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La sequía en el cuerno de África amenaza la vida de más de 11 millones

de personas13/07/2011

La sequía que sufre el Cuerno de África está gestando un desastre humanitario de


espectaculares dimensiones. Los campos de refugiados están saturados y exceden con
creces su capacidad de acogida, mientras nuevos miles de damnificados llegan cada día
solicitando ayuda. Más de 400 personas en Somalia han muerto ya, víctimas de la
desnutrición.
"Más de once millones de personas necesitan asistencia urgente para sobrevivir a la peor sequía
en décadas. El coste humano de esta crisis es catastrófico". Así daba la voz de alarma hace
apenas unos días el secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), Ban ki-
Moon ante la terrible situación de emergencia que está sufriendo en la actualidad el Cuerno de
África.Y es que esta zona lleva sufriendo una pertinaz sequía durante los dos últimos años, que
muchos han estimado ya como la peor desde 1951. Los países más afectados por sus
devastadoras consecuencias son, por el momento, Somalia, Kenia, Djibuti y Etiopía. Dentro de sus
fronteras, sus habitantes están sufriendo unos niveles de desnutrición, sobre todo en Somalia,
hasta seis veces lo que la ONU considera ya una emergencia. De hecho, hasta la fecha más de
400 somalíes han perdido la vida por enfermedades relacionadas con la malnutrición en los últimos
meses.

Ante esta situación de alarma, el secretario general de la ONU hizo un llamamiento a la comunidad
internacional e instó a los Estados miembros a apoyar el llamamiento de 1.600 millones de dólares
realizado por las distintas agencias de la ONU. De momento se ha recibido sólo la mitad de ese
presupuesto.

De los más de 11 millones de personas que se encuentran en serio riesgo de muerte por
este motivo, más de dos millones son niños. Menores de cinco años que se encuentran
gravemente desnutridos y muchos de los cuales requieren, según ha alertado Unicef, una atención
urgente por riesgo serio de fallecimiento.

Una cifra inacabable de personas refugiadas...

Ante este aterrador panorama, son miles las familias que están huyendo de sus casas en busca de
algo de esperanza. Así, el número de refugiados, sobre todo procedentes de Somalia, no para de
aumentar. En este sentido, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) ha advertido que "los esfuerzos para brindar ayuda a los refugiados de Somalia que día
tras día llegan a los países vecinos corren el riesgo de no dar abasto sin una respuesta
internacional más rápida y sólida para hacer frente a esta crisis humanitaria causada por la sequía
y el desplazamiento en el Cuerno de África"; y ha lanzado un llamamiento de emergencia por valor
136,3 millones de dólares para prevenir una catástrofe humanitaria en la región. 

Foto: Somalia / Save the Children

Mientras tanto, los campos de refugiados no paran de acoger a nuevas personas que llegan cada
día en condiciones alarmantes de desnutrición. La capacidad de la mayor parte de ellos hace
meses que sobrepasó los límites para los que fueron construidos. Uno de los principales, el de
Dabaab (situado en Kenia y que es uno de los más grandes del mundo) acoge cada día alrededor
de 2.000 nuevas personas. Preparado para 90.000, en la actualidad rebasa los 380.000 habitantes.

El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) tiene activos en la actualidad hasta 13 proyectos en


Etiopía, Kenia, Sudán, y Uganda, llegando a atender a unos 105.000 refugiados, desplazados
internos y retornados de los más de 9 millones que se calculan en toda la región (incluyendo
Somalia). El JRS África del Este ofrece educación, apoyo psicosocial, educación para la paz,
servicios de subsistencia y ayuda de emergencia y está involucrado en la protección de los
derechos humanos y en actividades de advocacy a diferentes niveles.

No cabe duda de que, ante esta realidad abrumadora que vive Somalia, la cifras seguirán
incrementándose cada semana, haciendo urgente el refuerzo de la atención y el acompañamiento
que realiza el Servicio Jesuita a Refugiados -con el apoyo de Entreculturas-.
Una larga trayectoria en África

El JRS lleva trabajando en África más de tres décadas. Uno de sus primeros compromisos, allá por
los años 80, fue en Etiopía, suministrando alimentos, refugio y ayuda médica a miles de
desplazados dentro del propio país a consecuencia de la guerra y la hambruna. A penas unos años
más tarde, a principios de los 90, se creó la región del JRS África del Este, cuya oficina central se
ubicó en Nairobi, Kenia.

Foto: Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) - Uganda 

Dos años más tarde comenzaría a funcionar ya uno de los proyectos del JRS más grandes y de
mayor duración en Adjumani, norte de Uganda, creado para ayudar a los refugiados sudaneses
mediante la educación y la atención pastoral. Un proyecto que culminó en 2008, después de
entregar al gobierno las 75 escuelas creadas y de que la mayoría de los refugiados se repatriaran
al Sur de Sudán, quienes en la actualidad ayudan en la reconstrucción de su país con la formación
recibida durante su exilio en Adjumani. 

En África del Este, el JRS está trabajando desde hace años con refugiados somalíes en varios
proyectos.
 

http://www.entreculturas.org/noticias/sequia_cuerno_Africa

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