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Flatulencia (vulgarmente pedo, peo o gas) es la mezcla de gases intestinales que es

expulsada por el ano, con un sonido y olor característicos.1 Estos gases


intestinales provienen de tres fuentes: gases producidos a partir de los alimentos
por colonias de bacterias intestinales2 y levaduras simbióticas que viven en el
tracto gastrointestinal de los mamíferos;1 dióxido de carbono (CO2), que se produce
por la neutralización del ácido gástrico; y aire tragado.2 Cuando son excesivos o
malolientes suelen indicar la presencia de una enfermedad no diagnosticada o no
tratada, entre las que destacan la enfermedad celíaca, la sensibilidad al gluten no
celíaca, el síndrome del intestino irritable y la intolerancia a la lactosa.34

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Sonido de una flatulencia típica de un ser humano.
Los gases originados por la fermentación bacteriana (principalmente hidrógeno y
metano) suponen aproximadamente las ¾ partes del total de la flatulencia.2 En
personas sanas, la frecuencia de evacuación de gases a través del recto es
variable.56

Índice
1 Flatulencia desde el punto de vista médico
2 Composición
3 Olor de una flatulencia
4 Causas
5 Mecanismo de acción
5.1 Flatulencia anal
5.2 Flatulencia vaginal
6 Reacciones
7 Impacto ambiental
8 La flatulencia en la literatura y el arte
9 La flatulencia en la mitología
10 La flatulencia en el cine y artes audiovisuales
11 Véase también
12 Referencias
13 Bibliografía
14 Enlaces externos
Flatulencia desde el punto de vista médico
Cuando existe una excesiva producción y evacuación de gases odoríferos, puede
llegar a ser socialmente incapacitante para algunas personas.5 En general, la causa
se debe a la fermentación por la microflora del colon de sustancias no digeridas.5
Es un problema multifactorial y puede tratarse de la manifestación de una dolencia
orgánica,5 como los trastornos de malabsorción.5

El cuerpo humano está habitado por una comunidad de microorganismos vivos


denominados microbiota. Se estima que está compuesta por unas 1014 células, diez
veces más que el total de las células humanas, la mayoría en el colon, predominando
Firmicutes, Bacteroidetes y Actinobacteria.

Las principales enfermedades que, sin tratamiento, pueden provocar un exceso de


gases o que estos sean malolientes son la enfermedad celíaca, la sensibilidad al
gluten no celíaca, el síndrome del intestino irritable y la intolerancia a la
lactosa.34

Todos los animales expulsan flatos, incluyendo a muchos invertebrados, pájaros,


gusanos, hormigas, peces y reptiles. Debido a su diferente dieta, el flato de
carnívoros, tales como perros y gatos, por lo general es más oloroso que el de los
herbívoros, tales como las vacas.

La producción de gas en la fermentación bacteriana depende fundamentalmente de la


cantidad de residuos fermentables de la dieta no absorbidos en el intestino delgado
que llegan al colon y de la composición de la flora colónica

Composición
La flatulencia humana está compuesta de:

nitrógeno (ingerido, 70-85%)


hidrógeno (producido por unos microbios y consumido por otros, 0-50%)
dióxido de carbono (producido por microbios aerobios o ingerido, 10-30%)
metano (producido por microbios anaerobios, 0-10%)
oxígeno (ingerido, 0-10%).
Los flatos también contienen partículas aerosolizadas de excrementos, aunque en
cantidades minúsculas.

La flatulencia está compuesta principalmente por nitrógeno y no por metano, como


comúnmente se cree.

El metano es producido por microorganismos metanógenos pertenecientes al dominio


Archaea (no al dominio Bacteria) que se encuentran en el interior del intestino. El
metano y el hidrógeno son inflamables, por lo que algunas flatulencias son
susceptibles de encenderse con fuego. A pesar de esto, algunas pruebas sugieren que
dos de cada tres personas no expulsan metano en sus flatulencias.

Olor de una flatulencia


El intenso mal olor característico proviene de trazas de otros constituyentes
producidos por la ruptura de proteínas:

ácido butírico (olor a mantequilla rancia).


compuestos del azufre.
sulfuro de hidrógeno (olor a huevos podridos).
disulfuro de carbono.
Causas
Los gases intestinales provienen de fuentes exógenas (90%) y endógenas (10%). Los
gases endógenos se producen como derivados de la digestión de cierto tipo de
comida. Los alimentos que producen flatulencias son, por lo general, ricos en
carbohidratos complejos (especialmente oligosacáridos como la inulina) e incluyen
habichuelas, leche, cebollas, batatas, castañas, brócoli, coles, alcachofas,
levadura del pan, huevos, etc. En las habichuelas, los gases endógenos parecen
provenir de los oligosacáridos, carbohidratos que son resistentes a la digestión.
Estos pasan al intestino delgado prácticamente sin modificar y, cuando alcanzan el
intestino grueso, las bacterias se alimentan de ellos, produciendo una abundante
cantidad de gas.7

Las bacterias intestinales que se alimentan de la lactosa, en el caso de personas


con intolerancia a este disacárido, pueden producir un aumento excesivo de gas
cuando se consume leche u otras sustancias que contienen lactosa.

