Entrenamiento Mental

Como controlar pensamientos y emociones intrusivas en el

deporte.
Tener una buena tactica no es todo a la hora del rendimiento deportivo.
Sabemos que a la hora de enfrentar a nuestros adversarios en una
competencia aparecen emociones y pensamientos que pueden interferir en
nuestro rendimiento. Para poder asegurarnos un buen desempeño debemos
tambien trabajar y mantener bajo control nuestra mente. Estar presentes en
el momento de ejecutar un tiro, un saque, es la mejor manera de controlar
nuestra performance.

Para alcanzar el control mental, asi como entrenamos sistematicamente

nuestro cuerpo, nuestra mente merece atencion y dedicación. La
preparacion mental nos dispone a dar lo mejor de nosotros mismos en una
competencia, tener nuestra mente focalizada, centrada en los objetivos y en
la ejecucion táctica, sin dejar que intromisiones nos desvien del proceso.

Muchas veces sentimientos y pensamientos nos bloquean la concentración,

para ello la psicologica ha trabajado con tecnicas de Regulación emocional
que permiten alejar las distracciones y enfocarnos en las conductas
adaptativas y beneficiosas para el momento del entrenamiento o
competencia.

Es comun muchas veces observar a los deportistas en el campo cuando se

dejan dominar por el enojo, esta emocion genera fisicamente una
sobreactivación muscular, acelera el ritmo cardiaco, la respiración, y sobre
todo a nivel cognitivo produce obnubilación, incapacidad o dificutad para la
ejecucion eficaz de procesos cognitivos. Lo cual, en circunstancias donde el
deportista debe tomar desiciones rapidas y acertadas, le genera una gran
desventaja.

En este sentido el entrenamiento mental y la autoregulacion emocional

permiten al individuo controlar los estimulos adversivos en una situacion
especifica y poder generar, entonces, respuestas adaptativas o de éxito.

Asi, pues, la excelencia deportiva no requiere unicamente de un organismo

excepcional sino, también, de una mente entrenada con capacidades para
afrontar y regular emociones y distracciones para poder vencer hasta al peor
contrincante que muchas veces habita entre nuestras dos orejas.