada por el Creador .

Definiendo el Concepto de Arrepentimiento


Siendo el hombre un ser creado, son las Escrituras las que deben de definir y darnos la

pauta correcta de lo que un arrepentimiento es la luz de la Verdad revelada por el Creador .

Terminología en el Antiguo Testamento


Desde el idioma hebreo, son varias las palabras que pueden implicar lo que conocemos

como arrepentimiento. Por ejemplo, la palabra ‫( ׁשּוב‬šûb), que quiere decir volverse, cambiar de

dirección o convertirse, es una palabra que en un sentido básico se utiliza de manera metafórica

para expresar arrepentimiento como un cambio de dirección ante las acciones pecaminosas que

1
2

se han cometido en contra del Señor.1 Un ejemplo es en la oración de Salomón, quien pide al

Señor que si en dado caso el pueblo pecare y fuesen llevados cautivos, pero el pueblo recapacita,

que escuche su arrepentimiento y les perdone (1 Re 8:47). Así mismo el profeta Ezequiel hace

una relación con el arrepentimiento y el cambio de conducta que debe de tener el pueblo de

Israel ante los pecados que están cometiendo (Eze 14.6; 18:30).

Sin embargo, posiblemente la palabra más significativa es ‫( נָחַ ם‬nā·ḥǎm) que quiere decir

arrepentirse o cambiar de parecer (1 Sam 15:29; Exo 32.12).2 Esta palabra aparece alrededor de

108 veces en el Antiguo Testamento, y se deriva de la raíz del verbo que significa “sacar aliento

de lo hondo” y hace referencia a una expresión profunda que puede manifestarse tanto en alivio

como en lamento.3

A pesar que esta palabra es usada mayormente en relación a Dios, su uso no es exclusivo,

pues también los seres humanos pueden experimentar el arrepentimiento, tal es el caso de Job,

quien después de cuestionar las acciones de Dios y recibir respuesta de parte del Creador, se

retracta y se arrepiente (Job 42:6). Así mismo, el Señor a través del profeta Jeremías, confronta

al pueblo por su falta de arrepentimiento (Jer 8:6; 31:19).

Terminología en el Nuevo Testamento.


En el Nuevo Testameno, la palabra más utilizada, con un aproximado de 34 veces, es

μετανοέω (metanoéo) que hace referencia a arrepentirse de, cambiar de actitud, cambiar la

1
Douglas Mangum, The Lexham Theological Wordbook. (Bellingham, WA: Lexham Press, 2001).
2
Moisés Chávez, Diccionario de Hebreo Bíblico (El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano, 1992).
3
Rolland McCune, Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico. (Sebring, FL: Editorial Bautista
Independiente, 2018).
3

forma de pensar o cambiar la manera de vivir.4 Este vocablo era parte esencial del mensaje del

evangelio predicado a lo largo del Nuevo Testamento.

Juan el Bautista (Mat 3:2) y del Señor Jesús (Mat 4:17), llamaban al arrepentimiento

diciendo: “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Así también, los primeros

mensajes predicados del apóstol Pedro registrados en la Escritura, incluían un llamado al

arrepentimiento (Hech 2:38; Hech 3:19). Pablo, por su parte, al presentar su defensa ante el rey

Agripa, de igual manera, hace mención que su predicación tenía como propósito que tanto los

judíos como los gentiles, debían arrepentirse, convertirse a Dios, y mostrar obras dignas de

arrepentimiento (Hech 26:20). Podemos observar también, que el mensaje del Señor a las

iglesias de Asia Menor, incluía el arrepentimiento (Apo 2:16, 21, 22; 3:3, 19, 20, 21). Ya que el

arrepentimiento es parte esencial del evangelio, la falta de éste, es sinónimo de no temer a Dios y

como resultado, viene el castigo eterno (Apo 9:21; 16:9-11).

