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Alfonso X de Castilla

Alfonso X de Castilla, llamado «el Sabio» Toledo,


23 de noviembre de 12211 -Sevilla, 4 de abril de Alfonso X de Castilla
1284), fue rey de Castilla, de León y de los demás
reinos con los que se intitulaba entre 1252 y 1284. Rey de Castillaa
A la muerte de su padre, Fernando III «el Santo»,
reanudó la ofensiva contra los musulmanes, y
ocupó Jerez (1253), arrasó el puerto de Rabat, Salé
(1260) y conquistó Cádiz (c. 1262). En 1264, tuvo
que hacer frente a una importante revuelta de los
mudéjares de Murcia y del valle del Guadalquivir.
Como hijo de Beatriz de Suabia, aspiró al trono del
Sacro Imperio Romano Germánico, proyecto al que
dedicó más de la mitad de su reinado sin obtener
éxito alguno.2 Los últimos años de su reinado
fueron especialmente sombríos, debido al conflicto
sucesorio provocado por la muerte prematura de su
primogénito, Fernando de la Cerda, y la minoridad
de sus hijos, lo que desembocó en la rebelión
abierta del infante Sancho y gran parte de la
nobleza y las ciudades del reino.2 Alfonso murió
en Sevilla durante el transcurso de esta revuelta,
habiendo desheredado a su hijo Sancho. Alfonso X en una miniatura medieval del Libro de los
juegos
Llevó a cabo una activa y beneficiosa política
Información personal
económica, reformando la moneda y la hacienda,
Reinado 1 de junio de 1252-4 de abril de
concediendo numerosas ferias y reconociendo al
1284
Honrado Concejo de la Mesta.3
Coronación 1 de junio de 1252
También es reconocido por la obra literaria, Nacimiento 23 de noviembre de 12211
científica, histórica y jurídica realizada por su Toledo
escritorio real. Alfonso X patrocinó, supervisó y, a Fallecimiento 4 de abril de 1284 (62 años)
menudo, participó con su propia escritura y en Sevilla
colaboración con un conjunto de intelectuales Entierro Catedral de Sevilla
latinos, hebreos e islámicos conocido como Escuela Predecesor Fernando III
de Traductores de Toledo, en la composición de una
Sucesor Sancho IV
ingente obra literaria que inicia en buena medida la
Familia
prosa en castellano. Elaboró de su pluma las
Cantigas de Santa María y otros versos y realizó Casa real Casa de Borgoña
así un gran aporte a la lengua culta del momento en Padre Fernando III
la corte del reino, el galaicoportugués, que por su Madre Beatriz de Suabia
noble autor nos ha perdurado. Consorte Violante de Aragón
Descendencia Véase Descendencia
En 1935, se le reconoció como astrónomo,
nombrando en su honor al cráter lunar
«Alphonsus».4

Índice Escudo de Alfonso X de Castilla

Biografía
Etapa como infante
Campaña en Andalucía y batalla
de Jerez (1231)
Conquista de los reinos de Murcia
y Sevilla
Política interior
Medidas económicas
Reformas legislativas
Actividad repobladora
La revuelta mudéjar
Relación con la Iglesia
Relación con la nobleza
Relaciones con la familia real
Política exterior
La cuestión del Algarve
Relación con Navarra
Acercamiento a Francia
Rivalidad con Granada y guerras
con los benimerines
El fecho del Imperio
El fecho de Allende
Los difíciles últimos años
La rebelión nobiliaria de 1272
Conjura de 1277
La problemática sucesión
Matrimonio y descendencia
Ancestros
Actividad cultural
Véase también
Notas
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Biografía
Etapa como infante
Hijo primogénito de Fernando III el Santo y de Beatriz de Suabia (hija de Felipe, antiguo aspirante al
trono imperial alemán, y nieta del emperador Federico I Barbarroja), Alfonso nació en la ciudad de
Toledo el 23 de noviembre de 1221, día de la festividad de san Clemente.5 Tuvo tres hermanas y seis
hermanos.6 El 21 de marzo de 1222 fue jurado heredero en la ciudad de Burgos.6 Para encargarse de su
crianza fue designada ama Urraca Pérez y ayo García Fernández de Villamayor, que había sido
mayordomo de la reina Berenguela y cuya segunda esposa era Mayor Arias de Limia.7 Con ambos se
crio en Villaldemiro y en Celada del Camino.7 b 8 Parte de su infancia la pasó en las propiedades que
tenían sus cuidadores en Allariz (Galicia), donde aprendería el galaicoportugués9 que utilizó en las
Cantigas compuestas en su scriptorium y, al menos diez de ellas, seguramente debidas al mismo rey.10 7
Ya en la Corte de Toledo, recibió una esmerada educación en múltiples campos, a la vez que empezó a
relacionarse con los herederos de las principales familias nobles de los reinos de Castilla y de León.

Campaña en Andalucía y batalla de Jerez (1231)


En 1231, mientras Fernando III recorría las principales ciudades del reino de León después de haber
tomado posesión de él, el soberano envió a su hijo el infante Alfonso, que contaba nueve años de edad y
se hallaba en Salamanca, a devastar los reinos musulmanes de Córdoba y Sevilla, acompañado por el
magnate Álvaro Pérez de Castro el Castellano y del magnate Gil Manrique.11 No obstante, varios
historiadores han señalado que el infante Alfonso al que se refieren las crónicas de la época no fue el hijo
de Fernando III el Santo, sino su hermano, el infante Alfonso de Molina, hijo del difunto Alfonso IX de
León.c No obstante, según la versión que sostiene, el infante Alfonso presente en la batalla era en
realidad el hijo del rey Fernando III:

Mandó a don Alvar de Castro, el Castellano, que fuese con


él, para guardar el infante y por cabdillo de la hueste, ca el
infante era muy moço e avn non era tan esfforçado, e don
Alvar Pérez era omne deferido e muy esforçado.12

Desde Salamanca y pasando por Toledo, donde se les unieron


cuarenta caballeros toledanos, se dirigieron hacia Andújar, y
desde allí, se encaminaron a devastar la tierra de Córdoba, y
posteriormente, al municipio cordobés de Palma del Río, donde
exterminaron a todos los habitantes y tomaron la localidad, Vista del Alcázar de Jerez de la
dirigiéndose a continuación hacia el reino de Sevilla y hacia Jerez Frontera. La batalla de Jerez, librada
en 1231, supuso la derrota de las
de la Frontera, donde instalaron el campamento cristiano en las
tropas del rey musulmán de Sevilla.
cercanías del río Guadalete.13 El emir Ibn Hud, que había
reunido un numeroso ejército dividido en siete cuerpos, se
interpuso con él entre el ejército cristiano y la ciudad de Jerez de la Frontera, obligando a las tropas de
Alfonso a combatir. Durante la batalla que se libró a continuación, conocida como la batalla de Jerez, el
ejército de Alfonso derrotó a las tropas musulmanas, a pesar de la superioridad numérica de estos
últimos. Alfonso X el Sabio se refirió posteriormente a la batalla de Jerez, librada en el año 1231, y en la
que Álvaro Pérez de Castro el Castellano acaudilló las huestes cristianas, del siguiente modo:

Conviene que sepades los que esta estoria oyredes que la cosa del mundo que más quebrantó a
los moros, por que el Andaluzía ovieron a perder e la ganaron los christianos dellos, fue esta
cabalgada de Xerez, ca de guisa fincaron quebrantados los moros, que non pudieron después
auer el atreuimiento nin el esfuerço que ante avíen contra los christianos, tamaño fue el espanto
e el miedo que tomaron desa vez.13

Después de su victoria en la batalla de Jerez, Álvaro Pérez de Castro se dirigió al reino de Castilla y
entregó al infante Alfonso a su padre el rey, que se hallaba en la ciudad de Palencia.

