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oor —— El espantapajaros con corazén | dueio de unos grandes tr ‘gales y sembrados, cansado de que los pajaros se comie ran sus brotes y semillas, tuna tarde decidé colocar en medio del ‘campo un espantapsiaros. Sin dudarlo mucho, fue hasta la casa de tuno de los campesinos que trabajaba para él le encargo el trabajo. —iDebe ser un espantapdjaros muy especial! “le dio con voz fuerte y autor taria—, Quiero que ahuyente de verdad alas aves y que cude los sembrados! Decididoa cumplirbien a orden de su patrén, el eampesino se puso a mediar 2OR seriamente sobre las caracteristicas del ‘monigote para que de verdad ahuyen- fara alas aves, Concluyo que el espantapajaros que le pedi su patrén debia tener ojos para ver cuando se acercaban, ofdos para escucharlas cuando revolotearan a sis ‘espaldas yun corazén para amar mucho ‘su trabojo, porque al sabia que el tra ‘bajo de un espantapaiaros no era nada {écil, Todo el dia pendiante de que no se acercaran las aves, siempre mirando, siempre escuchando. Siempre poniendo ‘atencion. Siempre a pleno sol, o bao la lluvia. on el frio congelante delinvierno © uchando para que no lo derbaran los vientos, 'Buscé con dedicacién unos maderos lo sufciontemente fuertes, mucha paja, ‘un abrigo viejo que tenia quardad, un aren sombrero y se encamind a paso firme en direccion a ls sembrados, Oe Acostumbrado a usar el serrucho y et martilo, pronto los maderos tomaron, Ja forma de un hombre alto y laco con los brazos extendidos hacia los lados. ‘Sin demora le puso el abrigo y sobre la cabeza, un montén de paja amarilenta, ‘yun sombrero para que no lo lastimata tanto el so. —iTrendrés que tener mucho cuidado fo debes permitirles que se coman las semnillas! {Los brotes del trigo! {Ni siguiera que se acerquen al campo! —le ordend, en cuanto elespan- tapajaros estwo totalmente vestdo. Después, pardndose frente a él, con tinue: —iPara eso te daré unos grandes los que te permitan ver aun desde ‘muy lejos! (Y haré unas hendiduras mds abajo de fus sienes para que, de la misma forma, puedas oir hasta el ‘ms minimo batir de alas! ;Y también De: tun gran corazén para que el trabajo te hhaga fie! Y sacando de sus balsillos unos vidrios verdes y brillantes, los coloeé en su cara. Después le hundis losdedos en las "y, con gran. ‘cuidado, formé un enorme corazon ‘con la paja que le habia quedado y se estar completo, Je peg6 una rama muy larga, flaca y le dibujo unos labios rectos para no delar atisbo de amabilidad. Satisfecho de saber cumplida su tarea {y ya un poco cansado, se retiré a paso Tento. Con Jos ojos que el campesino le habla dado, el espantapajaros lo vio alelarse con os restos de madera sobre los hombros hasta desaparecer més al de los cercados. Con los ides escuché perderse el eco de sus pisadas. Entonces sintio un su pecho. Realmente estaba emocio: nado de ser un espantapajaros, un guardian de los campos, un vigilante, Sin embargo. unto a esa emocién otto ‘sentimiento lo asalt6 repentinamente. ‘Se sintié solo. Si. Porque por més que miraba y miraba hacia la distancia, ya el hombre que lo habia creado no estaba y tampoco podia ver a nadie parecido a él. Nadie con sombrero, on ojos de vidrio, ni con brazos de ‘madera y cabello de paja, Exoera loque sentinel espantapalaros ‘mientras una suave brisa le enfriaba el rostro el silencio se extendia como una, ‘sdbana en el campo. En cambio, mas allé del corcado, en. los arboles, los pajaros que los habita- bban estaban aterrados. Algunos habian visto alguna vez un espantapsjaros Otros solo hablan escuchado hablar de ln existencia de esos sores tan extratios, De Pero para ninguno era secreto que eso que ahora estaba en medio del campo tera lo peor que les puede pasar a los pijaros, Entendian, sabian que donde hay un espantapsjaros no podia haber péjaros. Para ellos era algo horrible Era como el aire para los peces, como ‘el agua para al fuego, como la mentira para ol amor, —iHa legado un monstruo! —excla- ‘maron todos al verlo— jEs horrible! —jEspantoso! —repetian agitando fuertemente sus ala. Es uno de esos monstruos que te ‘comen 0 te cortan las alas! ;Con uno ‘aqui no podremos ni siquiera volar sobre los sembrados! 