Impreso en España
Printed in Spain
SALOMON BOCHNER
W . G . LISTER
Este Libro está destinado a iniciar a los estudiantes de primer ciclo en el estu-
dio de la Topología algebraica con el menor esfuerzo posible. Los principales
temas que se tratan son: variedades de dimensión dos, el grupo fundamental
y espacios recubridores, más la teoría de grupos que se necesita en ellos. Los
únicos conocimientos previos necesarios son, rudimentos de teoría de grupos,
lo que normalmente se da en los primeros cursos del primer ciclo, y un primer
semestre de topología general.
Las materias tratadas en este libro son "standard" en el sentido de que va-
rios textos y tratados muy conocidos, les dedican un capítulo o unas cuantas
secciones. Creo que éste es el primer texto que contiene un estudio directo de
estas materias, desligado de toda definición, terminología, etc., innecesarias, y
con numerosos ejemplos y ejercicios, haciéndolas así inteligibles a los estu-
diantes que por primera vez abordan estas materias en una licenciatura.
Los temas tratados se utilizan en varias ramas de la Matemática distintas
de la Topología algebraica, tales como Geometría diferencial, Teoría de gru-
pos de Lie, Teoría de superficies de Riemann, o Teoría de nudos. En el desarro-
llo de la teoría existe una bonita interdependencia entre Álgebra y Topología,
lo que hace que cada una refuerce interpretaciones de la otra. Una tal inter-
dependencia entre diferentes materias de la Matemática rompe la a menudo
artificial subdivisión de la Matemática en diferentes "ramas" y acentúa la uni-
dad esencial de toda esta ciencia.
Sin duda, algunos expertos se extrañarán de que un libro que se propone ser
una introducción a la Topología algebraica ni siquiera mencione la teoría de la
homología. Ciertamente es verdad que la teoría de la homología y cohomología
constituye el núcleo de la Topología algebraica. Sin embargo, es difícil de mo-
tivar para el estudiante que por primera vez estudia estas materias, y su tra-
tamiento sistemático requiere el desarrollo paciente de gran acopio de instru-
mentos. Por esta razón creo que es más fácil para el estudiante entender y
apreciar la teoría de la homología después del estudio del grupo fundamental
y materias relacionadas, presentado en este libro.
Para aquellos que posean un criterio estrictamente lógico, el Capítulo 1, que
estudia las variedades bidimensionales, les podrá parecer, quizás, la parte me-
nos rigurosa de este libro. Ciertamente, no existiría problema alguno en dar
VII
VIII Prólogo
una expostcwn estrictamente rigurosa de este tema. Sin embargo, una exposi-
ción de este tipo sería bastante aburrida y con interminables demos-
traciones de hechos que se visualizan obviamente. Más aún, los resultados del,
Capítulo 1 no son básicos para los principales teoremas del resto del libro; más
bien nos proporcionan ejemplos, ilustraciones y aplicaciones de los resultados
de los capítulos posteriores.
En el Capítulo Il se da la definición y propiedades básicas del grupo funda-
mental y del homomorfismo inducido por una aplicación continua." Los métodos
generales para determinar la estructura del grupo fundamental de un espacio
se desarrollan más adelante, en el Capítulo IV, después de haber introducido,
en el Capítulo IlI, algunas nociones esenciales de teoría de grupos.
En los Capítulos III y IV se destaca la caracterización de ciertas estructuras
matemáticas como wluciones de "problemas de aplicaciones universales", por
dos diferentes razones. En primer lugar, parece que el método más eficaz para
determinar la estructura del grupo fundamental de una amplia gama de espa-
cios es el teorema de Seifert-Van Kampen (Capítulo IV); la adecuada formu-
lación de este teorema esencial lleva consigo el concepto de problema de apli-
caciones universales. En segundo lugar, este método de caracterizar estructuras
matemáticas como soluciones de problemas de aplicaciones universales parece
ser uno de los principios matemáticos realmente unificadores que han surgido
desde 1945, y debe introducirse en los estudios de matemáticas tan pronto como
sea posible.
El Capítulo V contiene un estudio bastante completo de los espacios recu-
brida res. A lo largo del mismo hemos destacado la relación entre los espacios
recubridores y el grupo fundamental.
En los Capítulos VI y VII se dan demostraciones topológicas de varios cono-
cidos teoremas de teoría de grupos, en particular el teorema de Nielsen-Schreier
sobre subgrupos de un grupo libre, el teorema de Kurosh sobre subgrupos de
un producto libre, y el teorema de Grushko sobre la descomposición de un grupo
finitamente generado en producto libre, Estos teoremas pertenecen a una parte
de la teoría de grupos cuyo desarrollo original fue principalmente motivado
por la Topología combinatoria. Creo que las demostraciones de estos teoremas
utilizando el grupo fundamental y espacios recubridores de ciertos complejos
de baja dimensión se comprenden más fácilmente que las demostraciones pura-
mente algebraicas. Espero que el tratamiento conjunto de estos teoremas por
métodos' esencialmente geométricos hará esta parte de la teoría de grupos me-
nos imponente y más fácilmente accesible.
El Capítulo VIII es bastante corto y de naturaleza puramente descriptiva;
no se demuestra ningún teorema. Su propósito es ayudar al estudiante en la
transición al estudio de temas más avanzados de Topología algebraica.
Aunque en el Capítulo 1 utilizamos triangulaciones de 2-variedades, y en el
último capítulo introducimos los CW-complejos de J. H. C. Whitehead, no da-
mos ningún tratamiento sistemático de los complejos simpliciales en este libro.
Esto pnede sorprender a algnnos lectores, ya qne mnchos tratados de Topología
algebraica empiezan precisamente con el estndio de los complejos simpliciales.
Sin embargo, no se ve la manera de simplificar sn exposición. Más aún, perso-
nalmente, opino que nn estudio de este tema tiene qne ser necesariamente bas-
Prólogo IX
W. S. MASSEY
New Haven, Connecticut
En este Libro se supone que el estudiante posee suficientes
conocimientos de teoría de grupos como para comprender términos corrientes
como grupo, subgrupo, subgrupo normal, homomorfismo, grupo cociente, clase
lateral, grupo abeliano y grupo cíclico. Más aún, es de esperar que haya visto
suficientes ejemplos y trabajado en bastantes ejercicios para haber asimilado el
verdadero significado de estos conceptos. Para aquellos que no estén familiari-
zados con grupos de transformaciones y permutaciones, se ha incluido un apén-
dice sobre dichos temas. La mayor parte de las restantes cuestiones de teoría
de grupos que se necesitan, están desarroLLadas en el texto, especialmente en
el Capítulo III.
El material necesario de Topología conjuntista puede obtenerse en un se-
mestre de un curso de primer ciclo. En un apéndice, haremos un pequeño estu-
dio sobre espacios cocientes, ya que la mayoría de textos de este nivel tratan
muy brevemente u omiten por completo este tema. No se precisa conocimiento
alguno de ninguna otra rama de Álgebra; en particular, no se utiliza nada de
teoría de anillos, cuerpos, módulos o espacios vectoriales.
A >B
g' j j-u
e )D
l'
XI
XII Notas para el estudiante
II Si
iEI
n
Ixl = ( ¿ XD1!2.
i=l
Con esta notación definimos los siguientes subconjuntos "standard" del n-espa~
cio euclídeo, para todo n > O:
En {XERn:lxl;;;;l},
Un {xERn:lxl<l},
S,,-l {xERn:lxl =l}.
1 Introducción
2 Definición y ejemplos de n-variedades 2
3 Variedades orientables y no orienta bIes 3
4 Ejemplos de 2-variedades conexas compactas 6
5 Enunciado del teorema de clasificación para superficies compactas 10
6 Triangulación de superficies compactas 15
7 Demostración del teorema 5.1 18
8 La característica de Euler de una superficie 29
9 Variedades con borde 34
10 Clasificación de 2-variedades con borde conexas y compactas 36
11 La característica de Euler de una superficie con borde 42
12 Modelos de superficies con borde compactas en el 3-espacio euclídeo 43
13 Observaciones sobre las superficies no compactas 46
CAPíTULO 2
El grupo fundamental 55
1 Introducción 55
2 Notación básica y terminología 56
3 Definición del grupo fundamental de un espacio 57
4 Efecto de una aplicación continua sobre el grupo fundamental 63
5 El grupo fundamental de una circunferencia es cíclico infinito 68
xv
XVI Indice analítico
6 El teorema del 74
7 El grupo fundamental de un 76
8 Tipo de homotopia y de espacios 78
CAPÍTULO 3
1 Introducción 85
2 Producto débil de grupos abelianos 85
3 Gruposabelianos libres 89
4 Producto libre de grupos 97
5 Grupos libres 102
6 Presentación de grupos por generadores y relaciones 105
7 Problemas de aplicaciones universales 107
CAPÍTULO 4
1 Introducción 113
2 Enunciado y demostración del teorema de Seifert y Van Kampen 114
3 Primera aplicación del teorema 2.1 123
4 Segunda aplicación del teorema 2.1 127
5 Estructura del grupo fundamental de una superficie compacta 129
6 Aplicación a la teoría de nudos 136
CAPÍTULO 5
1 Introducción 145
2 Definición y algunos ejemplos de espacios recubridores 145
3 Elevación de caminos a un espacio recubridor 151
4 El grupo fundamental de un espacio recubridor 153
5 Elevación de aplicaciones arbitrarias a un espacio recubridor 154
6 Homomorfismos y automorfismos de espacios recubridores 157
7 La acción del grupo 'II"(X, x) sobre el conjuntop-l(x) 160
lndice analítico XVII
CAPÍTULO 6
El grupo y de un
Ap,UC;¡iCIOnles a la teoría de grupos 187
1 Introducción 187
2 Definiciones y ejemplos 188
3 Propiedades básicas de los grafos 189
4 Árboles 192
5 El grupo fundamental de un grafo 194
6 La característica de Euler de un grafo finito 197
7 Espacios recubridores de un grafo 198
8 Generadores de un subgrupo de un grupo libre 202
CAPÍTULO 7
Introducción 209
2 Adjunción de 2-celdas a un espacio 210
3 Adjunción de celdas de dimensión superior a un espacio 212
4 CW-complejos 212
5 El teorema del sub grupo de Kurosh 216
6 Teorema de Grushko 223
CAPÍTULO 8
Epílogo 235
XVIII Indice analítico
APÉNDICE B
alfabético 261
Introducción
El concepto topológico de superficie o variedad de dimensión 2 es una abstrac-
ción matemática del concepto familiar de superficie hecha de papel, lámina me-
tálica, plástico u otro material delgado cualquiera. Una variedad de dimensión 2
es un espacio topológico con las mismas propiedades que el plano familiar de la
Geometría euclídea. Un microbio inteligente, con un alcance visual limitado,
que se arrastrase sobre una superficie, no la distinguiría de un plano.
Para dimensiones superiores. el equivalente natural 'de una superficie es una
variedad n-dimensional, que es un espacio topológico con las mismas propieda-
des locales que un espacio euclídeo n-dimensional. Puesto que aparecen frecuen-
temente y tienen aplicaciones en muchas otras ramas de la Matemática,-las
variedades son, sin lugar a dudas, una de las clases más importantes de espa-
cios topológicos. Aunque definiremos y daremos algunos ejemplos de varieda-
des n-dimensionales, para cualquier entero positivo n, dedicaremos la mayor
parte de este capítulo al caso n = 2. La existencia de un teorema de clasifica-
ción de variedades compactas de dimensión 2, hace que nuestros conocimien-
tos sobre variedades 2-dimensionales sean incomparablemente más completos
que nuestros conocimientos sobre los casos de dimensión superior. Este
teorema de clasificación da un' procedimiento simple para obtener todas
las variedades compactas de dimensión 2. Más aún, existen invariantes simples
calculables que nos permiten determinar si dos variedades compactas de dimen-
sión dos son homeomorfas o no. Puede considerarse éste como un teorema ideal.
Gran parte de las investigaciones en Topología han estado dirigidas hacia el
desarrollo de teoremas de clasificación análogos para otras situaciones. Por des-
gracia no se conoce ningún teorema de este tipo para variedades compactas de
dimensión 3, y los especialistas en lógica han probado que no podemos ni espe-
rar un resultado completo de variedades n-dimensionales, n ~ 4. Sin embargo,
la teoría de variedades de dimensión superior es actualmente un campo de in-
vestigación matemática muy activo y lo seguirá siendo probablemente durante
mucho tiempo.
La materia expuesta en este capítulo, especialmente en las secciones 1-8, se
usará en el resto del libro.
1
2 Variedades bi-dimensionales
Ejemplos
2.1 El espacio euclídeo Rn es obviamente una variedad n-dimensional. Podemos de-
mostrar fácilmente que la esfera unidad de dimensión n
Sn = Ix E Rn+l : Ixl = 1¡
es una n-variedad. En efecto, para el punto x = (1, 0, ... , Ol, el conjunto (x" ... , x n +,) E
Sn : x, > O es un entorno con las propiedades exigidas, como puede verse por proyección
ortogonal sobre el hiperplano de Rn+' definido por x, = O. Para ~ualquier otro punto
x E Sn, existe una rotación que transforma x en el punto (1, O, ... , Ol. Dicha rotación es
un homeomorfismo de Sn sobre sí mismo; por tanto x tiene también un entorno del tipo
deseado.
2.2 Si Mn es una variedad n-dimensional, cualquier abierto de Mn es también una
variedad n-dimensional. La demostración es inmediata.
2.3 Si M es una variedad m-dimensional y N una variedad n-dimensional, el espacio
producto M X N es una variedad (m + nl-dimensional. Esto se sigue del hecho de que
um X Un es homeomorfo a Um+n. Para demostrarlo observemos que, si k es un entero
positivo cualquiera, Uk es homeomorfo a Rk, y Rm X Rn es homeomorfo a Rm+n.
1 Véase General Topology de J. L. Kelley. Princeton, N, J.: Van Nostrand, 1955. Ejerci-
cio L, p. 164.
Variedades orienta bies y no orientables 3
y no
Las variedades conexas de dimensión n, n > 1, están divididas en dos clases:
orientables y no orientables. Trataremos de aclarar bien la diferencia sin esfor-
zarnos en una precisión matemática.
Consideremos, primero, el caso n = 2. Podemos dotar de una orientación al
plano euclídeo R2 y, en general, a una pequeña región del plano, de varias
maneras. Por ejemplo, podemos fijar cuál de las dos clases de sistemas de coor-
denadas del plano será considerada como positiva y cuál como negativa. Otra
manera sería fijar el sentido de rotación en el plano, alrededor de un punto,
que se considera como positivo y el que se considera como negativo. Imagine-
mos un microbio o algún ser de dimensión 2, inteligente, sujeto a moverse en
un plano; una vez que él ha decidido la elección de una orientación en cual-
quier punto del plano, puede llevar esta elección consigo al desplazarse. Si dos
de estos seres coinciden en orientación en un punto dado del plano, y uno de
ellos hace un largo viaje a otro punto distante del plano y eventualmente vuelve
al punto de partida, ambos seres coincidirán aún en la elección de orientación.
Consideraciones análogas se aplican a cualquier variedad conexa de dimen-
sión 2, ya que cualquier punto tiene un entorno homeomorfo a un entorno de
un punto del plano. Aquí, nuestros dos seres hipotéticos coinciden en la elección
de orientación en un punto. Sin embargo, es posible que, tras el regreso de
uno de ellos de un largo viaje a algún punto distante de la variedad, se encuen-
tren con que sus orientaciones ya no coinciden. Este fenómeno puede suceder
incluso suponiendo que ambos han tenido un cuidado extremo en ir mante-
niendo una comprobación precisa de la orientación positiva.
El ejemplo más simple de una variedad 2-dimensional que presenta este
fenómeno, es la famosa banda de Mobius. Como el lector seguramente ya sabe,
puede construirse un modelo de banda de Mobius tomando una tira rectangular
de papel, larga y estrecha, y pegando los extremos en sentidos opuestos (véase
figura 1.1). Matemáticamente, una banda de Mobius es un espacio topológico
que se define como sigue. Designemos por X el siguiente rectángulo del plano:
X = {(x, y) E R 2 : -10 ~ x ~ +10, -1 < Y < +1}.
Formemos entonces el espacio cociente de X obtenido al identificar los puntos
(10, y) y (-10, - y) para -1 < Y < + 1 (para una información sobre espacios
cocientes, véase el Apéndice A). Obsérvese que los dos bordes del rectángulo
correspondientes a y = + 1 e y = -1 se omiten. Esta omisión es esencial; en
caso contrario el resultado no sería una variedad (sería una variedad con borde,
concepto que estudiaremos más tarde, en este mismo capítulo). Podríamos tam-
bién definirla mediante un subconjunto de R' que fuera homeomorfo al espacio
cociente que acabamos de describir.
Como quiera que definamos la banda de Mobius, la línea central de la tira
rectangular pasa a ser un círculo tras la unión o identificación de los dos extre-
4 Variedades bi-dimensionales
FIGURA U
Construcción de una banda de Mobius.
x = ((x, y,z) E H3: -10 ;;; x ;;; +10, -1 < Y < +1, -1 < z < +1}.'
n
x; = ¿
j=l
aijXj + bi , ~ = 1, 2, ... , n. (1.3-1)
Las aij Y b i que aparecen, son números reales que no dependen del punto x es-
cogido. Además es un hecho conocido que el determinante de las aij,
a11 an aln
Para los lectores que hayan estudiado Geometría proyectiva, explicaremos por qué a
esta superficie se le llama plano proyectivo real. Un tal lector, recordará que en el es-
tudio de la Geometría proyectiva plana, un punto tiene coordenadas h::>mogéneas (x" x" x 2 )
donde x" x, y x, son números reales y al menos uno de ellos es distinto de cero. El tér-
mino «homogéneas» significa que (x" x" x,) y (X;, x;, x;) representan el mismo punto si
y sólo si existe un número real A (necesariamente;;6- O) tal que
Xi = AX;, i = 0, 1,2.
11
11
FIGURA 1.2
Construcción de un toro.
2 Para una justificación rigurosa de esta afirmación, debemos utilizar la proposición 4.2
del Apéndice A, que puede aplicarse ya que la aplicación natural de S' en el plano
proyectivo es cerrada, y H es un SUbconjunto cerrado de S'.
8 Variedades bi-dimensionales
b b
FIGURA l.3 -
Construcción de un plano proyectivo a partir de un cuadrado.
Ejemplos
4.1 Si S, es una 2-esfera, entonces S, # S, es homeomorfo a S,.
4.2 Si S, y S, son dos toros, entonces S, # S, es homeomorfo a la superficie de un
bloque que tenga dos agujeros que lo perforen. (Se supone, desde luego, que los agujeros'
no están tan juntos que sus bordes se toquen o intersectenJ
Ejemplos de 2-variedades conexas compactas 9
4.3 Si S, Y S, son dos planos proyectivos, S, # S, es una «botella de Klein», esto es,
homeomorfo a la superficie obtenida por identificación de los lados opuestos de un cuadra-
do como muestra la figura lA. Podemos probar esto por la técnica «cortar y pegar», como
sigue. Si Si es un plano proyectivo, y Di eS, es un disco cerrado, entonces Si; comple-
mentario del interior de Di, es homeomorfo a una banda de Miibius (incluido el borde).
En efecto, si consideramos Si como el espacio obtenido por identificación de los puntos
diametralmente opuestos del borde del disco unidad E' en R', podemos elegir Di como. la
imagen del conjunto { (x, y) E E2 : Iyl ~ ti por la identificación, y entonces queda clara
la veracidad de la afirmación. De aquí se deduce que S, # S, se obtiene pegando dos ban-
das de Miibius a lo largo de sus bordes. Por otra parte, la figura 1.5 nos muestra cómo
cortar una botella de Klein para obtener dos bandas de Miibius. Cortamos a lo largo de
las líneas AB' y BA'; tras la identificación, este corte pasa a ser un círculo.
b b
FIGURA U
Construcción de la botella de Klein a partir de un cuadrado.
e CI
Il
Er-____________________-,AI
A El
b ~b
a
E Al e --------------- ('1
1 II
C a el A El
(a) (b)
FIGURA 1.5
La botella de Klein es la unión de dos bandas de Miibius
10 Variedades bi-dimensionales
<1\
al
lb)
(e)
FIGURA l.6
(a) Dos toros disjuntos T, y T,. (b) Toros disjuntos con agujeros recortados.
(e) Una vez pegados.
nica» de la suma conexa de dos toros. Repitiendo este proceso podemos demos-
trar que la suma conexa de tres toros es el espacio cociente del dodecágono de
la figura 1.7, donde las aristas están identificadas a pares, tal como está indi-
cado. Claramente se ve cómo se puede demostrar por inducción que la SUma
conexa de n toros es homeomorfa al espacio cociente de un polígono de 4n lados
MASSEY-2
Variedades bi-dimensionales
FIGURA 1.7
La suma conexa de 3 toros se obtiene al identificar a pares las aristas de un
dodecágono.
cuyas aristas están ident~ficadas a pares según un esquema, que el lector pre-
cisará.
Estudiemos ahora el procedimiento análogo para la suma conexa de planos
proyectivos. Hemos considerado el plano proyectivo como el espacio cociente
de un disco circular, al identificar los puntos diametralmente opuestos de su
borde. Eligiendo un par de puntos de borde diametralmente opuestos como vér-
tices, el círculo del disco queda dividido en dos segmentos. Así, podemos consi-
derar el plano proyectivo como obtenido a partir de un polígono de dos lados
al identificarlos; véase· figura 1.8.
FIGURAUl
El plano proyectivo se obtiene al identificar los lados opuestos de un polígono
de 2 lados.
Enunciado del teorema de clasificación para superficies compactas 13
al
el
(b)
(e)
FIGURA 1.9
(a) Dos planos proyectivos P, y Po. disjuntos. (b) Planos proyectivos disjuntos
con agujeros recortados. (el Una vez pegados.
cados a pares, tal como muestra la figura 1.10, Mediante una inducción bastante
obvia, podemos probar que, para todo entero positivo n, la suma conexa de n
planos proyectivos es el espacio cociente' de un polígono de 2n lados con los.
lados identificados a pares, según un cierto esquema, Obsérvese que todos los
vértices de este polígono están identificados a un punto,
Falta representar la esfera como espacio cociente de un polígono con los
lados identificados a pares, Podemos hacerlo tal como muestra 10 figura 1.11.
Podemos imaginar una esfera como una bolsa que tuviera una cremallera; si
la cremallera está abierta, la bolsa puede aplanarse,
Así pues, hemos mostrado cómo cada una de las superficies compactas men-
cionadas en el teorema 5,1 puede obtenerse como espacio cociente de un polí-
gono con .las aristas identificadas a pares, Introducimos ahora un método bas-
tante obvio pero cómodo para indiCa!' de manera precisa los pares de aristas
"1
FIGURA UII
Construcción de la suma conexa de 3 planos proyectivos identificando a pares
los lados de un exágono,
tI
FIGURA 1.11
La esfera como espacio cociente de un polígono de 2 lados al identificarlos tal
como muestra la figura,
5.1 Sea P un polígono con un número par de lados. Supongamos que los lados están
identificados a pares según un cierto símbolo. Probar que el espacio cociente es una
superficie compacta.
superficies compactas
Para probar el Teorema 5.1 necesitamos probar que la superficie dada es trian-
gulable, es decir, que se puede dividir en triángulos que encajan satisfactoria-
mente. Es fácil imaginarse la superficie de la tierra dividida en regiones trian-
gulares, y una subdivisión de este tipo es muy útil en el estudio de superficies
compactas en general.
FIGURA 1.12
Algunos tipos de intersecciones no permitidas en una triangulación
que son imagen por CjJi de vértices y aristas del triángulo T'¡ se llaman también
«vértices» y «aristas» respectivamente. Finalmente se impone la condición dE'
que dos triángulos distintos Ti y Ti o son distintos, o tienen un solo vértice co-
mún, o tienen toda una arista común.