En 1235 falleció su madre, la reina Beatriz, y en 1240 su padre le puso casa propia, sostenida por rentas
leonesas y andaluzas.14 En 1242 participó en el aplastamiento de la rebelión de Diego López de Haro.14

Conquista de los reinos de Murcia y Sevilla


Cumplida la mayoría de edad a los diecinueve años, Alfonso
utiliza oficialmente el título de heredero y comienza a ejercer
actividades de gobierno en el reino de León. Poco después,
afronta diversas operaciones militares:

En 1243, debido a la enfermedad que sufría su padre,


el infante se hizo cargo de la campaña de conquista del
reino de Murcia (1243-1245), con la ayuda de ciertos
caudillos musulmanes del territorio.15 La taifa temía
ser absorbida por el vecino reino granadino, y su señor
decidió solicitar la protección de los castellanoleoneses,
que le enviaron tropas y una embajada en abril de
1243.16 La mayoría de los caudillos regionales
pactaron con los castellanoleoneses en Alcaraz, pero
Mula, Lorca y Cartagena, rehusaron hacerlo y fueron
subyugadas, las dos primeras en la primavera del 1244
y la tercera a comienzos de 1245.15 En el transcurso Atarazanas Reales de Sevilla.
de estas operaciones firmó el Tratado de Almizra (26 Alfonso X construye los mayores
de marzo de 1244) con Jaime I de Aragón, su futuro astilleros de Europa.
suegro, estableciendo las fronteras entre ambos
reinos.17
En 1246, puede que participase en las largas operaciones de asedio de Jaén, que
concluyeron con su conquista.18
En 1246-1247 participó en la guerra civil portuguesa, apoyando a Sancho II de Portugal
frente a su rival y hermano Alfonso de Bolonia.19 Tras vencer a las fuerzas portuguesas
cerca de Leiría, abandonó el reino para participar en la conquista de Sevilla.20
En 1247-1248 colaboró en primera línea en la conquista de Sevilla.18 A causa de la
quebrantada salud de su padre, Alfonso se ocupó del reparto entre los miembros de la
hueste de los nuevos territorios adquiridos, así como de distintas labores de gobierno.
En 1248 comenzó la conquista del Reino Taifa de Murcia que le correspondía en virtud al
Tratado de Almizra por lo que las ciudades de Villena, Alicante, Elche, Orihuela, Murcia,
Lorca y Cartagena fueron incorporadas a la Corona de Castilla. Al poco, serían entregadas
las villas y fortalezas del Vinalopó, a modo de infantado, a su hermano, el infante Manuel
de Castilla, siendo creado el Señorío de Villena.
Dos años antes de la toma de la ciudad de Sevilla se habían celebrado los esponsales del infante Alfonso
con la infanta Violante de Aragón, hija de Jaime I de Aragón, aunque hasta el 29 de enero de 1249 no se
celebró la boda en la ciudad de Valladolid.16 La reina estuvo a punto de ser repudiada por estéril pero
quedó embarazada tras reposar en la ciudad de Alicante tras su conquista en 1248. Matrimonio de
Estado, no impidió que Alfonso siguiese manteniendo relaciones con Mayor Guillén de Guzmán, con la
que tuvo una hija.16

El 31 de mayo de 1252 falleció Fernando III el Santo, y el 1 de junio fue proclamado rey el infante
Alfonso, que reinaría como Alfonso X de Castilla y de León.21

Política interior
El reinado de Alfonso X fue un reinado reformador, que iniciaría
el proceso que desembocaría en el Estado Moderno de época de
los Reyes Católicos. Fundamentó, asimismo, la supremacía de
Castilla entre los reinos peninsulares.

Medidas económicas
Noven, moneda de vellón, acuñada
El principal desarrollo económico en el sector primario se dio en en La Coruña durante el reinado de
en la ganadería ovina trashumante, impulsado por la anexión Alfonso X. La leyenda dice en latín
22
castellana del valle del Guadalquivir. A mediados del siglo se "Moneda de Castilla y de León".

definieron los trazados de las principales cañadas reales (la


leonesa, la segoviana, la soriana y la manchega).22 La principal
medida económica del reinado fue la creación del Honrado Concejo de la Mesta de pastores, que reunió a
todos los pastores de León y de Castilla en una asociación nacional y les otorgó importantes prerrogativas
y privilegios tales como eximirles del servicio militar, testificar en los juicios, derechos de paso y
pastoreo, etc.23 Se desconoce el año exacto de la fundación, pero debió tener lugar entre 1230 y 1263.24

En las ciudades crecieron las cofradías, antecedentes de los gremios, pese a la oposición del rey.25

Los objetivos económicos principales del rey fueron el fomento del comercio y la homogeneización de
los territorios que gobernaba.26 En lo que respecta al primero, trató de allanar las transacciones internas
mediante la reducción de los impuestos que las gravaban, al tiempo que establecía aranceles para las
importaciones y exportaciones para aumentar los ingresos de la Corona.26 Se fijaron además las
poblaciones por las que pasaban el comercio exterior.26 Además, se favoreció la implantación de un
sistema común de pesos y medidas.26 Durante el reinado se crearon además veinticinco nuevas ferias,
que solían durar una semana y coincidían con fiestas religiosas.27

En cuanto a la política fiscal, el objetivo del monarca fue el rápido incremento de los ingresos de la
Corona, sumida a finales del reinado de su padre en una quiebra práctica.28 Para ello estableció nuevos
impuestos a las actividades económicas pujantes, como el comercio o la ganadería trashumante y trató de
obtener frecuentes servicios (contribuciones extraordinarias), en especial a partir de 1264.29 Los
servicios, a diferencia de su precedente, el pedido, afectaba a la nobleza y al clero, y suscitaron el
descontento de estos.30 El aumento general de la presión fiscal originó oposición también en la
oligarquía urbana y fue uno de los motivos de la rebelión nobiliaria de 1272.31

