Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
CAPÍTULO XII
LA APERTURA PETROLERA, LOS CAMBIOS MUNDIALES
Y LA ECONOMÍA VENEZOLANA ...................................................... 225
Introducción ............................................................................................... 225
El contexto internacional: tiempos de conflictos y transformaciones ........ 225
Las perspectivas del petróleo en el mundo ................................................ 227
Surgimiento de las empresas estatales petroleras en América Latina ........ 230
Desmoronamiento de las empresas estatales ............................................. 230
¿Qué va a ocurrir en Venezuela? ................................................................ 231
El papel de Pdvsa ....................................................................................... 233
¿Hacia dónde va Pdvsa? ............................................................................. 233
Grave error histórico .................................................................................. 235
La propuesta del proceso de apertura ......................................................... 236
Fundamentos para la apertura .................................................................... 236
La apertura y la OPEP ................................................................................ 238
Necesaria reflexión ..................................................................................... 240
Redimensionar el Plan de Expansión de Pdvsa ......................................... 242
Análisis del “Marco de condiciones propuestas” ....................................... 243
Sin prejuicios ni silencios interesados ....................................................... 257
Conclusiones .............................................................................................. 258
CAPÍTULO XII
LA APERTURA PETROLERA, LOS CAMBIOS
MUNDIALES Y LA ECONOMÍA VENEZOLANA*
Introducción
Se sostiene que con el colapso del socialismo real y dada la conformación y de-
sarrollo de los bloques mundiales de poder, se ha pasado de un mundo bipolar a
otro multipolar.
Sostengo la opinión de que el paso ha sido el de una estructura bipolar a otra uni-
polar. Ciertamente, en los tres bloques mundiales predomina el modo de produc-
ción capitalista. Y ello es de vital importancia para la concepción y desarrollo de
una auténtica estrategia que adoptarían los países subdesarrollados.
Creo que esto sería un gravísimo error para nuestros países, porque ello significa-
ría la liquidación de una auténtica integración latinoamericana.
Esta estructura económica y política internacional constituye para otros países una
limitación en la práctica al impedir el desarrollo de auténticas políticas nacionales.
Por tanto, resulta conveniente conocer esa realidad con la finalidad de actuar y
seleccionar el camino más apropiado.
Para 1995 se estima una demanda de 38,59 millones de barriles diarios y el creci-
miento de la demanda petrolera de la OCDE para los próximos años (2020) será
muy moderado.
Antes de abordar ese tema que es, a mi manera de ver, trascendental, debemos
señalar que existen nuevas ilusiones. Nuevos gobernantes sustentan la tesis de que
para acabar con la crisis y emprender el rumbo hacia otros caminos, la solución
está en el retorno del capital transnacional y, fundamentalmente, del capital trans-
nacional petrolero. Así, por ejemplo, se señala lo que acontece en países como Ru-
sia, Azerbaiyán, Vietnam, China, Australia, Angola, etcétera, que han desarrollado
una aguda competencia por atraer capitales externos. Existe una gran ofensiva,
es decir, se nos quiere vender la idea de que los recursos naturales agotables o no
agotables deben estar en función de intereses muy particulares, de la unidad de
producción capitalista y no en beneficio de la sociedad.
También, se ha desarrollado una fuerte ofensiva contra los países de la OPEP para
tratar de desnaturalizar el proceso nacionalista y, en efecto, muchas empresas estata-
les han desaparecido como tales y se han transformado en corporaciones privadas.
En el caso de América Latina, durante muchos años se luchó por conseguir que
nuestros recursos naturales fuesen utilizados para el beneficio de la sociedad lati-
noamericana, es decir, nacionalizados, para que no pudieran seguir siendo maneja-
dos y administrados al antojo de las empresas transnacionales del petróleo.
Así, surgieron muchas empresas estatales petroleras en América Latina, tales co-
mo Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en Argentina, 1923; Administración
Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland (Ancap) en Uruguay (1931); Ya-
cimientos Petrolíferos Fiscales de Bolivia (YFPB) en 1936; Petróleos Mexicanos
(Pemex) en 1938; Petróleo Brasileiro (Petrobras) en 1952; la Empresa Colombia-
na de Petróleos (Ecopetrol) en 1951; Petróleos del Perú (Petroperú) en 1968. En
Venezuela, en 1960, fue creada la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), y
en 1976 se puso en vigencia la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Industria y
el Comercio de los Hidrocarburos.
Ello fue producto de una lucha incansable, que costó muchos sacrificios a hombres
a quienes hay que rendirles homenaje por su rectitud, valentía, convicción y por
la defensa de los intereses nacionales de nuestro país. En el caso venezolano se
destaca la labor desempeñada por Salvador de la Plaza, entre otros.
Así ha ocurrido en países como Argentina, que en 1985 traspasó las propiedades
petroleras a las transnacionales, en asociación con Yacimientos Petrolíferos Fisca-
les, y el actual presidente Carlos Menem, recientemente privatizó a Yacimientos
Todo esto revela cómo se ha planificado el retorno del capital transnacional, para
que nuevamente administre, maneje y planifique la estrategia de nuestras indus-
trias básicas.
Sobre esto es importante señalar que en 1959 se adoptó en nuestro país la política
de no más concesiones petroleras.
Pero las presiones internacionales y las internas no tardaron mucho tiempo y vol-
vieron de nuevo a fomentar la idea de que era necesario regresar al capital trans-
nacional para el mejor desarrollo de la industria petrolera, y a tal efecto se han
venido desarrollando diversas políticas por parte de Pdvsa, tales como los contra-
tos de asistencia técnica, de comercialización, la internacionalización petrolera,
etcétera, hasta llegar hoy a la llamada apertura petrolera, proceso de apertura de las
actividades de exploración y producción en nuevas áreas con la participación de
capitales privados como parte integral de la estrategia de consolidación del sector
petrolero venezolano.
Sustentamos la tesis de que así como surgió esa figura de los contratos de servicio,
como política sustitutiva a la de no concesiones petroleras, ahora, la “apertura pe-
trolera” es la figura creada para sustituir a la nacionalización petrolera.
¿No podrá correrse el riesgo de que Pdvsa, en vez de ser el instrumento directo para
el desarrollo de todas las fases de la industria, se convierta en un simple intermediario
del Estado venezolano para permitir, bajo fórmulas diversas, la presencia de las em-
presas privadas en el negocio petrolero y con ello el derrumbe de una esperanza?
6 El Nacional, Caracas, 11 de abril de 1985, p. D-8. Citado por Irene Rodríguez Gallad, en “El dis-
curso de la nacionalización petrolera en Venezuela” (tesis doctoral mimeografiada).
El papel de Pdvsa
¿Cuál ha sido el papel que Pdvsa ha jugado en la vida económica, política y social
de Venezuela?
Los hombres que iban a dirigir esa industria eran los mismos que hasta el 31 de
diciembre de 1975 se encontraban en la mesa de negociaciones, discutiendo, adu-
ciendo, dando argumentos en favor de las empresas transnacionales, para que el
Estado les mejorara las condiciones, y a partir del 1º de enero de 1976 la mayoría
de ellos pasaron a dirigir y administrar la industria petrolera venezolana.
A este respecto, conviene subrayar que un organismo como las Naciones Unidas,
en su Informe sobre las corporaciones multinacionales en el desarrollo mundial,
1973, destacan cómo:
muchos gerentes y técnicos pasan de las filiales extranjeras a las empresas del país. Sin
embargo, los conocimientos especializados adquiridos pueden ser más apropiados a las
actividades de las empresas extranjeras que al desarrollo nacional. Asimismo, pueden
relacionarse con tecnologías inapropiadas para las condiciones del país.
Se aducía que la carga fiscal era excesiva para Pdvsa. Que era conveniente que
el Estado venezolano disminuyera la tasa impositiva para la industria petrolera.
También argumentaba: ¿Qué tenía de malo sacar dinero del bolsillo del Estado
para meterlo en el bolsillo de Pdvsa, cuando de todos modos era la República ve-
nezolana? Y muchos, lamentablemente, creyeron que era cierto.
Desde 1981 a 1994 la tasa efectiva fue de 65,70%, de manera que el Estado vene-
zolano redujo la tasa impositiva desde el primer año de la nacionalización a Pdvsa.
¿Es eso o no un incentivo a la empresa petrolera?
Además de ello, Pdvsa continuaba insistiendo en que debería disminuirse aún más.
Y así logró, cuando el Congreso de la República aprobó las asociaciones estratégi-
cas, que la tasa impositiva del 67,7% se redujera al 30% para el caso de que Pdvsa
tenga que asociarse al capital extranjero y, específicamente, cuando se trate de
petróleos pesados, medianos y gas.
¿Qué significa eso? Significa que a partir de 1996 el Estado venezolano dejará
de percibir, de acuerdo con nuestros cálculos, ciento cincuenta mil millones de
¿Cuál ha sido el objetivo de Pdvsa? ¿Con qué fin? El de abrir paso al capital trans-
nacional y, de esa forma, ofrecer todas las garantías legales, jurídicas, económicas
y cuanto sea necesario para atraer inversiones para la exploración y explotación
del petróleo.
requiere de un enorme esfuerzo –se afirma– de inversión durante los próximos años. Por
una parte, en el aumento de la capacidad de producción están implícitos los crecientes
esfuerzos para compensar la declinación de los yacimientos y sostener la producción en
las áreas tradicionales, así como la necesidad de desarrollar nuevas áreas productivas,
tales como los nuevos yacimientos de crudos livianos y medianos y en la Faja del
Orinoco, además, se requiere adecuar nuestras refinerías a las estrictas exigencias de
calidad en los productos de nuestros principales mercados.
Es por ello que: “...el plan de Pdvsa contempla que, además de las actividades que
desarrollará la corporación por sí sola, será necesario promover la participación
de otras empresas asociadas a ella para que, conjuntamente, se logren importantes
metas de crecimiento y se consolide el desarrollo del sector petrolero venezolano
en el plazo más corto posible”.
Si esto es así, cómo explicar la posición de Pdvsa. ¿O es acaso que existen y se man-
tendrán dos estrategias: la del Estado venezolano y la de Pdvsa? “En su conjunto
–se señala– estas metas estiman niveles de producción superiores a los 4 millones de
barriles diarios a principios de la próxima década, lo cual representa un incremento
importante en relación a la producción actual de 2,6 millones de barriles diarios”.
Existen abundantes recursos por descubrir que permite sustentar una estrategia de
desarrollo a largo plazo. Existen volúmenes potencialmente adicionales por 310 mil
millones de barriles, constituidos por unas expectativas de descubrimientos por 40
mil millones de crudos livianos y medianos, y de ésos unos 23 mil millones podrían
encontrarse en las áreas prospectivas y, además, se cuenta con 270 mil millones de
barriles de crudo pesado en la faja.
Y si ello es tan halagador, ¿por qué Pdvsa decide entregar todas esas oportunidades
al capital transnacional?
La apertura y la OPEP
¿Es esto una ilusión? ¿Cómo incrementar la capacidad técnica de producción a 4,5
millones de b/d? y algunos hasta pretenden elevarla a 5 millones de barriles.
Incrementar el potencial de producción a esos niveles debe ser –no habría otra
explicación– para aumentar la producción de petróleo.
Si Venezuela decide aumentar la producción, bajo este esquema que hemos anali-
zado, incurre en una violación de las cuotas asignadas por la OPEP.
Sin embargo, hay quienes sostienen que ello sería conveniente para el país y hasta
han propuesto que Venezuela debe abandonar la OPEP. Y en el fondo hay mucho
de ello.