Mecanismo de acción
Flatulencia anal

El músculo esfínter interno del ano, integrante del extremo final del aparato
digestivo.
Los sonidos comúnmente asociados con la flatulencia se producen por la vibración de
la apertura anal. El sonido varía dependiendo de lo contraído que se encuentre el
músculo del esfínter y la velocidad a la que se expulsa el gas, así como otros
factores como la humedad y la grasa corporal. El músculo esfínter interno del ano,
o esfínter anal interno, se encuentra en la parte interior del recto, del cual es
una continuación de su capa muscular circular interior. Es uno de los dos
esfínteres del ano. El flato llega al ano siguiendo los mismos movimientos
peristálticos que las heces, produciendo sensaciones similares de urgencia e
incomodidad. Las terminaciones nerviosas en el recto aprenden a distinguir entre
flatos y heces, aunque las deposiciones demasiado fluidas pueden llegar a confundir
estos sensores y provocar una defecación accidental.

Flatulencia vaginal
Artículo principal: Ventosidad vaginal
Flatulencia vaginal es el aire que se libera a través de la vagina acompañado por
un sonido similar al que ocurre en la flatulencia anal. La ventosidad vaginal,
conocida también como flatulencia o pedo vaginal, es la emisión o expulsión de aire
acumulado en la vagina y puede ocurrir durante el acto sexual, un estiramiento, el
ejercicio físico o a voluntad. Su sonido es comparable a la flatulencia del ano.
Sin embargo, no implica eliminación de gases intestinales y carece de olor. No se
trata de una flatulencia real porque no deriva de la fermentación de bacterias.

Reacciones
Aunque es probable que el humor de la flatulencia se considere divertido, muchas
culturas consideran descortés hacer público un gas interno. Rara o comúnmente (esto
dependiendo muchas veces del sitio y de las personas presentes), se le puede hacer
burla (por medio de risa o hasta lenguaje soez) a quien ha liberado la flatulencia.
A esto, muchas veces se siente vergüenza. En casos contrarios, el individuo que
llega a percibir el sonido y/o el aroma puede incluso enojarse.

Impacto ambiental

La flatulencia es solamente una pequeña porción de la liberación de metano a partir


de las vacas. Estas también eructan metano, debido a la fisiología de su aparato
digestivo.
Se culpa a menudo a la flatulencia de ser una fuente importante de gases de efecto
invernadero, debido a la creencia errónea de que el metano liberado por el ganado
está en el flato. Si bien el ganado produce cerca del 20% de las emisiones
mundiales de metano, el 90-95% del que es liberado lo es por exhalación o eructos.

Países como Nueva Zelanda producen grandes cantidades de productos agrícolas; por
lo tanto, se encuentran en posición de tener altas emisiones de metano del ganado
en comparación con otras fuentes de gases de efecto invernadero. El Gobierno de
Nueva Zelanda ha firmado el Protocolo de Kyoto para tratar de reducir las emisiones
de efecto invernadero. Para lograr esto, después de una investigación agrícola, fue
propuesto un impuesto, que rápidamente se hizo conocido como un «impuesto al pedo».
El gobierno se encontró con la negativa de los agricultores, grupos de presión
agrícolas y políticos de la oposición.

En Fresno, California, se utiliza un sistema para recoger metano derivado de ganado


lechero y convertirlo en biogás en asociación con Pacific Gas & Electric (PG&E) y
Soluciones de Bioenergía, mediante el cual ésta vende el metano recogido a partir
del excremento de vaca a PG&E, que luego convierte el metano en biogás utilizable,
muy similar al gas natural. Se debe reconocer, no obstante, que esto no tiene nada
que ver con la flatulencia. El gas en cuestión se produce por fermentación.

En Argentina, el doctor Guillermo Berra ―del INTA (Instituto Nacional de Tecnología


Agropecuaria) de ese país― logró recolectar, purificar y comprimir los gases que
emiten los bovinos. Su intención es utilizarlos como fuente alternativa de energía.
Según el doctor Berra, se podrá utilizar en varios dispositivos. Mediante este
sistema podrían disminuir las emisiones de un gas que provoca el efecto
invernadero.8

