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 PSICOLOGÍA JURÍDICA

Frente a este caso hipotético por favor exponga un argumento apoyado en la consulta de la norma en el
cual se identifique claramente el actuar del psicólogo y dando respuesta a las pregunts para el caso.

Caso.
Consigna Un matrimonio consulta por su único niño que presenta un cuadro de enuresis. Al tiempo de iniciado el
tratamiento, en una entrevista a solas con los adultos, ellos ponen en conocimiento del terapeuta que ellos
son infértiles y que el niño fue adoptado ilegalmente y que su verdadera familia lo está buscando. Aclaran
que es la primera persona que conoce este hecho y que lo hacen por el bien del tratamiento del niño y
confiando en la discreción del terapeuta.

Cuestionamientos que centren el debate, se recomienda de 1 a 3 preguntas.

¿Qué debería hacer el psicólogo si al iniciar el proceso psicoterapéutico de acuerdo con la Ley 1090 de
2006, el profesional de la salud mental no consigno de forma explícita en un formato el consentimiento
informado las limitaciones del secreto profesional?

Los psicólogos como primer paso deben de informar a sus pacientes o tratantes las limitaciones a la
Preguntas confidencialidad “secreto profesional”, tal como lo contempla la ley 1090 de 2006 en su numeral 5 artículo
2, pero también se debe de tener en cuenta si el consultante esta o no de acuerdo a esta limitación en su
formato de consentimiento informado, partiendo de este punto el profesional que no lo plasma por escrito
al consentimiento informado o en caso de que el tratante no acepta esta limitación y el profesional continua
con su consulta aceptando, el psicólogo deberá cumplir con lo pactado en el documento, donde se debe de
salvaguardar el secreto profesional y solo se hará público con la autorización del consultante.

Firma SONIA LOPEZ RENDON


¿Qué debería hacer el psicólogo si al iniciar el proceso psicoterapéutico de acuerdo con la Ley 1090 de 2006,
el profesional de la salud mental no consigno de forma explícita en un formato el consentimiento informado
las limitaciones del secreto profesional?

Los psicólogos como primer paso deben de informar a sus pacientes o tratantes las limitaciones a la
confidencialidad “secreto profesional”, tal como lo contempla la ley 1090 de 2006 en su numeral 5 artículo 2,
pero también se debe de tener en cuenta el valor del consentimiento informado, el consultante está de acuerdo
o no a esta limitación en su formato de consentimiento informado, partiendo de este punto el profesional que
no lo plasma por escrito las limitaciones legales de la confidencialidad en el documento y/o en caso de que el
tratante no acepta esta limitación y el profesional continua con su consulta aceptando está condición el
psicólogo deberá cumplir con lo pactado en el documento, donde se debe de salvaguardar el secreto
profesional y solo se hará público con la autorización del consultante excepto…
https://prezi.com/edvonhhjzbqw/etica/

http://eticapsicologica.org/index.php/documentos/mapa-del-sitio/item/1-consentimiento-
informado?showall=1

https://issuu.com/colpsic/docs/doctrina_secreto_profesional_ec8303850312b7 importante

¿se puede vulnerar el secreto profesional?

A quien se le obedece a la constitucion o la ley en este caso el psicologo se encuentra en un dilema


ètico y apara llegar a tomar una decisión donde y en que situaciones se vulnera el secreto
profesional, teniendo en cuenta que en el Art 74 constitucion politica, establece el secreto
profesional es inviolable, entonces bajo que concepto etico y/o juridico el psicologo toma la
decisión de vulnerar el secreto profesional y bajo que instancia o marco juridico se ampara para no
verse afectado juridica y etica mente; el psicologo debe de tener muy claro la dotrina numero 2 en
los numerales 4 y 5, en su numeral 5 recalca excepto en aquellas circunstancias particulares en que
no hacerlo llevaría a un evidente daño a la persona u a otros. Los psicólogos informarán a sus
usuarios de las limitaciones legales de la confidencialidad. Cita textual

Partiendo de este punto se puede decir que vulnerar el secreto profesional acarrea en
determinados casos generar sanciones al psicólogo, el no divulgarla no acarrea sanciones,
entonces es el profesional en psicología quien decide de acuerdo a su ética.