Acaso la figura 1.12, en la que se muestran tres tipos no admisibles de
intersecciones de triángulos, aclare las condiciones de la definición.
Dada una superficie compacta arbitraria S, parece plausible que exista una
triangulación de S. Una demostración rigurosa (T. Radó fue el primero en darla
en 1925), requiere el uso de una forma fuerte del teorema de la curva de Jordan.
A pesar de que no es difícil, la demostración es pesada y no la daremos aquí.
Una superficie triangulada puede considerarse como construida soldando
de una cierta forma los distintos triángulos, algo parecido a reconstruir un
puzzle o a construir una pared de ladrillos. Puesto que dos triángulos distintos
no pueden tener los mismos vértices podemos determinar completamente una
triangulación de una superficie enumerando los vértices y especificando qué
ternas de vértices son vértices de un triángulo. Una tal lista de triángulos de-
termina completamente la superficie junto con la triangulación dada, salvo un
homeomorfismo.
Ejemplos
6.1 La superficie de un tetraedro ordinario del 3-espacio euclídeo es homeomorfa a
la esfera S'; más aún, los cuatro triángulos satisfacen todas las condiciones de una trian-
gulación de S'. En este caso hay cuatro vértices y toda terna de vértices es el conjunto
de vértices de un triángulo. Ninguna otra triangulación de una superficie cualquiera
puede verificar esta propiedad.
6.2 En la figura 1.13 mostramos una triangulación del plano proyectivo, considerado
como el espacio obtenido identificando puntos diametralmente opuestos del borde de un
disco. Los vértices van numerados de 1 a 6, y hay los siguientes diez triángulos
124 245
235 135
156 126
236 346
134 456
de superficies compactas 17
3
FIGURA 1.13
Una triangulación del plano proyectivo.
4~----~~------~~----~4
~------~------~------~7
2 3
FIGURA 1.14
Una. triangulación de un toro.
18 Variedades bi-dimensionales
(1) se deduce de que todo punto de la arista en cuestión debe tener un en-
torno abierto homeomorfo al disco abierto V 2 , y esto no sería posible si una
arista lo fuera de un solo triángulo, o bien de más de dos. La demostración
rigurosa de lo que acabamos de afirmar nos llevaría demasiado lejos; sin em-
bargo, no puede discutirse su verosimilitud.
La condición (2) puede demostrarse de la siguiente manera. El hecho de que
el conjunto de todos los triángulos que tienen el vértice v pueda dividirse en
subconjuntos disjuntos, tales que los triángulos de cada subconjunto puedan
ordenarse cíclicamente, como hemos descrito, es una consecuencia inmediata
de (1). Sin embargo, si hubiera más de uno de estos subconjuntos, entonces no
podría ser cierto que v tuviera un entorno homeomorfo a V2: No intentamos'
dar una demostración rigurosa de esta última afirmación.
Ejemplo
7.1 La figura 1.15 muestra un ejemplo fácil de ver. Hemos triangulado la superficie
de un cubo, dividiendo cada cara en dos triángulos mediante una diagonal. El disco D
que resulta puede considerarse como el diagrama de la figura 1.16; depende, desde luego,
de cómo hayamos enumerado los triángulos y de cómo hayamos escogido las aristas
e" "" e". Hemos indicado, en la forma usual, las aristas de D que hay que identificar.
Una vez hecho esto, podemos olvidarnos de las aristas e" e" ... , e". Así, en lugar de tra-
bajar con el polígono de la figura 1.15, podemos hacerlo igúalmente bien con el de la
figura 1.16.
Ti1
612
e11
Ti2
FIGURA 1.15
Ejemplo que ilustra el primer paso de la demostración del teorema 5.1.
n"''11.n"trclCIGln del teorema 5.1 21
a b
d e
g e
FIGURA 1.16
Versión simplificada del polígono de la figura 1.15.
Ejercicios
Realizar el proceso anterior para cada una de las superficies cuyas triangulaciones
damos a continuación. (NOTA: Más tarde utilizaremos estos ejemplos.)
res las aristas de D. Podemos indicar estas identificaciones con los símbolos
apropiados; por ejemplo, las identificaciones de la figura 1.16 pueden indicarse
mediante
Si la letra que indica un cierto par de aristas aparece en el símbolo Con los dos
exponentes + 1 Y -1, entonces decimos que este par de aristas es de primera
especie; de lo contrario, el par es de segunda especie. Por ejemplo, en la figu-
ra 1.16, los siete pares son de primera especie.
Vamos a mostrar que podemos eliminar un par de aristas adyacentes de
primera especie, supuesto que el polígono tenga por lo menos cuatro aristas.
Este proceso queda fácilmente reflejado en la sucesión de diagramas de la figu-
ra 1.17. Podemos continuar este proceso hasta que hayan sido eliminados todos
los pares de este tipo, o hasta que obtengamos un polígono con sólo dos lados.
En el último caso, este polígono, cuyo símbolo será aa o aa-\ será un plano
proyectivo o una esfera, y ya. habremos acabado la demostración. En caso con-
trario procedemos de la siguiente manera.
11
(/
1,,1
ull
FIGURA 1.17
Eliminación de un par de aristas adyacentes de primera especie.
Demostración del teorema 5.1 23
Tercer paso. Transformación en un polígono tal que todos los vértices estén
identificados a uno solo. A pesar de que las aristas de nuestro polígono han de
estar identificadas a pares, los vértices pueden estar identificados en conjun-
tos de uno, dos, tres, cuatro, .... Diremos que dos vértices del polígono son
equivalentes si y sólo si están identificados. Por ejemplo, el lector puede com-
probar fácilmente que en la figura 1.16 hay ocho clases de equivalencia de
vértices distintas. Algunas clases de equivalencia contienen sólo un vértice,
mientras otras contienen dos o tres vértices.
Supongamos que hemos llevado a cabo el segundo paso tantas veces como
ha sido posible. Queremos demostrar que podemos transformar nuestro polígo-
no en otro tal que todos los vértices pertenezcan a una sola clase de equiva-
lencia.
Supongamos que por lo menos hay dos clases de equivalencia distintas. En-
tonces existen un par de vértices adyacentes del polígono que no son equiva-
lentes. Designemos a estos vértices por P y Q. La figura 1.18 muestra cómo
debemos proceder. Puesto que P y Q no son equivalentes y hemos realizado ya.
el segundo paso, los lados a y b no pueden estar identificados. Cortemos a lo
largo de la línea c, desde el vértice Q hasta el otro vértice de la arista a (es
decir, hasta el vértice de la arista a distinto de P). Entonces pegamos las dos
aristas designadas por a. Resulta así un nuevo polígono con un vértice menos
en la clase de equivalencia de P y uno más en la de Q. Si es posible, realizamos
de nuevo el segundo paso. Entonces, llevamos a cabo, otra vez, el tercer paso
para reducir el número de vértices de la clase de equivalencia de P, y volve-
mos a realizar el segundo paso. Vamos alternando el tercero y segundo pasos
hasta que la clase de equivalencia de P sea totalmente eliminada. Si quedan
aún más de una clase de equivalencia de vértices, repetimos este proceso para
reducir su número. Si continuamos así, obtenemos finalmente un polígono' con
todos los vértices identificados a uno solo.
(.)
(3.)
FIGURA 1.18
Tercer paso en la demostración del teorema 5.1.
24 Variedades bi-dimensionales
lb)
FIGURA 1.19
Cuarto paso en la demostración del teorema 5.1.
Cuarto paso. Cómo hacer adyacentes todo par de aristas de segunda especie.
Queremos demostrar que podemos transformar nuestra superficie de manera
que todo par de aristas de segunda especie sean adyacentes. Supongamos que
tenemos un par de aristas de segunda especie que no sean adyacentes, tal como
muestra la figura 1.19 (a). Cortemos a lo largo de la línea punteada a y pegue-
mos a lo largo de b. Tal como "muestra la figura 1.19 (b), las dos aristas son
ahora adyacentes.
Continuemos este proceso hasta que todos los pares de aristas de segunda
especie sean adyacentes. Si no hay pares de primera especie ya hemos acabado,
puesto que el símbolo del polígono será de la forma a 1 a 1 a2 a2 •• , anan, y por tanto
la superficie es la suma conexa de n planos proyectivos.
Supongamos, por el contrario, que en este punto de la reducción hayal me-
nos un par de aristas de primera especie; designémoslas con la letra c. Afirma-
mos entonces que por lo menos hay otro par de _aristas de primera es-
pecie tal que estos dos pares se separan uno al otro; es decir, al recorrer el
borde del polígono las aristas de estos dos pares aparecen alternativamente
FIGURA 1.20
Un par de aristas de primera especie.
Demostración del teorema 5.1 25
tanto, el símbolo será de la forma c ... d '" C- ' ... d- 1 ... , donde los puntos
indican otras letras posibles).
Para probar esto, supongamos que las aristas c no están separadas por nin-
gún otro par de aristas de primera especie. Entonces, nuestro polígono tendría
un aspecto corno el de la figura 1.20, donde A y B designan sendas sucesiones
de aristas. Importa señalar que ninguna arista de A puede identificarse con
otra arista de A, y análogamente para B; ninguna arista dé A está identificada
con una arista de B. Pero esto contradice el que los vértices inicial y final de
cada una de las aristas e han de estar identificados, en virtud del tercer paso.
Quinto paso. Pares de primera especie. Supongamos que tenernos dos pares
de primera especie que se separan uno al otro (véase figura 1.21). Demostrare-
mos que pvdemos transformar el polígono de manera que los cuatro lados en
cuestión sean consecutivos a lo largo del perímetro del polígono.
En primer lugar, cortarnos a lo largo de c y pegarnos a lo largo de b, para
obtener la figura 1.21 (b). Después cortarnos a lo largo de d y pegarnos a lo
largo de a para obtener (e) corno deseábamos.
Continuarnos este proceso hasta que todos los pares de primera especie es-
b e
a a
--.....;:--
e
a a
b
(al lb)
lb) (e)
FIGURA 1.21
Quinto paso en la demostración del teorema 5.1.
26 Variedades bi~dilllensionales
FIGURA 1.22
(al Toro con agujero. (bl Botella de Klein con agujero.
(b)
FIGURA 1.23
(al Suma conexa de una banda de Miíbius y un toro< (bl Suma conexa de una
banda de Miíbius y una botella de Klein.
Afirmamos ahora que los dos espacios de la figura 1.23 y (esto es, la
suma conexa de una banda de Mobius con un toro y con una botella de Klein)
son homeomorfos. Para verlo, imaginemos que cortamos cada uno de estos es-
pacios topológicos a lo largo de las líneas AB. En cada caso se obtiene la suma
conexa de un rectángulo y un toro, con los dos extremos del rectángulo identi-
ficados en sentidos opuestos, tal como muestra la figura 1.24. Por tanto, los dos
espacios son homeomorfos.
A B
FIGURA 1.24
Resultado de cortar los espacios de la figura 1.23 a lo largo de la línea AB.
Ejercicios
7.6 Realizar cada uno de los pasos anteriores en los ejemplos dados en los ejerci-
cios 7.1 - 7.5.
conexa en la que tres o más de los sumandos sean planos proyectivos. Obtene-
mos. una nueva formulación del teorema que en algunos casos
ser más conveniente.
La característica una
Aunque hemos demostrado que toda superficie compacta es homeomorfa a una
esfera. a una suma de toros. o a una suma de planos proyectivos. no sabemos
si estos tipos de superficies son topológicamente distintos. Podría suceder que
existieran enteros positivos m y n, m ~ n. tales que la suma de m toros fuera
homeomorfa a la suma de n toros. Para demostrar que esto no es posible intro-
ducimos un invariante numérico. llamado característica de Euler.
Definimos. primero. la característica de Euler de una superficie triangula-
ble. Sea M una superficie con una triangulación {TI' .... T n }. Sean
v = número total de vértices de M,
e = número total de aristas de M,
t = número total de triángulos (en este caso t = n).
Entonces
x(M) = v - e +t
se llama característica de Euler de M.
Ejemplos
8.1 La figura 1.25 sugiere métodos uniformes de triangulación de la esfera, del
toro, y del plano proyectivo, con un número de triángulos tan grande como queramos.
Mediante estas triangulaciones, el lector comprobará que las características de Euler
de una esfera, un toro, y un espacio proyectivo son 2, O Y 1 respectivamente. También
comprobará que las características de Euler no dependen del número de líneas horizon-
tales y verticales de los diagramas correspondientes a la esfera y al toro, y del número
de líneas radiales y CÍrculos concéntricos en el caso del diagrama del espacio proyectivo.
a
(a)
a
a
(h)
(e)
FIGURA 1.25
Cálculo de la característica de Euler por medio de una triangulación. (a) Es-
fera. (b) Toro. (e) Plano proyectivo.
La característica de Euler de una superficie 31
,:i,1
FIGURA 1.26
(al Polígono de 1 ladn. (b) Pnlíc;nnn de 2 bdn,. (e) Polígono de 3 lados.
FIGURA 1.27
Arista admisible.
real, una vez suprimidos los vértices (la adherencia de cada arista será homeo-
morfa a un intervalo cerrado o a un círculo). Finalmente el número de vértices,
aristas y regiones poligonales debe ser finito. Como antes, definimos la carac-
terística de Euler de una tal subdivisión de una superficie compacta por
Característica
Superficie de Euler
Esfera 2
Suma conexa de n toros 2-2n
Suma conexa de n planos proyectivos 2-n
Suma conexa de un plano proyectivo y n toros 1-2n
Suma conexa de una botella de Klein y n toros -2n
8.1 Se sabe desde hace unos 2000 años que sólo existen cinco poliedros regulares,
a saber, el tetraedro regular, el cubo, el octaedro, el dodecaedro y el icosaedro. Demos-
trarlo considerando subdivisiones de la esfera en polígonos de n lados (n fijo) tales que
en cada vértice concurran exactamente m aristas (m fijo, m, n;::; 3). Usar el resultado:
X(S') = 2.
8.2 Para toda triangulación de una superficie compacta, demostrar que
3t 2e
e 3(v - x)
v ~ t(7 + V49
¿ Cuáles son los valores mlll¡mos de v, e, t, en el caso de la esfera, el plano proyectivo
y el toro? (t, e y v designan el número de triángulos, aristas y vértices, respectivamente).
8.3 ¿En cuántas piezas dividen una esfera, n círculos tales que cualesquiera tres de
ellos no tengan nunca un punto común?
8.4 (a) Identificamos a pares los lados de un octógono regular, de manera que se ob-
tenga una superficie compacta. Probar que la característica de Euler de esta
superficie es ;::; -2.
(b) Probar que toda superficie (orientable o no) cuya característica de Euler
sea ;::; -2 puede obtenerse identificando a pares los lados de un octógono
regular.
8.5 Probar que no es posible subdividir la superficie de una esfera en regiones, cada
una de las cuales tenga 6 lados (es decir, sea un exágono) y tales que dos regiones dis-
tintas tengan a lo sumo un lado común.
8.6 Sea S, la suma de m toros, m;::; 1, y S, la suma de n planos proyectivos, n;::; 1.
Si recortamos dos agujeros en cada una de estás dos superficies, y las pegamos a lo
largo de los bordes de estos agujeros. ¿Qué superficie se obtiene?
8.7 ¿Cuál es la superficie representada por un decágono regular con las aristas iden-
tificadas a pares, tal como indica el símbolo abcdec-'da-'b-'e- L ? (INDICACIÓN: ¿Cómo es-
tán identificados los vértices en el borde?).
8.8 ¿ Cuál es la superficie representada por un polígono de 2n lados con las aristas
identificadas a pares, según el símbolo
8.9 ¿ Cuál es la superficie representada por un polígono de 2n lados con las aristas
identificadas a pares, según el símbolo
9 Variedades con
El concepto de variedad con borde es una ligera generalización del de variedad.
Variedades con borde
En = {x E Hn : Ixl ~ 1)
es una variedad n-dimensional con borde. La esfera Sn-' es su borde y el disco abierto
Un su interior.
9.2 Otro ejemplo es el «semi-espacio», {X E Rn : Xl ~ O}.
9.3 La banda de M6bius, tal como se define normalmente, es una variedad 2-dimen-
sional con borde.
9.4 Otros ejemplos de variedades 2-dimensionales con borde pueden obtenerse re-
cortando una colección de pequeños discos abiertos de una variedad 2-dimensional.
{(x, y, z) E Ha : X2 + y2 1, O ~ z ~ l}
36 V uriedades bi-dimensionales
Ejercicios
9.1 Probar que el producto de una variedad y una variedad con borde es una varie-
dad con borde. ¿Cuál es el borde del producto?
9.2 Sea P un polígono. Supongamos que hemos identificado ciertos pares de aristas
de P, pero que no todas las aristas de P están incluidas en estos pares. Probar que el
esp1l.cio cociente resultante es una variedad con borde, conexa y compacta.
C4 el
la) (b)
FIGURA 1.28
Una esfera con cuatro agujeros.
38 Variedades bi-dimensionales
(a) Forma normal de una esfera con k agujeros. Una esfera está represen-
tada por un polígono de 2 lados cuyas aristas están identificadas según
el símbolo aa-l. Hagamos k agujeros en este polígono tal como muestra
la figura 1.28 (a) en el caso k = 4. Entonces, a partir de un vértice del
borde, hagamos cortes el' c 2 ' ... , ek hasta la correspondiente componente
B l , B 2 , ... , Bk del borde. Abramos cada corte hasta obtener el polígono
que muestra la figura 1.28 (b). En general obtenemos un polígono cuyas
aristas están identificadas según el símbolo
(b) Forma normal de la suma conexa de n toros con k agujeros. Los dia-
gramas de la figura 1.29 (a) y (b) muestran la manera de proceder en
el caso n = 2, k = 4. Es totalmente análogo al caso de una esfera con
agujeros. El resultado es un polígono de 4n + 3k lados identificados se-
gún el símbolo
21
I'.!
FIGURA 1.29
Superficie orientable de género 2 con 4 agujeros.
/
/
/
----
==::::~:::::--
/
/
---
------
----- /
/ ------ ~~~--
FIGURA 1.30
Subdivisión baricéntrica de un triángulo.
40 Variedades bi-dimensionales
que tienen parte común con B¡ es homeomorfa a una región poligonal del plano
con un agujero; la figura 1.31 ilustra, en el caso n = 17, cómo puede presen-
tarse una de estas regiones. Tendremos una región poligonal Pi de éstas para
cada componente Bi del bordeJ 1 ~ i ~. k.
Designemos por T l' ... , TI los restantes triángulos de la triangulación de M
dada, no contenidos en ninguno de los polígonos Pi, 1 ~ i ~ k. Con estos k po-
lígonos y l triángulos, podemos realizar el proceso seguido en el primer paso
de la demostración del teorema 5.1 (tal como hemos descrito en la sección 7).
FIGURA 1.31
Triángulos próximos a la componente Bi del borde.
Clasificación de 2-variedades con borde conexas y compactas 41
a·, b2
o o
a
(a)
al
o o
(h) (e)
FIGURA 1.32
Posibles tipos de superficie con borde. con k = 4.
Para completar la demostración tenemos que hacer cortes cl' c2 ' ... , Ck desde
el vértice inicial del borde del polígono hasta el borde de cada agujero, y abrir
por cada uno de estos cortes para obtener un polígono en la forma normal de-
seada. Desde luego, debemos asegurarnos de que estos cortes sean dos a dos
42 Variedades bi-dimensionales
DEMOSTRACIÓN: Sea M una 2-variedad conexa compacta, con o sin borde. Su-
pongamos que tenemos una triangulación determinada de M, y que formamos
una nueva superficie con borde M' quitando el interior de un triángulo, que
se halle enteramente contenido en el interior de M. Entonces el borde de M'
tiene una componente más que el de M, y
x(M') = x(M) - 1;
x(M) = x(M*) - k.
Según el teorema 5.1, obtenemos de esta manera todas las superficies con borde
con k componentes en el borde. Vemos, pues, que la caractrística de Euler
de M está completamente determinada por la de M* y viceversa. Además es
Modelos de superficies con borde compactas en el 3-espacio euclídeo 43
11.1 Probar que la característica de Euler de una superficie con borde compacta,
que tenga k componentes en el borde es ~ 2 - k.
11.2 Dar una fórmula para el género de una superficie compacta con borde por medio
de la característica de Euler y del número de componentes del borde (tratar los casos
orientable y no orientable separadamente).
11.3 Construir una tabla con todas las superficies compactas M, con borde o sin
borde, tales que - 2 ~ X(M) ~ + 2.
12
x(M') = xUVI) - 1.
l/VI/]
FIGURA 1.33
Tira triangulada.
MASSEY-3
44 Variedades bi·dimensionales
FIGURA 1.34
Método de pegar tiras a un disco.
FIGURA 1.35
Método de pegar tiras a un disco (caso orientable, género superior).
FIGURA 1.36
Método de pegar tiras a un disco (caso no orientable).
Modelos de superficies con borde compactas en el 3-espacio euclídeo
Ejercicios
12.1 ¿Qué superficies compactas con borde son homeomorfas a un subconjunto del
plano ]l'? Dar la respuesta por medio de la característica de Euler, el número de com-
ponentes del borde y la orientabilidad.
12.2 Indicar cuáles son las superficies compactas que pueden construirse de la si-
guiente manera: Elegir un disco D y un número finito de pequeños discos cerrados dos
a dos disjuntos y contenidos en el interior de D. Hacer agujeros en D quitando el inte-
rior de estos discos pequeños. Unir con un tubo los bordes de ciertos pares de agujeros.
Estos tubos pueden colocarse de dos maneras distintas, como muestra la figura 1.37.
12.3 Si rehacemos la construcción precedente, partiendo de una banda de Miibius en
lugar de un disco, ¿qué superficies con borde pueden obtenerse?
12.4 Sean M¡ y M 2 superficies compactas con borde. Formamos una nueva superficie
con borde M¡ 11 M" llamada la suma conexa con borde, de la si.guiente manera: Elegi-
mos un subconjunto ei del borde de Mi homeomorfo al intervalo cerrado [0,1], i = 1, 2.
Unimos M¡ y M, pegando e¡ con e,; es decir, elegimos un homeomorfismo de el sobre e,
46 Variedades bi-dimensionales
FIGURA 1.37
Diferentes maneras de adherir un tubo a un disco con dos agujeros.
ignora; en la mayoría de trabajos sobre este tema se supone que existe una
base numerable de abiertos. Un teorema de Radó [9] asegura que una super-
ficie puede triangularse si y sólo si admite una base numerable de abiertos (la
demostración viene reproducida en el libro de Ahlfors y Sario [1]). Una trian-
gulación de una superficie no compacta significa lo mismo que una triangula-
ción de una superficie compacta, salvo que el número de triángulos es infinito
y se impone, además, que todo punto tenga un entorno que intersecte sólo a
un número finito de triángulos.
La existencia de una triangulación de una superficie con base numerable es
muy importante, y muchos de los resultados conocidos en esta materia sólo
han podido ser demostrados utilizando esta hipótesis. En el resto del capítulo
consideraremos sólo superficies con base numerable. 3
3 Puede demostrarse que una superficie es metrizable si y sólo si tiene una base nume-
. rabIe de abiertos. Análogamente, la paracompacidad es equivalente a la existencia de
una base numerable.
48 Variedades bi-dimensionales
Ejemplo
13.1 Sea X una 2-variedad conexa, compacta y A un subconjunto cerrado de X total-
mente des conexo. Por ejemplo, A puede ser un subconjunto finito, u homeomorfo a un
subconjunto cerrado del conjunto de Cantor. Sea M = X - A; entonces, cabe esperar,
y puede demostrarse rigurosamente, que X sea una compactificación de M con las tres
propiedades del enunciado del teorema 13.1. En este caso M* = X y ~(M) = A. En gene-
ral, sin embargo, M* no será una superficie.
Observaciones sobre las superficies no compactas
obvia. Por ejemplo, en el caso de una banda de Mbbius abierta, el círculo cen-
tral es una espina. En otros casos la existencia de una espina no parece tan
clara.