Reformas legislativas
Alfonso X pretendía renovar y unificar los diversos fueros que regían sus dominios.32 Para lograr ese
objetivo, el primer paso fue la redacción del Fuero Real para las ciudades del país. Esta unificación
jurídica formaba parte del intento general de homogeinización de los territorios reales que emprendió
Alfonso.33

El Espéculo sería la primera redacción de un código legal


unificado, en la línea del Fuero Real; fue un compendio legal de
Castilla, que se envió a los núcleos urbanos como obra de
referencia.34 Sería promulgado en 1255. Sin embargo, al año
siguiente llegó una embajada de la ciudad italiana de Pisa
ofreciendo a Alfonso su apoyo para optar al trono imperial. El rey
castellano decidió entonces que su equipo de juristas elaborara un
nuevo código legal ampliado, basado en el Espéculo y en el
Derecho romano-canónico. Se trata de las Siete Partidas,34
redactadas entre 1256 y 1265, y de las que se ha llegado a
decir35 que son, por su calidad y trascendencia interna y exterior,
equiparables en el mundo del Derecho a lo que fue la obra de
Santo Tomás de Aquino para la teología.
Estatua de Alfonso X el Sabio en la
escalinata de entrada de la B. N. E.,
Alfonso no solo promulgó nuevas leyes, sino que además creó
en Madrid (J. Alcoverro, 1892)
nuevos cargos, como el de adelantado o el de almirante, reflejo de
la creciente importancia de la flota castellana.36 El cargo de
Adelantado mayor de Andalucía se creó en 1253 para la Andalucía Bética conquistada.37 A continuación
se creó el equivalente para Murcia.37 Este nuevo cargo sustituyó además a los merinos mayores en
Castilla y León.37 En la década de 1260 se unieron los adelantamientos de Andalucía y Murcia (que
volvieron a separarse en la década siguiente) y desaparecieron los adelantados de Castilla y León.37 Se
creó también la figura del adelantado de Álava y Guipúzcoa.37 Su función era esencialmente jurídica:
eran el juez principal y de apelación del territorio que se les asignaba y representaban al rey en su
ausencia en algunos actos como la recepción de castillos o la toma de juramentos.38

Fue el primer monarca castellano que utilizó las Cortes, reunidas por primera vez en León en 1188, como
instrumento habitual de gobierno.39 A las sesiones, muy frecuentes en el reinado de Alfonso, acudían los
tres estamentos: nobleza, clero y tercer estado (procuradores de villas y ciudades), a diferencia de lo que
ocurría con su precedente, la curia regia, de la que estaba excluido este último.40 El objetivo primordial
de la convocatoria de Cortes fue la obtención de subsidios extraordinarios, puesto que la consecución de
nuevos fondos preocupó constantemente al rey.41

El rey era, en opinión de Alfonso, la «cabeza del reino», «vicario de Dios» aunque independiente en su
poder temporal de la Iglesia, y por tanto trató de reforzar todo lo posible el poder de la Corona.42 El rey
era el legislador del reino y el juez supremo.43 También el jefe del Ejército y la cabeza de la
Administración Pública, así como quien decidía la política exterior del reino.43 Alfonso no se limitó, sin
embargo, a aplicar las antiguas leyes y a ejercer sus tradicionales prerrogativas, sino que fue un
reformador, un innovador legislativo.43

Las reformas legislativas del rey produjeron el rechazo de elementos ciudadanos y nobiliarios, cuyos
privilegios se veían amenazados por la creciente intervención del Estado en las legislaciones
privativas.32 Este rechazo fue una de las causas de la gran rebelión nobiliaria de 1272, que obligó al rey
a ceder y permitir que algunas localidades recuperasen sus antiguos fueros, desechando el real.32

Actividad repobladora
Sin duda, la labor más importante en este ámbito emprendida por este monarca fue la repoblación del
antiguo reino de Sevilla, que permitió consolidar las conquistas de Fernando III.44 Los objetivos de las
repoblaciones alfonsinas eran dobles: económicas (mejorar la explotación del territorio) y militar
(proteger puntos vulnerables).44

Nada más rendirse la ciudad hispalense, se procedió al reparto de


las casas de su casco urbano y de las tierras de alrededor entre los
soldados de las huestes reales y nobiliarias, así como entre gentes
procedentes de todos los rincones de la Corona de Castilla. Este
modelo de repoblación, que vació de musulmanes aquellas
localidades que habían sido tomadas por fuerza o que capitularon
tras un sitio (caso de las principales ciudades del valle del
Guadalquivir), convivió con el mantenimiento de la población
autóctona en diferentes zonas. Muchas localidades serranas de
Jaén y Córdoba, y otras de las campiñas y llanuras, se rindieron a
los castellanos mediante capitulación, por la cual éstos se hacían
Sello de Alfonso X cargo de sus fortalezas y del cobro de impuestos, mientras que los
mudéjares conservaban cierta autonomía política y religiosa.

Este sistema no fue viable después de la revuelta mudéjar de 1264. La expulsión que se produjo de
musulmanes en las tierras andaluzas y el agotamiento demográfico de los reinos de Castilla y de León
tuvo como consecuencia una bajísima densidad de población en el sur, que no pudo ser paliada por la
labor repobladora de Alfonso X en la comarca del Guadalete y en la bahía de Cádiz, ni por las iniciativas
señoriales en la frontera con Granada. Finalmente, los repobladores se concentrarían en las grandes
ciudades del valle del Guadalquivir.

Los puntos de mayor peligro se encomendaron a las órdenes militares: la de Santiago obtuvo Segura,
Estepa y Medina-Sidonia (tras la desaparición de la efímera Orden de Santa María de España, fundada
por Alfonso); la de Calatrava recibió Martos y Alcaudete; y la Alcántara, Morón.45 Le rey trató también
de potenciar los concejos, el principal de los cuales en la zona era el de Sevilla.46

En Murcia la situación fue similar, si bien no hubo expulsión de mudéjares tras la rebelión de 1264.47 En
la región convivieron repobladores castellanos, aragoneses (un 45 % en algunas comarcas),
ultramontanos (franceses e italianos, principalmente), mudéjares, comunidades judías.47 Las zonas más
pobres quedaron casi despobladas, y parte de la población, tanto mudéjar como cristiana, abandonó la
región.47

También impulsó Alfonso X la llamada repoblación interior, con la fundación de villas y polas (pueblas)
nuevas en regiones del norte e interior peninsular.48 Con ello pretendía reforzar la jurisdicción realenga
en zonas en las que tradicionalmente habían predominado los señoríos de distinto tipo.49 Así, podemos
enumerar las siguientes:

Aguilar de Campoo en Castilla (1255).


