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Balthus Exposición temporal,

del 19 de febrero al 26 de mayo de 2019


Exposiciones
Balthus
Exposición temporal, del 19 de febrero al 26 de mayo de 2019

Horario:
Lunes: cerrado
Martes a domingo: de 10:00 a 19:00
Sábado: de 10:00 a 21:00

Lugar: Sala de exposiciones temporales (planta baja)


Precio:
General: 13•
2 Reducida: 9•
La Exposición Temporal, Considerado como uno de los grandes maestros del arte
del 19 de febrero al 26 de mayo de 2019 del siglo XX, Balthus es sin duda uno de los pintores más sin-
gulares de su tiempo. Su obra, diversa y ambigua y tan admira-
da como rechazada, siguió un camino virtualmente contrario al
desarrollo de las vanguardias. El propio artista señala explícita-
mente algunas de sus influencias en la tradición histórico-artís-
tica, de Piero della Francesca a Caravaggio, Poussin, Géricault
o Courbet. En un análisis más detenido, se observan también
referencias a movimientos más modernos, como la Neue
Sachlichkeit, así como de los recursos de las ilustraciones po-
pulares de libros infantiles del siglo XIX. En su desapego de la
modernidad, que podría calificarse de ‘posmoderno’, Balthus
desarrolló una forma personal y única de arte de vanguardia,
un estilo figurativo alejado de cualquier etiqueta. Su personal
lenguaje pictórico, de formas contundentes y contornos muy de-
limitados, combina los procedimientos de los maestros antiguos
con determinados aspectos del surrealismo y sus imágenes en-
carnan una gran cantidad de contradicciones, mezclando tran-
quilidad con tensión extrema, sueño y misterio con realidad o
erotismo con inocencia.
La exposición, comisariada por Raphaël Bouvier, con el
apoyo de Michiko Kono, y Juan Ángel López-Manzanares, re-
úne pinturas clave de todas las etapas de su carrera desde la
década de 1920, arrojando luz sobre las diversas formas de
interacción intelectual en sus cuadros entre las dimensiones de
espacio y tiempo, la relación entre figura y objeto, así como
Balthasar Klossowski de Rola (1908-2001) sobre la esencia de su enigmática obra.
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Guillermo Solana, director artístico del
Thyssen: “Es verdad que el ambiente ha cam-
biado de cuando el Museo Reina Sofía le dedicó
una gran exposición hace 23 años —argumen-
ta—, y me sorprende que la gente se haya vuel-
to tan escrupulosa con el arte, cuando ha cam-
biado tanto el umbral en televisión o internet, para
adultos, adolescentes y niños, y se admite en
las series tanta agresividad, violencia y escenas
La calle (1933) sexuales. Todo es admisible”.
“Sorprende —insiste— que nos hayamos
vuelto tan escrupulosos con obras de arte que Los hermanos Blanchard (1937)
están en los museos desde hace siglos o déca-
das”. La muestra reúne 47
“Balthus decididamente no era un pedófilo obras, en su mayoría
—recalca Solana—, pero creo que sus cuadros pinturas de gran formato,
no son puramente angélicos, como decía él en
que cubren todas las
el último tramo de su vida, que decía que había
pintado ángeles con pureza inmaculada”. etapas de su carrera desde
“Balthus es un artista como muchos artis- la década de 1920.
tas modernos que exploran los límites de la ex-
periencia humana y sondea al espectador y lo
pone en situaciones complejas. Nos tienta; y eso,
a veces, produce un malestar, una inquietud, pero
el espectador es libre de dejarse sondear o no
por un artista. Uno puede decir no leo a Shakes-
peare porque no me gusta que haya tantas muer-
tes en escena”, subraya Solana.
La selección incluye algunas de sus obras
La toilette de Cathy (1933) más importantes, como “La calle” (1933), que Los buenos tiempos (1944-1946)
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se verá en España por primera vez, “La toilette
de Cathy” (1933), “Los hermanos Blanchard”
(1937), “Los buenos tiempos” (1944-1946), las
citadas “Thérése” y “Thérése soñando”, ambas
de 1938 y ejemplo de sus polémicos retratos de
jóvenes.
Figura además “La partida de naipes”
(1948-1950), del propio Museo Thyssen y única
obra maestra de Balthus en España, reciente- La partida de naipes (1948-1950)
mente restaurada y que irá acompañada de la
muestra por un vídeo del trabajo realizado por el
equipo de restauración del museo.
En los lienzos de Balthus abundan las figuras adormiladas, ensimismadas,
que esperan ociosas y aparentemente aburridas reclinadas en butacas o sofás. La
Thérése (1938) mayoría de las veces sujetan un libro o un espejo entre sus manos. La reiteración de
este tipo de estampa se debe, según los comisarios de la muestra, a una impronta
de Carroll. Como en los relatos del autor de Alicia en el
País de las Maravillas, en la pintura de Balthus el punto
de partida de la narración es el tedio de la joven protago-
nista.
En sus memorias, el artista escribió: “(…) inmovili-
zarlas en el acto de leer o soñar es prolongar el privilegio
de un tiempo entrevisto. El libro, entonces, es una llave
que permite abrir el cofre misterioso con perfumes de la
infancia. (…) Tiempo espolvoreado de oro, que no ha su-
frido la alteración del mundo, tiempo circundado de un
lado mágico, tiempo inmovilizado en lo que ven, sonrien-
do, las soñadoras. Tiempo surreal propiamente dicho y
no surrealista.” Fotografía de Alice
Thérése soñando (1938) Liddell por Lewis Carroll 5
Vida y obra por los escritos del Marqués de
Sade. Jean Cocteau, quien era
amigo de la familia, encontró ins-
piración para su novela Les
Balthasar Klossowski de Rola (29 de febre- Enfants Terribles (1929) en sus vi-
ro de 1908 en París - 18 de febrero de 2001) fue un sitas a la familia.
artista polaco/francés. Como maduró a principios de
la década de 1930, muchas de las
Durante sus años de formación, estuvo pa- pinturas de Balthus representan a
trocinado por Rainer Maria Rilke y Pierre Bonnard. jóvenes mujeres en posiciones La «Chica de verde y
Su padre, Erich Klossowski, un destacado historia- eróticas y voyeurísticas. Una de rojo», (1944) Óleo sobre
dor de arte, y su madre Elisabeth Dorothea Spiro sus obras más notables es La lec- lienzo, es Antoinette de
Watteville, la primera
(conocida como Baladine Klossowska) eran parte ción de guitarra (1934), causó
esposa.
de la élite cultural de París. El hermano mayor de una gran controversia en París
Balthus, Pierre Klossowski fue un filósofo influido debido a su descripción de una
escena explícita de lesbianismo caracterizada por
una joven y su profesora.
En 1937 se casó con Antoinette de Watteville,
a quien había conocido en 1924. Ella fue la mode-
lo para una serie de retratos.
Pronto su trabajo comenzó a ser admirado por
escritores y seguido por pintores, especialmente
por André Breton y Pablo Picasso. Su círculo de
amigos en París incluía al novelista Pierre-Jean
Jouve, los fotógrafos Josef Breitenbach y Man Ray,
Antonin Artaud, y los pintores André Derain, Joan
Miró y Alberto Giacometti. En 1948, Albert Camus,