NOTAS
Definidón de suma ·conexa de dos variedades
Triangulación de variedades
En los principios de la Topología se tomó aparentemente como seguro que todas las su-
perficies y todas las variedades de dimensiones superiores podían triangular se. La pri-
mera demostración rigurosa de que las superficies pueden triangularse fue publicada
por Tibor Radó en un trabajo sobre superficies de Riemann [9].' Radó señaló la necesi-
dad de suponer que la topología de la superficie admite una base numerable y dio un
ejemplo (debido a Prüfer) de una superficie sin ninguna base numerable. La demostra-
ción de Radó, dada en el Capítulo 1 del texto de Ahlfors y Sario [1], usa esencialmente
una forma fuerte del teorema de la curva de Jordan. La triangulabilidad de las 3-varie-
dades fue probada por E. Moise (<<Affine Structures in 3-manifolds, V: The triangulation
theorem and Hauptvermutung». Ann. Math., 56, 1952, pp. 96-114).
No se sabe aún si las variedades de dimensión superior pueden ser trianguladas o no.
No hay n.ingún subconjunto cerrado del n-e.,:>pacio euclídeo que sea homeomorfo a una
(n -1)-variedad no orientable. Este resultado, probado por primera vez por el mate-
mático holandés L. E. J. Brouwer en 1912, puede probarse, hoy en día, como un fácil
corolario de algunos teoremas de teoría de la homología. Este hecho impide seriamente
el desarrollo de nuestra intuición geométrica cuando consideramos superficies compactas
no orientables, puesto que no pueden sumergirse topológicamente en el 3-espacio euclídeo.
Sin embargo, es posible construir modelos de tales superficies en el 3-espacio euclí-
deo, supuesto que admitamos «singularidades» o «auto-intersecciones». Podemos incluso
construir una teoría matemática de tales modelos considerando el concepto de inmersión
de variedades. Decimos que una aplicación continua f de una n-variedad compacta M"
en el m-espacio euclídeo Rm es una inmersión topológica si todo punto de M" tiene un
entorno que se aplica homeomórficamente por f sobre su imagen. (La definición de in-
mersión diferenciab!e es análoga; se requiere que f sea diferenciable y con jacobiano
de rango maximal en cada punto). El modelo usual de la botella de Klein en R' es una
inmersión de la botella.de Klein en el 3-espacio. Werner Boy, en su tesis en la Univer-
sidad de Giittingen en 1901 [«über die Abbildung der projektiven Ebene auf eine iID:
Endlichen geschlossene singularitatenfreie Flache». Nach. K6nigl. Cese!!. Wiss C6ttingen
(Math. Phys. KU, 1901, pp. 20-23. Véase también Math. Anna!en, 57, 1903, pp. 173-184],
construyó inmersiones del plano proyectivo en R'. Una de las inmersiones dadas por
:Soy está reproducida en Hilbert y Cohn-Vossen [3]. Puesto que toda superficie com-
pacta no orientable es homeomorfa a la suma conexa de una superficie orientable y un
52 Variedades bi-dimensionales
Notas bibliográficas
BIBLIOGRAFíA
Libros
Artículos
7. Freudenthal, H. ({über die Enden topologischer Raume und Gruppelll). Math. Zeit., 33,
1931, pp. 692-713.
8. Hirsch, M. {(On Imbedding Differentiable Manifolds in Euclidean Space¡¡. Ann. Math.,
73, 1961, pp. 566-571.
9. Radó, T. «über den Begriff der Riemannschen Flache». Acta Litt. Sci. Szeged., 2,
1925, pp. 101-121.
10. Richards, l. «On the classification oí noncompact surfaces). Trans. Amer. Math. Soc.,
106, 1963, pp. 259-269.
Observaciones sobre las superficies no compactas
Para todo espacio topológiéo X y todo punto X o E:: X, definiremos un grupo, lla-
mado el grupo fundamental de X, y designado por Tt (X, x o )' (En realidad, nor-
malmente la elección del punto X o es una cuestión de menor importancia, por
lo cual se omite a menudo en la notación.) Definimos este grupo por un proce-
dimiento muy simple e intuitivo en el que se usan caminos cerrados en X. Re-
sultará claro, a partir de la definición, que este grupo es un invariante topo-
lógico de X; es decir, si dos espacios son homeomorfos, sus grupos fundamen-
tales son isomorfos. Esto nos brinda la posibilidad de demostrar que dos espa-
cios no son homeomorfos, probando que sus grupos fundamentales no son iso-
morfos. Por ejemplo, este método es suficiente para distinguir entre las dis-
tintas clases de superficies compactas, así como en muchos otros casos.
El grupo fundamental no sólo da información sobre los espacios, sino que
también es útil, a menudo, al estudiar aplicaciones continuas. Como veremos,
toda aplicación continua de un espacio X en un espacio Y induce un homomor-
fismo del grupo fundamental de X en el de Y. Ciertas propiedades topológicas
de las aplicaciones continuas quedarán reflejadas en las propiedades de este
homomorfismo inducido. Así, podemos probar resultados concernientes a cier-
tas aplicaciones continuas estudiando el homomorfismo inducido en los grupos
fundamen tales.
Podemos resumir los dos párrafos anteriores como sigue: Usando el grupo
fundamental, podemos reducir algunos problemas topológicos sobre espacios y.
aplicaciones continuas a problemas puramente algebraicos sobre espacios y
homomorfismos. Ésta es la estrategia fundamental de la topología algebraica:
encontrar métodos para reducir problemas topológicos a cuestiones de pura ál-
gebra, y esperar entonces que éstas puedan ser resueltas por los algebristas.
Este capítulo contiene sólo las definiciones y propiedades básicas. del grupo
fundamental y homomorfismos inducidos, de los cuales determinaremos su es-
tructura para algunos espacios muy simples. En capítulos posteriores desarro-
llaremos métodos más generales para determinar los grupos fundamentales de
algunos espacios más interesantes.
55
56 El grupo tUflda!m!.mt,a¡
Como de costumbre, para todo par de números reales a y b tales que a < b,
designaremos por b] el intervalo cerrado de la recta de extremos a y b.
Por brevedad pondremos 1 = [O, Observemos que, dados dos intervalos ce-
rrados arbitrarios [a, b 1 y [c, d J, existen dos únicos homeomorfismos lineales
h 1, ho : [a, b] -7 [c, d],
tales que
hoCa) = c, ho(b) = d,
h1(a) = d, h1 (b) = c.
Distinguiremos estos dos homeomorfismos, diciendo que ho conserva la orien-
tación y h 1 invierte la orientación.
Un camino o arco en un espacio topológico X es una aplicación continua de
algún intervalo cerrado en X. Las imágenes de los extremos del intervalo se
llaman extremos del camino o arco, y se dice que el camino tme sus extremos.
A uno de los extremos se le llama origen y al otro punto final (o simplemente
extremo si no hay confusión posible) del camino (está claro cuál es el uno y
cuál es el otro).
Un espacio X se .llama arco-conexo o conexo por caminos si dos puntos cuales-
quiera de X pueden unirse por un arco. Un espacio arco-conexo, es conexo, pero
el reCÍproco no es cierto. Las arco-componentes de X son los subconjuntos arco-
conexos maximales de X (en analogía con las componentes ordinarias de X).
Obsérvese que las arco-componentes de X no son necesariamente conjuntos
cerrados. Un espacio es localmente arco-conexo si en cada punto existe una
base de entornos arco-conexos (en analogía con la definición de espacio local-
mente conexo).
Ejercicio
2.1 Probar que todo espacio conexo y localmente arco-conexo es arco-conexo.
Definición Sean f o' f 1 : [a, b] -Jo X dos caminos en X, tales que foCa) =
f 1 (a), fo (b) = f , (b) (esto es, los dos caminos tienen el mismo origen y el mismo
extremo). Diremos que estos dos caminos son equivalentes, y lo designaremos
por fo ,..., f 1 , si y sólo si existe una aplicación continua
f : [a, b] X l -7 X,
tal que
f(t, O) = fo(t) }
t E [a b]
f(t, 1) = fI(t) "
j : [a, bl---t X
g : lb, el ---t X
son caminos tales que f(b) = g(b) (suponemos a < b <c). Entonces el produc-
to f . 9 se define por
(f. g)t =
f(2t) , o~ t ~ t,
( g(2t - 1),
t~t~l.
8 1
O::::;t::::;--,
+
- - 4
s+l s+2
F(t, 8) -1- --::::;t::::;--,
4 - - 4
_ 4(1 - t)),
2 - 8
Lema 3.3 Sea ()(. una clase de equivalencia de caminos con origen el pun-
to x y extremo el punto y. Entonces Ex • ()(. = ()(. y ()(. . Ey = a.
O~----*---~--------~----~~
.:L 1
4 "2
o
FIGURA 2.1
Demostración de la asociatividad.
Entonces F(t, O) = f(t) y F(t, 1) = (e . f)t como queríamos ver. La figura 2.2
da la motivación de la definición de F. La demostración de que C(, • Ey = C(, es
.similar y se deja al lector. C.Q.D.
Lema 3.4 Sean C(, y 'BE las clases de equivalencia de los caminos f y f respec-
tivamente. Entonces
Ct,l) (1,1)
o-.--------------------~----~
FIGURA 2.2
Demostración de la existencia de unidades.
Definición del grupo fundamental de
Vemos entonces que F(t, O) = x, mientras que (f . j')t = 1). La figura 2.3
explica la elección de la función F .
.s
(Vl (1,1 )
O~~----------------~~----~
FIGURA 2.3
Demostración de la existencia de inversos.
Podemos resumir los lemas hasta ahora probados, diciendo que el conjunto
de clases de caminos en X satisface los axiomas de grupo, salvo que el produc-
to de dos caminos no está definido.
Ejercicios
3.1 ¿En qué condiciones dos clases de caminos, y y y', de x a y dan lugar al mismo
isomorfismo entre 11: (X, x) y 11: (X, y)?
3.2 Sea X un espacio arco-conexo. ¿En qué condiciones es cierta la siguiente afirma-
ción: Para todo par de puntos x, y E X, toda clase de caminos de x a y da lugar al
mismo isomorfismo entre 11: (X, x) y 11: (X, y)? '
3.3 Sean f, g : 1 --> X dos caminos con origen X o y extremo x,. Probar que f _ g si y
sólo si f . g es equivalente al camino constante en X Cj:j está definido como en el lema 3.4).
O
Advertencia: Si <p es una aplicación inyectiva, 10* no tiene por qué ser necesa-
riamente inyectiva; análogamente, si <p es exhaustiva, 10* puede no serlo. Más
adelante veremos ejemplos que ilustran este punto.
Ejercicio
4.1 Sea q¡ : X -;o Y una aplicación continua, y y una clase de caminos en X de Xo a x •.
Probar que el siguiente diagrama es conmutativo:
<P.
1T(X, xo) ---t 1T(Y, \O(Xo))
1u <P. 1v
Para avanzar más en el estudio del homomorfismo inducido \0*, debemos in-
troducir el concepto de de continuas.
\O (x, 1) \Ol(X).
Si dos aplicaciones <po y <PI son homotópicas, escribiremos !'jlo = !'jlI' Dejamos al
lector la verificación de que esta relación es efectivamente de equivalencia so-
bre el conjunto de todas las aplicaciones continuas de X en Y. Las clases de
equivalencia se denominan clases de homotopía de aplicaciones.
Para hacer más intuitivo el contenido geométrico de la definición, ponga-
mos <pt(x) = <p(x, t) para todo (x, t) E X X l. Entonces, para todo tE 1,
!'jlt : X -> Y
'Po(x»,
f(x, O) = x
f(x, 1) = r(x)
¡
x EX,
fea, t) a, aE A y t E J.
4.1 Se dice que un subconjunto X del plano, o más generalmente, del n-espacio euclí-
deo R", es convexo si con cada dos puntos contiene el segmento de recta que los une.
Afirmamos que todo subconjunto convexo de R" es contráctil a un punto. Para probarlo
elegimos un punto arbitrario x, EX, y definimos una aplicación f : X X 1 -7 X por
x
f(x, t) (1 - t)x + t . _.
Ixl
(El lector dibujará una figura en la que se ponga de manifiesto lo que resulta en los
x
casos n =2 ó 11 = 3). Entonces f es continua, f(x, O) = x, f(x,1) = -- E S"-', y, si x E S"-',
Ixl
entonces f(x, t) = x para todo t E l. En particular, si n = 2, resulta que la circunferencia
frontera es un retracto de deformación del disco horadado en su centro.
Ejercicios
4.6 Sea x, un punto arbitrario del plano R'. Encontrar un círculo C de R' que sea un
retracto de deformación de R' - {x,). ¿Qué es lo análogo en el caso n-dimensional?
4.7 Encontrar un círculo C que sea un retracto de deformación de la banda de
Mobius.
4.8 Sea T un toro y X el complementario de un punto en T. Encontrar un subcon-
junto de X que sea homeomorfo a una curVé! de forma de «8)) (unión de dos círculos con
un solo punto en común), y que sea un retracto de deformación de X.
4.9 Generalizar el ejercicio 4.8 para supedicies compactas arbitrarias; es decir, sea
S una superficie compacta y X el complementario de un punto en S. Encontrar un sub-
conjunto A de X tal que: (a) A sea homeomorfo a la unión de un número finito de círcu-
los, y (bJ A sea un retracto de deformación de X. (Considerar la representación de X
como el espacio obtenido identificando los pares de aristas de un cierto polígono.)
4.10 Sean x e y dos puntos distintos de un espacio simplemento conexo. Probar que
existe una única clase de caminos con origen en x y extremo en y.
4.11 Sea X un espacio topológico, y para cada entero n, sea X" un subespacio arco-
El grupo fundamental
conexo que contenga el punto base x, E x, Supongamos que se verifica X" e X n + 1 para
cada n,
x n=l
U X n,
5 El una
es "A'~U'''V lnnIuto
Sea SI la circunferencia unidad del plano euclídico R2, SI = {(x, y) E R 2 :
X2 + y2 = 1}, (o, de igual manera, en el plano complejo Sea f : 1 -> SI el
camino cerrado definido por
f(t) = (cos 21tt, sen 21tt), o~ t ~ 1,
que recorre el círculo exactamente una vez. Designemos por a la clase de equi-
valencia de f.
DEMOSTRACIÓN: Sea 9 : 1 -> SI, g(O) = g(l) = (1,0) un camino cerrado en SI.
Probaremos primero que existe un entero m (positivo, negativo o cero) tal que
g pertenece a la clase a m .
Sean
01 = fJl'Yl,
±1
7'/2 •
Según esto, puede suceder que en la fórmula (2.5-1) pueda realizarse alguna
simplificación, por ejemplo si Oi = 1]1 Y Oi+, = 1], -'. Si esto ocurre se simplifica,
y análogamente en otros casos. Después de todas las simplificaciones posibles
sólo pueden presentarse tres posibilidades:
{3 = 1,
{3 = '1/1'1/27'/1'1/2 ... 7'/17'/2,
o bien
-1 -1 -1 -1 -1 -1
{3 = '1/2 7'/~ 7'/2 7'/1 ... 7'/2 7'/1 •
SI = {z E e: Izl = 1).
----~----------~~--~------+_----~x
FIGURA 2.4
Definición de a(z).
que verifique: si t' y tu pertenecen ambos al mismo subintervalo [tLl' t;], en-
tonces
'Ir 'Ir
- 2< Oí < + 2'
72 El grupo rUI1~aa/neruat
1
grado de h = -
21T
¿ Oi.
n
i= 1
,
e·=a (-
hes)
-, )
, h(ti-l)
e;' = a G~~~}
y le:1 < 1t/2,10;'1<1t/2. Es ahora evidente que tanto (Ji como e;
+ O;'son deter-
minaciones del argumento del número complejo h(t¡)/h(tL,); por tanto, tienen
que diferir en un múltiplo entero de 21t. Pero, puesto que en valor absoluto
son todos menores que 1t/2, sólo cabe la posibilidad (Ji = O; +
O;~ Así pues, la
definición de grado de h es independiente de la elección de la subdivisión.
Vamos ahora a probar que, si h ,.., g, entonces grado de h = grado de g.
Puesto que h _ g, existe una aplicación continua F : 1 X 1 --> S' tal que
F(t,~) = h(t),
F(t, 1) = g(t),
F(O, s) = F(l, 8) 1. (2.5-3)
El grupo fU/1Idal'1lelltal de 73
Pongamos ahora
,
(J. = a ( F(ti, Sj-1) ) ,
,. F(ti - 1, Sj-1)
11
(J. = a ( F(ti, Sj) ) ,
, F(ti-l, Sj)
Queremos probar que
n n
¿ e; = ¿ e, . ~'
i= 1 í= 1
f( - e; = 'Pi - 'Pi-l'
Pero, en virtud de (2.5-3), (jlo = (jln = O. Así pues, ~O~f = ~8; como queríamos de-
mostrar.
Así pues, a· cada elemento ~ E:: 'IT, (SI) le podemos asignar un entero, el grado
de B, unívocamente determinado .. Dejamos al lector la verificación mediante
74 El grupo fundamental
tiene grado m. Por tanto, el grupo 11: (SI) es de orden infinito, es decir, es un
grupo cíclico infinito. C.Q.D.
Ejercicios
5.1 A partir de las definiciones probar que la aplicación n(S') -lo Z definida por ~-lo
(grado de ~) es un homomorfismo de n(S') en el grupo aditivo de los enteros.
5.2 Siguiendo las líneas generales de la primera parte de" la demostración del teore-
ma 5.1, dar una demostración directa de que si para un ~ E n(S') se verifica grado de
~ = 0, entonces ~ = 1 (NOTA: Esto constituye otro camino para la demostración del teo-
rema 5.1).
l
5.3 Sea {Ui un recubrimiento abierto del espacio X que verifique las siguientes con-
diciones: (a) existe un punto X o tal que X o E Ui para todo i. (b) Cada Ui es simplemente
conexo. (c) Si i 7'" j, Vi n Ui es arco-conexo. Probar que X es simplemente conexo. [INDI-
CACIÓN: Para probar que todo lazo f : 1 -lo X con punto base X o es trivial, considerar pri-
mero el recubrimiento abierto {j-'(U¡)} del espacio métrico compacto l, y luego hacer uso
del número de Lebesgue de este recubrimiento.]
Nota: Los dos casos más importantes de este ejercicio son los siguientes: (1) Un recu-
brimiento con dos conjuntos abiertos, y (2) los conjuntos U i están ordenados por inclu-
sión. El estudiante podría volver a formular el ejercicio para estos dos casos especiales.
5.4 Usando el ejercicio 5.3, nota (1), probar que la 2-esfera unidad S', o más general-
mente la n-esfera S", n 2: 2, es simplemente conexa.
91(Xl, ... , x n ) =0
g2(Xl, ... , x n ) =0
(2.6-1)
gn(Xl, ... , x n ) = O.
donde suponemos que las g¡ son funciones reales continuas en las variables
reales x" ... , x". Un problema a menudo importante consiste en saber cuándo
un tal sistema de ecuaciones tiene solución. Podemos transformar este proble-
ma en un problema del punto fijo de la siguiente manera: Para cada i = 1,
2, ... , n, pongamos
MASSEY-4
Si conseguimos demostrar que S,,-1 no es un retracto de E" habremos lle-
gado a una contradicción. Para n = es evidente ya que E' es conexo y So no
10 es. Para n = 2 aplicamos lo que se ha probado acerca del grupo fundamental'
de un retracto. Puesto que TI (S") es cíclico infinito. mientras que TI (E2) es un
grupo trivial, se deduce fácilmente que S' no es un retracto de E2 (véase la .
discusión sobre retractos en la sección 4). C.Q.D.
X2
~--!_ _ r(x)
, Xl
FIGURA 2.5
Demostración del teorema del punto fijo de Brouwer.
7 El grupo de un espacio
En esta sección, demostraremos que el grupo fundamental de un producto de
dos espadas es naturalmente isomorfo al producto directo de sus grupos funda-
mentales; en símbolos
Teorema 7.1
El grupo fundamental del espacio producto, 1t(X X Y, (x, y»,
es naturalmente isomorfo al producto directo de grupos fundamentales
1t (X, x) X 1t (Y, y). El isomorfismo está definido asignando a cada elemento
ot E 1t(X X Y, (x, y» el par ordenado (p*a, G*fJ.,), donde p : X X Y --> X y
q : X X Y --> Y denotan las proyecciones del espacio producto sobre sus fac-
tores.
1.4 Sean i : X --l> X X Y, j : Y --> X X Y definidas por i(x) = (x, y,,), j(y) = (x,,, y), don-
de x" E X, y" E y son puntos base elegidos de una vez para siempre. Probar que la apli-
cación de 11: (X, xJ X 11:(Y, y,,) en 11:(X X Y, (x,,, y,) definida por (~, y) --l> (i ~) . (j*y) es
un isomorfismo del primer grupo sobre el segundo. (INDICACIÓN: Probar que "es el inverso
del isomorfismo descrito en el teorema 7.1). Deducir como corolario que los elementos
i,._~ y j_~y conmut:m, es decir, (i*{3) (j*'Y) = (j,.'Y) (i*{3). -
, 7.5 Supongamos que G es un espacio topológico, [L : G X G -¡; G una aplicación con-
tinua y e E G tal que verifique la siguiente condición: Para todo x E G, f.1,(x, e)=[L(e, x) =x.
[Un importante ejemplo es el de un grupo topológico G, en el qUe e es el elemento iden-
tidad y [L el producto en G]. Sean i : G -) G X G y j : G -->.G X G definidas como en el
ejercicio 7.4: i(x) = (x, e) y j(x) = (e, xl para todo x E G. Probar que para cualesquiera
~, y E 11:(G, e), [L,J(i .. ~)(j .. yl] = ~ . y. [INDICACIÓN: Tener presente el ejercicio 7.4 y con-
siderar primero el caso en el que ~ o y son iguales al; nótese que (~, y) = (~,1) 0, y)
en 11:(G, el X 11:(G, el.] Deducir como corolario que 11:(G, e) es un grupo abeliano.
7.6 Sean G, e y [L como en el ejercicio 7.5. Supongamos además que existe una apli-
cación continua e : G --l> G tal que [L(x, c (x» = [L(c(x), x) = e para todo x E G. [Un im-
portante ejemplo es el de un grupo topológico G, en el que c(x) = x- 1 para todo x E G.]
Probar que, para todo ~ E 11: (G, e), c*(~) =~_l.
E2 = {(x, y) E R2 : X2 + y2 ~ 1) i
y le llamamos disco abierto si es homeomorfo al conjunto
U2 = {(x, y) E R2 : X2 + y2 < 1).
E,/if---+-~~-----"/)
I
I
/
Ip
/
A I B
____~--------~~------~r-------------------~~~x
-1 +1
o
FIGURA 2.6
Demostración de (e).
=x
= 2y
o
Lema 8.1 Una aplicación continua f : B --> X puede extenderse a una apli-
cación continua D --> X si Y sólo si el lazo fg : 1 --> X es equivalente al lazo
constante en el punto base f(d o )'
h(x, O) = g(x), o~ x ~ 1,
(2.8-1)
h(x, 1) = h(O, y)= h(1, y) = do
G(x, O) = f(g(x»,
G(x, 1) = G(O, y) = G(l, y) = jedo).
Puesto que G aplica la base super-ior y los dos lados de este cuadrado en un
solo punto f(d o)' está claro que G induce una aplicación continua del espacio
cociente del cuadrado (obtenido identificando la base superior y los dos lados
a un solo punto) en X. Por la propiedad (c) este cociente es un disco cerrado
que podemos tomarlo como y la aplicación natural de la frontera del cua-
drado sobre el espacio cociente podemos tomarla como la aplicación h de (2.8-1).
La aplicación inducida del disco D en X es claramente una extensión
~f ~A
Cuando se aplica este lema, es conveniente hacer uso del siguiente «abuso
de lenguaje»: diremos que la aplicación f : B --> X «representa» la clase de equi-
valencia del lazo fg.
