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La función de la empresa como agente económico

 
            Dos de las causas principales que justifican la aparición y el papel de la empresa en el citado
sistema de economía de mercado son: a) la existencia de costes de mercado, y b) el riesgo o la
incertidumbre en el sistema.
 
            Especialmente respecto a la primera causa, hay que hacer referencia a la aportación pionera
del economista británico R. H. Coase, premio Nobel de Economía de 1991, cuando indica que las
imperfecciones del mercado y la incertidumbre sobre las transacciones en el mismo llevan a la
necesidad de una nueva fórmula de regulación, distinta del mercado (la «mano invisible»)
superadora de los costes que se originan.  En definitiva, señala que «el funcionamiento del mercado
lleva consigo unos costes, y que formando una organización y permitiendo que una autoridad
(empresario) dirija los recursos ("mano visible") se ahorran ciertos de estos costes de mercado.  El
empresario tiene que llevar a cabo su función a un coste aún menor, teniendo en cuenta que puede
obtener los factores de producción a un precio inferior al de las transacciones de mercado que él
sustituye, porque si no lo consigue siempre es posible recurrir al mercado abierto.
 
            Existen dos mecanismos de coordinación de las transacciones o intercambios que se realizan
en el sistema económico, y que son resultado de la “no autosuficiencia” de los agentes económicos
y de la especialización consiguiente.
 
            Según el planteamiento de la economía neoclásica, las transacciones se producen a través
del sistema de precios. Así, el mercado –la mano invisible- guía a los individuos hacia situaciones
de equilibrio. Esto es así en un mercado de competencia perfecta.  Las condiciones de la
‘competencia perfecta’ son:
 
         Precios paramétricos: ningún agente puede alterar o influir sobre los precios: numerosos
compradores y vendedores irrelevantes.
 
         Precios transparentes: la información (sobre los agentes, productos, precios, ...) es fácilmente
obtenible y barata (o sin coste alguno).
 
            Además existen otras condiciones como:
         Homogeneidad del producto ofrecido por los distintos agentes.
         Libertad de entrada y salida en el sector industrial, sin demasiados costes.
         Conducta racional de los agentes: el objetivo de los productores es maximizar el beneficio y
de los consumidores, maximizar su utilidad.
 
            El cumplimiento de estos requisitos, conduce a largo plazo a la imposibilidad de obtener
beneficios. En estas condiciones afirma la economía neoclásica que el mercado conduce a
situaciones de eficiencia.
 
            Entonces, cabría preguntarse ¿por qué existen las empresas? ¿Por qué se internalizan
operaciones en ellas y no se realizan todas a través del mercado?
 
            Coase (1937) “La naturaleza de la empresa” que le valió el Premio Nobel de Economía en
1991, responde de la siguiente manera:
 
            -El mercado no es eficiente, porque normalmente (casi siempre) no se cumplen las
condiciones de competencia perfecta. Cuando esto es así, el sistema de precios tiene unos costes
asociasdos, relacionados con el conocimiento de los oferentes/demandantes y de los precios; la
formulación de contratos entre los agentes económicos, etc.
 
            En estas circunstancias, las empresas consiguen reducir los costes del mercado, y se
convierten en un mecanismo de  asignación de recursos más eficiente que el mercado.
 
            Willianson (1975) continua el planteamiento de los costes de mercado.  Según este autor,
además de los costes de producción, existen otros costes asociados al mecanismo del mercado,
cuando éste no funciona en competencia perfecta, y que ellos denominan Costes de transacción.
La empresa tiene justificación siempres que los costes de transacción se reduzcan (por el hecho de
internalizar una operación) respecto a los que genera el mercado. Describen tres fuentes de costes
de transacción.
 
1.       Costes de información: búsqueda de los agentes de los contratos, conocimiento de
precios.
2.       Costes de negociación: Formulación de las condiciones de los acuerdos.
3.       Costes de garantía: Vigilancia del cumplimiento del contrato.
 
 
Con relación a la segunda causa, además de lo ya indicado por Coase, hay que destacar la
aportación de F. H. Knight, quien considera que es la incertidumbre o la falta de información
completa de los agentes sociales lo que justifica el origen de la empresa.  Por ello, ésta, mejor dicho,
el empresario se arriesga contratando los factores productivos a unas rentas o precios, para verse
retribuido cuando finaliza el proceso productivo con una renta residual o beneficio empresarial.  Es,
en definitiva, el riesgo lo que tipifica el papel de la empresa y del empresario, organizando la
actividad económica y ahorrando los costes de información, existentes en las transacciones del
mercado.
 
De estas reflexiones se deducen tres cuestiones fundamentales:
 
a)    Demostrar que el mercado no es una panacea universal y que no es siempre la solución
más eficiente, pudiendo existir otra alternativa como es el caso de la empresa como
organización.  Esta posible ineficiencia proviene de problemas en la circulación de la
Información y en la incertidumbre existente.
b)    El mecanismo del mercado, la «mano invisible», puede generar, y de hecho ocurre, unos
costes elevados, por lo que se le sustituye por el mecanismo de la organización, la «mano
visible».  Alternativas que otorgan el poder de decisión y de regulación de las
transacciones a una «figura» con autoridad y capacidad de administración (planificación y
control).
c)    Esta función empresarial se concentrará en los partícipes de la organización con mayor
tendencia a asumir riesgos o con menor aversión al riesgo, lo cual es consecuencia de
unas actitudes, de habilidades y de unas capacidades profesionales, propias de la «figura
del empresario».
 
