Materia:
Teoría de las Relaciones Internacionales II.
Tema 4
Visiones Alternativas ante la Crisis en el Sistema Internacional.
Actividad de Aprendizaje 1.
Ensayo.
“El conocimiento colonizado”.
Introducción.
La primera palabra que viene a mi mente después de analizar el tema del conocimiento
colonizado, a través de Grosfoguel y el breve acercamiento con De Souza, es
“eurocentrismo”, es apenas hace unos cuantos años que tuve conocimiento de este término
y por supuesto de la mano de la obra de Enrique Dussel, principalmente por sus
concepciones teóricas sobre marxismo y la reinterpretación que realizo a través de años de
estudio de los textos escritos por el propio Marx, pero sobre todo por la teoría de la
liberación que aunque no estudie en profundidad en aquel entonces, si dejo una huella en
mi mente, pues la simple posibilidad de negar lo europeo o lo anglosajón como el
paradigma occidental, parecía muy compleja.
Tiempo después llego a mis manos un texto introductorio sobre las “Epistemologías del
Sur”, de Boaventura de Souza Santos, en el apuntaba a la idea de la colonización del
pensamiento y la posibilidad de construir conocimientos propios por parte de los pueblos
del sur, así parece que el proceso descolonizador en mi propia mente, comienza a tomar
sentido, pues como latino considero, que nuestros pueblos poseen la fortaleza para
determinar su propio camino, alejado de la mano del sistema imperial que aún subsiste.
Este breve ensayo apunta a tratar de responder dos interrogantes que tienen base en la
investigación de Ramón Grosfoguel, ¿por qué el conocimiento está colonizado y cuáles son
las propuestas de estos autores para descolonizarlo?
Grosfoguel debate entonces aquel privilegio (monopolio inclusive) que tiene el hombre
occidental sobre las estructuras mediante las cuales el conocimiento se crea, en virtud de la
institucionalización, en las universidades occidentales, principalmente de cinco países,
cuatro Europeos y uno Americano; así determina que esta facultad deriva de la eliminación
sistemática de poblaciones y la destrucción metódica de la cultura de estas mismas, para lo
cual realiza un recuento de cuatro eventos históricos interrelacionados.
Para superar el paradigma opresivo que consolidaron estos procesos, se propone un
proyecto novedoso, aunque no nuevo, el de la “transmodernidad”, que buscará romper el
cerco epistémico noroccidental, en el afán de permitir la construcción de conocimiento
propio que permita un pluriverso de manifestaciones, con mayor grado de libertad e
inclusión.
El debate está abierto y el rigor académico de los autores mencionados es sobrado, por lo
que la validez de las teorías que se desarrollan a continuación construyen ya de por si,
nuestras propias “epistemologías del sur”.
Desarrollo.
El “eurocentrismo” es un concepto que -aunque suene redundante-, se refiere a Europa
como centro, es decir que Europa, más allá del sentido geográfico, es el “centro”, el punto
inicial, la génesis y sentido principal del todo, basta darnos cuenta de la definición que
proporciona la Real Academia de la Lengua Española:
“Tendencia a considerar los valores culturales, sociales y políticos de tradición europea
como modelos universales” (RAE, 2020).
Esta idea de centro va de la mano con el concepto de lo “universal” que, desde siempre, nos
han inculcado como la “totalidad”, si pensamos en la lógica matemática, en un diagrama de
Venn por ejemplo, podemos apreciar lo claro que es este concepto, el universo es aquello
que contiene todo. Pero este concepto, tan concreto, adquirido a través de años de
formación en escuelas occidentalizadas, parece en estos momentos una falacia completa,
pues como lo veremos, lo universal posee una connotación diversa.
Como internacionalistas en formación, se nos entrena para aplicar una serie de métodos,
teorías y procedimientos útiles que auxilian en el análisis de la realidad internacional,
además de los acontecimientos concretos que la conforman, con base en este estudio
realizar prospección y proponer rutas de acción para los actores internacionales, pero estas
concepciones también parecen dominadas por corrientes bien establecidas que se
manifiestan en un discurso muy homogéneo, genérico y unívoco, propuesto por apenas un
puñado de instituciones.