Para establecer el próximo teorema, sean <po' <PI : X --> Y aplicaciones con-
tinuas y <P : X X 1 --> Y una homotopía entre <po y <PI; es decir, p(x, O) = <po (x),
<p(x, 1) = <PI (x). Elegimos un punto X o E X. Entonces Cj}o y <PI inducen homo-
morfismos
Designemos por '( la clase de homotopía del camino t --> <p(x o' t), °
~ t ~ 1,
en y. Esta clase define un isomorfismo u: 7r(Y, \Oo(xo» -+ 7r(Y, \Ol(XO» por la
fórmula
ex E 7r(Y, ICo(xo».
I
I
82 El grupo fundamental
Entonces, si x, y E 1, tenemos
g(x, O) = <Po(f(x»,
g(x, 1) = <PI (f(x»,
g(O, y) = g(1, y) = <p(x o, y).
Definición Se dice que dos espacios X e Y son del mismo tipo de homo-
topía si existen aplicaciones continuas (llamadas equivalencias homotópicas)
f : X -> Y, 9 : Y -> X tales que gf =
identidad: X -> X Y fg identidad: Y -7 Y. =
Claramente dos espacios homeomorfos son del mismo tipo de homotopía,
pero el recíproco no es cierto.
x) ~ f(x»
~ 19·
'!r(X, gf(x)
Ejercicio
8.2 Supongamos que G, [L y e cumplen las hipótesis del ejerclclO 7.5. Con el lema 8.1
probar directamente que, para todo par (1., ~ E 1I:(G, e), (1.~(1.-'~-' = 1. (INDICACIÓN: Elegir
D como un cuadrado, y una aplicación de B en G que represente a~(1.-'~-'. Usar la exis-
tencia de [L para definir la extensión requerida). Deducir que 1I:(G, e) es abeliano.
NOTAS
El grupo fundamental fue introducido por el gran matemático francés Henri Poincaré
en 1895 (<<Analysis SitUS)), J. Ecole Polytechnique 1, 1895, pp. 1-121). La noción de dos
espacios que son del mismo tipo de homotopía, fue introducida por Witold Hurewicz en
una serie de cuatro artículos en 1935-36, aparecidos en los Proceedings of the Koninklijke
Nederlandse Akademie van Wetenschapen. En estos artículos Hurewicz introdujo también
los grupos de homotopía, análogos en dimensión superior al grupo fundamental. Estas
ideas de Hurewicz han jugado un papel esencial en la Topología algebraica desde 1935.
El lector que esté interesado en la demostración de teoremas de existencia de análisis
usando teoremas del punto fijo puede consultar el siguiente texto de Jane Cronin: Mathe-
84 El grupo
matical Surveys. No. 11, Fixed Points Topologica! Degree N oniinear A na!ysis.
Providence: American Mathematical 1964.
BIBLIOGRAFíA
2 grupos aOleUiWCIS
i=1
;=1
n
En cada caso,- el conjunto subyacente es el producto cartesiano de los conjun-
tos subyacentes de los factores, y la multiplicación está definida componente
a componente. En este punto, el lector recordará que, en teoría de conjuntos,
el producto cartesiano de cualquier colección (no vacía) de conjuntos está
bien definido; no necesitamos restringirnos al caso de una colección numerable
de conjuntos. Así pues, análogamente, podemos definir el producto de cualquier
colección (no vacía) de grupos {G¡ : i El}. donde l denota un conjunto de
índices, numerable o no (ahora l no denota el intervalo unidad). Formamos
primero el producto cartesiano de los conjuntos subyacentes, y entonces defi-
nimos una multiplicación componente a componente: para cualquier par de
elementos
g, g' En
iEl
G i,
G= n Gi
iEl
su producto.
1 Si los grupos Gi son abelianos y la operación en los grupos es aditiva, al producto débil
suele llamársele «suma directa». En esta definición, dos grupos de la colección {Gi}
pueden ser Isomorfos. Puede ocurnr mcluso que todos los grupos de la colección sean
isomorfos a uno dado.
P,roducto débil de grupos abelianos 87
si j = ~,
si j ~ i.
Y;i : Gi --+ A, i E I,
existe un umco homomorfismo f : G ..... A tal, que para todo i E:: 1, es conmu-
tativo el siguiente diagrama:
7[
G
Gi f·
~A
DEMOSTRACIÓN: Dados los ~i, definimos f por la siguiente regla: para cada
x E:: G, f(x) será el producto de los elementos ~i(Xi) para todo i E:: 1. Puesto
que Xi = 1 salvo para un número finito de índices i, este producto es finito;
y puesto que todos los grupos son abelianos, el orden de multiplicación es indi-
ferente. Así, f(x) está bien definido, y se verifica fácilmente que f es un homo-
morfismo, que hace conmutativo el diagrama dado. Es fácil ver que f es el
único homomorfismo con esta propiedad. C.Q.D.
Proposición 2.2 Sea {G i }, G Y <pi : G i -> G como en el teorema 2:1; sea G'
un grupo abeliano arbitrario y <pi : Gi --> G' una colección de homomorfismos
tales que el teorema 2.1 sea válido al sustituir G y <pi respectivamente por G'
Grupos libres y productos libres de grupos.
y <pi. Entonces existe un único isomorfismo h : G -7 G' tal que, todo i E::: 1,
el es conmutativo:
Gi
~Gj h.
'P~GI
DEMOSTRACIÓN: El teorema 2.1 nos asegura la existencia de un homomor~
fismo h : G -7 G' que hace conmutativo el diagrama requerido. Puesto que el
teorema 2.1 támbién se puede aplicar a G' y <pi (por hipótesis), existe un único
homomorfismo k : G' -7 G tal que, para todo Índice i E 1, el siguiente diagra-
ma es conmutativo:
Gi
~Gj kA
~G
Sin embargo, estos dos diagramas siguen siendo conmutativos si sustituÍmos kh
por la aplicación identidad G -7 G en el primero, y hk por la identidad G' -> G'
en el segundo. Aplicando ahora la unicidad del homomorfismo f en el teore-
ma 2.1, concluimos que kh y hk son ambos la identidad. Por tanto, h y k son
isomorfismos cada uno inverso del otro. C.Q.D.
II
iEI
3
Recordemos que si S es un subconjunto de un grupo G, se dice que S genera G
si todo elemento de G puede escribirse como producto de potencias positivas
y negativas de S. (La siguiente condición es equivalente: S no está contenido
en ningún subgrupo propio de G). Por ejemplo, si G es un grupo cíclico de
.orden n,
Daremos ahora una definición precisa de grupo abeIiano libre sobre un con-
junto dado S; en la sección 5 trataremos el caso de grupos en general decir,
no necesariamente abelianos). Consideramos primero el caso de grupos abe-
lianas porque es el más sencillo.
:/F
S· j,
~A
Primero demostramos que esta definición caracteriza efectivamente los gru-
pos abelianos libres sobre un conjunto dado S.
;/F
s· 1,
'A,F f
Debemos hacer notar que todo .lo que hemos hecho hasta ahora es dar sim-
plemente una definición; dado un conjunto S, no está claro que exista un grupo
abeliano libre sobre S. Más aún, incluso si F existe, puede pensarse que la
aplicación <p no tiene por qué ser inyectiva, o que F puede no estar generado
por el subconjunto <p(S) en el sentido de la definición del principio de esta
sección. Pondremos en claro todos estos puntos probando efectivamente la exis-
tencia de F y elucidando por completo su estructura.
Ejercicio
3.1 Probar directamente a partir de la definición que q¡CS) genera F. CrNDICACIÓN: Su-
poner que no es cierto; considerar el sub grupo F' generado por q¡CSl.l
92 Grupos libres y productos libres de grupos
s= U
iEI
I:"ríop·osiici,¡)n 3.2 Con las hipótesis anteriores, F es un grupo abe liana libre-
sobre el conjunto S respecto a la función <p : S --> F.
(3.3-1)
(3.3-2)
Grupos abelianos libres
'Pi 1ji
--> -->F
(3.3-3)
Puesto que q:¡ I Si = Yjiq:¡i, el siguiente diagrama resulta conmutativo para cada,
Índice i,
(3.3-4)
Finalmente, puesto que ljJi =~ I Si para cada i, y S = U Si, resulta ljJ = fq:¡.
Para probar la unicidad, sea f : F -> A un homomorfismo arbitrario que ve-
rifique la propiedad requerida. Puesto que Yji : Fi -> F es un monomorfismo,
existe un único homomorfismo fi: Fi -> A que hace conmutativo el diagra-
.ma (3.3-2). Por tanto, el diagrama (3.3-1) es conmutativo para todo i, pues
Puesto que Fi es un grupo abeliano libre sobre Si (respecto a q:¡i), se sigue que
fi es única.. La unicidad de f se deduce entonces de la conmutatividad del dia-
grama (3.3-2) para cada i, y del hecho de que F es el producto débil de los Fi.
C.Q.D.
S = {Xi : i E 1 l.
Para cada índice i, designemos por Si el subconjunto{xi}que tiene un solo ele-
mento, y por Fi un grupo cíclico infinito formado por todas las potencias posi-
tivas y negativas del elemento Xi:
Fi = {X; ; n E Z}.
Designemos por q:¡i : Si -+ Fi la inclusión, esto es, q:¡¡(Xi) = XiI. Está claro que
Fi es un grupo abeliano libre sobre el conjunto Si. Así pues, se verifican todas
las hipótesis de la proposición 3.2. Podemos, por tanto, afirmar que un grupo
abeliano libre sobre un conjunto S es un producto débil de una colección de
grupos cíclicos infinitos, con el cardinal de la colección igual al de S.
Puesto que F es el producto débil de los F i, todo elemento 9 E F es de la
forma siguiente: para cada índice i, la i-ésima componente gi' de g, es gi = X~i,
94 Grupos libres y productos libres de grupos
si i = j
sii;;éj.
(3.3-5)
donde los índices il' i 2 , . . . , ik son todos distintos, y nI' n 2 , ••• , nk son enteros no
nulos. Esta expresión para un elemento g es única salvo el orden de los fac-
tores. Más aún, cada producto de este tipo de los Xi representa un único ele-
mento g "'" 1 de F. Resulta, pues, claramente, que F está generado por el sub-
conjunto S = cp(S).
Esta identificación de S y cp(S) suele hacerse a menudo en el estudio de
grupos abelianos libres. Cuando esto se hace, cp : S -+ F resulta una inclusión,
y a menudo ni tan siquiera se menciona.
Otra manera de abordar el tema de los grupos abelianos libres sería decir
que un grupo abeliano F es libre sobre el conjunto {Xi: i El} e F si todo
elemento g "'" 1 de F admite una expresión de la forma (3.3-5), unívocamente
determinada salvo el orden de sus factores. Este procedimiento sería algo más
rápido y fácil que el que hemos elegido. Sin embargo, tiene la desventaja de
que no puede generalizarse a grupos no abelianos y a otras situaciones que
son, de hecho, los que no interesarán.
La siguiente proposición da idea de la importancia de los grupos abelianos
libres.
{gn : g E G}.
Lema 3.4 Sea F un grupo abe liana libre sobre un conjunto de k elementos.
Entonces el grupo cociente F /Fn es un grupo finito de orden n k •
Ejercicio
3.2 Probar que el corolario anterior es aún cierto si S es un conjunto finito y S' un
conjunto infinito.
4 grupos
Ij.¡i : Gi --+ H, i E 1,
Proposición 4.1 Supongamos que G y G' son productos libres de una co-
lección {G i : i E I} de grupos (respecto a los homomorfismos Cjli : Gi --+ G y
98 Grupos libres y np"m.u"",o libres de grupos
Podemos también definir la acción de 9 sobre la palabra vacía por una fórmu!:l
similar, es decir, g( ) = (g), Si 9 = 1, entonces,
Caso 2: Xl E G i , Entonces,
(gg') w = 9 (g'w).
la correspondiente inclusión.
Todo elemento de G puede expresarse como un producto finito de elementos
de los G i . En este producto, si dos factores consecutivos pertenecen al mis-
mo G i , evidentemente pueden ser reemplazados por un solo factor. Así, todo
elemento 9 r= 1 de G puede expresarse como un producto finito de elementos
de los Gi en forma reducida, o sea, que no existen dos factores consecutivos
que pertenezcan al mismo grupo, y ningún factor es el elemento neutro. Afir-
mamos ahora que la expresión de todo elemento 9 r= 1 de 9 en forma reducida
es única: Si
Desde luego suponemos f(l)=1. Está claro que f es un homomorfismo y que hace
100 Grupos libres y productos libres de grupos
(a) Todo elemento g ,,= 1 del producto libre puede expresarse unívocamente
como lln producto en forma reducida de elementos de los grupos G i .
(b) Las reglas para multiplicar dos de tales productos en forma reducida
(o para formar sus inversos) son las obvias y naturales.
Obsérvese que los elementos X,X, y X,X , son ambos de orden infinito, y distintos. Obsér-
vese también la gran diferencia entre el producto directo o producto débil de G, y G, y su
producto libre, en este caso. El producto directo es un grupo abeliano de orden 4, mien-
tras que el producto libre es un grupo no abeliano con elementos de orden infinito.
II* Gi .
iEI
Ejercicios
4.1 Sea {G i : i E Il una colección de grupos que contenga más de un elemento y tal
que cada grupo posea más de un elemento. Probar que su producto libre es no abeliano,
contiene elementos de orden infinito, y su centro se reduce al elemento neutro.
Producto libre de grupos
Para cada índice i, sea un sub grupo de C¡ (propio o impropio). Probar que el
producto libre de la colección ¡ : i El l puede considerarse como un sub grupo del pro-
dueto libre de los C¡.
4.3 Sean. {G i : E I) y ¡G~ : i E Ij dos familias de grupos con el mismo conjunto
de índices l. Para cada índice i E l, sea f¡ : C¡ --> C: un homomorfismo. Probar que existe
un único homomorfismo j : C --> C' del producto libre de la primera familia de grupos
en el producto libre de la segunda tal que, para cada índice i, el siguiente diagrama es
conmutativo:
G'---->
t ep/
G'
G = Go * (II* Gi ) = Ho * (II* H i )
iEI iEI
con el mismo conj unto de índices l. Supungamos también que, para cada índice i E r, G,
y H, son sub grupos conjugados de G. Probar que G" y H" son isomorfos (INDICACIÓN: El
método de la demostración es similar al del ejercicio 4.9.)
5 libres
Proposición 5.1 Sean F y F' grupos libres sobre el conjunto S respecto las
funciones ep : S --7 F y ep' : S -> F', respectivamente. Entonces existe 1m único
isomorfismo h : F --7 F' que hace conmutativo el siguiente diagrama:
Falta aún probar que, dado un conjunto S arbitrario, existe un grupo libre
sobre el conjunto S, y establecer sus propiedades principales. Usaremos exac-
tamente el mismo método que en el caso de grupos abelianos libres.
Supongamos, pues, que
donde los subconjuntos Si son disjuntos y no vacíos. Para cada índice i, sea Fi
un grupo libre sobre el conjunto Si respecto una función epi : Si --7 Fi. Designe-
mos por F el producto libre de los grupos Fi respecto los homomorfismos
Grupos libres 103
1]i : Fi -> F (¡recordemos que hemos demostrado que cada 1]i es un monomor-
fismo 1). Puesto que los subconjuntos Si son dos a dos disjuntos, podemos defi-
nir una función ep : S -+ F mediante
ep I Si = 1]iepi.
Fi = {x~ : n E Zl,
son siempre distintos, y ni' n 2 , ••• , nk son enteros no nulos, positivos o nega-
tivos.
Tal expresión se llama palabra reducida con los elementos de S. Para no
tener excepciones diremos que el elemento neutro está representado por la
palabra vacía. Las reglas para formar inversos y productos de palabras redu-
cidas son obvias.
De lo expuesto resulta que la función ep : S -+ F es inyectiva, y que F está
generado por el subconjunto ep(S) en el sentido definido anteriormente.
En muchos casos es conveniente considerar S como un subconjunto de F y ep
como la inclusión. En tal caso no haremos mención de la aplicación ep.
104 Grupos libres y productos libres de grupos
5.1 Probar que un grupo libre sobre un conjunto S no vacío es abeliano, si y sólo si
S tiene un solo elemento.
5.2 Probar que el centro de un grupo libre sobr~ un conjunto con más de un ele-
mento, consta sólo del elemento neutro.
5.3 Sean g y h dos elementos de un grupo libre sobre. un conjunto S con más de un
elemento. Dar una condición necesaria y suficiente, por medio de las expresiones de g y h
como palabras reducidas, para que sean conjugados. (INDICACIÓN: Considerar permutacio-
nes cíclicas de los factores de una palabra reducida.)
Co:rolario 5.4 Si F Y F' son grupos libres sobre conjuntos finitos S y S'
entonces F y F' son isomorfos si y sólo si S y S' tienen el mismo cardinal.
Ejercicio
5.4 Probar que este corolario es aún cierto si S es un conjunto finito y S' un con-
junto arbitrario.
Hagamos notar que todo grupo admite muchas presentaciones distintas, las
cuales pueden tener apariencias muy diferentes. Recíprocamente, dadas dos
presentaciones (S, {r¡}) y (S', {rk}) es a menudo casi imposible determinar si
los grupos que definen son isomorfos o no.
Ejemplos
6.1 Un grupo cíclico de orden n admite una presentación con un generador x y una
relación X".
6.2 Probaremos más adelante que el grupo fundamental de la Botella de Klein ad-
mite, entre otras, las dos siguientes presentaCiones distintas:
(a) Dos generadores a y b Y una relación baba-'.
(b) Dos generadores a y c y una relación a'c'.
La relación entre estas dos presentaciones es bastante simple, en este caso: c =ba-' o
b = ea. Para ser precisos, designemos por F(a, b) y F(a, e) los grupos libres sobre los con-
juntos {a, b 1 y ( a, e 1 respectivamente. Definimos homomorfismos f : F(a, bl ..,. F(a, cl y
g : F(a, el ..,. F(a, b) por las siguientes condiciones:
Se deduce directamente de la definición de grupo libre que estas ecuaciones definen dos
únicos homomorfismos. Se verifica:
g[j(a)] a, g[j(b)] b,
f[g(a)] a, f[g(e)] e.
Por tanto, gf es la identidad de F(a, bl y fg es la identidad de F(a, e). Así pues f y g son
isomorfismos inversos uno del otro. SegUidamente comprobamos que
Por lo tanto el sub grupo normal de F(a, bl generado por baba-" y el sub grupo normal
Problemas de aplicaciohes universales 107
de F(a, c) generado por a'c' se corresponden por los isomorfismos f y g. Así pues, f y 9
inducen isomorfismos de los correspondientes grupos cocientes.
Obsérvese que la esencia del razonamiento anterior está contenida en los dos simples
cálculos:
(a) Si b = ca, entonces baba- l = ca'e y a'e' = c-l(baba-IJc.
(b) Si c = ba- l , entonces a2c' = a'ba- lba- 1 y baba- 1 = (ba- 1)(a 2c') (ba-1)-1.
a b
x y
Dejamos al lector el desarrollo de los detalles. Veremos en la seCClOn IV.6 que ésta es
una presentación del grupo fundamental del complementario en el 3-espacio euclídeo
de un cierto círculo anudado.
elementos y una aplicación entre ellos, estaba caracterizado por un cierto dia~
grama triangular, tal como
Ejemplos
7.1, AnilLo conmutativo libre con unidad. Designemos por Z[x" X" ... , x n ] el anillo
de polinomios a coeficientes enteros en las «variables» o «indeterminadas» x" x" ... , X n•
Cada elemento no nulo de este anillo puede expresarse como una combinación lineal finita
a coeficientes enteros de monomios X~,l x~,' ... , x~n donde k" k" ... , k n son enteros no nega-
Problemas de aplicaciones universales 109
tivos. Este anillo puede considerarse como el anillo connlUtativo libre con unidad gene-
rado por el conjunto S = ! x" ... , x" l. Vamos a precisar lo anterior: Designemos por
<'jl : S -> Z[x" ... , x"] la inclusión. Entonces, para todo anillo conmutativo R (con unidad)
y toda función \ji : S -> R, existe un único homomorfismo de anillos f : Z[x" ... , x"] -> R
(con f<ll = 1) que hace conmutativo el siguiente diagrama:
f3(X)
/1
x'-.......
>,b~y
!
Para un estudio más completo véase J. L. Kelley, Genera! Topo!ogy. Princeton, N.J.:
Van Nostrand, 1955, pp. 152-153.
NOTAS
Definición de grupos libres, productos libres, etc.
Los conceptos de grupo abeliano libre, grupo libre, producto libre de grupos, etc., son
bastantes antiguos. La diferencia más importante entre el tratamiento moderno de esta
materia y el clásico radica en el método de definir estos objetos algebraicos. Formalmente
se definían por medio de algunas de las que ahora se consideran como propiedades carac-
terísticas. Por ejemplo, un grupo libre sobre un conjunto S se definía como la colección
de todas las clases de equivalencia de «palabras» formadas con elementos de S. Desde
un punto de vista estrictamente lógico no hay ninguna objeción a este procedimiento. Sin
embargo, desde el punto de vista conceptual, tiene la desventaja de que la definición de
cada tipo de objeto libre requiere un nuevo estudio e ingenio, y puede constituir un pro-
blema difícil. La idea de definir objetos libres como soluciones de problemas de aplica-
ciones universales fue gradualmente desarrollada durante los años de la Segunda Guerra
Mundial e inmediatamente posteriores, y parece que ha sido una de las ideas unifica-
doras más importantes de la Matemática moderna.
La elegante demostración dada en el texto para la existencia de productos libres de
grupos (teorema 4.2), que es más sencilla que otras demostraciones, se debe a B. L. Van
110 Grupos libres y productos libres de grupos
der Waerden (Amer. J. Math., 70, 1948, pp. 527-528). En un artículo más -reciente (Prac.
Kan. Ned. Akad. Weten. (series A), 69, 1966, pp. 78-83), Van der Waerden ha indicado
cómo la idea básica de la demostración del teorema 4.2 es aplicable para demostrar la
existencia de soluciones de problemas de aplicaciones universales en muchas otras situa-
ciones algebraicas.
BIBLIOGRAFíA
Teoría de grupos
1. Crowell, R. H., y R. H. Fox. Introduction to Knot Theory. Boston: Ginn and Ca., 1963.
Capítulos In y IV.
2. Hall, M. The Theory oi Groups. New York : Macmillan, 1959. Capítulos 7 y 17.
3. Kurosh, A. G. The Theory oi Groups. Tra.d. y ed.. por K. A. Hirsch, 2 vols. New
York: Chelsea, 1955-56. Capítulos IX y X.
Problemas de aplicaciones universales
~(V)
donde <Pi y <P2 son los homomorfismos inducidos por las respectivas inclusiones.
La forma en que 1t~X, x o) está determinado por este diagrama puede descri-
birse de manera imprecisa, pero expresiva, de la siguiente manera. El diagra-
ma anterior puede completarse al siguiente diagrama conmutativo:
7r(U)
~/ ~l
7r(U (\ V) ) 7r(X). (4.1-2)
~ ~2
7r(V)
113
114 Teorema de Seifert y Van Kampen
2 Enunciado teorema
'/r(U)
~1/, ~1
/ Pa ~
'/r(U (\ V) ) H.
~'/r(V) ~
Entonces existe un único homomorfismo cr' : ')t (X) -> H tal que los tres diagra-
mas siguientes son conmutativos:
Enunciado y demostración del teorema de Seifert y Kampen
es conmutativo.
Teorema 2.2 Con las hipótesis anteriores el grupo 11: (X) verifica la siguien-
116 Teorema de Seifert y Van HU"",,,,,,
1f(U)J~
~. j ~H
1f(U~)~
sea conmutativo. Entonces existe un único homomorfismo (j : n(X) -+ H tal que,
para todo A E A, hace conmutativo el diagrama
Lema 2.3 El grupo n (X) está generado por la unión de las imágenes
\jJA,[n(U,,)], A E A.
donde
O~i~n-1.