El objetivo de producir y vender más allá de la cuota asignada por la OPEP puede
ser contraproducente. Existen ventajas comparativas y competitivas muy superio-
res en otros países, como es el caso de Arabia Saudita.
Pero, en todo caso ¿a qué conduce una guerra de esa naturaleza? A un colapso de
los precios del petróleo. A una disminución de los precios del petróleo y entonces
tendremos que producir a como dé lugar, 4 o 5 millones de barriles diarios, des-
capitalizando al país, acabando con un activo, con un patrimonio, para tratar de
mantener los ingresos que hoy se reciben.
A ese respecto, conviene señalar, tal cual lo afirma el Grupo de Reflexión “Juan
Pablo Pérez Alfonzo”9, que esa tesis
Un aprovechamiento apresurado, estimulado por la idea de que hay que producirlo todo
ahora mismo, resultará dañino para los países cuyas economías, al igual que la nuestra,
dependen en alto grado de la explotación petrolera.
Los panegiristas de la apertura señalan que la inversión directa mínima será de,
aproximadamente, 500 millones de dólares para la exploración en los próximos tres
años y las inversiones totales para el desarrollo de la producción en nuevas áreas al-
canzarán a 11 mil millones de dólares durante la vida de los diferentes proyectos.
En cuanto a los ingresos fiscales, estiman que por la exportación de crudo se ge-
nerarán entre 15 a 20 mil millones de dólares, dependiendo, por supuesto, de los
volúmenes y precios.
La participación del fisco oscilará entre el 75% y 85% respecto de los ingresos
totales.
Necesaria reflexión
Todo eso llama a reflexión. Si las empresas transnacionales y la propia Pdvsa han
venido insistiendo en que el gravamen, el régimen fiscal mediante el cual se pecha
a la industria petrolera es elevado, ¿por qué ahora se desea vender el proyecto de
“apertura petrolera”, argumentando que el Estado venezolano continuará perci-
biendo entre el 75% y 85% de los ingresos totales?
Esto es dudoso, ya que del análisis del “Marco de las condiciones propuestas”
para la apertura, se observa que se otorga grandes ventajas fiscales y privilegios
a los inversionistas extranjeros, incluso superiores, en algunos casos, a los otor-
gados en la época de las concesiones. Pero, además de ello, existe la posibilidad
de ofrecer aun mayores ventajas a las formuladas hasta los momentos, tal como
podría ser la de modificar la actual Ley de Impuesto sobre la Renta para permitir
disminuir la tasa impositiva, aun tratándose de petróleos livianos y medianos y de
áreas prospectivas, con excelentes perspectivas de encontrar petróleo.
Existen presiones externas que así lo confirman. Así, por ejemplo, el Informe
“Morgan Stanley” sobre la economía venezolana, al abordar la privatización e
inversiones extranjeras, fue categórico al afirmar que: “...Además, el Gobierno
también tiene que darle los toques finales a la legislación que permite la incursión
foránea en el sector petrolero”10 (destacado nuestro).
Si Venezuela decide promulgar una apertura petrolera con tasas impositivas, contratos
a largo plazo y otras condiciones que compiten a nivel mundial, las empresas petroleras
estadounidenses no vacilarán en ofrecer su tecnología, capital y acceso a los mercados.
La manera en que Venezuela decida tratar estas cuestiones es asunto suyo; pero EE UU
ha llegado a la conclusión, por experiencia propia, de que los reglamentos demasiado
estrictos y la presencia de tasas impositivas excesivas son contrarias a nuestras metas
(destacado nuestro).
Y agregó:
Aun los países con inmenso potencial geológico y bajos riesgos de exploración como el
Reino Unido, Kazajstán y Azerbaiyán, ofrecen condiciones competitivas para atraer un
monto limitado de capital de inversión11.
Todo ello induce a pensar que además de las cláusulas establecidas en el “Marco de
condiciones propuestas” para la apertura, presentado al Congreso de la República,
se negocian otras, como la correspondiente a la rebaja de la tasa impositiva.
Es indudable que parte de las inversiones realizadas en las operaciones en el exterior po-
drían destinarse al desarrollo de las actividades nacionales, por ser más productivas.
Así que, además de las asociaciones estratégicas aprobadas por el Congreso Nacional,
los convenios de los campos marginales, ahora se propone sacar a licitación diez (10)
áreas exploratorias ubicadas en el territorio nacional, desde el estado Zulia hasta el
estado Delta Amacuro (véase en el mapa anexo la selección de las áreas), que contie-
nen fundamentalmente petróleos livianos y medianos, y con una extensión de 2.000
kilómetros cuadrados cada una, para sumar un total de 20.000 kilómetros cuadrados.
La producción podría llegar a 500 mil barriles de petróleo por día a principios de
la próxima década, y se estima que las “expectativas de recursos petrolíferos por
descubrir estén en el orden de 7 mil millones de barriles”.
13 Informe preliminar del Ministro de Energía y Minas. El Universal, 29/03/95. Véase, también, el
Informe de Petróleos de Venezuela, S.A. correspondiente al año 1994. Copia mimeografiada.
Sin embargo, se observa que los convenios de asociación para ser formalizados
por las empresas solamente se remitirán al Congreso de la República, en la medida
de lo requerido, para su conocimiento y, por ende, no para su discusión y debida
aprobación. En este caso, el soberano Poder Legislativo debería asumir una posi-
ción más definida.
14 Con fecha 04/07/95 el Congreso de la República autorizó la celebración de los convenios para la
exploración a riesgo de nuevas áreas y la producción de hidrocarburos, bajo el esquema de ganancias
compartidas, conforme con el Marco de condiciones propuestas por la Comisión Bicameral de Energía
y Minas, con ciertas modificaciones tanto del proyecto original elaborado por Pdvsa como por el pre-
sentado por la propia Comisión Bicameral de Energía y Minas (véase la Gaceta Oficial Nº 35.754 del
17/07/95, anexa en esta obra). En la decisión salvaron sus votos: La Causa R, el MEP y el PCV.
Las cláusulas que fueron modificadas las indicaremos al pie de página al estudiar cada una de ellas.
Las modificaciones efectuadas por el Congreso Nacional en determinadas cláusulas tienden a mejorar
algunas de ellas, pero, en líneas generales, obedecieron más a los aspectos formales que a cambios sustan-
ciales. Ciertamente, para Pdvsa las cláusulas clave, sobre las cuales se formularon innumerables críticas,
fueron intocables. Así lo precisó el Coordinador de Planificación Estratégica de Petróleos de Venezuela
(véase Economía Hoy, 29/06/95).
Además, el Congreso Nacional introdujo tres cláusulas referentes al impacto ambiental, al ahorro nacio-
nal y a la aprobación de cada uno de los convenios.
En ese sentido, la cláusula vigesimosegunda estipula que “El convenio establecerá condiciones destina-
das a la preservación y conservación ambiental, a fin de minimizar el impacto de las operaciones sobre el
medio ambiente, todo ello, sin perjuicio de lo establecido en las disposiciones legales aplicables”. ¿Pero
cuál será la garantía para que realmente se apliquen las medidas necesarias que impidan la destrucción del
medio ambiente, que sin duda alguna ocurrirá?
La cláusula decimoquinta especifica que “La filial arbitrará, tan pronto como sea factible, mecanismos
que hagan posible la participación de ahorristas e inversionistas en el país, en la cuota que corresponda
a la filial o a la filial designada en los resultados de la explotación comercial de las áreas de desarrollo,
todo ello sin perjuicio de la obligación financiera originalmente asumida por la filial o filial designada”. A
nuestro juicio, ello es ilusorio. En la redacción de la cláusula se observa el énfasis en que la participación
de los ahorristas e inversionistas nacionales sea respecto de la cuota que corresponda a la filial, es decir,
que de ningún modo podrá disminuirse la participación del capital extranjero (65%) y, además, la partici-
pación del ahorrista nacional se condiciona a la voluntad de la filial.
Y la cláusula XXIII reza que “Para la celebración de cada convenio, la filial enviará su forma final al
Ministerio de Energía y Minas, a fin de que éste, en un lapso de ocho (8) días consecutivos, lo someta a
la consideración de las cámaras legislativas nacionales para que éstas procedan a su autorización previa
con carácter prioritario”. Con ello se modifica la tesis expuesta en el documento de Consolidación del de-
sarrollo, anexo B, de las Circunstancias pertinentes, donde se establecía que los convenios de asociación
por ser formalizados con las empresas se enviarían al Congreso para su conocimiento.
La cláusula 2 reza:
La filial designada por Pdvsa celebrará un Convenio de Asociación con la o las empre-
sas inversionistas que resulten favorecidas en cada proceso de licitación. Los convenios
tendrán por objeto la exploración de las áreas designadas en búsqueda de yacimientos
de hidrocarburos susceptibles de explotación comercial; el desarrollo y explotación de
tales yacimientos; el manejo, transporte y comercialización de la producción provenien-
te de los mismos y la distribución de los beneficios derivados de dicha comercialización
entre los inversionistas y la filial.
Tercera: “Los inversionistas, tan pronto como sea factible y conveniente, consti-
tuirán una sociedad mercantil”.
15 A la cláusula se le agregó lo siguiente: “Teniendo el presidente doble voto para resolver los casos
de empate”, tal cual se argumenta en este trabajo, lo realmente importante reside en las relaciones de
poder y su grado de influencia en escala nacional e internacional. Esa modificación no es rechazada
por el capital transnacional.
Al efecto, el doctor Julio Sosa Rodríguez, en declaraciones a la prensa, el 20 de julio de 1975, decía:
“En este tipo de empresas, aun cuando el capital privado se encuentre en minoría, su participación a
nivel directivo, en donde se maneja información y se definen acciones y estrategias, lo más probable
es que con frecuencia sea fuente de conflictos de intereses y de ineficiencia de la operación, pudiendo
llegar incluso a mediatizar en una u otra forma el poder decisorio del Estado”.
Entre las decisiones fundamentales, relacionadas con la ejecución del convenio para su debida apro-
bación por el Comité de Control, se incluyó la extensión de los lapsos de exploración y explotación y
la ejecución de reducciones en la producción de acuerdo con los compromisos internacionales de la
República de Venezuela. Estos aspectos aparecen en otras cláusulas del Marco de condiciones, pero
aquí se trata de precisar a quién corresponde ejecutarlas.
Entre los mecanismos de control se agrega que los inversionistas y la filial o una filial designada
por ella para cada convenio, constituirán, antes de iniciar las actividades del convenio, una sociedad
anónima en Venezuela (en lo adelante la “mixta”), en la cual la filial o la filial designada poseerá el
35% del capital social y los inversionistas el 65%. “La empresa mixta tendrá por finalidad dirigir, co-
ordinar y supervisar las actividades de exploración, producción, transporte y comercialización objeto
de convenios... La participación de la filial o la filial designada se hará mediante acciones doradas, las
cuales conferirá prerrogativas a sus representantes en las decisiones sobre materias de trascendencia
que, conforme al respectivo Convenio de Asociación, deban ser decididos por la Asamblea y la junta
directiva de la empresa mixta...”.
De esa forma, se institucionaliza la empresa mixta y ello es incompatible con una nacionalización
integral. Además, se autoriza al núcleo empresarial transnacional a participar directamente en la plani-
ficación, desarrollo y aplicación de la estrategia energética.