Es por ello que cuestionar el conocimiento, su origen, sus aplicaciones y las implicaciones
de su uso, se convierte en tarea de la epistemología, es válido entonces preguntar: ¿quiénes
y cómo construyen el conocimiento que reciclamos día a día en las instituciones educativas
y reproducimos cotidianamente en nuestras propias estructuras sociales, tanto a nivel
interno como internacional?
Grosfoguel propone la idea del hombre occidental, un ser privilegiado, que se conforma
bajo las ideas filosóficas de René Descartes (crítica que retoma de las interpretaciones de
Enrique Dussel), y traslada a las universidades las concepciones de superioridad occidental
sobre diversas poblaciones conquistadas durante el “largo siglo XVI” (siglos XV y XV),
cuyo choque representó el cambio de paradigma europeo feudal, a la modernidad
capitalista basada en el colonialismo con base patriarcal; tal cual lo señala el autor, estos
procesos históricos “[…] son constitutivos de las estructuras de conocimiento del sistema
mundo” (Grosfoguel, 2013, pág. 34)
Estos procesos están marcados por el término “epistemicidio”, que el mismo Grosfoguel
denomina “destrucción de conocimientos ligada a la destrucción de personas” (Grosfoguel,
2013, pág. 34), pues el proceso de colonización de conocimiento pasa por un periodo de
“limpieza”, en el que el viejo paradigma debe ser conquistado para que pueda imponerse el
nuevo; el problema es que el presupuesto de la nueva epistemología fundadora de las
Universidades occidentales es la conquista de los pueblos colonizados.
Estos procesos de exterminio no solo afectan la vida humana, sino la misma construcción
espiritual y teórica que da fundamento a la identidad de los pueblos. La expulsión de
territorios, la conversión obligatoria, la destrucción del patrimonio cultural que se llevó a
cabo en el Al-Ándalus derivado de la “pureza de sangre” , se extrapolo a los pueblos
americanos, con algunas diferencias en las motivaciones pero con un claro sentido religioso
y discriminatorio, por ejemplo, en el caso de los musulmanes y judíos, se ponía en duda la
fe del contrario, pero se reconocía su humanidad; para el caso de los indígenas americanos,
el proceso fue devastador, desde las primeras crónicas de Colón se aprecia un halo de
condescendía sobre “la gente sin religión” y la obligación de salvarlos porque “[…] no
tener religión en el imaginario cristiano de la época era equivalente a no tener alma, es
decir, a ser expulsado del reino de lo humano” (Grosfoguel, 2013, pág. 44).
Es increíble que tras 500 años la resistencia del conocimiento las cosmovisiones y el
sentido de vida de los pueblos originarios se ha convertido en una lucha plena contra el
eurocentrismo que, a pesar de profunda penetración, no logro destruirlas por completo. La
transmodernidad que Dussel propone, manifiesta alcances suficientes para la estructuración
de procesos verdaderamente completos de construcción teórica en nuestros pueblos latinos,
pero se enfrenta no solo a resistencias críticas en el ambiente académico, sino en sentido
real y material, en procesos económicos y políticos que sacuden de forma constante a
América Latina.
Unas de las consecuencias de la globalización ha sido precisamente la venta de productos
culturales occidentales en todo el mundo, fruto de la transculturización, esto no solo se
refiere a entretenimiento, también el ámbito académico se ve afectado e inclusive el ámbito
escolar y de casa, por ejemplo, al concluir estas líneas lo hacemos bajo los estándares de la
American Psychological Association (APA); los modelos más avanzados del
constructivismo educativo son fruto de los trabajos de Piaget entre otros, y en casa tenemos
múltiples modelos de crianza que se adoptan, derivados de nuestra cercanía con la cultura
anglosajona, el punto no es la utilidad o valor que tienen , sino que de una u otra forma,
cada ámbito de nuestra vida se mantiene colonizado.
REFERENCIAS.