La flatulencia en la literatura y el arte

L'Art de péter, El Arte de Peerse (en Westphalie, Chez Florent-Q, rue Pet-en-
Gueule, au Soufflet, MDCCLXXVI).
Aristófanes (444-385 AC) escribió en 424 Los caballeros, cuyo texto es escatológico
y contiene numerosos pasajes de flatulencias.
Dante Alighieri (1265-1321), en La Divina comedia en la última línea del capítulo
21 del «Infierno», se lee un ejemplo del uso demoníaco de una función natural del
cuerpo: Ed elli avea del cul fatto trombetta ("y él había, del culo, hecho
trompeta").
Geoffrey Chaucer (1343-1400) escribió Los Cuentos de Canterbury. En el Cuento del
molinero, hay una de las incidencias más celebradas del humor de flatulencia en
literatura inglesa: «Nicholas levantó rápidamente la ventana y asomó su culo hacia
afuera... Entonces Nicholas dejó escapar un pedo con un ruido tan grande como un
trueno, de modo que Absolom casi fue arrojado por su fuerza. Pero él tenía listo su
hierro caliente y golpeó violentamente a Nicholas en el medio de su culo» (líneas
690-707).
Friedrich Dedekind (siglo XVI), Grobianus et Grobiana, aparecen en Inglaterra en
1605 como La escuela de Slovenrie: «Oh, Cato se dio vuelta de adentro hacia
afuera», publicado por R. F. Esta escuela enseñaba a sus estudiantes que contener
el deseo de orinar, peer y vomitar era algo malo para la salud. De esta manera, uno
tiene que complacer libremente las tres actividades.
Francois Rabelais (1494-1553) escribió en (1532) Gargantua y Pantagruel. En esta
obra, se refiere a un pedo que hizo temblar la tierra nueve millas a la redonda.
Montaigne (1533-1592), escribió el capítulo «De los recipientes para descargar el
vientre» (en su ensayo La fuerza de la imaginación), que es una discusión acerca de
la flatulencia: «Yo mismo conocí uno tan bruto, que por cuarenta años utilizó su
culo como respiradero principal intermitentemente hasta que murió de ello».
Miguel de Cervantes (1547-1616), en El Quijote de la Mancha, capítulo 20, Don
Quijote y Sancho Panza van en busca de agua. Es de noche y tienen mucha sed. De
repente oyen uno golpes, y a Sancho le entra mucho miedo. No quiere que don Quijote
se vaya para enfrentarse a esta ‘aventura’ y con llantos y sollozos intenta
retenerlo. Como su amo no se deja ablandar, el escudero recurre a una maña atando
los pies de Rocinante de modo que no puede moverse. Para entretener a don Quijote,
Sancho le cuenta una historia de manera muy torpe. Como no osa alejarse, el
escudero hace su necesidades al lado de don Quijote y explica un flato como señal
de una nueva aventura «¿Qué rumor es ese, Sancho? - Alguna cosa nueva debe de ser».
Francisco de Quevedo (1580-1645) en su obra Gracias y desgracias del ojo del culo
demuestra que «se ha de advertir que el pedo antes hace al trasero digno de
laudatoria que indigno de ella». En su Poema al Pedo trata de explicar en forma
rimada qué es un pedo, cómo son los pedos y hace notar que todas las personas
producen gases.
Hans Jakob Christoph von Grimmelshausen (1621-1676) fue un escritor alemán del
Barroco. Su obra sentó las bases de la novela barroca alemana. Escribió diez libros
pero solamente se han traducido al español cinco. Entre ellos El aventurero
Simplicíssimus que empieza narrando la educación como huérfano del héroe, educado
por un aldeano casi como un animal de granja más. Esto se aprecia en el siguiente
pasaje “Mientras yo me divertía con estas peroratas se me escapó, sin pensarlo, un
viento tan enorme de la barriga, que ambos, secretario y yo, quedamos asustados. Al
instante se anunció con tal potencia, en mi nariz y en toda la estancia, como si no
se le hubiese oído antes lo suficiente. ¡Lárgate, marrano!, exclamó el secretario,
vete con los otros cerdos a la pocilga, casarás mejor con aquellos que conversando
con gente honorable. Pero se vio obligado, tanto como yo, a evacuar el lugar y
dejar todo el espacio a la maldita pestilencia”.
Benjamin Franklin (1706-1790), escribió alrededor de 1781 el ensayo «Pee
orgullosamente». En él discute los diferentes componentes de la comida y su
influencia en el olor de los flatos.
Pierre-Thomas-Nicolas Hurtaur (1719-1791), escribió el ensayo físico teórico «El
Arte de tirarse pedos» en 1751, cuyo extracto es el siguiente: "Es en el mundo
social donde el pedo puede tener sus mejores desarrollos, ya sea para iniciar una
conversación, para hacer callar a un contertulio fatigoso o como salida triunfal en
una disputa dialéctica. Hay que ser claro: el pedo es un acto de afirmación
existencial solo al alcance de aquellos que han conquistado su libertad más allá de
los prejuicios sociales".
Marqués de Sade (1740-1814), cuyo nombre completo fue Donatien Alphonse François de
Sade, escribió La filosofía en el tocador. En ella, unos "educadores", en el
transcurso de unas horas, corrompen completamente a una adolescente. Aparece en la
obra el siguiente pasaje "Sra de Saint-Age: Cuanto queráis, amigo mío; mas mi
venganza está dispuesta, te lo advierto; juro que a cada vejación, te soltaré un
pedo en la boca. Dolmancé: ¡Ah! ¡Santo Dios! ¡Qué amenaza! Es apremiarme a
ofenderte. (La muerde.) ¡Veamos si mantienes la palabra! (Recibe un pedo.) ¡Ah!
¡Joder! ¡Delicioso, delicioso!... (Le da un azote y al instante recibe otro pedo).
¡Oh! ¡Es divino, ángel mío!".
Esteban Echeverria (1805-1851), en su obra El Matadero, comenta que a falta de
carne y excesivo consumo de legumbres, se desata en la población una epidemia de
gases. «Se originó de aquí una especie de guerra intestina entre los estómagos y
las conciencias, atizada por el inexorable apetito y las no menos inexorables
vociferaciones de los ministros de la Iglesia, quienes, como es su deber, no
transigen con vicio alguno que tienda a relajar las costumbres católicas: a lo que
se agregaba el estado de flatulencia intestinal de los habitantes, producido por el
pescado y los porotos y otros alimentos algo indigestos».