Y el artículo 5, después de señalar que esas actividades podrán ser ejercidas direc-
tamente por el Ejecutivo Nacional o por medio de entes de su propiedad, pudiendo
celebrar los convenios operativos necesarios, expresa que:
Tal cual se especifica en el artículo 5, el Estado o el ente creado deberá tener el con-
trol de la empresa y ese control podrá ejercerse por lo menos desde el punto de vista
legal, cuando se posee más del 50% de las acciones de capital. Pero para Pdvsa ello
no es requisito indispensable y, por tanto, no hay por qué tener la mayoría de las
acciones, sino que basta y es suficiente con crear un comité paritario, en el que se
someterán las decisiones fundamentales más significativas de la empresa.
Resulta que todos los entes que tienen que controlar la parte impositiva del Estado están
en este momento dirigidos y manejados por funcionarios o empleados que vienen de
Pdvsa, es decir, nuestras instituciones impositivas con respecto a Pdvsa, presentan el
pernicioso fenómeno que unas mismas personas se cobran y se dan el vuelto16.
Pero algo más grave aún es que los llamados gerentes de Pdvsa se encuentran
prácticamente en todas las instituciones del Estado. Se cree que ésa es la solución.
Para abundar con mayor claridad sobre el control que realmente debe poseer el
Estado, estudiemos cuál fue el espíritu, propósito y razón de ser de la redacción del
artículo 5. El señor Carlos Andrés Pérez, como presidente de la República, en el
discurso que pronunció en el Salón Elíptico del Congreso Nacional, en referencia
con los convenios y modificación del artículo 5, dijo que él “se hacía responsable
ante el país de esas modificaciones”, y señaló que “Se ha criticado por partidos de
oposición la posibilidad de que la industria nacionalizada pueda ser ejercida por
el Estado con participación minoritaria de empresas transnacionales”19 (desta-
cado nuestro). O sea, que el propio Presidente de la República, cuando introdujo
por intermedio del Ministro, para ese entonces, de Minas e Hidrocarburos, en el
Congreso de la República las modificaciones al Proyecto de Ley elaborado por
la Comisión de Reversión Petrolera, establecía que la participación de los socios
sería minoritaria, y en la exposición de motivos de la vigente Ley Orgánica que
Reserva la Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos se expresa que
la participación del Estado en las asociaciones por constituirse, deberá ser mayo-
ritaria. Por lo tanto, no hay duda alguna de que al forzar una asociación con las
características presentadas por Pdvsa se incurre en una violación clara del artículo
5 de la ley, y ello puede tener graves consecuencias20.
Pero, ¿qué tiene esto de innovación? Esto no es nada nuevo. En las leyes de 1928,
1936, 1943, 1967 se lee textualmente: “Se otorgan concesiones a todo riesgo del
interesado”. Ahora pareciera ser que se nos quiere vender la idea de que es una
conquista de Pdvsa.
En la cláusula 6 se señala que Pdvsa podrá adquirir hasta 35% de las acciones de
la empresa, es decir, como opción Pdvsa puede o no adquirir el 35%.
¿Por qué se deja algo tan fundamental, de tanta trascendencia a la única responsa-
bilidad, a la facultad casi absoluta del inversionista y no de Pdvsa, del Estado?; y
por último, si Pdvsa decide no participar en la empresa, ¿estaremos en presencia
de una concesión petrolera?22.
de acuerdo con su participación mayoritaria, el Estado conserve en todo caso, el control de las decisiones
que se adopten conforme al convenio en cuestión”.
21 En el Marco de condiciones, aprobadas por el Congreso, se precisa, en cuanto a las actividades ex-
ploratorias, que cada área estará dividida en sectores geográficos de igual superficie. De igual manera,
se establece que “Aquellos bloques que no esté incluidos en el esfuerzo exploratorio adicional que fuese
aprobado o en un área de desarrollo... quedarán excluidos del objeto del convenio. Igualmente, al culminar
el esfuerzo exploratorio adicional, quedarán excluidos de las previsiones del convenio los bloques que no
sean objeto de un área de desarrollo. Los bloques que queden excluidos del convenio volverán a la filial
para su administración directa”.
22 Al texto de esta cláusula, que en el nuevo Marco de condiciones es la séptima, se le agregó lo siguien-
te: “La explotación de los yacimientos de crudos pesados que fuesen descubiertos, estará supeditada al
resultado de los estudios de factibilidad que se realicen para determinar su viabilidad comercial y al plan
de desarrollo correspondiente.
La explotación, uso y comercialización del gas asociado a la producción de crudos en un área de desa-
rrollo, se efectuará en conformidad con las disposiciones legales aplicables y mediante la utilización de
normas y técnicas de general aceptación en la industria petrolera internacional”.
En caso de que sean descubiertos yacimientos de gas libre, su evaluación, desarrollo y comercialización
estarán sujetos, dentro de la asociación, a los acuerdos específicos que se concierten entre las partes, en
función de las características de los yacimientos y las circunstancias de su futura explotación.
Después de realizada “la evaluación, los inversionistas definirán la viabilidad de la explotación comercial
del descubrimiento y someterán al Comité de Control un plan de desarrollo. En este caso, se constituirá un
consorcio financiero, en el cual la filial adquirirá una participación que dependiendo del atractivo comercial
del descubrimiento, variará entre 35% y 1%”. Con razón, Alí Rodríguez Araque, presidente de la Comisión
de Energía y Minas de la Cámara de Diputados afirmó irónicamente: “La patria le debe un tempestuoso
aplauso al Congreso...” (intervención en el Congreso en ocasión de debatirse la apertura petrolera).
Tener que recurrir frecuentemente a las empresas extranjeras para operar los pozos
petroleros no es lo más indicado. Si después de veinte años continuamos atados a
la tecnología que suministran las transnacionales, ahora con los convenios de aso-
ciación se afianza la dependencia tecnológica, se consolidará y acrecentará. Hay
necesidad de realizar los esfuerzos suficientes para tener tecnología propia.
23 En la cláusula decimocuarta del Marco de condiciones, aprobadas por el Congreso Nacional, se
detalla que “El convenio establecerá condiciones para maximizar el uso de la mano de obra nacional
y de servicios prestados por empresas venezolanas, entre otros, servicios técnicos, de ingeniería y
de consultoría. De igual manera, se preverán estipulaciones tendientes a la capacitación y adiestra-
miento de personal nacional en las especialidades en que fuere menester y al logro de una eficaz
transferencia de tecnología foránea”.
24 Conforme con lo aprobado por el Congreso, véase la cláusula 8: En vez de decir “la producción
resultante del convenio será comercializada por la empresa en los mercados internacionales”, se sus-
tituye por: “...será comercializada por los inversionistas y la filial o la filial designada en proporción a
su participación en el consorcio...”.
25 La modificación realizada a la cláusula 10 consistió esencialmente en que, en vez de decirse que
la cuota parte de la filial de propósitos especiales, en lo adelante PEG, se calculará aplicando a las ga-
nancias antes de impuesto sobre la renta de la asociación, el porcentaje licitado por los inversionistas...
Ahora se sustituye por: “La cuota parte de la filial en un bono sobre la rentabilidad neta del proyecto
PEG”... Es decir, en vez de utilizarse la frase “a efecto del cálculo del PEG”, es sustituida por “Al
efecto del cálculo del bono sobre rentabilidad del PEG. Impuestos municipales”.
Un aspecto nuevo incluido en el nuevo Marco de condiciones aprobado por el Congreso, dispone que
“en atención a lo establecido en el artículo 136, ordinal 10 de la Constitución Nacional, el Congreso
de la República establecerá un sistema de beneficios económicos especiales con cargo al bono sobre la
rentabilidad ‘PEG’ y en favor de los estados y municipios en cuyos territorios se realicen las referidas
actividades y a otros fines que considere conveniente”. Es decir, que nuestros legisladores prefieren
continuar sacrificando al Estado. Ese gravamen, en todo caso, ha debido establecerse directamente a
la unidad productiva.
Y en las bases de los contratos de servicio (véase Gaceta Oficial Nº 1.430 extraor-
dinario del 09/09/1970) se acordó que la contratista pagaría anualmente a la CVP
una participación adicional sobre la base del nivel mínimo de utilidad por barril,
conforme con el siguiente cuadro:
Cuadro 2
Utilidad neta de la contratista por barril en Participación nacional de la CVP en centa-
centavos de dólar de América vos de dólar de los EE UU, de América por
barril en las utilidades netas por barril
Menor de 18 0,0
18 0,3
21 0,6
25 1,1
30 2,2
35 3,5
40 5,6
45 7,9
50 10,4
De acuerdo con esa cláusula también puede ocurrir que el inversionista exija que
las operadoras de Pdvsa disminuyan su producción hasta un límite determinado,
con la finalidad de proceder la “empresa inversionista” a aumentar la producción
en las áreas asignadas por licitación. Una situación de esa naturaleza tendría efec-
tos desfavorables de índole financiera para Pdvsa y, por supuesto, para el Estado.
Esa cláusula puede constituirse en un serio obstáculo para los compromisos de Ve-
nezuela en la OPEP. Las empresas transnacionales presionarían, en todo caso, para
que el país formulase, con carácter permanente, solicitudes ante la OPEP, para que
se le permita aumentar la cuota asignada. Ello podría ser fuente de conflictos.
Si las renegociaciones fracasan, la parte perjudicada podrá reclamar su salida del con-
venio y/o el fin de la asociación, dentro de las condiciones fijadas para la terminación
del convenio.
Esa cláusula puede constituirse en una limitación que impida al Estado modificar
las leyes impositivas. En el caso de que el Estado decida, dentro de sus faculta-
des, solicitar al Congreso de la República modificar el régimen fiscal aumentan-
do la tasa impositiva, la diferencia la tendrá que cubrir Pdvsa y no la empresa
26 En la cláusula autorizada por el Congreso se estipula que “la extensión no podrá exceder el plazo
máximo de duración”, es decir, de 39 años. Más o menos el mismo plazo que se otorgaba para las
concesiones petroleras (40 años).
27 Esta cláusula fue eliminada en el texto final aprobado por el Congreso.
nacional. Esta disposición se instrumentará a través de los respectivos convenios”. Como se observa, se
sustituyó la frase “la empresa contratará a la oferta nacional”, por la de “se dará preferencia”.
31 Economía Hoy, Caracas, 15/03/95.
32 En el Marco de condiciones aprobado por el Congreso, el plazo para la exploración oscilará entre
3 a 5 años, dependiendo del área y podrá ser extendido por un lapso entre 2 y 4 años, es decir, que el
plazo puede llegar a los nueve (9) años, tal cual se establecía en el proyecto elaborado por Pdvsa. La
duración del convenio continúa siendo de 39 años.
De acuerdo con esa disposición, la empresa que exporta el petróleo obtiene divisas
por la venta de ese producto y solamente regresará al país lo que necesita para
pagar impuestos, regalías, la compra de bienes y servicios y los sueldos y salarios,
es decir, el valor de retorno o precio de retorno.
33 En las novísimas Normas sobre el régimen cambiario, publicadas en la Gaceta Oficial Nº 4.921
(Extraordinario), del 16/06/95, se convalida esta prerrogativa, es decir, se otorgan todas las garantías
legales y, por supuesto, se institucionaliza que el valor de retorno sea menor. En efecto, el artículo
47 reza: “Las empresas constituidas o que se constituyan bajo convenios de asociación celebrados
conforme el artículo 5 de la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Industria y el Comercio de los
Hidrocarburos o celebren contratos de interés nacional previstos en el artículo 126 de la Constitución
Nacional o en leyes especiales, podrán mantener en el exterior cuentas en institutos bancarios o de
similar naturaleza, en las cuales podrán depositar las divisas que perciban por cualquier título en eje-
cución de los convenios de asociación o de los contratos de servicios de operación o de interés nacional
antes indicados, tales como las que obtengan por las ventas que efectúen por exportaciones de bienes
y servicios que realicen, por los préstamos o financiamiento que obtengan o por los aportes de capital
que le realicen sus socios extranjeros” (destacado nuestro).