¿Ponderación de derechos con el caso del niño?

El psicólogo bajo su responsabilidad decide cuando y en que casos vulnerar el secreto profesional,
basado en principio éticos como la dotrina universal del mal menor y las causales justificadas del
hecho contempladas en la ley 599 de 2000 en su articulo 32 código penal colombiano, donde a
través de sus estrategias éticas y análisis

deberá hacerse por el psicólogo un profundo análisis, apoyándose en cualquiera de las estrategias
recomendadas para ello, en especial, en los diez pasos para la toma de decisiones consagrados en
el Código de Ética de Canadá o en las recomendaciones que hace el Meta Código Europeo de Ética
del Psicólogo. 7. Acordar que en todo caso, el psicólogo deberá informar a sus consultantes sobre
las limitaciones al Secreto Profesional, de acuerdo con lo dispuesto en el numeral 5 del Artículo 2
de la Ley 1090 de 2006; si el consultante está de acuerdo, se debe consignar dicha limitación en el
Consentimiento Informado. Pero si el consultante no está de acuerdo, y aun así el psicólogo lo

marco normativo de la psicología Sin embargo se debe tener en cuenta que la violación del
derecho profesional no es la primera, única o recomendada solución a toda situación donde
este se encuentre en conflicto con otros derechos. El psicólogo deberá llevar a cabo un
análisis detallado y cuidadoso de tal situación, mediante metodologías como el Modelo de
Tres Niveles o las sugeridas en otros manuales a nivel internacional para posteriormente
tomar decisiones. En esta clase de análisis se deben tener en cuenta las diferentes soluciones
alternativas, los Principios Éticos Universales y las consecuencias de cada línea de acción. Al
llevar a cabo esta clase de decisiones el profesional podrá justificar su actuar y garantizar que,
cuando menos, se está produciendo el menor de los males posibles.
Al tomar esta clase de decisiones el profesional reconoce que su actuar puede ser estudiado
por los tribunales deontológicos de psicología
La Doctrina del Mal Menor define como moralmente válida la elección de la opción que
genera daño en un entorno en el cual no es posible garantizar la beneficencia y se está
obligado a actuar. De este modo se reconoce la opción con mal menor como el mayor
bien posible.
Frente a este caso hipotético por favor exponga un argumento apoyado en la consulta de la norma en el cual
se identifique claramente el actuar del psicólogo y dando respuesta a las preguntas para el caso.

Caso.

Un matrimonio consulta por su único niño que presenta un cuadro de enuresis. Al tiempo de iniciado el
tratamiento, en una entrevista a solas con los adultos, ellos ponen en conocimiento del terapeuta que ellos son
infértiles y que el niño fue adoptado ilegalmente y que su verdadera familia lo está buscando. Aclaran que es
la primera persona que conoce este hecho y que lo hacen por el bien del tratamiento del niño y confiando en la
discreción del terapeuta.

R/.
¿Qué debería hacer el psicólogo si al iniciar el proceso psicoterapéutico de acuerdo con la Ley 1090 de 2006,
el profesional
de la salud Cuestionamientos que centren el debate, se recomienda de 1 a 3 preguntas.
mental no
consigno de forma explícita en un formato el consentimiento informado las limitaciones del secreto
profesional?

R/.

para un profesional decir la verdad?

Se establece un acuerdo implícito de que la comunicación se basará sobre la verdad y no sobre la mentira ya

que la verdad es un punto de partida ante cualquier tipo de interrelación.

Consentimiento informado

“lo que implica capacidad legal para consentir, libertad de decisión e información suficiente sobre la práctica

de la que participará, incluyendo datos sobre naturaleza, duración, objetivos, métodos, alternativas posibles y

riesgos potenciales de tal participación. Se entiende que dicho consentimiento podrá ser retirado si considera

que median razones para hacerlo”( Psicología, Ética y Derechos Humano.2001), también debe explicarse la

regla de la confidencialidad.

Regla de la confidencialidad

“Los psicólogos tienen una obligación básica respecto a la confidencialidad de la información obtenida de las

personas en el desarrollo de su trabajo como psicólogos. Revelarán tal información a los demás solo con el

consentimiento de la persona o del representante legal de la persona” (2009, França O.)

