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Ensayo sobre Un cuento de negocios.

Un relato sobre ética, opciones,


éxito y un conejo muy grande.

Lo que muestra el relato es la ética en la humanidad la esencia


en todas sus dimensiones, la autora escoge un conejo con un solo
propósito: perseguir la consciencia del su amo o amigo: Edgar,
protagonista de esta historia, un conejo grande pero invisible a los
demás humanos, únicamente presente en la mente y realidad del
mundo de su acompañante, un hombre comprometido en poner en
práctica la famosa expresión o sistema de valores que su fantasma o
pooka le enseñara: “No sería honesto. No estría bien”. Este es por
decirlo así, el Lema que usa Ari para enseñarle a Edgar lo que debe
hacer, estas palabras son aplicadas en diferentes situaciones, desde
lo más cotidiano, hasta llevarnos a una evolución en donde la
aplicación de esta sencilla formula, lleva a Ari y a Edgar en muchas
situaciones difíciles pero que al final del camino los llevará a el triunfo
de esa carrera que desde un principio emprendieron siempre como
Pilar la Ética y honestidad.

El resultado filosófico de accionar en la vida, Edgar, perfila su rol


en la sociedad apegado a principios y valores que se vuelven práctica
común en su formación humana y personal desde la infancia cuando
le apareció su Pooka y que lo practicaría hasta cuando se vuelve un
hombre próspero en el mundo de los negocios y finanzas, su vida no
fue fácil, le rodearon elementos adversos a su convicción desde los
compañeros de aulas escolares acostumbrados a copiar desde sus
“fichas nemotécnicas” los exámenes escolares hasta la falsificación
contable en las grandes corporaciones donde tuvieron la oportunidad
de colaborar.

Lo que pasa con Edgar cobijado por su praxis axiológica fue un


modesto colaborador de cobros de peaje, lugar donde vio pasar el
tiempo con rectitud y prudencia, con serenidad y tolerancia, mientas
sus compañeros de aula rápidamente escalaban puestos ejecutivos
en las corporaciones y arribaron a la cúspide del éxito, la realización
personal y la gloría financiera sin mirar las circunstancias y las
implicaciones que sus malas prácticas le significaría en el futuro: la
quiebra, el despido, la prisión.

La autora, da como corolario algunos postulados producto de su


historia que bien valen analizarlo independientemente:

Lo que nosotros no usualmente lo hacemos es que “La


honestidad es un asunto exigente” y tiene razón, en una sociedad
mercantilista, vacía de principios y valores que sólo piensa en la
fortaleza de lo económico y material, es muy difícil sacar fuerza de
flaqueza para vencer las tentaciones de la corrupción y la mentira.
Ser honesto ya no es un valor cotizado, al contrario, es un sinónimo
de lentitud y retardo frente a las oportunidades que la mala práctica
comercial y administrativa maneja en la vida diaria.

La frase retorica que al “Seguir las reglas del juego significa sufrir
una contrariedad de vez en cuando”. Si la sociedad impone
estándares axiológicos de desarrollo convivencia, que no están
apegados a las normas del bien hacer y del bien actuar, se genera un
conflicto existencial en las personas que privilegian los valores
humanos como una práctica de vida, pues bien, lo dice el refrán “o
estas conmigo o estás en mi contra” este es el punto de quiebre entre
el bien y el mal. Hay que tener la solvencia y fortaleza moral para
direccionar los actos humanos en función de la línea correcta que
demarca la fina división entre lo saludablemente ético y lo
perjudicialmente corrupto.

“Hacer lo correcto, a menudo, implica más trabajo” y se da por la


siguiente razón: lo correcto no siempre

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