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INTRODUCCIÓN

La Administración pública es un elemento básico del Estado para el ejercicio ejecutivo del
poder bajo las órdenes de los diferentes niveles de Gobierno configurando, en nuestros
sistemas políticos, de forma democrática.
Para el estudio acerca de la Administración pública, será conveniente tomar en cuenta una
serie de conceptos y clasificaciones, que serán necesarios comprender, es por ello, que
brevemente se estará estudiando cada uno de los siguientes punto; la Administración
Pública, La Administración Pública y el Derecho Administrativo, Principios de la
Administración Pública, De Legalidad, De Separación de Poderes, De Respeto de las
Situaciones Jurídicas, Principios constitucionales y Jurídicos que rigen la organización
administrativa (CRBV, art. 141),Competencia Administrativa. Principios, excepciones, la
Jerarquía Administrativa, los Poderes fundamentales que forman su contenido, la
Centralización y descentralización Administrativa, la Coordinación Administrativa, La
Regionalización Administrativa.
La importancia que tiene el conocer todo lo que abarca la Administración Publica, están a
la vista, todo cuanto nos rodea es consecuencia de su acción, carreteras, escuelas,
transportes, leyes etc.; como servidor público hay que identificar que la “administración
pública” son los procedimientos y actuaciones de gobierno, funcionarios e instituciones que
interactúan para dar a la sociedad seguridad, justicia y servicios, sustentados en los
ordenamientos, motivaciones y normas que permiten otorgar bienes y servicios a los
ciudadanos con la obligación de cumplir con la encomienda de la organización pública.
1.1 Administración Pública

Por administración pública se entiende la disciplina y también el ámbito de acción en


materia de gestión de los recursos del Estado, de las empresas públicas y de las
instituciones que componen el patrimonio público.

La administración pública se ocupa de gestionar el contacto entre la ciudadanía y el poder


público, no sólo en las instituciones burocráticas del Estado, sino también en las empresas
estatales, en los entes de salud, en las fuerzas armadas, en la policía, los bomberos, el
servicio postal y los parques nacionales, entre otros. En cambio, no abarca los sectores
judiciales y legislativos.

Este concepto puede entenderse desde dos puntos de vista:

 Formalmente, se refiere a los organismos públicos que han recibido del poder
político las competencias para atender necesidades puntuales de la ciudadanía en
asuntos de interés general, como la salud, la burocracia, etc.
 Materialmente, se refiere a la actividad administrativa del Estado, es decir, a la
gestión de sí mismo, para reforzar el cumplimiento de las leyes y la satisfacción de
las necesidades públicas, así como su relación con organismos particulares.

La administración pública tiene el privilegio de lo contencioso-administrativo, o sea,


del derecho procesal administrativo, capaz de gestionar actos de gestión (el Estado actúa
como persona jurídica) o actos de autoridad (ejecutados por el Estado por decreto).

