La mayor cantidad de macroinvertebrados se presentó en los primeros 10
cm del suelo y disminuyó con la profundidad
Dentro de los puntos muestreados, se encontraron individuos como
lombrices (Lumbricus sp.), en las cuales estas son de especial interés dentro de la fauna edáfica por su mayor presencia y biomasa, cumplen un importante papel estructural, ya que sus galerías facilitan el crecimiento de las raíces, sus excrementos retienen agua y contienen importantes nutrientes para las plantas (Ibáñez et al., 2004).
Dentro de los puntos muestreados, se encontraron individuos como
lombrices (Lumbricus sp.), en las cuales estas son de especial interés dentro de la fauna edáfica por su mayor presencia y biomasa, cumplen un importante papel estructural, ya que sus galerías facilitan el crecimiento de las raíces, sus excrementos retienen agua y contienen importantes nutrientes para las plantas (Ibáñez et al., 2004).
De acuerdo a los datos de los indicadores biológicos (presencia biota
edáfica) vs parámetros fisicoquímicos, se evidencia la presencia de mayor cantidad de organismos como los de la familia lumbricidae (coadyuvantes de la fijación del nitrógeno, humificación, retención de agua, y aumento de la macroporosidad) en el suelo 1 y 2, con 13 y 9 organismos respectivamente, y se ve reflejado en la proporcionalidad de los datos de nitrógeno potencialmente mineralizable donde encontramos concentraciones de 16 y 12 ppm respectivamente, adicional a esto cabe mencionar que para el punto Blanco se evidencia una proporción baja en la familia lumbricidae con 2 organismos respecto a 8 ppm para el parámetro de nitrógeno potencialmente mineralizable. Lo cual nos indica que la abundancia de ciertos organismos, en este caso individuos de la familia lumbricidae, aportan aumentos considerables en el nitrógeno mineralizable y la macroporosidad del suelo, siendo estos actores directos en la resiliencia de los suelos. Los macroinvertebrados del suelo son importantes reguladores de muchos procesos del ecosistema: tienen efectos positivos en la conservación de la estructura del suelo, actúan sobre el microclima y la aireación; en el movimiento y retención de agua, en el intercambio gaseoso y en las propiedades químicas y nutricionales del mismo, pueden activar o inhibir la función de los microorganismos y están involucrados en la conservación y ciclado de nutrientes. (Wolters y Ekschmitt, 1997; Lavelle y Spain, 2001). La alta sensibilidad de muchos macroinvertebrados edáficos a perturbaciones también los convierte en buenos indicadores del impacto humano sobre el ambiente (Guinchard y Robert, 1991)