otro de sus amigos, le pidió que diseñara los deco-
Rainer Marie Rilke con Balthus y Baladine, en el rados y el vestuario para su obra L'Etat de Siège ,
Château de Muzot, 1922 dirigida por Jean-Louis Barrault.
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Balthus pasó la mayor parte de su vida en
Francia. En 1953 se mudó a Chateau de Chassy
en donde terminó su obra maestra El cuarto (1952),
influido por las novelas de Pierre Klossowski, y La
calle (1954). En 1964 se mudó a Roma, en donde
presidió la Academia francesa en Roma e hizo
amistad con el realizador de cine Federico Fellini y
el pintor Renato Guttuso.
En 1977 se mudó a Rossinière, Suiza. El tuvo
una segunda esposa, Setsuko, de nacionalidad ja-
ponesa y también pintora. Esto agregó aún más
misterio alrededor de su vida, de la cual no se co-
nocía mucho a pesar de su fama. Conoció a Setsuko
durante una misión diplomática en Japón. Los fo- Balthus con su esposa Setsuko, julio de 1996.
tógrafos y amigos Henri Cartier-Bresson y Martine Balthus la conoció cuando ella era estudiante. Setsuko
Franck realizaron retratos del pintor, su mujer y su Ideta se convirtió en su nueva modelo adolescente. Se
hija Harumi en su Grand Chalet en Rossinière en casaron en 1967, y lo estuvieron hasta su muerte.
1999.
Balthus era el único artista con vida que tenía Su trabajo influyó sobre varios artistas, entre
obras en el Louvre (ellas provenían de la colec- ellos el cineasta Jacques Rivette, de la New Wave
ción privada de Pablo Picasso, que fue donada al francesa. Su película Hurlevent (1985) estuvo ins-
museo). pirada en los dibujos de Balthus hechos a comien-
Influencia y legado La obra de Balthus mues- zos de la década de 1930.
tra numerosas influencias, incluyendo a Tommaso Otro artista influido por Balthus es el fotógra-
Masaccio, Piero della Francesca, Nicolas Poussin, fo Duane Michals.
Jean-Étienne Liotard, Joseph Reinhardt, Théodore La novela Hannibal, de Thomas Harris se re-
Géricault, Eugene Delacroix ,Jean Auguste fiere al personaje de ficción Hannibal Lecter como
Dominique Ingres, Francisco de Goya, Gustave un primo de Balthus.
Courbet, Pierre Bonnard, Félix Vallotton y Paul
Cezanne.
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Balthus el pintor que rechazó las convenciones del arte
En 1967 la Tate Gallery Mitsou, que contiene su libro de dibujos, no será
de Londres organizó una más que la antesala a la creación de un símbolo
exposición de Balthus y pi- que persistirá a lo largo de toda su vida. El gato es
dió al artista que esbozara el alter ego de Balthus, su doble inconfesado. Es
los datos biográficos que el elemento simbólico que lo suspenderá eterna-
deseara incluir en el catálo- mente en el tiempo de la infancia.
go. A lo que él respondió: Mitsou, anuncia el mundo infantil al que
"La mejor manera de co- Balthus no renunciará nunca, a la vez que funcio-
menzar es decir: Balthus es na como arquetipo que representa el animal que
un pintor del cual no se sabe habita en nuestra naturaleza. El gato es una cria-
nada. Y, ahora, contemple- tura sensual, escurridiza, furtiva, que puede domes-
mos sus obras". ticarse, pero su condición salvaje y depredadora,
Al seguir el consejo de no cesará nunca. La paciencia de los gatos guarda
Balthus y contemplar sus una relación con el tiempo, están a la espera, al
obras nos damos cuenta de acecho de la hora inmóvil. Tanto los gatos como
que todo lo que habría que los otros personajes que aparecen en las obras de
saber está en ellas. Las pin- Balthus, son presencias fantasmales. Baudelaire
turas de Balthus respiran ve la hora en los ojos de los gatos: "En el fondo de
plácidas. Algo que no suce- sus ojos adorables veo siempre la hora claramen-
derá nunca está a la espe- te, siempre la misma, una hora ancha, solemne,
ra, retraído en el mundo, grande como el espacio, sin divisiones de minutos
aparte del silencio y la sole- ni de segundos: una hora inmóvil que no marcan
dad. los relojes”.
Algo importante que En sus tiempos de juventud, Balthus, era pro-
comentar sobre Balthus. La vocador, controvertido, polémico. Incluso llegaron
1935 - El rey de los gatos historia del niño y el gato, a llamarlo "el Freud de la pintura", y es que es el
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heredero de la tradición de un extenso linaje de
pintores voyeurs que llegaron antes que él:
Boucher, Ingres, Degas, Toulouse-Lautrec,
Bonnard. Y hasta ahí es del todo tolerable, pero
como Freud, Balthus, descorre las cortinas para
dejarnos frente a frente con una verdad profunda y
aterradora de nosotros mismos. Salen a la luz aque-
llas escenas de intimidad que debieron permane-
cer en el reino de lo privado. Hablamos de la meta-
morfosis del cuerpo y del ser femenino. De retra-
tos de pubescentes que despliegan, inocentes, un
erotismo excepcional. Hablamos de ritos de inicia-
ción que marcan el paso de la infancia al dominio
adulto. Balthus con Setsuko y su hija, Harumi, Rossinière, 1995. (Foto de
El tema de la temporalidad en la obra de Bruno Barbey)
Balthus es escabroso, no se ciñe únicamente a la
duración, es decididamente más complejo, imposi- po de la infancia, es decir, retrata el mundo desli-
ble de historiar. Trata de un tiempo suspendido, un gado del tiempo que son los años de la infancia.
tiempo que no se rige por la sucesión o por el de- Un tiempo que se encuentra en el fuera de escena
sarrollo lineal propio del tiempo como proyecto de de la conciencia. Y más, un tiempo anterior a la
nuestras civilizaciones. No es el tiempo de la his- conciencia misma del tiempo. Más que la tempora-
toria en el que hay un punto fijo de partida, un trans- lidad de la historia, se avoca a la temporalidad del
curso recorrido y finalmente un punto de llegada. mito: arcaico y primitivo. Repetición y eternidad que
Este tiempo impregnado de valores lógicos se apo- redunda siempre en las mismas escenas, los mis-
ya en su final: la muerte. mos estados de ensueño, los baños de sol, la pla-
Por el contrario, en la obra de Balthus no existe cidez, el deslumbramiento erótico, la meditación,
la muerte, la decrepitud del cuerpo o la decaden- el juego, el azar y la espera.
cia. Balthus suspende el tiempo en el preciso mo- Se le llegó a acusar de pintar lolitas
mento en el que éste da cuenta del milagro de la libidinosas, a lo que Balthus respondía: "Lo único
vida. El tiempo, en Balthus, es vital. Retrata el tiem- que he pintado son ángeles. Toda mi pintura es
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religiosa". Y sí. La fragilidad y violencia del estado
de indistinción femenino que refleja Balthus en sus
obras tiene más que ver con una indeterminación
sagrada, que con una sexualidad patente, propia
de la edad adulta. Hace visible el punto ciego de
los ritos iniciáticos, de las metamorfosis que culmi-
nan con la madurez. Si los juegos espectrales de
estas personitas resultan incómodos es porque en
conjunto reflejan los fantasmas de la cultura.

