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UNIDAD IV “DERECHO DE SOCIEDADES”

PROF. ANDREA ROJO BURROWS. Universidad Santo Tomás / La Serena – 2019


Asignatura: DERECHO COMERCIAL I – PLAN 7

SOCIEDADES DE PERSONAS.

Son sociedades en las que el elemento primordial a la hora de contratar es la


persona, sus integrantes normalmente se conocen y es en virtud de las relaciones que los
unen, parentesco amistad o afinidad laboral que estos se reúnen, en ellas no da lo mismo
para uno de los socios quien sea su socio, por ello se caracterizan por tener limitada la
cesibilidad de sus derechos sociales.

LA SOCIEDAD COLECTIVA COMERCIAL.

Este es el tipo social más antiguo que existe. Es el que conocieron los romanos en
su tiempo y que es el que se uso tradicionalmente por muchos siglos, en donde se
encontraban íntimamente ligada las personas de los socios. El elemento personal y la
responsabilidad de los socios constituyen los elementos de la esencia en la estructura de
esta sociedad. Por esto, entendemos estar en presencia de un contrato intuito personae, y
representa la forma paradigmáticamente típica de lo que son las sociedades de personas.
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¿Dónde se encuentra reglamentada este tipo de sociedad?

1. Código Civil: Contiene toda la normativa general en materia de sociedades, además de


contener todo lo referente a las sociedades colectivas civiles.
2. Código de Comercio: Contiene toda la normativa respectiva a las sociedades colectivas
comerciales.

Concepto. (Artículo 2.061 Código Civil Inciso 1° y 2°)


“La sociedad, sea civil o comercial, puede ser colectiva, en comandita o anónima.
Es sociedad colectiva aquella en que todos los socios administran por sí o por un
mandatario elegido de común acuerdo.”

Crítica al Concepto.
Esta definición es bastante criticable, por cuanto se refiere a sólo uno de los
elementos que componen a este tipo de sociedades (su administración), el que no es el
más importante, ya que dada la estructura de ellas, el elemento de mayor trascendencia
es la persona de los socios y su responsabilidad en el ente social.
A propósito de su constitución, el Código Civil señala que los menores adultos
requieren autorización judicial para poder constituir este tipo de sociedades (lo que
cambia la lógica de la capacidad para ser comerciante). Esto, por cuanto compromete
todos sus bienes desde el momento que responde ilimitadamente por las obligaciones
sociales.
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También requiere autorización, ahora por parte de su marido, la mujer casada bajo
cualquier régimen matrimonial que no sea el de separación total de bienes. No obstante,
esto debe entenderse derogado por la ley que da plena capacidad a la mujer en materia
matrimonial (Art. 349 inciso Final)

Características de la Sociedad Colectiva Comercial.

a. La administración: Corresponde de pleno derecho a todos los socios, salvo que


ellos le entreguen esta a uno de ellos. (Artículo 385 y 386 del Código de Comercio)
b. La Responsabilidad de los Socios: La responsabilidad es ilimitada, es decir, los
socios responden no sólo con los bienes aportados sino que con todo su
patrimonio.
c. La Razón Social: Se determina con el nombre de los socios o de uno de ellos
seguido por “y compañía”.
d. La cesibilidad de los derechos: La sociedad al ser de personas, cada socio recibe
como contrapartida a su aporte una cuota social, y al ser un contrato de confianza
entre las personas que la constituyen la cesión de la misma cuota social está en
principio prohibida.
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CONSTITUCIÓN.

La sociedad colectiva se forma y prueba por escritura pública inscrita en el Registro


de Comercio, por lo tanto es un contrato solemne, que requiere de la escritura pública y
de la inscripción de su extracto en el Registro de Comercio correspondiente (Art. 22 N° 4
Código de Comercio)

1. ESCRITURA PÚBLICA
Si el contrato consta en instrumento privado no tendrá más valor que
obligar a los socios a otorgar la escritura pública antes de que la sociedad
comience sus operaciones. (Art. 351)
Contenido de la Escritura de constitución. (Art. 352 del Código de Comercio)

MENCIONES DE LA ESENCIA.
1. Nombres, Apellidos y Domicilios de los socios.
Esto no es más que la individualización de las partes del contrato de sociedad y,
por lo tanto, constituye un requisito de la esencia de dicho acto jurídico.

2. Los Aportes de Cada Socio o llamado también el Capital Social, y la forma en que
este se entera.
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Obviamente, este es una cláusula esencial que ha de contener la escritura de


constitución de sociedad. Dicha conclusión, esta refrendada por la misma definición que
hemos dado de lo que es cada socio.
Ahora bien, ¿Cuál será el capital de la sociedad? Lógicamente, será la sumatoria de
los aportes respectivos de cada socio. Al respecto, se hace necesario recordar que lo
esencial a incluir en la escritura social es la estipulación del aporte y no su materialización
efectiva.
Debe individualizarse a este respecto el aporte de cada socio y si el aporte es en
dinero, su monto, así también; si el aporte es en especie, la individualización de ésta y su
valor.
3. El Objeto Social.
La determinación de este elemento tiene especial relevancia para la determinación
del carácter, civil o comercial, de la sociedad en cuestión. Asimismo, este fijara el ámbito
de los poderes del administrador.
4. Domicilio de la Sociedad.
Este no tiene porque ser el domicilio de los socios ni el lugar donde se celebró el
contrato, es el lugar en que los socios pactan que la sociedad tenga su asiento principal, se
entiende que si nada se dice, es el lugar en donde se realizó el acto de constitución.
Este elemento determinará donde deberemos inscribir el extracto de la escritura
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de constitución.
Si el domicilio se fijó en el acto de constitución, para modificarlo deberá hacerse
cumpliendo las mismas formalidades que para la constitución de la sociedad misma.
5. La Razón Social.
La Razón Social constituye el sinónimo jurídico del nombre en el caso de las
sociedades. Expresión idiomática con la que jurídicamente se le identifica a la sociedad,
distinguiéndola así de la persona de los socios.

MENCIONES NO ESENCIALES.
Se denominan así porque es facultativo para los socios indicarlas o no en la
escritura.
1. La Administración y el Uso de la Razón Social.
Estos son conceptos inseparables como veremos más adelante. Y sin embargo la
ley establece que esto también representa una cláusula esencial del contrato de sociedad,
esto no es realidad, por cuanto es la misma ley la que establece la forma de
administración de la sociedad y, por tanto, si los socios nada dicen al respecto el efecto
que se sigue viene de la mera aplicación supletoria de la misma definición legal, en virtud
de la cual la administración la tienen todos los socios en conjunto o quien, de consuno,
ellos elijan.
2. La parte de los beneficios y/o pérdidas que le corresponden a cada socio.
A este respecto, la ley entrega completa libertad a las partes para su estipulación.
También es una clausula no esencial, es por ello que la ley plantea una norma
supletoria a este respecto que actúa en silencio de las voluntades de los socios: “En
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proporción a los aportes de los socios se han de repartir los beneficios y las pérdidas, a
prorrata de estos.”

3. Duración de la Sociedad.
Esto es la época de inicio y término de vigencia de la sociedad.
Si nada se dice al respecto en la escritura de constitución de la sociedad, hemos de
entender que esta comienza a la época de su constitución. En consecuencia, el problema
se traslada hacia otro lado: ¿Cuál es dicha época, la de emisión de la escritura o la de su
inscripción? Bien, cumplida la inscripción, la fecha de constitución de la sociedad se
retrotrae a la fecha de suscripción de la escritura.
¿Y respecto del término de la sociedad? Si las partes nada dicen, en la legislación
civil se establece que la sociedad durará lo que duren la vida de los socios, no obstante lo
que diremos más adelante a este respecto.

4. Los retiros que han de poder hacer los socios para sus gastos personales.
Este asunto no es una mención esencial y por ello está entregado en forma
absoluta a la voluntad de las partes.
5. Liquidación de la Sociedad.
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Acá nos referimos a la forma en que tendrá que hacerse la liquidación del haber
social.
Si en la escritura no se nombra al liquidador, los socios pueden nombrarlas o en su
caso si no hay acuerdo el juez. Si nada se dice respecto de la forma de liquidación,
también hay una norma supletoria, esto es el Artículo 410 del Código de Comercio.
Al respecto debemos hacer la siguiente distinción:
a. Sociedad Colectiva Civil: Se liquida como Comunidad. En
consecuencia, habrá de liquidarse en un juicio arbitral (recordemos
que esta es una de las materias que en el C.O.T. se consideran como
de arbitraje forzoso).
b. Sociedad Colectiva Comercial: Para los efectos de su liquidación,
estas mantienen su personalidad jurídica y son liquidadas por un
mandatario designado para tal efecto: Un liquidador.
6. Si las diferencias que se susciten entre los socios han de someterse a
arbitraje.
La escritura social debe establecer si las diferencias que ocurren durante la
vigencia de la sociedad deben ser sometidas a la resolución de árbitros arbitradores o no,
si es afirmativo, debe hacerse el nombramiento del árbitro en la escritura.
Si esto se omite, se entenderá que las cuestiones que se susciten entre socios
serán sometidas al conocimiento de árbitros, pues son materias de arbitraje forzoso según
el artículo 227 del COT.
7. Las demás estipulaciones que estimen los socios pertinentes de incorporar.
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Todo lo anterior está reglamentado en el Código de Comercio, en su artículo 352 y


sus 12 numerales.