1.2 Administración Pública y Derecho Administrativo

La Administración Pública, tanto en su connotación orgánica como en su sentido


material, constituye el objeto por excelencia del derecho administrativo, no todo el derecho
que regula a la Administración Pública, es decir, a los órganos estatales que la conforman o
a las actividades administrativas, es derecho administrativo. En otros términos, en el mundo
del derecho no existen sujetos de derecho o actividades respecto de los cuales pueda decirse
que exclusivamente se rigen por una sola rama del derecho. Así como no se puede decir
que las sociedades anónimas sean sujetos de derecho que sólo se regulan por el Código de
Comercio, pues también están sometidas al Código Civil, al Código Penal y a todas las
leyes de derecho administrativo que por ejemplo regulan diversos sectores de la economía
(bancos, seguros, mercado de capitales, etc.); en igual sentido, los órganos de la
Administración Pública, además de estar sometidos al derecho administrativo, también
están sometidos al derecho civil y al derecho mercantil, por ejemplo. Por lo demás, esos
sujetos de derecho o personas jurídicas estatales que interesan al derecho administrativo, no
tienen personas jurídicas de derecho público o la forma jurídica de las personas jurídicas de
derecho privado. Por ello, a los órganos de la Administración Pública, si bien regidos por el
derecho administrativo, sin embargo, en una forma u otra siempre se les internalice de
manera variable, tanto un régimen de derecho público como un régimen de derecho
privado. El derecho administrativo, por supuesto, tiene siempre una preponderancia en esta
interaplicación, pero el mismo no comprende la totalidad de las normas que se aplican a los
órganos de la Administración Pública del Estado ni a la actividad administrativa del mismo.
En otras palabras, la Administración Pública se rige por el derecho administrativo, aun
cuando en forma no exclusiva ni excluyente. En todo caso, de lo anterior resulta que, por
supuesto, la administración Publica como objeto del derecho administrativo sigue siendo
esencial para la definición, de esta rama del derecho, la cual consideramos que tiene que
estar basada en la descripción de dicho objeto. Por ello, bien podría señalarse que el
derecho administrativo es aquella rama del derecho público que regula los sujetos de
derecho o personas jurídicas que conforman al Estado; la Administración Pública como
complejo orgánico de esas personas jurídicas estatales, su organización y funcionamiento;
el ejercicio de la función administrativa dentro de las funciones del Estado; la actividad
administrativa, siempre de carácter sublegal realizadas por los órganos de las personas
jurídicas estatales en ejercicio de las funciones normativas, jurisdiccional o administrativas,
o la realizada por los particulares a quienes la ley ha autorizado para ello, su régimen y
control; y las relaciones jurídicas que se establecen entre las personas jurídicas estatales o
las que desarrollan la actividad administrativas, y los administrados, que moldea las formas
de la actividad administrativa.

1.3 Principios de la Administración Pública:

Entre los principios fundamentales relativos a la Administración Pública, se destacan


aquellos que son comunes a todos los órganos que ejercen el Poder Público

1.3.1 El principio de la legalidad

El primer principio relativo a la Administración Pública y a todos los órganos del


Estado en general, es el principio de legalidad que deriva del artículo 137 de la
Constitución, que dispone: La Constitución y la Ley definirán las atribuciones de los
órganos que ejercen el Poder Público, a las cuales deben sujetarse las actividades que
realicen. Esta norma recoge el principio del artículo 117 de la Constitución de 1961,
pero con una nueva redacción, de la cual se debe destacar que no se habla de
“atribuciones del Poder Público”, lo cual era impropio, ya que el Poder Público es una
potestad constitucional y no un órgano; sino de “las atribuciones de los órganos que
ejercen el Poder Público”, 6 cuyas actividades son las que deben sujetarse a la
Constitución y a las leyes. Este principio de legalidad o de actuación en conformidad
con el derecho, por tanto, implica que las actividades que realicen todos los órganos
que ejercen el Poder Público y no sólo los que conforman la Administración Pública,
deben someterse a la Constitución y a las leyes. La consecuencia de ello, en un Estado
de derecho como el que organiza la Constitución de 1999, es que las actividades
contrarias al derecho están sometidas al control tanto de la jurisdicción constitucional
(art. 334) como de la jurisdicción contencioso administrativa (art. 259), cuyos
tribunales pueden anularlos. En relación con la Administración Pública, la LOAP
expresa formalmente el principio vinculándolo a la competencia, para lo cual, además,
precisa la jerarquía de las fuentes del derecho aplicable a la Administración, así:
Artículo 4º. La Administración Pública se organiza y actúa de conformidad con el
principio de legalidad, por el cual la asignación, distribución y ejercicio de sus
competencias se sujeta a la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, a
las leyes y a los actos administrativos de carácter normativo, dictados formal y
previamente conforme a la ley, en garantía y protección de las libertades públicas que
consagra el régimen democrático a las personas. Se destaca de esta norma, como se
dijo, la indicación formal de la jerarquía de las fuentes del derecho: 1) la Constitución,
2) las leyes y 3) los actos administrativos normativos; y la referencia al principio
teleológico de la sumisión a la ley, cuyo fin es la garantía y protección de las libertades
públicas propias del régimen democrático. Las fuentes del derecho, además, para ser
tales, deben haberse dictado formal y previamente a la actividad que se regule, lo que
implica la proscripción de la retroactividad de la ley. El principio de la legalidad,
además, se erige como un principio en el cual se fundamenta la Administración
Pública, definiéndose como 7 “el sometimiento pleno a la ley y al derecho” (art. 141), y
es una de las misiones fundamentales de los órganos del Poder Ciudadano, consistente
en velar por “la aplicación del principio de la legalidad en toda la actividad
administrativa del Estado” (art. 274). Adicionalmente, el artículo 8 de la LOAP recoge
la previsión del artículo 7 de la Constitución, y precisa que “todos los funcionarios de
la Administración Pública están en la obligación de cumplir y hacer cumplir la
Constitución”. Toda autoridad, por tanto, deriva y debe ejecutarse conforme a la
Constitución.