El pintor falleció el 18 de febrero del 2001,


cuando se disponía a cumplir "23 años" (Balthus
nació el 29 de febrero de 1908, en año bisiesto,
así que sólo celebraba su aniversario cada cuatro
años). Lo realmente surrealista fue que Bono de
U2 cantó en su entierro.

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El expresionismo
El expresionismo fue un movimiento cultural surgido en
Alemania a principios del siglo XX, que se plasmó en un gran
número de campos: artes plásticas, arquitectura, literatura, mú-
sica, cine, teatro, danza, fotografía, etc. Su primera manifesta-
ción fue en el terreno de la pintura, coincidiendo en el tiempo
con la aparición del fauvismo francés, hecho que convirtió a
ambos movimientos artísticos en los primeros exponentes de
las llamadas «vanguardias históricas». Más que un estilo con
características propias comunes fue un movimiento heterogé-
neo, una actitud y una forma de entender el arte que aglutinó a

Paul Gauguin - Pechos con flores rojas (1899)

diversos artistas de tendencias muy diversas y di-


ferente formación y nivel intelectual. Surgido como
reacción al impresionismo, frente al naturalismo y
Paul Cezanne, A Modern Olympia, c. 1873-1874 el carácter positivista de este movimiento de fina-
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.
El expresionismo suele ser entendido como la deforma-
ción de la realidad para expresar de forma más subjetiva la na-
turaleza y el ser humano, dando primacía a la expresión de los
sentimientos más que a la descripción objetiva de la realidad.
Entendido de esta forma, el expresionismo es extrapolable a
cualquier época y espacio geográfico. Así, a menudo se ha
calificado de expresionista la obra de diversos autores como
Matthias Grünewald, Pieter Brueghel el Viejo, El Greco o Fran-
cisco de Goya. Algunos historiadores, para distinguirlo, escri-
ben "expresionismo" –en minúsculas– como término genérico y
"Expresionismo" –en mayúsculas– para el movimiento alemán.
Con sus colores violentos y su temática de soledad y de
miseria, el expresionismo reflejó la amargura que invadió a los
círculos artísticos e intelectuales de la Alemania prebélica, así
como de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y del período
de entreguerras (1918-1939). Esa amargura provocó un deseo
vehemente de cambiar la vida, de buscar nuevas dimensiones
a la imaginación y de renovar los lenguajes artísticos. El expre-
sionismo defendía la libertad individual, la primacía de la expre-
sión subjetiva, el irracionalismo, el apasionamiento y los temas
prohibidos –lo morboso, demoníaco, sexual, fantástico o per-
vertido–. Intentó reflejar una visión subjetiva, una deformación
emocional de la realidad, a través del carácter expresivo de los
La iglesia de Auvers-sur-Oise (1890), de Vincent Van
medios plásticos, que cobraron una significación metafísica,
Gogh, Musée d'Orsay, París.
abriendo los sentidos al mundo interior. Entendido como una
les del siglo XIX, los expresionistas defendían un genuina expresión del alma alemana, su carácter existencialista,
arte más personal e intuitivo, donde predominase su anhelo metafísico y la visión trágica del ser humano en el
la visión interior del artista —la "expresión"— fren- mundo le hicieron reflejo de una concepción existencial libera-
te a la plasmación de la realidad —la "impresión"— da al mundo del espíritu y a la preocupación por la vida y la
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muerte, concepción que se suele calificar de "nór-
dica" por asociarse al temperamento que
tópicamente se identifica con el estereotipo de los
países del norte de Europa. Fiel reflejo de las cir-
cunstancias históricas en que se desarrolló, el ex-
presionismo reveló el lado pesimista de la vida, la
angustia existencial del individuo, que en la socie-
dad moderna, industrializada, se ve alienado, ais-
lado. Así, mediante la distorsión de la realidad pre-
tendían impactar al espectador, llegar a su lado más
emotivo e interior.
El expresionismo no fue un movimiento ho-
mogéneo, sino de gran diversidad estilística: hay
un expresionismo modernista (Munch), fauvista
(Rouault), cubista y futurista (Die Brücke),
surrealista (Klee), abstracto (Kandinski), etc. Aun-
que su mayor centro de difusión se dio en Alema-
nia, también se percibe en otros artistas europeos
(Modigliani, Chagall, Soutine, Permeke) y ameri-
canos (Orozco, Rivera, Siqueiros, Portinari). En Ale-
mania se organizó principalmente en torno a dos
grupos: Die Brücke (fundado en 1905), y Der Blaue
Reiter (fundado en 1911), aunque hubo algunos
artistas no adscritos a ningún grupo. Después de
la Primera Guerra Mundial apareció la llamada
Nueva Objetividad, que si bien surgió como recha-
zo al individualismo expresionista defendiendo un
carácter más social del arte, su distorsión formal y
su colorido intenso les hacen herederos directos
de la primera generación expresionista. El grito (1893), de Edvard Munch, Galería Nacional de Noruega. 13
1889 - La entrada de Cristo a Bruselas - James Ensor.

Su mayor inspiración provino del postimpresionismo, es-


pecialmente de la obra de tres artistas: Paul Cézanne, Paul
Gauguin y Vincent Van Gogh. Destacar la influencia de dos
artistas que los expresionistas consideraron como precedentes
inmediatos: el noruego Edvard Munch, (que derivó hacia un
estilo personal fiel reflejo de su interior obsesivo y torturado,
con escenas de ambiente opresivo y enigmático –sexo, enfer-
medad y muerte–, caracterizadas por un colorido fuerte y arbi-
trario) y el belga James Ensor, que recogió la gran tradición Sabine Rewald con la condesa Setsuko Klossowski de
artística de su país –en especial Brueghel–, con preferencia Rola, la esposa de Balthus en el momento de su
por temas populares, traduciéndolo en escenas enigmáticas e muerte. Sen, de 5 años, es el nieto de Balthus. A la
irreverentes, de carácter absurdo y burlesco, con un sentido del derecha está su hija, Harumi Klossowski. Cuando le
pregunté a la condesa Setsuko cuánto tiempo había
humor ácido y corrosivo, centrado en figuras de vagabundos,
estado con su esposo, ella respondió: "Mucho, mucho,
borrachos, esqueletos, máscaras y escenas de carnaval. Así, mucho tiempo, más de 20 años. Tal vez 25".
La entrada de Cristo a Bruselas representa la Pasión de Je- Se conocieron en 1962 y se casaron en 1967.
14 sús en medio de un desfile de carnaval, obra que causó un gran
escándalo en su momento.
,,
La mejor manera
de comenzar es
decir: Balthus es
un pintor del cual
no se sabe nada.
Y, ahora,

,,
contemplemos sus
obras.

