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Terapias Complementarias - La obesidad no es sólo asunto

de calorías

Por: Dr. Héctor E. Solórzano del Río.


En nuestros días, reconocemos que la obesidad es la enfermedad metabólica
más frecuentemente observada en la población general y se le identifica
como un desproporcionado aumento de tejido adiposo a consecuencia de un
exceso en la ingesta energética y de una disminución en la actividad física.
Así pues, se define como el exceso de grasa corporal que se traduce en
mayores riesgos para conservar la salud. También se sabe que la
prevalencia de la obesidad aumenta con la edad y es mayor en mujeres que
en hombres.Como enfermedad crónica, la obesidad es un estado de
adaptación ho¬meostática anormal, en la que el organismo gradualmente
logra la capacidad de vivir día con día ajustando su metabolismo a una
ingesta excesiva de nutri¬mentos calóricamente densos, que llevan a un
estado de secreción neuroen¬docrina alterada. Esta adaptación a la
progresiva acumulación de grasa corpo¬ral, al evolucionar en forma crónica,
produce daño al endotelio de la micro¬circulación y de la macrocirculación,
en asociación con otras alteraciones sistémicas.Entre los muchos factores
implicados en la patogenia de la obesidad, sobresalen los desajustes en el
control de la conducta alimentaria, en los mecanis¬mos de almacenamiento
de las grasas y en el equilibrio entre la ingesta y el gasto de energía, así
como las influencias endocrinas, psicológicas, genéticas y sociales.La
importancia de la obesidad radica en su elevada prevalencia y en ser por sí
misma una alteración metabólica crónica condicionante de otros trastor¬nos
metabólicos como resistencia a la insulina, intolerancia a los carbohidratos,
diabetes mellitus, dislipidemias, problemas cardiovasculares como
aterosciero¬sis, cardiopatía isquémica e hipertensión arterial, enfermedad
vascular cere¬bral, algunas neoplasias y una mayor incidencia de
complicaciones quirúrgicas. Las personas obesas están en alto riesgo de
padecer también apnea del sueño, insuficiencia respiratoria, cataratas,
enfermedades infecciosas, osteoartritis, cálculos renales y cálculos biliares
entre otras enfermedades. Además, el individuo obeso presenta
frecuentemente dificultades psicosociales asociados a su enfermedad.Como
ya lo mencioné, existen varios factores que influyen en la aparición de la
obesidad entre los que se encuentran, los genéticos, los factores endocrinos
y metabólicos, nutricionales, psicológicos y sociales. Seguir una dieta con
alto índice glicémico aumenta el riesgo de sufrir obesidad (Holt, S., et al.
Interrelationships among postprandial satiety, glucose and insulin responses
and changes in subsequent food intake. Eur J Clin Nutr. 50:788-797, 1996). El
consumo excesivo de carbohidratos puede causar obesidad. La falta de
ejercicio, también nos puede llevar a la obesidad. Una tasa metabólica basal
baja puede resultar en obesidad (Astrup, A., et al. Low resting metabolic rate
in subjects predisposed to obesity: a role for thyroid status. American Journal
of Clinical Nutrition. 63(6):879-883, 1996). Niveles excesivos de cortisol
contribuyen al desarrollo de la obesidad (South, J. Weight loss - the antiaging
way. Antiaging Bulletin. 4(5):7-25, 2000). Niveles elevados de insulina
aumentan el riesgo de obesidad (DeFronzo, R., et al. Insulin resistance - a
multifaceted syndrome responsible for NIDDM, obesity, hypertension,
dyslipidemia, and atherosclerotic cardiovascular disease. Diabetes Care.
4(3):173-194, 1991). La resistencia a la insulina es una causa subyacente
muy común de obesidad (Caro, J. F. Insulin resistance in obese and nonobese
man. J. Clin. Endocrinol. Metab. 73:691-695, 1991). Los niveles excesivos de