1.3.2 De Separación de Poderes

La primera formulación formal de la moderna teoría de división o separación de poderes


es obra del pensador Francés Charles Louis de Secondat Montesquieu, quien sostenía que
en cada Estado había tres clases de poderes, que se ejercen a través de órganos distintos e
independientes entre sí.
 El poder legislativo, que es el encardo de hacer, corregir, o derogar leyes.
 El poder ejecutivo, que es el responsable de la gestión de los asuntos del Estado, de
aplicar el orden jurídico, representar a la nación a nivel internacional, comandar las
fuerzas armadas y ejecutar políticas de acuerdo con la voluntad popular y las leyes.
 El poder judicial, que es el que tiene como objeto interpretar las leyes e impartir
justicia en los conflictos entre los ciudadanos.
El objetivo de la división de poderes, en este sentido, es evitar la concentración de los
poderes del Estado en una sola persona, órgano o corporación, lo que podría posibilitar los
abusos de autoridad y, con el tiempo, el surgimiento e instauración de un régimen
autoritario o tiránico.
La separación de poderes, como tal, fue una de las conquistas de la revolución francesa
contra la monarquía absoluta, tiempo más tarde de igual manera España ingreso en las
corrientes del constitucionalismo moderno, Venezuela al declarar su independencia de
España adopto también el principio de la separación de poderes. Fue así, que una vez electo
el congreso general de las provincias de Venezuela, el mismo día de su instalación el 5 de
marzo de 1811, al sustituir el Congreso a la Junta Suprema de Caracas, se adoptó el
principio de la separación de poderes para organizar el nuevo gobierno, reservándose el
Consejo Poder Legislativo, designando a tres ciudadanos para ejercer el Poder Ejecutivo
Nacional, turnándose en la presidencia por periodos semanales, y constituyendo, además,
una Alta Corte de Justicia.
La constitución venezolana de 1999, puede decirse que se convirtió en un punto de
referencia en el constitucionalismo contemporáneo al haber superado a la clásica división
tripartita del poder público y haber adoptado un novedoso sistema de separación orgánica
del poder al distribuirlo en cinco poderes, al agregar a los tres tradicionales(Poder
legislativo, ejecutivo y judicial), dos nuevos, El poder Ciudadano (Ministerio Publico, La
Defensoría del Pueblo y La Contraloría General del Pueblo) y El Poder Electoral que
comprende los órganos encargados de llevar adelante los procesos electorales (Consejo
Nacional Electoral). Estos cincos conjuntos orgánicos en el texto de la constitución se
encuentran separados, son autónomos e independientes entre sí, cada uno de ellos tiene sus
competencias constitucionales y legales específicas.
Lo antes señalado encuentra su base constitucional en la constitución de la República
Bolivariana de Venezuela en el artículo 136, el cual dispone: El Poder Público se distribuye
entre el Poder Municipal, el poder Estadal y el Poder Nacional. El Poder Público Nacional
se divide en Legislativo, Ejecutivo, Judicial Ciudadano Y Electoral.
Cada uno de las ramas del Poder Público tiene sus funciones propias, pero los órganos a
los que incumbe su ejercicio colaboraran entre sí en la realización de los fines del Estado.
 Poder Legislativo: Es dirigido por una cámara unida a la Asamblea Nacional,
representada por diputados encargada a la formación, discusión y sanción de las
leyes federales, las que rigen en el Distrito Capital, las dependencias y los territorios
federales. Se compone por 167 diputados que sirven por cinco años y puede ser
reelegidos.
 Poder Ejecutivo: Es ejercido por el Presidente Ejecutivo de la Republica,
Vicepresidente Ejecutivo, ministros y demás funcionaros del Gobierno Venezolano,
según los designios de la Constitución.
 Poder Judicial: Es el encargado de administrar la justicia emanada de los
Ciudadanos, y se imparte en nombre de la Republica por autoridad de la Ley,
constituido por el Tribunal Supremo de Justicia y los demás tribunales inferiores
que el Congreso establezca.
 Poder Ciudadano: Se ejerce por el Consejo Moral Republicano integrado por el
Defensor del Pueblo, el Fiscal de la General y el Contralor General de la Republica.
Estos tienen a su cargo, prevenir, investigar y sancionar los hechos que atenten
contra la ética pública y la moral administrativa.
 Poder Electoral: Esta constituido y representado por el Consejo Nacional Electoral
(CNE), el cual es el responsable y garante de la transparencia de los procesos
electorales que se lleven a cabo en la nación.
1.3.3 Principio Del Respeto a las Situaciones Jurídicas
Es muy preciso el artículo 259 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
cuando establece que la jurisdicción contencioso-administrativa tiene por finalidad “( … )
el restablecimiento de las situaciones jurídicas subjetivas lesionadas … ”. De ese precepto
se desprende una tutela de derechos e intereses legítimos, de situaciones jurídicas
subjetivas; que no está limitada a asegurar el respeto de la legalidad en la actuación de la
Administración Pública, pues el objetivo principal es la de garantizar el respeto de las
situaciones jurídicas subjetivas que puedan verse afectadas por la actividad administrativa.
Es un mecanismo de tutela, de derechos e intereses, de situaciones jurídicas subjetivas.
Del texto del citado artículo Constitucional, se otorga a los Tribunales con competencia en
lo contencioso administrativo un conjunto de atribuciones que permiten que los justiciables
puedan accionar contra la Administración Pública a fin de solicitar el restablecimiento de
situaciones jurídicas subjetivas lesionadas por la actividad de dicha Administración
incluidas vías de hecho o actuaciones materiales, de allí que dicho precepto constitucional
señala como potestades de los órganos judiciales con competencia en lo contencioso-
administrativo no sólo la posibilidad de anular actos administrativos, de condenar al pago
de sumas de dinero por concepto de indemnización de daños y perjuicios y conocer de las
reclamaciones relativas a la prestación de los servicios públicos prestados mediante gestión
directa o indirecta, sino también el poder de restablecer las situaciones jurídicas subjetivas
lesionadas por la actividad material o jurídica de los órganos y entes que integran la
Administración Pública.