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1933 - El miedo de fantasmas. óleo sobre lienzo,
162x114cm

1926 - La Primera Comunión

16
Illustración
para Cum-
bres borras-
cosas, 1933-
35, tinta y
lápiz sobre
papel. 39,5 x
31 cm

El vestidor de Cathy (1933). óleo sobre


lienzo, 165x150cm
Se exhibió en su primera exposi-
ción individual, en la Galerie Pierre de
París, en 1934. Parte de una litografía
que Balthus había hecho para una edi-
ción ilustrada de 'Cumbres borrasco-
sas', de Emily Brontë, que representa
esa escena en la que Heathcliff se ve
consumido por los celos mientras
Cathy se arregla para su pretendien-
te. En la pintura, Heathcliff tiene los
rasgos de Balthus y Cathy los de su
querida Antoinette, un amor no corres-
pondido por el que el pintor trató de
quitarse la vida en una ocasión. Ade-
más, Cathy aparece desnuda bajo una
bata de seda abierta, mostrando un
cuerpo porcelanoso que tiene el sexo
inmaduro de una niña. De ahí el es- 17
cándalo.
La Calle (1933) un niño, las figuras parecen gran-
Firmado y fechado (abajo a la derecha). Balthus 1933 des y altas. Las casas desapare-
Óleo sobre lienzo. 76 1/4 x 94 ½ pulg. (195x240) cen sobre el primer piso. Sus por-
El Museo de Arte Moderno, Nueva York, James Thrall ciones visibles son tan rígidas
Soby Bequest, 1979. como las de las escenas de la
Una doncella con delantal lleva a un escolar con un calle del Renacimiento pintadas
traje de marinero. Un trabajador lleva una tabla, un niño por Masolino y Piero, a pesar de
juega; la gente pasea. Un típico día de trabajo en una que Balthus conservó elementos
pintoresca calle parisina, ¿o no? Según una interpreta- tan animados y anecdóticos. como escaparates, letreros,
ción, la niña de la izquierda es la Alicia de Lewis Carroll, lámparas, un póster y un toldo bistró rojo y blanco.
atacada por Tweedledum. A la derecha del centro, Si la única línea roja delgada a la izquierda del toldo
Tweedledee, que se acerca como un sonámbulo, ignora se continuara hacia abajo, se intersecaría con el centro
el comportamiento travieso de su gemelo. Otros perso- de la esquina inferior izquierda de la imagen. Esta línea
najes también pueden tener contrapartes en "A través del es una de las que forman la estructura subyacente de la
espejo". El trabajador podría ser un albañil o un carpinte- imagen. Balthus describe esta geometría lineal como una
ro de Carroll (sin su compañero de morsas), su visión especie de "privado". Matemáticas "a las que deben so-
está bloqueada por el tablero. Las dos mujeres de la de- meterse todas las formas y figuras. Si bien su primer tra-
recha dan la espalda a la escena, su remota dignidad se tamiento del tema en 1929-33 muestra su manera
hace eco de la de las figuras de Piero della Francesca, impresionista, ahora le da una definición clara a todas
en las que se basan. Nadie en la pintura puede ver la las formas y las rellena con colores planos y no modula-
situación de "Alicia". Congelados a mitad del movimien- dos. Algunos críticos tienen atribuyó este cambio de esti-
to, los personajes parecen tan de madera como el chef, lo a la luz marroquí a la que Balthus había estado ex-
que en realidad es un letrero para un restaurante. puesto durante su servicio militar a principios de la déca-
Por más misteriosos que sean sus peatones, la iden- da de 1930. Una explicación más plausible puede estar
tidad de la calle Balthus se establece fácilmente. Es la en el estudio del artista del pintor suizo Joseph Reinhardt
Rue Bourbon-le-Chateau, una pequeña calle en el sexto en el verano de 1932, cuando copió varias pinturas de El
distrito. La única salida de la realidad es el bistro a la ciclo de disfraces de los campesinos suizos de Reinhardt
derecha, una imagen tomada de la cercana Rue (1787-97) en el Museo Historisches de Berna. El
Bonaparte. manierismo, el literalismo y las formas delineadas con
Dado que la escena se ve desde la perspectiva de precisión de Reinhardt impresionaron a Bal Así, y su do-
18
minio de este estilo es evidente en el cuadro actual. en una carta no publicada.
Unos veinte años después completó este cuadro. Balthus hizo un cam- Nadie en París compraría [La
bio importante en la figura de Tweedledum, cuyo mal comportamiento explíci- Calle] debido al pasaje en cuestión.
to se hizo menos obvio. El coleccionista estadounidense James Thrall Soby, Compré el cuadro ese día y sudé por
quien adquirió The Street de la Galerie Pierre en 1937, explicó esta alteración el problema de cómo pasar por la
aduana de EE.UU. Afortunadamen-
1933 - La calle. Óleo sobre lienzo, 195x240cm te, los funcionarios de aduanas de
Hartford, Conn, donde vivía, tenían
mucho tiempo, ya que me califica-
ron de excéntrico y abrieron el estu-
che solo lo suficiente para estar se-
guros de que se trataba de óleo "pin-
tado a mano", libre de impuestos.
Colgué el cuadro en la sala de mi
casa en la cercana Farmington. Fi-
nalmente tuve que poner en una
bóveda porque mi hijo, de unos nue-
ve entonces, y sus amigos se agru-
paban alrededor y corrían a casa y
le contaban a sus madres sobre el
pasaje travieso que habían visto.
Siempre había querido darle la ima-
gen al Museo de Arte Moderno, pero
sabía que no podía colgarse en una
galería pública y finalmente le escri-
bí a Balthus con desesperación por
que esta era una gran imagen con-
denada a no ser vista. Para mi ma-
yor asombro, y conozco a Balthus
personalmente durante años, escri-
19
bió de nuevo que si le enviaba el cuadro, estaría
encantado de tratar de cambiar el pasaje en cues-
1934 - Lección de guitarra - óleo sobre lienzo, 161x138cm
tión. Mantuvo la imagen durante casi dos años y,
en 1955, me la entregó. Dijo: "Antes quería
conmocionarme, pero ahora me aburre. No creo
que ninguna foto de la generación de Balthus me
haya emocionado más.

1933 - Los Barracones

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En la exposición de 1934 presenta su cuadro cuela de Fontainebleau y del célebre lienzo
La lección de guitarra, aunque lo hace en un rin- Gabrielle d’Estrées y una de sus hermanas pinta-
cón escondido, y eso que era el principal atractivo do hacia 1594, en el que una de las protagonistas
de la muestra. En 1984 la exhibición de está obra pellizca el seno de la otra mientras se bañan jun-
se prohibió en una retrospectiva dedicada a Balthus tas, en lo que constituye una ilustración de los jue-
por el Centre Georges Pompidou y el Museo de gos amorosos lésbicos en boga en la corte de Fran-
Arte Moderno, 50 años después su obra molesta e cisco I. Lo que nos evidencia el posible juego
inquieta por igual. Hasta 1977 no volvió a exhibir- lésbico entre la profesora y la alumna de guitarra.
se en público, y fue en la residencia neoyorquina Este cuadro despierta los mismos sentimientos que
de Pierre Matisse. El puritanismo anglosajón impi- en 1934.
dió al crítico, reproducir la ilustración de la obra
sobre la que versaba un artículo suyo. Tras excu-
sarse por ello ante los lectores y ofrecerles una
descripción exhaustiva de ésta, añadía: “insisto en
la fuerza de La lección de guitarra, aunque no sea 1935 - Estudio para el sueño
posible ilustrar con ella las páginas de esta revista
a causa de la intensidad de la imagen”.
Balthus reconocía sin reparos haber pintado
La lección de guitarra con objeto de escandalizar y
darse a conocer. En el lienzo, la maestra, con un
seno al descubierto, sostiene sobre sus rodillas,
como si de una guitarra se tratara, a una niña con
la falda levantada y el sexo lampiño al descubier-
to. Con una mano, la mujer estira los cabellos de
su alumna como si cogiera el mástil de una guita-
rra, mientras con la otra parece rascar las cuerdas
invisibles insinuadas por los tres surcos del pubis
de la niña. Su víctima entre comillas, se aprieta
contra ella y le pellizca el pezón que sobresale de
la blusa abierta, en la más bella tradición de la Es-
21
1935 - El rey de los gatos. Óleo sobre lienzo, 71x48cm