DEMOSTRACIÓN DEL TEOREMA 2.2: Sea H un grupo arbitrario, y p)..: n (U)..) --l>
A E A, un conjunto de homomorfismo s que verifiquen las hipótesis del teore-
ma. Hemos de demostrar la existencia de un único homomorfismo (j: n (X)--l>
tal que, para todo A E A, sea conmutativo el siguiente diagrama:
A partir del lema anterior, es claro que tal homomorfismo (j, si existe, debe
ser único, y tiene que estar definido según la siguiente regla: sea O!. E n(X),
entonces por el lema 2.3 tenemos
(4.2-1)
donde O!.i E n(U¡.), i = 1, 2, ... , n. Así pues, si el homomorfismo (j existe, de-
berá verificar
( 4.2-2)
Tomemos, pues, la ecuación (4.2-2) como definición de (j. Para justificar esta
definición hemos ~e probar que es independiente de la elección de la repre-
sentación de ex. en la forma (4.2-1). Si esto ocurre, entonces claramente será un
homomorfismo, y se verificará la relación de conmutatividad deseada.
Para probar que (j es independiente de la representación de ex. en la forma
(4.2-1), es suficiente probar el siguiente lema:
i - 1
fi: [ -q-'
f
i - 1
I [ -q-'q
iJ =fi, ~=l,2, ... ,q.
Por hipótesis f es equivalente al camino constante. Por tanto, existe una apli-
cación continua
F:IXI-.X
tal que, para todo s, t E 1
F(s, O) = fes),
F(s, 1) = F(O, t) = F(l, t) = xo.
Designemos por E el número de Lebesgue del recubrimiento abierto {F-l(U)J:
A E A} del espacio métrico compacto 1 X 1 (dotamos a 1 X 1 de la métrica in-
ducida como subconjunto del plano euclídeo). Subdividimos el cuadrado 1 X 1
en pequeños rectángulos de diámetro menor que E, como se indica a continua-
ción. Elegimos números
So = 0, SI, S2, . . . , Sm = 1,
to =0,
que verifiquen las tres condiciones siguientes: (a) So < SI < ... < Sm y
t o < tI < ... < t n . (b) Las fracciones l/q, 2/q, ... , q-l/ q están incluidas entre
los números SI' S2' ... , Sm. (c) Si subdividimos el cuadrado 1 X 1 en rectángulos
por las líneas horizontales y verticales
Vértices:
o~ i ~ m, o ~ j.~ n.
Ji = [Si-1, Si], 1 ~ i ~ m,
K j = [tj-l, ti], 1 ~ j ~ n.
Rectángulos:
Rij = Ji X Kj¡ 1 ~ i ~ m, 1 ~ j ~ n.
Aristas horizontales:
1 ~ i ~ m, o~ j ~ n.
Aristas verticales:
o~ i ~ m, 1 ~ j ~ n.
En la figura 4.1 indicamos cómo hemos designado un rectángulo genérico de
esta subdivisión, con sus vértices y aristas. Necesitaremos aún la siguiente
notación para ciertos caminos:
Bij = F I bij.
Para cada rectángulo R ij , elegimos un conjunto abierto UlI(i,i) tal que
La condición (c) impuesta a las subdivisiones nos asegura que siempre es po-
sible una tal elección. Cada vértice Vij es un vértice de 1, 2, ó 4 de los rectán-
gulos Rkl; designemos por U¡J(i,j) la intersección de los correspondientes abier-
tos UX(k,I). Entonces U~(i,j) es un conjunto abierto del recubrimiento dado, y
FIGURA. 4.1
Notación empleada en la demostración del lema 2.4.
con origen X o y extremo F(Vij); si F(Vij) = x o' entonces tomamos gij como el
camino constante.
Hemos introducido más notación de la necesaria, por lo cual intercalamos
ahora el siguiente sublema.
a = ~v¡'.(-Y),
(3 = ~v¡.¡{'Y).
Enunciado y demostración del teorema de y Van Kampen 121
Por lo tanto
C.Q.D.
Este sub lema nos permite adoptar una notación menos formal sin temor de
ambigüedad. Podemos designar al elemento p).,(a) = p[l.(~) E H simplemente
por No necesitamos preocuparnos sobre si hemos tomado la clase de equi-
valencia de h en el grupo 16 (U).,), o en el 16 (U[I.).
Con este convenio, sean
[donde (gij)-l denota el camino definido por t -> gij (1- t)]. Obsérvese que
tanto aij como ~ij son ambos elementos bien definidos de H.
Afirmamos ahora que, en correspondencia a cada rectángulo Rij, existe una
relación en el grupo de la siguiente forma
(4.2-3)
PaTa probar esto observemos, en primer lugar, que entre los caminos (no ce-
rrados) de U'A(i,j) tenemos la siguiente equivalencia:
gi-l,j-1Ai,i-l (Yi,i-l)-lgi,i_lBi/Yi¡)-l
m q
(b), ya que los puntos l/q, 2/q, ... , q -l/q están entonces incluidos en el con-
junto {Si: O < i < m}. Finalmente tenemos las relaciones
En efecto, tenemos
por (4.2-7)
por (4.2-3)
por (4.2-3)
por (4.2-7)
En total hemos aplicado (4.2-3) m veces. Si ahora aplicamos (4.2-9) sucesiva-
mente para j = 1, 2, ... , n, obtenemos
m m
TI aiO TI ain.
i=l i= 1
Pero, en virtud de (4.2-6)
m
TI ain = 1.
i=l
Esto completa la demostración de (4.2-8), y por tanto del lema 2.4. C.Q.D.
Primera aplicación del teorema 2.1
3 Primera teorema
Supongamos, como en el teorema 2.1, que X es la unión de dos abiertos U y
y que U, V y U n V son todos arco-conexos. Demos a epi y t[;i el significado que
les hemos asignado en la sección 2.
Ejemplos
3.1 Sea X un espacio tal que X = A U B, A n B = {xo}, y A y B sean cada uno de
ellos homeomorfos a una circunferencia S' (véase figura 4.2). X puede representarse como
una curva en forma de «8».
Si A Y B fueran abiertos, podríamos aplicar el teorema 3.1 con U = A Y V = B, para
determinar la estructura de 1t(X). Desgraciadamente A y B no son abiertos.
Teorema de Seifert y Van Kampen
a b
FIGURA 4,2
Ejemplo 3.1, una curva en forma de «s».
de la propOSIClon III.5.2, 1I:CX) es un grupo Libre con dos generadores. Podemos tomar
como generadores clases de caminos cerrados IX y ~, con base en el punto x" que recorran
exactamente una vez A y B respectivamente.
Xo
--~------~~------~~~--------------~~X
FIGURA 4,3
Ejemplo 3.2, Un disco con dos agujeros.
3.2 Sea E' el disco unidad cerrado del plano, a y b dos puntos distintos interiores a
E', e Y = E' ~ la, b l. Se ve fácilmente que podemos encontrar un subconjunto X Y, e
Primera del teorema 2.1
tal que X sea la unión de dos CÍrculos con un punto común, como en el ejemplo 3.1, y
que además X sea un retracto de deformación de Y (véase figura 4.3). Por lo tanto,
n(Y) = n(X), es decir, n(Y) es un grupo libre con dos generadores. Podemos tomar como
generadores clases de caminos a y ~, con base en el punto x" que den la vuelta una vez
a los «agujeros» a y b.
Existe una verificación física experimental de este resultado, sustentada por la intui-
ción geométrica. Tomemos una chapa de madera, o de algún otro material fuerte y ligero,
que tenga la forma de un disco circular, y fijemos dos clavijas verticales en los puntos
a y b, separadas unos cuantos centímetros. Un poco más lejos, en un punto x, de la ma-
dera, clavemos con tina chincheta los dos extremos de un trozo de cuerda. Todo elemen-
to ~ 1 del grupo fundamental de Y puede expresarse unívocamente como una «palabra
reducida» en a Y ~; para cada tal palabra reducida podemos escoger un camino en Y
que la represente, y entonces extender la cuerda a lo largo de este camino. Podemos
entonces comprobar experimentalmente si este camino es equivalente o no al camino
constante, moviendo la cuerda sobre la madera. Desde luego no está permitido levantar
la cuerda por encima de las clavijas.
3.3 Se puede aplicar el mismo razonamiento si Y es un disco abierto menos dos pun-
tos, o todo el plano menos dos puntos, o una esfera !henos tres puntos. Se puede aplicar
también si, en lugar de quitar puntos aislados de un disco, quitamos pequeños discos circu-
lares, tanto abiertos como cerrados.
FIGURA 4.4
Ejemplo 3.4 para el caso n = 4.
3.4 Sea X la unión de n circunferencias, n > 2 con un solo punto común; es decir,
nos permite afirmar que TI (X, x,,) es el producto libre de TI(U) y TI(V), o lo que es equiva-
lente, de TI(A,U ... U A n _,) y TI(A n ). Podemos ahora aplicar la proposición III.5.2 para
completar la demostración de este proceso inductivo.
3.5 Podemos utilizar este resultado que acabamos de probar, para el siguiente ejem-
plo: Sea Y el espacio obtenido al suprimir n puntos de un disco (abierto o cerrado), o
del plano entero. Por un razonamiento análogo al usado en el ejemplo 3.2, resulta ·que
TI(Y) es un grupo libre de n generadores (J." (J." ••• , (J.n. Dicho con imprecisión, pero de
forma expresiva, (J.i está representado por un camino cerrado que da una vuelta al i-ésimo
agujero.
Dejamos al lector el estudio de un modelo físico que nos muestre que TI(Y) es un
grupo libre de n generadores, tal como hemos hecho en el ejemplo 3.2.
Lema 3.2 Con las hipótesis anteriores, el teorema 2.2 sigue siendo cierto,
si, para cada A, reemplazamos 1t (VA) por 1t (AA) y Ij.¡ A por lj.¡'A y, para cada par
(A,¡...t) tal que VA e VIJ., reemplazamos epAIJ. por ep'AIJ.
Ejercicios
3.1 Probar la siguiente generalización del teorema 3.1. Sea {W) U {Vi: i EIj un re-
cubrimiento de X por conjuntos abiertos arco-conexos, que verifique las siguientes pro-
piedades: (a) W es un subconjunto propio de Vi, para todo i E 1. (b) Para todo par de
índices distintos i, jE l, Vi (\ V¡ = W. (c) W es simplemente conexo. (d) x" E W. Aplican-
do el teorema 2.2 probar que TI(X, x") es el producto libre de los grupos 7C(Vi, x") [res-
pecto los homomorfismo s Ij.¡i : 7C(Vi) .....,. 1t(X) incluidos por las inclusiones].
3.2 Sea
x= UA i ¡
iEI
0e!<ur,tuu aplicación del teorema 2.1
donde cada A, es homeomorfo a S', tal que. para todo par de índices distintos i, j E l,
A, (\ A¡ = {x,,}, y la topología de X verifique el axioma de separación de Hausdorff y la
siguiente condición: un subconjunto B de X es cerrado (abierto) si y sólo si, para todo
i E l, B (\ A, es un subconjunto cerrado (abierto) de A,. Para cada índice i E J, sea a,
un generador del grupo cíclico infinito 11:(A" x"l. Utilizar el ejercicio 3.1 para probar que
11:(X, x"l es un grupo libre sobre el conjunto (01.; : i E 1 l.
3.3 Dar un ejemplo de un espacio compacto de Hausdorff
x=u1 i=
donde cada A, sea homeomorfo a S', A, (\ A¡ = {Xo 1 para i ~ j, y X no verifique la con-
dición del ejercicio anterior. (SUGERENCIA: Existe un subconjunto del plano euclídeo que
tiene las propiedades deseadas,) ¿Es TI: (X, x"l un grupo libre sobre el conjunto (OI.i 1, como
en el ejercicio 3.2?
3.4 Sea Y el complementario del siguiente subconjunto del plano R':
¡
(x, O) E R' : :r es un entero ¡.
Probar que Tl:CYl es un grupo libre sobre un conjunto numerable de generadores.
3.5 Sea X un espacio de Hausdorff tal que X = A U B, donde A y B son cada uno
de ellos homeomorfos a un toro, y A (\ B = (xo l. Estudiar la estructura de 11: (X, x"l.
3.6 Sean M, y M, n-variedades conexas disjuntas. Probar que el siguiente método para
't:onstruir la suma conexa M, ~ M, es equivalente a la definición dada en la sección 1.4,
para el caso n = 2. Elegimos puntos m, E M" Y entornos abiertos U, de mi tales que exis-
tan homeomorfismos hi de U i sobre Rn con h,(m,) = O, i = 1,2. Definimos M, ~ M, como el
espacio cociente de (M, - (m¡)l U (M, - ( m2)l obtenido identificando puntos XI E U I - ( m¡)
y x, E U, - (mzl si y sólo si
.) _ h 2 (xz)
(
h IXI -
Ih z(X2) 1
2
3.7 Si M, y M, son n-variedades conexas, n > 2, probar que 11:(M, # M,l es el pro-
ducto libre de TI:(M,) y TI:(M,l.
1r(X)
~H
De esto resulta
núcleo ~, e núcleo P, = N.
y como sabemos que
N e núcleo ~I'
podemos concluir que
núcleo ~, = N.
C.Q.D.
Ejercicio
4.1 Con las hipótesis y notación del teorema 2.1, probar las siguientes proposiciones:
(a) Si Cjl, es un isomorfismo, entonces también lo es \ji,.
(b) Si Cjll Y Cjl, son ambos epimorfismos, entonces \ji, es también un epimorfismo, y su
núcleo es el menor sub grupo normal de 11: (U n V) que contiene el núcleo de Cjl' y
el núcleo de Cjl,.
n
(c) Si 11: (U V) es un grupo cíclico generado por (l., entonces 11: (K) es isomorfo al
grupo cociente del producto libre de 11:(U) y 11: (V) por el menor sub grupo normal
qu!= contiene a (Cjl,(I.) (Cjl,a)-'.
(d) 11:(K) es isomorfo al grupo cociente del producto libre 11:(U) * 11:(V) por el menor
sub grupo normal que contenga a {( )( )-1 . (U V) 1
cp,a CP2a .a E 'ir n .
(e) Supongamos que nos han dado presentaciones de los grupos 11:(U) y 11: (V), y tam-
bién un conjunto de generadores de 11:( U n Vl. Dar un procedimiento para obtener
una presentación de 11: (K) con estos datos, supuestos conocidos los homomorfismos
Estructura del grupo de una superficie compacta 129
q¡, y q¡,. Probar que si 1I:(U) y 1I:(V) tienen presentaciones finitas, y 1\:(U (\ V) es
finitamente generado, entonces 1I:(X) admite una presentación finita.
5.1 El toro, T. Puesto que T = S' X S', por el teorema n.7.! sabemos que
es el producto de dos grupos cíclicos infinitos, es decir, un grupo abeliano libre de dos
generadores. Sin embargo, vamos a obtener este mismo resultado a partir del teorema 4.1.
Este caso sencillo nos servirá de introducción para el resto de los ejemplos.
Representemos el toro como el espacío obtenido al identificar los lados opuestos de
un cuadrado, tal como muestra la figura 4.5. Los lados a y b se convierten, por la
xo b xo
a a
xo xo
FIGURA 4.5
Determinación del grupo fundamental de un toro.
identificación, en circunferencias que se cortan en el punto X,. Sea y el centro del cua-
drado,. y U = T - {y j. Sea V la imagen del interior del cuadrado por la identificación.
Entonces, U y V son subconjuntos abiertos, U, V y U (\ V son arco-conexos y V es sim-
plemente conexo (Ves homeomorfo a un disco abierto). Así, podemos aplicar el teore-
ma 4.1 para demostrar que
130 Teorema de Seifert y Van Kampen
SOl : Un
Puesto que el borde de un cuadrado es un retracto de deformación del cuadrado menos
un punto, resulta que la unión de los círculos a y b es un retracto de deformación de U.
Por tanto, J1:(U, x,) es un grupo libre de dos generadores. Para ser más precisos, 1t(U, x o)
es un grupo libre de dos generadoresot y ~, donde ot y ~ están representados por los
círculos a y b respectivamente. Así, 1t(U, x,) es un grupo libre de dos generadores
Por consiguiente, 1t(T, x,) es isomorfo al grupo libre de generadores ot' y W módulo el
subgrupo normal generado por el elemento ot'Wa:-'~L'. Cambiando el punto base x"
vemos que 1t(T, x o) es isomorfo al grupo libre de generadores ot y ~. módulo el subgrupo
normal generado por a~ot-'~-'.
Esto significa exactamente que tenemos una representación del grupo 1t(T) (véase sec-
ción III.6). En este caso podemos determinar fácilmente la estructura de 1t(T) a partir
de esta presentación. Por una parte, los generadores a y ~ de 1t(T) conmutan, y en con-
secuencia 1t(T) es un grupo conmutativo, por lo que el menor subgrupo normal del grupo
libre generado por a Y ~ que contiene aa.~a-'~-" contiene al sub grupo conmutador. Por
otra parte es obvio que este subgrupo normal está contenido en el conmutador. Por tanto,
los dos sub grupos coinciden. Así pues, en virtud de la proposición lH.5.3, 1t(Tl es un
grupo abe liana libre de generadores a. y ~,.
xo
FIGURA 4.6
Determinación del grupo fundamental de un plano proyectivo.
Estructura del grupo fundamental de superficie compacta 131
El plano proyectivo real, P,. Vamos a aplicar el teorema 4.1 para demostrar que
11:(P,)es un grupo cíclico de orden 2. Consideremos P, como el espacio obtenido al iden-
tificar los lados opuestos de un polígono de dos lados, tal como muestra la figura 4.6.
La arista a se convierte, por la identificación, en una circunferencia. Sea y el centro del
polígono,
u = P,-{y},
V = imagen del interior del polígono por la identificación.
Entonces se verifiCan todas las condiciones para poder aplicar el teorema 4.1. En este
caso la circunferencia a es un retracto de deformación de U; por tanto, 11: (U, x,) es un
grupo cíclico infinito, generado por un elemento a representado por el camino cerrado a.
Por tanto, 11:\ U, x,) es un grupo cíclico infinito, generado por a' = 0-'11.0, donde o tiene
el mismo significado que en el éjemplo 5.1. Finalmente 11:(U n V, x,l es un grupo cíclico
infinito generado por la clase y, representada por un camino cerrado c que dé una vuelta
al punto y. Es claro que
Por lo tanto, 11:(P" x,) es el cociente de un grupo cíclico infinito, generado por a' módulo
el sub grupo generado por a"; o lo que es equivalente, 1t(P" x,) es el cociente de un
grupo cíclico infinito generado por a' módulo el subgrupo generado por a'. Así pues,
TI:(P,) es un grupo cíclico de orden 2.
5.3 La suma, conexa de n toros. En este caso el método es completamente análogo al
de los dos ejemplos precedentes, pero el resultado final es nuevo y más complicado. Po-
demos considerar a la suma M de n toros como un polígono de 4n lados con las aristas.
identificadas a pares, tal como muestra la figura 4.7. Las aristas a" b" a" b" ... , an, b n se
convierten, por la identificación, en círculos de M, y dos cualesquiera de estos círculos
sólo se cortan en el punto base x,. Como antes, pongamos U = M - ( y 1, complementario
del centro del polígono, y V = imagen del interior del polígono por la identificación; V es
un disco abierto en M. La unión de los 2n círculos a" b" ... , an, bn es un retracto de defor-
mación de U; por tanto,1i: (U, x,) es un grupo libre de 2n generadores (/;" ~" {M, ~2' • • • , an, ~n,
donde a, está representado por el círculo a, y ~i por el círculo bi. Al igual que en el caso
anterior, 1t(U (\ V, x,) es un grupo cíclico infinito, generado por la clase y del círculo c, y
n
\1'1(1') = rr
i=1
la~, ¡J~],
Resulta, pues, que 1t(M, x,) es el cociente del grupo libre de generadores 0(." ~" ••• , an, ~n,
módulo el sub grupo normal generado por el elemento
n
rr [ai, ¡Ji];
;=1
es decir, 11: (M, x,) admite una presentación formada por el conjunto de generadores
{(/;" ~" ... , ,O¡;n, ~n} y la única relación
n
rr laí, ¡Ji].
;=1
132 Teorema de Seifert y Van Kampen
FIGURA 4.7
Determinación del grupo fundamental de una superficie orientable de género n.
FIGURA 4.8
Determinación del grupo fundamental de una superficie no orientable de gé-
nero n (primer método),
En el caso n > 1 no existe ninguna descripción intrínseca sencilla de este grupo. Sin em-
bargo, se ve fácilmente que, si «abelizamos» 1C(M, x,J (o sea, si hacemos su cociente módulo
el sub grupo conmutador), obtenemos un grupo abeliano libre de 2n generadores, como
Estructura del grupo de una compacta 133
consecuencia de que la única relación existente está contenida en el sub grupo conmu·
tador del grupo libre de generadores IX" ~" " " IX" ~n, Resulta de esto que si m rf n, la
suma conexa de m toros y la suma conexa de n toros tienen grupos fundamentales no
isomorfos, Por tanto no son del mismo tipo de homotopía. Este resultado es más fuerte
que el probado en el Capítulo r, donde demostramos que estos espacios no eran homeo-
morfos (en el supuesto de que la característica de Euler era un invariante topológico).
5.4 La suma conexa de n pLanos proyectivos. La suma conexa M de n planos proyec-
tivos puede obtenerse al identificar a pares los lados de un polígono de 2n lados, tal como
muestra la figura 4.8. Siguiendo exactamente el mismo proceso que en el caso anterior,
obtenemos que el grupo fundamental lt(M, x,) 'admite una presentación formada por el
conjunto de generadores
De nuevo, para n > 1, este grupo no admite una descripción intrínseca sencilla. Si lo
abelizamos obtenemos un grupo abeliano que tiene también una presentación formada
por n generadores y una relación. El lector familiarizado con la teoría de grupos abelia-
nos finitamente generados puede determinar fácilmente el rango y los coeficientes de tor-
sión de este grupo, reduciendo a forma canónica una cierta matriz a coeficientes enteros.
Nosotros vamos a obtenerlos por un procedimiento geométrico.
Aplicando el teorema 1.7.2, vemos que una superficie no orientable M de género n,
admite una de las dos siguientes representaciones:
Esto nos lleva a una representación de M como el espacio obtenido identificando las
aristas de un polígono de 2n lados como muestra la figura 4.9 (a) y (b). En el caso (a)
vemos que 1t(M, x o) admite una presentación con generadores
y una relación
mientras que en el caso (b) existe una presentación de lt(M, x,) con generadores
y la relación
Mediante esta presentación, podemos determinar fácilmente la estructura del grupo abe
lizado
1r(M)
134 Teorema de Seifert y Van Kampen
Ól
(h)
FIGURA 4.9
Determinación del grupo fundamental de un'a superficie no orientable de gé-
nero n (segundo método), (a) n impar, k = \12 (n-l). (b) n par, k = \12 (n-2).
