Discover millions of ebooks, audiobooks, and so much more with a free trial

Only $11.99/month after trial. Cancel anytime.

Filosofía de la cruz
Filosofía de la cruz
Filosofía de la cruz
Ebook292 pages4 hours

Filosofía de la cruz

Rating: 0 out of 5 stars

()

Read preview

About this ebook

Desde el comienzo de su historia, la filosofía ha debido enfrentarse al problema del sufrimiento humano. El cristianismo, por su parte, plantea enormes desafíos al pensamiento, entre los que destaca precisamente el problema del sufrimiento del justo, manifestado de manera ejemplar en la muerte de Cristo en la cruz: ¿cómo entender la idea de que el Dios Todopoderoso se haga hombre y asuma la condición humana finita hasta el extremo de ser condenado a muerte como un delincuente? En el presente libro se trata el problema del sufrimiento desde una doble perspectiva. Por una parte, se aborda de manera amplia la pregunta por la condición humana en el pensamiento de Kant, quien, a su vez, entra en diálogo con la tradición cristiana, especialmente con Lutero; por otra, se lleva a cabo un análisis detallado de los textos acerca de la cruz de Cristo de tres grandes filósofos y de un escritor. A pesar de que se trata de líneas de pensamiento completamente diferentes entre sí, que van desde el racionalismo de Kant al pensamiento especulativo de Hegel, y del rechazo violento de Nietzsche a la fe de Dostoyevski, ellas confluyen, sin embargo, en el intento de comprender el misterio del Dios crucificado.
LanguageEspañol
PublisherEdiciones UC
Release dateApr 13, 2023
ISBN9789561430778
Filosofía de la cruz

Read more from Miguel González

Related to Filosofía de la cruz

Related ebooks

Christianity For You

View More

Related articles

Related categories

Reviews for Filosofía de la cruz

Rating: 0 out of 5 stars
0 ratings

0 ratings0 reviews

What did you think?

Tap to rate

Review must be at least 10 words

    Book preview

    Filosofía de la cruz - Miguel González

    EDICIONES UNIVERSIDAD CATÓLICA DE CHILE

    Vicerrectoría de Comunicaciones y Extensión Cultural

    Av. Libertador Bernardo O’Higgins 390, Santiago, Chile

    editorialedicionesuc@uc.cl

    www.ediciones.uc.cl

    FILOSOFÍA DE LA CRUZ

    Miguel González Vallejos

    © Inscripción N° 2023-A-1097

    Derechos reservados

    Marzo 2023

    ISBN 978-956-14-3076-1

    ISBN digital 978-956-14-3077-8

    Fotografía de portada:

    Diego Velázquez - Museo del Prado

    (https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4214227)

    Diseño y diagramación:

    versión productora gráfica SpA

    Diagramación digital: ebooks Patagonia

    www.ebookspatagonia.com

    info@ebookspatagonia.com

    CIP – Pontificia Universidad Católica de Chile

    González Vallejos, Miguel Ángel, autor.

    Filosofía de la cruz / Miguel Ángel González Vallejos.

    Incluye bibliografía.

    1. Jesucristo – Crucifixión.

    2. Teología de la cruz.

    3. Espiritualidad – Iglesia Católica.

    I. Tit.

    2023 232.4 + DDC23 RDA

    A mi queridos padres, Ivonne y Miguel

    ÍNDICE

    Agradecimientos

    INTRODUCCIÓN

    ¿Por qué una filosofía de la cruz?