Joseph Pujol, alias le Pétomane


Juan Valera (1824-1905): un pedo es el eje central de su cuento La Reina Madre.
Émile Zola (1840-1902): en La Tierra (el volumen 15 de la serie Les Rougon-
Macquart), del hijo mayor de Fouan pee cuando desea y gana concursos por esta
destreza.
Guillaume Apollinaire (1880 1918), en su obra Las Once Mil Vírgenes, se refiere a
pedos en cinco oportunidades. En el capítulo 1 página 26 "dejó escapar dos o tres
buenos pedos que apestaron la atmósfera ...".
James Joyce (1882-1941): en Ulises (1922), el personaje Leopold Bloom se tira pedos
en el capítulo de las sirenas.
Domingo Acosta Guión (1884-1959) nació en Canarias y fue uno de los poetas de la
isla de La Palma. Gran parte de su obra se perdió durante la Guerra Civil española,
debido a la militancia republicana del autor; no obstante, existe una antología
poética publicada en 2011. Maestro en el arte de lidiar con la escatología,
escribió El Madrigal del Pedo cuyos versos finales son “Cáguese, pues sin cuidado,/
que ahogar el culo es de necio,/ y que cuando es más sonado/el pedo no tiene
precio./ Por cumplidos no lo haga/ y cáguese en donde esté,/ porque si usted no se
caga/ pueden cagarse en usted./ Y después que haya aflojado/ dígale al pedo:
“¡Bendito!”/ y que siempre sea loado,/ si es que es pedo y no es pedito”.
Roberto Arlt (1900-1942) en Los lanzallamas, publicada en 1931, escribió: "Barsut
respira dificultosamente. La atmósfera del cuarto está caliente como la de un
horno,e impregnada por la deflagración de la pólvora, de un intenso olor a pedo
seco".
Leopoldo Marechal (1900-1970) en Adan Buenosayres, publicada en 1948, refiere "Y
vendrá la noche, y dos millones de cuerpos rendidos caerán a tierra; dos millones
de cuerpos horizontales, bajo la mirada sin sueño de Dios, dormirán ruidosamente
rajando a pedos las conyugales sábanas. Y quién velará en esta ciudad de la
gallina? Solo algunos espíritus insomnes que, junto a sus hermanos dormidos,
piensan en la Ciudad del Búho, en la ciudad interior que no se, ni se huele, ni se
toca". (Adán, P.58).
Samuel Beckett (1906-1989), escribió en 1951 en francés la obra de teatro Molloy,
En ella, discute la Antropología del Pedo: "En invierno me envolvía, bajo el
abrigo, con tiras de papel de periódico, y no me las quitaba hasta que despertaba
la tierra, hasta que despertaba realmente, en abril. El Suplemento Literario del
Times era excelente a tal efecto, de una solidez e impermeabilidad a toda prueba.
Ni los pedos lo rompían. Qué voy a hacerle, suelto ventosidades a cada paso, de
modo que alguna alusión he de hacer de vez en cuando al asunto, pese a la lógica
repugnancia que me inspira. Un día conté mis gases. Trescientos quince en
diecinueve horas, lo que da una media de más de dieciséis pedos por hora. Lo cual
no es mucho. Cuatro pedos cada cuarto de hora. Total, nada. Ni un pedo cada cuatro
minutos. Es increíble. Vaya, vaya, soy un pedorrero de pacotilla, he hecho mal en
decir otra cosa. Resulta extraordinario cómo las matemáticas ayudan a conocerse a
sí mismo".
Julio Cortázar (1914-1984), en el capítulo "Lucas, sus pudores" de su novela Un tal
Lucas (1979), se refiere a la inhibición que provoca ir a los servicios en casa
ajena. Al respecto, describe el problema de soltar un gas en el cuarto de baño "Si
el invitado que va al baño es Lucas, su horror sólo puede compararse a la
intensidad del cólico que lo ha obligado a encerrarse en el ominoso reducto. En ese
horror no hay neurosis ni complejos, sino la certidumbre de un comportamiento
intestinal recurrente, es decir que todo empezará lo más bien, suave silencioso,
pero ya al final, guardando la misma relación de la pólvora con los perdigones en
un cartucho de caza, una detonación más bien horrenda hará temblar los cepillos de
dientes en sus soportes y agitarse la cortina de plástico de la ducha, Nada puede
hacer Lucas para evitarlo; ha probado todos los métodos, tales como inclinarse
hasta tocar el suelo con la cabeza, echarse hacia atrás al punto de que los pies
rozan la pared de enfrente, ponerse de costado e incluso, recurso supremo,
agarrarse las nalgas y separarlas lo más posible para aumentar el diámetro del
conducto proceloso. Vana es la multiplicación de silenciadores tales como echarse
sobre los muslos todas las toallas al alcance y hasta las salidas de baño de los
dueños de casa; prácticamente siempre, al término de lo que hubiera podido ser una
agradable transferencia, el pedo final prorrumpe tumultuoso".
Adolfo Bioy Casares (1914-1999) escribió en su diario de conversaciones con Jorge
Luis Borges "Es que un artista no se resigna a contar exactamente cómo fue un