2. INSCRIPCION DEL ESTRACTO EN EL REGISTRO DE COMERCIO.

Lo que se debe inscribir en el Registro de Comercio, es un extracto de la escritura


de constitución de la sociedad. El extracto que se ha de inscribir, no es más que un
resumen que ha de contener las cláusulas de la escritura. (Artículo 354 del Código de
Comercio.)
Finalidad de la escritura: Artículo 350 Código de Comercio.
Es solemnidad del acto y además cumple fines de publicidad frente a terceros que
contratan con la sociedad.
¿Dónde se debe realizar la Inscripción? La inscripción del extracto ha de hacerse en el
Registro de Comercio correspondiente al domicilio de la sociedad, la que puede tener más
de un domicilio social. En ese evento, la inscripción habrá de hacerse en todos aquellos
registros en donde esta tenga sus domicilios.
Plazo para hacer la inscripción: Plazo fatal de 60 días corridos.
Menciones que ha de contener el extracto: Artículo 354 Código de Comercio.
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- Nombres, Apellidos y Domicilios de los socios.
- La Razón Social.
- La Administración y el Uso de la Razón Social.
- Los Aportes de Cada Socio o llamado también el Capital Social, y la forma en que este
se entera.
- El Objeto Social.
- Duración de la Sociedad.
Respecto a esta materia cabe mencionar que según el artículo 353, no se admitirá
prueba alguna contra el tenor de la escritura o para justificar la existencia de pactos no
comprendidos en ella.
INCUMPLIMIENTO DE LAS FORMALIDADES.

En la actualidad, el artículo 355 A del Código de Comercio, introducido por la Ley


N°19.499, estipula la sanción, la que sigue siendo la nulidad absoluta entre los socios
cuando se omitiere la escritura pública, o su oportuna inscripción en el Registro de
Comercio. El cumplimiento oportuno de la inscripción se retrotrae a la fecha de escritura
fundacional, lo que implica que la sociedad queda legalmente constituida por dicha
escritura y no una vez que inscribe el extracto de la misma, poniendo fin de esta suerte de
discusión que antes existía acerca de este tema. La omisión de la escritura se presenta
tanto en el caso en que ella falta absolutamente como en el evento en que faltan los
requisitos para que tenga el valor de escritura pública según el Código Orgánico de
Tribunales, o faltan enunciaciones esenciales exigidas por el artículo 352 del Código de
Comercio.
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La nulidad absoluta también comparece cuando el extracto se inscribe fuera del


plazo legal o cuando no contiene alguna de las indicaciones propias de su contenido.

Artículo 355 A.- La omisión de la escritura pública de constitución o de modificación, o de


su inscripción oportuna en el Registro de Comercio, produce nulidad absoluta entre los
socios, con la salvedad de lo dispuesto en los artículos 356, inciso primero, y 361, inciso
primero.
El cumplimiento oportuno de la inscripción producirá efectos retroactivos a la fecha de la
escritura.

Ejercicio de la acción de nulidad absoluta.


Puede ser ejercida por los socios, en juicio entre ellos, por vía de acción o de
excepción. Los socios están legitimados para la ejercitación de la acción de nulidad, aun en
el caso que supieran o debieran saber el vicio que lo invalidaba, pues en materia comercial
no se aplica el principio nemo auditor contemplado en el artículo 1683 del Código Civil,
precisamente para permitir que la situación de anulabilidad de la compañía pueda ser
resuelta con mayor facilidad ante los tribunales.
Esta nulidad absoluta no puede ser invocada por los socios frente a los terceros y
éstos pueden probarla por cualquiera de los medios probatorios autorizados por el Código
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de Comercio.

Nulidad de Pleno Derecho.


Tiene lugar en caso que la sociedad no conste de escritura pública, o de
instrumento reducido a escritura pública, o de instrumento protocolizado. La nulidad de
pleno derecho no requiere ser declarada judicialmente ni puede ser objeto de
saneamiento, de acuerdo al artículo 356 inciso 1° del Código de Comercio.
Por el contrario cuando la sociedad conste de alguno de los instrumentos aludidos,
la nulidad absoluta basada en la omisión de enunciaciones esenciales de la escritura
fundacional, o en la falta de su oportuna inscripción o, por último, en la omisión de alguna
de las indicaciones del extracto, debe ser declarada judicialmente y puede ser saneada
conforma al nuevo sistema sancionatorio.

Efectos de la nulidad de pleno derecho.


Las consecuencias se producen ipso jure, sin que medie declaración judicial alguna.
Una sociedad nula de pleno derecho tendría que ser repactada con las formalidades
legales, por los interesados, para darle valor jurídico. Con todo, la sociedad nula ipso jure
puede existir de hecho, siempre que cuente con los requisitos propios de toda sociedad,
como asimismo llene los requisitos inherentes a todo contrato. La sociedad da lugar a la
comunidad, en la que ganancias y pérdidas se repartirán y soportarán y la restitución de
los aportes se realizará entre los comuneros, con arreglo a lo pactado. En el caso que los
comuneros nada hayan convenido y se apliquen subsidiariamente las reglas de la
sociedad, la repartición de las utilidades y pérdidas se llevará a prorrata de los aportes.
Los comuneros responden solidariamente a los terceros con quienes hayan contratado en
nombre y en interés de la comunidad. Para hacer efectiva dicha responsabilidad, se
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requiere que los terceros acrediten la existencia de la comunidad cuyo origen fue una
sociedad nula de pleno derecho. Esta prueba será apreciada por el juez de acuerdo con las
reglas de la sana crítica.
La omisión de escritura pública, de instrumento reducido a escritura pública o de
instrumento protocolizado da lugar a la nulidad de pleno derecho y el intento de los
interesados de formar una sociedad se convierte en comunidad. Es una figura de
conversión que opera por el ministerio de la ley, de manera que siendo una comunidad
carece de personalidad jurídica, situación distinta a la que se presenta en el caso de la
sociedad afecta a un vicio de nulidad saneable, la cual está dotada de dicho beneficio y se
liquida como tal conforme al nuevo texto del artículo 357 del Código de Comercio.

Nulidad saneable.
Artículo 357.- La sociedad que adolezca de nulidad por incumplimiento de lo prescrito en
el artículo 350 gozará de personalidad jurídica y será liquidada como una sociedad si
consta de escritura pública o de instrumento reducido a escritura pública o protocolizado.
Todo ello, sin perjuicio del saneamiento del vicio en conformidad con la ley. Los socios
responderán solidariamente a los terceros con quienes hubieren contratado a nombre y
en interés de la sociedad de hecho.

El artículo 357 del Código de Comercio, señala que la sociedad adolece de nulidad 7
por incumplimiento de las formalidades previstas en el artículo 350 del Código de
Comercio, está dotada de personalidad jurídica y debe liquidarse como una sociedad, a
condición que conste en una escritura pública, en instrumento reducido a escritura
pública o en instrumento protocolizado, sin perjuicio que pueda sanearse en conformidad
con la ley. La persona que alega esta nulidad tiene que acreditar que la existencia del vicio,
le causa un efectivo perjuicio pecuniario, pues en caso contrario su acción será
desestimada (artículo 89 Ley N°19.499).
Los socios responden solidariamente a los terceros con quienes hayan contratado
en nombre y en interés de la sociedad de hecho.
La sociedad se ha constituido con omisión de alguna de las enunciaciones
esenciales exigidas para el instrumento fundacional, o cuando se ha omitido cualquiera de
las indicaciones del extracto, o se ha inscrito tardíamente o en el Registro de Comercio
que no corresponde al domicilio social. La nulidad tiene que ser declarada judicialmente,
hecho esto se procede a la liquidación como sociedad y no como comunidad. Los
acreedores sociales pueden cobrar sus créditos en el patrimonio de la sociedad nula,
como así también en el de cada uno de los socios, en virtud de la responsabilidad
solidaria.
Existe una prescripción de corto tiempo, de dos años contados desde la fecha de la
respectiva escritura, para invocar por vía de acción o de excepción la nulidad del acto
fundacional o de modificación de una sociedad, corre contra toda persona, no se
suspende y su efecto es sanear de pleno derecho la nulidad.
Con todo, esta solo permite sanear los vicios que enumera la norma, esto es:
omisiones de que adolezca el extracto inscrito o publicado de la escritura constitutiva o de
modificación, contradicciones entre el extracto y la escritura pública y defectos en la
convocación o desarrollo de las juntas de accionistas de sociedades anónimas o en
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comanditas por acciones. No sanea los otros vicios formales, ni los vicios de fondo, que
solo pueden convalidarse con la prescripción de 10 años.