Cuando se puede romper ese secreto?

•Por una solicitud jurídica

•daños a terceros

•intensiones de atentar contra su propia vida

por lo cual se ha cumplido un requisito para romper el pacto de confidencialidad

•Por una solicitud jurídica ó por problemas legales

Acá también se ha verificado otro ítem para romper el secreto profesional

•daños a terceros
En el encuadre terapéutico se estipula que toda la información intercambiada es confidencial y el psicólogo

debe guardar el secreto, solo se rompe cuando el paciente desea que el psicólogo divulgue alguna

problemática o cuando es en contra de la voluntad del paciente se da por situaciones especiales

Para este caso específico la regla se rompe

Debido a que un menor de edad se encuentra en la problemática

ya que él fue adoptado ilegalmente y sus padres sustitutos no tienen la intención de revelar el secreto a pesar

de que sus padres biológicos lo están buscando

así que este caso queda delegado al principio de beneficencia que busca velar por la integridad del sujeto y el

bien común siguiendo el siguiente proceso:

1.Percibir el problema a nivel técnico (detallar objetivamente el caso, variables) y a nivel ético (valores

implicados en la situación).

2. Identificar objetivamente las alternativas más significativas de decisión.

Valorar éticamente las alternativas teniendo en cuenta:

a.Posturas morales de la ética y la religión.

b. Experiencia subjetiva del terapeuta.

c.Costumbres de la sociedad en la que se presenta el caso.

d.Leyes jurídicas que puedan ser aplicables al caso.

Señalar las consecuencias de las alternativas de solución teniendo en cuenta además:

• Corto y largo plazo.

• Eficacia, menor costo económico, psicológico, social y físico.

• Necesidades de la persona.

• Voluntad de la persona involucrada en el caso.

Siguiendo como base estos parámetros la decisión que se ha considerado correcta en esta caso es la de

comunicar a las instancias encargadas de los procesos de adopción (ICBF) acerca de la irregularidad, además

se comunicara a los padres biológicos del niño acerca de la situación con el fin de llegar a un consenso acerca

de la custodia del niño tratando de hacerle el mínimo daño psicológico posible

Muchísimas gracias

Queremos resaltar:
 que el niño fue apropiado ilegalmente
 que la familia real del niño lo esta buscando

LA REGLA DE CONFIDENCIALIDAD

Pasos a seguir
Presentación de caso

Ética

Otro aspecto sobre

Denunciar el caso a las autoridades respectivas


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l Secreto Profesional En El Ejercicio De La Psicología en Colombia

Carolina Gutiérrez de Piñeres Botero

Psicóloga Universidad Javeriana

Psicóloga Jurídica Universidad Santo Tomás

No pocos psicólogos en el ejercicio de su profesión se ven enfrentados al dilema de


contar o no contar cierto tipo de información que por la posición en la que se
encuentra llega sin más ni más a sus manos. Ejemplos de ello hay muchos, cuantos
psicólogos se enteran de jóvenes que tienen la intención de suicidarse, o de niños que
están siendo abusados sexualmente, o de empleados portadores de virus de VIH, o de
personas que confiesan un asesinato? Creo que muchos de nosotros hemos pasado
por esta difícil situación, que no en pocos casos sabemos como enfrentarla, ni
deontológica, ni legalmente.

Para aclarar un poco este dilema haremos referencia a tres aspectos principales:
primero que es el secreto profesional; segundo como se aborda el problema desde la
perspectiva deontológico y tercero que dice la ley a este respecto.

Espero que al final de este articulo sea mas claro para todos los psicólogos que ejercen
su profesión en Colombia el como abordar los aspectos relacionados con el secreto
profesional.

Que es el secreto profesional?

El secreto profesional hace referencia a una forma de asegurar, proteger y no revelar


una información que se ha obtenido a través de una relación de confianza, y su origen
se encuentra en la necesidad del ser humano de compartir voluntariamente situaciones
propias y que se conoce como intimidad y confidencialidad.

