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Resumen
1. Teoría de la Mente
La Teoría de la Mente (por sus siglas en inglés, “ToM”, Theory of Mind) es definida como
la capacidad mentalista humana que permite comprender a las personas como seres
psicológicos, atribuyéndoles mente. La misma supone –en principio- que las personas poseen
un conjunto de teorías psicológicas interrelacionadas generadas y utilizadas en la cotidianeidad
(de allí su nombre de Teoría de la Mente), que les permite predecir e interpretar su propia
conducta y la de los demás en función de entidades mentales tales como las creencias y los
deseos.
La concepción de la ToM como conjunto de teorías se deriva de un modelo de
interpretación de la atribución mental conocido en la filosofía de la mente como Teoría de la
Teoría (TT) (Sellars, 1953; Botterill, 1996; Rabossi, 2000; Ravenscroft, 2004). Dicho modelo
sostiene que las teorías psicológicas mantenidas por las personas son cuasi-científicas o proto-
científicas al poseer rasgos estructurales y funciones asimilables a los de las teorías científicas
(Rabossi, 2004: 13), como por ejemplo algunos autores atribuyen que poseería leyes, términos
teóricos, constructos abstractos y una taxonomía que permite identificar clases naturales
correspondientes.
Trabajo presentado en las VI Jornadas de la Escuela de Filosofía. “La filosofía en la actualidad: crisis y críticas”.
Facultad de Humanidades (UNSa). Agosto, 2013.
Profesora y Licenciada en Ciencias de la Educación | Becaria Doctoral del CONICET | Instituto de Investigación en
Psicología y Educación (INIPE) - Facultad de Humanidades, Universidad Nacional de Salta - Argentina. Correo
electrónico: neithlua@gmail.com
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una actitud proposicional dirigida hacia un contenido proposicional1: “Juan cree (actitud
proposicional) que París es una linda ciudad (contenido proposicional)”. En las actitudes
proposicionales se expresan formas de relación de ciertos sujetos con ciertos contenidos que
se suponen representados.
Al respecto Rivière y Núñez (1986: 57), plantean que la Teoría de la Mente es el
fundamento de las destrezas pragmáticas que permiten los modos de cooperación y
comunicación más propios y específicos del hombre, es decir, aquellos que tienen función
ostensiva -en las que se emplean el lenguaje para compartir experiencias. Esto es muy claro si
se observa que muy frecuentemente en las conversaciones los interlocutores tratan de
modificar sus “mundos mentales” y, además, tienen que adaptarse de forma sutil y muy
dinámica a los estados mentales inferidos de sus compañeros de interacción.
De esta forma, se observa la complejidad de la ToM como subsistema cognitivo
específico que, a través de la atribución de intenciones, creencias y deseos, permite a las
personas:
Emplear formas complejas de interacción y comunicación con los congéneres (relación
cooperativa),
pautas elaboradas de mentira y engaños (relaciones competitivas) por las que no sólo
se puede reconocer el engaño en otros, sino también engañar mejor nosotros mismos,
inferencias para predecir la conducta de otras especies, extremando su uso para
explicar en ocasiones, el funcionamiento de la naturaleza en general (animismo).
Interpretar puntos de vista diferentes: estados mentales propios y ajenos.
Distinguir entre fenómenos mentales y objetos físicos.
Hay acuerdo en que no todos los seres humanos llegan a desarrollar una ToM;
concretamente, la deficiencia en la ToM se considera una característica de los sujetos con
desorden dentro del espectro autista (Baron-Cohen, Leslie y Frith, 1985; Colle et. al. 2008;
Mason et. al., 2008; Peterson et. al., 2007; Tager-Flusberg, 1999).
La evaluación del desarrollo de la ToM ha sido realizada desde sus orígenes con
Premack y Woodruff, a partir de tareas experimentales que permitieron dar cuenta de los
momentos evolutivos en los que se adquieren las distintas competencias para la comprensión
de la mente propia y ajena, así como también las dificultades (retraso o alteración) en el
desarrollo y adquisición de las atribuciones mentalistas y sus posibles variables intervinientes
en poblaciones de niños con características particulares, como por ejemplo niños/a con
síndrome de Down, niños/as autistas, niños sordos.
Teniendo en cuenta la relevancia de las tareas experimentales como método de
investigación para el análisis y comprensión de esta habilidad socio-cognitiva, se examina a
continuación los diversos diseños y aplicaciones de pruebas específicas de ToM, considerando
la siguiente clasificación: tareas clásicas y “ampliaciones posteriores”, dando cuenta de los
aportes generados por ellas.
1
Las actitudes proposicionales expresan un estado mental respecto al mundo sin comprometerse necesariamente
con la verdad de los contenidos proposicionales sobre los que operan, y los contenidos proposicionales expresan un
hecho verdadero o falso sobre el estado actual del mundo.