Pero en este marco de condiciones, ello se deja a la voluntad de las partes, es decir,
que pueden recurrir al arbitraje internacional, y ello es contrario a lo estipulado en
la Constitución Nacional.
las parcelas serán de forma rectangular con sus lados dirigidos de Norte a Sur y de Este
a Oeste, excepto las que tengan por lado el del mismo lote, cuando éste se halle en el
caso previsto en el aparte del artículo 10. En todo caso, las parcelas elegidas deberán
quedar separadas entre sí por espacios libres de igual superficie, que se reputarán
reservas nacionales.
34 Esta redacción fue sustituida por la siguiente: “El modo de resolver controversias en materia que
no sean de la competencia del Comité de Control y que no puedan dirimirse por acuerdo entre las par-
tes, será el arbitraje, el cual se realizará según las reglas de procedimiento de la Cámara Internacional
de Comercio, vigentes al momento de la firma del convenio”. Estimamos que pese a la idea de tratar de
atenuar lo establecido en la cláusula original, redactada por Pdvsa, se continúa violando el artículo 127
de la Constitución Nacional, así como lo establecido en el artículo 4 de la Ley de Hidrocarburos.
A ese respecto, debemos dejar claro que la regalía petrolera, tal como lo demostró
el doctor Salvador de la Plaza, no debe considerarse como un impuesto, sino como
un activo que se extingue con la explotación.
35 La concepción y fundamentación del llamado proceso de apertura no fue abordado por el Congre-
so Nacional. Se limitaron específicamente a las 24 cláusulas que integraban el “Marco de condiciones
En ese sentido, deseo seguir siendo optimista. La lucha continúa por el rescate de
los recursos naturales de nuestro país y para ponerlos en función de los auténticos
beneficios de la sociedad venezolana.
Conclusiones
Todo ello conllevará mayor dependencia económica, política, social, cultural, tec-
nológica, comunicacional y militar, con un alto grado de vulnerabilidad.
propuestas”, anexo A del documento de consolidación del desarrollo. La exposición de motivos que
aparece en el informe presentado por la Comisión Bicameral de Energía y Minas del Congreso para
justificar los convenios de asociación para la exploración a riesgo de nuevas áreas y la producción de
hidrocarburos bajo el esquema de ganancias compartidas, es la misma que elaboró Pdvsa.
Además de todas las ventajas y privilegios que se pretende otorgar a los inver-
sionistas extranjeros, tal cual se evidencia del análisis realizado al “Marco de
condiciones propuestas”, para la apertura petrolera, todo induce a pensar, dadas
las presiones externas y lo contemplado en el IX Plan de la Nación, en la posi-
bilidad de propiciar la modificación de la Ley del Impuesto sobre la Renta, con
el objetivo de disminuir la actual tasa impositiva, aun tratándose de petróleos
medianos y livianos y de áreas de elevada prospectividad. ¿Aprobará el Congreso
de la República una modificación de esa naturaleza?
Pdvsa debería asumir el desarrollo de las áreas petroleras que hoy propone sean
licitadas al capital extranjero. Para ello, nos fundamentamos en los siguientes
hechos:
Todos esos elementos permitirían una liberación de recursos monetarios que faci-
litarían a Pdvsa emprender, por ella misma, el desarrollo de las fases del negocio
petrolero, sin que ello excluya la posibilidad y necesidad de celebrar convenios
operativos.
Por último, conviene subrayar que todo este proceso, llamado de “apertura petro-
lera”, de lo que se trata es de permitir la participación del núcleo empresarial trans-
nacional en la planificación, desarrollo e instrumentación de la política energética
nacional y con ello la liquidación de la nacionalización petrolera. Si actualmente
existe pérdida de soberanía para el desarrollo de una estrategia propia, ahora, con
la política establecida, se consolida y acrecienta esa pérdida de soberanía nacional.
Y sobre ese particular quizá no exista testimonio más fiel que el expresado por el
actual presidente de la República, doctor Rafael Caldera, cuando en su discurso en
el Senado de la República, en ocasión de debatirse la Ley Orgánica que Reserva al
Estado la Industria y el Comercio de los Hidrocarburos, afirmara: “Quienes hemos
tenido que luchar con las empresas transnacionales, sabemos que una rendija que
se les abra será aprovechada, con todos sus recursos y poderes, para convertirla en
una puerta abierta”.
Introducción
1 Gastón Parra Luzardo, La apertura petrolera, los cambios mundiales y la economía venezolana.
Nueva Economía, año 4, no 5, octubre de 1995. Caracas: Academia Nacional de Ciencias Económicas.
para consolidar y acrecentar el proceso de la desnacionalización de la industria
petrolera venezolana.
El presente ensayo parte de una concepción sobre las cuestiones señaladas, trata de
esclarecer las condiciones y los significados de la apertura petrolera e intenta rea-
lizar un examen exhaustivo de los hechos acontecidos, que son los que realmente
construyen la historia económica, política y social de un país en una permanente
búsqueda de su interpretación cabal y de auténticas perspectivas, incidencias y
desafíos para el bienestar de la sociedad venezolana.
De acuerdo con la cláusula segunda del Marco de condiciones que fijó el Congreso
de la República el 4 de julio de 1995, se autorizó la celebración de los convenios
de asociación para la exploración a riesgo de nuevas áreas y la producción de hi-
drocarburos bajo el esquema de ganancias compartidas. Petróleos de Venezuela,
S.A. (Pdvsa), a través de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), filial
designada para tal efecto, dio inicio al proceso de licitación con el objeto de selec-
cionar a las empresas inversionistas privadas interesadas en celebrar convenios de
asociación para ejecutar las actividades inherentes a la exploración y explotación
de hidrocarburos.
La apoteosis de la desnacionalización
Las diez áreas seleccionadas para el proceso de licitación fueron: La Ceiba, Gol-
fo de Paria Oeste, Guanare, Golfo de Paria Este, El Sombrero, Guarapiche, San
Carlos, Punta Pescador, Catatumbo y Delta Centro (véase cuadro 1), las cuales
tienen una extensión de 1.795.284,08 hectáreas y expectativas de reserva de 6.975
millones de barriles. Existen posibilidades de agregar 500 mil barriles diarios de
producción en los primeros años de la próxima década, y se estima una inversión
total de 11.151 millones de dólares. La tasa máxima establecida para el PEG fue
del 50%, acorde con la cláusula 9 del Marco de condiciones, lo cual se logró pa-
ra la mayoría de las áreas, y resultaron las de San Carlos, Golfo de Paria Este y
la de Delta Centro con menos participación, situándose en el 40%, 29% y 41%,
respectivamente.
En aquellas áreas para las cuales los inversionistas ofrecieron el máximo del 50%
por concepto del PEG y que arrojaron empate, el mismo se resolvió sobre la ba-
se de ofertas por bonos en efectivo, pagaderos en dólares de Estados Unidos de
América, cinco días hábiles después de la firma del convenio de asociación (véa-
se cuadro 1). Las áreas El Sombrero y Catatumbo6 resultaron desiertas, con lo
cual la extensión de las ocho áreas otorgadas es de 1.377.401,86 hectáreas (véase
cuadro 1). En las ocho áreas que fueron adjudicadas en el proceso de licitación,
participaron 14 empresas provenientes de diferentes países (EE UU, Argentina,
Alemania, Canadá, Francia, Japón y Reino Unido) (véase cuadro 1). En cuan-
to a la participación de empresas nacionales, solamente resultó preseleccionada
Inelectra, que conjuntamente con la empresa Enron de EE UU resultó ganadora
en el área Golfo de Paria Este.
6 El área El Sombrero, se afirma, contiene más gas que hidrocarburos líquidos. En el área Catatumbo
la profundidad de perforación es considerable, lo cual incide en los costos. Además, se señala que la
situación geográfica del área no es nada halagadora.
Norte
Océano Atlántico
Maracaibo
Caracas 7 8
2 Barcelona 6 9
4 5 10
5 3
Río Orinoco
Zona en
reclamación
0 100 200
1 Catatumbo MRV KM
2 La Ceiba MRV
3 Frente Sur Andino-Portugués CPV
4 San Carlos CPV
5 Sombrero-Ortiz CPV
6 Norte Maturín-Bloque 1 LGV
7 Golfo de Paria Oeste LGV
8 Golfo de Paria Este LGV
9 Punta Pescador Oeste LGV
10 Delta Centro LGV
Para llevar a cabo esa tarea la Comisión Bicameral de Energía y Minas solicitó de la
Oficina de Investigación y Asesoría Jurídica del Congreso de la República, así como
a notables juristas especialistas en la materia, su análisis y opinión de los referidos
ocho (8) convenios en relación con el cumplimiento de su contenido en el Marco de
condiciones aprobado por el Congreso Nacional en el mes de julio de 1995.
7 Congreso de la República. Comunicación del 4 de junio de 1996, firmada por el doctor Carlos
Leáñez Sievert. Copia mimeografiada, pp. 1-2.
No hay contrato comercial en este planeta que se llama Tierra, en esta nave espacial
que se llama Tierra, que no se haga en inglés, así como el lenguaje de los diplomáticos
en el siglo decimonono fue el francés. Es cuestión de traducir bien; y enfatizó: sí, todos
los contratos comerciales se escriben en inglés. Ahora, ¿debemos hacerlo en un español
que lo entiendan los abogados? Bien, es mejor que lo entienda todo el mundo, pero no
criticar que se pueda escribir en inglés. Ese nacionalismo patriotero debía utilizarse en
otras cosas9 (destacado nuestro).
El punto central expuesto por el doctor Leáñez consiste en que al ser redactados
los contratos en referencia por abogados anglosajones y ser traducidos al calco,
se corre el grave riesgo de que en cualquier controversia jurídica, ello incida ne-
gativamente para el país en la interpretación de los convenios. Y tal cual afirma el
propio doctor Leáñez: “Acaso el estilo denunciado sea el uso frecuente de sectores
internacionales dedicados a estos asuntos, pero constituye una razonable y mode-
rada reivindicación imponer no sólo el fondo del asunto (la legislación propia),
8 Véase el estudio realizado por la Oficina de Investigación y Asesoría Jurídica, de fecha 11/06/96,
enviado al Presidente de la Comisión Bicameral de Energía y Minas. Copia mimeografiada.
9 Congreso de la República. Diario de Debates, Caracas, 19/06/96, p. 57.
dada la importancia de las atribuciones del Presidente del Comité de Control como
representante de los intereses del Estado venezolano, la Comisión Bicameral es de la
opinión que la designación del Presidente del Comité de Control, la cual es atribu-
ción de la Corporación Venezolana del Petróleo (CVP), según lo establece el Marco
de condiciones bajo el cual se realizan estos convenios, deberá realizarse de común
acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas. Al efecto, la Corporación Venezolana del
Petróleo (CVP) deberá designar como presidente del respectivo Comité de Control de
cada asociación, a la persona postulada por el Ministerio de Energía y Minas.
En fuerza de la anterior conclusión, esta Comisión Bicameral, igualmente por el voto
calificado de sus integrantes, recomienda a las Cámaras Legislativas:
1. Autorizar la celebración de los ocho (8) Convenios presentados por el Ejecutivo
Nacional13.