almuerzo en una casa burguesa. Inventa algo” Octavio Paz envió a “Sur” un poema de
amor, con el verso "tus pedos estallan y se disipan". Borges: “Se verá a sí mismo
como un conquistador de nuevas regiones para la poesía... Qué regiones”. Bioy:
“Menos mal que se disipan”. Borges: “Si no, serían esos pedos sin ruido y sin olor,
de que hablan los chicos; la idea abstracta. El diario fue publicado en 2006 por
Daniel Martino.
Alejandro Dolina (1944) escribió el cuento breve Historia del que se desgració en
el tren, en donde vincula al hecho de desgraciarse con los demonios y la mala
suerte en el momento menos indicado: "Gorriti tomaba todos los días el tren de las
14.35. Y todos los días se fijaba en una estudiante morocha. Con prudente astucia
trataba de ubicarse cerca de ella y -a veces- ligaba una mirada prometedora. Una
tarde empezó a saludarla. Y algunos días después tuvo ocasión de hacerse ver,
ayudándola a recoger unos libros desbarrancados. Por fin, un asiento desocupado les
permitió sentarse juntos y conversar. Gorriti aceleró y le hizo conocer sus
destrezas de picaflor aficionado. No andaba mal. La morocha conocía el juego y
colaboraba con retruques adecuados. Sin embargo, los demonios decidieron
intervenir. Saliendo de Haedo, la chica trató de abrir la ventanilla y no pudo. Con
gesto mundano, Gorriti copó la banca. Se prendió de las manijas, tiró hacia arriba
con toda su fuerza y se desgració con un estruendo irreparable. Sin decir palabra,
se fue pasillo adelante y se largó del tren en Morón. Desde ese día empezó a tomar
el tren de las 14.10".
Augusto Roa Bastos (1917-2005) escribió el cuento Bajo el puente, en donde expone
la afinidad entre un pedo y su dueño: "Al niño lo tratamos muy bien. La voz del
maestro yéndose: Claro, cómo no, don Chiquito. A cada uno le güele bien su pedo".
Paco Ignacio Taibo I (1924-2008) escribió un ensayo dedicados a la historia de la
gastronomía y sus diferentes aspectos. El libro Breviario de la Fabada se publicó
por primera vez en 1981 y ha sido editado en dos ocasiones. En él aparece un
capítulo llamado "La defensa del pedo". Allí se refiere: "El día 17 de febrero de
1816 el Inquisidor General para todas las Américas prohibió, bajo pena de
excomunión mayor, que el pedo fuera defendido. Don Francisco Javier Mier y
Campillo, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica, obispo de Almería,
caballero de la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden de España de Carlos III y
otros títulos, nombramientos, aspavientos y aclamaciones más, era enemigo jurado
del pedo.En el documento en que prohíbe que se lea el libro titulado Defensa del
pedo, el obispo advierte que lo que pretende con la prohibición es prevenir el daño
..." y continúa.
Guillermo Cabrera Infante (1929-2005) escribió la novela Ella cantaba boleros en
1999. En ella finaliza el relato con un pedo: "Estrella me dijo, Nadar mi socio
¿estás inflando un globo?, queriéndome decir (yo lo conozco bien) que me estaba
peando y me acordé de Dalí que dijo que los pedos son el suspiro del cuerpo y casi
me reí porque se me ocurrió que el suspiro es el pedo del alma y la Estrella seguía
roncando sin importarle nada de nada, y el fracaso aquel parecía solamente el mío y
me levanté y fui a la cocina a tomar un trago que me bebí allá en silencio y en
silencio me llegué hasta la puerta y me fui".
Milan Kundera (1929) escribió la novela La insoportable levedad del ser. En ella,
la madre de Teresa se tira pedos como ilustra el siguiente pasaje: "Luego la madre
dijo: «Teresa no quiere hacerse a la idea de que el cuerpo humano mea y echa
pedos». Teresa estaba roja de vergüenza pero la madre continuaba: «¿Hay algo de
malo en eso?» y ella misma respondió de inmediato a su pregunta: soltó una sonora
ventosidad. Todas las mujeres se rieron".
Eduardo Mendoza (1943) escribió la novela El asombroso viaje de Pomponio Flato en
2008. Transcurre en el siglo I de nuestra era. Pomponio Flato viaja por los
confines del Imperio Romano en busca de unas aguas de efectos portentosos. Esta
novela es una parodia de novela histórica, policial y hagiográfica El protagonista
va desvelando entre pedo y pedo un misterioso asesinato.
Philip Roth (1933) escribió en su novela El mal de Portnoy en 1969: "Cuando yo me
tiro pedos en la bañera ella se hunde y besa las burbujas".
Abelardo Castillo (1935), escribió la novela Crónica de un iniciado en 2009. El
protagonista, Esteban Espósito, llega sin saber cómo a Córdoba, Argentina, ciudad
tan mítica como real, donde el tiempo parece comportarse de un modo inexplicable, y
donde pasará treinta y seis horas decisivas de su vida, en octubre de 1962. En la