La Doctrina Bíblica del Arrepentimiento


Así como se mencionaba anteriormente, el concepto de arrepentimiento ha sido

distorsionado y muy mal utilizado. Desde la psicología hasta intenciones vagas o prácticamente

nulas que las iglesias han adoptado hoy en día. El concepto bíblico del arrepentimiento se ha

difuminado tanto en la iglesia contemporánea, que se considera que el arrepentimiento tiene que

ver con un cambio de mente en cuanto a su condición pecaminosa y la necesidad de salvación.

Este argumento es correcto, sin embargo está incompleto. Desde este punto de vista, un

fornicario, un adultero o un ladrón, podrían solamente reconocer su pecado, cambiar su forma de

vida e incluso hacerlo para obtener la salvación eterna. La actitud puede cambiar con respecto a

muchos cosas, como por ejemplo, un cambio de actitud hacia un comportamiento nocivo, a un

4
Alfred E. Tuggy, Léxico Griego-Español Del Nuevo Testamento. (El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano,
2003).
4

mal hábido. Este arrepentimiento puede ocurrir, pero no traer salvación al pecador, por lo tanto

debemos definir correctamente hacia que debe de cambiar esta actitud.5

Podemos decir entonces que, si bien es cierto un arrepentimiento genuino incluye un

cambio de vida, la única forma de arrepentimiento que puede llevar a la vida eterna, no es

meramente un cambio de hábitos o de conducta, sino un cambio de mente con respecto la

condición del pecador y a la persona, vida, obra, muerte, resurrección y al plan de consumación

de todas las cosas de nuestro Señor Jesucristo. Sin un arrepentimiento de esta índole, es

imposible que exista una salvación.6

Arrepentimiento: ¿Requisito o Resultado?


Las Escrituras son claras cuando definen la condición del pecador que está sin Cristo. El

apóstol Pablo en la carta que escribe a los Efesios dice que el hombre está muerto en sus delitos

y pecados (Efe 2:1). Pablo, con respecto a este tema, en su carta a los Romanos explica que la

condición de estar muerto, es a causa del pecado, y esto trae como resultado que no hay quien

entienda, ni un tan solo ser humano que haga lo bueno, no hay ni un tan solo justo y nadie que

busque a Dios (Ro 3:10-18). Por lo tanto, podemos decir que el arrepentimiento genuino, no es

una capacidad del hombre natural.

El arrepentimiento, si bien es cierto es un acto que hace el pecador, su origen no se

encuentra en el ser humano, sino que es un don que Dios le da a través de la obra del Espíritu

Santo. Pedro hace referencia a esto, cuando dice que es a Jesús a quien Dios ha exaltado con su

diestra por Príncipe y Salvador, para dar a Israel arrepentimiento y perdón de pecados (Hech

5:31), así mismo con la conversión de Cornelio, se dice que también “a los gentiles ha dado Dios

5
Charles Caldwell Ryrie, Teologı́a Básica (Editorial Unilit, 2003), 385.
6
David Croteau, “Repentance Found? The Concept of Repentance in the Fourth Gospel.,” Master’s
Seminary Journal 24, no. 1 (2013): 97–123.
5

arrepentimiento para vida” (Hech 11:18). Por su parte, Pablo, a dar instrucciones a través de

Timoteo, les dice que corrijan con mansedumbre a los que se oponen, pues posiblemente Dios

“les conceda que se arrepientan para conocer la verdad” (2 Ti 2:25).7

De manera errónea y contrario a lo que dicen las Escrituras, algunos teólogos con el

propósito de defender la libertad volitiva del hombre de buscar a Dios, argumentan que el don

que Dios da, no es en sí el arrepentimiento, sino la oportunidad de arrepentirse.8

Dios, ha determinado hacer un llamado eficaz para la redención a través de la predicación

del mensaje del evangelio (1 Co 1:21), impartiendo una vida espiritual de manera soberana en el

pecador, cambiando su naturaleza y trayéndolo a la vida.9 Al obtener la nueva naturaleza, el

pecador que ha sido regenerado tiene la capacidad de ver su condición real ante Dios, lo

catastrófico de su pecado y el valor que tiene Cristo, reconociéndolo como el único medio

perfecto para perdonar sus pecados y proveerle de la justicia que necesita para la vida eterna.10