Nada en la obra identifica a Balthus como un


pintor, excepto la inscripción inglesa en la losa de
piedra.
El comportamiento imperioso y altanero reve-
la que el artista de veintisiete años se había recu-
perado de los trastornos del año anterior. Algunos
contratiempos en su vida profesional y privada hi-
cieron que Balthus dejara de pintar.
Como en sus retratos comisionados en este
momento, (1936-1939) Balthus redujo la paleta a
cálidos colores oscuros y negro con un parche de
rojo.

Balthus siempre admitió la influencia de las


ilustraciones populares de los libros infantiles del
siglo XIX. 'Thérèse soñando', por ejemplo, podría
entenderse como una referencia a 'Alicia en el país
de las maravillas', a esa muchacha aburrida que
en el caluroso duermevela de una siesta de vera-
no salía corriendo tras un conejo blanco. Además,
tenía una imaginación poderosa, que entroncaba
con la corriente surrealista. Decía que en otra vida
había sido una criatura felina, y que por eso todos
los gatos –ya os habréis fijado que hay gatos en
muchas de sus obras– se inclinaban ante él, como
súbditos que reconocen a su rey. Así es cómo se
22 representa en este autorretrato.
1936 - Andre Derain

1935 - Señora Abdy. Óleo sobre lienzo. 186x140cm

23
1937 - Joan Miró y su hija Dolores. Óleo sobre lienzo
130x88cm
1937 - Chica con gato - 88 x 78 cm

24
1937 - La falda blanca - óleo sobre lienzo - 130 x 162 cm

1937 - Los hermanos Blanchard

1937 - naturaleza muerta

25
La Montaña (1982), el lienzo más grande de Balthus hasta
esa fecha, se expuso en la Galería Pierre Matisse de Nueva
York en 1939, en la nota: "Verano, el primero de los cuatro pa-
neles que representan las estaciones". Sin embargo, el artista
no continuó esta serie.
Esta escapada a la montaña se compone de elementos
reales, aunque transformados, así como inventados. La escena
es una meseta imaginaria cerca de la cima del Niederhorn en el
Bemese Oberland. En la década de 1930, sin el teleférico de
hoy, fue la escalada de un día desde Beatenberg, el pueblo
donde el pintor había pasado sus veranos cuando era niño, hasta
la cima, el Niederhorn. Las montañas cercanas son el Sigriswiler
Rothom a la izquierda y el Burgfeld Stand a la derecha, a través
de un valle profundo cuyo ancho ha sido comprimido, los con-
tornos evocan la atmósfera clara de grandes altitudes en las
que las formas se acentúan y magnifican. La brillante luz azul y
límpida no tiene paralelo en la obra de Balthus.
La composición magistral está fuertemente dividida en zo-
nas claras y oscuras. Como un ave fénix, la mujer rubia se ele-
va dramáticamente de la oscuridad. Ella es el punto focal de la
imagen y es la fuente de orden en la composición. (El modelo
para esta figura fue Antoinette de Watteville, la esposa de
Balthus)
En La montaña, Balthus rindió homenaje a varios de los
pintores que admiraba, entre ellos Poussin, Reinhardt y Courbet.
1937 - La montaña - Óleo sobre lienzo (249 x 366 cm.) La mujer, por ejemplo, reside en la forma de Narciso en Echo y
El Metropolitan Museum of Art, New York Purchase, Narciso de Poussin, obra que Balthus copió en 1925. La postu-
obsequios del Sr. y la Sra. Nate B. Spintjou y Nathan
ra del guía fumador de pipa recuerda la del rompehielos de
Cummings, Rogers Fund y The Alfred N. Punnett
Endoument Fund, por intercambio, y Harris Brisbane Courbet, al mismo tiempo que su rostro se asemeja al de Christen
Dick Fund. Heumann en el grupo Kanton Freiburg de Reinhardt, que Balthus
26 copió en 1932.
27
En 1935, después 1938 - Therese. Óleo sobre lienzo, 100x81cm
de haberse recuperado
de los "contratiempos",
Balthus volvió a coger
sus pinceles, pero solo
para encargos de retra-
tos.
Sus modelos per-
tenecían principalmen-
te a los círculos artísti-
Teresa, 1936 Óleo sobre cos y de moda de Pa-
lienzo rís. Para 1936, estaba
irritado bajo la carga de
estas comisiones, especialmente de mujeres de cier-
ta edad.
La aparición de Thérèse Blanchard (1925-
1950), de once años, en ese año, debe haber sido
un bienvenido respiro. Vivía con sus padres y her-
manos a pocas cuadras del estudio de Balthus en
3 cour de Rohan, a donde se mudó en octubre de
1935.
Teresa no era bonita, pero a Balthus no le im-
portaba la belleza convencional. Con cabello corto
y oscuro, ojos oscuros e incluso rasgos, ella pro-
yecta inteligencia, aislamiento y terquedad. Entre
1936 y 1939, pintó diez cuadros de Teresa que cap-
tan la vulnerabilidad y la voluntad de la adolescen-
cia. Teresa tuvo numerosos sucesores, pero care-
cen de sus rasgos distintivos, y las representacio-
nes de Balthus de ellos no son tan profundas.
28
1938 - Thérèse soñando.150x130cm
'Thérèse soñando'. La figura de la
adolescente impúdica es muy habitual en
la obra de Balthus. Esta es Thérèse
Blanchard, vecina de Balthus y modelo en
varios de sus cuadros, que aparece recos-
tada en una silla, totalmente desinhibida,
con la falda remangada y la entrepierna a
la vista, mientras un sol de media tarde del
color de una manzana cocida se filtra en-
tre las persianas. 'Thérèse soñando' per-
tenece al Metropolitan de Nueva York. En
noviembre de 2017, una vecina se dedicó
a recoger firmas para que retiraran el cua-
dro, alegando que era una vergonzosa in-
citación de la pederastia. Por suerte, el
museo se negó, en pos del respeto a la
expresión artística.
Su obra Thérèse soñando de 1938 es
un cuento de hadas a la manera de Alicia
de Lewis Carroll. Donde la sonrisa del gato
permanece en el aire incluso después de
que el animal haya desaparecido, vela por
la joven con la falda levantada. El surco
que recorre el cruce de piernas es como
una brecha que permite pasar al otro lado
del espejo, el gato lo sabe, y observa aten-
tamente a quien contempla el cuadro y a
quien lo pinta, el espectador creo que tie-
ne más bien una visión de perplejidad. 29
Jugando con un gato, Teresa sos-
tiene una cuerda en su mano derecha
levantada. Este lienzo es la última pin-
tura conocida de Balthus de Thérèse
Blanchard.
En septiembre de 1939 fue llama-
do al servicio militar y enviado al fren-
te. Cuando regresó a París en 1946,
Teresa en un banco (detalle) Teresa se había casado y se había
mudado a un barrio diferente.
Murió en 1950, a la edad de vein-
ticinco años, de causas desconocidas.