            Estas consideraciones muestran y justifican plenamente la naturaleza efectiva de la empresa
moderna y del papel que desempeña el empresario.  Sus argumentos han servido para construir las
teorías actuales de la empresa como organización y de la función directiva del empresario, las
cuales serán expuestas en los tema 3.
 
            Finalmente, de la figura 1.3 se pueden extraer las funciones especificas que según el
enfoque expuesto está teniendo la empresa como agente principal en la economía de mercado.
           
a)    Organiza, coordina y dirige el proceso de producción, asignando recursos, efectuando
transacciones y estableciendo relaciones entre los agentes económicos.
b)    Anticipa o descuenta el producto nacional, generando las rentas monetarias.
c)    Asume y reduce los costes de mercado (costes de transacción) y los de información
(costes de identificación y relación entre las partes).
d)    Asume el riesgo inherente a la actividad económica, sobre la base de la asimetría de las
actitudes respecto a aquél de los agentes económicos.
e)    Desarrolla el sistema económico, creando riqueza (productos y servicios) y empleo.
 
 
 
1.6. La empresa como sistema: los subsistemas
 
            La teoría actual de la empresa se fundamenta en la gran aportación que la teoría de
sistemas ha permitido, tanto para describir su composición compleja, como para entender su
comportamiento y facilitar sus procesos de control y adaptación al entorno, y destacando como
rasgo sustantivo las interrelaciones entre sus partes.
 
            El principal problema con el que tropieza el pensamiento analítico -consistente en dividir la
realidad en partes para posteriormente estudiar cada una de ellas separadamente- es que el todo no
es exactamente igual a la suma de las partes. Es necesario tener en cuenta las interrelaciones
existentes entre dichas partes, ya que no siempre son despreciables.
 
            Los elementos de la empresa no se comportan de un modo aislado, sino que se mantienen
interrelaciones complejas. Para analizar la función de marketing no es suficiente estudiar
únicamente el marketing de la empresa, sino que se deben considerar las relaciones existentes con el
resto de áreas como producción, finanzas, selección y retribución de los vendedores, etc. Para que el
pensamiento analítico pueda ser  aplicado con rigor es necesario que no existan interacciones entre
sus elementos o que sus efectos sean despreciables.
 
            El pensamiento sistémico estudia la realidad como un todo, teniendo en cuenta sus
elementos junto con sus interrelaciones. Al tratarse de una teoría general, válida para cualquier tipo
de sistemas, incorpora las experiencias acumuladas en áreas muy diversas de la ciencia como
pueden ser la física, la matemática, la biología, la psicología para construir un conjunto de
principios aplicables a todos los sistemas.
 
            Un sistema está constituido por una serie de dos o más elementos de cualquier clase
(conceptos, ideas, objetos, personas) en interacción, cumpliéndose que cada parte influye sobre el
todo, pero no de forma aislada respecto a los demás componentes del sistema. Además, cada
posible subsistema tiene las mismas propiedades que el sistema que lo contiene.
 
            Un sistema físico se representa sintéticamente de esta forma:
 
                                                   
                        Entradas                  Proceso de transformación               Salidas
 
            Las características inherentes a todo sistema se pueden concretar en:
            Globalidad, o interacción entre todos los elementos del sistema, de modo que cualquier
estímulo que afecte a una de las partes repercutirá en todo el sistema.
            Finalidad, todo sistema está orientado a la realización de unos fines.
            Homeóstasis, que hace referencia al equilibrio dinámico o carácter adaptativo del sistema,
esto es, la autorregulación o autocontrol del sistema.
 
            El gráfico 1.4  resume el planteamiento general de la teoría de sistemas para explicar
el concepto de empresa. De acuerdo con este enfoque, la empresa puede ser considerada como
un sistema autorregulado y abierto, en permanente interacción con el entorno, del que recibe inputs
(entradas) y le ofrece outputs (salidas) una vez que han sido sometidos a un proceso de
transformación. Además de físico-técnico (mecánico o intelectual), transformando materias primas
en productos terminados, el proceso de transformación es financiero, al transformar ahorro en
capital productivo y mental, transformando información.
 
            Podemos resumir, por tanto, que la empresa como sistema se caracteriza, además por ser:
            Un sistema artificial, diseñado por el hombre.
            Abierto, en constante intercambio de recursos con su entorno.
            Jerárquico, la empresa está integrada en un sistema de orden superior y éste se puede
descomponer en subsistemas y éstos en otros... que se comportan como nuevos sistemas
manteniendo relaciones de dependencias y jerarquía.
            Cibernético o autorregulado, la empresa precisa un sistema de retroalimentación que le
proporcione la información necesaria para controlar las desviaciones de su conducta respecto de los
objetivos perseguidos
 
            La información sobre los resultados obtenidos en el pasado se
denomina retroalimentación y permite a la organización examinar las consecuencias derivadas de
sus decisiones anteriores, aprender y corregir el curso de acción del proceso de negocio. La
retroalimentación es un aspecto fundamental para generar aprendizaje y promover el cambio
organizativo.

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