    PRIMERA PARTE:

    LA CONDICION HUMANA

    Capítulo I

    Kant y la condición humana

    1. INTRODUCCIÓN

    2. EL PROBLEMA DEL MAL RADICAL

    3. EL PROBLEMA DE LA REVOLUCIÓN EN LA DISPOSICIÓN MORAL FUNDAMENTAL

    4. CONCLUSIÓN

    Capítulo II

    El sujeto ante la ley. Conciencia de la ley moral y factum de la razón en Kant

    1. INTRODUCCIÓN

    2. LA CONCIENCIA DE LA LEY

    3. EL SUJETO ANTE LA LEY

    Capítulo III

    Kant y el inquisidor. Acerca del recurso hipotético a Dios a partir de la conciencia moral

    1. INTRODUCCIÓN

    2. LA CONCIENCIA MORAL (GEWISSEN) EN KANT

    3. EL RECURSO A DIOS A PARTIR DE LA CONCIENCIA MORAL

    3.1. Omnipotente

    3.2. Conocedor de corazones

    4. CONCLUSIÓN

    Capítulo IV

    El pecado original y la justificación. Una confrontación entre Kant y Lutero

    1. INTRODUCCIÓN

    2. ¿QUÉ ES EL PECADO ORIGINAL?

    3. KANT Y EL MAL RADICAL

    4. KANT Y LUTERO ANTE EL PECADO ORIGINAL Y LA JUSTIFICACIÓN. UN ANÁLISIS COMPARATIVO

    5. CONCLUSIÓN

    SEGUNDA PARTE:

    FILOSOFÍA DE LA CRUZ

    Capítulo V

    Kant y el misterio de la cruz

    1. INTRODUCCIÓN

    2. LA LECTURA KANTIANA DE LA CRUZ DE CRISTO. UNA INTERPRETACIÓN

    2.1. El mal radical

    2.2. Jesús como arquetipo de moralidad

    2.3. Kant y el problema de la justificación

    2.4. La discusión en torno a la expiación

    3. CONCLUSIONES

    Capítulo VI

    Filosofía de la cruz en Hegel

    1. INTRODUCCIÓN

    2. BASES TEXTUALES DE LA FILOSOFÍA DE LA CRUZ EN HEGEL

    2.1. Estructura de las Lecciones de filosofía de la religión

    2.2. La concepción antropológica de Hegel y el sentido de la cruz

    3. LA CRISTOLOGÍA DE HEGEL Y SU RELACIÓN CON LUTERO

    4. CONCLUSIÓN

    Capítulo VII

    Filosofía de la cruz en Nietzsche: una rebelión contra la finitud

    1. INTRODUCCIÓN

    2. LAS BASES TEXTUALES DE LA FILOSOFÍA DE LA CRUZ EN NIETZSCHE

    2.1. Genealogía de la moral

    2.2. El anticristo

    3. NIETZSCHE Y LA CRUZ: PROBLEMAS FILOSÓFICOS Y TEOLÓGICOS

    3.1. La discusión acerca del sentido de la cruz

    3.2. La doctrina del eterno retorno

    3.3. El eterno retorno, la resurrección y la cruz

    4. A MODO DE CONCLUSIÓN

    Capítulo VIII

    El sufrimiento y la cruz en tiempos de pandemia.

    Una reflexión a partir de Nietzsche y Dostoyevski

    1. INTRODUCCIÓN

    2. EL PROBLEMA DEL SUFRIMIENTO EN NIETZSCHE

    3. EL SUFRIMIENTO EN DOSTOYEVSKI. HACIA UNA CONFRONTACIÓN CON NIETZSCHE

    4. A MODO DE CONCLUSIÓN. UNA REFLEXIÓN EN TORNO AL SUFRIMIENTO, LA CRUZ Y LA RESURRECCIÓN

    Bibliografía

    Origen de los textos

    Agradecimientos

    En la edición de este libro han aportado algunas personas a quienes quisiera agradecer. En primer lugar, al decano de la Facultad de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica, Prof. Olof Page, sin cuyo apoyo la publicación de este trabajo no hubiese sido posible; a Patricia Corona, a Rosario Pacheco y a todo el personal de Ediciones UC, quienes han trabajado arduamente en la corrección y edición de este volumen.