leptina son frecuentes en los pacientes obesos (Prior, K. Leptin and weight
loss: the hormonal key to fat reduction and Herat health. Vitamin Research
News. April 2006). La secreción excesiva de neuropéptido Y puede causar
obesidad.La obesidad es el resultado de ingerir más energía de la que se
necesita. No hay duda de que las personas obesas consumen una mayor
can¬tidad de calorías en su alimentación diana. Este consumo excesivo
puede comenzar desde etapas muy tempranas de la vida, y ello depende
fundamental¬mente de las influencias culturales y de los hábitos de cada
familia en particular.Existen otros factores menos conocidos que también
pueden causar obesidad. Por ejemplo, el sobrepeso está relacionado con una
bacteria intestinal llamada Methanobrevibacter smithii que nos ayuda a
digerir los alimentos.Se ha demostrado que los que tienen mayor cantidad
de esta bacteria absorben más calorías y en consecuencia, almacenan más
cantidad de grasa. Es aproximadamente el 10 % total.Con relación a los
virus, hoy sabemos que las personas infectadas con adenovirus 36 engordan
aunque no coman de más. En un estudio con 502 individuos, se demostró
que el 30 % de ellos estaban infectados con el adenovirus 36 y pesaban en
promedio 23 kilos más.Cuando los adenovirus 36 invaden las células
adiposas, estimulan la producción y acumulación de grasa. Alrededor del 15
% de la población está infectada por el adenovirus 36 y por la misma razón
tiene sobrepeso u obesidad.Por otro lado, Las personas que duermen poco
son más propensas a subir de peso según un análisis de 68,000 individuos.
Las personas que dormían 5 horas o menos subieron de peso según este
estudio que duró 16 años.La asociación entre la falta de dormir y la subida
de peso fue independiente de la actividad física y los hábitos alimenticios. La
falta de dormir disminuye la tasa metabólica basal de las personas y la
deprivación de dormir compromete a la sensibilidad a la insulina y facilita el
depósito de grasa.Uno de los factores más importantes que engordan y no
tienen que ver con las calorías, es la contaminación. Todos sabemos que las
hormonas controlan el peso corporal y muchos de los contaminantes de hoy
alteran drásticamente los niveles de las hormonas clave.Además de los
órganoclorados, se sabe que un grupo de otros agentes químicos de la vida
diaria e industriales promueven la ganancia de peso:1.- Organofosfatos.
Como el malatión, el dursbano, etc. constituyen el 40 % de todos los
plaguicidas usados. Se usan en edificios. Son neurotoxinas y disruptores
hormonales.2.- Los carbamatos. Incluyendo aldicarbo, bendiocarb, carbarylo,
propoxuro y metil tiofanato, se usan extensivamente en la agricultura, el
campo y la jardinería y son disruptores hormonales.3.- Organotinas. Estos
agentes químicos que incluyen tributiltina y mono y dibutiltinas tienen
muchas aplicaciones, incluyendo estabilizadores en PVC y catalizadores en
reacciones químicas. Se encuentran en cubiertas de vidrio, plaguicidas,
biocidas en pinturas marinas y preservativos y tratamientos de madera.
Dañan a la tiroides y al sistema inmune.4.- Bisfenol A. Es un
estrógenomimético usado para hacer a los productos plásticos claros, duros
y reutilizables. También en polímeros, fungicidas, tintes, resinas de poliester,
retardantes de flama, químicos de hule y resinas dentales.5.- Phtalatos.
Químicos disruptores hormonales producidos en grandes volúmenes,
encontrados en el agua, la carne y productos lácteos. El 95 % de la
producción de phtalatos está ligada a la industria del PVC. Se encuentran en
mchos plásticos, productos diarios, desde el spray para el pelo, el barniz
para uñas hasta el plástico de la botellas y camisas-T6.- Cadmio. Se usa
como una capa protectora en el acero, en material de electrodos, en baterías