12 Para un estudio detenido sobre el particular, véase el trabajo “La apertura petrolera, los cambios
mundiales y la economía venezolana”, de Gastón Parra Luzardo. Ob. cit.
13 Congreso de la República. Comisión Bicameral de Energía y Minas. Informe para la autorización
previa de los ocho (8) convenios de asociación sometidos por el Ejecutivo Nacional a las cámaras
legislativas nacionales para la exploración a riesgo de nuevas áreas y la producción de hidrocarburos
bajo el esquema de ganancias compartidas. Junio de 1996. Copia mimeogafiada.
Dada la trascendencia del tema por considerar para la vida económica, política
y social de nuestro país, era de esperarse que en el seno del Congreso Nacional
se desarrollara un intenso y fructífero debate, donde aflorara las concepciones
doctrinarias, producto de los estudios rigurosos y sistemáticos sobre la materia
objeto de análisis. Pero desdichadamente, esa expectativa fue frustrada y de una
vigorosa y rica polémica tal cual ha debido ser, se evidenció en líneas generales
una controversia caracterizada por el empobrecimiento de las ideas y ausencia de
aportes sobre una materia de capital importancia para el país.
Gran parte de los oradores, que sin objeción alguna apoyaban los convenios de
asociación, en una u otra forma intervino más que para exponer razones y juicios
rigurosos de orden doctrinario y plenos de conocimientos sobre la materia obje-
to de discusión, para expresar trivialmente su posición favorable al proyecto del
acuerdo presentado por la Comisión Bicameral de Energía y Minas. Y, ciertamen-
te, ello ocurrió así, entre otras razones –ya señaladas– por el hecho insólito de que
la mayoría de los congresistas no recibió a tiempo el informe presentado por la
Comisión Bicameral de Energía y Minas; y mucho menos las copias de los ocho
(8) convenios de asociación por ser autorizados. Testimonio de ello fueron las in-
tervenciones de los diputados Ricardo Gutiérrez y Nelson Carrasquero. Todo ello
significa que hubo un desconocimiento total por parte de la mayoría de los con-
gresistas del contenido y alcance de los referidos convenios, tal cual lo aseveró el
diputado Alí Rodríguez al participar en el debate: “Tengo la absoluta certidumbre
que la mayoría de quienes votaron esos convenios no conocen el contenido de los
mismos”; y lo que es más grave –afirmó–, “Tengo la convicción profunda, por la
experiencia vivida en la Comisión Bicameral, que ni siquiera todos los miembros
de la Comisión los leyeron”15.
Los parlamentarios –en evidente minoría en el Congreso– que adversaron los con-
venios de asociación presentados por el Ejecutivo Nacional, manifestaron razones
de política económica, jurídica y éticas bien fundadas que advertían sobre los al-
cances e incidencias desfavorables que para el país tendrían esos convenios. En
ese orden de ideas, se desarrollaron las intervenciones de Alí Rodríguez, José Al-
bornoz, Ricardo Gutiérrez, Nelson Carrasquero, Lelis Páez, Cruz Ramón Galíndez
y la del senador Augusto Ortega Lima.
Al final del debate fue sometido a votación el informe presentado por la Comisión
Bicameral de Energía y Minas, en relación con los ocho (8) convenios de asocia-
ción para la exploración a riesgo de nuevas áreas y la producción de hidrocarbu-
ros bajo el esquema de ganancias compartidas, resultando, en medio de aplausos,
aprobada. En la decisión salvaron sus votos la Causa R, el MEP, el PCV y el
diputado independiente Cruz Ramón Galíndez.
Conviene referir que antes de procederse a los actos de licitación de las diez (10)
áreas para la exploración y subsiguiente explotación de hidrocarburos y a que
el Congreso diera inicio al debate en torno de los ocho (8) convenios de asocia-
ción, Petróleos de Venezuela y el Ejecutivo Nacional, por órgano del Ministerio
de Energía y Minas, llegaron a determinados acuerdos con las corporaciones pe-
troleras internacionales, mediante los cuales se otorgaban excesivos incentivos,
garantías y privilegios a los inversionistas, que incluso, desbordan el contenido de
alguna de las cláusulas de los convenios de asociación. Las resoluciones adopta-
das no fueron conocidas y, por supuesto, mucho menos debatidas por las cámaras
legislativas del Congreso, lo cual, sin duda alguna, es un hecho de suma gravedad,
dado que no es posible concebir en un régimen democrático que el máximo orga-
nismo del Poder Legislativo ignorara hechos de tal magnitud, que de una u otra
forma eran de indispensable estudio por parte de los diputados y senadores para
Por otra parte, resultaría aún más injusto acceder a las presiones que de manera
sistemática desarrollan las corporaciones petroleras con el fin de que el Congre-
so de la República discuta y apruebe de manera inminente la modificación de la
Ley de Impuesto sobre la Renta, con el objetivo de consagrar la reducción de las
tasas impositivas vigentes que recaen sobre la actividad petrolera.
Pretendemos evaluar los alcances y posibles efectos que esas decisiones y las vir-
tuales modificaciones del régimen jurídico que rige a la industria de los hidro-
carburos, integrados, por supuesto, al acuerdo que sobre los ocho (8) convenios
de asociación aprobara el Congreso Nacional, tendrán para la vida económica,
política y social del país, fundamentalmente, al evidenciarse, entre otros aspectos,
la plena participación de los monopolios transnacionales en la estrategia petrolera
y, en general, del país, con graves perturbaciones a las decisiones propias y con
evidente merma de la soberanía nacional.
Petróleos de Venezuela, en el apremio por asociarse con el capital foráneo, una vez
más confiere desproporcionadas ventajas al inversionista extranjero. En efecto,
antes de proceder a los actos de licitación de las diez (10) áreas de hidrocarburos
para la exploración y subsiguiente explotación, se adoptaron medidas como la
de autorizar la depreciación y amortización acelerada de las inversiones para los
contribuyentes dedicados a la explotación de hidrocarburos, así como proceder a
una drástica disminución de la participación del Estado por concepto de la regalía
petrolera.
3. Se aplicará el 16,67% para proyectos cuya TIR sea mayor o igual a 20%.
Otra fórmula ideada por Pdvsa para otorgarle mayores incentivos a los inversio-
nistas se encuentra en el documento “Determinación de un factor fiscal por área
para el cálculo del valor mercantil”20, en el cual “se analiza y evalúa el efecto de
considerar un factor fiscal por área que permita calcular el valor mercantil del
crudo para el pago de la regalía” ... “Esta evaluación se realiza, considerando muy
especialmente las grandes inversiones y gastos requeridos en infraestructura, man-
tenimiento y conservación para el transporte de los hidrocarburos desde el campo
de producción hasta el terminal de embarque”. Y se deslinda que “el factor fiscal
20 Para un análisis exhaustivo del cálculo del valor mercantil de la regalía petrolera, véase el libro
El despojo de Venezuela. Los precios del petróleo, de Gastón Parra Luzardo. Ediluz, 1979.
Todos esos incentivos al capital externo petrolero, solicitados por Pdvsa al Mi-
nisterio de Energía y Minas, fueron incorporados en cada uno de los ocho (8)
convenios de asociación que resultaron aprobados por el Congreso Nacional. Así,
por ejemplo, conviene señalar que el Convenio de Asociación para la exploración
y subsiguiente explotación del área La Ceiba, acordado por la CVP y los inver-
sionistas (Mobil Venezolana de Petróleos, Inc.; Veba Oil Venezuela Explotation
GMBH y Nippon Oil Exploration [Venezuela], Inc.), en el capítulo I de las De-
finiciones, al referirse al “impuesto de explotación” aclara que el mismo “será
calculado de acuerdo con el artículo 41 de la Ley de Hidrocarburos y del Con-
venio entre el Ministerio de Energía y Minas y la CVP respecto a la alícuota del
impuesto de explotación sobre los hidrocarburos producidos en el área, celebrado
de acuerdo con el mismo artículo y la condición vigesimoprimera” (del Marco de
condiciones para la celebración de los convenios), y en el capítulo X (Impuesto de
explotación), de los aspectos atinentes a los procedimientos contables del referido
convenio,23 se expresa lo siguiente: “Para la fecha de este Convenio, el operador
calculará el Impuesto de Explotación sobre la base (i) del artículo 41 de la Ley de
Hidrocarburos y (ii) el convenio de fecha 5 de diciembre de 1995 entre CVP y el
Ministerio de Energía y Minas (el Convenio sobre Impuesto de Explotación)”.
21 Ese factor fiscal (0,945) es lo establecido en los convenios suscritos en el año 1988 entre el
Ministerio y las empresas.
22 Economía Hoy, Caracas, 24/01/96.
23 Véase Convenio de Asociación acordado por la CVP y los inversionistas por el Consejo de Mi-
nistros con fecha 06 de marzo de 1996. Copia mimeografiada del documento enviado al Congreso de
la República.
Es lógico y razonable que las inversiones realizadas para el desarrollo de las ac-
tividades económicas se recuperen, a través de las asignaciones de consumo de
capital (depreciación, amortización, etcétera), dentro de un plazo razonable. Se
trata de distribuir la inversión en el número probable de años de la vida útil de
los bienes de capital a utilizarse en la producción. De allí que la propia Ley del
Impuesto sobre la Renta, en su numeral 5 del artículo 27 del capítulo III (De las
Deducciones y del Enriquecimiento Neto) establece como deducible para el pago
de impuestos,
Para proceder con tales fines existen, desde el punto de vista de los procedimientos
contables, varios métodos para calcular la cantidad por depreciar y amortizar.
Pero, sin duda alguna que, dadas las incidencias que tales deducciones tienen para
la percepción fiscal del Estado, resulta de crucial importancia para la nación ve-
nezolana, deslindar el alcance de los conceptos de amortización y depreciación,
como elementos de costos para la determinación de la masa gravable. Y en el caso
específico de la industria petrolera, es básico, dentro de la estructura de costos,
la aplicación correcta y adecuada de las asignaciones de consumo para el capital.
De allí que resulta imperativo el análisis, evaluación y formulación de criterios
adecuados para la elaboración de un sistema de contabilidad y procedimientos
financieros para la industria petrolera.
24 En el propio Estados Unidos, de acuerdo con “un estudio del año de 1947 hecho por el Departa-
mento de Tesorería, mostró que las compañías petroleras con activos de más de 100 millones dedujeron
por la vía del por ciento de agotamiento 16 veces más de lo que hubieran podido deducir si hubieran
seguido los métodos normales de depreciación sobre la base de costo original”. Véase el libro de En-
gler, Robert. Política petrolera. México: FCE, 1era. edición en español, 1966, p. 165.
los gastos directos incurridos en los pozos que resultaren secos, durante la etapa explo-
ratoria, podrán capitalizarse y amortizarse conforme al método previsto en ese artículo
o de acuerdo al método de línea recta, para un período de amortización que en ningún
caso podrá ser inferior a tres (3) años (destacado nuestro).
A este respecto, no debe olvidarse que sido práctica contable de las compañías pe-
troleras trasladar los gastos realizados en los pozos que resultan secos a los pozos
productivos. Y el artículo 7 reza que:
Todas las variables que intervienen para el cálculo de la amortización serán pro-
vistas por empresas y, por tanto, podrán ser manipuladas en favor de sus intereses
muy particulares. Así, por ejemplo, el monto de las reservas probadas remanentes
27 Juan Pablo Pérez Alfonzo. Petróleo y dependencia. Caracas: Editorial Síntesis Dos Mil, 1971, p. 148.
28 De acuerdo con algunos tratadistas, el concepto de agotamiento sólo y únicamente debe ser admi-
tido como un método para amortizar algunos bienes.