    En un plano más personal, agradezco ante todo a Rosario, mi señora y a mis tres hijos, José Miguel, Joaquín y Pedro, por su amor y por su apoyo incondicional. Rosario me ha acompañado a lo largo de todos los estudios que hoy me permiten publicar este libro, incluida una larga estadía en Alemania, lugar donde nació mi hijo Pedro y donde mis tres hijos vivieron su primera infancia. Durante todos estos años ella ha creído más que yo en mi proyecto filosófico, aun en los momentos en que parecía que mis esfuerzos estaban destinados al fracaso. Este libro, por lo tanto, le pertenece tanto a ella como a mí.

    Agradezco también a mi maestro Jorge Eduardo Rivera, gracias a quien descubrí mi vocación filosófica, y al profesor Peter Stemmer, quien dirigió mi tesis doctoral; a mi gran amigo y compañero en el camino de la filosofía Felipe Schwember; a mis amigos y colegas del Instituto de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y del Centro de Estudios de la Religión, entre los cuales quisiera mencionar especialmente a quienes me han acompañado en el largo y silencioso trabajo de elaboración de este libro: Beatriz Contreras, Rodrigo Frías, Camila Schiavetti, Francisco Marambio, Fernando Arancibia, José Tomás Alvarado y Enrique Muñoz, del Instituto de Filosofía UC, y Joaquín Silva, Maureen Neckelamann y Martin Becker, del Centro de Estudios de la Religión. A todos ellos les debo mucho más de lo que puedo expresar.

    INTRODUCCIÓN

    ¿Por qué una filosofía de la cruz?

    Sin duda alguna, la pregunta que me llevó a dedicar mi vida profesional a la filosofía ha sido aquella que indaga acerca de la condición humana finita. Después de una larga búsqueda, encontré una primera respuesta en la lectura de Ser y tiempo de Heidegger, gracias a las lecciones de mi amigo y maestro Jorge Eduardo Rivera; unos años después comencé a estudiar a fondo la ética kantiana, sobre la cual trabajé en mi tesis doctoral. A este aprendizaje intelectual se sumó un proceso de conversión que, en mi caso, no consistió en el paso del ateismo a la fe, sino que desde una religion centrada en el deber y la culpa hacia la fe en el Padre bueno y misericordioso del que nos vino a hablar Jesús.

    No es extraño que la pregunta por el sufrimiento y por la cruz haya surgido durante este largo proceso de conversión que coincidió con mi estadía en Alemania por el doctorado. Bajo la lógica del deber y de la culpa, el sufrimiento punitivo y expiatorio parece tener sentido; desde la misericordia, en cambio, el dolor se hace incomprensible, y esta incomprensión radical puede conducir o bien a una fe mas profunda y a una comprensión más compasiva de la condición humana o al ateísmo de protesta de Iván Karamazov. Nos enfrentamos así, por medio de la inteligencia, al hecho patente e innegable del sufrimiento humano; por medio de la fe, además, encaramos el hecho de que Dios mismo se hizo hombre, nació de una mujer, recorrió los caminos de Galilea junto a sus amigos, fue crucificado como un delincuente y resucitó al tercer día. Ambas aproximaciones, sin embargo, van unidas, de manera tal que es posible afirmar, con Dostoyevski, que el hombre sufre y que Dios quiere sufrir con él.

    El hombre y Dios, entonces, comparten el mismo dolor. Contra este sufrimiento nos rebelamos y decimos: ¿por qué tuvo que pasar esto?, ¿por qué Dios permite este dolor? ¿Qué hemos hecho para merecer esto? ¿Qué clase de Padre deja que sus hijos sufran? ¿Acaso a Dios no le interesan nuestras penas? ¿O acaso nosotros hemos inventado a Dios?

    Quien comience a leer este libro esperando una respuesta clara y precisa, sin embargo, se llevará una decepción, ya que este trabajo apenas se asoma al misterio.