Estructura del grupo fundamental de una superficie compacta 135
5.1
Si M es la suma conexa de n toros, entonces el grupo fun-
damental abelizado 1t(M)/[ 1t(M), 1t(M)] es un grupo abeliano libre de rango 2n,
Si M es la suma conexa de n planos proyectivos, entonces el grupo fundamental
abelizado es de rango n -1 y tiene un coeficiente de torsión, que es de orden 2,
Este resultado nos muestra que una superficie conexa, compacta y orienta-
ble no es nunca del mismo tipo de homotopía que una superficie conexa, com-
pacta y no orientable, porque el grupo fundamental abelizado de una superfi-
cie no orientable contiene siempre un elemento de orden 2, mientras que en el
caso orientable todo elemento es de orden infinito, Se sigue también, que, si
m ~ n, entonces la suma conexa de m planos proyectivos y la de n planos
proyectivos no son nunca del mismo tipo de homotopía,
Estos resultados representan un ligero progreso sobre los del Capítulo l,
obtenidos usando la característica de EuleL
Ejercicios
5,1 Utilizando los resultados de las secciones LI0-L12, probar que el grupo fundamen-
tal de una superficie con borde, conexa y compacta, es un grupo libre, Expresar el rango
del grupo fundamental en función de la característica de Euler y del número de compo-
nentes del borde, tanto en el caso orü~ntable como en el no orientable,
5.2 Obtener geométricamente las dos presentaciones del grupo fundamental de la
Botella de Klein mencionados como ejemplo en la sección IIL6,
5.3 Considérese la presentación del grupo fundamental de la Botella de Klein con dos
generadores, a y b, Y una relación baba-', Probar que el subgrupo generado por b es un
sub grupo normal, y que el grupo cociente es cíclico infinito, Probar también que el sub-
grupo generado por a es cíclico infinito,
5.4 El hecho de que la suma conexa de tres planos proyectivos sea homeomorfa a la
suma conexa de un toro y un plano proyectivo, da lugar a dos presentaciones distintas
del grupo fundamental (como en el problema 5,2), Probar algebraicamente que estas pre-
sentaciones representan grupos isomorfos,
5.5 Construir, para cada entero n > 2, un espacio cuyo grupo fundamental sea cíclico
de orden n,
5.6 Probar que el grupo fundamental de una superficie compacta no orientable de
género n. admite una presentación formada por n generadores {x" " ' , IXn y una relación
D:1D:2 " , D: n D:I D::;-1 " , D:;;-~lD:n (véase ejercicio 1,8010),
1
5.7 Probar que el grupo fundamental de una superficie compacta orientable de gé-
nero n. admite una presentación con 2n generadores IX" IX" " , ,a,n Y una relación
1
D:1D:2 ' , , D:2 n D:l D::;-1 , , , D::;-; (véase ejercicio 1,8011),
136 Teorema de Seifert y Van Kampen
Un nudo es, por definición, una curva cerrada simple en el 3-espacio euclídeo.
Es una abstracción matemática de nuestra idea intuitiva de un nudo hecho con
un trozo de cuerda; los dos extremos de la cuerda deben considerarse empal-
mados, de manera que el nudo no pueda deshacerse.
Es necesario definir cuándo dos nudos se consideran equivalentes O' no equi-
valentes. Sería muy deseable dar la definición de manera que corresponda a
la idea usual de que dos nudos iguales hechos en dos trozos distintos' de cuerda
son el mismo. De entre los varios caminos para hacer esto, la siguiente defini-
.ción es actualmente aceptada como la más conveniente (como resultado de mu-
chos años de experiencia).
más que en R3. Hay entonces una pequeña diferencia, porque S3 es homeomorfo,
a la compactificación de Alexandroff de R3 (compa,ctificación por un punto),
como puede probarse por proyección estereográfica (véase Newmann, M. H. A.
Elements of the Topology of PIane Sets of Points. Cambridge: The University
Press, 1951, pp. 64-65).
Ejercicio
6.1 Si K es un nudo en R', y consideramos S' como la compactificación de Alexan-
droff de R', probar que los grupos fundamentales 1t(R' - K) Y 1t(S3 - K) son isomorfos .
. (INDICACIÓN: Aplicar el teorema 4.1.)
{(x, y) E R2 : O ~ x ~ 1, O~ y ~ 1),
o también, como el espacio obtenido d partir del plano R2 al identificar los pun-
tos (x, y) y (x', y') si y sólo si x - x' e y - y' son ambos enteros. Designemos
por p : R2 -> T la identificación. Sea L una línea que pase por el origen de R2
con pendiente m/n, .donde 1 < m < n, y m y n son enteros primos entre sí. Se
ve fácilmente que la imagen
K = p(L)
es una curva cerrada simple sobre el toro T; que se enrolla en espiral m veces
sobre el toro y da n vueltas a
lo largo de él en el otro sentido. Si suponemos
ahora que T está sumergido en R3 de la manera ordinaria, entonces
K e T e R3,
y K es un nudo en R3, llamado nudo tórico de tipo (m, n). Centraremos nuestro
estudio sobre tales nudos.
FIGURA 4.111
Nudo tórico de tipo (2, 3).
D = {(Xl, X2) E R2 : xi + x; ~ tI
SI = {(X3, X4) E R2 : xi + x¡ = tI
un disco cerrado y una circunferencia, cada uno de radio Yz Y2. Definimos una
aplicación
f: D X S1-7 A
por la fórmula
- K) U
Tenemos finalmente que probar que, para diferentes valores del par (m, n),
estos grupos no son isomorfos. Lo haremos siguiendo un método debido a O.
Schreier. Consideremos el elemento (J..m = ~-n de este grupo. Este elemento con-
muta con a y~, Y por tanto con cualquier elemento; pertenece, pues, al centro.
Designemos por N el subgrupo generado por este elemento; es, obviamente,
un subgrupo normal. Consideremos el grupo cociente G/N. Designemos por
a' Y Wlas clases de ex y ~ en G/N. Evidentemente, G/N está generado por los
elementos a' y W, y admite la siguiente presentación:
Proposición 6.3 Si dos nudos tóricos de tipos (m, n) y (m', n') son equiva-
lentes, entonces m = m' y n = n'; o bien m = n' y n = m'. Un nudo tórico
nunca es equivalente a un círculo sin nudos (supuesto m, n > 1).
Así, mediante los nudos tóricos hemos construido una familia infinita de
nudos no equivalentes.
Desde luego, la mayoría de los nudos no son nudos tóricos. Los párrafos an-
teriores deben considerarse sólo como una breve introducción a la teoría de
nudos. El lector que desee profundizar en esta materia, puede consultar los
textos de Crowell y Fax [3J o Neuwirth [5].
NOTAS
En 1931, H. Seifert, en un trabajo titulado «Konstruktion dreidimensionaler geschlossener
R1i.ume» (Ber. Siichs. Akad. Wiss., 83, 1931, pp. 26-66), demostró un teorema siguiendo la
línea del teorema 2.1. Un poco más tarde. E. R. Van Kampeh descubrió y" demostró un
Aplicación a la teoría de nudos 141
teorema similar «(On the connection between the fundamental groups of sorne related
spaces», Amer. J. Matn., 55, 1933, pp. 261-267>. A pesar de esto, los textos y artículos ame-
ricanos citan ordinariamente al «teorema de Van Kampen». Desde luego, la formulación
de este teorema como solución de un problema de aplicaciones universales vino más tarde.
Nuestra exposición está basada en un artículo de R. H. Crowell [2], que, parece ser, se
inspiró en unas lecciones dadas por R. H. Fox en Princeton; véase su texto [3].
El lector familiarizado con la teoría de complejos simpliciales puede fácilmente' dedu-
cir la versión de Seifert del teorema de Seifert-Van Kampen (tal como aparece en la
sección 52 de Seifert y Threlfall [6]), a partir del teorema 2.1 y del lema 3.2 de este
capítulo. Para ello hay que hacer uso de las propiedades de un entorno regular de un
subcomplejo de un complejo simplicial, tal como se especifica en el Capítulo n, sección 9,
del libro de S. Eilenberg, y N. Steeñrod (Foundations of Algebraic Topo!ogy. Prince-
ton, N.J.: Princeton University Press, 1951).
La conjetura de Pomcaré
Se deduce de los cálculos realizados en este capítulo que toda superficie compacta sim-
plemente conexa es homeomorfa a la 2-esfera S'. H. Poincaré conjeturó a principios de
este sigla que se verificaba un resultado análogo para 3-variedades. a saber, que toda
3-variedad compacta simplemente conexa es homeomorfa a la 3-esfera S'. A pesar de los
grandes esfuerzos de muchos destacados matemáticos desde los años de Poincaré, no se
sabe aún si esta conjetura es cierta o no. Es fácil dar ejemplos de 4-variedades compactas
simplemente conexas que no son homeomorfas a la 4-esfera S' (por ejemplo, S' X S'). Sin
embargo, para todo entero n > 3, existe un análogo a la conjetura de' Poincaré, a saber:
toda n-variedad compacta del mismo tipo de homotopía que una n-esfera es horneo morfa
a Sn. Esta conjetura de Poincaré generalizada fue probada, para n > 4, por S. Smale
en 1960 (véase Ann. Matn., 74, 1961, pp. 391-406). El caso n = 4 es aún una cuestión
abierta.
Hasta que no se haya resuelto la clásica conjetura de Poincaré (en el caso n =3) parece
improbable un teorema de clasificación para 3-variedades compactas.
Del cálculo de los grupos fundamentales de las superficies compactas que hemos hecho
en este capítulo, destaca el sigUiente hecho: dos superficies compactas que no sean homeo-
morfas no son del mismo tipo de homotopía. Se sabe que una afirmación análoga para
3-variedades compactas es falsa; hay ejemplos bastante simples de variedades 3-dimen-
sionales compactas que son del mismo tipo de homotopía pero no son homeomorfas (los
llamados «espacios lenticulares»). La demostración de este resultado es la culminación del
trabajo de matemáticos de todos los países durante muchos años. Los detalles son bas-
tante laboriosos.
142 Teorema de Seifert y Van Kampen
Observemos primero que el grupo fundamental de S' X S" es cíclico infinito, Por consi-
guiente, formando la suma conexa de n ejemplares de S' X S" obtenemos una 4-variedad
compacta orientable cuyo grupo fundamental es un grupo libre de n generadores (véase
ejercicio 3,7),
Supongamos, ahora, que M sea una 4-variedad compacta orientable y e una curva
cerrada simple suficientemente regular en M; puede demostrarse que todo entorno tu-
bular N de C, suficientemente pequeño, es homeomorfo a S' X E' (lo cual no sería cierto
si M no fuera orientable), Por tanto el borde de N es homeomorfo a S' X S', Pero S' X S'
es también el borde de E' X S', que es una variedad 4-dimensional con borde, Designemos
por M' el complementario del interior de N, Designemos por M, el espacio cociente de
M' U (E' X S') obtenido identificando puntos correspondientes del borde de N y del borde
de E' X S', Entonces se ve fácilmente que M, es también una 4-varied"td compacta orien-
table; el proceso seguido para obtener M, a partir de M se llama a menudo «cirugía»,
¿Cuál es el grupo fundamental de M,? Podemos responder a esta cuestión aplicando
dos veces el teorema de Seifert-Van Kampen, En primer lugar, M = M' U N, Y M' Í\ N
es homeomorfo a S' X S', Se ve fácilmente que el homomorfismo 1t(M'Í\ N) -> 1t(N) (in-
ducido por la inclusión) es un isomorfismo; por tanto, por el ejercicio 4,1 (a), el homo-
morfismo 1t(M') -> 1t(M) es también un isomorfismo, En segundo lugar M, = M' U (E'XS'),
y M' Í\ (E' X S') = M' Í\ N, Puesto que E2 X S2 es simplemente conexo, se puede aplicar
el teorema 4,1 para deducir que j'¡CM') -> 1t(M,) es un epimorfismo y su núcleo es el mí-
nimo subgrupo normal que contiene la imagen de 1tCM'Í\ N) -Jo 1tCM'); pero se ve fácil-
mente que las imágenes de 1t(M' Í\ N) -Jo 1t i M') Y 1t(C) -> 1tCM) son equivalentes, (NOTA:
Cada vez que aplicamos el teorema de Seifert-Van Kampen, es necesario invocar el
lema 3,2, ya que M' y N no son subconjuntos abiertos de MJ,
Podemos resumir la conclusión que acabamos de obtener de la siguiente manera:
1t(M,) es naturalmente isomorfo al grupo cociente de 1t(M) respecto del mínimo subgrupo
normal que contenga la imagen de 1tCC) -Jo 1t(M), En otras palabras, hemos «eliminado» el
elemento IX de 1t(M) representado por el camíno cerrado C. Si el grupo 1t(M) estaba pre-
sentado por generadores y relaciones, entonces 1t(M,) admite una presentación con los
mismos generadores y con una relac'ión adicional, a saber, (x,
No es difícil demostrar que todo elemento IX E 1t(M) puede representarse por una
curva cerrada suficientemente regular C sin puntos dobles, como hemos utilizado en el
razonamiento anterior. En efecto, esto es cíerto para toda n-variedad orientable M, su-
puesto que n ~ 3, En una variedad de dimensión ~ 3 hay suficiente «espacio» para des-
hacerse de los puntos dobles de cualquier camino cerrado por medio de pequeñas defor-
maciones,
Sea ahora G un grupo que admita una presentación con n generadores x" "" x" Y
k relaciones r" roo "" n, Sea M la suma conexa de n ejemplares de S' X S"; entonces
1t(M) es un grupo libre con n generadores, que podemos designar por x" ' , , , x", Hacemos
ahora k veces la cirugía en M eliminando sucesivamente los elementos r" "" n, El re-
sultado será una 4-variedad orientable compacta M k , tal que 1t(Mk) = G, como deseá-
bamos,l
BIBUOGRAF1A
145
1
145
146 Espacios recubridores
Ejemplos
2.1 Definamos p : R -> S' por
c/{
FIGURA 5.1
Una superficie de género 2 como espacio cociente de una superficie con borde,
ficamente sobre M. Vamos ahora a describi!: una manera de formar un espacio cociente
de M X D, será una 2-variedad conexa S y tal que la aplicación q inducirá una apli-
cación p: -Jo S de los espacios cocientes; es decir, tendremos un diagrama conmutativo
M )8
Resultará que (.S. p) será un espacio recubridor de S. Las identificaciones mediante las
que formamos § a partir de M X D serán todas de la siguiente forma: el círculo
e: x {ji se identifica con el círculo e:' x {k} por un homeomorfismo que aplique el
punto (x, j) sobre un punto Ch¡(x), k), donde i = 1 ó 2, y j y k son enteros positivos ~ n.
Podemos llevar a cabo esta identificación de círculos a pares de maneras muy distintas,
con tal que obtengamos un espacio S que sea conexo. Por ejemplo, en el caso n = 3,
podríamos llevar a cabo nuestras identificaciones según el siguiente esquema: identifi-
camos
{ ( x, y ) : ( x 1) 2 + y2 11
{(X, y) : (x + 1)2 + y2 1),
Vamos a dar dos ejemplos distintos de espacios recubridores de X. Para el primer ejem-
plo, designemos por X el conjunto de todos los puntos (x, y) E R' tales que x o y (o am-
bos) sean enteros; X es unión de líneas rectas horizontales y verticales. Definimos
p : X -> X mediante
exp (z)
i zn
n=O n!
Uz = {w E e : Iw - zl < Izl}
Definición y de p,."nru",o Ifec'unlf¡aoil'i~g 149
exp = w,
y, para todo v E V,
f(exp v) = v.
En los libros sobre variable compleja, a una tal función f se le llama «rama de la función,
logarítmica en el disco U,», y en el curso de la demostración de las propiedades del loga.
ritmo se establecen los resultados requeridos.
Recordemos que si z = x + iy, entonces exp z = (exp x). (cos y + i sen y), donde
exp x = eX se refiere ahora a la función exponencial real, exp : R -> I tER: t> O}. De
esta fórmula resultan> los siguientes hechos. Podemos considerar e = R x R y e - ¡O1 =
Ir E R : r > O} X S' (usamos coordenadas polares). Entonces podemos considerar la apli-
cación exponencial exp : e -> e - ¡O} como una aplicación p X q : R X R -> {r E R : r > O}
X sr, donde p(x) = eX y q(y) = (cos y, sen y). Compárense los ejemplos 2.1, 2.3 Y 2.4.
2.9 Vamos a dar otro ejemplo de la teoría de funciones de una variable compleja.
Para cada entero n;;<l'O sea pn : e -> e definida por Pn(Z) = zn. Entonces (e-lO), pn) es
un espacio recubridor de e - {O}. La demostración puede encontrarse en los libros sobre
variable compleja cuando se discute la existencia y propiedades de las distintas «ramas})
de la función Vz. La, situación es análoga a la del ejemplo 2.8. Obsérvese que es nece-
sario omitir el O en el dominio y recorrido de la función pn; de otro modo no obtendría-
mos un espacio recubridor. Como en el ejemplo 2.8, podemos considerar e - {O 1=
{ r E R : r > OJ X S' y descomponer el espacio recubridor (e - 10 J, Pn) en el producto
cartesiano de dos espacios recubridores.
(a) Dar condiciones necesarias y suficientes para que dos espacios recubri-
dores (Xl' PI) Y (X o ' pJ de X sean isomorfos (por definición, dos espa-
cios recubridores son isomorfos si y sólo si existe un homeomorfismo h
de Xl sobre Xo tal que Po h = p).
(b) Dado un espaéio X, determinar (salvo isomorfismos) todos los posibles
espacios recubridores de X.
Ejercicios
2.1 Probar que en un espacio topológico son equivalentes las siguientes cuatro con-
diciones:
(a) Las arco-componentes de todo subconjunto abierto son abiertas.
(b) Todo punto posee una base de entornos abiertos arco-conexos.
(c) Todo punto posee una base de entornos arco-conexos (no se supone que sean
abiertos).
(d) Para todo punto x, y todo entorno U de x, existe un entorno V de x tal que ve U
y cualesquiera dos puntos de V pueden unirse por un camino en U.
En consecuencia, cualesquiera de estas condiciones podría tomarse como definición de
espacio localmente arco-conexo.
2.2 Probar que si f : X -> Y es un homeomorfismo local, y A e X, entonces f I A es
un homeomorfismo local de A sobre f(A).
2.3 Probar que si X es compacto y j : X -> Y un homeomorfismo local, entonces, para
todo punto y E Y, f-'(y) es un conjunto finito. Si además se supone que Y es un espacio
de Hausdorff conexo, entonces f es exhaustiva
Supongamos que X e Y son espacios arco-conexos y localmente arco-conexos,
X es compacto, e Y es de HausdorH. Sea f : X -+ Y un homeomorfismo local; probar que
(X, f) es un espacio recubridor de Y.
3
En esta sección probaremos algunos lemas sencillos que son la clave de muchos
de los resultados de este capítulo. Sea eX, p) un espacio recubridor de X, y
9 : 1 ---+ X un camino en X; entonces pg es un camino en X. Igualmente. si
9 0 , g, : 1 ---+ X y 90 - g" entonces pg" - pgl' Podemos ahora plantearno; la
cuestión de la existencia de un resultado inverso: Si f : 1 ---+ X es un camino
en X, ¿ existe algún camino 9 : 1 ---+ X tal que pg = f? Si go' 9 1 : 1 ---+ X y
pgo - pgl' ¿se deduce que go - 9 1 ? Veremos que la respuesta a ambas cues-
tiones es: Sí. Estos resultados expresan una de las propiedades básicas de los
espacios recubridores.
x = pfo(Y) = pf¡(y).
F(s, O) POo(s),
F(s, 1) PO¡ (s),
F(O, t) POo(O) = p(Xo),
F(1, t) POo(l) .
Por tanto, G define una equivalencia entre los caminos go y g" C.Q.D.
cando el lema 3.1 obtenemos un camino 9 : 1 ---+ X elevación de (:l con origen
iD. Sea Xl el extremo de este camino elevado. Entonces se ve fácilmente que
El estudiante que desee ejemplos de este teorema, puede considerar los dis-
tintos ejemplos de espacios recubridores dados en la sección 2.
Ejercicio
4.1 Estudiar en el enunciado del teorema 4.2 el efecto del cambio del «punto base» x,
por un nuevo Xl E X.
5 Elevación
sea conmutativo? Si una tal aplicación ép existe, decimos que <p puede ser eleva-
da a ép, o que ép es una elevación de <p.
Es fácil obtener una condición necesaria para la existencia de una tal eleva-
ción ép, por consideraciones sobre los grupos fundamentales de los espacios im-
plicados. Pues, si s4p0nemos que cP existe, entonces obtenemos el siguiente dia-
grama conmutativo de grupos y homomorfismos:
¿P(y) = extremo de g.
Para justificar esta definición tenemos que demostrar que ¿P(y) es indepen-
diente de la elección del camino f. En virtud del lema 3.3 podemos reempla-
zar f por un camino equivalente sin alterar la definición de ij;(y); es decir, rp(Y)
sólo depende de la clase de equivalencia a del camino f. Supongamos que a Y 0
son dos clases de equivalencia distintas de caminos en Y de YiI a y. Entonces,
a0- 1 es un camino cerrado con punto base Yo; así pues, a0- 1 E 1dY, Yo) y.
por j:anto, por las hipótesis del teorema. <p* (a0- 1 ) E p* 'lt (X, fa). Existe, pues,
en X una clase de lazos con punto base fa que se proyecta sobre (<p* a) (<p,. 0)-\
es decir, si (<p,. a) (<p* 0)-1 se «ele_va» a un camino en X con origen fa, el re-
sultado es un c2-mino cerrado en X. Por tanto, si <p,. a Y <p* 0 se elevan cada uno
a caminos en X con origen x(), deben tener el mismo extremo.
Debemos probar ahora que la función ¿p así definida es continua. Sea Y E Y,
y U un entorno arbitrario de ¿P(y). Tenemos que demostrar que existe un en-
torno V de y tal que rp(V)cU. Elijamos un entorno elemental U' de p¿p(y)=<P(y)
tal que U' c p(U). Sea W la arco-componente de p-l (U') que contiene a ¿p(y),
y U" un entorno elemental de <p(y) tal que U" c p(U n W). Entonces se de-
muestra fácilmente que la arco-componente de p-l(U") que contiene a ¿P(y)
está contenida en U. Puesto que <p es continua, podemos elegir V de tal manera
que <p(V) c U'. También podemos elegir V arco-conexo, ya que Y es local-
mente arco-conexo. Dejamos al lector la comprobación de que el entorno V así
elegido verifica las propiedades requeridas.
Tal como hemos definido rp es obvio que se verifica la relación de conmu-
tatividad Prp = <p. C.Q.D.
Ejercicios
5.1 Sea G un espacio topológico con una multiplicación continua [J. : G XG --> G, con
Homomorfismos y automorfismos de espacios recubridores
un elemento uniQad e tal que ~t(e, x) = !-t(x, e) = x, para_ todo x E G. (Véase ejercl-
cio 11,,7.5,). Sea (G, p) un espacio recubridor de G, y e E G un punto tal que p(e) = e.
Probar que existe una única multiplicación contillua fl: G X G -+ G tal que é es una
unidad Lo sea, ¡:iCe, y) = ¡:i(y, e) = y para todo y E GJ, Y P conmuta con las multiplicacio-
nes de G y G [es decir, !-t(px, py) = p¡:i(x, y)]. (INDICACIÓN: Aplicar el teorema 5.1 junto
con el resultado del ejemplo 2.4 y el ejercicio de la sección n.7 al que nos hemos referido
más arriba.) Suponer que G es arco-conexo y -localmente arco-conexo, como de costumbre.
Probar también que, si la multiplicación [.!- es asociativa, también lo es ¡l.
5.2 Sea G un grupo topológico conexo, localmente arco-conexo, con unidad e. Sea
(C, p) un espacio recubridor de -G, Y e E G tal que p(e) = e. Probar que existe una única
multiplicación continua !-t : G X G -+ G tal que G es un grupo topológico con unidad 12,
y p es un homomorfismo. (INDICACIÓN: Usar los resultados de los ejercicios 5.1 y II. 7.6
para demostrar la existencia de inversos en G.) Probar también que el núcleo de p es
un sub grupo normal discreto de G y, por tanto, está contenido en el centro de G.
5.3 Aplicar las consideraciones del ejercicio anterior al caso en que G = S" grupo
multiplicativo de los números complejos de módulo 1. En la sección 2 hemos descrito al-
gunos ejemplos de espacios recubridores de S'.
5.4 Probar que, en los ejercicios 5.1 y 5.2, si la multiplicación de G es conmutativa,
también lo es la multiplicación de C.
Lema 6.1 Sea:!; tpu y tpl homomorfismos de (Xl' PI) en (X 2, P2)· Si existe
algún punto x E Xl tal que tpo(x) =tpl(X), entonces tpo = tpl·
Corolario 6.2 El grupo A(X, p) opera sin puntos fijos sobre el espacio X;
es decir, si tp E A (X, p) y tp ~ 1, entonces tp no tiene puntos fijos.