La West’s Enciclopedia of American Law, dice que la confidencialidad entre doctor y


paciente indica que el doctor tiene explícita o implícitamente el deber de no divulgar
información recibida del paciente a nadie que no este relacionado directamente con el
cuidado del paciente. El paciente debe sentirse seguro para dar a conocer cualquier
tipo de información libremente, pues de la información que da el paciente dependerá
en gran medida el tratamiento o la intervención que se practique.
También puede definirse como la obligación permanente de silencio que contrae el
profesional, en el transcurso de cualquier relación de trabajo, respecto a todo lo sabido
o intuido sobre una o más personas (1)

Hasta aquí, como concepto ó garantía de confianza el secreto profesional no ofrece


ninguna dificultad, el problema real surge cuando se lo enfrenta con situaciones en las
que pareciera necesario revelarlo.

Derecho comprado sobre el secreto profesional

Antes de hacer regencia a la legislación Colombiana en cuanto a la guarda del secreto


profesional es importante revisar lo que ocurre respecto al mismo tema en otros
países.

Aspectos morales y legales en Colombia

El secreto profesional tiene un aspecto ético-moral y otro jurídico; desde el punto de


vista ético-moral, existe el deber de guardar toda información obtenido a través del
ejercicio de la profesión, más aun si dicha información puede producir daño sobre el
cliente si el secreto profesional es violado. En cuanto a lo legal, en la mayoría de países,
sino en todos, la ley regula el ejercicio de las profesiones y ella misma plantea todo lo
relacionado al secreto profesional, como quienes estan obligados a mantenerlo y las
excepciones, si es que las hay, para poderlo revelar.
Maria del Pilar Arrollo, directora de metas de enfermería, plantea que el pacto tácito al
que unos y otros nos comprometemos cuando, reconociéndonos como personas,
aceptamos el deber de buscar, no solo el interés por el bien propio, sino también por
el bien de los otros y de la sociedad, confiere la condición moral, en tanto son valores
éticos, al secreto profesional. (2)

Dicho pacto tácito como es más de carácter moral que legal nos lleva a deducir que
con o sin soporte legal, cualquier disciplina que este llamada a guardar el secreto
profesional, parte inicialmente de un argumento ético para conservar protegida y
asegurada cualquier información, intimidad o confidencia.

Y es que el secreto profesional y la confianza son dos partes esénciales del trabajo
terapéutico, pues sin estos elementos el psicólogo tal vez no tendría acceso a mucha
información relevante para el tratamiento, y antes que juzgar cualquier
comportamiento, el psicólogo esta llamado a acompañar procesos.

En Colombia el secreto profesional es inviolable, el articulo 74 de la Constitución


Política de Colombia dice: "El secreto Profesional es inviolable"; En el artículo 12
parágrafo 4º de la ley 58 del 93 mediante la cual se regula el ejercicio de la profesión
de psicología en Colombia se dice que "El Psicólogo está severamente obligado a la
guarda del secreto profesional". Según el capitulo 8 del Código Ético del Psicólogo del
2000, este esta obligado a guardar el secreto profesional en todo aquello que por
razón del ejercicio de su profesión haya recibido información; en el articulo 28 el
Nuevo Código de Procedimiento penal se dice que estan exoneradas de denunciar
conductas punibles quienes hayan conocido por causa o con ocasión el ejercicio de
actividades que le impongan legalmente secreto profesional. Igualmente en el articulo
268 del mismo código se dice que "No estan obligados a declarar sobre aquello que se
les ha confiado o ha llegado a su conocimiento por razón de su ministerio, profesión u
oficio:… 3. Cualquier otra persona que por disposición legal pueda o deba guardar
secreto. Algo similar a esto se plantea en artículo 222 del Nuevo código Penal Militar.

Para muchos no parece justa esta medida, pues si bien es cierto que lo que pretende
en el fondo es mantener protegida la relación entre psicólogo y usuario, no es muy
lógico que teniendo conocimiento de un asesinato, una violación, un abuso a un
menor de edad, entre otro graves delitos, el psicólogo debe guardar silencio. Claro hay
otras opciones, como empoderar al paciente que esta siendo victima de un abuso para
que denuncie o para que le cuente a otra persona de confianza, pero a veces esta
opción no es la mejor, ya que en muchos casos quien se atreve a contar que esta
siendo víctima de un delito esta demasiado asustado como para podérselo contar a
otra persona, y esto perpetua el abuso.