Por otro lado, conviene delimitar que por ser la nación venezolana propietaria
del recurso natural por ser explotado, no procede el agotamiento en beneficio de
la empresa, en todo caso, ello le correspondería con pleno derecho al Estado, en
virtud de la extinción de la riqueza nacional, de la disminución de su activo. De
allí que en las bases de contratación para los convenios en los cinco (5) bloques
seleccionados en la zona sur del lago de Maracaibo, aprobadas por el Congreso
de la República el 5/8/70, se estableció que “La contratista pagará a la CVP por
concepto de agotamiento una cantidad equivalente a un cinco por ciento (5%) de
la regalía pagada”29, aspecto este, por cierto, que no fue tomado en consideración
en los “convenios de asociación”.
32 Véase el Convenio de Asociación suscrito por la CVP con las compañías extranjeras. Copia mi-
meografiada, p. D-7.
33 “El procedimiento de ajuste por inflación hace una gran diferencia en una compañía como Pdvsa,
en la cual en números redondos la depreciación ajustada por inflación representó, aproximadamente,
Bs. 425.000 millones el año pasado en comparación con apenas Bs. 148.000 millones al cálculo sobre
la base de su costo histórico. El procedimiento de ajuste por inflación le permitió a Pdvsa generar
un flujo de caja adicional de Bs. 180.000 millones (igual a 65,5% de la diferencia entre Bs. 425.000
millones y Bs. 148.000 millones)”. Estudio de Veneconomía. El Universal, 16/05/96. De todos esos
beneficios adicionales, y aún más, disfrutará el inversionista extranjero. Beneficio que, por concepto
de ajuste por inflación, no perciben las corporaciones petroleras en los propios EE UU, por no estar
permitido por la ley.
Al aumentarse las rebajas a las cuales hemos hecho referencia, se sacrifica de nue-
vo al fisco nacional, dado que la tasa efectiva por ser aplicada disminuirá y, por
otra parte, el contribuyente gozará del beneficio de poder trasladar el excedente
acumulado, que en este caso será mayor, durante un lapso superior a los tres (3)
años establecidos en la vigente Ley de Impuesto sobre la Renta.
Presiones transnacionales
Los representantes de las compañías extranjeras recordaron sus viejos fantasmas en cuanto
al elevado régimen impositivo y a la necesidad de ofrecer un impuesto diferenciado para
campos como El Sombrero, donde se presume existen grandes yacimientos de gas36.
El presidente de la CVP, Juan Szabo, al comentar las posibles razones por las
cuales las áreas El Sombrero y Catatumbo quedaron desiertas, señaló que “Los
estudios que realiza la CVP es ver qué se puede hacer con estas áreas, para ha-
cerlas más atractivas y despertar el interés de los inversionistas privados”; y más
adelante precisó:
Entre las posibilidades que maneja la petrolera estatal puede añadirse la creación de
un régimen especial para las mismas, similar al que impera para los convenios de
34 La tasa efectiva para el sector petrolero ha venido disminuyendo durante los últimos años. En
1992, fue de 91,1%, en 1993 de 80,4%, en 1994 de 70,0%, en 1995 de 57,8% y en 1996 se incrementó
muy levemente, al ubicarse en 59,7%; y la tasa efectiva consolidada del Impuesto sobre la Renta, cal-
culada sobre los estados financieros en dólares, pasó de 78,4% a 58,1% –después de haberse situado en
44,1% en 1995– durante el lapso 1992-1996. Véase el Informe Anual de Petróleos de Venezuela, 1994,
1995 y 1996; pp. 68, 77 y 91, respectivamente.
35 Véase el trabajo “La apertura petrolera, los cambios mundiales y la economía venezolana” de
Gastón Parra Luzardo. Ob. cit.
36 Economía Hoy, Caracas, 30-01-96.
De igual manera, se afirma que la verdadera razón por la cual la Exxon y la Shell
no obtuvieron áreas para explotar y explorar fue la de considerar muy elevado el
régimen fiscal. Todo ello confirma que existen presiones externas e internas para
obligar al Ejecutivo Nacional a proponer ante el Congreso de la República la in-
mediata modificación de la Ley de Impuesto sobre la Renta, con el objeto de que
se disminuya la tasa impositiva para las actividades petroleras, aun tratándose de
petróleos livianos y medianos y de áreas de elevada prosperidad, como lo son las
diez (10) áreas que fueron licitadas.
37 Ibíd.
38 El Globo, Caracas, 22-01-96.
39 Copia mimeografiada. El texto de la carta puede consultarse en el libro Clientes negros, de José
Enrique Arrioja. Colección Ares. Libros de El Nacional, 1998, pp. 149-150.
40 El Universal, Caracas, 22/11/96.
41 Economía Hoy, Caracas, 21/11/96.
Pero ahora resulta que en los ocho (8) convenios de asociación, firmados con los
monopolios petroleros internacionales para el desarrollo de las actividades de hi-
drocarburos, se profundiza aún más hacia la desintegración de la industria petro-
lera nacional, desbordándose el propio contenido de las principales cláusulas que
conforman el referido Marco de condiciones, tal como lo precisamos en el caso
específico de la regalía petrolera.
42 En la propuesta elaborada por Pdvsa, según Ramón Espinasa, se determina que: “En la fase de
producción habría que ir a un esquema lineal de acuerdo con la rentabilidad; en segundo término,
definir un sistema de precios de transferencia, que hoy en día es posible, pues el mercado es muy trans-
parente; y aplicar 34% del ISLR a la refinación de los hidrocarburos”. Y en referencia a la posibilidad
de instituir un trato diferencial de la regalía petrolera, manifestó que: “Eso está en discusión”, en todo
caso el objetivo es establecer “un impuesto específico al petróleo que sustituirá a los actuales”. El
Nacional, Caracas, 19/01/1997.
43 Economía Hoy, Caracas, 19/11/96.
Los representantes de la CVP voten en contra de una propuesta que sea votada favora-
blemente por los representantes de las inversionistas, dichos representantes de la CVP
proveerá a la brevedad una declaración por escrito a los representantes de los inver-
sionistas contentiva de la razón por la cual votaron contra la propuesta, identificando
la manera en la cual tal propuesta es inconsistente con el interés nacional del Estado
venezolano44.
Con penas y razones jurídicas y nacionales, el doctor Carlos Leáñez Sievert, jefe
de la Oficina de Investigación y Asesoría del Congreso, opinó que
Es indudable que condiciones como éstas, impuestas por los inversionistas extran-
jeros y aceptadas por la cúpula gerencial de Petróleos de Venezuela y el Ejecutivo
Nacional, han debido ser rechazadas por el Congreso de la República, en razón de su
inconveniencia, por conllevar una dosis de coerción y, en definitiva, por ser lesivas
a los intereses nacionales. Además, la dinámica del negocio petrolero no tolera el
diferimiento, en el tiempo, de las decisiones que deben ser asumidas con celeridad.
44 Véase Convenio de Asociación entre la Corporación Venezolana del Petróleo, S.A. y Mobil Vene-
zolana de Petróleo, Inc., Veba Oil Venezuela Exploration GMBH y Nippon Oil Exploration (Venezue-
la), Inc. La Ceiba. Copia mimeografiada, p. 14.
45 Documento presentado al Presidente de la Comisión Bicameral de Energía y Minas del Congreso
Nacional. Copia mimeografiada, 1996, p. 4.
46 Convenio de Asociación. Documento citado, p. 14.
Otra de las condiciones que aparece en los ocho (8) convenios de asociación es la
referente a la transferencia de tecnología. Así, en el contrato firmado para el desa-
rrollo de las actividades en el área de La Ceiba, la cláusula 26.1 señala que:
Esta condición restringe, sin lugar a dudas, la posibilidad de que pueda darse una
genuina transferencia tecnológica –cuando más técnica– que realmente coadyu-
ve al desarrollo del país. De esa forma no se logra una “eficaz transferencia de
tecnología foránea”, tal cual se contempla en la cláusula decimocuarta del propio
“Marco de condiciones” mediante el cual se rigen los convenios de asociación,
ni mucho menos lo consagrado en la cláusula vigésima, en cuanto a que la em-
presa nacional “tendrá pleno acceso a toda información, datos y recaudos que se
produzcan por o para los inversionistas con ocasión de las actividades amparadas
por el Convenio”.
En la cláusula 31.2 del mismo contrato de La Ceiba se establece que “Los in-
versionistas y CVP acuerdan facilitar en términos razonables, sus experticias
técnicas y tecnología más avanzada para que sean usadas en las actividades del
Proyecto...”48 (destacado nuestro). ¿Cómo explicar que en un contrato de tanta
trascendencia para el país no se precisen los términos mediante los cuales se daría
la transferencia tecnológica? Con razón y en defensa de los auténticos intereses
nacionales, la diputada Lelis Páez, al intervenir en el debate escenificado en el
Congreso para considerar los ocho (8) convenios en referencia, formuló las si-
guientes interrogantes:
Todo eso confirma que con la apertura petrolera se está muy lejos de lograr una
auténtica transferencia tecnológica en beneficio del país, y que la industria pe-
trolera nacional continuará carente de tecnología propia y, por tanto, amarrada
a los paquetes técnicos contratados en los países industrializados que la han
monopolizado.
¿Será posible que con el proceso de la apertura petrolera, y con ello, el regreso de
las corporaciones petroleras internacionales, se apliquen realmente las medidas
eficaces para prevenir, conservar y evitar la destrucción del ambiente?
En este informe se deja claro que la actividad petrolera marcará un hito en la his-
toria del estado Monagas, “ya que el Gobierno nacional con la apertura cedió su
patrimonio natural a las transnacionales”, y:
en donde están comprometidos gran parte de los ecosistemas más frágiles de nuestro
país; estas empresas y Pdvsa ya están ejecutando las primeras fases de investigación de
campo y ejecutan labores sísmicas de 2 y 3 dimensiones, así como también las fases de
exploración sin tomar medidas mitigantes y haber realizado estudios de línea de base
para determinar la fragilidad de estos ecosistemas51.
Los ideólogos y ejecutores de la apertura petrolera, en una u otra forma, han da-
do seguridad a los inversionistas de que no deben ni tienen por qué preocuparse
por las medidas ambientalistas. Así, por ejemplo, “Pdvsa preparó un (Convenio
Paraguas) con el Ministerio del Ambiente para que las compañías arranquen sin
mayores trámites los procesos de búsqueda de petróleo”52. Y Claus Graff, primer
vicepresidente de Pdvsa, advirtió que “el actual crecimiento económico se afecta-
ría negativamente por un impulso desproporcionado de introducir nuevas medidas
de protección ambiental, tal cual ocurrió a principios de la presente década, algunas
de ellas sin asidero científico”, agregando que “El manejo subjetivo de considera-
ciones de protección ambiental no debe convertirse en nuevas herramientas obs-
truccionistas al libre comercio, tal cual ocurrió en el caso de la comercialización de
gasolinas en Estados Unidos”53.
51 Comisión Permanente del Ambiente y Ordenación Territorial del Senado: Informe técnico am-
biental. Daños al río Morichal Largo, 1996, p. 2.
52 Taynen Hernández y José E. Arrioja, “Con expectativas de producción temprana se firmaron con-
venios de apertura”. Economía Hoy, Caracas, 11/07/96.
53 El Universal, Caracas, 30/06/1996.
De la contabilidad en dólares
Es indudable que de esa manera las corporaciones petroleras tendrán mayores li-
bertades y posibilidades de manipulaciones contables y financieras para lograr sus
objetivos fiscales.