Cangas de Tineo en Asturias (1255).50
Villa Real, actual Ciudad Real, fundada en Pozuelo de don Gil en 1255. Se estableció con
el fin de contrarrestar el poder que la Orden de Calatrava ejercía en la comarca.48
Santa Marta de Ortigueira en Galicia (1255).50
Tolosa y Villafranca de Ordicia y Segura en Guipúzcoa (1256).50
Treviño en Burgos (1254).50

La revuelta mudéjar
Ya al principio del reinado, en 1253, Alfonso tuvo que afrontar
rebeliones en los territorios recién incorporados a Castilla.51 Se
alzaron contra el rey Tejada, cerca de Sevilla, así como Lebrija,
Arcos, Medina-Sidonia y Jerez; esta última resistió a los
castellanos hasta 1261.52

A los pocos años de haber renovado la sumisión a Castilla, que ya


habían ofrecido a Fernando III, los pequeños territorios
tributarios de Niebla y Jerez de la Frontera vieron cómo Alfonso
X les arrebataba por la fuerza de las armas la poca autonomía que
les restaba.53 Jerez fue conquistado tras un mes de asedio, a
finales de 1260 o comienzos del año siguiente.53 Niebla fue
conquistada a continuación, en febrero de 1262, con facilidad; su
señor marchó a Sevilla, donde vivió hasta su muerte.54 La
población musulmana del reino fue expulsada y se llevó a cabo
en él otro proceso repoblador, similar al de Sevilla.53 Ese mismo
año comenzó también la repoblación del Puerto de Santa María y
de Cádiz.55

Estas conquistas, así como otros incumplimientos de las Retrato imaginario de Alfonso X,
capitulaciones acordadas en su día con los musulmanes andaluces expuesto en el Alcázar de Segovia
y murcianos que se habían rendido sin resistencia durante las
campañas de Fernando III, provocó una sublevación concertada
entre la población mudéjar del sur peninsular, apoyada por el rey de Granada (1264).55 El alzamiento
comenzó en mayo de 1264 en Jerez, de cuyo alcázar se apoderaron los rebeldes, y se extendió pronto a
otras localidades como Arcos, Lebrija o Medina-Sidonia.56 En Murcia el levantamiento comenzó en
Lorca.56 La rebelión fue aplastada en casi toda Andalucía en seis meses, mientras que en Murcia,
abandonada a su suerte, fue necesaria la intervención combinada de tropas castellanas y aragonesas, al
mando del propio Jaime I de Aragón.57 El rey aragonés rindió Murcia en enero de 1266, acontecimiento
que marcó el principio del fin de la rebelión en la región.56 Alfonso se centró entonces en Jerez, el
principal foco de la rebelión, que recuperó en octubre de ese mismo año, tras reconquistar otras plazas
menores.57 Esta revuelta tuvo como consecuencia la expulsión o huida de muchos mudéjares andaluces,
y el despoblamiento de vastas áreas en la Campiña del Guadalquivir.58

Relación con la Iglesia


Alfonso utilizó a la Iglesia como instrumento de gobierno.59 Algunas figuras del alto clero recibieron
importantes cargos gubernamentales y actuaron como embajadores regios, tanto ante el papa como en
otras cortes.60 Uno de los principales eclesiásticos del reinado fue Remondo, arzobispo de Sevilla,
estrecho colaborador del rey.60

Por otro lado, Alfonso trató de apropiarse de parte de las rentas eclesiásticas, lo que suscitó el disgusto de
los prelados y los acercó a la nobleza descontenta con la fiscalidad regia.60 Logró, empero, conservar las
tercias reales que había obtenido del papa Inocencio IV su padre Fernando para contribuir a sufragar las
guerras contra los musulmanes.61 Esta fue una de las principales fuentes de ingresos para la hacienda
real.61 Cuando renunció definitivamente a la corona imperial alemana, el papa del momento, Gregorio
X, le compensó con la décima parte de las rentas eclesiásticas del reino durante seis años.62 No
consiguió, sin embargo, que ninguno de los papas de la época lo respaldase decididamente en sus
pretensiones al trono alemán.61

Relación con la nobleza


La relación del rey con la nobleza pasó por diversas etapas, aunque en general, esta reforzó su poderío
durante el reinado de Alfonso.63 En los repartos de tierras en la Andalucía conquistada y en Murcia, la
alta nobleza, los «ricos hombres», obtuvieron grandes extensiones.63 Se extendió también el régimen
señorial: los grandes propietarios acapararon cada vez más competencias jurisdiccionales.64

Los dos principales linajes del reinado de Alfonso eran los de Lara y Haro, rivales.64 Otras importantes
familias de la alta nobleza eran las de los Castro, Guzmán —una de cuyos miembros, Mayor, era amante
del rey—, Manzanedo, Meneses, Fróilaz, Saldaña, Cameros, Girón, Trastámara y Limia.65 Todas ellas
gozaban de amplios dominios que les aportaban abundantes rentas, disfrutaban de los principales cargos
en la corte y estaban a menudo emparentadas.66 Parte de la alta nobleza se opuso a las medidas
económicas y políticas del soberano, que buscaban reforzar el poder de la Corona.66

Las primeras desavenencias entre el rey y los nobles acontecieron en 1255, con la sublevación de Diego
López III de Haro, sostenido por Jaime I de Aragón y por el hermano de Alfonso, el infante Enrique.67
La rebelión, centrada en el Señorío de Vizcaya y en Andalucía, fue aplastada.68 La siguiente rebelión
nobiliaria relevante fue la de 1270, tras un período de conciliación entre los nobles y el monarca.68

Relaciones con la familia real


La actuación de los hermanos del rey fue, en general, perjudicial para él.69 Enrique y Fadrique se
rebelaron contra él; al segundo lo hizo ejecutar.69 También lo hizo Felipe en 1272.69 Sancho llegó a
arzobispo de Toledo, pero murió al poco.69 El benjamín varón de la familia, Manuel, fue un fiel
compañero de Alfonso hasta que, al final del reinado, se rebeló contra él en apoyo de su sobrino
Sancho.70 De sus hermanos de padre (hijos de la segunda esposa de Fernando III), solo Leonor
desempeñó un papel importante en el reino, al casarse con el heredero inglés, Enrique.70

Política exterior

La cuestión del Algarve


Durante todo su reinado, Alfonso X se tituló «rey del Algarve». El origen de esta atribución es oscuro.
Según algunos autores, como el marqués de Mondéjar, el Algarve le habría sido donado por Sancho II de
Portugal en pago por el apoyo que el castellano le había proporcionado en 1246 contra aquel que
terminaría apartándolo del gobierno, su hermano Alfonso III de Portugal. Para otros, como José
Mattoso,71 la reivindicación del rey castellano sobre las tierras al sur de Lisboa reflejaban el deseo de
ver reconocida su superioridad feudal sobre el monarca portugués; también se rastrean los derechos de
Alfonso X en el Algarve obtenidos por el rey de Niebla. Sea como fuere, tras la subida al trono de
Alfonso X de Castilla, se inició una guerra entre ambos reyes por el control del Algarve. El conflicto
finalizó en 1253 al acordar el matrimonio del rey portugués con una hija,20 ilegítima, del rey Alfonso X,
Beatriz, y la entrega de un usufructo sobre el Algarve en beneficio del rey castellano hasta que el hijo de
ese matrimonio alcanzara los siete años de edad.72 73 Alfonso recibía además el servicio vitalicio de
cincuenta caballeros de la región y la posibilidad de conceder tierras en ella.20