Lema 6.3 Sean (Xl' PI) Y ex2 , P2) espacios recubridores de X y Xi E Xi,
i = 1, 2!- puntos tal~s que p ¡ (Xl) = P2 (x 2 ). Entonces existe un hOTf}:lJmorfismo
tp de jX l , PI) en (X 2 , P2) tal que tp(x I ) = x2 ' si y sólo si Pl*1t(X l , Xl) e
P2,1t(X O' x
0 )· .
Corolario 6.4 Con las hipótesis del lema 6.3, existe un isomorfismo tp de
(Xl' PI) sobre exo, p,,) tal que tp(x l ) = X2, si y sólo si Pl'k1tCXl' Xl) =
ex
P2 'l' 1t 2 , x2 )· --
Es una consecuencia del lema 6.3, de la definición de isomorfismo, y del
corolario 6.2.
Teorema 6.6 Los espacios recubridores (XI' PI) y~ (X 2, P2) d~ X son iso-
morfos si y sólo si para todo par de P70tos x¡ E X, y~ i.\ E X'l tales que
PI (XI) = P2(X 2) = xu' los subgrupos PI." n(X I, Xl) y P2*1t(X 2 , x2 ) pertenecen a
la misma clase de conjugación en n (X, x o).
Homomorfismos y automorfismos de espacios recubridores 159
Ejercicios
6.1 Probar que, si X es un espacio simplemente conexo y (X, p) es un espacio recu-
brid9r de X, entoncés p es un homeomorfismo de X sobre X.
6.2 Determinar todos los espacios recubridores (salvo isomorfismos) de cada uno de
los siguientes espacios: la circunferencia S'; el plano proyectivo P; el subconjl;!nto del
plano {(x, y) E R' : 1 ~ x' + y' ~ 41. Dar explícitamente un espacio recubridor (X, p) en
cada clase de isomorfia. (SUGERENCIA: Considerar los ejemplos de la sección 2.)~
6.3 Sea X un espacio topológico cuyo grupo fundamental sea abeliáno. Si (X,. p,) Y
160 Espacios recubridores
y ex" pJ son espacios recubridores de X, definimos óL p,) 2:: ex" p,) si y sólo si existe
un hom¿morfismo de (X" PI) sobre (X" p,). Probar que esta -;elación es transitiva y re-
flexiva, y que si (XI' p,) ~ (X" p,) y (X" p,) ~ CX" p), entonces (X" PI) Y (X" p,) son
isomorfos. Finalmente probar que cualesquiera dos espacios recubridores de X tienen una
mínima cota superior y una máxima cota inferior respecto esta relación de orden parcial.
[NOTA: Este resultado es totalmer¡te falso si omitimos la hipótesis de que TI(X) sea abe-
liano.] (Ver Lema 10.1.)
6.4 Sea
(x . a) . (3 = X . (a . (3), (5.7-1)
X' 1 = X. (5.7-2)
Estas condiciones son exactamente las que ha de cumplir -re(X, x) para que sea
un grupo de operadores por la derecha sobre el conjunto p-l(X) (véase Apén-
dice B). Para probar que el grupo -re(X, x) opera transitivamente sobre el con-
acción del grupo x) sobre el
Pr([}p~[)sici(jln 7.1 Para todo automorfismo <pEA (X, p), todo punto XEp-l(X)
y todo (J. E n(X, x),
¡o(x' O/) = (¡ox)' O/;
es decir, cada elemento <p E A (X, p) induce un automorfismo del conjunto
p-l (x), considerado como un n (X, x)-espacio por la derecha.
es decir, <p * (a) es también una elevación del camino (J.. Por tanto, por defini-
ción, (<px)· (J. es el extremo del camino <p* (iX); es decir, (<px) . (J. = <p (x . a)
tal como deseábamos.
Ahora podemos determinar completamente la estructura del grupo de auto-
morfismos A(X, p).
Corolario 7.3 Para todo punto x E:: X Y todo E:: p-l (x), el grup.9 de auto-
morfismos A(X, p) es isomorfo al grupo cociente N[p*x)J!p* TI eX,
donde N[p" TI(X, x)] denota el normalizador del subgrupo P* TI x) en TI x).
Este corolario se obtiene al aplicar el teorema 2.2 del Apéndice B al teo-
rema 7.2.
Una clase particularmente importante de espacios recubridores la forman
aquellos para los cuales P* TI (X, x) es un sub grupo normal de TI(X, x). [Obsér-
vese que esta condición es independiente de la elección del punto x E:: p-l (x)].
Un tal espacio recubridor se llama regular.
Ejemplos
7.1 Consideremos el espacio recubridor (R., p) del círculo S" definido por p(t) =
(sen t, cos D, para todo tE R (véase ejemplo 2.1). Puesto que la recta real R es contráctil,
es simplementé conexa. Por tanto (R, p) es un recubrimiento universal de S', y podemos
aphcar el corolario' 7.5. Determinemos el grupo de automorfismos de este espacio recu-
bridor. De la periodicidad de las funciones sen·t y cos t, resulta que la «traslación»
Tn : R -> R definida por T~(t) = t + 2n1l: es un automorfismo, para todo n. Más aún, es
claro que, si x es un punto cualquiera de S' y t, Y t 2 son dos puntos arbitrarios de p-' (x),
entonces existe un entero n tal que TnCt,) = t,. Esto implica que todo automorfismo del
espacio recubridor (R, p) es una de estas traslaciones (véase lema 6.1 y corolario 6.2).
Puesto que el grupo de todas estas traslaciones {Tn : n E Z 1 es evidentemente cíclico in-
finito, hemos demostrado de nuevo que 1I:(S') es cíclico infinito. En la demostración de la
segunda parte de este resultado en la sección II.5, se usaban ya, aunque de manera en-
cubierta, algunas de las ideas de la teoría de Espacios recubridores. En efecto, la noción
de argumento a(z), para todo z E S" contiene implícitamente la de espacio recubridor
(R, p) de S'; y el razonamiento expuesto para definir el grado de un camino cerrado
de S' lleva consigo la elevación de dicho camino de S' al espacio recubridor (R, p).
7.2 Designemos por p : S2 -> P la aplicación natural de la 2-esfera en su espacio co-
ciente, el plano proyectivo; entonces (S', p) es un espacio recubridor de P (véase ejem-
Espacios recubridores y espacios cocientes
plo 2.5), y, puesto que S' es simplemente conexo, es un recubrimiento universal. Puesto
que es un espacio recubridor de dos hojas, el grupo fundamental n<P) y el grupo de
automorfismos tienen que ser ambos de orden 2. Es evidente que el grupo de automor-
fismos está generado por la aplicación antipodal T : S' --> S" T(x, y, z) = (-x, -y, -z).
Ejemplos
8.1 Sea Y = R la recta real, y, para cada entero n, definamos <pn: R -> R por
<pn(X) Sea G = ¡<pn : n E z) . Entonces G es un grupo propiamente discontinuo de
= x + n.
homeomorfismos de R; en efecto, si para cada x E R designamos por U el intervalo
abierto (x -1/3, x + 1/3), los entornos <pn(U) son dos a dos disjuntos. Por tanto, por la
proposición que acabamos de demostrar, R es un espacio recubridor regular del espacio
cociente R/G. Los resultados de la sección 4 del Apéndice A implican que R/G es homeo-
morfa al espacio cociente del intervalo unidad cerrado [O, 1] obtenido identificando los
dos extremos del intervalo. Así pues, R/G es un círculo. Hemos probado de nuevo que
el recubrimiento universal de un círculo es la recta real, y que el grupo de automor-
fismos es cíclico infinito (véase ejemplo 7.1l.
8.2 Sea Y = sn, la n-esfera unidad en el (n + ll-espacio euclídeo, y T: Sn .... Sn la
aplicación antipodal definida por T(x) = - x, para todo x E S". Evidentemente T' es la
Espacios recubridores y espacios cocientes 165
Concluimos esta sección con dos ejemplos que nos ilustrarán algunas de las
posibilidades de la proposición 8.2. En el primer ejemplo, se demuestra que el
espacio cociente Y jG no tiene por qué ser de Hausdorff, aun cuando el espa-
cio Y verifique todos los axiomas de separación. Damos un ejemplo de esto
en el caso en que Y es el plano euclídeo R2 y G un grupo propiamente discon-
tinuo de homeomorfismos de R2 cíclico infinito.
Ejemplos
8.3 Empecemos considerando el siguiente sistema de ecuaciones diferenciales ordina-
rias en el plano (x, y):
dx
dt
dy
= sen x.
dt
y = sec X +e
para los distintos valores de la constante de integración C. y las líneas verticales
X (n + t)7r
166 Espacios recubridores
I
I
3
-2"/T -'Ir
e
-t7r
----t-----
FIGURA 5.2
Diagrama para los ejemplos 8.3 y 8.4.
Espacios recubi'idores regulares y espacios cocientes 167
para todo entero 1L Podemos considerar este sistema de ecuaciones diferenciales como las
ecuaciones del movimiento de una partícula en el plano; t representa el tiempo, y (x, y)
son las coordenadas de la partícula en el instante t. La partícula debe moverse a lo largo
dé una de las curvas integrales. El que se mueva sobre una curva u otra depende de la
posición inicial.
Mediante esta ecuación diferencial, definiremos una operación del grupo aditivo de
los números reales, R, sobre el plano euclídeo. Para todo número real t y todo punto
(x, y) del plano, definimos t . (x, y) como la posición en el instante t de la partícula que
estaba en el punto (x, y) en el instante O. Se tiene
Además, la aplicación R X R' -+ R' definida por (t, (x, y» -+ t . (x, y) es continua (es in-
cluso diferenciable), como resulta de los teoremas corrientes sobre ecuaciones diferencia-
les. Es también inmediato que R opera sobre el plano sin puntos fijos.
Consideremos ahora la acción del subgrupD Z de R sobre el plano; obtendremos así
el ejemplo deseado.
Probamos primero que la acción de Z sDbre R' es propiamente discontinua. Dado un
punto arbitrario P = (x, y), sea C la única curva integral que pasa por P. Sean C, y C,
dos curvas integrales próximas, una por cada lado de C. Sea T o una curva suficiente-
mente regular que pase por P y sea ortogonal a todas las curvas integrales entre C, y C,
Para todo número real t, pongamos T, = t . T o• Sea U un entorno de P acotado por
T~1/3J T+!/3J Y las curvas e, y C,. Entonces se ve fácilmente que los sucesivos «trasladados»
de U
{n' U: n E Z}
son dos a dos disjuntos.
Demostraremos que sus imágenes en el espacio cociente R'iZ no poseen entornos disjun-
tas. Para ello basta probar que, dados entornos arbitrarios N, de P, y N, de P" existe un
punto de N, equivalente, por la acción del grupo Z, a un punto de N,. En efecto, consi-
deremos para cada número pequeño a > O, los dos puntos « ni2) - a, O) y (- (ni2) + a, O).
Estos dos puntos están evidentemente sobre una misma curva integral. ¿Durante cuánto
tiempo se ha de desplazar, a lo largo de una curva integral, una partícula situada en el
punto ( - (ni2) + a, O) para que llegue al punto «ni2)- a, O)? Para calcularlo basta
calcular durante cuánto tiempo se ha de desplazar su proyección sobre el eje x desde la
primera posición a la segunda. Puesto que dxidt = cos' x, el tierno en cuestión viene
dado por la integral
Úr/2)-a dx J
! - ("./2) +a COs 2 X
[ t an x ("./2)-a
-("./2)+a
2 tan
168 Espacios recubridores
De esta fórmula, que nos da el tiempo transcurrido, podemos sacar varias conclusiones:
s = {(X, y) : - ~ ~ X ~ + ~}
en sí misma. Formamos ahora el espacio cociente de S obtenido al identificar los puntos
(n/2, y) Y (-n/2, -y), para todo número real y. El espacio cociente es una banda de
M6bius sin borde (una superficie no compacta). Además, se ve fácilmente que la
acción del grupo Z sobre S es compatible con las identificaciones, y, por tanto, Z actúa
sobre el espacio cociente. Evidentemente que Z opera sin puntos fijos sobre la banda
de M6bius abierta, y que la órbita de todo punto x (es decir, el conjunto de todos los
puntos n . x para n E Z) es un sUbconjunto cerrado y discreto. El razonamiento del úl-
timo ejemplo para demostrar que el espacio cociente no era de Hausdorff, puede apli-
carse a este ejemplo para demostrar que el punto (n/2, O) [que está identificado con el
(-n/2, O)], no tiene ningún entorno U tal que los conjuntos n . U, para n E Z, sean dos
a dos disjuntos. Por tanto, la acción del grupo sobre la banda de M6bius no es propia-
mente discontinua.
j(x)
g(x)
Ij(x) I
Corolario 9.3 Supongamos que f : S" -+ R" es una aplicación continua. En-
tonces, existe un punto x E Sn tal que f(x) = fe-x). En particular f no es in-
yectiva.
donde f , (x), ... , f,,(x) son funciones reales continuas sobre S". En consecuen-
cia, podemos reformular el corolario en los siguientes términos: Sean f f 2 , oo. fn
funciones reaLes continuas sobre S". Entonces existe un punto x E Sn" tal que
f¡(x) = f¡(-x) para i = 1, ... , n. Por ejemplo, si f , (x) y f 2 (x) representan la
temperatura y la presión barométrica en un cierto instante en un punto arbi-
trario x de la superficie terrestre, y suponemos que tanto la temperatura como
la presión barométrica varían con continuidad sobre la superficie de la tierra,
entonces podemos afirmar que existe un par de puntos antipodales en la super-
ficie de la Tierra i que simultáneamente tienen la misma temperatura y la
misma presión! Este teorema es topológico por excelencia; en su enunciado
y demostración sólo aparecen hipótesis topológicas.
170 Espacios recubridores
S2 ~ Si
lp2 lpl
P2 --7 SI
g
Obsérvese que (S2, P 2 ) y (S', P,) son espacios recubridores de dos hojas, de
P 2 y S' respectivamente, como resulta de la proposición 8.2 (tomando G como
un grupo cíclico de orden 2). Llegaremos ahora a una contradicción razonando
sobre el homomorfismo
Es evidente que para demostrar el teorema del punto fijo de Brouwer (véa-
se Capítulo II) y el teorema de Borsuk-Ulam en los casos en que n > 2, nece-
Teorema de existencia de espacios recubridores 171
.r;x~ ~
x/p
Por hipótesis, (Y, q) es un espacio recubridor de X, y por la propOSlClOn 8.2,
(Y, r) es un espacio recubridor de X. Un sencillo razonamiento nos muestra.
que (X, p) es un espacio recubridor de X (véase ejercicio 6.4). Puesto que (X, p)
es un espacio recubridor de X, el grupo 7t(X, x) opera por la derecha sobre el
conjunto p-l(X). Sea X = rey) E p-l(X). Resulta de la construcción de X, que
el subgrupo de isotropía de 7t(X, x) correspondiente al punto x es precisamente
el subgrupo G. Pero esta condición equivale a que p -l< 7t(X, x) = G (véase sec-
ción 7). C.Q.D.
COI1sideremos ahora el siguiente problema: Dado un espacio topológico X,
¿ admite siempre un recubrimiento universal? Deduzcamos, en primer lugar,
una condición necesaria bastante simple. Sea (X, p) un recubrimiento univer-
sal de X, x un punto arbitrario de X, x un punto de p-l(X), U un entorno ele-
mental de x, y V la componente de p-l(U) que contiene el punto x. Tenemos,
entonces, el siguiente diagrama conmutativo de grupos fundamentales:
1f(U, x) -¿ 1f(X, x)
'*
Puesto que p I V es un homeomorfismo de V sobre U, (p I V) * es un isomor-
fismo. Obsérvese también que, por hipótesis, 7t(X, x) = {1}. De esto y de la
conmutatividad del diagrama se deduce que i * es un homomorfismo trivial;
es decir, imagen de i-l< = {1}. Por consiguiente, el espacio X tiene la siguiente
propiedad: Todo punto x E X posee un entorno U tal que el homomorfismo
7t(U, x) -+ 7t(X, x) es triviaL Un espacio con esta propiedad se llama semilocal- .
mente simplemente conexo. 2 Esta definición puede también redactarse en los
siguientes términos: Un espacio X es semilocalmente simplemente conexo si y
sólo si cada x'c X admite un entorno U tal que todo lazo en U puede con-
traerse a un punto en X.
Damos a continuación un ejemplo de un espacio que es conexo y localmente
arco-conexo, pero no es semilocalmente simplemente conexo. Para cada entero
positivo n, pongamos
en = {(X, y) E R2 :
es decir, en es un círculo de radio l/n con centro en el punto (l/n, O). Designe-
mos por X la unión de los círculos en, para todo entero positivo n. Entonces X
no es semilocalmente simplemente conexo; el punto (O, O) no posee ningún. en-
torno que verifique la propiedad requerida.
Afortunadamente, la mayoría de los espacios topológicos que surgen en los
problemas de otras ramas de la Matemática, en los que aparecen espacios recu-
bridores, son semilocalmente simplemente conexos. Por ejemplo, todas las va-
riedades y las variedades con borde tienen esta propiedad.
Probaremos ahora que esta condición necesaria para la existencia de un re-
cubrimiento universal, es también suficiente.
DEMOSTRACIÓN: En virtud' del lema 10.1, basta probar que X admite un re-
cubrimiento universal. Lo haremos por una construcción directa. Para motivar
esta construcción intentamos describir cómo podría haberla descubierto un an-
tiguo topólogo.
Supongamos por el momento que X admite un recubrimiento universal
eX, p). Elijamos un punto base :Eo E g, Y pongamos Xo = p(xo). Puesto que X
es arco-conexo, para todo punto y E X existe una clase de caminos o: con ori-
gen Xo y extremo y. Puesto que X es simplemente conexo, esta clase de cami-
nos es única. Consideremos ahora la función que asigna al punto y la clase
de caminos p"" (o:) de X. En virtud de los lemas 3.1 y 3.3 se trata de una aplica-
ción biyectiva de Y sobre el conjunto de clases de caminos de X con origen xI)'
Por tanto, podemos identificar los puntos de X con las clases de caminos de X
con origen el punto x O' Esta simple observación es la base de la siguiente de-
mostración.
Sea X o un punto de X. Definimos X como el conjunto de todas las clases de
equivalencia de caminos o: de X que tienen X o como origen. Definimos una
función p : X ---'> X poniendo p(o:) igual al extremo de la clase de caminos 0:.
Demostraremos ahora que podemos dotar a X de una topología que lo haga
simplemente conexo, y tal que (X, p) sea un espacio recubridor de X.
174 Espacios recubridores
111.1 Probar que, para todo entero positivo n existe una superficie no compacta S y
un grupo propiamente discontinuo G de homeomorfismos de S tal que G es un grupo
abeliano libre de rango 2n, y S/G es una superficie compacta orientable de género n.
Proposición 11.2 Con las hipótesis anteriores, p-l(A) es conexo [es decir,
A = p-l(A)] si Y sólo si el subgrupo i*1l:(A, a) tiene elementos comunes con
toda cIase lateral del subgrupo p* 1l:(X, i'i).
Ejemplos
11.1 Supongamos que ex, p) es un espacio recubridor regular de X; entonces (A, p')
es un espacio recubridor regular de A. En efecto, si P*"!t(X, iD es un sub grupo normal de
"!t(X, a), entonces i",'[p"rc(X, iD] es un subgrupo normal de "!teA, a). Obsérvese que el
grupo de automorfismos de Oí, p') puede considerarse como un sub grupo del grupo de
automorfismos de ex, p). En este caso, p-'(A) es conexo si y sólo si el homomorfismo de
grupos cocientes
para todo punto (x, y) E R'. Sea A el subconjunto de S' X S' formado por todos los~ pun-
tos (u, v) tales que u = (1, O) o v = (1, O). Entonces A es la unión de dos círculos con un
solo punto común; y n(A) es un grupo libre de dos generadores. En el Capítulo IV hemos
demostrado que i.k : TICA) --7 n.(X) es un epimorfismo, y su núcleo es el subgrlmo conmu-
tador de n(A). En este caso A = p~'(A) es la unión de las líneas horizontales y = entero,
y las líneas verticales x = entero. En consecuencia, (A, p) es esencialmente el espacio re-
cubridor correspondiente a la primera parte del ejemplo 2.7. Vemos entonces, por la pro-
posición 11.1, que (Á, p) es el espacio recubridor regular de A correspondiente al sub-
grupo conmutador de TI(A).
FIGURA. 5.3
Diagrama para el ejemplo 11.7.
Este ejemplo podría ser modificado de muchas maneras: (a) En lugar de tomar el
recubrimiento universal del toro, podríamos tomar cualquier otro espacio recubridor.
(b) En lugar de tomar X = S' X S', podríamos tomar como X el producto de n ejemplares
de S', y como A el subconjunto de X formado por todos los puntos con (n - 1) coorde-
nadas iguales a (1, O). Entonces A es la unión de n círculos con un solo punto común.
Dejamos al lector los detalles de estas modificaciones.
11.7 Sea X un conjunto compacto que sea la adherencia de la región de R' acotada
por una superficie orientable de género 2 (sumergida de manera ordinaria), y A la super-
ficie borde (véase figura 5.3). Geométricamente es evidente que la unión de los dos círcu-
los a y b de la figura 5.3 es un retracto de deformación de X. Así pues, TI(X) es un grupo
libre generado por las clases de equivalencia de los caminos cerrados a y b. En el Ca-
pítulo IV hemos demostrado que TI(A) es un grupo generado por las clases de equiva-
lencia de los cuatro lazof a, b, c y d, sujetos a una relación. Por tanto, i" : TI(A) --7 TI(X)
es un epimorfismo y su núcleo es el menor sub grupo normal que contiene las clases de
equivalencia de los caminos c y d. Si (X, p) es un espacio recubridor de X, podemos
aplicar las proposiciones 11.1 y 11.2 al espacio recubridor (A, p') inducido sobre A. Puesto
que la unión de los dos círculos a y b es un retracto de deformación de X, según el
ejemplo 11.5 el problema de construir un espacio recubridor de X es equivalente al de
construir un espacio recubridor de la unión de dos círculos con un solo punto común.
Estos espacios recubridores son relativamente más fáciles de imaginar; dejamos al lector
18 construcción de ejemplos.
Topología conjuntista de los espacios recubridores 179
los
En esta sección consideraremos algunos resultados sobre la topología conjun-
tista de los espacios recubridores, que son útiles en determinadas situaciones
y que no son del todo inmediatos. Supongamos, como en el resto del capítulo,
que todos los espacios son conexos y localmente arco-conexos.
tal que, para cada subintervalo [ti, ti+,], f([ti, ti+lJ) está contenido en uno de
los abiertos Ui ; para ser precisos, para cada i = 1, 2, ... , n, elijamos un con-
junto abierto Ua(i) tal que
~ = 1, 2, ... , n.
a = cqa2 ... a n ·
y los caminos
unen puntos distinguidos en los conjuntos Ua(1) , Ua(2), •.• , Ua(n); así pues, cada
uno de ellos es equivalente a un camino distinguido [por la observación (b)],
y por tanto hemos demostrado que (J.. puede expresarse como un producto de
caminos distinguidos.
Ejercicio
12.1 Probar que, si X es semilocalmente simplemente conexo y compacto, entonces el
grupo fundamental de X está finitamente generado.
Puesto que 1dX) es numerable, todo subgrupo de -¡¡;(X) tiene índice nume-
rable, y por tanto todo espacio recubridor de X tiene a lo sumo una infinidad
numerable de hojas. Así, pues, para completar la demostración basta probar
el siguiente lema.
Lema 12.3 Con las hipótesis y notaciones anteriores supongamos que (Y, p)
.es un espacio recubridor regular de Y, o bien que Y es semilocalmente simple-
mente conexo. Si Y tiene la topología más fina que hace continuas todas las
aplicaciones h, entonces Y tiene la topología más fina que hace continuas todas
las aplicaciones h i·
no vacíos.