Teresa en un banco, 1939 Óleo sobre


lienzo

30
1940 - Autorretrato

1939 - Larchant

31
1940 - El cerezo. Óleo sobre lienzo, 93x73 cm

1941 - Chica en un caballo blanco

32
Colinas del Morvan

1943 - Gotteron - óleo sobre lienzo - 115 x 99 cm

1942 - Paisaje con Bueyes. Óleo sobre lienzo,100x72cm

33
Al estallar la Segunda Guerra Mundial, en sep-
tiembre de 1939, Balthus fue movilizado y sirvió en
Alsacia, donde tuvo que limpiar el campo de bata-
lla de los restos. Después de sufrir una lesión en la
pierna y una crisis nerviosa y recuperarse princi-
palmente en Suiza, regresó a París en marzo de
1940. Luego, en junio, cuando los alemanes ocu-
paron París, él y su esposa, Antoinette, buscaron
refugio en Champrovent. Una antigua hacienda si-
1942 - Bodegón con figura. Óleo sobre papel, montado sobre tuada al sur de Georgia, en la Saboya, se encon-
madera. 74 x 93 cm. Firmado (abajo a la derecha): Balthus traba en la zona franca de Francia que aún no ha-
Tate. Londres. Legado por Simon Sainsbury 2006. bía sido ocupada por los alemanes. Balthus cono-
cía a Champrovent desde antes de la guerra a tra-
vés de su amigo, el escritor Pierre Leyris y la espo-
sa de Leyris, Betty, que habían pasado las vaca-
ciones allí. En 1940 dos familias vivían en la gran-
ja, los Coslins y los Buissons. Balthus y Antoinette
alquilaron la parte de la casa señorial habitada ge-
neralmente por los Buissons, que estaban lejos.
Bodegón con figura es la primera imagen
que Balthus pintó en Champrovent, a fines de 1940.
Georgette Coslin, la hija de doce años del granje-
ro, se enfrenta a una frugal comida de pan casero,
sidra local y las últimas manzanas de la tempora-
da. Balthus solía dar a sus cuadros los escenarios
en los que se encontraba. Después de llegar a
Champrovent, reemplazó la atmósfera severa de
su estudio de París con los colores más brillantes
y las formas más decorativas de la granja. Las imá-
genes resultantes, como esta, a menudo tienen un
34
carácter de "viejo maestro", evidente aquí en la Evoca a los magos malvados que se encuen-
cortina de brocado, el clarete profundo del mantel tran a menudo en las cartas del tarot.
y las manzanas finamente pintadas que se ciernen La modelo es Antoinette de Watteville, la es-
sobre el borde del frutero victoriano, formando una posa de la artista de treinta y dos años. Balthus la
La naturaleza muerta que recuerda a la Canasta hacía parecer de quince o dieciséis años, pero los
de Frutas de Caravaggio (ca. 1599; Pinacoteca magos nunca envejecen.
Ambrosiana, Milán). El gesto de Georgette, inusual
para un niño de doce años, recuerda aún más el
pasado. En la iconografía cristiana, una cortina di-
bujada a menudo significa la revelación de un es-
pacio sagrado. Pero si el pan, la sidra y el cuenco 1944 - Chica en verde y rojo con candelabro. Óleo
plateado de frutas se colocan sobre la tela blanca sobre lienzo.
con encaje como en un altar, cualquier evocación
de la Eucaristía ha sido hábilmente socavada por
el gran cuchillo de mango negro, clavado en la ba-
rra de pan. Incluso con la naturaleza muerta en el
centro del escenario. La sombría presencia de
Georgette domina la imagen. Su expresión severa
parece una combinación perfecta para la escasa
comida.

Canasta de Frutas
de Caravaggio (ca.
1599; Pinacoteca
Ambrosiana, Milán). 35
EL SALON I y II una postura desagradable similar a la de Thérèse
El colorido salón de la casa de Champrovent debe haber Blanchard en la obra de 1937.
despertado el agudo sentido de ironía de Balthus. En estas dos Cuando visité Champrovent en octubre de
obras, parafraseando a sus Blanchard Children de 1937 (cat. 1981, conocí a Georgette Varnaz (née Coslin), una
No. 6), reemplazó el sombrío estudio de París con el "salón" abuela robusta que vivía en Vernatel, un pueblo
pequeño burgués de Champrovent. "La hija de trece años del vecino. Recordó vívidamente haber estado posan-
granjero, Georgette Coslin, posó para ambas figuras. en las nue- do para Balthus cuarenta años antes: "Balthus me
vas pinturas. Tomó una siesta en el sofá y leyó en el suelo en hizo arrodillarme en el suelo leyendo un libro. Pero
a mí no me interesaban los libros. Y cuando des-
cansaba en el sofá, me iba a dormir". También ex-
Balthus. Estudio para "The Salon", 1941. Óleo sobre lienzo. (65 x 81
plicó que Balthus sustituyó su cabeza por la de otra
cm). Colección de Ronnie F. Heyman, Palm Beach, Florida.
joven, llamada Raymonde, por la figura que estaba
arrodillada en el suelo. Raymonde era un huérfano
de veinticinco años a quien el hermano de Balthus,
Pierre Klossowski, había salvado del París ocupa-
do por los alemanes; y Baladine (Elisabeth Klos-
sowska), su madre y la del artista, visitaron Cham-
provent para estadías prolongadas. Georgette tam-
bién recordó que Balthus pintó directamente sobre
un lienzo. Es posible que se haya referido al pe-
queño estudio que muestra, además de los dos
Georgettes, una mujer joven, tal vez Raymonde,
entrando por una puerta (imagen de la izquierda).
Balthus descartó esta figura en su segundo estu-
dio pequeño (imagen de la derecha), que hizo so-
bre madera y que usó como base para ambas imá-
genes grandes. Después de dejar Champrovent por
Suiza a principios de 1942.
Mientras trabajaba en The Salon I, entre 1941
y 1943, Balthus pintó The Salon II. Tiene más aca-
36
bado y mayor Napoleón III, con su tapicería de aguja, o modificó el mobiliario
detalle. Una ja- de la habitación. Incluso el frutero victoriano todavía estaba allí.
rra de peltre con Pero, entonces, los salones de la granja tienden a ser usados
una tapa abierta solo en los días feriados del 011. Probablemente pocos tocaron
reemplaza el ta- el piano que el amigo de Balthus, Pierre Leyris, que se alojó en
zón plateado lle- una casa alquilada cercana, recordó que ya estaba "totalmente
no de manzanas desafinado".
rojas. El gato Extraído de "Balthus: Cats and Girls". Escrito por Sabine Rewald.
Salón de Champrovent,
noviembre de 1981. blanco del gran-
jero se une a Balthus. Estudio para "El salón", 1941. Óleo sobre madera, (49,5 x
59,7 cm). Colección privada
Georgette en el suelo. Después de completar la
segunda versión en 1942, Balthus regresó a la an-
terior, que irradia más luz y muestra pinceladas más
amplias. Las huellas de un pentimento revelan que
el artista movió el brazo izquierdo de la chica lec-
tora, que ahora está apoyada precariamente en un
solo brazo.
Durante mi visita de 1981, también conocí a
Madame Buisson, la viuda anciana del granjero que
había alquilado su parte de la casa a Balthus.
Madame Buisson me dijo que cuando regresaron a
Champrovent en 1942, descubrieron muchas ca-
jas de "papeles" que Balthus dejó, que quemaron.
Estos "papeles" deben haber sido estudios de ar-
tista y otros dibujos, y este incendio explicaría por
qué ninguno ha sobrevivido de su estadía en Cham-
provent. También descubrí que el antiguo salón que
se muestra en ambos cuadros no había cambiado
(foto de arriba). Desde la estadía del artista en
1940-41, nadie parecía haberse sentado en el sofá
37
El Salón I, 1941-43 Óleo sobre lienzo