Saneamiento de vicios formales.


Lo que la ley autoriza a sanear son los llamados vicios formales en los que se haya
incurrido tanto en la constitución como modificación de la sociedad. (Sociedades
solemnes, como lo son las Soc. Colectivas Comerciales, SRL, Sociedades comanditas
simples, Sociedades comanditas por acciones y Sociedades Anónimas)
VICIOS FORMALES: son aquellos que consisten en el incumplimiento de alguna
solemnidad legal, tales como la inscripción o publicación tardía del extracto de la
escritura, o la falta de cumplimiento o el incumplimiento imperfecto de las menciones
que la ley ordena incluir en la escritura.
Constituyen asimismo vicios formales, la falta total de inscripción o de
publicación del extracto de la escritura, la omisión de cualquiera de las indicaciones que
debe contener el extracto y el cumplimiento imperfecto o erróneo de estos últimos.
La omisión total de la escritura pública sólo es un vicio formal susceptible de
saneamiento, cuando la constitución de la sociedad conste al menos en un instrumento
privado reducido a escritura pública o protocolizado.

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a. Vicios que no requieres saneamiento.
De acuerdo al artículo 9 de la Ley N°19.499 no son vicios formales de nulidad de la
constitución o de las modificaciones de una sociedad, no requieren saneamiento, los
siguientes errores en que pudo haberse incurrido en las respectivas escrituras públicas, o
en sus extractos inscritos o publicados:

a) Errores ortográficos o gramaticales o la contracción o resumen de palabras, si de


ello no pueden derivarse dudas en cuanto al sentido de la estipulación.
b) Errores cometidos en la individualización de socios, accionistas o representantes, si
de ello no se originan dudas respecto de la identidad de la persona de que se trata.
c) Errores numéricos o de cifras o porcentajes, que manifiestamente no sean de
carácter sustancial.
d) Errores en los datos o características de los aportes, si de ello no puede derivarse
dudas en cuanto a su determinación.
e) En general, las disconformidades no esenciales que existan entre las escrituras y las
inscripciones o publicaciones de sus respectivos extractos. La disconformidad
esencial induce a una errónea comprensión de la escritura extractada.

b. Vicios de Fondo.
El Artículo 1 inc. 4 de la Ley N°19.499 señala que los defectos que implican
privación de algún elemento esencial al concepto de sociedad o algún vicio de carácter
substancial de general aplicación a los contratos, no admiten el saneamiento previsto por
la normativa que nos ocupa. Cuando hay omisión o defectos relativos a los requisitos
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propios de la sociedad, tales como estipulación de los aportes, la participación en las


utilidades y pérdidas o la affectio societatis. El vicio es de fondo no saneable.

El concepto de vicios de fondo se extiende a los elementos particulares que


caracterizan a un tipo societario determinado, que cuentan con una legislación que las
regula en forma íntegra e imperativa en cuanto a sus requisitos propios. La circunstancia
que en una sociedad anónima el capital no estuviese dividido en acciones o que las
acciones de una misma serie no tengan igual valor o que la administración no se radique
en un directorio o que los miembros del directorio no sean revocables.

En la noción de vicio de fondo se incluyen la omisión o los defectos relativos a los


requisitos de existencia y de validez de los contratos en general. De esta suerte, la falta de
causa, la ausencia de objeto o la causa o el objeto ilícito son vicios de fondo no saneable.

REQUISITOS EXIGIDOS PARA EL SANEAMIENTO.


Para que proceda el saneamiento de los vicios formales en la constitución o en la
modificación de una sociedad se requiere que el acto fundacional o la reforma, en su caso,
consten de escritura pública, instrumento reducido a escritura pública o instrumento
protocolizado.
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En cuanto a la oportunidad en que debe realizarse el saneamiento, no hay un plazo
determinado en la ley. El período se inicia en el momento en que los vicios se cometieron,
salvo que hayan sido corregidos en el plazo de sesenta días entre el otorgamiento de la
escritura y la inscripción o publicación de su extracto y concluye cuando queda
ejecutoriada la sentencia de termino recaída en el juicio de nulidad de sociedad o de la
reforma de la sociedad de que se trata.

FORMA DE SANEAR LOS VICIOS.


Otorgar una escritura pública cuyo objeto es expresar la voluntad de sanear tales
vicios u omisiones y proceder a corregirlos o completar la o las enunciaciones omitidas.
Luego esta escritura se inscribe y publica en extracto, dentro de 60 días contados desde la
fecha de su otorgamiento. En el caso de la sociedad colectiva, ni la constitución, ni la
reforma de la compañía están sujetas a publicaciones del extracto, no se aplica para la
escritura de saneamiento.

COMPARECENCIA EN LA ESCRITURA.
La escritura de saneamiento de una sociedad colectiva comercial, de
responsabilidad limitada o en comandita simple, debe otorgarse con la comparecencia de
los socios que tengan dicha calidad al tiempo en que ella se otorgue. No se exige que
concurran los socios que lo eran al momento en que se cometió el vicio. En el evento en
que el vicio incida en una cesión de derechos sociales, deben comparecer en la escritura
además de los socios que la sociedad tiene al momento de ser saneada, el cedente o sus
causahabientes y quienes al tiempo del saneamiento sean los titulares de los derechos
objeto de la cesión.
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En sociedades anónimas y en comanditas por acciones debe reducirse a escritura


pública el acta de la junta general de accionistas que contiene el acuerdo, con el quórum y
mayoría necesario para reformar los estatutos sociales, se corrija el vicio u omisión en
que se incurrió al fundar o modificar las compañías que se trata de sanear. En las
comanditas por acciones deben comparecer asimismo todos los socios gestores que
tengan dicho carácter al tiempo de la escritura de corrección de los vicios formales.

CONTENIDO DEL EXTRACTO (saneamiento).


a) La fecha de escritura, nombre y domicilio del notario que la autorizó.
b) Fecha de la escritura que contenga el acto jurídico objeto del saneamiento
o de la escritura de protocolización del documento que contiene el acto
que se sanea o de la escritura pública a que se redujo dicho acto según sea
el caso, nombre y domicilio del notario que la otorgó.
c) Extracto de las modificaciones mediante las cuales se corrijan los vicios de
que se trata.

Este extracto debe ser autorizado por el notario que ejerza donde se extendió la escritura.
Se inscribe en el Registro de Comercio del domicilio social y se publica por una sola vez en
el Diario Oficial, dentro del plazo de 60 días desde la fecha de la escritura extractada.
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SANEAMIENTO DE VICIOS ANTERIORES.


Disposición transitoria primera de la Ley N°19.499 admite la posibilidad de sanear
vicios cometidos en la constitución o en la reforma de una sociedad, no obstante que los
instrumentos correspondientes hayan sido otorgados con anterioridad de su entrada en
vigencia.
No se requiere sanear aquellos vicios en los cuales se ha incurrido por mas de 10
años, puesto que ellos han quedado convalidados por la prescripción, tampoco se sanean
vicios de nulidad absoluta de sociedades anónimas transcurridos mas de 4 años desde que
se cometieron, ellos se sanean por la prescripción de los 4 años del articulo 6 inciso 4 de la
Ley N° 18.046.

OMISIÓN DEL DOMICILIO SOCIAL.


Artículo 355 Código de Comercio, la sociedad colectiva comercial se entiende
domiciliada en el lugar del otorgamiento de dicho instrumento. Antes de la reforma era
una enunciación esencial que no se suplía por la ley, por tratarse de un atributo de la
persona jurídica sociedad. el legislador estimó ahora variar su criterio.

FUNCIONAMIENTO DE LA SOCIEDAD COLECTIVA.

La sociedad como persona jurídica entra en relaciones con sus propios socios y con
terceros. Las relaciones de la sociedad con sus propios socios conciernen al régimen de
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administración. Las vinculaciones de la sociedad con los terceros consisten en actos y


contratos que ella ejecuta o celebra mediante el uso de la razón social y las consecuencias
que de ellos derivan, la circunstancia que queda obligada frente a los acreedores sociales y
el hecho que surge la responsabilidad solidaria de los socios colectivos, si se agota el
patrimonio de la compañía sin satisfacer la deuda social.

RELACIÓN DE LA SOCIEDAD CON LOS SOCIOS.


ADMINISTRACIÓN DE LA SOCIEDAD COLECTIVA.

La estipulación relativa al régimen de administración de la sociedad colectiva


mercantil no es una cláusula esencial de la escritura fundacional de la misma, toda vez que
a falta de convención expresa al respecto, se aplica el régimen supletorio.
La administración de la sociedad colectiva comercial puede ser ejercida por todos
los socios a quienes les corresponde de derecho, o bien puede delegarse en uno o más de
ellos o en terceros extraños.

RÉGIMEN LEGAL SUPLETORIO.