Por tanto, podemos decir que el arrepentimiento es un cambio de mente que se aleja del

pecado y se acerca a Dios. La mayoría de las veces, el arrepentimiento predicado no conlleva una

determinación de alejarse del pecado y caminar hacia Dios, sino que consideran como

arrepentimiento un vana y superficial confesión, que expresa algunas lágrimas por un hueco

remordimiento.11

En cuanto al remordimiento, del cual hablaremos más adelante, Grudem tiene una

definición un poco más amplia cuando dice que “el arrepentimiento es una tristeza sentida de

7
McCune, Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico., 525.
8
Norman Geisler, Systematic Theology (Minneapolis, MN: Bethany House Publisher, 2002), 27–41.
9
John MacArthur and Richard Mayhue, Teología Sistemática. Un Estudio Profundo de La Doctrina
Bíblica. (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 2018).
10
Ibid.
11
McCune, Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico., 522.
6

corazón por causa del pecado, una renuncia al pecado y un propósito sincero de olvidarlo y

caminar en obediencia hacia Cristo”.12 Nótese que esa definición incluye el componente de los

sentimientos, los cuales pueden estar involucrados, pero no determinan la autenticidad del

arrepentimiento. Al tema de las emociones, Millard Erickson dice que “el arrepentimiento es el

remordimiento santo por el pecado de uno, unido a la resolución de alejarse de él”.13

El arrepentimiento que se da como resultado del nuevo nacimiento, no es solamente un

cambio de opinión, es un cambio de visión, de actitud, de sentimiento, de propósito con respecto

al pecador, al pecado y a Dios. En esta definición, podemos inferir que toda la personalidad, es

decir, la totalidad de lo que el ser humano es, está involucrada en un arrepentimiento genuino,

por lo tanto, dicha transformación no es solamente una capacidad diferente de juicio mental, sino

también nuevas actitudes tanto morales como religiosas (1 Tes 1:9).14

Los Tres Elementos del Arrepentimiento


Como lo decíamos anteriormente, la totalidad el individuo se ve involucrada un

arrepentimiento genuino. Las doctrinas bíblicas definen la totalidad de las capacides del ser

humano a través de 3 áreas que son: la parte intelectual (capacidad de razonamiento), la parte

emocional (capacidad de percibir emociones y sentimientos), la parte volitiva (capacidad de

tomar decisiones).

El Elemento Intelectual
No puede existir un arrepentimiento genuino, si el pecador no sabe de qué cosas debe de

arrepentirse, por lo tanto, un arrepentimiento debe incluir un conocimiento de pecado y un

12
Wayne Grudem, Teología Sistemática. Una Introducción a La Teología Bíblica. (Grand Rapids,
Michigan: Zondervan, 2007), Kindle Loc. 20931.
13
Millard J. Erickson, Teología Sistemática, ed. Jonatán Haley, trans. Beatriz Fernández, Segunda Edición.,
Colección Teológica Contemporánea (Viladecavalls, Barcelona: Editorial Clie, 2008), 946.
14
McCune, Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico., 523.
7

contenido intelectual y cognitivo. Es decir, la persona debe reconocer lo que realmente el pecado

es y lo que significa.15

La naturaleza destructiva e impía del pecado debe de ser reconocida y como resultado, la

persona debe de reconocer sus faltas y reconocerse a sí mismo como un pecador que trasgrede la

ley del Señor. Esto implica que debe de reconocer así mismo las consecuencias de su pecado, el

cual, le ha hecho enemigo de Dios, destituyéndolo de su presencia y dejándolo en una posición

de castigo y juicio.