El colorido
"salón" de la
pequeña
burguesía de la
granja sirvió de
escenario en
las dos versio-
nes de El Salón
I y El Salón II
38 (1942)
El Salón II, 1941-43 Óleo sobre lienzo

Esta imagen
irradia más luz
y emplea
pinceladas más
amplias. La hija
de trece años
del granjero,
Georgette
Coslin, posó
para ambas
figuras. 39
40
Los Días Dorados, 1944-46; Óleo sobre lienzo, 1943 - Paciencia - óleo
(148 x 199 cm)
Museo Hirshhorn y Escultura Carden,
Smithsonian Institution. Washington, D.C.,
Donación de la Fundación Joseph H.
Hirshhorn, 1966

Odile Bugnon en Friburgo,


finales de los años cuarenta.

Balthus confesó en una carta a su padre, el pintor e histo-


riador del arte Erich Klossowski, en 1933, que le aterrorizaba
descender a lo anecdótico. En este cuadro, no lo evitó del todo.
Las figuras inevitablemente invitan a las preguntas "¿Quiénes
son?" Y "¿Qué sucedió o va a suceder?"
Una muchacha bonita adolescente se reclina en una silla.
Se mira a sí misma en un espejo, que refleja la luz del día desde 1955 - Paciencia - óleo sobre lienzo
una ventana detrás de ella. Su corpiño se ha deslizado de un
hombro, y su falda corta revela piernas delgadas. Un hombre,
vestido con un ajustado suéter rojizo y pantalones gruesos, cui-
da el fuego. La superficie lisa y el esquema de colores de la
imagen parecen haber sido inspirados por la descolorida silla
victoriana, con su cubierta de terciopelo verde algas marinas y
su borde de color clarete. Para toda la ambigüedad de la esce-
na, sin embargo, se desarrolla en una composición bien defini-
da en la que la luz del día y la luz del fuego se oponen entre sí.
Mientras que la pintura reverbera con misterio, tanto la niña
como el escenario son reales. La modelo para la adolescente
reclinada era Odile Bugnon, de catorce años. En una conversa-
ción en 1986, más de cuarenta años después de posar para
Balthus, recordó que había una chimenea pero ningún hombre. 41
El gato de La Méditerranée, 1949 Óleo sobre lienzo.

Balthus pintó el cuadro grande como decoración para el interior de "La


Méditerranée", un restaurante de mariscos que aún funciona en la Place de
l'Odéon en París.
El gato del banquete es un autorretrato.

1949 - Desnudo con gato. Óleo sobre lienzo, 80x65cm.

1945 - Princesa María Volkonski a la


edad de doce, Óleo, 82x64cm

42
43
El tramposo del as de Inspirada en 'El tramposo del as de diaman-
diamantes. 1630. tes', de Georges de la Tour, esta escena deliciosa
George de La Tour. parece haber quedado congelada bajo el influjo si-
giloso de una luz aguamarina, inquietante, miste-
riosa. Los niños de Balthus solo juegan juegos de
cartas. La mirada confiada en el rostro de esta chi-
ca indica que está ganando, o cree que sí.
En la exposición, por cierto, hay un vídeo muy
interesante en el que se cuenta que mediante un
análisis del pigmento se descubrió que, al princi-
pio, el tramposo era una chica con falda roja y blu-
sa verde, y que Balthus decidió transformarla en
1950 - El juego de cartas, Óleo sobre lienzo, 140 x 194 cm.
un chico con pantalón amarillo cuando la obra ya
Museo Thyssen Bornemisza
estaba casi acabada.

1952 - Los jugadores de cartas

44
1951 - Ventana,
Cour de Rohan,
óleo sobre lienzo

1973 - El juego de cartas - témpera - 190 x 225 cm

45
1953 - La habitación

46
1954 - Brazos cruzados Lena

1954 - Le passage du Comercio Saint-Andre Privado

47
1955 - Chica en el ventana. Óleo sobre lienzo, 196x130 cm Chica durmiendo

Balthus pintó esta obra en Fribourg, donde vi-


vió con su esposa y sus dos hijos desde 1942 has-
ta finales de 1945.

La niña dormida es Jeannette Aldry. Parece


mayor que Thérèse Blanchard, quien había sido
su modelo favorita en París, pero tiene una mirada
grave similar.

48
1955 - El sueño. Óleo sobre lienzo - 162x130cm

A pesar de ser un artista disruptivo y polémico, Balthus era


un gran conocedor de la tradición. En sus años mozos se dedi-
có a versionar las pinturas emblemáticas de maestros como Piero
della Francesca, Caravaggio y Courbet. Este cuadro fechado
en 1955 es casi como un Capricho goyesco. En tonos pastel
casi translúcidos, distintivos de los últimos trabajos del pintor,
vemos a una muchacha fantasmal iluminada como un quinqué
acerándose a otra que duerme en un sofá, tal vez liberando el
flujo del inconsciente, tal vez despertando esa perversidad re-
1956 - La fruta dorada. Óleo sobre lienzo - 160x159cm
primida que deambula en nuestros sueños como el minotauro
en el laberinto.

49
Chica con pez dorado, 1948 Una segunda variación de esta pintura está a
Óleo sobre lienzo. la vista, sin la niña y menos un pez.

La pintura evoca el mundo de los cuentos infantiles del


siglo XIX que mezclan el humor oscuro con un sentimiento de
presentimiento.
El gato sonríe a sabiendas, anticipando la fiesta de los dos
peces de colores.

50
Naturaleza muerta (membrillo y pera)

Hermanos Mujer con violín Roger y su yerno - óleo

51
1954 - Dos estudios para las tres hermanas.