Con este razonamiento coincidieron algunos magistrados de la corte en el salvamento


de voto de la sentencia c-411/93, ya que en cierta medida pareciera privilegiarse el
bien particular al general, en la medida en que en muchos otros artículos, leyes,
sentencias entre otros se expresa por ejemplo que los derechos de los niños
prevalecen sobre todos los demás, y ni aun así existe una excepción a la regla de la
inviolabilidad del secreto profesional.

Los mismos magistrados plantean que el secreto profesional debería poder revelarse
en los casos en los cuales se pudiera prevenir la consumación de un delito futuro, y
que solo debería revelarse ante "autoridades o personas indicadas por la prudencia".

Me perito copiar textualmente lo que opina al respecto el Dr. Vladimiro Naranjo


Moreno, Magistrado de la corte:

1) Naturaleza del secreto profesional

El hombre, como ser único e irrepetible, guarda para sí aspectos íntimos, en principio
no comunicables, que constituyen un patrimonio moral e intelectual privado, y que
puede a su libre arbitrio compartir con quienes considere dignos de su confianza. Por
otra parte, toda profesión requiere, para su ejercicio ordinario, de un mínimo de
confianza por parte de la sociedad civil a cuyo servicio se ejerce. Quien acude ante un
profesional se ve en la necesidad de revelar aspectos de su vida personal que son
íntimos, y en cuanto tales no deben ser divulgados al público.

Así, el ejercicio de una profesión debe orientarse a perfeccionar, y no a lesionar, el


patrimonio moral privado de quienes se sirven de ella. De ahí que, desde tiempos
remotos, se haya introducido, el secreto profesional como elemento esencial del
equilibrio social, , con el fin de mantener la necesaria intimidad de las personas y de
garantizar su confianza hacia los profesionales, de modo especial los del derecho y la
medicina.

Por ello es que el secreto profesional debe ser guardado y nunca violado, por parte de
quienes son sus depositarios, esto es por los profesionales a los cuales se les confía.
Cosa distinta es que el derecho al secreto profesional pueda ser susceptible de
limitaciones. Esta Corte ha reconocido, en diversas providencias, que no hay derechos
ni libertades absolutas. En efecto, todo derecho y toda libertad tienen limitaciones,
impuestas por la propia convivencia en sociedad. Con razón se afirma que todo
derecho llega hasta donde comienza el de los demás; sus limitaciones, están
determinadas pues, entre otras cosas, por el interés general, el orden público o la
salubridad pública. Siendo ello así, la disposición del artículo 74, según la cual "el
secreto profesional es inviolable", no puede considerarse, como a nuestro juicio
erróneamente lo ha interpretado la mayoría, en el presente caso, como una excepción
a este principio general, que es una regla de oro de la convivencia social. Es así como
hay causas eximentes de la obligación que existe, en principio, de guardar el secreto
profesional, en las cuales debe imperar el sentido de la prudencia, como manifestación
de lo razonable.

En primer lugar, el secreto profesional no puede servir como pretexto para encubrir
hechos que atenten directa, grave e inminentemente contra el bien común y el interés
general. El atentado debe ser actual, no una simple expectativa, ni un mal ya
consumado; debe revestir las características de gravedad -en el sentido de lesionar
bienes necesarios para la comunidad- y de inminencia, para que entonces el deber de
solidaridad que obliga a todas las personas y todos los ciudadanos, sin excepción,
obligue también al profesional a evitar el mal irreparable y grave contra la comunidad.

Así por ejemplo, si un cliente ha confiado al profesional que lo asiste, su propósito de


cometer un delito, -v.gr. un acto terrorista de magnitud, es decir, un crimen de lesa
humanidad-, naturalmente la primera obligación del profesional es la de tratar de
persuadirlo de que se abstenga de tal acto. Pero si éste tiene la certeza, de que la
persuación ha sido inútil, y de que, dada la personalidad y características de su cliente,
el acto en efecto va a ser ejecutado, la obligación del profesional debe ser la de tratar
de evitar que ese mal irreparable y grave se cometa, con una prudencial advertencia a
las autoridades para que tomen las medidas preventivas pertinentes. Esta actitud, no
sólo no debe considerarse como violatoria del secreto profesional, sino que, como
antes se ha dicho, es una obligación que asiste al del profesional, en tanto ciudadano,
al tenor de lo dispuesto en el artículo 95 de la Carta Política, que es perentorio al
respecto:

"Art. 95.- ..................................................................................