El Señor Jesús indica de manera clara, que este reconocimiento es parte de la obra que el

Espíritu Santo al convencerlos de pecado, justicia y juicio (Jua 16:8). En otras palabras, el

Espíritu Santo produce en el hombre un reconocimiento de culpa personal y una comprensión de

que el castigo a recibir, sería completamente justo.16

Por tanto, el elemento intelectual debe conducir al pecador a un razonamiento tal, que

pueda no solo tener un entendimiento general del pecado, sino también un reconocimiento

personal de los pecados específicos en su vida. Esto resultaría en una confesión como la que se

produjo en el salmista al decir: “Yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante

de mí” (Sal 51:3). Es confesar, de manera humilde, la necesidad de que se tiene de la gracia, la

misericordia y pedir perdón (Sal 51:1-2).17

El Elemento Emocional
En cierta forma, el entendimiento adquirido por parte del elemento intelectual, lleva al

pecador a entender la gravedad de su pecado y su terrible condición, pues se ha ofendido al Dios

que es santo, y por lo tanto, está en una posición completamente desfavorable. El

15
MacArthur and Mayhue, Teología Sistemática. Un Estudio Profundo de La Doctrina Bíblica., 606.
16
Richard Taylor, Kenneth Grider, and Willard Taylor, Diccionario Teológico Beacon (Kansas: Casa
Nazarena de Publicaciones, 1984), 155.
17
MacArthur and Mayhue, Teología Sistemática. Un Estudio Profundo de La Doctrina Bíblica., 605.
8

arrepentimiento genuino, involucrará entonces, una tristeza, un pesar, un remordimiento, un

lamento sincero por el pecado o la condición pecaminosa en la que se encuentra.18

En el Antiguo Testamento, podemos ver algunas ocasiones en que las personas que

experimentaban el arrepentimiento, tenían ciertas prácticas que expresaban un profundo lamento

o dolor. Por ejemplo, en el caso de los habitantes de Nínive, que a pesar que eran paganos, al

escuchar el mensaje de juicio en labios de Jonás, se arrepintieron, se sentaron en ceniza y se

vistieron de silicio (Jon 3:5-6).

Este sentimiento va mezclado con una sensación de aflicción, la cual, no es producto de

las consecuencias deshonrosas que el pecado pueda traer sobre s vida, sino el estado pecaminoso

en el que se encuentra delante de Dios y de su santidad. Pablo explica bien esto, cuando

hablando a los Corintios, a través de su primera carta, ellos se habían sido entristecidos por las

duras palabras del apóstol, las cuales, no le pesaban pues habían producido en ellos una tristeza

para arrepentimiento. Pablo dice que esta tristeza que produce arrepentimiento genuino, es

conforme a la voluntad de Dios (2 Co 7:8-10).

Brevemente podemos hacer un contraste de esta tristeza, con la tristeza que experimentó

el joven rico, quien al escuchar las demandas de Jesús se puso muy triste, pues no quería

abandonar sus bienes. Aquí podemos ver que la tristeza, no generó un arrepentimiento (Luc

18:23).

El Elemento Volitivo.
El arrepentimiento genuino también lleva a la acción a través de un cambio de propósito.

En otras palabras, podemos decir que el arrepentimiento incluye un cambio de dirección, una

transformación de la voluntad del pecador. El profeta Isaías lo decía: “Cesad de hacer el mal,

18
A. Colin Day, Collins Thesaurus of the Bible (Logos Bible Software, 2009), 939.
9

aprended a hacer el bien” (Isa 1:16-17), en otras palabras, hay un efecto doble en la voluntad,

uno de forma negativa aleándose del pecado y de otro de forma positiva buscando la obediencia

a la voluntad de Dios revelada en su Palabra y la purificación.19

Este aspecto esta presente en la oración que hace David cuando clama, de manera

voluntaria pidiendo por una limpieza interior: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio” (Sal

51.10). En el Nuevo Testamento, Juan el bautista les dice a los fariseos y saduceos, que querían

buatizarse, que una simple práctica no haría nada por ellos, sino que, debían dar frutos dignos de

arrepentimiento (Mat 3:8).

