Si ponemos un huevo en un vaso con agua, éste se hunde.
Esto es debido a que el huevo
tiene mayor densidad que el agua. Si añadimos un soluto como sal o azúcar el huevo acabará flotando. Esto es debido a que al añadir estos solutos aumentamos la densidad del agua, de forma que cuando supere la del huevo, éste flotará. Si calentamos el agua (salada o azucarada), aumentará el volumen de la misma y por tanto disminuirá su densidad por lo que el huevo desciende. Al enfriarse el agua ocurre lo contrario, la densidad del agua acaba siendo mayor que la del huevo y por tanto vuelve a flotar.