inminencia de la guerra por la crisis de los misiles, escribe: "En nuestros días no
queda un solo hombre, por grande y universal que sea, capaz de pensar el mundo como
Imago, como mansión, capaz de rearmarlo desde sus escombros. Y, en aquel tiempo,
por lo menos hubo uno, y fue el último. "Si me vas a nominar al taradón de Hegel",
prorrumpió el padre Cherubini algo atragantado por el último vaso, "me levanto y
lanzó un horrísono pedo”.
James Scott (1936), en su libro Los dominados y el arte de la resistencia, escribió
"Cuando el gran señor pasa, el campesino sabio hace una gran reverencia y
silenciosamente se echa un pedo".
Ana Maria Shua (1950) hizo una recopilación titulada El Libro de los Pecados, los
Vicios y las Virtudes, en la cual incluye un cuento popular árabe titulado "El Pedo
Histórico". En un pasaje, cuenta: "Las doncellas exhibieron a la novia siete veces
seguidas con distinto traje, y tan hermosa era que los invitados pidieron que
pasara una octava vez. Las señoras de edad la condujeron a la alcoba y la acostaron
y prepararon para recibir a su esposo. Abd-el-Kader se dirigió a la alcoba a paso
lento y erguido y para demostrar que era un señor, al entrar se sentó un momento en
el sofá y luego se levantó para despedir a las mujeres cuando, ¡oh dolor!, el
vientre atiborrado de viandas pesadas y bebidas fuertes, se le escapó un pedo
ruidoso y prolongado.Todos disimulan. Las doncellas hablan entre sí, la novia
sacude sus pulseras, para disimular el ruido.Abd-el-Kader siente tal vergüenza que
baja al patio de la casa, ensilla una yegua y huye, llorando, en la noche, cruza
dormidos poblados hasta la orilla del mar, donde embarca en un navío rumbo al
Hindustán, y surca el mar hasta la costa Malabar".
Iain Banks (1954) escribió en su novela La fábrica de Avispas en 1984 acerca de un
detector telepático de pedos que posee el padre en la novela "Mi padre tiene una
teoría sobre la relación entre la mente y el intestino es crucial y muy directo. Ha
afirmado que desde diversos pedos puede decir no sólo lo que la gente ha comido o
bebido, sino también el tipo de persona que son, lo que tienen que comer, si son
emocionalmente inestables o molestos, si se mantienen secretos, riéndose de ti a
tus espaldas o tratando de congraciarse contigo, e incluso lo que están pensando en
el momento preciso en que emita el pedo (esto en gran parte del sonido.)”.
Jo Nesbø (1960) escribió El doctor Proctor y los polvos tirapedos, en donde cuenta
que "había una vez una hermosa princesa que vivía en un palacio rodeado de un
jardín repleto de rosas y orquídeas. Pero eso es otra historia. Esta trata de
pedos. Pero no de esos pedetes que sueltas sin que nadie se dé cuenta. No, aquí
estamos hablando de pedos como cañonazos, de pedos que revientan los pantalones y
lanzan a los niños por los aires. Y esta historia también trata un poco de unos
malvados gemelos, de una rata de agua de Mongolia, de unos flanes larguísimos y de
una serpiente constrictora aún más larga. Pero sobre todo trata de lo que pasa
cuando Tapón, un niño diminuto, pelirrojo de un rojo chillón, se muda a la calle de
los Cañones y conoce a Lise y a un profesor chiflado o casi, una mañana soleada, el
día antes de la fiesta nacional de Noruega".
Joël Dicker (1985), escribió en 2012 La verdad sobre el caso Harry Quebert en él
cuenta que la madre del protangonista. Marcus Goldman, presiente que su hijo tiene
ganas de tirarse un pedo y le dice " si quieres me voy afuera para que te tires tu
pedo"
He Gassen En Japonés: 屁 合 戦 Competencia de pedos o Batalla de Pedo. Se trata de
arte japonés en rollos de papel creado durante el periodo Edo de Japón por un
artista desconocido. Los rollos de papel han sido digitalizados por la Biblioteca
de la Universidad de Waseda conocida también como Soudai en Japón. Estos dibujos y
otros similares fueron creadas en respuesta a la creciente intrusión de los
europeos en Japón durante el período Edo. Los rollos de papel muestran al pueblo,
en su mayoría hombres, en varios estados de desnudez tirando pedos en dirección de
otras personas, animales y otros objetos.Los pergaminos fueron dibujados en torno a
1810 y representan un imaginativo muestrario de batallas y duelos en los que las
flatulencias son las únicas armas utilizadas: pedos de un jinete desde su caballo
hacia un peatón, duelos de dos pedorros contra dos, cómo hacer levitar a un gato
con un pedo o a un monje con sendos pedo-chorros femeninos, cómo almacenar pedos en
sacos como armas de destrucción olfativa y así hasta agotar el catálogo de
situaciones ridículas.
PHegassen scroll
Rollo completo He-gassen.