1.4 Principios, Constitucionales y Jurídicos que rigen la organización Administrativa


La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, en su artículo 141 dispone
claramente los principios que rigen la Organización Administrativa:
Artículo 141. La Administración Publica está al servicio de los ciudadanos y se
fundamenta en los principios de honestidad, participación, celeridad, eficacia,
transparencia, rendición de cuenta y responsabilidad en el ejercicio de la función pública,
con sometimiento pleno a la ley y al derecho.
 Honestidad: U honradez es la virtud, que se podría definir como decir la verdad, ser
recatado, razonable, justo y no mentir.
 Participación: Acto de integrar un movimiento, una sociedad en algún rubro o ser
parte de una determinada causa.
 Celeridad: Rapidez, velocidad o prontitud en la ejecución de algo.
 Eficacia: Capacidad para producir el efecto deseado o de ir bien para determinada
cosa.
 Transparencia: Se emplea generalmente para indicar la conducta positiva de los
individuos.
 Rendición de cuenta: Se refiere al proceso en que los ciudadanos vigilan y evalúan
el actuar responsable de los servidores públicos por medio de mecanismos como la
transparencia y la fiscalización.
Responsabilidad: Es el cumplimiento de las obligaciones, o el cuidado al tomar decisiones
o realizar algo.
1.5 Competencia Administrativa

La competencia es un elemento capital en el régimen jurídico‐administrativo. La


existencia de una pluralidad de Administraciones públicas hace necesario distribuir las
tareas y potestades públicas entre todas ellas. Además, de acuerdo con el principio de
división del trabajo, dentro de cada Administración, es preciso asignar las competencias a
los distintos órganos y unidades administrativas. Con ello, se protegen también los derechos
de los ciudadanos, al delimitar el ámbito de actuación de cada uno de los operadores
jurídicos. La competencia administrativa se define como el “conjunto de funciones cuya
titularidad se atribuye por el ordenamiento jurídico a un ente público o a un órgano, con
referencia a los demás”. Esta definición requiere dos precisiones:

1. Sólo los entes públicos pueden ser titulares de la competencia (competencia


subjetiva). Los órganos administrativos tienen una mera titularidad de su ejercicio.
No obstante, en la práctica, se habla también de la competencia orgánica, para
referirse a las concretas funciones que corresponden a cada una de las unidades
administrativas. La competencia orgánica garantiza un ámbito propio de actuación.
La intromisión en el ámbito de esas funciones está vedada a todos los demás
órganos, salvo la función de dirección que deriva del principio de jerarquía.

2. La competencia se reconoce a un ente u órgano con preferencia a los demás. Esto


quiere decir que la competencia es atribuida con carácter general o un ente o un
órgano (principio de inderogabilidad de la competencia). No obstante, se prevén
supuestos de flexibilización del sistema.

Concepto principio de competencia: es una exigencia del principio de legalidad que


tiene como finalidad garantizar mejor los derechos de los administrados porque el hecho de
que la Ley distribuya las competencia entre los órganos administrativo significa que solo
pueden actuar los órganos habilitados para ellos. En el caso de que no se respete este
principio se ofrece a los particulares medios de defensa.

La competencia administrativa es un conjunto de funciones que sobre una determinada


materia y en un determinado territorio corresponde a un sujeto o a un órgano por atribución
del ordenamiento jurídico. Hay 3 criterios que nos permiten distinguir entre diversos tipos
de competencia:

I. Competencia jerárquica: corresponde al criterio de reparto de las funciones entre los


distintos grados de la jerarquía administrativa. Se trata por tanto de un reparto
vertical de las funciones (ejemplo: se aplica para distribuir las funciones en un
ministerio entre los diferentes miembros).
II. Competencia territorial: supone un reparto horizontal de las funciones en función
del territorio y entre órganos que se encuentran en el mismo nivel jerárquico.
III. Competencia material: supone un reparto de las funciones por razón de la materia y
en función de los fines alcanzados (ejemplos: es el criterio utilizado para repartir las
funciones entre los ministerios en función de las materias).

¿Qué ocurre cuando un órgano administrativo ocurre sin competencia?

Hay dos tipos de competencia y por tanto dos tipos de incompetencia. No los dos
tipos de incompetencia tienen la misma importancia.

1) En este caso se produce la invalidez de la actuación. Esta invalidez se sanciona


con dos tipos de nulidad en función de incompetencia. Es decir, según si a
incompetencia es manifiesta o no manifiesta.

a) Incompetencia manifiesta de un órgano: es la que se produce cuando un


órgano actúa sin estar habilitado por razón de la materia y por razón del
territorio.

b) Incompetencia no manifiesta: el órgano que actúa no está habilitado por


razón de la jerarquía.

2) Irrenunciabilidad: los órganos que tengan atribuida una competencia tienen


obligación de
ejercerla salvo que la transfiera.

1.5.1

1.5.1 Principio de Competencia


Se encuentra definido en la Constitución en su Artículo 137, cuando dispone: “La
Constitución y la ley definirán las atribuciones de los órganos que ejercen el Poder Público,
a las cuales deben sujetarse las actividades que realicen”.
 Se entiende como la aptitud legal de los órganos del Estado, o en palabras, como el
conjunto de facultades, de poderes y de atribuciones que le han sido legalmente asignadas
para actuar en sus relaciones con los otros órganos del Estado y con los particulares.
Concede una facultad, pero establece una obligación y un límite dentro del cual puede
actuar el órgano.
1.5.2 Excepciones
La excepción se refiere a la avocación y a la delegación que consiste en otorgar la jerarquía
administrativa de un órgano superior a un inferior en forma exclusiva.

Puede entenderse esta excepción de avocación y delegación de la competencia como la


facultad y potestad que otorga la jerarquía administrativa, que significa el derecho que tiene
el superior jerárquico de trasladar al subordinado la resolución de un asunto o la facultad
que tiene éste de atraer la competencia del subordinado.