"Son deberes de la persona y del ciudadano:

".....................................................................................................

"2o. Obrar conforme al principio de solidaridad social, respondiendo con acciones


humanitarias ante situaciones que pongan en peligro la vida o la salud de las
personas".

De no obrar el profesional en la forma antedicha, escudándose en el "secreto


profesional", como si se tratara de un dogma absoluto, estaría incurriendo, por lo
menos, en el delito de encubrimiento, contemplado en el Código Penal. Al respecto
éste dispone, en el Capítulo IV ("Del encubrimiento") lo siguiente:
"Art. 176.- FAVORECIMIENTO: El que tenga conocimiento de la comisión de un hecho
punible y sin concierto previo, ayudare a eludir la acción de la autoridad, o a
entorpecer la investigación correspondiente, incurrirá en arresto de seis (6) meses a
cuatro (4) años".

En segundo lugar, se puede eximir al profesional de guardar el secreto, cuando su


revelación -que debe ser discreta y hacerse sólo a quien la prudencia indique-, pueda
evitar la consumación de un daño grave para el mismo que confió el secreto, o para
terceros.

Como ejemplos de lo anterior podríamos citar el caso del paciente que le confía a su
médico el propósito de suicidarse, y este tiene indicios suficientes que le hagan creer
en la posibilidad cierta de la consumación de tal propósito, o del paciente portador del
virus del sida que le confiesa a su médico que está siendo donador de sangre, con
pruebas suficientes de que ello es así; en ambos casos, a nuestro juicio, el profesional
está en la obligación, tanto moral como jurídica, de poner en conocimiento de los
allegados la intención del primero, o de las autoridades de salud, el proceder del
segundo.

Cabe contemplar también otra situación que puede presentarse, cuando el mismo
profesional en el ejercicio mismo de su profesión esté siendo objeto de extorsión por
su cliente. En este caso el receptor del secreto puede evitar, con su revelación un daño
propio grave e inminente.

Sólo en casos como estos, a juicio del suscrito magistrado el profesional está eximido
de guardar el secreto profesional. Debe advertirse que la circunstancia eximente es
distinta a la hipótesis de violación del secreto, la cual opera cuando el profesional,
debiendo guardar el secreto lo revela.
La violación es, pues, diferente a la circunstancia eximente, ya que esta última tiene su
razón de ser en la legitimidad del bien común y en la protección del interés general.
También debe distinguirse el acto de revelar al de divulgar. El primero puede ser hecho
con toda la discreción que exija el caso y ante personas o autoridades indicadas por la
prudencia, al paso que la segunda es una acción de publicación para el vulgo, lo cual
atenta contra la privacidad de la persona.

Estas circunstancias eximentes tienen una honda raigambre en el pensamiento ético,


desde los clásicos, y han sido recogidos en varias codificaciones de deontología
profesional.

En efecto, Santo Tomás, al respecto, señala que:

"Acerca de las cosas que de otro modo (se refieren a supuestos distintos a la confesión
sacramental, la cual es absoluta) los hombres se confían en secreto, cabe hacer una
distinción. Pues a veces son de tal naturaleza, que en cuanto llegasen al conocimiento
del hombre, éste está obligado a manifestarlas; por ejemplo, si afectan a la corrupción
de la moral espiritual o corporal de la multitud, si comporta causar daño grave a una
persona o si produce un efecto perjudicial grave. En estos casos, todo el mundo está
obligado el hecho por medio del testimonio o denuncia, y la obligación del secreto no
puede prevalecer aquí contra ese deber, porque entonces se quebrantaría la fidelidad
que se debe a otros. Pero otras veces los hechos son de tal índole que nadie está
obligado a revelarlos, y entonces puede uno estar obligado a silenciarlos, por cuanto
se han conocido bajo secreto. Y en este supuesto nadie puede ser presionado a
quebrantar el secreto, ni siquiera por el precepto de un superior, puesto que guardar
fidelidad es de derecho natural, y nada puede ser preceptuado al hombre contra lo
que es de derecho natural". (Negrillas fuera del texto original).