    Este libro está compuesto por una serie de trabajos que han nacido como artículos especializados. Todos ellos, excepto el capítulo final, han sido publicados en distintas revistas de filosofía y, en el caso del trabajo sobre la cruz en Kant, en el libro que edité en 2019 titulado La muerte de Dios. Hacia una filosofía de la cruz. Estos trabajos, sin embargo, son parte de una búsqueda filosófica y existencial que aún no termina. La filosofía de la cruz es una reflexión sobre el sufrimiento compartido por Dios y por el hombre y, en consecuencia, también trata acerca de la condición humana finita. Es también un diálogo entre filósofos y teólogos, entre pensadores y creyentes, entre ateos y cristianos. Sin una meditación acerca de la condición humana es imposible aproximarse al misterio de la cruz. Es por eso que la primera parte trata sobre Kant y su profunda reflexión antropológica.

    Las obras centrales de Kant son la Crítica de la razón pura, donde aborda el problema de la experiencia sensible, la Crítica de la razón práctica, que trata acerca del problema moral, y la Crítica de la facultad de juzgar, que habla respecto del juicio estético y de la posibilidad de descubrir una finalidad a partir de nuestra experiencia fenoménica. Una lectura detallada de estas obras, sin embargo, nos muestra cómo la reflexión filosófica sobre la experiencia, sea esta sensible, moral o estética, conduce a una meditación en torno a la finitud de la condición humana. El ser humano es naturalmente metafísico, afirma Kant en el comienzo de la primera crítica, reconociendo que una cosa es plantear preguntas y otra muy distinta, ser capaz de responderlas. No obstante, el filósofo de Könisberg sabe muy bien que hay algo más allá de la experiencia posible y concluye que la existencia de Dios, del alma y de la libertad, si bien no pueden ser demostradas, sí pueden ser postuladas, es decir, que al menos es razonable suponer su existencia. Tanto en la Fundamentación de la metafísica de las costumbres como en las dos primeras críticas plantea Kant su preocupación por el hecho de que la felicidad y la virtud vayan por caminos tan distintos. En otras palabras, le preocupa el predominio universal del mal sobre el bien y el sufrimiento del justo. Estos son algunos de los temas centrales que el filósofo desarrolla en La religión dentro de los límites de la mera razón, obra fundamental para entender la antropología kantiana y que remite directamente a Lutero y, con él, a la reflexión filosófica cristiana que se remonta hasta Agustín y hasta los propios Evangelios.

    En síntesis, la primera parte del libro analiza la reflexión del filósofo prusiano acerca de la condición humana en diferentes dimensiones: el mal radical, esto es, la versión racionalista del pecado original (cap. 1); la moral, manifestada tanto en el imperativo categórico (cap. 2) como en el tribunal interior al que denominamos conciencia moral (cap. 3), y la confrontación con Lutero que se sigue necesariamente a partir de la noción de mal radical desarrollada en la primera parte de La religión dentro de los límites de la mera razón (cap. 4). En estos primeros capítulos del libro el tema central es, sin duda, la finitud de la condición humana, la cual se manifiesta de manera ejemplar en la distancia insalvable que existe entre la ley moral y nuestra conducta, o si se quiere, entre lo que somos y lo que debemos ser. Esta misma finitud se manifiesta en nuestra conciencia moral y exige el recurso a Dios, de acuerdo al razonamiento planteado por Kant en la Religión y en la Metafísica de las costumbres.

    La segunda parte del libro aborda la reflexión de tres grandes filósofos: Kant, Hegel, Nietzsche y de un escritor –Dostoyevski– acerca de la cruz. Ninguno de ellos, por supuesto, aclara el misterio. Los tres primeros autores ven en la cruz un reflejo de su propio sistema de pensamiento. Kant ve en la cruz la realización plena del ideal de perfección moral (cap. 5); Hegel, un símbolo del encuentro entre lo finito y lo infinito, que es también un paso necesario en el camino del Espíritu absoluto hacia su plena consumación (cap. 6). Nietzsche, por su parte, ve la cruz como el mayor símbolo posible de la moral de los esclavos (cap. 7). A ninguno de ellos se le escapa el carácter paradójico de la cruz de Cristo, aunque valoran este acontecimiento de diferente forma. Kant se centra en la relación que existe entre la perfección moral simbolizada en Cristo crucificado y la posibilidad de hacernos dignos de felicidad a los ojos del Dios todopoderoso y conocedor de corazones; Hegel, por su parte, ve en el sacrificio de Cristo la grandeza de un Dios que quiere asumir la finitud humana hasta las últimas consecuencias. Nietzsche, en cambio, confronta el noble ideal de la afirmación valiente y despreocupada de la vida, de acuerdo con el modelo de Napoleón, Cesar Borgia y de todas las razas nobles que han existido a lo largo de la historia, con la horrenda paradoja del Dios crucificado, motivo de escándalo y contradicción máxima, ya que en ella el Todopoderoso se identifica con quien ha sido ejecutado como el último de los delincuentes, es decir, el Omniponte se identifica con la impotencia. Se trata, finalmente, de la contraposición entre dos ideales existenciales: la eternidad del instante frente a la vida eterna, o en otras palabras, Dioniso contra el crucificado.