y en varias aleaciones. También está en fertilizantes, fungicidas y
plaguicidas. Cadmio lo toman las plantas a través de sus raíces y pasa a los
humanos y animales donde se acumula en la leche y tejido graso. Es
neurotóxico y disruptor hormonal.7.- El plomo. Proviene de las industrias de
manufactura, refinamiento del pomo, fundidoras, industrias del hule,
manufactura de baterías, la industria de la construcción, los incineradores,
industria de la cerámica, reparación de radiadores, soldaduras, etc. Es un
metal pesado neurotóxico. Estudios epidemiológicos han encontrado una
relación directa entre la incidencia de obesidad y la exposición de personas
afligidas con obesidad al plomo, especialmente durante la niñez.8.-
Solventes. Son químicos neurotóxicos que incluyen xyleno, diclorobenzeno,
etilfenol, stireno, tolueno, acetona y ticloroetano. Necesarios para muchos
procesos industriales. Se encuentran en adhesivos, pegamentos, líquidos
limpiadores, pintura, plumas, perfumes, barnices, plaguicidas, etc9.-
Benzopireno. Un contaminante común alimenticio que pertenece a una
familia de químicos conocidos como hidrocarbonos aromáticos policíclicos.
Deriva del carbón y entra en la atmósfera como resultado de la combustión
incompleta de los combustibles fósiles. Causan aumento de peso en la
ausencia de cambios detectables en la ingesta de alimentos10.- Retardantes
de flama polibrominados. Se agregan a muchos productos incluyendo
computadoras, TVs, textiles para reducir el riesgo de incendio. También
están en sábanas para bebés, asientos de coches y productos de PVC. Son
estrogenomiméticos y también afectan a la tiroides.El aire acondicionado es
otro factor que puede causar sobrepeso porque Quemamos más calorías
cuando el medio ambiente está demasiado caliente o demsiado frío para
nuestro confort. Pero cada vez más personas viven y trabajan en casas y
oficina con temperatura controladaPor otro lado, tenemos algunos
medicamentos pueden producir incrementos ponderales significativos. Los
que principalmente muestran este efecto son:GlucocorticoidesAntidepresivos
tricíclicos (en particular la amitriptilina)CiproheptadinaFenotiacinas en
generalLitioProgestágenos (medroxiprogesterona) y otras hormonas
esteroides
Todo mundo sabe que casi siempre hay un aumento de peso y un
incremento en el apetito cuando se deja de fumar. Es un hecho que confirma
que la nico¬tina tiene cierto efecto supresor sobre el apetito.Según
información de la Organización Mundial de la Salud, las cifras indican que en
el año 2007 existían aproximadamente 1,000 millones de individuos adultos
con sobrepeso.En un estudio realizado a nivel nacional que se llevó a cabo
entre septiembre de l992 y agosto de 1993 y que se denominó Encuesta
Nacional de Enfermedades Crónicas. se aprecia que, en general, las
prevalencias de obesidad son muy altas, 41.4% para mujeres y 28.5% para
varones, independientemente de la edad.Según el IMSS, México ocupa el
primer lugar en el mundo en niños con obesidad, ya que uno de cada 4 niños
tiene sobrepeso u obesidad según la Encuesta Nacional de Coberturas del
IMSS.A través de los años se han probado múltiples combinaciones como
estrate¬gias dietéticas para disminuir la cantidad de tejido graso y de peso
corporal; entre las más conocidas se encuentran las dietas de reducción de
grasas, dietas ricas en fibra, las dietas de mayor o menor cantidad de
carbohidratos, las dietas ricas en proteínas, las dietas liquidas y las dietas
con ayunos controlados.En la actualidad, se acepta que una dieta debe
propiciar una reducción ponderal de 0.5 a 1 kg o 1% de reducción del peso
corporal por semana. Se ha visto que reducciones mayores únicamente se
pueden lograr con dietas de muy escasas calorías, cuyo seguimiento y
sostén resultan difíciles en extremo, aparte de requerir un manejo experto.