Por su parte, José María Martínez Val, anota:

"(...) La obligación del secreto no es tan estricta que no admita excepciones. como en
toda la vida práctica del derecho, vocada esencialmente a la realización de la justicia,
es ésta, la justicia, el supremo valor, ante el cual deben ceder las demás
consideraciones. Es en función de ella como se han ido estableciendo, por principio o
en casuística de moralistas, unas pocas, muy pocas excepciones que relativizan un
tanto el deber de secreto profesional, frente a la tesis que lo proclama total, absoluto y
pleno".

Por ejemplo, el art. 17 del Código de ética profesional limeño, y el art. 132 de la Barra
mexicana, admiten excepciones al secreto profesional, en los casos en que se evite con
ello un grave atentado contra la comunidad o un tercero inocente.

Cabanellas, por ejemplo, también reconoce que el secreto profesional no es absoluto:

"Están comprometidos en la obligación de denunciar, y de no efectuarlo incurren en


multa, si es que no cabe procesarlos por encubrimiento, los médicos, cirujanos y
farmacéuticos que por razón de su profesión tengan noticia de algún delito público".

Es por ello que el suscrito Magistrado no comparte la decisión de la mayoría, de


declarar inexequible el artículo 284 del Decreto 2700 de 1991 (Código de
Procedimiento Penal), en la parte que dice: "...salvo que se trate de circunstancias que
evitarían la consumación de un delito futuro", con el argumento, como se ha dicho, de
que viola el artículo 74 de la Constitución, que consagra como inviolable el secreto
profesional.

El punto de confusión consiste en homologar dos términos distintos: inviolable y


absoluto.

2) Distinción entre los términos "inviolable" y "absoluto"

Cuando se afirma que un derecho es inviolable, no se está diciendo que, por ello, sea
absoluto, porque entonces todos los derechos serían absolutos, y de serlo, se haría
imposible la convivencia jurídica, la cual se basa en la limitación de los objetos jurídicos
protegidos y de los respectivos intereses, con el fin de que prevalezcan el bien común
y el interés general.

Un derecho es inviolable dentro de su limitación natural o legal. Cuando la pretensión


va más allá del límite, ya no hay amparo jurídico, sino abuso y extralimitación de la
facultad, y al estar más allá de lo debido, no hay derecho propiamente hablando. Por
tanto, cuando se establece una excepción al contenido de un derecho, escapa a la
dimensión del mismo, y en consecuencia no procede la hipótesis de una violación al
contenido esencial del derecho.

La inviolabilidad de un derecho consiste en que el contenido esencial de éste, dentro


de sus límites -todo ente jurídico es limitado-, no puede ser vulnerado ni por acción u
omisión ajena. Es obvio que exista este principio de la inviolabilidad, pues cuando
Aristóteles señaló que el derecho era lo justo, dejó las bases para que se concluyera
que lo justo es el objeto de la justicia, y por ello contra lo justo y la justicia no hay
título jurídico alguno, porque lo jurídico es una derivación de lo justo.

Por lo anterior, se concluye que en estricto sentido todo derecho es jurídicamente


inviolable. Cuestión distinta es deducir que por ello sean algunos derechos absolutos.

El término absoluto indica la plenitud y totalidad sin límite alguno, lo cual es


impredicable al derecho. Incluso los mismos exponentes del individualismo extremo en
la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, tuvieron que reconocer que
los derechos de uno llegan hasta donde comienzan los derechos de los demás. Sin
este límite no podían proponer como deber ser la fraternidad entre los hombres, que
supone que cada uno limite su pretensión jurídica, con el fin de no lesionar el derecho
ajeno.