En 1260, Alfonso X añadió a sus títulos el de rey de Algarve. Pero en abril de 1263, firmó un tratado,
ratificado en 1264,74 por el que cedió el usufructo del Algarve a su nieto Dionisio, heredero del rey
portugués, a cambio de un vasallaje militar.75 76 77 Con el Tratado de Badajoz de 1267 se liquidó este
tributo militar y se fijaron las fronteras en el río Guadiana.77 El rey castellano siguió empleando el título
de rey de Algarve, pero sólo por la referencia al territorio de la antigua taifa de Niebla.73 Por su parte, el
rey Alfonso III empezó a emplear el título de rey de Portugal y de Algarve desde marzo de 1268.78 El
motivo de la cesión de Alfonso fue su deseo de mejorar las relaciones con el reino vecino.79

Relación con Navarra


Las relaciones con Navarra fueron tirantes al comienzo del reinado de Alfonso.80 Teobaldo I de Navarra,
de origen francés, había orientado al reino hacia Francia.80 Temiendo un ataque del rey castellano, el
reino firmó una alianza con Aragón.80 Alfonso, por su parte, se concertó con Inglaterra en la primavera
de 1254: a cambio de ceder sus posibles derechos a la Gascuña, objetivo de los ingleses, estos se
comprometieron a colaborar con el rey castellano en los asuntos navarros.80 Para reforzar la liga, el
príncipe Eduardo de Inglaterra, heredero del trono, desposó a una de las hermanas de Alfonso, Leonor en
Burgos ese mismo año.80 Las relaciones castellano-navarras mejoraron luego, durante el reinado de
Teobaldo II, que hizo de su reino casi un protectorado castellano.81 También lo hicieron las de Castilla
con Aragón, y en 1256 Alfonso firmó un tratado de amistad con el monarca aragonés, Jaime I el
Conquistador.81

Acercamiento a Francia
En 1266, Alfonso decidió estrechar los vínculos con Francia desposando a su hijo y heredero, Fernando,
con una hija del monarca francés, Luis IX.79 La boda entre Fernando y Blanca de Francia se celebró a
finales de noviembre de 1269 en Burgos.79

Rivalidad con Granada y guerras con los benimerines


El primer acto de Alfonso contra las potencias musulmanas del sur de la península y el Magreb fue la
creación de una base naval en Alcanate en el verano de 1260-82 Seguidamente, los castellanos ocuparon
y saquearon durante varios días el puerto de Salé en septiembre de ese mismo año.83

Las relaciones de Castilla con Granada fueron en general tirantes, con inestables pactos que daban paso a
conflictos casi continuos.84 Si Alfonso trataba de minar el poder de los nazaríes mediante el apoyo a
algunos arraeces, el emir granadino hacía lo propio atizando a la nobleza levantisca castellana.84 En
1264 el soberano granadino sostuvo a los rebeldes muladíes contra Alfonso.56 En 1265 las dos partes
alcanzaron un acuerdo pasajero que no puso fin a las tensiones.84 Al morir Muhammad ibn Nasr, su hijo
Muhammad II suscribió un nuevo concierto con Alfonso mediante el cual se comprometió a pagarle
trescientos mil maravedíes anuales; este pacto tampoco puso fin a la enemistad entre los dos reinos.84

Esta volvió a ser evidente en 1275, cuando los benimerines invadieron la península alentados por el
soberano nazarí.84 Los magrebíes conquistaron Tarifa y Algeciras y batieron a los castellanos en la
batalla de Écija.85 Luego corrieron las comarcas de Jaén y Sevilla, antes de retirarse de nuevo al sur del
estrecho.85 Alfonso firmó una tregua con ellos, que concluyó en 1277, cuando los benimerines talaron el
Aljarafe y cercaron Córdoba.85 Los concejos andaluces solicitaron la paz, que el sultán benimerí
concedió.86 En 1268 Alfonso trató de conquistar Algeciras para estorbar el paso del enemigo a la
península, pero su flota fue derrotada por la de los benimerines y el cerco acabó en fracaso.86

Alfonso y su hijo Sancho siguieron hostigando al reino nazarí y consiguieron que su soberano se aviniese
a retomar el pago de parias, pero esto no resolvió el problema, que resurgió en los últimos años del
reinado.87

El fecho del Imperio


En 1256 Alfonso X recibía una embajada de la república de Pisa en Soria.88 Venía para ofrecerle su
apoyo para ser candidato a «emperador» y «rey de romanos», cargo vacante desde la muerte de
Guillermo II de Holanda.89 Y es que Alfonso pertenecía, por ser hijo de Beatriz de Suabia, a la familia
alemana de los Hohenstaufen, que alegaba ser la depositaria de los derechos al Imperio.90 Alfonso X
aceptó la oferta pisana y procedió, mediante el envío de diplomáticos, dinero e incluso tropas a las
ciudades gibelinas de Italia, a recabar apoyo para su aspiración imperial.91

Alfonso encontró muchas dificultades en este empeño. En la


propia Castilla, muchos nobles expresaron su desacuerdo por las
exigencias extraordinarias de dinero y soldados. En Soria, los
nobles locales llegaron al motín (la llamada conjuración de
Soria). En el exterior, el papa Gregorio X se opuso a las
pretensiones de Alfonso, interesado en debilitar el Imperio. Por
otra parte estaba el complejo sistema de elección del emperador,
que correspondía a siete príncipes electores.92 Estos hicieron dos
votaciones: en la de enero de 1257 escogieron al candidato inglés,
Estatua de Alfonso X junto al Castillo
de San Marcos de El Puerto de en la de abril de ese año, al castellano.92 Tres de ellos votaron
Santa María. por Ricardo (hermano de Enrique III de Inglaterra), mientras que
cuatro lo hicieron por Alfonso (1257).92 Sin embargo, el inglés
viajó rápidamente a Aquisgrán, donde fue coronado junto a la
tumba del primer emperador medieval de Europa Occidental, Carlomagno, en mayo, aunque no logró la
sanción papal.92 El castellano, en cambio, permaneció en sus reinos, con lo que perdió su oportunidad de
hacer valer su elección como rey de Romanos. Nunca pisaría tierra germana. En los años posteriores
Alfonso desembolsó enormes cantidades de dinero para sufragar sus gestiones para ser coronado
emperador por el papa, así como para apoyar militar y financieramente a sus partidarios en Italia y
Alemania. En 1271 Alfonso se aprestaba a acudir a Italia a acaudillar a sus partidarios y obtener por fin
la corona imperial y al año siguiente falleció su rival, Ricardo.93 Sin embargo, la elección de Gregorio X
en 1271 frustró definitivamente sus aspiraciones imperiales.93 Desgraciadamente para el monarca
castellano, la Iglesia romana fue alargando el pleito hasta que Alfonso se vio obligado a renunciar en
1275, tras una entrevista en Beaucaire con el papa Gregorio X.94 Esta ya había negado en 1272 la
validez de la elección de Alfonso y había reconocido como emperador a Rodolfo I de Habsburgo en
1274.95