    A pesar sus sesgos y limitaciones, estos tres grandes filósofos nos permiten aproximarnos al misterio de la cruz. Pero es Dostoyevski quien mejor lo comprende, precisamente porque no intenta resolver la paradoja, sino simplemente expresarla con palabras. A lo largo de su obra, y especialmente en sus libros principales –El idiota, Crimen y castigo, Los demonios y Los hermanos Karamazov– Dostoyevski retrata con maestría las alegrías, sufrimientos, contradicciones y preguntas sin respuesta propias de la condición humana y aborda, con singular fineza y compasión, el problema del sufrimiento. La respuesta llena de esperanza y de fe que manifiesta por medio de entrañables personajes como Alioscha Karamazov y Rodion Raskólnikov son la contraposición exacta de la exaltación del superhombre y de la voluntad de poder propuestas por Nietzsche. Dostoyevski y Nietzsche representan dos visiones contradictorias acerca del sentido de la existencia humana (cap. 8).

    Finalmente, debo reconocer que mi propia contribución a la reflexión es bastante modesto. Como profesor de filosofía he intentado, durante veinte años, hacer de puente y mediador entre mis estudiantes y los grandes filósofos. No es algo muy distinto lo que he intentado hacer a lo largo de este trabajo de casi diez años. Mi tarea no consiste en dar la respuesta, sino en formular la pregunta y sugerir caminos de reflexión.

    La pregunta por la condición humana y por la cruz, sin embargo, no viene de la inteligencia ni del afan de erudición, sino de la experiencia de mi propia finitud. Hoy día, tras la sorpresiva pérdida de mi padre debido a un cáncer fulminante que terminó con su vida en tres meses, cuando apenas había cumplido 70 años, la pregunta por la cruz, y junto con ella la pregunta por la resurrección, cobra mucho más sentido. En los últimos meses de su vida, mi padre, junto con mi madre y sus cinco hijos, estuvo crucificado, y después de haberlo acompañado en su calvario, que terminó el 4 de septiembre de 2021, ya no soy el mismo hombre ni el mismo profesor de filosofía.

    A mi padre, entonces, quien ya compartió la cruz del Señor y ahora comparte su resurrección, y a mi madre que, a pesar del dolor, sigue adelante en el camino de la vida, van dedicadas estas reflexiones.

    PRIMERA PARTE

    LA CONDICION HUMANA

    CAPÍTULO I

    Kant y la condición humana

    1. Introducción

    La reflexión acerca de la condición humana ha sido una de las tareas fundamentales de la filosofía a lo largo de su historia. Muchos filósofos, partiendo por Sócrates, se han hecho conscientes de la finitud propia de la existencia humana, llegando a decir, por ejemplo, que la sabiduría humana vale poco y nada (Platón 2003, 23a). Si miramos la obra de Kant en su conjunto, es correcto decir que ya en el análisis de las condiciones de posibilidad de la experiencia que se lleva a cabo en la primera crítica, el autor alemán muestra los alcances y límites de la razón humana; así también, la segunda crítica da cuenta del llamado factum de la razón, esto es, del hecho de que tenemos conciencia de la ley moral, reconociendo, además, que no es posible indagar más allá en la línea de la determinación de las condiciones de posibilidad de la moral (Ak. V 31-32¹). La tercera crítica, finalmente, muestra cómo es posible la experiencia estética y, además, cómo el principio de finalidad nos permite comprender la naturaleza, pero solo en la clave del como si. La lectura de las tres críticas, entonces, nos otorgaría una visión suficiente acerca de lo que para Kant serían los rasgos fundamentales de la condición humana: por una parte, sus limitaciones estructurales en el ámbito del conocimiento; por otra, la presencia de la ley moral, en conflicto permanente con las inclinaciones y la posibilidad de experimentar lo bello y lo sublime.