Hay varias razones que fundamentan la imposibilidad de derechos y obligaciones


absolutos. Entre dichas razones se destacan las siguientes:

a) Por la proporcionalidad entre el sujeto y el objeto del derecho o la obligación

Si el sujeto de un derecho u obligación es limitado y ordenado al interés general, es


lógico que el objeto jurídico protegido sea también limitado y ordenado al interés
general. Lo contrario supondría el absurdo de afirmar una desproporción entre el
sujeto y el objeto del derecho o la obligación.

b) Por la necesidad de la convivencia armónica

Si el derecho fuera absoluto, implicaría que en su ejercicio no tendría límite alguno, y


podría pasar por encima de los derechos y obligaciones de los demás. Si esto fuese
verdad, ¿cómo podría haber convivencia, si todos tienen derechos y obligaciones
absolutos? La convivencia jurídica requiere que cada pretensión jurídica esté limitada,
so pena de hacerse imposible la coexistencia de intereses opuestos. No habría
verdadero pluralismo, sino un único derecho que vence a los demás.

c) Por la prevalencia de interés general

Von Ihering señala que el derecho no es otra cosa que un interés jurídicamente
protegido. Dicho interés -en ejercer una facultad o cumplir una obligación- tiene que
someterse a un interés superior que comprenda todos los intereses, y ese es el interés
general como manifestación de la voluntad general, entendida no como suma de
voluntades o como el querer de la mayoría, sino como punto común de convergencia
entre todos los intereses. De ahí que todos los intereses jurídicos se limitan en el
interés general que es prevalente, es decir, no puede haber un derecho u obligación
que sobrepase el interés general, porque entonces el fin que persigue la sociedad sería
irrealizable.

De ahí por qué el artículo 1o. de la Constitución Política señala dentro de los principios
fundamentales la solidaridad de las personas que integran la República y la prevalencia
del interés general; principios fundamentales que conducen a la realización del bien
común.

Ahora bien, la solidaridad y la prevalencia del interés general eximen de la guarda del
secreto a quienes pueden evitar la consumación de un delito futuro; y esto se
encuentra en consonancia con el artículo 95 ya citado.

Es muy difícil poder argumentar que no incumple este deber quien tiene conocimiento
de la inminente consumación de un delito y, amparándose en un secreto profesional,
no hace la acción humanitaria de evitarlo con una oportuna revelación del hecho
criminal. Así lo reconoce, por lo demás, la sentencia aprobada por la mayoría, al decir:
"Claro que en situaciones extremas en las que la revelación del secreto tuviera sin duda
la virtualidad de evitar la consumación de un delito grave podría inscribirse el
comportamiento del profesional infractor en alguna de las causales justificativas del
hecho (Art. 29 C.P.)".

Por todo lo anterior, el suscrito Magistrado no comparte la posición de la mayoría de


la Sala, que luego de invocar la solidaridad, niega la cooperación con el bien común y
la insatisfacción del interés general, al otorgarle carácter absoluto a lo que es limitado,
y confundiendo la inviolabilidad del secreto profesional con una absolutización del
mismo.

Conclusión

En conclusión, como ya se ha expuesto y sustentado a lo largo de todo el escrito, el


psicólogo no está obligado bajo ninguna circunstancia, sin ninguna excepción y en
ningún caso, a revelar la información que en el ejercicio de su profesión se le ha
confiado, ni siquiera a través de una orden judicial, esto incluye no solo las cosas que
ha escuchado sino aquellas que han quedado registradas en grabaciones o historias
clínicas. Quien revele el secreto profesional puede arriesgarse a perder su tarjeta
profesional y hasta ir a la cárcel, y hay que recordar que el hecho de no conocer la ley
no exonera de la responsabilidad, y aunque no nos parezcan justas algunas normas
como bien dicen nuestros legisladores "la ley es dura pero es la ley".

Bibliografía:
Verdú, Fernando, " Secreto Profesional". www.uv.es/~fevepa/3%20CPTA%20TERCERA
%20/MEDICINA/ 1.-Medicina%20Legal%20%20/secre.pdf . Tomado el 2 de Mayote
2003.

Arrollo, Maria del Pilar, "El Secreto Profesional".

http://www.enfermeria21.com/revistametas/numeros/editorial/EDITORIAL24.pdf
Tomado el 2 de mayo de 2003.

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