Por otro lado, Pedro al predicar en pentecostés, les decía a los judíos que debían

arrepentirse y bautizarse, esto es, no solo cambio de mente, sino una acción voluntaria como

resultado del cambio interno.20 En el contexto en el que Pedro estaba diciendo esto, el bautismo

en el nombre de Jesús, era sinónimo de darle la espalda al judaísmo de la época y abrazar la las

buenas nuevas de salvación.

Cabe mencionar que, aquellos que creen en la salvación sin reconocer el Señorío de

Jesucristo, es justamente el aspecto volitivo el que regularmente ignoran. Dejan el

arrepentimiento como algo meramente interno, que no tiene necesidad de manifestarse en lo

externo. Vaga y erróneamente se amparan del relato del “ladrón de la cruz”, quien sin tener

necesidad de mostrar los frutos, le fue prometida la salvación. A esto podemos argumentar que,

primero, Dios es el único que conoce la realidad de nuestro arrepentimiento, y segundo, aquellos

19
William Burt Pope, A Compendium of Christian Theology: Being Analytical Outlines of a Course of
Theological Study, Biblical, Dogmatic, Historical, Volumes 1-3 (Beveridge and Co., 1879), 374.
20
John Calvin, Institutes of the Christian Religion & 2, ed. Ford Lewis Traductor McNeill John T.Editor,
Battles, vol. 1, The Library of Christian Classics (Westminster John Knox Press, 2011), 609.
10

que usan este argumento, no están colgados de una cruz a punto de morir, sino que tienen una

vida por delante para someterla al Señorío de Jesús.21

Lo que no es el Arrepentimiento
Una vez que hemos abordado la definición y hemos tenido una aproximación a la

doctrina bíblica del arrepentimiento, debemos estudiar también, ciertos aspectos que se deben

tomar en cuenta que podrían darnos la pauta de que un arrepentimiento genuino no ha ocurrido.

No debe de confundiese un “la tristeza que es según Dios” y que produce

arrepentimiento, con lo que Pablo llama “la tristeza del mundo”, la cual produce muerte (2 Co

7:10). En otras palabras, el simple hecho que se produzca un remordimiento, no necesariamente

es evidencia que hay un arrepentimiento genuino.

Podemos ver el caso de Judas, quien al ver a Jesús condenado, dice la Reina Valera que

“devolvió arrepentido las treinta piezas de plata” e incluso confesó su pecado reconociendo que

había entregado sangre inocente (Mat 27:3-4), sin embargo, esta era una tristeza mundana, por la

cual se terminó ahorcando.22

Es importante notar que la palabra que en el pasaje anterior se traduce como

arrepentimiento no es metanoéo, sino μεταμέλομαι (metamelomai), que quiere decir, sentir

tristeza, lamentar, tener remordimiento.23 La tristeza puede ser producida por muchas cosas,

como el temor a las consecuencias o a la exposición pública, pero no por el pecado en sí. Cabe

mencionar que, esta tristeza puede conducir al arrepentimiento, pero por sí misma, no es

arrepentimiento. Como bien lo explica Sizemore, la mayoría de los prisioneros pueden estar

21
McCune, Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico., 524.
22
MacArthur and Mayhue, Teología Sistemática. Un Estudio Profundo de La Doctrina Bíblica., 606.
23
James Swanson, Diccionario de Idiomas Bíblicos: Griego (Nuevo Testamento). (Bellingham, WA: Logos
Bible Software, 1997), 755.
11

tristes, no por su delito o pecado, sino porque fueron capturados. Solamente cuando la tristeza es

producida por el pecado, conducirá a un arrepentimiento, que nos lleve a abandonar el pecado.24

El arrepentimiento genuino, tampoco debe de ser confundido con un reconocimiento del

pecado producido por un miedo. Si bien es cierto, el miedo al juicio, como se expresaba

anteriormente, puede conducir al arrepentimiento, manifestar miedo, no es arrepentimiento. Un

ejemplo claro de esto, lo vemos en el pasaje de Hechos, donde Pablo explicando a Félix acerca

de la justicia, la cual no tenía; del autocontrol, que jamás había experimentado y que no estaba

preparado para el juicio divino, dice el relato que “se espantó”. La palabra griega aquí utilizada

es ἔμφοβος (emphobos), que quiere decir que se aterrorizó, estaba muy asustado.25 Como

resultado, Félix le dijo que se fuera y que él le llamaría. Al parecer fueron varias veces que se

reunieron, pero Félix no mostró ningún cambio de actitud o reforma de vida.