1.6 La Jerarquía Administrativa


La jerarquía administrativa son los niveles en los que una persona determinada se
puede desarrollar a lo largo de su trabajo. La jerarquía es la típica relación
de naturaleza piramidal, vertical, caracterizada por la subordinación de los funcionarios de
nivel inferior a los de nivel superior. El resultado de la jerarquía es la existencia de
un organigrama donde los diversos órganos están unidos por la materia, pero se distinguen
por la diversa competencia que poseen respecto de dicha materia. Ello genera que la
Administración se organice en niveles jerárquicos, mediante el empleo de la división del
trabajo.

La relación jerárquica se establece sobre la base de una distribución de funciones y


poderes realizada de mayor a menor. La jerarquía genera varias consecuencias en el
ordenamiento administrativo. En primer término, el sometimiento al seguimiento de
políticas determinadas por el superior jerárquico, en términos de poder de dirección , las
mismas que configurarían actos de administración interna, en forma de órdenes, o más bien
disposiciones internas, en forma de directivas, circulares o instrucciones. Asimismo, la
jerarquía administrativa se da propiamente al interior de los organismos y no fuera de ellos,
salvo excepciones derivadas de la existencia de tribunales administrativos. Por otro lado, el
superior jerárquico resuelve los conflictos de competencia al interior de una misma entidad.
Además, decide la separación de inferior de la tramitación de los procedimientos
administrativos respecto de los cuales se ha detectado la existencia de causales de
abstención.

Además, el superior jerárquico es el encargado de declarar la nulidad del acto


emitido por el inferior. Finalmente, y en mérito de la diferencia de nivel, el órgano
jerárquico superior resuelve los recursos administrativos que se presenten respecto a las
resoluciones emitidas por el órgano inferior, salvo el caso del recurso de reconsideración,
que es resuelto por la misma autoridad que emite la resolución impugnada. Sin embargo,
hoy en día la jerarquía propiamente dicha se encuentra en un período de reformulación,
generada por el hecho de la existencia de múltiples organismos autónomos y
descentralizados y la atenuación de los mecanismos de control directo y de intervención en
el rol del funcionario inferior.

La existencia de competencias desconcentradas y la excepcionalidad de la


avocación, ligadas con la existencia de un procedimiento disciplinario sometido a las reglas
del procedimiento sancionador – con todas las garantía que ello conlleva – y la diversidad
de regímenes que regulan al personal al servicio de las entidades no permiten sostener,
como algunos autores lo hacen , que la jerarquía tradicionalmente entendida se encuentra en
un sostenido período de evolución; siendo que más bien, en nuestra opinión la acerca a
esquemas similares a los que hoy en día se aplican a la administración privada, en los
cuales se prefiere conformar grupos de trabajo que elaborar diseños en los cuales
simplemente se ejecutan directivas.

Características:
La jerarquía de administración posee ciertas características inherentes que la
diferencian de otras disciplinas:
- Universalidad: Existe en cualquier grupo social y es susceptible de aplicarse lo
mismo en una empresa industrial, el ejército, un hospital, una escuela, entre otros.
- Valor Instrumental: Dado que su finalidad es eminentemente práctica, la
administración resulta ser un medio para lograr un fin y no un fin en sí misma: mediante
ésta se busca obtener un resultado.
- Unidad Temporal: Aunque para fines didácticos se distingan diversas fases y etapas en
el proceso administrativo, esto no significa que existan aisladamente. Todas las partes
del proceso administrativo existen simultáneamente.
- Amplitud de ejercicio: Se aplica en todos los niveles o subsistemas de una
organización formal.
- Especificidad: Aunque la administración se auxilie de otras ciencias y técnicas,
tiene características propias que le proporcionan su carácter específico.
Interdisciplinariedad: La administración es afín a todas aquellas ciencias y técnicas
relacionadas con la eficiencia en el trabajo.
- Flexibilidad: los principios administrativos se adaptan a las necesidades propias de
cada grupo social en donde se aplican. La rigidez en la administración es inoperante.

Bibliografía

ARAUJO JUÁREZ, José. Principios Generales de Derecho Administrativo.


LÁRES MARTÍNEZ, Eloy. Manual de Derecho Administrativo XIII Edició
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Ley Orgánica de la Administración Pública

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