La obesidad y el sedentarismo, como todos sabemos, son el producto de la


vida moderna que nos llevan a va¬rias alteraciones metabólicas y al
incremento de la morbilidad y la mortalidad. La evidencia científica
demuestra que la actividad física regular y de modera¬da intensidad
efectuada durante varios días de la semana, asociada a un plan de
alimentación sano en el que se disminuya el consumo de calorías y grasa
saturada, ayuda a regular el peso, proporciona importantes beneficios a la
salud y reduce el riesgo de morbimortalidad derivado de enfermedades
metabólicas. Debe hacerse hincapié que no es necesario perder todo el
excedente de peso para obtener beneficios mediante el ejercicio.Una ayuda
muy importante durante nuestra estrategia para bajar de peso, es la de usar
edulcorantes no nutritivos que son sustitutos del azúcar y que no aportan
energía a la dieta, por lo que ofrecen varias ventajas en la dietas para la
reducción de peso. Tal es el caso de la stevia.La Stevia rebaudiana es un
pequeño arbusto del norte de Paraguay. Florece en la tierra arenosa de este
elevado terreno y puede crecer hasta una altura de 80 cm cuando madura
totalmente. Los indios nativos de la tribu Guaraní han usado las hojas de
esta planta como un endulzante desde tiempos precolombinosUno de los
alimentos más difíciles de evitar es el azúcar. Por eso, los diabéticos y los
obesos pueden recurrir a una planta medicinal que se usa como edulcorante
natural. Esta planta se llama Stevia. Es cientos de veces más dulce que el
azúcar, pero no contiene ni azúcar ni calorías.En pocas palabras, puedo
resumir que la Stevia rebaudiana tiene las siguientes características:-
Substituto de azúcar- Substituto de endulzantes artificiales- No engorda- Se
puede combinar con otros endulzantes- No produce caries dental- Se puede
usar para cocinar

A continuación mencionaré algunos de los efectos sobre la producción de


energía y la pérdida de peso de varios nutrimentos.
El quitosán facilita la pérdida de peso en personas afligidas de obesidad ya
que puede inhibir la digestión posterior de grasas dietéticas del tracto
digestivo al enlazarse con los lípidos (grasas) y puede por eso, facilitar su
excreción (Mhurchu, C. N., et al. The effect of the dietary supplement,
chitosan, on body weight: a randomised controlled trial in 250 overweight
and obese adults. Int J Obes Relat Metab Disord. 28(9):1149-1156, 2004).
La fibra dietética puede ayudar a prevenir y tratar la obesidad al suprimir el
apetito, al retardar el vaciamiento del estómago y al reducir el número de
calorías absorbidas (Slavin, J. L. Dietary fiber and body weight. Nutrition.
21(3):411-418, 2005).
El magnesio puede mejorar el rendimiento atlético vía la producción de ATP.
Facilita la conversión de glucosa endógena en energía debido a su papel en
la producción de energía. Se ha visto que el magnesio puede aumentar la
capacidad de hacer ejercicio prolongado, hasta en un 50 % y alivia la fatiga.
Por otro lado, en mis investigaciones y en las de otros científicos, se ha
notado que el zinc en exceso también está asociado con la obesidad (Taneja,
S. K., et al. Excess bioavailability of zinc may cause obesity in humans.
Experienta. 52(1):31-33, 1996).
Cuando uno hace ejercicio atlético, se incrementan los requerimientos de
vitamina C. Hemos notado que la vitamina C alivia y previene la fatiga,
principalmente al facilitar la producción de la hormona tiroidea, tiroxina y por
lo tanto facilita la pérdida de peso (Johnston, C. S. Strategies for healthy
weight loss: from vitamin C to the glycemic response. J Am Coll Nutr.
24(3):158-165, 2005).

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