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“Maxi y el chocolate”
Maxi ayuda a su madre a descargar la cesta de compra. Coloca el chocolate
en el armario VERDE. Maxi recuerda exactamente dónde pone el chocolate,
a fin de poder, más tarde, volver y coger un poco. Luego se va al patio. En su
ausencia, la madre necesita el chocolate. Lo quita del armario VERDE y usa
una parte del mismo para una tarta. Luego lo guarda, pero no en el armario
verde sino en el AZUL. Sale en busca de huevos y Maxi regresa del patio,
hambriento.
Pregunta del test: “¿Dónde buscará Maxi el Chocolote?
(Perner, 1994:196)
En esta tarea se pone de relieve la habilidad de los niños para atribuir falsas creencias a
distintas personas en una interacción social, distinguiendo que cada sujeto puede tener estados
mentales distintos unos de otros y que a su vez dichos estados son diferentes a los suyos. Los
resultados de las investigaciones sobre esta comprensión de la naturaleza recursiva de los
estados mentales, indican que su desarrollo se alcanzaría entre los 7-8 años, llegando a un
techo máximo de los 10 años.
El paradigma de la falsa creencia, y sus diversas variantes, fue la técnica de investigación
más utilizada durante la década del `80 en el marco de diseños transversales de indagación.
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Tarea Descripción
El niño juzga que dos personas (el niño vs. otra persona) tienen
Deseos Diversos
diferentes deseos sobre el mismo objeto.
El niño juzga que dos personas (el niño vs. otra persona) tienen
Creencias Diversas diferentes creencias acerca de un mismo objeto cuando el niño
no sabe qué creencia el falsa o verdadera.
Acceso al El niño ve que hay en la caja y juzga (si-no) el conocimiento de
conocimiento otra persona que no ha visto que hay en la caja.
Falsa creencia de El niño juzga la falsa creencia de otra persona acerca de un
contenido envase distintivo cuando el chico sabe qué hay en el envase
Falsa creencia El niño juzga cómo alguien buscará algo, a partir de una
explícita creencia errónea.
El niño juzga cómo una persona sentirá, dado una creencia que
Creencia-emoción
es errónea.
Emoción Real- El niño juzga que una persona puede sentir una cosa pero
Aparente mostrar una emoción diferente.
Cabe destacar como una de las particularidades de este nuevo conjunto de indagaciones,
la utilización de estudios comparados, en los que se evalúa el desempeño de los niños en
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tareas que contrastan dos constructos mentalistas (por ejemplo deseos vs. creencias,
conocimiento vs. falsa creencia, creencia vs emoción), con el objetivo principal de conocer el
momento de desarrollo de cada uno de los estados mentales, y con ello cuáles estados eran
comprendidos antes que otros, y aislando las posibles variables de incidencia, como el
lenguaje.
La investigación llevada a cabo por Wellman y Liu (2004) acerca del desarrollo “escalado”
de la Teoría de la Mente resulta un interesante ejemplo de estos estudios comparados en
términos del método y las pruebas sobre ToM utilizados, así como también por los resultados
arribados. A continuación se hace una breve referencia del mismo.
Conclusión
A lo largo de este trabajo se presentaron las variadas versiones de las tareas
experimentales empeladas en el estudio de la ToM, y los aportes que de su utilización se han
realizado para comprender esta habilidad cognitiva. De esta manera, el diseño y aplicación de
las clásicas tareas de la falsa creencia durante la década del `80 permitieron elucidar el
momento de desarrollo de la ToM en los niños a la edad de 4-5 años al ser capaces de
comprender el concepto de las creencias falsas de primer orden, llegando a ser un teórico de la
representación al decir de Perner a los 7-8 cuando alcanza el entendimiento de las creencias
falsas de segundo orden, lo que devela la naturaleza metarrepresentacional de la mente.
Desde la década de los ´90 en adelante, las investigaciones iniciaron el diseño y
aplicación de nuevas tareas, ampliando el estudio –ahora más en detalle- de otros conceptos
mentalistas como los deseos, las intenciones, emociones, el acceso al conocimiento y de
posibles variables externas que pudieran incidir en el desempeño de tales tareas, con el
objetivo de establecer predicciones y control sobre el desarrollo de la ToM. Los resultados
arribados acerca del desarrollo escalonado por el que atravesarían los niños en la comprensión
de las distintas competencias mentalistas, marca un gran avance no sólo términos teóricos,
sino también metodológico, puesto que las pruebas también fueron ordenadas de forma
escalada constituyendo una herramienta sustantiva para la comprensión de ToM.
Es necesario considerar que la aplicación de tareas experimentales responde a posturas
metodológicas y teóricas del investigador, por lo cual la elección o diseño de las mismas debe
ser cuidadoso y en función de las hipótesis sostenidas. En el caso de la construcción de tareas
experimentales se requiere de un conjunto de procedimientos de planificación, diseño, control y
normalización, además de determinar la validez, fiabilidad y normas de aplicación.
Referencia Bibliográfica
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Theory of theories of mind. Cambridge University Press. [Citado en Brunsteins,
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Brunsteins, P. (2010): La Psicología Folk. Teorías, prácticas y perspectivas. Ediciones del
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castellano: La Política de los Chimpancés. Madrid: Alianza Editorial, 1993) [Citado
en Rivière y Núñez, 1986]
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