Detrás de este contencioso pudo estar la intención del Rey Sabio de verse reconocido como superior por
los otros reyes peninsulares, recuperando la vieja supremacía teórica que había tenido su antepasado
Alfonso VII el Emperador.96 Según otros autores, la aspiración imperial de Alfonso se debía a su deseo
de crear un imperio mediterráneo que le permitiese luego emprender una cruzada y conquistar Tierra
Santa.97

El fecho de Allende
En los comienzos de su gobierno, Alfonso X
retomó un viejo proyecto de su padre, el de
continuar la Reconquista allende el estrecho de
Gibraltar. Finalizó las grandes atarazanas de
Sevilla para construir la flota necesaria para la
invasión de África, nombró un almirante mayor
de la mar, y consiguió de Roma la autorización
para predicar la Cruzada en Castilla, lo que
significaba poder recaudar dinero a cambio de
beneficios espirituales. Se nombraron incluso
Alfonso X el Sabio
cargos episcopales para las futuras diócesis
magrebíes, y se iniciaron contactos diplomáticos
con distintos reyes del Norte de África.

No obstante todos estos preparativos, no se emprendió la invasión a gran escala del Magreb. Todo se
redujo a unas cuantas expediciones de rapiña y a la captura de alguna plaza costera aislada. La incursión
más conocida fue la de Salé, puerto marroquí saqueado en el verano de 1260 por la flota del almirante
Juan García de Villamayor (hijo del ayo de Alfonso X). Pero el objetivo principal de esta Cruzada, Ceuta,
permaneció en manos islámicas.

Los difíciles últimos años


En la última etapa de su vida, Alfonso X tuvo que afrontar diversos fracasos y desgracias, incluyendo la
muerte de su heredero (1275), rebeliones de nobles y en el seno de su propia familia, fracaso del intento
de conquista de Algeciras (1278), invasiones benimerines.

La rebelión nobiliaria de 1272


La gran revuelta nobiliaria de 1272 se urdió en una gran reunión de los magnates del reino que se celebró
en Lerma a principios de 1271.98 En ella participó asimismo el infante Felipe, hermano del rey, además
de representantes de algunas ciudades.99

En 1272 la gran mayoría de los nobles, encabezados por el infante Felipe (hermano de Alfonso X) y
Nuño González de Lara, plantearon una serie de reivindicaciones al monarca.100 Fundamentalmente, los
rebeldes deseaban eliminar las medidas fiscales del rey y la vuelta a los fueros tradicionales, más laxos
en lo que se refiere a las obligaciones de las poblaciones y los vasallos para con el soberano.101
Consideraban que los agentes del rey cometían abusos y deseaban que Alfonso dejase de crear nuevas
poblaciones en las tierras de realengo y solicitase menos contribuciones extraordinarias.99 A la rebelión
se unió parte del clero y de la oligarquía urbana, también descontentos por la política fiscal regia.102 La
reconciliación entre el rey y los alzados se debió a la mediación de la reina Violante y a las concesiones
del soberano.103

Al hacer Alfonso oídos sordos a estas protestas, los aristócratas se «desnaturaron» y se exiliaron en
Granada junto a sus ejércitos feudales, provocando graves daños a su paso. Entre 1272 y 1273 el infante
heredero, Fernando de la Cerda, negoció la reconciliación con los rebeldes en un difícil contexto de
guerra contra nazaríes y benimerines. Finalmente, el príncipe logró la paz con ellos y con Granada.

Conjura de 1277
Apenas resuelta la rebelión de 1272, Alfonso hubo de afrontar una nueva amenaza: la conjura de su
hermano el infante Fadrique y de un destacado noble, Simón Ruiz de los Cameros, en 1277.103 Aunque
los motivos de la conspiración no están claros, esta pudo deberse a la enfermedad que por entonces sufría
el rey y a la corta edad del heredero, que pudo animar al infante a tratar de hacerse con el trono.104 Al
reponerse el rey de la enfermedad, mandó ajusticiar a los principales confabulados.104

La problemática sucesión
El primogénito y heredero al trono, Fernando de
la Cerda, murió en 1275 en Villa Real, cuando se
dirigía a hacer frente a una nueva invasión
norteafricana en Andalucía.105

Capilla Real de la catedral de Sevilla

De acuerdo con el derecho consuetudinario castellano, en caso de


muerte del primogénito en la sucesión a la Corona, los derechos
debían recaer en el segundogénito, Sancho; sin embargo, el
derecho romano privado introducido en Las Siete Partidas
establecía que la sucesión correspondía a los hijos de Fernando
Urna sepulcral que contiene las
de la Cerda.106
entrañas de Alfonso X el Sabio, rey
de Castilla y León (catedral de
El rey se inclinó en principio por satisfacer las aspiraciones de
Murcia)
Sancho,107 que se había distinguido en la guerra contra los
invasores islámicos en sustitución de su difunto hermano. Pero
luego el rey, presionado por su esposa Violante y por Felipe III de Francia, tío de los llamados «infantes
de la Cerda» (hijos de Fernando), se vio obligado a compensar a estos.108 Sancho, conocido por la
historiografía como el Bravo por su fuerte carácter, se enfrentó a su padre cuando este pretendió crear un
reino en Jaén para el mayor de los hijos del antiguo heredero, Alfonso de la Cerda.109

Finalmente, el infante Sancho y buena parte de la nobleza del reino se rebelaron en 1282.102 Sancho
convocó Cortes en Valladolid, que depusieron a su padre y le reconocieron por rey.110 La mayoría de los
notables del reino, desde la reina Violante o el infante Manuel hasta gran parte de la nobleza, el clero y
los concejos, tomaron partido por Sancho.110 Fernando, enfermo, se refugió en Sevilla.110 Nuevamente,
las innovaciones fiscales y legislativas fueron los motivos que arguyeron los rebeldes, que deseaban una
vuelta a los antiguos usos.111 La rebelión supuso el desbaratamiento de la política fiscal y monetaria de
Alfonso.112 Alfonso, sin embargo, conservó el favor del papa, a la sazón Martín IV, y del rey de
Francia.110 Al reponerse de la enfermedad a finales de 1282, maldijo a su hijo, a quien desheredó en su
testamento, y ayudado por sus antiguos enemigos los benimerines empezó a recuperar su posición.113
Cuando cada vez más nobles y ciudades rebeldes iban abandonando la facción de Sancho, murió el Rey
Sabio en Sevilla, el 4 de abril de 1284.114 Sancho, a pesar de haber sido desheredado, fue coronado en
Toledo el 30 de abril de 1284.