La flatulencia en la mitología
Los Kappa. En la mitología japonesa los kappa se suelen representar como seres
humanos del tamaño de un niño, pero su forma es la de una rana. En su cara el
aspecto es de una tortuga. En ocasiones se los representa con un caparazón.
Naturalmente los kappas habitan en ríos y lagunas de Japón. Se desplazan con sus
extremidades con forma de aleta y logran grandes velocidades al nadar. En los
cuentos tradicionales japoneses estos personajes aparecen en el rol de los malos.
Suelen tirarse flatulencias muy fuertes, se esconden para mirar mujeres mientras se
desvisten, roban en los huertos y también raptan a niños o mujeres. Muchas aldeas
japonesas utilizan fuegos artificiales cada año para asustar a los malos espíritus,
entre ellos los kappa. Sin embargo, según la mitología, son seres muy educados
porque siguen a la perfección el código de conducta japonés.

La flatulencia en el cine y artes audiovisuales


En la serie de videojuegos Samurai Shodown el personaje Earthquake se distingue por
sus ataques con flatulencias (un agarre que dirige la cara del oponente a su
trasero y le expulsa un flato en la cara). En el crossover SVC Chaos: SNK vs.
Capcom, el mismo peleador puede expeler nubes de gases intestinales de corto
alcance.
En la película Locura en el Oeste, de Mel Brooks, unos vaqueros sentados alrededor
del fuego comen frijoles. A los pocos minutos comienzan con una serie de flatos que
inundan el aire de la región.
En la película ¡Ay, Carmela! de Carlos Saura se representa una comedia. El público,
enloquecido, pide al primer actor «¡los pedos, los pedos!», pues es una destreza
suya la capacidad de expeler gases. El público delira por esto.
En la película Amarcord de Federico Fellini el personaje del abuelo se aparta luego
de la comida a una habitación para llevar a cabo ejercicios con las piernas y
mientras cuenta se tira pedos.
En la película Fanny y Alexander de Ingmar Bergman un tío del protagonista
principal Carl Ekdahl, se tira pedos repetidamente durante la fiesta de Navidad
para divertir a los niños.
En la película Beavis and Butt-Head do America, los personajes principales
encuentran a dos hombres en el desierto, quienes les demuestran su habilidad para
expeler gases.
En la película Diario de una niñera, la protagonista Annie Braddock (interpretado
por Scarlett Johansson), deja escapar un pedo en la bañera y es sorprendida por la
dueña de casa (Laura Linney).
En la película Espias como nosotros, Emmett, el personaje interpretado por Chevy
Chase, emite un pedo durante la prueba de acceso a los servicios de inteligencia
para luego echarle la culpa a un inocente.
En la película franco italiano La grande bouffe (en castellano titulada La gran
comilona) de Marco Ferreri Michel, el personaje interpretado por Michel Piccoli,
tiene frecuentes ataques de meteorismo y será esta la causa de su grotesca muerte.
En la película anglo francés Shaun of the Dead conocida como Zombies party (Una
noche de muerte) en España y El desesperar de los muertos o Muertos de risa en
Hispanoamérica de Edgar Wright, Ed, el personaje interpretado por Nick Frost, tiene
el hábito de emitir gases sin sonido pero con muy mal olor. Esto se puede ver por
las reacciones de su compañero de cuarto Shaun.
En la película neozelandés Braindead de Peter Jackson un brioso intestino humano se
divierte emitiendo esporádicamente flatulencias contra los protagonistas.
Como agua para chocolate es una película mexicana basada en el libro homónimo de la
escritora mexicana Laura Esquivel fue dirigida por el prestigioso Alfonso Aráu en
1992. En ella la protagonista prescibe a su hermana (injustamente casada con su
amado) una dieta que empeora su salud acentuandose el meteorismo llevando a la
mujer a la muerte mientras "respira" de manera extraña.
En la película El Balneario de Battle Creek de Alan Parker, George, hijo degenerado
del Dr. Kellogg, interrumpe la fiesta de Navidad emitiendo un fragoroso pedo.
En el largometraje de dibujos animados Shrek de Andrew Adamson se afirma que la
flatulencia «está mejor fuera que dentro». El protagonista obtiene el pescado en un
río después de su baño para haber matado a varios con su emisión copiosa de flatos.
En la película El profesor chiflado de Eddie Murphy, interpreta a Sherman Klump,
Buddy Amor y a varios miembros de la familia Klump. Entre esos personajes está el
padre. Sherman lleva a cenar a su novia a casa de sus padres. Durante la cena su
madre, también interpretada por Eddie Murphy, pondera la limpieza del colon como un
método para mantenerse inmune. Es entonces cuando el padre dice que quiere tener el
colon limpio en ese preciso instante y suelta un sonoro pedo. Y ese pedo será el