Principios básicos:
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a.- La administración corresponde de derecho a todos y cada uno de los socios.
b.- La existencia de un mandato legal que los socios se confieren recíprocamente para
administrar, a falta de nombramiento de administrador en el contrato.
c.- Gracias al mandato legal, cada uno de los socios puede hacer válidamente todos los
actos y contratos comprendidos dentro del giro ordinario de la sociedad o que sean
necesarios o conducentes a la consecución de los fines sociales.
d.- La existencia de un derecho de oposición a los actos proyectados por otro socio.

RÉGIMEN ESTIPULADO DE ADMINISTRACIÓN DELEGADA.


Se confía la administración de la sociedad, en virtud de una estipulación del
contrato, a ciertos administradores sociales y también a determinados mandatarios
sociales.

a.- Administradores Sociales. Se puede convenir que estos sean todos los socios
conjuntamente, que sean uno o más socios en forma conjunta o separadamente, o por
último, que sean uno o más extraños en forma conjunta o se paradamente. En las dos
últimas alternativas no son mandatarios, sino un órgano de administración creado por los
socios en el estatuto. Las hipótesis indicadas, como requieren convención expresa, pasan
a ser parte integrante del contrato de sociedad, de manera que no pueden alterarse si no
es mediante modificación de dicho contrato.
Es posible también que se estipule la administración a cargo de un órgano
colectivo, al cual se le denomina Directorio. Tal hipótesis de administración en la sociedad
colectiva no tiene reconocimiento expreso en la ley, pero puede admitirse fundada en la
autonomía de la voluntad manifestada en el contrato de sociedad.
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Por último la sociedad colectiva puede ser administrada por otras sociedades. Esta
alternativa es posible, sea la sociedad administradora socia o extraña, conforme a las
reglas generales contenidas en el artículo 384 del Código de Comercio.
En cuanto a la renuncia y revocación de los administradores, ella no es posible
cuando su nombramiento se ha hecho en la escritura constitutiva, porque pasa a ser
cláusula esencial, y si en el hecho se produce la renuncia o revocación sin causa legal, se
disuelve la sociedad. En cambio cuando el nombramiento del administrador no proviene
del acto fundacional, son posibles la renuncia y la revocación sin que ello tenga incidencia
en la disolución de la compañía.
La renuncia y revocación están prohibidas en las sociedades que se han contratado
por tiempo fijo o para un negocio de duración limitada. Conforme al principio de la
autonomía de la voluntad, nada impide que los socios estipulen o reglamenten la renuncia
y/o revocación en el estatuto social.
Por excepción, en las sociedades de duración ilimitada la renuncia está permitida,
basado en que no es posible mantener a un socio unido a la sociedad por toda la vida.
b.- Mandatarios sociales. Son personas a las cuales los administradores les encargan la
ejecución de ciertos actos o contratos mediante un mandato general o especial. Son los
factores o gerentes, cuya legitimidad proviene del mandato que le confieren los
administradores y no del estatuto social. Los mandatarios sociales pueden ser revocados y
renunciar conforme a las normas del mandato civil.
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En caso de conflicto entre sociedad y gerente o factor, rigen las normas de los
artículos 325 y siguientes del Código de Comercio mencionado y subsidiariamente las del
Código Civil.

FACULTADES DE LOS ADMINISTRADORES.


Según el artículo 402 del Código de Comercio, tienen la competencia que le señala
su mandato y en lo que no estuviere allí determinado tiene sólo las facultades
comprendidas en el giro de la sociedad, “o que sean necesarias o conducentes a la
consecución de los fines que ésta se hubiere propuesto”.
En consecuencia, el administrador, sólo tiene facultades para actuar dentro del
objeto social o giro ordinario de la misma y además tendrá únicamente las facultades que
designe su título, pero con la limitante en este último caso que en el ejercicio de sus
facultades los administradores delegados también deben enmarcarse dentro del mismo
objeto social o giro ordinario de la sociedad.
Las facultades del administrador tiene dos límites: uno de ellos está representado
por las facultades que designe su título o mandato, todo acto que exceda ese mandato no
obliga a la sociedad; y el otro, por el ejercicio de la función administradora, que siempre
debe quedar comprendido dentro de las operaciones que constituyen el giro ordinario de
la sociedad, sea mediante facultades otorgadas o sin ellas.
Es importante definir cuando un acto está destinado al cumplimiento del objeto
social y cuándo no lo está. Un criterio restrictivo admite que el acto está encaminado a la
consecución del fin social cuando se trata de actos de administración interna, de
operación o de explotación y cuando se trata de actos o contratos ejecutados o
celebrados con terceros que directamente conforman el objeto social de la sociedad.
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PROF. ANDREA ROJO BURROWS. Universidad Santo Tomás / La Serena – 2019
Asignatura: DERECHO COMERCIAL I – PLAN 7

Una concepción más amplia reconoce que son actos destinados al cumplimiento del
objeto social todo acto que ejecute una sociedad por medio de sus administradores, a
menos que estén expresamente prohibidos, dándose cabida a la noción de órgano de
administración que expresa la voluntad social.
En caso de conflicto, se circunscribe a un problema de prueba, quien contrata con la
sociedad exigirá que el administrador tenga la facultad específica para celebrar el acto o
contrato de que se trata o bien que se extienda el giro social para que éste quede
comprendido dentro de él.
En los textos legales las facultades de los administradores se encuentran en los artículos
2077 del Código Civil, 395, 396, 397, 398, 400 y 402 del Código de Comercio, a los que hay
que remitirse para mayor detalle.

DERECHOS DE LOS SOCIOS no ADMINISTRADORES.


Cuando por el contrato de sociedad o por un acto posterior se han designado uno
o varios administradores, los otros socios quedan excluidos de toda injerencia en la
gestión social.
Pero la ley admite que en su gestión el o los administradores pueden ejecutar
actos que adolezcan de vicios o que produzcan perjuicios manifiestos a la masa común.
A la primera situación corresponden los actos y contratos que el administrador contemple
ejecutar o celebrar con fraude, caso en el cual la ley permite a los demás socios no 13
administradores que se opongan a la consumación del acto o contrato de que se trata
(artículo 400 inciso 1). El fraude es cualquier engaño que implique faltar a la verdad y que
afecte a los socios en cuanto víctimas del mismo.
Cuando la gestión del administrador produce perjuicios manifiestos a la masa
común, de conformidad al artículo 400 inciso 2, del Código de Comercio, la mayoría de los
socios podrá nombrarle un coadministrador o solicitar la disolución de la sociedad. Los
perjuicios deben ocasionarse con motivo de la gestión del administrador y deben ser
“manifiestos”, no sólo en cuánto reales y efectivos, sino en tanto causen un deterioro en
la situación patrimonial de la compañía. Por último los perjuicios tienen que ir dirigidos en
contra de la masa común, esto es, la sociedad misma.
La posibilidad de los socios no administradores de solicitar la disolución de la
sociedad es concordante con el artículo 2108 del Código Civil, que establece la disolución
por “causa grave”.

CARÁCTER INDELEGABLE, INTRANSMISIBLE E INSUSTITUIBLE DE LA ADMINISTRACIÓN.


Administración Indelegable: En las sociedades de personas se confunde la
propiedad de la empresa con la gestión de la misma. Por ser de esta manera, el socio que
ha recibido el encargo de administrar la sociedad no puede delegar su mandato en otro
socio o en otra persona, a menos que el hecho esté expresamente consignado en la
escritura social.
Administración Intransmisible: Asimismo la facultad de administrar es
intransmisible a los herederos del administrador. El problema puede plantearse cuando la
sociedad haya de continuar por el acto constitutivo de los socios sobrevivientes y, los
herederos del difunto, de manera que si el socio administrador designado en el estatuto
social fallece y la sociedad continúa, no pudiendo ser reemplazado el administrador, o
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ejercido el cargo por otros, en virtud de la misma estipulación contractual la sociedad se


disuelve por “grave motivo”, “la pérdida de un administrador inteligente…” (Artículo 2108
Código Civil), salvo que por reforma de los estatutos convenida por todos los socios,
comprendidos los herederos del socio fallecido, se acuerde otra cosa.
Administración insustituible: Dada la naturaleza intuito personae de la sociedad
colectiva se prohíbe hacerse sustituir en el desempeño de la función de administrador
(Artículo 404 N°3 Código de Comercio). La dificultad estriba en precisar el alcance de la
prohibición frente a la estipulación contractual que permite al administrador delegar el
todo o parte de sus facultades, sobre todo cuando este delega la totalidad de sus
facultades. En este caso la delegación importaría desconocer la prohibición, por cuanto la
delegación se transformaría en una sustitución. Gracias al principio de la autonomía de la
voluntad que informa a todos los contratos y en particular al de la sociedad, tal
estipulación tendría valor. Según el Artículo 404 N° 3 inciso 2 Código Comercio, tal
convención no es nula si es autorizada por todos los socios y tal autorización se
encontraría dentro de las facultades otorgadas al administrador delegante.
Las facultades que pueden ser objeto de delegación total son las de
representación externas, por que las otras no admiten sustitución, como no sea mediante
una autorización de todos los socios.
La autorización que todos los socios confieran para hacerse sustituir en las
funciones de administración, no requiere reforma del contrato social, porque la ley no lo
exige y porque la cláusula relativa a la gestión social no es de la esencia del acto 14
fundacional de la compañía, con todo para que sea oponible a los terceros debe
formalizarse a través de escritura pública y anotarse al margen de la inscripción de la
sociedad en el Registro de Comercio.
El principal efecto de la infracción a esta prohibición es la nulidad de la sustitución,
la sociedad no resulta obligada frente a terceros, toda vez que actúa a través de un
administrador ilegítimo. Otra consecuencia es la responsabilidad de los administradores
delegados frente a los demás socios y la sociedad, puede constituir y un “grave motivo”
que habilite para pedir la disolución social fundado en el Artículo 2108 del Código Civil.

