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Nueva mirada a la juventud dominicana.

Jesús Enrique Carpio Domínguez. 14-0807.

Análisis de la realidad dominicana. SEC04.

Prof. Ramón Ubrí.

21/11/2013

Universidad Iberoamericana (UNIBE)


La situación de la juventud dominicana

La juventud se define como la edad media entre la niñez y la edad adulta. Es también el

período en el cual se termina de definir la personalidad y se toman algunas de las decisiones

más importantes de la vida. Es por esto, que el apoyo en esta edad no solo de los padres,

también de la sociedad es sumamente importante. Pero actualmente nos encontramos en un

ambiente, donde se respira mucha inseguridad, confusión y soledad.

La juventud de toda la República Dominicana, a través de la falta de ética en el convivir de

sus ciudadanos, ha encaminado a toda la nación a un estado de caos, donde reina la

inseguridad en todas sus circunstancias y donde cada vez más jóvenes se hacen partícipes

de la injusticia. Solo basta dar un vistazo a la sección de noticias de los periódicos para

darnos cuenta de la gran cantidad de zagales involucrados en hechos delictivos.

La juventud dominicana está perdiendo los valores morales, fundamentales para el buen

desarrollo de los individuos, adoptando la mediocridad y las fechorías en el diario vivir e

cada joven y ciudadano de nuestra nación. Y no es necesario el mucho teorizar para

comprender las razones de esta situación. Los dominicanos tienden a no darle mucha

importancia a cuestiones, como los modos de vida, y la falta de dialogo y oportunidades

dentro de las familias.

La falta de oportunidades y de conciencia, la mala educación o carencia de la misma, la

marginación y la ambición, son factores fundamentales para entender la inclinación de los

jóvenes, en su mayoría de bajos recursos, hacia el mundo del crimen. Siendo niños, se

enfrentan a la dura realidad de salir a las calles a trabajar para ayudar a sus padres en la
sustentación del hogar, dejando en segundo lugar la necesidad de educarse. En otros casos,

salen a deambular a la calle en busca de un techo precario. Ante estas circunstancias, son

muy susceptibles a cualquier trabajo que se les ofrezca, aunque constituya violación a las

normas jurídicas. Así nacen, se desarrollan y maduran, envueltos en las continuas

transgresiones de la ley incluso a los ojos de sus familiares.

Las dificultades para el acceso a empleos y oportunidades para nuestra juventud, la

convierte en presa fácil del crimen organizado y el narcotráfico internacional en todo el

mundo; y sabemos que una juventud sin oportunidades contribuye a la mala formación de

los futuros líderes de nuestro país.

Optimizar la situación de la juventud, actualmente, es invertir en el futuro de la Patria. Por

consiguiente, implica la participación de todos los sectores de nuestra sociedad, puesto que

es una tarea que ha de iniciarse en los hogares dominicanos, abriendo diálogos, en los

centros educativos de nuestro país, en las instituciones del Estado, que, considerando la

importancia de invertir en su gente, debe de prestar más atención y esfuerzos a mediadas

relacionadas con el desarrollo y creación de oportunidades para los jóvenes, para que estos

no se desvíen en el camino del progreso honrado; optar por una mayor exposición de la

cultura a nivel de medios de comunicación, castigando a aquellos que sirven de malos

ejemplos de éxito, para que no sean imitados, y promoviendo real y prácticamente el

respeto a las leyes y las buenas costumbres.

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