Algunos creen que cuando hay personas que estan muriendo o que tienen miedo a las

consecuencias de sus pecados y muestran y profundo dolor o miedo, mezclado con promesas de

cambio, y un llanto momentáneo, están demostrando cuán arrepentidos están; sin embargo, basta

con que pase un poco de tiempo, para que muestren verdaderamente que el arrepentimiento

genuino, no es algo que han experimentado.26

Tampoco, el arrepentimiento debe de ser confundido con un cambio de hábitos o algunas

conductas. El ejemplo bíblico más claro de esta situación, es el de Juan el Bautista y los fariseos.

El evangelio de Mateo nos dice que muchos fariseos y saduceos venían a Juan para ser

bautizados, a lo que él, de manera muy dura, los reprende y les dice “ ¡Camada de víboras!

24
Denver Sizemore, Lecciones de Doctrina Bíblica, vol. 1 (Literatura Alcanzando a Todo el Mundo, 2002),
40.
25
Swanson, Diccionario de Idiomas Bíblicos: Griego (Nuevo Testamento).
26
Sizemore, Lecciones de Doctrina Bíblica, 1:40.
12

¿Quién os enseñó a huir de la ira que vendrá?” (Mat 3:7). En otras palabras, les estaba diciendo,

bautizarse no es la fórmula que los pondrá en una correcta relación con Dios, sino que, deben de

dar frutos dignos de arrepentimiento (Mat 3:8).

Es posible que una personas, por distintas razones o motivantes, pueda cambiar su

conducta, dejar de cometer un determinado pecado, pero sin que un arrepentimiento genuino

haya ocurrido. Alguien puede dejar de consumir bebidas alcohólicas debido a alguna

enfermedad, abandonar las drogas por estar en un centro de rehabilitación o en la cárcel. Si bien

es cierto, estas circunstancias pueden guiar al arrepentimiento, el abandono de un pecado, no

siempre es sinónimo de arrepentimiento.27

Por último, no debemos confundir el arrepentimiento bíblico con el cumplimiento de

alguna penitencia. Las penitencias, se conocen mayormente en el ámbito católico y son acciones

que un sacerdote asigna para ayudar a pagar el castigo temporal del pecado. Los católicos creen

que estas obras reducen de alguna manera a pagar el castigo temporal causado por el pecado.

Esto enseña, contrario a las Escrituras, que la expiación de cristo no fue suficiente para pagar el

pecado y que la salvación no es por gracia.28

En el ámbito evangélico, si bien es cierto no se práctica el cumplimiento de penitencias

desde el punto de vista católico, existe una forma modificada de esta práctica. Por ejemplo,

personas que después de confesar un pecado, prometen ir a la iglesia, servir en algún ministerio,

o hacer algunas acciones de manera que el pecado y sus consecuencias sean mitigadas. De

nuevo, estas formas de arrepentimiento mundano, no deben confundirse con un arrepentimiento

bíblico.

27
Ibid.
28
McCune, Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico., 522.
13

Existen muchos ejemplos en las Escrituras de personas que se entristecieron por su

pecado, se afligieron e incluso, reconocieron y confesaron sus pecados, pero un arrepentimiento

genuino no ocurrió. Faraón es un claro ejemplo, quien llamando a Moisés, reconoció que había

pecado en contra del Señor, y que tanto él y su pueblo eran impíos y el Señor el único justo.

Accede en dejarlos ir, pero tiempo después, estaba persiguiendo a los israelitas para matarlos

(Exo 9:27).