RESPONSABILIDAD DE LOS ADMINISTRADORES.

Es preciso tener presente que en la actualidad el fin de la sociedad es “lograr


resultados eficientes”, para lo cual se requiere establecer los objetivos que se tratan de
alcanzar, diseñar políticas, metas, estrategias a seguir considerando el medio económico
donde ella se localiza, todo lo cual excede la simple búsqueda de utilidades, que no deja
de ser un elemento importante, pero no el único.
En la consecución de los resultados eficientes, los administradores de la sociedad
deben obrar con lealtad y con el cuidado y diligencia que los hombres emplean
ordinariamente en sus propios negocios o con el cuidado y diligencia de un buen hombre
de negocios. Los administradores que infrinjan dicho deber son responsables, por los
daños y perjuicios que resultaren de su acción u omisión. Cuando se exige que los
administradores obren con lealtad y con la diligencia de un buen hombre de negocios, no
se compara con un empresario, sino con un hombre de negocios normal, capaz de
cometer los errores propios e inevitables de una correcta actuación empresarial.
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Es el mismo criterio que sigue el artículo 41 de la Ley N° 18.406, sobre sociedades


anónimas, fundado en la culpa leve propia de los contratos bilaterales concluidos en
interés de ambas partes, establecidas en el Artículo 44 inciso 2 del Código Civil.
En cuanto a la responsabilidad derivada de delitos y cuasidelitos, la sociedad en
tanto persona jurídica no es responsable penalmente, pero puede incurrir en infracciones
que implican sanciones tales como multas, clausuras, etc. Las consecuencias penales de
los delitos o cuasidelitos cometidos por los administradores las deben enfrentar ellos
mismos, pero la sociedad responderá civilmente en conformidad con los artículos 2314,
2320 y 2329 del Código Civil.

RELACIONES DE LA SOCIEDAD CON LOS TERCEROS.


LA RAZÓN SOCIAL.

La sociedad es una persona jurídica que se identifica y entra en relaciones jurídicas


con terceros mediante la razón social.

El artículo 365 del Código de Comercio “La razón social es la fórmula enunciativa de
15
los nombres de todos los socios o de alguno de ellos, con la agregación de estas palabras:
y compañía”.
Por su parte el artículo 366 agrega que “solo los nombres de los socios colectivos
pueden entrar en la composición de la razón social”. Un tercero no puede tolerar la
inclusión de su nombre en la razón social de una sociedad a la cual él no pertenece, pues
en caso contrario él se hace responsable de las obligaciones sociales, según el artículo 368
del Código de Comercio.
La razón social da a conocer a terceros el nombre de los socios que responden
solidaria e ilimitadamente de las obligaciones contraídas por la sociedad. De ahí que no
pueda permitirse la inclusión del nombre de un extraño.
Por último cabe señalar que la razón social no debe confundirse con el nombre
comercial o industrial de su propiedad, y, en consecuencia, ella no se transfiere junto con
el establecimiento, no es elemento integrante de él (artículo 369 del Código de Comercio).

CARACTERÍSTICAS DE LA RAZÓN SOCIAL.


A.- VERACIDAD: Por ser la razón social un atributo de la personalidad jurídica, mediante
cuyo uso los socios resultan obligados solidaria e ilimitadamente de las obligaciones que
se contraigan bajo ella, debe ser veraz, real, pues en caso0 contrario se estaría engañando
a los terceros que contratan con ella.
La razón social debe estar compuesta sólo por los nombres de los socios, de todos
los socios o de algunos de ellos, más la palabra: y compañía. No puede incluirse el nombre
de alguien que no sea socio, porque al hacerlo implica engaño. Si se hace sin su
consentimiento, da lugar a una acción penal por usurpación de nombre. Si se realiza con
su consentimiento la ley lo hace responsable con quienes hayan contratado con ella.
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Por otra parte, los cambios por entrada o salida de un socio cuyo nombre figuraba
en la razón social, han de reflejarse en ésta. La salida de un socio cuyo nombre figuraba en
la razón social, obliga a eliminar su nombre de la firma social en la escritura y también
cumplir las respectivas formalidades de publicidad. Si no se hace se incurre en la sanción
del artículo 367 del Código de Comercio. Una noción llamada de la objetivación de la
razón social, postula el valor económico de la misma por el uso o prestigio de la empresa,
y, por ende no acepta cambios en ella porque perjudican económicamente a la sociedad.
Por último disuelta la sociedad, no puede hacerse uso de la razón social porque ella
sirve para identificar a la compañía y contratar en su nombre mientras tenga vigencia.
Contratar usando la razón social de una sociedad ya disuelta implica delito de falsedad,
salvo cuando se trata de una sociedad disuelta durante su liquidación, que mantiene su
firma social, pero agregándole las palabras “en liquidación”.

B.- ESENCIABILIDAD: Al respecto hay dos posiciones doctrinarias. Según la primera teoría,
la firma social no es esencial en la sociedad, en cambio de acuerdo a un segundo criterio,
la razón social es un elemento esencial de la misma.
Sustentamos la segunda posición, porque la firma social es un atributo de la persona
jurídica sociedad, esencial para identificarla y para entrar en relaciones con terceros.
Siendo la razón social un elemento esencial, cuando se omite o está constituida, origina un
vicio de fondo en la sociedad, que acarrea la nulidad entre los socios, pero que no puede
hacerse valer contra terceros interesados en la existencia de la sociedad. 16

C.- INCESIBILIDAD: Por ser la razón social un atributo de la persona jurídica, sujeto de
derecho, sociedad, ella es incesible, según el artículo 369 del Código de Comercio, aun
cuando su redacción no es apropiada.
La razón social es a la sociedad lo que el nombre es para el individuo: no se transfiere con
el establecimiento de comercio del cual puede ser dueña la sociedad.
Aunque en la razón social figure el nombre de uno solo de los socios, éste no
puede cederla, porque ella es un atributo de la sociedad, tampoco es factible que todos
los socios acuerden transferir la razón social a otra sociedad, porque con ello se
quebrantaría la característica de veracidad.

D.- EXCLUSIVIDAD: Una vez que la sociedad ha formado su razón social, la ha dado a
conocer por las formalidades de publicidad y ha comenzado a usarla en sus relaciones
con terceros, ésta deviene exclusiva y su uso le pertenece en forma privativa, ninguna
persona natural o jurídica, otra sociedad, puede arrebatarle o disputarle el ejercicio de
este derecho.
En nuestro país, a falta de normas expresas que sancionen la infracción a la
exclusividad de la razón social, cualquier usurpación o violación queda cubierta con el
ejercicio de la acción del artículo 2314 del Código Civil, que obliga a indemnizar a todo el
que infiere daño a otro por delito o cuasidelito.

E.- INVARIABILIDAD: Mientras no cambie la composición de los socios en la compañía,


reflejada en su razón social, ésta debe permanecer invariable.
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Solo el cambio, retiro o fallecimiento de un socio que figuraba en la firma social


justifican su variación.

EL USO DE LA RAZÓN SOCIAL.


Quienes pueden usar la razón social son precisamente los administradores de la
sociedad. Para administrar es indispensable el uso de la razón social, que no puede
prácticamente separase de la administración.
De acuerdo con lo prevenido en el artículo 393 del Código de Comercio, “la
facultad de administrar trae consigo el derecho de usar la firma social”. No se trata de dos
funciones diferentes, porque la facultad de administrar involucra la de usar la razón social.
Confirma lo anterior el artículo 371 del Código de Comercio.

CONSECUENCIAS DEL USO DE LA RAZÓN SOCIAL.


Cuando los administradores tienen el uso de la razón social, actúan en
representación de la sociedad, esta última queda obligada. No es necesario que la
obligación se haya contraído en uso de la razón social por los administradores, para que la
sociedad resulte obligada, pero en caso de litigio corresponderá a los terceros acreditar
que aquella se contrajo en el interés social.
El giro de la sociedad será un elemento que facilitará la prueba de que la obligación 17
se contrajo bajo la razón o firma social. El artículo 370 indica que los socios colectivos
mencionados en la escritura social son responsables solidariamente de todas las
obligaciones legalmente contraídas bajo la razón social.