Por todos esos hechos, cada día cobra más fuerza y vigencia la solicitud de demanda
de nulidad de algunas de las cláusulas que conforman los convenios de asociación
para la exploración a riesgo de nuevas áreas y la producción de hidrocarburos bajo
el esquema de ganancias compartidas, que un grupo de prestigiosos y honorables
57 Análisis y evaluación de los Estados Financieros de Pdvsa al 31 de diciembre de 1995. Copia
mimeografiada, 1996.
58 Ob. cit., p. 191.
Con la finalidad de poner en práctica una mayor apertura petrolera, cónsona con
el proceso de la globalización del sistema capitalista, Pdvsa impulsó las llama-
das “asociaciones estratégicas”, y para la realización de las mismas el Congreso
Nacional aprobó las condiciones por las cuales deberán regirse los contratos por
firmarse. De esa manera fueron autorizados los convenios de asociación entre las
empresas Maraven, S.A. y Conoco, Inc.; entre Maraven-Total-Itochu y Marubeni;
y entre Lagoven con Exxon, Shell y Mitsubishi. Los dos (2) primeros convenios
tienen como finalidad la explotación y mejoramiento de petróleos extrapesados de
la Faja Petrolífera del Orinoco, y el tercero con el objeto de explotar y comercia-
lizar el gas natural proveniente de los yacimientos ubicados costa afuera al norte
del estado Sucre. Este proyecto denominado “Cristóbal Colón”, fue calificado por
reconocidos expertos sobre la materia, de inviable e inconveniente para el país.
59 Con fecha 14/12/1995 se introdujo ante la Corte Suprema de Justicia la primera demanda de
nulidad por ilegalidad de las cláusulas segunda, cuarta, décima y decimoseptima. Posteriormente, se
solicitó la nulidad por inconstitucionalidad de las cláusulas primera, segunda, cuarta, sexta, décima y
vigésima primera. Véase Las demandas de nulidad, copias mimeografiadas.
60 Maza Zavala, D.F. Crisis y política económica 1989-1996. Caracas, 1996, p. 54.
ECONÓMICAMENTE INVIABLE
Un documento interno de Pdvsa reveló para el momento de su aprobación, que el Cristóbal Colón
era el proyecto de menor rentabilidad financiera de toda la industria petrolera.
Jerarquización de negociación de Pdvsa
Otos proyectos asociados a la Faja del Orinoco, tales como los acordados entre
Lagoven con la Mobil y Corpoven con la empresa Atlantic Richfield (ARCO), se
encuentran en proceso.
Y para completar una fase más en el avance progresivo y sin límites de la priva-
tización petrolera, se firmaron los “convenios de asociación” para la exploración
Dentro de esa concepción fue creada Deltaven, empresa comercializadora que in-
tegra y coordina todas las actividades de mercadeo al detal de Pdvsa, con el interés
de privatizar la comercialización interna de los hidrocarburos. Para alcanzar este
objetivo, Pdvsa consideró conveniente derogar la Ley de Mercadeo Interno de
Hidrocarburos y a tal efecto presentó al Ejecutivo Nacional, para su debida revi-
sión al Congreso de la República, un nuevo proyecto de ley para la apertura del
mercado venezolano al capital privado transnacional63.
El móvil esencial del Proyecto de Ley consiste en eliminar la reserva que actual-
mente posee el Estado venezolano sobre todas las actividades económicas desa-
rrolladas por el mercado nacional de los productos derivados de hidrocarburos, así
como la de derogar la facultad que la ley promulgada el 21/06/197364 confirió al
ron toda clase de presión para impedir el objetivo propuesto por el Estado. De esa manera se negaron
a traspasar las estaciones de servicio a la CVP. Exigieron el lucro cesante y solicitaron ante la Corte
Suprema de Justicia la nulidad del decreto, por considerar que era inconstitucional. De igual forma, al-
gunos organismos nacionales se pronunciaron al respecto. En tal sentido, Fedecámaras señaló que...“el
decreto que regula la distribución de derivados del petróleo, se limita el derecho de libre comercio”.
Para un análisis sobre este asunto, véase del autor el libro Economía minera y petrolera. Facultad de
Ciencias Económicas y Sociales de La Universidad del Zulia, 1976.
65 Véase Proyecto de Ley Orgánica de Apertura del Mercado Interno de los Productos Derivados de
Hidrocarburos a la Participación de los Particulares. Copia mimeografiada.
66 Sobre este particular, Bernard Wheelahan, presidente de la Corporación Shell en Venezuela, afir-
mó: “Hay posibilidades para lograr ganancias: primero, precios más altos en la calle o precios de
suministro más bajos por parte de PDV y, en segundo lugar, más subsidios, pero no creo que ésa sea la
política de este gobierno” (destacado nuestro). El Nacional, Caracas, 10/03/98.
67 Asdrúbal Baptista, Integrar el petróleo. “Fundamentos de una nueva política petrolera”, en el libro
Ideas sobre el porvenir de Venezuela. Varios autores. Asociación Venezuela, Sociedad y Economía.
Caracas: Talleres gráficos de Joaquín Ibarra, 1993.
68 Varios autores. Gastón Parra Luzardo (Coordinador). Maracaibo: Publicaciones del Centro Expe-
rimental de Estudios Latinoamericanos de LUZ, 1996.
69 Véase los estudios elaborados por la Contraloría General de la República durante los años 1989 y
1990. Copia mimeografiada. Caracas.
El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, al analizar los siete (7) peca-
dos mortales de la privatización, alude, precisamente, aquel que corresponde a la
sustitución de los monopolios públicos por monopolios privados. “En este caso, se
trata de un simple traspaso de rentas del sector público al sector privado, con todas
las secuelas de arbitrariedades e iniquidades que los monopolios engendran”70.
El Congreso Nacional acordó que la discusión en torno del Proyecto de Ley Orgá-
nica de Apertura del Mercado Interno de los Productos Derivados de Hidrocarburos
se llevará a efecto durante las sesiones ordinarias por celebrarse en 1998. Ante ese
hecho y dado el apremio e interés manifestados por la cúpula gerencial de Pdvsa, de
hacer realidad lo más pronto posible el ingreso de las transnacionales petroleras en el
mercado nacional, logró que el Ministerio de Energía y Minas dictara la Resolución
70 Véase, de Diego Luis Castellanos. La pandemia del privatismo. Nueva Economía, no 10, año 7.
Caracas: Academia de Ciencias Económicas, 1998.
Conforme con esa resolución, durante el mes de febrero de 1998 fueron concedi-
dos permisos de distribución de combustibles a través de estaciones de servicio a
la Corporación Trébol Gas, C.A. y a la Corporación de Combustibles Monagas.
De igual forma, se firmó el contrato de distribución de combustibles entre la Shell
y Petróleos de Venezuela. Y, según declaraciones de Adolfo Fernández, gerente
de la División de Combustibles de la Corporación Shell, “...para este año (1998)
se establecerán 100 estaciones en todo el país. (...) La idea es tener, al pasar unos
cinco años, cerca de 400 estaciones y una cuota de 20% del mercado”72.
A esto es preciso agregar que empresas como Exxon, Shell, Mobil, Texaco, Amoco,
Repsol y Castrol, venden, desde 1996, sus combustibles en el mercado interno.
71 Véase la Gaceta Oficial N° 36.337 del 19/11/97. Posteriormente, fue dictada la Resolución N° 075,
en fecha 13/03/98.
72 Economía Hoy, Caracas, 05/03/98.
73 El Nacional, Caracas, 25/03/98; El Universal, Caracas, 26/03/98; El Globo, Caracas, 23/04/98.
74 Véase la Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 36.537 del 11/09/1998.
Como se podrá observar, tanto la participación del capital extranjero como la im-
portación de productos de la naturaleza indicada, estaban contenidos en el proyec-
to original presentado por el Ejecutivo.
El contenido de ese artículo debe valorarse en sus justos términos, por racional,
prudente y por constituir una prevención de cierta eficacia para la toma de la
decisión lo más equitativa y ponderada, por parte del Ejecutivo Nacional, por
referirse a un aspecto de vital importancia, como lo constituye la determinación
de los precios de los productos antes señalados, que verdaderamente correspon-
dan a los factores reales que intervienen en el proceso productivo, incluyendo,
por supuesto, el beneficio normal. Al actuar de esa manera, con el respaldo del
marco jurídico, se evitará la voracidad de los monopolios privados en función de
sus propios intereses, sin importarles las incidencias sociales y hasta políticas que
puedan desatarse en el país.
El haberse ratificado la potestad que tiene el Ejecutivo Nacional para fijar los
precios de la gasolina y otros productos derivados de los hidrocarburos en el
territorio venezolano, suscitó encendidas protestas y disconformidades de parte
de aquellos sectores que abogaban por despojar al Ejecutivo de esa facultad. El
Hoy tenemos ese instrumento. Creo que se ha dado un paso al frente en ese sentido. Ya
hay muchas cosas buenas en la Ley que fueron muy bien descritas por el presidente de
Fenegas. Yo los invitaría, en esta asamblea, a que discutan a fondo los detalles de esta
Ley, para que nos ayuden a proponer al Ejecutivo un reglamento que pueda cumplir
con los propósitos que animaron la propuesta original del Ejecutivo Nacional. Creo
que va a haber que trabajar un poco en la cadena de precios, para evitar que vayamos
a caer o retrotraernos a lo que ha sido la discusión secular de márgenes que ha llevado
a una cantidad de problemas y desinversión76 (destacado nuestro).
Esta Ley nos permitirá empezar un nuevo camino en función de que el precio deje de ser
una decisión forzada del Estado para que el mismo mercado, a través de su propia fuerza,
dé lineamientos y dimensión a ese precio (...) Más adelante, cuando el mercado esté pre-
parado, apuntará hacia el libre juego de la oferta y la demanda77 (destacado nuestro).
Por supuesto, las presiones de las empresas transnacionales también han aflorado;
así, por ejemplo, el gerente general de la División de Combustibles de la Shell
Venezuela, Adolfo Fernández, señaló que a la empresa le preocupan los futuros
márgenes de comercialización del combustible, como consecuencia de la nueva
Ley... El representante de la petrolera angloholandesa reiteró su confianza en que
el decreto del Ejecutivo establecerá los márgenes necesarios para las inversiones e
incrementará los esquemas de competencia78.
Esas opiniones dadas por los más altos representantes de la dirigencia oficial pe-
trolera, constituye un fiel testimonio de las presiones que ejercerán sobre el Presi-
dente de la República para tratar de desfigurar, a través del reglamento, el espíritu,
Las 18 áreas fueron otorgadas como las anteriores, con tasas impositivas fuertemen-
te disminuidas. La regalía petrolera, en la práctica, se redujo del 16,66%, establecido
en la Ley de Hidrocarburos, al 1%, para los casos en que la tasa interna de retorno
sea inferior del 12%; y en un intento por otorgar más incentivos, en claro detrimento
de la percepción de los beneficios que debería recibir el propietario, con el infundado
82 A este respecto, el Presidente de Pdvsa declaró “...se trata, por lo general, de campos con proble-
mas complejos, que ameritan el uso de capital y tecnología de gran calibre para su explotación”. El
Universal, Caracas, 07/06/97.