4 {Véanlo! (Mirenlol | Es enorme! (Sus | bbrazos estan prepara: dos para atacarnos! Or —iVean su rostro, sus ojos feros, su larga y flosa nariz dispuesta a ensartar. hes como si fuera una espada! Con ef terror que el monstruo les provocé, desde aquel dia ningtin péjero se aproximé a los campos. Volaban solo ‘cerca de los rboles. Y muchos decidie- ron alejarse, buscar un lugar donde no hubiera peligro, donde no existera la ‘amenaza de tan temible criatura. Elespantapsiaros, en tanto, ignorante del temor que despertaba en las aves, pposaba hores y horas observande como, clas ban de rama en rama y escarbaban, enia tierra buscando gusanos. Sus oldos disfrutaban cuando en la madrugaba lo despertaban sus trinos. Se alegraba st ‘enorme corazén de paja al ofrlas cantar. Eran para él lo nico que calmaba la tristeza que se fue apoderando de su corazén soltanto, Pero gortiones, zorzales,loicas nada sablan de sus sentimientos. Le tenion un temor horrible, No se atrevian siquiera a miratio, Unhermoso dia leg6 la primavera, el tiempo de las flores, las matiposas y los ppoliclos. Las mamas pajares los cuida- ban llevindoles el alimento. Los paps Jos defendian de los demas animales Y cuando ya estaban més crecidos y podian volar, les advertian del peligro ‘del monstruo del campo. —iNo deben acercarse a él! iN siqulera mirarlot No hay que tentarse era picotear Ja paja que tiene su sombrero! Pero no todos escuchaban lo que se debe escuchar; siempre habia por ahi ‘algin distraido; siempre, un pollielo que ‘no aleanzaba a ofr la frase completa, En uno de los érboles, ahora verde ¥ espeso de hojas, nacid un pequetio ¥ atrevido gortion. Sin permiso de su Tam, se lanzé a volar antes que sus hermanos. Lo hizo con esfuerzo; agi- tando trabajosamente sus alas mantuvo ‘el equitbrio y pudo flotar y sostenerse en el site. Primero volé a una rama cercana al nido, después a otra més lejana, Hasta que de tanto intentarlo fue ‘Sus patres, al verlo tan atrevido, le advertian: —iNo debes alelarte tanto! —if'sés yendo muy lejos! Pero el gortioncito no escuchaba, £1 solo pensaba en legar lejos, lejos, lejos. El queria conocer otros arboles, otros nidos, otros lugares. Siempre regresaba contando lo que habia visto, fo leo que era sentir el viento sobre su ‘cara, sentir sus plumas lenéndose de aire. ‘Ast fue como logré la admiracion de ‘sus hermanos. Después de cada wuelo, todos esperaban su regreso. Todos deseaban escucharlo, iQue valiente eres! _—iEres el mejor de la bandada! Si, eres el mejor! —exclamaban al lunisono cuando el pequefto gorrién se quedaba un momento con ellos, pico: teando alguna fruta de los arboles. ero coma siempre sucede, siempre hay oto por abt que no se alegra con las hazafias de uno como él, Uno que cenvidiaba sus destrezas, su valentia, Una tarde que ya no soporté ms os halagos de sus amigos, se pars frente al gorrion lo desafi: —iA que no eres capaz de volar hasta donde est el monstruo del campo traer de vuelta una pala de su sombrero! Eigorrioncito no era un péjaro pele dor. Pero tampoco era un cobarde. Por 0 no le gustaba que lo trataran de cobarde, de poco pajaro, asi es que, ‘aunque sintié que el corazén salaba on, ‘su pecho, le responds jue neme arevo, dices? Ya vas ‘Ala mafana siguiente muy temprano, sin el conocimiento de sus padres, todos los pajarilos se reunieron en un solo {rbol para ser testigos de la proeza del ppequefio gortién. Todos estaban segu- tos de que el gortoncito no faltaria ala ata Y ast sucedis La mafana estaba helada. Habia, incliso, algo de niebla que hacia que 1 todos los paaros se les congelara la punta del pico, Pero eso era ode menos. ‘Algo muy interesante tba a suceder. No. No era exactamente interesante. (Era algo emoctonantel Nunca antes, nunca, realmente nunca antes un péjaro s¢ habia atrevide a realizar una hazaia semejante, (Acercarse al monstruo! lt ‘por una pala de su sombrero! Sin pensario mucho y antes de ere pentirse, el pequefio gortién se paro OR fn la rama mas alta, bats sus alas como tan perfoo: famente lo vena haciendo desde hacia meses y se | Jana en la bosqueda de tan precio galardon, Lejos, pero enfrente de su vista y amenazante, lo esperabo el espantajo el campo. Elgorrion volo, vl6 y wold alto y muy | tépido. Los demas paiaros le daban ‘nimos y agitaban las alas. El pajaro | eavidioso achicaba los ojos y mantenia pico bien cerrado, tanto que legaba | addolerle. Pero los otros metieron tanto ruido que la bulla despert6 a los Paros padres. Cuando ells se dieron ‘uenta de lo que pasaba, ya era dema- | sido tarde: el pajarilo no era més que un punto haciéndose cada vez mas Pesuetio, ms indefenso, més pronto 1 desaparecer, OR Ante el asombro yel terror de los que Jo miraban, se encontré muy luego de pie en una de las alas det sombrero del espantapsjaros. Bien se sabe que el espantapéja- ‘ros no tenia idea las aves, Y también se sabe que ‘se pasaba horas tras horas observandolos. ‘Esa maftana fue testigo del tummulto de los pja~ rosen los érboles, escu- ‘cho el builicio, Jos vio ‘volar de rama en rama, de frbol en arbol. Observé sorprensdido ‘como el gorrioncito se OR hhabia echado a volar seguro y decid en direccion a él. El espantapsjaros sabia que el érbol desde donde habia partido no estaba cerca. Asi es que al sentirlo sobre su cabeza, no dud6 en preguntarie: {Te has cansado mucho? Elpequetio gorrién al escuchar la voz,

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