SITUACIONES EN QUE LA SOCIEDAD NO SE OBLIGA.


No resulta obligada cuando no concurren los requisitos que deben cumplir las
obligaciones. La sociedad no es responsable de los documentos suscritos con la razón
social, cuando las obligaciones que los hubieren causado no le conciernan y el tercero los
aceptare con conocimiento de esa circunstancia.
La expresión “conciernan” se refiere a que quedan comprendidos o que
corresponden al objeto de la sociedad. En consecuencia, si el administrador de la sociedad
en su representación y en el ejercicio de los poderes conferidos, contrae obligaciones
totalmente ajenas al objeto social, ellas le son inoponibles y la sociedad no es responsable
de las mismas.
Para que tenga lugar la exoneración de responsabilidad de la sociedad, se requiere que el
tercero acepte los documentos con conocimiento de que no le conciernen a la sociedad.
Este requisito es engañoso, porque parece que exige, una aceptación expresa acerca de
que la obligación de que se trata no concierne a la sociedad, pero nada impide una
aceptación presunta, o sea, que se desprenda de hechos coetáneos a la obligación
principal que signifiquen necesariamente el “conocimiento” de que la obligación que se
contrae con el tercero no concierne a la sociedad.
Art. 374.

El artículo 373 contempla un caso diferente, en el cual se confirma que los actos
ejecutados por un socio no autorizado para usar la firma social no obligan a la sociedad,
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pero siguiendo el criterio establecido por el artículo 328 (caso factores de comercio), se
entiende que el acto se ha celebrado por cuenta de su principal, si el resultado de la
negociación se hubiera convertido en provecho de la sociedad.
Art. 373.

REQUISITOS PARA QUE LA SOCIEDAD RESULTE OBLIGADA.


a) Que las obligaciones hayan sido contraídas legalmente, o sea, por las personas
que tenían facultad para ello. No es necesario que se exprese el uso de la razón
social, pero es necesario, en cambio, que el administrador obre dentro de sus
facultades. Cuando el administrador se excede de todas maneras la sociedad
responde por el provecho experimentado, de acuerdo a l artículo 2094 del Código
Civil. Ahora bien actuando dentro de sus atribuciones se estima que el
administrador obra en interés de la sociedad, la que resulta obligada, como
asimismo los socios.
b) Que el representante de la sociedad haya manifestado que obra a nombre de la
sociedad. Cuando un socio, investido de poder contrata en su propio nombre
negocios que interesan a la sociedad, ésta no queda obligada. Lo anterior se 18
deduce interpretando a contario sensu, la disposición del Código Civil. El artículo
374 del Código de Comercio expresa: “La sociedad no es responsable de los
documentos suscritos con la razón social, cuando las obligaciones que los hubieren
causado no le conciernan y el tercero los aceptare con conocimiento de esta
circunstancia”. La ley atiende a la causa que motivó la emisión de los documentos
suscritos bajo la razón social, pero sobre negocios extraños a los intereses de la
sociedad. Es la sociedad la que debe acreditar que el negocio es ajeno a los
intereses sociales y la excepción sólo puede hacerse valer contra el que creó estos
instrumentos y no contra quienes lo han recibido por endoso u otra forma de
cesión.

RESPONSABILIDAD DE LOS SOCIOS RESPECTO DE LAS OBLIGACIONES CONTRAÍDAS BAJO


LA RAZÓN SOCIAL.
Los acreedores sociales deben obtener el pago de sus acreencias, dirigiéndose, en
primer término, contra la sociedad, por cuanto ésta forma una persona jurídica distinta de
los socios individualmente considerados.
Requerida de pago la sociedad sin que ésta cumpla sus obligaciones, los
acreedores pueden dirigirse contra los socios. La ley no ha establecido un orden de
prioridad y, a juicio de algunos autores, los acreedores pueden accionar indiferentemente
contra la sociedad o los socios.
La responsabilidad de los socios respecto de las obligaciones contraídas bajo la
razón social está contenida en el artículo 370 del Código de Comercio.

PROHIBICIONES DE LOS SOCIOS COLECTIVOS.


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Artículo 404 del Código de Comercio:


1. Extraer del fondo común mayor cantidad que la asignada para sus gastos
particulares. Es frecuente que en la escritura se deje establecido que
cantidad de dinero pueden retirar mensualmente los socios para sus
gastos, con cargo a futuras utilidades. Cuando un socio infringe esta
prohibición, autoriza a los consocios para obligar a éste al reintegro o para
extraer una cantidad proporcional al interés que cada uno de ellos tenga
en la masa social.
2. Aplicar los fondos comunes a sus negocios particulares y usar en éstos la
firma social: Tiene dos prohibiciones: una, la de emplear los fondos
sociales en negocios particulares del socio, y la otra en usar en éstos la
razón o firma social. El socio que viole esta prohibición debe llevar a los
fondos sociales las ganancias y cargar el sólo con las pérdidas del negocio
en el que invierte los fondos distraídos, sin perjuicio de restituirlos a la
sociedad e indemnizar los daños que ésta hubiera sufrido. Podrá también
el socio ser excluido de la sociedad.
3. Ceder a cualquier título su interés en la sociedad y hacerse sustituir en el
desempeño de las funciones que le correspondan en la administración.

Hay dos situaciones diferentes: una, la cesión del interés del socio en la sociedad, y 19
la otra, la sustitución en las funciones de la administración.
En la primera situación el hecho de que la ley prohíba a los socios colectivos ceder
su parte de interés en la sociedad, es una consecuencia del hecho de que la sociedad
colectiva sea una sociedad de personas, donde la consideración del individuo es un
elemento dominante. Sea que la cesión se haga a un tercero extraño, sea que se
haga a otro socio, en ambos casos la ley no distingue: ella está prohibida. Ahora bien, si se
efectúa la cesión, el socio que cede sus derechos no se exonera de su responsabilidad, en
el sentido de que los acreedores pueden perseguirlo por las deudas sociales como si fuera
socio. La cesión no afecta, no produce valor para los socios ni para terceros. Para que
tenga valor la cesión debe ser aceptada unánimemente por los demás socios. En estas
condiciones constituye una modificación del contrato.
En lo que se refiere a la segunda debe entenderse que siendo la administración
una función personalísima en las sociedades colectivas, no puede el socio a quien esta
corresponde hacerse sustituir en el cumplimiento de ella.
Se ha querido ver una contradicción entre esta disposición y el artículo 385 del mismo
cuerpo legal, sin embargo tal contradicción no es sino aparente, porque el artículo 404
N°3 se refiere a la prohibición de hacerse sustituir de las funciones que ya corresponden al
socio que ha sido delegado para asumir la administración de la sociedad.

4. Explotar por cuenta propia el ramo de industria en que opere la sociedad.


Esta prohibición contiene en el fondo una protección de la sociedad contra
la competencia desleal que pudieren hacer en su contra sus mismos socios.

Se acostumbra establecer esta prohibición en el propio contrato de sociedad,


sobre todo respecto de los socios industriales, los que aportan su trabajo a la sociedad.
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La competencia desleal que los socios hagan a la sociedad a la cual pertenecen


puede configurar un caso de abuso del derecho. De acuerdo con el artículo 405 del Código
de Comercio, los socios industriales o capitalistas pueden realizar todo tipo de
operaciones mercantiles, siempre y cuando soliciten autorización de sus consocios,
quienes están en principio obligados a concederla, debiendo fundamentar su negativa en
caso contrario.
“Los socios que contravengan a estas prohibiciones serán obligados a llevar al acervo
común las ganancias y a soportar individualmente las pérdidas que les resultaren”.

LA DISOLUCIÓN Y LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD COLECTIVA.


Puede disolverse por razones contenidas en el texto de la ley, en los estatutos
sociales, por la voluntad común o por una decisión de los tribunales de justicia, entonces
puede ser legal, estatutaria, voluntaria o judicial.
De acuerdo con lo prevenido en el artículo 407 del Código de Comercio se disuelve por los
modos indicados en el Código Civil, en los artículos 2098 y siguientes.

ANALISIS DE LAS CAUSALES DE DISOLUCIÓN.