Matrimonio y descendencia
Antes de casarse con Violante de Aragón, había sido tratado su matrimonio en dos ocasiones, siendo un
adolescente. La primera fue en 1234 con la infanta Blanca de Champaña, hija del rey de Teobaldo I de
Navarra.115 Posteriormente, con Felipa de Ponthieu, hermana de su madrastra la reina Juana, para cuyo
enlace el papa Gregorio IX emitió dispensa el 31 de agosto de 1237. Ambos compromisos quedaron sin
efecto y en 1240 ya había sido acordado su matrimonio con Violante, según consta en el testamento del 1
de enero de 1241 de Jaime I el Conquistador, rey de Aragón donde cita a su hija Ioles, coniugi Alfonsi,
primogeniti illustris regis Castellae.

Tuvo varios hijos naturales antes de contraer matrimonio, siendo estos y sus respectivas madres, los
siguientes:116

Con María Alfonso de León, su tía, hija ilegítima del rey Alfonso IX de León y Teresa Gil de Soverosa,
tuvo a:

Berenguela Alfonso (c. 1241-¿?). Contrajo matrimonio, después de 1264, con Pedro Núñez
de Guzmán, pero murió joven y sin descendencia.
Con Elvira Rodríguez de Villada, hija de Rodrigo Fernández de Villada, tuvo a:

Alfonso Fernández el Niño (1242-1281), señor de Molina y Mesa por su matrimonio con
Blanca Alfonso de Molina, bisnieta de Alfonso IX de León.
Con Mayor Guillén de Guzmán, I señora de Alcocer, Cifuentes, Viana de Mondéjar, Palazuelos,
Salmerón y Valdeolivas, hija de Guillén Pérez de Guzmán y de María González Girón, fue padre de:

Beatriz (c.1242/1244-1303), quien heredó los señoríos de su madre y fue reina de Portugal
por su matrimonio con Alfonso III de Portugal.
De su matrimonio el 26 de diciembre de 1246 en la Colegiata de Valladolid con la reina Violante de
Aragón, hija de Jaime I el Conquistador, nacieron varios hijos:
Berenguela (1253-1300). Fue proclamada heredera del reino en 1254, pero el nacimiento
de su hermano Fernando la postergó. Estuvo prometida a Luis de Francia, hijo y heredero
de Luis IX, pero no se llegaron a casar por la muerte prematura del novio en 1260. Fue la
única de los hijos legítimos del rey que permaneció junto a él durante la rebelión del infante
Sancho.
Beatriz (1254-1280). Se casó con el marqués Guillermo VII de Montferrato (vicario de
Alfonso X en el Imperio) en 1271, en Murcia.
Fernando de la Cerda (1255-1275), heredero del trono castellano, se casó en 1269 con
Blanca de Francia, hija de Luis IX de Francia, con quien tuvo dos hijos. Su muerte
prematura permitió que su hermano Sancho se convirtiera en rey.
Leonor (1256-1275).
Sancho IV el Bravo (1258-1295), rey de Castilla a la muerte de Alfonso X.
Constanza (1259-1280), monja en el Monasterio de Santa María la Real de Las Huelgas
donde recibió sepultura.
Pedro (1260-1283), casado con Margarita de Narbona.
Juan (1262117 -1319).
Isabel de Castilla (1263-1264). Murió en la infancia.
Violante de Castilla (1265-¿?), contrajo matrimonio con Diego López V de Haro, señor de
Vizcaya.
Jaime de Castilla (1267-1284), señor de los Cameros.
Estando ya casado tuvo los siguientes hijos de madre desconocida, ambos menores de edad cuando su
padre otorgó testamento en enero de 1284:

Martín Alfonso, abad en Valladolid, mencionado como hermano de Urraca Alfonso en el


codicilo del testamento del rey.
Urraca Alfonso, citada también en el codicilo del testamento de Alfonso X, que le
encomendó a su hija natural Beatriz la misión de casar a su media hermana honradamente.
Pudo ser la Urraca Alfonso que fue abadesa desde 1296 hasta 1320 en el monasterio de
Las Huelgas en Burgos al mismo tiempo que su sobrina, Blanca, hija de su media
hermana, Beatriz era señora de dicho monasterio entre 1295 y 1321.118 No se debe
confundir con su homónima, hija ilegítima del rey Alfonso IX de León y de Teresa Gil de
Soverosa, casada con Pedro Núñez de Guzmán, adelantado mayor de Castilla.119

Ancestros
Ancestros de Alfonso X de Castilla

Actividad cultural
Véase también: Historia del idioma español#La lengua castellana en el reinado de Alfonso X el Sabio
La educación de Alfonso fue esmerada; el monarca tenía una gran sed de saber y un gran respeto a la
cultura porque su madre, Beatriz de Suabia, era de hecho una erudita que, cuando quedó huérfana de
ambos padres se instruyó en la culta corte siciliana de Federico II Hohenstaufen, futuro emperador del
Sacro Imperio Romano Germánico que hablaba nueve lenguas y protegió y fomentó la ciencia y la
cultura y fundó en 1224 la Universidad de Nápoles. Un retrato de Alfonso el Sabio que subraya la pasión
real por los conocimientos heredada de su madre lo ofrece el Libro de los judizios (3a, 1-22):

En este nuestro tiempo Dios nos denó dar señor en tierra


conocedor de derechuría e de todo bien, amador de verdat,
escodriñador de sciencias, requiridor de doctrinas e de
enseñamientos, qui ama e allega a sí los sabios e los que s’
entremeten de saberes e les faze algo e mercet, porque cada uno
d’ellos se trabaja espaladinar los saberes en que es introducto, e
tornarlos en lengua castellana a laudor e a gloria del nombre de
Dios e a ondra e en prez del antedicho señor, él qui es el noble
Rey do Alfonso […] qui sempre desque fue en este mundo amó e
allegó a sí las sciencias e los sabidores en ellas e alumbró e
cumplió la grant mengua que era en los ladinos por defallimiento
de los libros de los buenos filosofos e provados.