primero de una seguidilla inmunerable hasta que todos los participantes de la cena
se abanique o tapen sus narices.
'En la película Bruce Almighty; (titulada Como Dios en España y Todopoderoso en
Hispanoamérica) es una comedia estadounidense de 2003 dirigida por Tom Shadyac y
protagonizada por Jim Carrey, Morgan Freeman y Jennifer Aniston. Bruce Nolan (Jim
Carrey) es un reportero de noticiario insatisfecho con su trabajo que quiere
convertirse en presentador de noticias, esperando un ascenso que le es negado y es
otorgado a su compañero de trabajo y enemigo Evan Baxter (Steve Carrell). Como
consecuencia de esto, insulta a sus entrevistados por su enojo. Es despedido y
después de un número de incidentes Nolan se queja y grita contra Dios por las cosas
que le han pasado. Al día siguiente Bruce es contactado por el mismo Dios (Morgan
Freeman) quien le da sus poderes para que pruebe que puede hacer un mejor trabajo.
Bruce abusa egoistamente de sus poderes para humillar a su rival de trabajo
haciéndolo quedar en ridículo ante todo el equipo técnico y los espectadores. Para
ello le provoca un sonoro y prolongado pedo mientras está al aire en el programa de
noticias. Evan se disculpa pero es despedido por ello.
En la película Mystery Men ("Hombres misteriosos") de 1999, el personaje
interpretado por Paul Reubens, The Spleen, su poder está su flatulencia.
En la película Along Came Polly (titulada Y entonces llegó ella en España y Mi
novia Polly en Hispanoamérica) es una comedia romántica estadounidense del 2004,
escrita y dirigida por John Hamburg, y protagonizada por Ben Stiller, Reubben
Feffer y Jennifer Aniston Polly Prince. Philip Seymour Hoffman en el rol de Sandy
Lyle confiesa a su amigo Reubben Feffer que ha expelido un gas pero al hacerlo
sufrió una defecación accidental y debe retirarse.
En la película Step Brothers (2008) (titulada Hermanos por pelotas) Brennan Huff
(Will Ferrell) tiene treinta y nueve años, vive con su madre, Nancy (Mary
Steenburgen), y suele conseguir empleos esporádicos. Dale Doback (John C. Reilly),
es un desempleado terminal de cuarenta años que vive con su padre, Robert (Richard
Jenkins). Cuando logra tener un contrato lo arruina tirándose un pedo muy
prolongado.
Laberinto; es una película fantástica estadounidense de 1986 dirigida por Jim
Henson. En su mayoría el reparto está conformado por títeres y seres fantásticos a
excepción del Jennifer Connelly (Sarah) y David Bowie (Jareth el Rey de los
Goblins). Durante su aventura, el rey intentará impedir que Sarah llegue a su meta,
poniéndola a prueba con juegos mentales, acertijos difíciles e innumerables trampas
a lo largo del laberinto, que constantemente cambia. En un pasaje debe cruzar la
Laguna del Hedor eterno plagada de rocas que estallan en flatulencias cuando se las
pisa.
La serie animada South Park presenta a dos comediantes, llamados Terrance y Philip,
que actúan presentando grandes flatulencias que causan una gran ofensa a los
residentes de South Park
Véase también
Meteorismo
Ventosidad vaginal
Ignición de flatulencias
Flato
Le Pétomane
Pedo de monja
Referencias
Ediciones Universidad de Salamanca©, ed. (2007-2014). «Flatulencia». Dpto. de
Sistemas de la Fundación General de la Universidad. Diccionario médico-biológico,
histórico y etimológico. Salamanca (España). Consultado el 19 de diciembre de 2014.
Kurbel, S; Kurbel, B; Vcev, A (2006). «Intestinal gases and flatulence: possible
causes of occurrence». Med Hypotheses 67 (2): 235-9. PMID 16574342.
«Flatulence». Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS). 12 de diciembre de
2017.
Czaja-Bulsa G (Apr 2015). «Non coeliac gluten sensitivity – A new disease with
gluten intolerance». Clin Nutr (Review) 34 (2): 189–94. PMID 25245857.
doi:10.1016/j.clnu.2014.08.012.
Azpiroz, F; Malagelada, JR (2005 Sep). «Abdominal bloating». Gastroenterology 129
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McGee, 1984, pp. 257-258
INTA (11 de octubre de 2013). http://intainforma.inta.gov.ar/?p=19084. Consultado
el 19 de febrero de 2014. Falta el |título= (ayuda)
Bibliografía
Cela, Camilo José: Diccionario secreto. Madrid: Alianza, 1974. ISBN 84-206-1997-3.
McGee, Harold: On Food and Cooking. Scribner, 1984. ISBN 0-684-84328-5.
Enlaces externos
Wikcionario tiene definiciones y otra información sobre pedo.
"Una solución que vale por dos". Artículo en el periódico argentino La Nación.
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IdentificadoresGND: 4145792-4Diccionarios y enciclopediasBritannica:
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Categorías: Aparato digestivoActividades tabúFluidos corporales
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