1954 ~1964
1954 - Tres hermanas - óleo sobre lienzo - 60 x 120 cm

52
1964 - Tres hermanas - óleo sobre lienzo - 130 x 192 cm

1964 - Tres hermanas - óleo sobre lienzo. 53


1949 - Young Girl at Her Toilette
1949-51
1955 - Figura frente a una repisa de chimenea, Óleo sobre lienzo,
190x164 cm. Museo Metropolitano de Arte. Colección Robert
Lehman, 1975

Cuando una adolescente desnuda se miraba


a sí misma en un espejo en las obras anteriores de
Balthus, fue vista más o menos frontalmente y, en
general, acompañada por una anciana.
Ahora todo ha cambiado de perfil. Este des-
nudo monumental se enfrenta a un espejo que des-
cansa sobre una repisa ornamentada de mármol
gris. Mientras está plantada en el suelo, la chica
sólida y escultórica parece que también podría es-
tar tallada en mármol. Como una figura en un friso
egipcio, planta un pie delante del otro.
Otra innovación es la luz que llena. La habita-
ción, la armonía y la quietud de la escena se ven
realzadas por una paleta de azules pálidos, blan-
cos, beige y algunas tonalidades más oscuras.
La inspiración para este desnudo provino de
una revista. Balthus colocó la figura frente a una
chimenea en una de las habitaciones de abajo en
Chassy.
Una obra anterior, Young Girl at Her Toilette
(1949-51), puede considerarse un estudio para esta
54 pintura.
Sin nada más que calcetines blancos y zapatillas rojas, Fré-
dérique Tison, de diecinueve años, irradia una sensualidad sana.
Al desviar sus ojos, ella permite que el espectador se deten-
ga sobre su cuerpo. La cuadratura del lienzo es visible en todas
partes, especialmente en la cortina de la izquierda y la mesa de
noche de la derecha.
1955 - joven con falda blanca

1957 - El
baño - óleo
sobre lienzo
- 130 x 162
cm 55
1955 - Paisaje en Morvan - 27 x 35 cm

1958 - El ramo de las rosas en la ventana - óleo sobre lienzo

1957 - El valle de Yonne

56
1958 - Bodegón - óleo sobre lienzo 1958 - Bodegón con lámpara - óleo sobre lienzo 2

1957 - Paisaje con árbol

57
1956 - La echadora de cartas. Óleo sobre lienzo. 198x198cm
Colección Jerold y Dolores Solovy.

Mientras estaba en Chassy,


Balthus usó las habitaciones del casti-
llo para sus fotos. "La echadora de car-
tas" nos lleva al salón, donde Frédéri-
que Tison extiende sus cartas frente a
la chimenea. La corriente subyacente
del drama, la tensión y el presentimien-
to en las primeras escenas de interior
del pintor, se han desvanecido en
Chassy, reemplazadas por una preocu-
pación por la forma y el espacio. La
vista oblicua da la impresión de pro-
fundidad, y todos los muebles se rigen
por las reglas de perspectiva. Siguien-
do la línea de recesión de la izquierda
está el sofá en el que Frédérique es-
taba soñando en "El sueño" (1955). En
la composición actual, la sobrina de
Balthus se sienta erguida. Con su ros-
tro enigmático y con forma de másca-
ra, su torso plano y su brazo extendi-
do, se asemeja a una figura en una car-
58 ta de tarot.
Vista desde atrás, Fréderique Tison se para en una venta-
na de Chassy. La sobrina de Balthus por matrimonio, Fréderique
se mudó a Chassy en 1954 y fue la modelo favorita de su "tío".

1959 - El niño con palomas - óleo sobre lienzo.


162 x 130 cm
1957 - Chica en el ventana. Óleo sobre lienzo.

59
1960 - La polilla. Temple de caseína sobre lienzo -
162x130 cm
El contenido erótico de las pinturas de
Balthus se vuelve menos ambiguo en Chassy,
como en esta rara escena nocturna.
Para lograr el efecto de fresco de esta obra,
Balthus aplicó muchas capas de caseína al tem-
ple, una técnica que apunta hacia la nueva di-
rección que tomaría su arte en Roma a partir de
1961.

En el país del sol naciente el pintor conoció


a Setsuko, la interprete que acabaría por ser su
modelo, su amante y su esposa. Fue ella quién
posó para los tres lienzos (‘la habitación turca’,
la japonesa con espejo negro, y ‘la japonesa en
mesa roja’), y sería ella quién le transmitiría, en
su último viaje desde la Villa Médicis al gran cha-
let de Suiza, la recomendación de un poeta de
Edo para aquel pintor de ‘cosas estancas’: debía
pintar ‘debía pintar retratos del artista mediante
60 objetos interpuestos’.
En ‘La habitación turca’, Setsuko posó como odalisca en 1967 - japonesa con espejo negro
la estancia árabe y todos los detalles del cuadro reflejan, a modo
de filigrana, la presencia del artista. La estancia soñada por
Horace Vernet que sirvió de decorado para la tela era represen-
tativa del orientalismo en boga en la época de ‘Baño turco’ un
lienzo pintado por un Ingres octogenario en 1863, exactamente
cien años antes de que Balthus comenzara ‘la habitación turca’
(en 1835, Ingres había sucedido a Verne en la dirección de la
Villa Médicis).

1963 - La habitación turca - témperas

1967 - japonesa con mesa roja - óleo sobre lienzo

61
1974 - Lectura Katia - temperas - 180 x 210 cm 1975 - Desnudo en Perfi - óleo sobre lienzo

62
1981 - Desnudo en el espejo 1981 - Desnudo en la bufanda 1982 - Desnudo con seda

63
1977 - Levantarse - óleo sobre lienzo - 159 x 169 cm 1980 - durmiendo desnuda

64
1981 - El pintor y su modelo 1983 - Desnudo con guitarra

65
1988 - El gato en el espejo. Óleo sobre lienzo, 170x200cm 1990 - El gato en el espejo. Óleo sobre lienzo, 195x220cm

66
Paisaje Chassy

Jinete marroquí y su caballo

67
Peinando

68
Gran Chalet de Rossinière Construido entre 1752 y 1756 por David
Henchoz, el Gran Chalet, patrimonio nacional con
130 ventanas y fachadas grabadas, es uno de los
chalets más antiguos de Suiza.
Inicialmente diseñado para acomodar grandes
barricas de madera para la comercialización ma-
yorista de queso, sus dimensiones han sido deter-
minadas por la necesidad de crear estos espacios
subterráneos, lo que condiciona la estructura de
todo el edificio. Mantenido en manos de la misma
familia hasta 1875 y luego transformado en 1852
en un hotel con una sólida reputación, el Gran Cha-
let recibió en sus paredes a visitantes famosos
como Victor Hugo o Alfred Dreyfus.

El conde Balthazar Klossowski de Rola lo


adquirió en 1977 y se estableció allí con su espo-
sa, la condesa Setsuko Klossowska de Rola y su
hija Harumi. Permanecerá allí hasta el final de su
vida. Hoy en día, este lugar único y atemporal es la
residencia familiar y el hogar de la Fundación
Balthus, que desarrolla sus actividades.

En esta impresionante arquitectura ubicada


en un valle del Pays d'Enhaut, el pintor y su espo-
sa han reunido a lo largo de los años a sus con-
temporáneos (pintores, escritores, cineastas y poe-
tas) para discutir sus prácticas respectivas, imagi-
nar juntos nuevas Intersecciones entre las artes e
interrogando al mundo.
69

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