Así mismo, podemos mencionar a Esaú a quien se le llama profano (Heb 12:27); Balaam

que fue un falso profeta (Núm 22:34), Acán que a causa de su pecado fue apedreado (Jos 7:20);

el rey Saúl, que habiendo reconocido su pecado, no mostró frutos dignos de arrepentimiento (1

Sam 15:24); Judas Iscariote (Mat 27:4). Ninguno de ellos experimento el arrepentimiento que

viene como regalo de Dios y que produce ese fruto inevitable y observable.29

¿Cómo discernir un arrepentimiento genuino de uno falso?


En un principio, deberíamos de tener el conocimiento, como se ha expuesto

anteriormente, de lo que es y lo que no es un arrepentimiento bíblico. El Señor mismo nos

instruye a que al momento de emitir un juicio de valor, debemos juzgar con justo juicio (Jua

7:24). Esto es, no conforme a la carne, sino según lo que vemos y entendemos .Por tanto, un

conocimiento básico es necesario para identificar las evidencias de una arrepentimiento genuino

y así mismo desechar aquel arrepentimiento que es en apariencia pero no en verdad.

Por otro lado, reconocemos que solo Dios conoce las intenciones y pensamientos del

corazón, por lo tanto debemos pedir a Él, discernimiento. Como líderes al frente del pueblo de

Dios, debemos de depender del discernimiento que se nos da por medio del Espíritu Santo, el

29
Ibid.
14

cual nos capacita para practicar un justo juicio que va mas allá de lo que podemos ver con los

ojos terrenales.
Bibliografía

Calvin, John. Institutes of the Christian Religion & 2. Edited by Ford LewisTraductor McNeill
John T.Editor, Battles. Vol. 1. The Library of Christian Classics. Westminster John Knox
Press, 2011.

Chávez, Moisés. Diccionario de Hebreo Bíblico. El Paso, Texas: Editorial Mundo Hispano,
1992.

Croteau, David. “Repentance Found? The Concept of Repentance in the Fourth Gospel.”
Master’s Seminary Journal 24, no. 1 (2013): 97–123.

Day, A. Colin. Collins Thesaurus of the Bible. Logos Bible Software, 2009.

Erickson, Millard J. Teología Sistemática. Edited by Jonatán Haley. Translated by Beatriz


Fernández. Segunda Edición. Colección Teológica Contemporánea. Viladecavalls,
Barcelona: Editorial Clie, 2008.

Geisler, Norman. Systematic Theology. Minneapolis, MN: Bethany House Publisher, 2002.

Grudem, Wayne. Teología Sistemática. Una Introducción a La Teología Bíblica. Grand Rapids,
Michigan: Zondervan, 2007.

MacArthur, John, and Richard Mayhue. Teología Sistemática. Un Estudio Profundo de La


Doctrina Bíblica. Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 2018.

Mangum, Douglas. The Lexham Theological Wordbook. Bellingham, WA: Lexham Press, 2001.

McCune, Rolland. Teología Sistemática Del Cristianismo Bíblico. Sebring, FL: Editorial
Bautista Independiente, 2018.

Pope, William Burt. A Compendium of Christian Theology: Being Analytical Outlines of a


Course of Theological Study, Biblical, Dogmatic, Historical, Volumes 1-3. Beveridge and
Co., 1879.

Ryrie, Charles Caldwell. Teologı́a Básica. Editorial Unilit, 2003.

Sizemore, Denver. Lecciones de Doctrina Bíblica. Vol. 1. Literatura Alcanzando a Todo el


Mundo, 2002.

Swanson, James. Diccionario de Idiomas Bíblicos: Griego (Nuevo Testamento). Bellingham,


WA: Logos Bible Software, 1997.

Taylor, Richard, Kenneth Grider, and Willard Taylor. Diccionario Teológico Beacon. Kansas:
Casa Nazarena de Publicaciones, 1984.

15
16

Tuggy, Alfred E. Léxico Griego-Español Del Nuevo Testamento. El Paso, TX: Editorial Mundo
Hispano, 2003.

También podría gustarte