20
1) La expiración del plazo o por el evento de la condición que se ha prefijado para
que tenga fin.
Cuando se ha fijado en los estatutos un plazo de duración de la sociedad y éste ha
llegado a su término, la sociedad se disuelve. Otro tanto ocurre cuando se ha puesto una
condición para determinar la duración de la sociedad y ésta se cumple. Sin embargo,
cuando el término de la sociedad depende de la expiración de un plazo, los socios, pueden
por decisión unánime, prorrogarlo antes de su vencimiento y con las mismas formalidades
observadas en la constitución de la sociedad. Es posible que los socios hayan pactado en el
contrato que la sociedad tendrá una duración de cinco años, por ejemplo, prorrogables
por períodos sucesivos de igual tiempo. Si los socios no manifiestan su intención de
ponerle término por escritura pública dentro de los 60 días anteriores a la expiración de
cada período, de la cual se tomará nota al margen de la inscripción respectiva en el
Registro de Comercio, en este caso, y de acuerdo con el artículo 350, el socio que desee
impedir la prórroga automática de la sociedad debe manifestar su voluntad de ponerle
término dentro del plazo señalo, por escritura pública de la cual se tomará nota al margen
de la inscripción de la sociedad antes del vencimiento del período correspondiente.

2) La finalización del negocio para el cual ella fue contraída.


Si la sociedad se ha constituido para la realización de un negocio determinado y
éste se ha realizado, la sociedad se disuelve, termina, esto es una causal que no se
presenta frecuentemente en la práctica, ya que no es común que las sociedades se
constituyan para una sola negociación. En el caso de que la sociedad se haya constituido
para la realización de un negocio y éste deviene imposible o ilícito, por una disposición
legal, debe entenderse que por este evento el negocio se da por terminado y la sociedad
debe disolverse (artículo 2099 Código Civil).
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3) La insolvencia de la sociedad.
La sociedad se disuelve por su insolvencia (art. 2100 Código Civil). La insolvencia es
la incapacidad de pagar, de hacer frente a los compromisos sociales; se trata de una
situación de hecho, distinta de la quiebra, que es de derecho, en cuanto requiere una
resolución judicial que la declare. El juez, frente a los antecedentes que le presente el
interesado en la disolución, puede establecer que la sociedad es insolvente y declararla
terminada.
4) La extinción de la cosa o cosas que forman su objeto total.
Se trata de la pérdida o extinción de los elementos materiales que integran el
patrimonio social y que sirven a la consecución del fin que se pretende alcanzar con la
sociedad. La destrucción o pérdida de la cosa o cosas puede ser de orden material o
jurídico. Cuando la destrucción de la cosa o cosas es parcial, continuará la sociedad, salvo
el derecho de los socios para exigir su disolución, si con la parte que resta no pudiere
continuar útilmente (art.2100 inc. 2). Cuando el objeto que se ha destruido estaba
cubierto por un seguro, se cree que la indemnización pagada por la compañía subroga
realmente el bien extinguido y que la sociedad podría continuar su funcionamiento. Pero
para que ello ocurra es necesario que todos los socios estén de acuerdo en afectar la
indemnización recibida a la consecución de los fines sociales. Esta causal debe declararse
judicialmente.
5) La falta de cumplimiento del aporte.
21
Los socios que desean formar la sociedad prometen poner algo en común con la
mira de repartir los beneficios. Frente al incumplimiento de esta obligación de enterar el
aporte, la sociedad puede exigir el cumplimiento forzado de ella o marginar al incumplidor
de la misma. En ambas hipótesis no se produce la disolución de la sociedad, pero nada
impide que los socios puedan pedirla. La disolución de la sociedad no opera de pleno
derecho, como pareciera deducirse de esta disposición, es necesario que ella se declare
por resolución judicial.
6) La pérdida de la cosa aportada en usufructo.
Los aportes pueden ser en propiedad y en usufructo. La perdida causal de la cosa
aportada en propiedad es cargo de la sociedad (las cosas perecen para su dueño) y no
produce la disolución de la sociedad, a menos que ésta no pueda continuar útilmente sin
ella.
Al contrario si la cosa ha sido aportada sólo en usufructo lo que implica que la
sociedad tendrá su uso y goce durante toda la vida social, y ella se destruye o se pierde, se
produce la disolución de ésta. No se produce la disolución si el socio aportante repone la
cosa o satisfacción de los consocios, cuándo estos determinen continuar la sociedad sin
ella.
7) La muerte de cualquiera de los socios.
La sociedad colectiva es una sociedad de personas, así que es lógico que termine
por la muerte de alguno de los socios. Opera de pleno derecho. No obstante la ley
establece que las partes pueden estipular en los estatutos:
- Que la sociedad continúe con los socios sobrevivientes.
- Que la sociedad continúe con los socios sobrevivientes y con los
herederos del socio fallecido, y
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- Que la sociedad continúe con algunos de los herederos del socio


fallecido.
Cuando los socios han estipulado que la sociedad continuará con los socios
sobrevivientes., los herederos tendrán derecho a reclamar lo que le correspondiere a su
autor, al tiempo de saberse la muerte; y no participarán en los emolumentos o pérdidas
posteriores sino en cuanto fueren consecuencias de las operaciones que ya estaban
iniciadas al tiempo de saberse de la muerte. Si la sociedad de acuerdo con los estatutos,
debe continuar con los herederos del socio fallecido, se impone a estos últimos , una carga
hereditaria, de suerte que si aceptan la herencia deben entrar a la sociedad, a excepción
de aquellos que por su edad o sexo no puedan hacerlo. El heredero debe aceptar la
herencia con beneficio de inventario, con lo cual su responsabilidad queda comprometida
solo hasta la concurrencia del valor heredado. Si el heredero la acepta sin este beneficio e
ingresa a la sociedad puede verse obligado a responder solidaria e ilimitadamente por los
compromisos sociales.
Por último cuando se ha decidido que la sociedad continuará con algunos de los
herederos del socio fallecido, los que no integren la sociedad tendrán derecho a exigir que
se les entere la parte que proporcionalmente les corresponde en los derechos de su autor
Finalmente el art. 401 del Código de Comercio señala “la facultad de administrar es
intransmisible a los herederos del gestor, aun cuando se haya de continuar entre los
socios sobrevivientes y los derechos del difunto”
8) La incapacidad sobreviniente o insolvencia de los socios (art.2106 Código Civil). 22

Cuando la ley expresa que la sociedad colectiva se disolverá por incapacidad


sobreviniente o insolvencia de los socios se entiende que el vicio no existía al tiempo de
constituirse aquella y que este se presenta después durante su funcionamiento.
Sin embargo los socios pueden renunciar a ella aceptando la concurrencia del
representante legal del incapaz, porque ella está establecida en resguardo de ellos
mismos. En efecto siendo la sociedad colectiva una sociedad de personas basada en la
confianza recíproca entre los socios, no pueden permitirse sin su consentimiento la
entrada de un extraño.
La sociedad se disuelve también por la insolvencia de uno de los socios, ella
sobreviene durante la vida de la sociedad, se justifica en la medida en que no puede
obligarse a los otros socios a continuar asociados con una persona que no ofrezca
garantías lo que redunda en la desaparición de la igualdad que debe existir como base de
la sociedad. También se da cuando un socio está en quiebra.
El art. 2106 Código Civil autoriza la continuación de la sociedad con el incapaz o
insolvente y en tal caso el representante legal o los acreedores ejercerán sus derechos en
las operaciones sociales.
9) El consentimiento mutuo de los socios.
El Artículo 2107 Código Civil señala que la sociedad podrá expirar en cualquier
momento por el consentimiento unánime de los socios, es una manifestación de la
autonomía de la voluntad de los asociados, que son libres de poner término a las
relaciones que ellos han creado “las cosas se hacen de la misma manera que se hacen”.
10) La renuncia de un socio.
Ello opera en dos casos: uno, cuando el contrato de sociedad no es a plazo fijo, y
dos, cuando se ha estipulado en los estatutos que se autoriza al socio para renunciar.
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PROF. ANDREA ROJO BURROWS. Universidad Santo Tomás / La Serena – 2019
Asignatura: DERECHO COMERCIAL I – PLAN 7

Para que la renuncia produzca efecto, la ley exige la concurrencia de determinados


requisitos.
• Que se notifique a todos los socios.
• Que se haga de buena fe
• Que no sea intempestiva.
La notificación al socio o socios que administran exclusivamente la sociedad se
enterará hecha a todos. Aquellos de los socios a quienes no se hubiere notificado la
renuncia, podrán aceptarla después, o dar por subsistente la sociedad en el tiempo
intermedio. De acuerdo al artículo 2111 Código Civil, renuncia de mala fe el socio que lo
hace por apropiarse una ganancia que debía pertenecer a la sociedad; en este caso,
podrán los socios obligarle a partir con ellos las utilidades del negocio, o a soportar
exclusivamente las pérdidas, si el negocio tuviere mal éxito.
Renuncia intempestivamente el socio que lo hace cuando su separación es
perjudicial a los intereses sociales. La sociedad continuará entonces hasta la terminación
de los negocios pendientes, en que fuere necesaria la cooperación del renunciante.
Los efectos de la renuncia de mala fe se aplican a la renuncia intempestiva. Estas
disposiciones se aplican asimismo al socio que se retira de hecho de la sociedad, sin
renunciar (artículo 2113 Código Civil)
11) La sociedad se disuelve por motivos graves. 23
No hay una disposición que contenga esta causa de disolución social. Nuestro
derecho positivo la trata en el artículo 2108 inciso 2, segunda parte del Código Civil, se
refiere a la renuncia de un socio como motivo de término de la sociedad.
Existen motivos graves cuando el otro socio no cumple con sus obligaciones
sociales, cuando se pierde un administrador inteligente que no puede reemplazarse entre
los socios; en el caso de enfermedad habitual del renunciante que lo inhabilite para
cumplir las funciones sociales; mal estado de sus negocios por circunstancias imprevistas,
u otros de igual importancia.

