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Esta compleja problemática obliga ante todo a un enfoque etiológico lo más preciso
posible, ya que "la mayor injusticia que puede hacerle un maestro a un niño es el
decirle que podría adelantar más si quisiera" -según acertado comentario de Kanner,
en cuanto tiene que haber algo que impida que el niño quiera estudiar más-. La cau-
sa existe en algún nivel, bien sea personal, familiar o escolar. También en la actuali-
dad hay que añadir la violencia entre iguales y el acoso en el aula de "matones" que
victimizan a ciertos compañeros (bullying).
Cuadro clínico. Estará en relación con el tiempo que viene ocurriendo el retraso en
el aprendizaje; el retraso escolar siempre precede al fracaso. El término fracaso esco-
lar se reserva para los retrasos en el aprendizaje que superen los dos años, en rela-
ción al nivel de estudios que correspondería al alumno por su edad. Otra situación
escolar a tener en cuenta es la desgana o desinterés escolar, que se caracteriza por
apatía, pasividad, indiferencia y desmotivación por las enseñanzas que imparte la
escuela. Es la causa más frecuente de fracaso escolar y la más descorazonadora, ya
que se trata de alumnos con un aceptable nivel intelectual, pero desinteresados. La
evolución suele ser favorable en la mayoría de los casos, aunque en algunos se pue-
de complicar con un cuadro depresivo y la inflexión corre el riesgo de convertirse en
duradera.
Fobia escolar. Puede presentarse a cualquier edad de la vida escolar, más frecuente
en el niño que en la niña, pero es más habitual a la entrada de la enseñanza prima-
ria, hacia los 6 ó 7 años, y en la adolescencia temprana, entre los 10 y los 13 años.
Lo más característico del niño "fóbico" es que no quiere romper con la enseñanza
que imparte la escuela, pero es incapaz de superar la angustia que siente cuando
tiene que ir a la escuela, pudiendo llegar con facilidad a una crisis de ansiedad o ata-
que de pánico. Acostumbran a ser niños inteligentes, pero emocionalmente insegu-
ros, con una familia sobreprotectora, con padres blandos y muy permisibles. El niño
se siente feliz cuando se queda en casa, estudiando y haciendo los deberes que le
manda la es cuela, pudiendo llegar esta situación de "impedimento" de ir a la escuela
a cronificarse.
Se trata de una auténtica reacción circular, en términos sistémicos, que afecta a to-
dos los estamentos socio familiares del ámbito del alumno fracasado.
REFERENCIAS BlBLIOGRÁFICAS
Diagnóstico diferencial. Son muchos los trastornos que pueden hacer pensar
en un TDAH, por lo que conviene descartarlos o valorar si están presentes de
forma concomitante: complicaciones perinatales, síndrome X frágil, síndrome
alcohólico fetal, retraso mental, resistencia generalizada a la hormona tiroidea,
intoxicación por plomo, ferropenia, déficit sensoriales, medicación crónica que
ocasione irritabilidad (fenobarbital, salbutamol), trastornos del sueño. Epilepsia,
Gilles de la Tourette, espectro autista, ansiedad, depresión, trastorno obsesivo
compulsivo, trastorno negativista desafiante, trastorno de conducta, abuso en el
consumo de sustancias, psicosis. Familia desestructurada, estilo educativo in-
correcto, abuso sexual, expectativas parentales inadecuadas por la edad o CI
del niño, psicopatología en los padres. Déficit o por el contrario superdotación
cognitiva, trastorno específico del aprendizaje.
Las profesiones más indicadas son: escritor, artista (actor, escultor, pintor),
científico (investigador, inventor), trabajos al aire libre o en el mundo del depor-
te, actividad por cuenta propia o empresario.
Tratamiento
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS