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contradicciones de la
colonización de Aisén
HUGO ROMERO ARAVENA
Departamento de Geografía
Facultad de Arquitectura y Urbanismo
Universidad de Chile
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contribuyendo ya sea a articular las diversas áreas produc-
toras de bienes y servicios en forma funcional y jerárquica,
como aprovechando la oportunidad de cambio que implica
la nueva vertebración de la región mediante la implementa-
ción de la Carretera Austral.
Sin embargo, antes que explicitar la suma de objetivos
deseables aportados desde una visión científica o académi-
ca, resulta más operativo considerar el marco conceptual,
los principios básicos que deberían regir un proceso de
colonización y la vinculación entre dicho proceso y el desa-
rrollo regional, a la luz de los propios documentos emitidos
por los organismos gubernamentales involucrados tanto
en la toma de decisiones como en las acciones concretas de
ejecución y evaluación del proyecto.
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permita soslayar transitoriamente algunos de estos reque-
rimientos, la ausencia de un plan de colonización que dé
cuenta gradualmente de estas necesidades, provoca frus-
tración y deserción a corto plazo. En todo caso es necesario
destacar que junto a la estricta evaluación territorial del
espacio a ocupar, los eventuales pobladores deben dispo-
ner de toda la información técnica y científica previo al
desarrollo de sus proyectos, debiendo hacer notar que la
calidad de un paisaje es ante todo un problema cultural,
estético y ético.
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accesibilidad de los predios, a la definición de un sistema de
transporte que vincule tanto el interior como el exterior del
área y, por lo demás, en el aporte de una infraestructura de
servicios básicos a lo menos equivalente a aquellos de que
disfrutan el resto de los habitantes del país.
En el proceso de asignación de tierras propiamente tal,
los organismos gubernamentales establecen que los pre-
dios deben poseer una superficie suficiente para constituir-
se como unidad física que asegure algo más que la subsis-
tencia del colono, evitando la entrega de predios que por su
tamaño, contradigan el objetivo de poblar el área. Aceptan-
do dicha definición, es importante destacar que este objeti-
vo, como todos ellos, deben ser convenientemente imple-
mentados de acuerdo a la realidad regional. Junto al tama-
ño, se evidencia igualmente importante el conocimiento de
las cualidades ambientales de dicho territorio, asegurando
su variedad y accesibilidad, con el fin de cotejarlo con los
proyectos a desarrollar.
Acercándose al interés por la regionalización, se plantea
que los procesos de colonización deben sustentarse en las
estructuras político-administrativas descentralizadas, evi-
tándose que el desconocimiento de las áreas potencialmen-
te colonizables provoque efectos distorsionadores e irre-
versibles. Esto significa que el proceso debe ser dirigido y
coordinado por instancias regionales tanto ministeriales
como sectoriales y municipales, en especial teniendo en
cuenta las dificultades asociadas a la distancia e inaccesibi-
lidad de las regiones periféricas del país y a la escala local
que asumen las urgencias en salud, educación, créditos,
insumos, alimentos, etc., requeridos habitualmente por los
colonos.
Por último, se señala el especial cuidado que debe pres-
tarse a la selección de los futuros colonos, otorgándose
preferencia a aquellas familias que ofrezcan una adecuada
estructura social, económica y demográfica, que proven-
gan de medios geográficos similares y que posean expe-
riencia en actividades afines a los que desarrollarán en la
región. En este sentido es nuevamente importante conside-
rar la historia local del poblamiento, evitando los procesos
de ensayo-error ocurrido en el país y por sobre todo, la
creación artificial de imágenes perceptivas.
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ciones alcanzan a 5.300 mm anuales en las localidades
situadas al Occidente (Melinka, Fundo Risopatrón) y se re-
ducen a un 60% sobre las laderas, fiordos y canales de
sotavento (3.706 mm anuales en Puyuhuapi). Al margen de
las inversiones térmicas de subsidencia, el gradiente térmi-
co es regular y alcanza a -0,52°C / A 100 m en verano y
-0,20° C / A 100 m, en invierno, por lo que es frecuente
encontrar nieve permanente y ventisqueros en el área.
De acuerdo a IREN (1978), la evapotranspiración supera a
las precipitaciones sólo un mes al año y el período de creci-
miento vegetativo ( > 10°C) varía entre 2 meses para las
faldas del Monte Melimoyu, 3 para las laderas inferiores y 4
sobre la línea de costa. Sobre los 1.600 m no se registra
actividad vegetativa.
La temperatura máxima del mes más cálido alcanza a
17,8°C y la mínima del mes más frío a 1,7°C en julio, regis-
trándose heladas con 50% de probabilidad entre mediados
de abril y mediados de octubre y nevadas desde fines de
mayo a principios de septiembre. Si bien cada lugar debe
ser examinado en particular respecto a la insolación y tem-
peraturas y a la exposición o protección a los vientos, la
disponibilidad de calor se calcula en 450 grados días, lo que
le confiere un carácter marginal a la agricultura, siendo
necesario invernaderos.
Bajo tales condiciones climáticas que limitan la edafiza-
ción, los suelos, de cenizas volcánicas sobre sustrato conso-
lidado, ofrecen una alta erodabilidad, en especial si se tiene
en cuenta que el 40% de las 100.000 há que corresponden al
área con centro en Seno Gala, superan los 15o de pendiente.
Sólo la densa cubierta vegetal evita el desencadenamiento
de una severa erosión.
Defiendo como categorías de aptitud, aquellas basadas
en la combinación de tipo y cobertura vegetacional, densi-
dad del drenaje superficial, pendiente y accesibilidad. Rovi-
ra (1985) ha estimado que el 50% de la superficie total
corresponde a tierras que deberían conservarse en forma
inalterada. 19.000 há presentan una aptitud moderada y alta
para fines ganaderos, 10.000 há podrían servir para fines
forestales y otras 23.000 há podrían ser incorporadas para
actividades forestales restringidas. Sin embargo, en todos
los casos sería necesario un cuidadoso manejo, el acondi-
cionamiento por drenaje u otras medidas, que necesaria-
mente deben ser orientadas por un detallado levantamiento
y análisis.
Así, las limitaciones parecen ser mayores que las poten-
cialidades y la accesibilidad se encuentra limitada a la costa
y a los valles que penetran al interior, todo lo cual concuerda
con las recomendaciones de COSERREN (1981) en el sentido
de que el área es mayormente indicada para ser Parque
Nacional y una de las tres de la región que debiera ser
Reserva Forestal.
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2.2. Los recursos pesqueros
La localización esencialmente litoral del área y el hecho de
que se encuentre vertebrada por ventisqueros, fiordos y
canales permite sugerir que cualquier esfuerzo de estructu-
ración del espacio debe considerar tales hechos ya sea
como medio de comunicación entre la zona de colonización
y los nodos subregionales (Puerto Puyuhuapi, Puerto Cis-
nes, Melinka, Puerto Aguirre y Puerto Chacabuco) o bien
como fuente importante de recursos.
El sistema de canales, estuarios y senos consiste en
general, en fiordos profundos (Canal de Jacaf alcanza una
profundidad máxima de 690 m y una media de 340 m y
Canal Puyuhuapi a 280 y 220 m, respectivamente), de redu-
cido ancho (4.0 km aproximadamente), en que las playas
son poco significativas arealmente y los acantilados tien-
den a caer directamente al mar. La altura de las mareas varía
alrededor de 40 cm y las corrientes de marea presentan una
media de 1,50 cm/seg., lo cual no constituye ninguna limita-
ción para los cultivos.
Respecto a los peces, alcanzan una abundancia relativa
interesante, posibilidades de explotación y valor comercial
competitivo el Congrio Dorado, pez demersal de 100 a 120
cm de talla que se observa abundante (> 9,0 kg/100 Az en
Canal Puyuhuapi y entre 7 y 9 kg/100 Az en Canal Jacaf); el
Toyo de cachos, tiburón demersal de 2,5 a 3 kg de peso, que
se apega al fondo de la plataforma y talud, que es abundan-
te (> 5.0 kg/100 Az en Puyuhuapi) y muy poco abundante en
Canal Jacaf (< 1,0 kg); el Mero, pez acantopterigio de alto
valor comercial que se ubica en Canal Jacaf y La Raya, pez
selacio de alto valor comercial también, que se localiza en
Canal Jacaf (entre 3,1 - 6,0 kg/100 Az).
Respecto a los mariscos, las cholgas presentan bancos
(superficies mayores a 500 m2) en la zona del litoral medio
superior sobre sustrato duro, alcanzando abundancia en
Canal Puyuhuapi (sobre 500 ton) y menor en Jacaf (menor
de 100 ton), pero estando limitada su comercialización por
la presencia de "perlilla".
El chorito se encuentra abundantemente (sobre 500 ton)
en la zona intermareal de Canal Puyuhuapi, donde forma
bancos. Desova a fines de primavera y en el verano y es
explotado por buzos para industrias de la X Región, quienes
han agotado el recurso natural. Su cultivo es óptimo en la
zona, en jaulas de 5 m de profundidad sobre la costa, con
equipo de buceo. Igualmente el Choro Zapato es posible de
cultivar, dado su alto valor comercial, en la zona sublitoral
de carácter legamoso, siendo abundante naturalmente en
Canal Puyuhuapi (sobre 1.0 ton). Ambos cultivos pueden
ser complementados con el de centolla o con el de salmoní-
deos. La centolla se ubica entre 10 y 300 m de profundidad y
su captura se realiza cuando migra a aguas someras con
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fines de apareamiento, en primavera-verano, localizándose
en fondos parejos, de arenas, piedras y algas. Es importan-
te tener en cuenta que es posible obtener en la zona tallas
adecuadas y cultivarlas en jaulas de 9 m de profundidad
obteniendo producción antes que la centolla magallánica.
Otros mariscos, como la almeja, ostra, erizos y jaibas,
no poseen la abundancia ni el tamaño óptimo o bien no
pueden vencer la competencia y distancia al mercado.
En cuanto a los salmones, su producción es viable en
todas aquellas áreas que presenten desembocadura de ríos
en el saco de los fiordos, puesto que poseen una capacidad
sobrante de smolt de salmonídeos. Dependiendo del caudal
es posible determinar una capacidad de producción de
239.652 kg para Seno Gala, entre 191.733 y 233.678 kg en
Seno Aldunate y entre 65.831 y 191.733 kg para Seno Los
Raucos, valores que son comparativamente altos.
Las condiciones de salinidad, temperatura y oxígeno de
las aguas junto a la productividad primaria, indican que las
áreas de cultivo más apropiadas se ubiquen en el centro de
los fiordos. Su cultivo y desarrollo de la etapa de smolt se
asocia al período noviembre-febrero, cuando las tempera-
turas de las aguas de los ríos fluctúan entre 9 y 12°C, obte-
niéndose la producción a fines de mayo siguiente. Dicho
período puede ser ampliado a 9-10 meses pero aumentan
consiguientemente los costos de manejo y operación. El
cultivo se hace en jaulas y está limitado a una carga máxima
de 3.350 kg por jaula, dada una profundidad de 5 m, una
velocidad media de 1,42 - 1,60 m/seg., un flujo de 1,278 y
1,440 m3/h y oxígeno entre 5,39 y 6,30 g/L.
Desde el punto de vista de los cultivos, sería posible
establecer áreas combinadas y complementarias en el es-
pacio y el tiempo para salmones, choritos, choros zapato y
centollas, utilizando las condiciones geográficas óptimas.
Para ello, sin embargo, es necesario localizar a la población
en la cantidad y ubicación adecuada, dotándola de los re-
cursos financieros requeridos. A modo de ejemplo se puede
mencionar que el capital total necesario para el cultivo de
salmones en Coihaique alcanzaba a US$ 3.379 en 1979,
descompuestos en US$ 1.306 de total de activos y 2.073 de
capital de operación.
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(70,3%) y de las áreas de Puerto Montt, Ancud, Castro,
Chonchi y Quellón. Su llegada a la zona se ha ejecutado por
etapas, de tal forma que sólo un 43% han arribado a Puerto
Cisnes y La Junta de una sola vez, lo que disminuye al 30%
en el caso de Puyuhuapi (Ortiz, 1985).
Alrededor del 50% de los residentes han llegado a esta-
blecerse en estos lugares como segunda o tercera etapa y
un restante 10% lo ha hecho en cuarta etapa, siendo Coihai-
que y Puerto Aisén los lugares intermedios. Lo anterior
indica que si bien existe una semejanza básica entre los
paisajes de origen y destino, el proceso de asentamiento
definitivo es lento, lo que debe asociarse a las difíciles
condiciones ambientales.
Las razones de emigración son siempre las mejores y
mayores expectativas de trabajo y estudio. Frente a lo pri-
mero es necesario señalar que se trata de trabajadores
campesinos que fueron contratados en sus lugares de ori-
gen o atraídos para realizar labores básicamente similares a
las desempeñadas previamente. En la actualidad, dichos
habitantes no manifiestan interés por emigrar, resaltando
como cualidades de los lugares, la tranquilidad, belleza
escénica y buena relación vecinal. Como factores negativos
destacan la carencia regular de agua potable y electricidad,
la escasa población, la ausencia de servicios superiores y el
costo de transporte y tiempo para acceder a estos últimos.
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Río Santo Domingo, estando todos ellos propuestos como
proyectos de explotación de recursos marinos (Tabla 1 y
figura 1).
Otros ejemplos se observan en el caso de Seno Direc-
ción, que presentó un proyecto de salmones, al que se
otorgaron 4.712 há carentes de playas, consistente en un
60% en bosques densos comprendidos entre 15 y 35° de
Figura 1
Localización espacial de predios según etapas de asignación. Puyuhuapi. XI Región Aisén.
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pendiente. El otro predio del mismo nombre corresponde a
ostricultura y ganadería, tratándose de 2.696 há que en un
75% corresponden a tierras con más de 15° de pendiente
cubiertas por bosques y matorrales densos, sin que presen-
te tierras planas adecuadas para tales usos. Algo similar a
esto último, ocurre con el proyecto ganadero asignado a
Estero Rauco, que tampoco presenta tierras planas ni mo-
deradamente inclinadas, sino que por el contrario, un 54%
de su superficie son tierras inclinadas y muy inclinadas,
cubiertas por densos bosques naturales.
A estos desajustes fundamentales deben agregarse las
dificultades que derivan de la accesibilidad, en especial de
aquellos predios enclaustrados al interior del área. Todo
esto debe provocar una nueva división predial, cosa que ya
ha sucedido por ejemplo con las 10.000 há originales del
predio Río del Medio, en que un tamaño menor puede
agrupar superficies más aptas para su uso propuesto. En
este caso, existen alrededor de 1.500 há de moderada pen-
diente cubiertas por bosques y matorrales ralos o bien sin
vegetación, lo que es más adecuado para el uso ganadero.
Un mejor ajuste se aprecia también en Marchant, que posee
un 50% de su superficie de tierras planas y moderadamente
inclinadas.
Por otro lado es evidente la diferencia entre el tipo de
colono que participa de este proceso respecto a los anterio-
res. Se trata ahora de empleados, profesionales o trabaja-
dores, que han desempeñado labores diferentes a las pro-
puestas y que provienen en un 50% de Santiago o Valparaí-
so, de tal forma que es posible que sólo quienes provienen
de Puerto Montt, ofrezcan una adecuada familiaridad con el
medio. Los escasos capitales financieros disponibles se
oponen a los altos niveles educacionales, que obviamente
sobrepasan al cuarto año básico que posee el 40% y al
octavo año básico que ha cursado el 85% de los actuales
habitantes de los centros poblados del área.
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Según informes oficiales, a septiembre de 1985 se ha-
bían adjudicado 25 lotes a 79 familias, lo que hace un total
de 256 personas en una superficie total asignada de 116.123
há (el 60% de la superficie de la ex Reserva Forestal
Puyuhuapi). Para ello se ha procedido a la licitación pública
de los lotes contra la presentación de proyectos de inver-
sión. Sin embargo, no ha sido posible conocer el procedi-
miento de evaluación ecológica, económica o espacial de
tales proyectos, como tampoco su priorización.
A la misma fecha se encontraban ocupados 11 de los 25
lotes asignados, correspondientes a 36.492 há o 19% de la
superficie. De las 256 personas, sólo se encontraban radica-
dos en el área 55 o el 21,5% del total, sin que se hubiese
otorgado ningún título de dominio.
En cuanto a los proyectos, de los 24 presentados, 20 no
mostraban ningún signo de inicio, pudiéndose considerar
las siguientes condiciones: 9 proyectos corresponden a ra-
dicaciones que no se habían ejecutado y 2 a abandonos;
sobre 9 proyectos no se tiene información o bien se trata de
actividades informales de subsistencia no relacionadas con
las ideas originales. Sólo 5 proyectos se encontraban en
funcionamiento y de ellos, sólo aquel en que coincide lo
propuesto con las condiciones ambientales, presenta un
importante avance. Los otros cuatro, centrados en la explo-
tación de recursos marinos han debido modificarse, adap-
tándose a la extracción menor de mariscos o algas.
En cuanto a estos últimos proyectos, es importante
destacar que de acuerdo a informes técnicos, las principales
dificultades han sido de carácter económico, el mal asenta-
miento efectivo en la zona y la poca capacitación de los
ejecutantes en la materia, lo que los ha conducido a imple-
mentar mal sus actividades y, por ende, al fracaso. A pesar
de las condiciones físicas óptimas en el sector pesquero, las
principales limitaciones que han sido comprobadas son las
dificultades ambientales, en particular climáticas, la caren-
cia de servicios y comunicaciones adecuadas, la falta de
recursos económicos y técnicos y la deficiente organización
y coordinación entre los proyectos.
No obstante lo anterior y tal como se ha visto en las
secciones precedentes, al parecer lo más significativo es
observar la divergencia entre los propios elementos que
configuran los proyectos (v.gr. tipo de proyectos, tamaño
de los predios, accesibilidad, capacitación anterior de los
colonos, insuficiencia de capital) y entre el proceso de colo-
nización y los objetivos indicados por los organismos oficia-
les. Desde luego que no ha existido un reconocimiento
acabado previo a la asignación de los lotes, una adecuada
evaluación de los proyectos ni selección de los partícipes,
como tampoco mecanismos de coordinación entre los di-
versos sectores que deben participar en un proceso de
poblamiento a fines del siglo XX. Por otro lado no se ha
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observado una estrecha vinculación entre las diversas ins-
tancias político-administrativas a escala nacional, regional
y local que transfiera los objetivos generales a acciones
concretas y pueda resolver con prontitud las urgencias que
se presenten en el área en cuestión.
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nacional o regional y por ello debe considerar los subsidios
adecuados, que a lo menos igualen aquellos de que dispo-
nen los demás habitantes del país, en forma directa o indi-
recta, a través de la infraestructura pública y privada. Sin
dicho apoyo en transportes, créditos, habitaciones o capaci-
tación, es prácticamente imposible asegurar el éxito de
estos proyectos en las áreas en discusión.
Por último, ésta es una oportunidad única para poner en
acción los principios medioambientales sustentados mayo-
ritariamente por la sociedad y el estado, junto al interés por
desarrollar armónicamente las diferentes regiones del país.
Para Aisén, la construcción y completación de la Carre-
tera Austral estructura una nueva organización espacial, en
torno a la cual deben vincularse sus economías y procesos
de poblamiento. La ex Reserva Forestal de Puyuhuapi está
realmente a varias horas de navegación del punto más
cercano de cruce carretero y resulta ambicioso o claramen-
te discutible la posibilidad de construir un camino de vincu-
lación que debería superar dificultades topográficas muy
serias y, por lo demás, suplantar a un alto costo la vía
natural de comunicación oceánica interior.
El océano es evidentemente la principal fuente de recur-
sos en esta área, pero básicamente respecto a los cultivos
de mitílidos y eventualmente, salmonídeos. Con la suficien-
te cooperación técnica y crediticia, esta área puede jugar un
magnífico rol espacial, creándose economías locales que
sustenten la población con realismo e infundan la energía
básica al sistema urbano existente.
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