FORMALIDADES DE LA DISOLUCIÓN.
Para que la disolución produzca sus efectos debe reducirse a escritura pública y
debe inscribirse en el Registro de Comercio, salvo cuando la sociedad se disuelve porque
ha llegado a la expiración del plazo convenido (artículo 354 Código de Comercio).
La disolución produce efectos desde cuando se declare la ocurrencia de la causal
que le pone término. Respecto de terceros la disolución no produce efectos mientras no
se cumplen las formalidades (artículos 350 y 354 Código de Comercio). En caso contrario,
los terceros tienen derecho a considerar la sociedad como si estuviera vigente. Producida
la disolución se dan los siguientes efectos:
• Comienza el período de liquidación;
• La personalidad jurídica de la sociedad subsiste para los efectos de su
liquidación;
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• Los administradores dejan de actuar como tales y pierden la facultad de


obligar a la sociedad y a los socios.

LA LIQUIDACIÓN DE LA SOCIEDAD COLECTIVA.


El artículo 408 Código de Comercio, señala que producida la disolución de la
sociedad, se procederá a su liquidación, ésta es un conjunto de operaciones, siempre
largas y complicadas, que van a permitir, en primer lugar, concluir las operaciones ya
iniciadas, en seguida reunir los elementos del activo para pagar a los acreedores de la
sociedad y reembolsar, en la medida de lo posible, los aportes, con lo cual se obtendrá
finalmente un activo neto, llamado también “superactivo” o “bono de liquidación”, que
será repartido entre los asociados. La liquidación consiste también en determinar la parte
que cada socio debe tomar a su cargo del pasivo social cuando este último no puede ser
cubierto por el activo de la sociedad tiene por objeto:
• Concluir los asuntos ya iniciados;
• Reunir y realizar los bienes que integran el activo de la sociedad;
• Pagar a los acreedores de la sociedad y entre ellos a los socios, a quienes se
les reembolsará, en principio, su aporte;
• Distribuir el activo neto entre los asociados de acuerdo con su nota de
interés en la sociedad. 24

PRINCIPIOS QUE RIGEN LA LIQUIDACIÓN.


“Disuelta la sociedad, se procederá a la liquidación por la persona que al efecto
haya sido nombrada en la escritura social o en la disolución (artículo 408 Código de
Comercio).
Contrariamente a lo que ocurre en el caso del fallecimiento de una persona física,
en el caso de las sociedades los bienes sociales no forman una comunidad desde el
momento en que se produce la disolución, porque aun cuando ellas estén disueltas,
subsisten como personas jurídicas para los efectos de su liquidación, es uno de los
principios fundamentales que rigen la liquidación de las sociedades.

LA SUBSISTENCIA DE LA PERSONALIDAD MORAL.


Disuelta la sociedad, debería en estricta lógica desaparecer también la
personalidad moral. La jurisprudencia chilena ha señalado “Esto que está bien en la lógica
formal, sería una incongruencia en el plano de los negocios, porque si la sociedad no
subsistiera como persona jurídica entre el momento de su disolución y el momento del
último acto de liquidación, sería una simple comunidad. No siendo el haber social de un
sujeto de derecho, sino una masa de bienes que pertenecen pro indivisos a varios, los
acreedores personales de los socios van a concurrir a pagarse sobre ellos conjuntamente
con los acreedores de la sociedad, en enorme perjuicio de éstos”
En el derecho chileno no existe, una disposición legal que señale que la
personalidad jurídica de la sociedad subsiste para los efectos de su liquidación hasta el
término de esta. Sin embargo puede deducirse de algunos preceptos legales y es admitido
en forma general por la jurisprudencia y por los autores.
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Así la disposición del artículo 413 N°6 del Código de Comercio establece que el
liquidador estará obligado a “a vender las mercaderías y los muebles e inmuebles de la
sociedad, aún cuando haya algún menor entre los socios…”. Esta frase nos está indicando
que la personalidad jurídica subsiste durante la liquidación, pues, en caso contrario, habría
que estimar que se forma una comunidad de bienes entre los socios, y el liquidador
estaría obligado a cumplir con las formalidades habilitantes cuando hubiere entre los
asociados un menor.
Por otra parte, el artículo 22 N°4 del Código de Comercio indica que deben
inscribirse en el Registro de Comercio las escrituras en que los socios nombren gerentes
de la sociedad en liquidación.

CONSECUENCIA DE LA SUBSISTENCIA DE LA PERSONALIDAD JURÍDICA DE LA SOCIEDAD


EN LIQUIDACIÓN.
1) El patrimonio sigue siendo social y, en consecuencia, los socios no tienen derecho
sobre él. Los acreedores sociales pueden hacer valer sus créditos, con preferencia
a los acreedores personales de los socios, sobre los bienes de la sociedad. los
acreedores personales solo pueden embargar la parte que como activo neto o
superactivo o bono de liquidación corresponda a su deudor, al término de la
liquidación ;
2) El liquidador puede vender libremente, sin formalidades habilitantes, los 25
inmuebles sociales, aun cuando haya entre los socios personas incapaces, pues
tales bienes pertenecen a la sociedad y no a los socios;
3) La sociedad puede ser declarada en quiebra, pues subsiste como sujeto de
derecho, como persona moral;
4) Subsistiendo la sociedad, el liquidador es representante de ella y no de los socios,
5) La persona moral sociedad sigue teniendo un domicilio o sede social propia.

ESTATUTO JURÍDICO DEL LIQUIDADOR.


Son las normas relativas a la designación, atribuciones y obligaciones.

NOMBRAMIENTO DEL LIQUIDADOR.


Artículo 408 del Código de Comercio señala “disuelta la sociedad, se procederá a su
liquidación por la persona que al efecto haya sido nombrada en la escritura social o en la
disolución”. La designación puede tener su origen en:
• Los estatutos de la sociedad, y
• La escritura otorgada para la disolución social.
Si no ha sido nombrado el liquidador se designa:
• De común acuerdo por todos los socios, o
• En caso de desacuerdo, por el juez.
La designación puede recaer en un socio o en un tercero y la persona nombrada tiene
respecto de la sociedad el carácter de mandatario (artículo 409 inciso 2 del Código de
Comercio).
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FACULTADES DEL LIQUIDADOR.


Los poderes del liquidador se encuentran detallados en el acto jurídico de su
denominación. Para realizar su encargo, deberá conformarse estrictamente a las
facultades que le han sido conferidas.
Si el acto de nombramiento no determina sus facultades, de acuerdo al artículo
411 del Código de Comercio “no podrá ejecutar otros actos y contratos que los que
tiendan directamente al cumplimiento de su encargo”
En consecuencia el liquidador no podrá constituir hipotecas, prendas o anticresis, ni tomar
dinero al préstamo, ni comprar mercaderías para revender, ni endosar efectos de
comercio, ni celebrar transacciones sobre los derechos sociales, sin sujetarlos a
compromiso. Lo que se prohíbe al liquidador es continuar la explotación social, pues,
como bien señala Ripert “continuar no es liquidar”.

OBLIGACIONES DEL LIQUIDADOR.


Artículo 413 del Código de Comercio “Aparte de los deberes que su título imponga
al liquidador; estará obligado:
1) A formar inventario, al tomar posesión de su cargo, de todas las existencias y
deudas, de los libros, de la correspondencia y papeles de la sociedad; 26
2) A continuar y concluir las operaciones pendientes al tiempo de la disolución;
3) A exigir la cuenta de su administración a los gerentes o cualquiera otro que haya
manejado intereses de la sociedad;
4) A liquidar y cancelar las cuentas de la sociedad con terceros y con cada uno de los
socios;
5) A cobrar los créditos activos, percibir su importe y otorgar los correspondientes
finiquitos;
6) A vender las mercaderías y los muebles e inmuebles de la sociedad.
7) A presentar estados de la liquidación cuando los socios lo exijan;
8) A rendir al fin de la liquidación una cuenta general de su administración.

Por último las cuestiones a que se diere lugar la presentación de la cuenta del socio
gerente o del liquidador se someterán precisamente a compromiso (árbitros) (artículos
414 del Código de Comercio y 227 N°3 del Código Orgánico de Tribunales).
El liquidador nombrado en el contrato social podrá renunciar o ser removido de
acuerdo al artículo 2072 del Código Civil, los demás nombrados en la escritura de
disolución o por los socios de común acuerdo o por el juez, renuncian y son removidos
según las normas del mandato.

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