Desde su juventud, antes de 1252, fecha en que fue coronado rey, el


príncipe Alfonso, además de escribir cantigas de escarnio en galaico-
portugués y, muy probablemente, algunos himnos de loor a la Virgen
María, auspició la traducción de un libro de cuentos ejemplares (o
exempla) en castellano: el Calila y Dimna. Ya mayor, mandó llamar a
su Corte a trovadores como el genovés que escribía en occitano y Fuero Real de Alfonso X.
Edición impresa de 1543.
gallego-portugués Bonifaci Calvo, los catalanes Arnaut Catalán y
Cerverí de Girona, los franceses Guiraut Riquer y Peire Cardenal y los
gallegos Airas Nunes, Pero da Ponte y Alfonso Eanes do Coton;
también hubo poetas hispanohebreos renombrados que le dedicaron
elogios en verso, como el toledano Todros Abulafia, autor de un vasto
cancionero compuesto durante su reinado, todavía no traducido al
español. Hasta Giovanni Boccaccio lo usa como personaje central en
el primer cuento de la última jornada de su Decamerón, donde se
alaba su generosidad.120

De la extensa obra alfonsí destacan: el Fuero Real de Castilla, el


Espéculo y las Siete Partidas, entre las jurídicas; las Tablas alfonsíes,
entre las astronómicas; y entre las de carácter histórico, la Estoria de
España y la Grande e general estoria o General estoria, obra de
historia universal. Las Cantigas de Santa María es un conjunto de
canciones líricas, escritas en galaico-portugués y acompañadas de
notación musical y unas vistosísimas ilustraciones que se hallan entre Portada de Las Siete Partidas.
Edición impresa de 1555,
lo mejor de la pintura de su tiempo. El Lapidario versa sobre las
glosada por Gregorio López.
propiedades minerales, y el Libro de los juegos sobre temas lúdicos
(ajedrez, dados y tablas), deportes de la nobleza en aquel tiempo. La
intervención del rey fue a veces directa y a veces indirecta, pero indudablemente fue el arquitecto de
estas obras:

El rey faze un libro non por quel él escriva con sus manos mas porque compone las razones
d'él e las emienda et yegua e endereça e muestra la manera de cómo se deven fazer, e desí
escrívelas qui él manda. Peró dezimos por esta razón que el rey faze el libro.
Alfonso X el Sabio, General estoria I, f. 216r.

Es decir, concebía el plan de la obra, ponía los medios para realizarla y daba las instrucciones precisas
sobre su estructura y contenido, e incluso descendía a detalles como precisar los dibujos e ilustraciones
que debían ornar el texto. Esta preocupación por la obra bien hecha se manifiesta también en el prólogo
del tratado inaugural de los Libros del saber de astrología, que es el Libro de las figuras de las estrellas
fixas que son en el ochavo cielo, versión revisada acometida en 1276
de una primera traducción realizada en 1256. Allí se dice que el rey
ordenó la traducción del texto a Yehudá ben Mošé y a Guillén
Arremón de Aspa en 1256.

E después lo endereçó e lo mandó componer este rey sobredicho,


e tolló las razones que entendió que eran sobejanas e dobladas e
que non eran en castellano derecho, e puso las otras que entendió
que cumplían, e quanto al lenguaje endereçolo él por sí. E en los
otros saberes ovo por ayuntadores a maestre Joan de Mesina e a
maestre Joan de Cremona e a Yhudá el sobredicho e a Samuel. E
esto fue en el año XXV de su reinado.

Alfonso convocó para esta labor a un conjunto de sabios en lenguas


hebrea, árabe y latina, con quienes formó su scriptorium real, también
Folio del Libro del saber de
conocido como Escuela de Traductores de Toledo. Contó con la
astrología.
colaboración de cristianos, judíos y musulmanes, que desarrollaron
una importante labor científica al rescatar textos de la Antigüedad y al
traducir textos árabes y hebreos al latín y al castellano. Estos trabajos habilitarán definitivamente el
castellano como lengua culta, tanto en el ámbito científico como en el literario. Desde su reinado,
además, se utilizará como lengua de la cancillería real frente al latín, que era la lengua de uso regular en
la diplomacia regia de Castilla y de León.

También creó en Sevilla unos Studii o Escuelas generales de latín y de arábigo. Igualmente fundó en
1269 la Escuela de Murcia, dirigida por el matemático Al-Ricotí.

Elevó al rango de Universidad los Estudios Generales de Salamanca (1254) y Palencia (1263), siendo la
de Salamanca la primera en ostentar ese título en Europa.

Alfonso X en el Prólogo del Códice Rico de


las Cantigas de Santa María.
Predecesor: Sucesor:
Fernando III Sancho IV
Rey de Castilla
1252-1284
Rey electo de Romanos
Predecesor: 1257-1275 Sucesor:
Guillermo de Holanda (rival de Ricardo de Cornualles, Rodolfo I
1257-1272)

Véase también
Sepulcro de Alfonso X de Castilla.
Tabla cronológica de reinos de España.
Literatura española en la Edad Media.
Orden de Alfonso X el Sabio.

Notas
a. La titulación completa era: Rey de Castilla, de Toledo, de León, de Galicia, de Sevilla, de
Córdoba, de Murcia, de Jaén y del Algarve (desde 1260).
b. Alfonso X afirmaba que éstos me criaron e me fezieron muchos servicios e
sennaladamiente... me criaron en Villaldemiro e en Celada
c. No obstante, Gonzalo Martínez Díaz piensa que el infante don Alfonso citado en la Crónica
debió ser el hijo de Fernando III y no su hermano don Alfonso de Molina, ya que de haber
sido este el que estuvo presente en la batalla de Jerez, el mando de la hueste debía
haberle correspondido a él en razón de su dignidad y no a Álvar Pérez de Castro. Cfr.
González Jiménez (2004)

Referencias
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14. Valdeón Baruque, 2003, p. 24.
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8. Valdeón Baruque, 2003, p. 15.
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9. [«Introducción»] a su ed. de Alfonso X el
18. Valdeón Baruque, 2003, p. 27.
Sabio, Cantigas de Santa María: códice
rico de El Escorial Ms. escurialense T.I.1, 19. Valdeón Baruque, 2003, pp. 82-83.
20. Valdeón Baruque, 2003, p. 83. 63. Valdeón Baruque, 2003, p. 89.
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23. Valdeón Baruque, 2003, p. 126. 66. Valdeón Baruque, 2003, p. 92.
24. Valdeón Baruque, 2003, p. 128. 67. Valdeón Baruque, 2003, pp. 92-93.
25. Valdeón Baruque, 2003, pp. 120-121. 68. Valdeón Baruque, 2003, p. 93.
26. Valdeón Baruque, 2003, p. 123. 69. Valdeón Baruque, 2003, p. 145.
27. Valdeón Baruque, 2003, p. 124. 70. Valdeón Baruque, 2003, p. 146.
28. Valdeón Baruque, 2003, p. 130. 71. «As relações de Portugal com Castela no
29. Valdeón Baruque, 2003, p. 130, 134. reinado de Afonso X, o Sábio»,
Fragmentos de uma composição medieval.
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Enlaces externos
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Wikisource contiene obras originales de o sobre Alfonso X de Castilla.
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Ficha genealógica de Alfonso X el Sabio (http://fmg.ac/Projects/MedLands/CASTILE.htm#_
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Ficha genealógica de Alfonso X el Sabio (https://web.archive.org/web/20090123093746/htt
p://www.fundacionmedinaceli.org/casaducal/fichaindividuo.aspx?id=3) — Fundación Casa
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Biblioteca de autor «Alfonso X el Sabio» (http://bib.cervantesvirtual.com/bib_autor/alfonsoel
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Obra en prosa completa de Alfonso X el Sabio (http://www.hispanicseminary.org/t&c/ac/inde
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eros.si/mediawiki).

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