83 Alan J. Viergutz. “Apertura sí, peaje no”. El Nacional, Caracas, 12/01/97.
El nuevo instrumento legal que deroga la Ley de Conversión del Instituto Venezo-
lano de Petroquímica en Sociedad Anónima, sancionada el 06/07/1977, permite la
enajenación y gravamen de las acciones de Pequiven –que estaban expresamente
prohibidas–, y de esa forma se autoriza la participación significativa del sector
privado transnacional y nacional, del capital social de la compañía filial de Pdvsa.
Ciertamente, el parágrafo único del artículo 3, reza:
A este respecto conviene referir que el Proyecto de Ley sobre la materia, introduci-
do ante el Congreso con fecha 18/06/1996, establecía, en el artículo 3, que:
84 Véase Ramón Espinaza. “El negocio petrolero: de un enclave foráneo a industria nacional”. De-
bates, vol. 2, no 2, octubre-diciembre de 1996, p. 7, IESA.
85 En el Informe Anual de Petróleos de Venezuela, 1995, en el mensaje del Presidente se lee: “En
1995 avanzamos en otras iniciativas de apertura, cuyos resultados se verán en el corto plazo como la
reforma del marco legal petroquímico, destinado a una mayor apertura del sector, incluyendo la even-
tual privatización de Pequiven”, p. 11.
86 Véase Gaceta Oficial de la República de Venezuela Nº 36.537 del 11/09/98.
Todo ello revela que el verdadero objetivo por parte de los parlamentarios no era
el de impedir la venta de las acciones de Pequiven, sino que de lo que realmente se
trataba era de establecer ciertos límites a la participación del capital privado, con
la creencia de que con ello se garantiza el control de la empresa por parte del Esta-
do, olvidándose que dada la dependencia estructural que caracteriza a nuestro país
(comercial, financiera, económica, cultural, comunicacional, militar y política),
realmente demuestra, como en efecto ha ocurrido, que ello es una simple ilusión.
Entre las otras opciones de apertura fue anunciada por Pdvsa la creación de la
Sociedad de Fomento de Inversiones Petroleras (Sofip) con el atractivo objetivo
de fortalecer el ahorro interno y promover la participación directa del venezolano
en el sector petrolero a través de títulos ofrecidos en el mercado de capitales. La
intención es ampliar las opciones de financiamiento de la industria en proyectos
petroleros, petroquímicos, gas, carbón, orimulsión, así como la participación de
empresas mixtas en asociaciones con filiales privadas nacionales y extranjeras.
87 Diego Luis Castellanos. “La pandemia del privatismo”. Nueva Economía. Ob. cit.
En ese orden de ideas, el propio presidente de Pdvsa, Luis Giusti, afirmó: “Yo creo
que para cualquier empresa como Pdvsa, sin menoscabo para nada del control de
la autonomía nacional, sería muy saludable tener 15% en el mercado de capitales”
y agregó: “Todo esto va en la dirección de la mayor participación de los privados
en la industria petrolera88”. Dos años después afirmó:
Si una vez abierto el camino para la privatización parcial de Pdvsa –que requiere la
intervención del Congreso para modificar la Ley de Nacionalización– se busca una
forma de hacerlo, yo estaría de acuerdo de que se emitieran acciones por el 10% del
valor patrimonial de la industria petrolera venezolana89.
Por supuesto, declaraciones de esta naturaleza revelan una vez más, a lo largo de los
23 años de haberse puesto en vigor la Ley Orgánica que Reserva al Estado la Indus-
tria y el Comercio de los Hidrocarburos, que la cúpula de Petróleos de Venezuela
no solamente se limita a las funciones para las cuales fue creada, sino que impone
la política petrolera por desarrollar, desplazando al Ministerio de Energía y Minas,
aunque el titular de este Ministerio declarara que: “Los yacimientos ni se prestan,
Pero es innegable, dado el poder que ejerce Pdvsa y la actual afirmación del domi-
nio transnacional, que no debe extrañar ni sorprender que el Ejecutivo Nacional,
por solicitud de la industria petrolera, modifique el decreto91 mediante el cual se
rige el funcionamiento de la empresa estatal petrolera y someta a la consideración
del Congreso Nacional la reforma de la vigente Ley de Nacionalización Petrole-
ra92. Infaliblemente, en el país existe una arremetida contra los intereses nacio-
nales, de forma tal que representantes de la clase dirigente transnacionalizada,
políticos, intelectuales, desde hace tiempo, se han dedicado a la siembra de la
desnacionalización.
En todo caso, ¿por qué propiciar la disminución de ingresos por concepto de im-
puestos y dividendos? ¿Por qué compartir con los inversionistas extranjeros, el
sacrificio fiscal que hace el Estado, al otorgar extraordinarios incentivos fiscales y
monetarios a Pdvsa, con el propósito de promover supuestamente su desarrollo?
Se entiende que es lógico plantear cuál es el valor real de las acciones de Pdvsa.
Según los libros, el valor nominal de cada acción es de 25 millones de bolívares
que, a la tasa de cambio actual, equivalen a 42.662.116 dólares. Al venderse el 10
o el 15% de las acciones, se obtendría un ingreso de 157.167.235 o de 235.750.853
dólares. Pero el valor real de esas acciones es mucho mayor. Así, por ejemplo,
según Luis Giusti, Petróleos de Venezuela, S.A. tiene un valor de 100 mil millones
No se trata de obtener unas cuantas divisas más a cualquier costo. En todo caso, lo
que más debe importar es que a través de esas negociaciones las transnacionales
del petróleo se queden, mediante la propiedad privada, con la capacidad de control
de la industria petrolera nacional, horadando la efectividad de la toma de decisio-
nes propias para llevar a cabo políticas esenciales que, en nombre del aperturismo,
privan al Estado nacional de su soberanía a favor de poderes privados.
93 El Nacional, Caracas, 06/09/1998. De acuerdo con información aparecida en la revista Fortu-
ne, del 03/08/1998 (las 500 mayores corporaciones mundiales) el valor de los activos de Pdvsa, al
31/12/1997, es de 47 mil 148 millones de dólares.
94 Existen innumerables ejemplos en los que se ha constatado que el monto que se ofrece en el mer-
cado por la compra de ciertas empresas estatales es mucho más bajo que el que se cotiza como valor en
libros. Así, por ejemplo, en México la industria petroquímica tiene un valor en libros de 17.000 millones
de dólares y la suma ofrecida por las transnacionales oscila entre 1.600 a 5.000 millones de dólares.
Véase el trabajo de Arturo Bonilla Sánchez. México: crisis acentuada y privatización. A propósito de la
Petroquímica. Problemas del Desarrollo, no 104, 1996, p. 73. México.
95 Dirigentes políticos y ex candidatos presidenciales como Eduardo Fernández, Oswaldo Álvarez Paz,
Claudio Fermín, Humberto Calderón Berti y organismos empresariales como Fedecámaras. En el proceso
de elecciones para la Presidencia de la República, por efectuarse el 06/12/1998, los candidatos, Miguel
Rodríguez y Claudio Fermín, en sus programas de gobierno, proponen la venta de acciones de Pdvsa.
De igual forma, Andrés Sosa Pietri, ex presidente de Pdvsa, sostiene que “...la in-
dustria petrolera debería pasar de empresa pública a una de acciones de derecho
96 En tal sentido, se pronunciaron la Universidad Central de Venezuela, La Universidad del Zulia e
instituciones como Pro-Venezuela, Fundapatria y los partidos políticos Acción Democrática y Causa R.
97 Véase la Gaceta Oficial Nº 35.991 del 1º de junio de 1996.
98 El Nacional, Caracas, 27/10/1996.
99 El Globo, Caracas, 22/11/96.
Con el pretexto de que los yacimientos petrolíferos deben ser propiedad de la na-
ción, es decir, de los venezolanos, con separar a la nación del Estado –cosa falsa
e incomprensible ya que el Estado es la representación jurídica de la nación y, por
tanto, no puede existir esa separación102–, lo que se persigue es arrebatarle a los
venezolanos –ya sin representación jurídica como un todo– su derecho inalienable
de disponer de su propiedad y cederla a las grandes corporaciones internacionales
con la participación de la clase social transnacionalizada, constituida por empresa-
rios venezolanos en evidente inferioridad de poder. Reducir y debilitar al Estado,
disminuir su capacidad de acción, en realidad lo que conduce es a la desintegra-
ción de la nación. Por esto es necesario recordar la frase del general De Charles
Gaulle: “Sin Estado no habría Francia”103.
Ahora bien, sin duda alguna que una seria y conveniente reflexión nacional, debe
estar fundamentada en el destino que debería dársele a los ingresos derivados de la
actividad petrolera. En ese sentido, sustentamos la tesis de que el ingreso petrolero,
por provenir de un recurso natural agotable, de la liquidación de un activo nacional,
debería ser destinado, dentro de una auténtica estrategia económica, política y so-
cial, a las actividades de inversión, para la producción de bienes de capital y al in-
cremento del potencial productivo nacional104. De lo contrario, se estaría dilapidan-
do el patrimonio público. El objetivo es el de utilizar racional y eficientemente los
ingresos derivados por la explotación petrolera y de avanzar hacia la integración
En torno a esa tesis debería conformarse un gran consenso nacional, con vocación
verdaderamente nacionalista en procura de que el Estado, como propietario de las
riquezas del subsuelo y como único representante de la nación, cumpla cabalmen-
te con el objetivo del desarrollo integral del país, que en nuestro criterio, no puede
ni debe dejarse en manos del sector privado. Recojamos el testimonio del papa Pío
XI, en la Encíclica Cuadragésimo Anno, 1931 (párrafo 123):
Hay ciertos bienes respecto de los cuales se puede sostener con razón que deben estar
reservados a la colectividad, porque ellos confieren un poder tal que no se puede, sin
peligro para el bien común, dejarlos en manos de personas privadas106.
En efecto, “corresponde al Estado, en cuanto representante de la sociedad, señalar
el rumbo estratégico de la nación, perfilar sus objetivos, presentar los desafíos y
movilizar las energías sociales para encaminar el país en una cierta dirección”107.
Al cumplir el Estado con esa función esencial, el país podría, mediante la plani-
ficación y aplicación de políticas auténticamente nacionales, transformarse en un
plazo razonable y lograr un desarrollo firme, autosostenido para el bienestar de la
sociedad venezolana.
Para que todo eso sea factible se requiere con urgencia de una sensata reflexión
y de las necesarias rectificaciones sobre el presente y futuro del país, se precisa
que realmente se democratice el Estado y se garantice una verdadera democracia,
donde el pueblo sea quien gobierne y ejerza efectivamente sus designios.
Creo, tal cual lo afirmara Mario Briceño Iragorry, “que todo venezolano aspira a
que el desarrollo material de la patria no llegue a desfigurar los valores que le dan
fisonomía”108.
Inspirados en juicios como éste, debemos trabajar y luchar incansablemente por el
rescate de los recursos naturales y ponerlos en función de los retos y realizaciones
de la sociedad venezolana. Para esto es necesario impedir la privatización de la
industria petrolera nacional.
105 Carlos Fuentes. Tres discursos para dos aldeas. Argentina: FCE, 1993, p. 99.
106 Citado por Eduardo Novoa Monreal. Nacionalización y recuperación de recursos naturales ante
la ley internacional. México: Edit. FCE, 1974, p. 33.
107 Gustavo Fernández. Pobreza, democracia y economía de mercado. Tomado del libro: Reforma
política, gobernabilidad y desarrollo social. Retos del siglo xxi. Carlos Contreras (compilador). Nueva
Sociedad, 1ra. edición, 1996, p. 46.
108 Mensaje sin destino. Obras selectas. Madrid-Caracas: Ediciones Edime, 1954, p. 514.