    Las referencias anteriores, sin embargo, no son suficientes para dar cuenta de la riqueza de la reflexión kantiana respecto de la condición humana. Ya en el Canon de la Crítica de la razón pura y en la Dialéctica de la Crítica de la razón práctica encontramos una línea de pensamiento en torno a la existencia humana y a su relación con Dios que tendrá su culminación en la primera parte de La Religión dentro de los límites de la mera razón. En la primera crítica, Kant plantea las tres preguntas que determinan el desarrollo de su filosofía: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar? (A804-805/B 832-833). La tercera pregunta tiene un fuerte componente existencial. Para saber qué podemos esperar el hombre debe no solo escuchar la voz de su conciencia moral, sino también mirarse a sí mismo y ver cuáles son sus tendencias morales constitutivas. Y a pesar de que los conceptos de deber e inclinación y la afirmación de la dignidad humana a partir de la autonomía moral que encontramos en la Fundamentación nos permiten dar una primera respuesta acerca de nosotros mismos desde el punto de vista ético, la afirmación fundamental solo la encontraremos en la primera parte de La Religión, al decir Kant que el hombre es malo por naturaleza, esto es, al afirmar el mal radical.

    ¿Qué quiere decir Kant cuando afirma que el hombre es malo por naturaleza? ¿Cómo justifica él una afirmación aparentemente tan categórica y que parece contradecir la grandeza moral que el mismo autor asocia al hombre como destinatario del imperativo categórico y sujeto de la autonomía moral?

    Antes de entrar en el análisis detallado de los textos, quisiera hacer dos comentarios. En primer lugar, la idea de mal radical es la versión racionalista que Kant propone de la idea teológica de pecado original (cf. Wood 2014, 55-56). Esto tiene gran importancia para la comprensión del texto. Como explica Bentué en el libro La opción creyente, es a partir de la diferencia entre lo que la realidad debería ser y lo que de hecho es que la conciencia humana postula una situación originaria de caída. Citando a Rahner, señala: "Obtenemos el saber, la experiencia y el sentido de lo que es el pecado original, en primer lugar desde una interpretación religioso-existencial de nuestra propia situación, desde nosotros mismos (Bentué 2015, 37; Rahner 1979, 140). Estas ideas son perfectamente aplicables a la reflexión kantiana. Como veremos más adelante, Kant afirma, a propósito de la tendencia humana al mal, que la prueba protocolaria de que tal propensión corrupta tenga que estar enraizada en el hombre podemos ahorrárnosla en vista de la multitud de estridentes ejemplos que la experiencia nos pone ante los ojos en los actos de los hombres (Ak. VI 32-33), para enumerar a continuación actos de maldad y de crueldad que tienen lugar tanto en el estado de naturaleza como en el estado civilizado. Vemos entonces que la idea del mal radical, así como la del pecado original, están enraizadas en una observación fenomenológica de la condición humana. Kant buscará una salida al estado de maldad en que se encuentra la humanidad a través de una revolución en la disposición moral fundamental" (Revolution in der Gesinnung) que tiene lugar por medio de una decisión personal. Estos dos puntos son claramente problemáticos. El presente trabajo apunta a ellos y su objeto consiste en determinar si Kant fundamenta de manera suficiente la afirmación el hombre es malo por naturaleza y, además, si la idea de una revolución en la disposición moral fundamental como respuesta a la maldad inherente a la

    Enjoying the preview?
    Page 1 of 1