Obsérvese que los conjuntos V", son dos a dos disjuntos. Además, obsérvese que
es un subconjunto cerrado de X, que debe ser, por tanto, compacto. Más aún,
{V", : <p E G} es un recubrimiento abierto de e y, por tanto, debe admitir un
sub-recubrimiento finito. Pero esto sólo puede ser cierto si todos los conjuntos
f-l<p-l(W) son vacíos salvo un número finito.
U f¡:/(A) = U f¡:/¡p-I(A).
i 'f'EG
En virtud de la afirmación 2, 1;:jI cp'-' (W) es no vacío sólo para un número finito
de cP E G; por tanto, f;:jI cp-' (A) es no vacío sólo para un número finito de
cp E G. En consecuencia, en la ecuación (5.12-1), el segundo miembro es una
unión finita de conjuntos cerrados. Por tanto, el primer ;miembro es cerrado.
Probaremos ahora el lema en el caso en que (Y, p) sea un espacio recubri-
dor no regular; supongamos, en este caso, que Y sea semilocalmente simple-
mente conexo. Existe, entonces, un recubrimiento universal (Y, q) de Y, y una
aplicación r : Y ---+ Y tal que (Y, r) es un espacio recubridor de Y; por tanto,
Y tiene la topología cociente determinada por r. Podemos ahora aplicar lo que
acabamos de demostrar, para deducir que el espacio recubridor Y tiene la
topología más fina que hace continuas ciertas elevaciones X A --+ Y. Para com-
pletar la demostración podemos entonces aplicar el lema 2.4 del Apéndice A,
a la aplicación r : Y ---+ Y. C.Q.D.
Ejemplo
12.1 Toda superficie compacta M es un espacio cociente de un disco poligonal D por
una aplicación
f:D ..... M
fi : D ---+ M, pfi = f,
de f. Entonces, en virtud del lema 12.3, M tiene la topología más fina que hace continuas
todas las f¡. Obsérvese que las imágenes f;(D) recubren M. Cada una de estas imágenes
se llama un dominio fundamenta! de M. (Véase también el ejemplo 2.6,)
Ejercicios
12.2 Sea X un espacio conexo y localmente arco-conexo, y (X, p) un espacio recu-
bridor de X. Probar que, si X verifica una de las siguientes propiedades, también la
verifica X:
(a) Hausdorff.
184 Espacios recubridores
(b) Regular.
(e) Completamente regular.
(d) Localmente compacto.
12.3 Sea X un espaci~ conexo y localmente arco-conexo y (X, p) un espacio recu-
bridor de X. Probar que X es compacto si y sólo si X es compacto y el espacio recubri-
dar tiene sólo un número finito de hojas.
12.4 Sea X un espacio métrico separable, conexo, localmente arco-conexo y semilo-
calmente simplemente conexo. Probar que todo espacio recubridor de X es también mé-
trico separable. (INDICACIÓN: Usar el teorema de metrización de Urysohn :vi Tychonoff:
un espacio es métrico separable si y sólo si es regular y tiene una base de abiertos nu-
merable.)
NOTAS
Espacios recubrldores ramificados
Es natural preguntarse si la hipótesis que hemos impuesto a lo largo de todo este capí-
tulo, de que los espacios que aparezcan sean todos localmente arco-conexos podría ser
debilitada u omitida. Este problema ha sido considerado por varios autores. Por ejemplo,
en el libro de Chevalley [1], la hipótesis de localmente arco-conexo se reduce a la de
localmente conexo. Otros trabajos que tratan este tema son los siguientes:
B. Banaschewski. Math. Nachr., 15, 1956, pp. 175-180.
J. Dugundji. Proc. Nat. Acad. Sci. U.S.A., 36, 1950, pp. 141-143.
J. Gil de Lamadrid y J. P. Jans. Proc. Amer. Math. Soc., 10, 1959, pp. 710-715.
C. N. Lee. Duke Math. J., 24, 1957, pp. 547-554.
R. S. Novosad. Trans. Amer. Math. Soc., 79, 1955, pp. 216-228.
S. Lubkin. Trans. Amer. Math. So c., 104, 1962, pp. 205-238.
Estos autores hacen referencia a trabajos más antiguos sobre el tema. Muchos de estos
trabajos son resúmenes, y no se ha intentado reconstruir toda la teoría con estas hipótesis
más débiles.
Hasta ahora no se ha probado que las ideas desarrolladas en estos trabajos sean im-
portantes, porque en las situaciones en que la teoría de espacios recubridores se aplica
de manera natural, los espacios involucrados verifican todas las condiciones locales que
uno pueda desear. Desde Juego, puede suceder que alguien, en el futuro, necesite aplicar
la teoría de espacios recubridores a espacios que sean localmente «malos».
El lector debería prestar atención al ejemplo, debido a E. C. Zeeman, dado en la
página 258 de Hilton y Wylie [2]. Este ejemplo muestra que la hipótesis de que Y sea
localmente conexo, en el teorema 5.1, es necesaria.
En el ejercicio 6.3 hemos demostrado que, si X es un espacio con grupo fundamental n(Xl
abeliano, entonces existe una ordenación parcial natural de las clases de isomorfía de
Topologia conjuntista de los espacios recubridores 185
espacios resoubridores de lf. Definimos óL p,) ~ (iE-" p,) si y sólo si existe un homomor-
fismo de (X" p,) sobre (X" p,). Con esta ordenación parcial las clases de isomorfía de
espacios recubridores constituyen un retículo isomorfo al retículo de todos los sub grupos
de n(X).
Este resultado permanece cierto si imponemos la hipótesis, ligeramente más débil, de
que el grupo fundamental de X sea hamiltoniano; es decir, que todo subgrupo de n(X)
sea normal. Para la estructura de los grupos hamiltonianos, véase M. Hall, The Theory oi
Groups (New York: Macmillan, 1939), p. 190.
Si intentamos extender este resultado a grupGS más generales, encontraremos serias
dlficultades. Por ejemplo-,- puede §..uceder q1.!..e existan ~espacios recubridores (X" p,) y
(X" p,) de X tales que (X" p,) ~(X" p,) y (X" p,) ~ (X" p,), pero (X" p,) y Cl'i oe p,)
no sean isomorfos. Esto se puede conseguir de la siguiente manera. Elijamos un punto
base x E X, y supongamos que existen puntos x" xf E p,-'(x) y x" x: E p, -'(x) con las
siguientes propiedades:
(a) Los subgrupos p,*n(X" x,) y p,*n(X" x,l no son subgrupos conjugados en n(X, x).
(b) Se verifican las siguientes relaciones de inclusión
El lector que esté familiarizado con la teoría de espacios fibrados y con la teoría de
fibrados, reconocerá que, tal como lo hemos definido, un espacio recubridor es un espacio
fibra do localmente trivial con fibra discreta. Así, la teoría de espacios recubridores puede
considerarse como un capítulo de la teoría general de espacios fibrados. Podemos también
considerar que un espacio recubridor (X, p) de X es un fibrado con grupo estructural n(X)
y fibra el espacio homogéneo discreto TI(X)/p",n(X). Los espacios recubridores regulares
corresponden, entonces, a los fibrados principales. Este tema viene tratado en el libro
The Topology of Fibre Bundles de N. E. Steenrod (Princeton, N.J.: Princeton University
Press, 1951); especialmente en las secciones 13 y 14.
Para todo espacio X y todo punto x" E X, se designa por 1t,,(X, x o ) el conjunto de todas
las clases de homotopía de aplicaciones (S", y,,) -> (X, x o), donde Yo E S", y se sobreen-
tiende que todas las homotopías son relativamente al punto base Yo elegido (véase la sec-
ción HA para la definición de homotopía relativa). Obsérvese que, para n = 1, 1t,cX, x,) =
1t(X, x,,) es precisamente el grupo fundamental. Se puede también definir de manera
natural una suma en 1t,,(X, x o ) para n > 1, de manera que se obtiene un grupo abeliano,
llamado el n-ésimo grupo de homotopía de X. Se verifica que, si (X, p) es un espacio
recubridor de X, la proyección p induce un isomorfismo de TI.(X, x) sobre n".(X, p(x»,
para todo punto x E X y todo entero n > 1. La demostración es una simple aplicación
del teorema 5.1. Si ep : (S", y,,) -> (X, p(x» e~ una aplicación continua arbitraria, entonces
existe una única aplicación iP : (S", y,,) .... (X, x) tal que p (¡i = ep. Más aún, dos cuales-
quiera de tales aplicaciones ep", epI : (S", Yo) -> (X, p(x» son homotópicas (relativamente
a Yo) si y sólo si las correspondientes elevaciones qio, ij)1 : (S", y,,) -'> (X, x) lo son.
Este resultado es a menudo útil en el estudio de los grupos de homotopía de orden
superior.
186 Espacios recubridores
BIBLIOGRAFíA
1. Chevalley, C. The Theory of Lie Groups l. Princeton, N. J.: Princeton University Press,
1946. Capítulo n, secciones VI-X.
2. Rilton, P. J., y S. Wylie. Homo!ogy Theory, An lntroduction to A!gebraic Topo!ogy.
Cambridge: The University Press, 1960. Capítulo 6.
3. Seifert, R., y W. Threlfall. Lehrbuch der Topo!ogie. New York: Chelsea, 1947. Capí-
tulo 8.
4. Kinoshita, S. «Notes on Covering Transformation Groupsll. Proc. Amer. Math. Soc., 19,
1968, págs. 421-424.
5. Gray, W. J. «A Note on Covering Transformationsll. Indag. Math., 31, 1969, págs. 283-284.
1
187
188 El grupo fundamental y espacios recubridores de un grafo
2 lJe1:1m.clojnes y
Ejemplos
2.1 Para cada entero n > O, designemos por Cn el círculo del plano xy con centro en
el punto (l/n, O) y radio l/n. Es tangente al eje y en el origen. Designemos por X la
unión de todos los círculos C", n > O. Sea X" = ¡ (O, O) l; es decir, hay un solo vértice.
Entonces se verifican las condiciones (a), (b) y (c), pero no la condición (cH. El estudiante
puede e~contrar un conjunto A que no sea cerrado en X, pero que, para toda arista ei,
A n ei sea cerrado.
2.2 Usando coordenadas polares (r, 8) en el plano, sea
1
y
n
para todo entero n > O. Pongamos
x U en,
n=l
donde en designa la adherencia de en en la topología del plano. Definimos X", como for-
mado por el origen y los puntos (r, e)= (1, l/n), para todo n > O. Nuevamente se verifi-
can las condiciones (al, (bl y (el, pero no la (dJ.
2.3 Sea X = R la recta real, y X" el subconjunto de los puntos de coordenada entera.
Entonces se verifican todas las condiciones (al-(d). Dejamos como ejercicio para el lector
la comprobación de (d).
Propiedades básicas de los grajos 189
Entonces, cada A, es una recta vertical del plano, y cada B" una recta horizontal. Sea X
la unión de todas estas rectas, y X" el conjunto de todos los puntos de intersección de
rectas horizontales y verticales; es decir, el conjunto de los puntos del plano de coorde-
nadas enteras. Entonces, se verifican las condiciones (a)-(d).
En los ejemplos 2.1 y 2.2 podemos definir una nueva topología en el espa-
cio X, de manera que en cada caso se verifique la condición (d). En el ejem-
plo 2.1 no cambiamos la topología de los círculos en; entonces, definimos un
conjunto A e X como cerrado si y sólo si A n en es cerrado en en, para todo n:
Podemos proceder de manera análoga en el ejemplo 2.2, tomando las aristas en
en lugar de los círculos en. El lector comprobará que, en cada caso, X es un
espacio de Hausdorff.
Dejamos para el lector la construcción de ejemplos de grafos con un nú-
mero finito de vértices y aristas. Puede probarse que todo grafo de este tipo
es homeomorfo a un subconjunto del 3-espacio euclídeo. No vamos a demos-
trarlo, ya que no utilizaremos para nada este resultado.
Obsérvese que, si X es el espacio de un grafo, se puede dar a X estructura
de grafo, de muchas maneras distintas. Por ejemplo, si X = [0, 1], podemos
tomar XO = {O, 1/ 2, 1}, o bien X" = {O, 1/3' 2/ 3, 1}; es decir, podemos subdi-
vidir el intervalo unidad en dos o tres subintervalos. En general, si X" y X'o
son dos elecciones distintas de vértices en un espacio X, decimos que (X, X'O)
es una subdivisión de (X, XO) si X" e X'o. Es evidente que todo grafo puede
subdividirse, intercalando nuevos vértices en algunas o todas las aristas.
Ejercicios
2.1 Sea X un grafo e Y un espacio topológico. Probar que una función f : X --;. Y es
continua si y sólo si f I ei es continua, para cada arista e, de X.
2.2 Sea X un grafo e 1 el intervalo unidad [O, 1J. Probar que un subconjunto
A e X x 1 es cerrado (abierto) si y sólo si, para toda arista e y todo vértice v de X,
A n (e xl) y A n (v x n son cerrados (abiertos>.
2;3 Sea X un grafo e Y un espacio topológico. Probar que una función f: X X 1 -7 Y es
continua si y sólo si, para toda arista e y todo vértice v de X, son continuas las funcio-
nes f I e x 1 y f I v X l.
Lema 3.1 Todo punto de un grafo tiene una base de entornos contráctiles.
DEMOSTRACIÓN: El lema es claro para los puntos interiores de una arista y
para los vértices aislados. Sea v un vértice no aislado y U un conjunto abierto
que contenga a v. Debemos encontrar un entorno V de v que sea contráctil, y
tal que V e U. Para cada arista e incidente con v, U n é es un entorno abierto
de v en é. Elegimos V de manera que V n é sea un entorno abierto contrác-
til de v en é, V n é e U n é, y que para cada arista e' no incidente con v,
V n é' = <1>. Esta elección es manifiestamente posible, en virtud de la condi-
ción (c). Por (d), V es un conjunto abierto. Falta probar que V es contráctil.
Para cada arista e incidente con v, elegimos una homotopía
IPe : (V n é) X I ~ V n é
IPe(X, O) = x,
IPe(X, 1) = v,
IPe(V, t) = v.
Entonces, definimos f : V X l -> l por
.f I (V n é) X 1 = IPe'
h o, h 1 : e -+ (O, 1)
Ejercicios
3.1 Probar que todo subconjunto compacto de' un grafo está contenido en un sub grafo
finito.
3.2 Probar que un grafo es conexo si y sólo si todo par de vértices puede unirse por
un camino de aristas.
192 El grupo fundamental y espacios recubridores de un grafo
4 Arboles
f(x, O) = x,
mientras que sobre el lado e X {1} debemos tener
f(x, 1) = VI!'
Así tenemos los cuatro lados del cuadrado aplicados sobre el espacio simple-
mente conexo T(v 1 ) U T(v 2 ) U e; en virtud del lema lI.S.l, la aplicación f
puede extenderse sobre el interior del cuadrado.
Mediante este proceso, podemos extender la aplicación f : TO X 1 ---7 T a una
aplicación f : T X 1 -> l. Falta probar que la aplicación así definida es con-
tinua. Pero, esto es consecuencia de que, para cada arista e, f es continua sobre
e X 1, Y de que T tiene la topología débil (comparar con el ejercicio 2.3).
C.Q.D.
Teorema 4.2 Sea X un grafo; entonces todo árbol ' contenido en X está
contenido en un árbol maximal ' de X.
U T,
,EA
Ejercicios
5.1 Sea T un triángulo del plano R' con vértices a, b, c. (a) Probar que el segmento
cerrado ab es un retracto de deformación de T. (b) Probar que la unión de los dos seg-
mentos cerrados ab y bc es un retracto de deformación de T.
5.2 Sea S una superficie compacta con borde, con una triangulación dada. Probar que
existe un grafo conexo finito X e
S tal que X es unión de aristas y vértices de la trian-
gulación, X es un retracto de deformación de S, y X tiene la misma característica de
Euler que S. Deducir de lo anterior que TI(S) es un grupo libre con 1 - X(S) generadores.
[INDICACIÓN: Sea T un triángulo de la triangulación dada tal que T tenga al menos una
de sus aristas contenida en el borde. Demostrar que S - T es un retracto de deformación
de T. (Hay dos casos, según que T tenga una o dos aristas contenidas en el borde.)
Utilizar el resultado del ejercicio anterior. Repitiendo sucesivamente este proceso, pode-
mos deshacernos de todos los triángulos. X es lo que queda al final.]
5.3 Sea X un grafo conexo, Y un sub grafo conexo, y v un vértice de Y. Probar que
es posible escoger generadores (ai) de TI(Y, v) y (b;) de TI~X, v) tales que TI (X, v) y
TI(Y, v) sean grupos libres sobre los conjuntos (b j ) y (ad, respectivamente, y el homo-
'morfismo i* : TI(Y, v) -> TI(X, v) aplique el conjunto de generadores (ad en el conjunto
de generadores {b j ) inyectivamente. En particular, i* es un monomorfismo. (INDICACIÓN:
Tomar un árbol maximal en Y y ampliarlo a un árbol maximal en X.)
5.4 Sean S y S' superficies compactas con borde tales que S' esté contenida en el
interior de S, cada componente de S - S' corte al borde de S, y exista una triangulación
La característica de Euler de un grafo finito 197
de S tal que S' sea unión de ciertos triángulos de esta triangulación. Probar es po-
sible encontrar generadores {ad de -¡¡;CS', x) y {b;} de -¡¡;(S, x) tales que , x) y
-¡¡;(S, x) sean grupos libres sobre los conjuntos {ai l y {b;), respectivamente, y el homo-
morfismo i* : -¡¡;(S', x) -> -¡¡;(S, x) aplique el conjunto de generadores {ai} en el conjunto
de genera<;lores {b;), inyectivamente. (INDICACIÓN: Llevar a cabo el proceso de elimina-
ción de triángulos descrito en el ejercicio 5.2, de manera que eliminemos los triángulos
de S - S' antes que los de S' . .Con este método, reducimos el problema al del jercicio 5.3.)
Observación: Puede demostrarse que las hipótesis sobre la existencia de una cierta trian-
gulación de S, se verifican siempre automáticamente.
5.5 Sea S una superficie no compacta con una triangulación dada. Probar que existe
una sucesión S" S" S" ... de superficies compactas con borde contenidas en S, con las si-
guientes propiedades: (a) Para cada n, SM está contenida en el interior de SM+1' (b)
s = U Sn ..
n=l
(e) Cada componente de SM+' - SM corta al borde de SM+1' (d) Cada superficie Sn puede
triangularse de manera que SM-1 sea unión de triángulos de la triangulación dada. (rNDICA-
CACIÓN: Construir SM por inducción respecto de n. Tomar S, como un triángulQ de la trian-
gulación. Suponer que hemos construido S" ... SM de manera que verifiquen las condiciones'
dadas. Construir SM+1 adjuntando triángi.llos y piezas de triángulos a SM' Para que se satisfa-
ga la condición (c) en el siguiente paso de la construcción, elegir SM+1 de manera que veri-
fique la siguiente condición: la adherencia de cada componente de S - SM+1 es no compacta.
Obsérvese que, puesto que en toda triangulación de S hay sólo una infinidad numerable
de triángulos, no es difícil satisfacer la condición (b),)
5.6 Utilizar los ejercicios 5.4 y 5.5. para demostrar que el grupo fundamental de toda
superficie no compacta (que pueda triangularse) es un grupo libre con una infinidad
numerable de generadores. (INDICACIÓN: Observar que en la construcción del ejercicio 5.5,
si e es un subconjunto compacto de S, entonces existe un entero n tal que C e 3M. Por
tanto, se puede aplicar el resultado del ejercicio HA.lI).
5.7 Supongamos que S es una superficie triangulable no compacta que sea simple-
mente conexa. Probar que, si aplicamos a S la construcción del ejercicio 5.5, entonces
cada Sn es homeomorfo al disco unidad E'. (INDICACIÓN: Utilizar el ejercicio 5.6 y el teore-
ma de clasificación de superficies compactas con borde, dado en la sección 1.10.)
Observación: Resulta de lo anterior que S es homeomorfa al plano R,'. En la demostra-
ción interviene el clásico teorema de Schonfliess.
x(X) = 1 - k.
Por otra parte, en virtud del teorema 5.2, re (X) es un grupo libre con k gene-
radores. Entonces, el teorema es inmediato.
Teorema 7.1 Sea X un grafo conexo con conjunto de vértices xo, (Y, p)
un espacio recubridor de X, e yo = p-l(XO). Entonces, Y es un grafo con
conjunto de vértices yo.
DEMOSTRACIÓN: Evidentemente que yo es un conjunto cerrado, discreto de Y.
Sea e una arista de X. Entonces, por el lema V.2.1, toda componente de p-l (e)
es un espacio recubridor de e. Pero, puesto que e es simplemente conexo, esto
significa que cada componente de p-l(e) se aplica homeomórficamente sobre e.
Espacios recubridores de un grafo 199
a b
(a)
(b)
VI
(e)
FIGURA 6.1
Ejemplo 7.1. Dos espacios recubridores regulares distintos de 6 hojas de un grafo.
(a) Espacio base. (b) Primer espacio recubridor. (e) Segundo espacio recubridor.
200 El grupo fundamental y espacios recubridores de un grafo
pequeña flecha que indique una orientación que coincida, por p, con la orien-
tación de a. Hagamos lo mismo con las aristas de p-l(b), p-l(C), etc. Designe-
mos a los vértices de p-'(U) con los símbolos U]' U 2 , U" ... , etc.
Ejemplos
7.1 En la figura 6.1 (a) se muestra un grafo y en las figuras 6.1 (b) y 6.1 (c) dos espa-
cios recubridores, con la notación que acabamos de describir. Aunque los dos espacios
recubridores son regulares de 6 hojas, no son isomorfos. Puede probarse que el grupo de
automorfismos del espacio recubridor de la figura 6.1 (b) es cíclico de orden 6, mientras
que el de la figura 6.1 (c) es un grupo no abeliano de orden 6. Sugerimos al lector que,
en cada caso, intente describir los diferentes automorfismos. Este ejemplo muestra la im-
portancia de las flechas para indicar las orientaciones de ~as aristas. Obsérvese que, a
partir de estos diagramas, es fácil ver la actuación del grupo 1t(X, V) sobre el conjunto
de vértices p-'(V).
7.2 En la figura 6.2 mostramos otro espacio recubridor del grafo de la figura 6.1 (a).
El lector probará que el grupo de automorfismos de este espacio recubridor consta única-
mente del elemento neutro.
bz
FIGURA 6.2
Ejemplo 7.2; un espacio recubridor no regular de 3 hojas de un grafo
x(X) = 1 - k
en virtud del teorema 6.2. Sea X un espacio recubridor de X que corresponda
al subgrupo F'. Entonces, X es un espacio recubridor de X de n hojas. Por lo
tanto,
x(X) = n . x(X) = n - nk.
Así, pues, F' es un grupo libre con
1 - x(X) 1- n + nk
generadores. C.Q.D.
202 El grupo fundamental y espacios recubridores de un grafo
8 Generadores de un un grupo
Sea
si nk < O,
si nk > O.
Entonces, imponemos la condición de que g' pertenezca también al sistema
(g' puede imaginarse como la palabra reducida obtenida suprimiendo la últi-
ma letra de g). Obsérvese que el 1 pertenece a todo sistema de Schreier.
Dejamos _al lector la comprobación de que el conjunto {p * (yv) : v es un
vértice de X} es efectivamente un sistema de Schreier en F; la demostración
no es difícil.
Recíprocamente, si G es un sistema de Schreier arbitrario en el grupo
libre F, tal que toda clase lateral F' . ex del subgrupo F' contenga a lo sumo
un elemento de G, entonces existe un único árbol T en X que contiene a v,
y verifica la propiedad
(6.8-1)
En esta expreSlOn, p" (yv) y p* (y",) son ambos elementos de G, y p" (e) es un
generador de F (esto es, un elemento del conjunto S). Obsérvese que, puesto
que la expresión entera representa un elemento del subgrupo F', (p * y,,) (p" e)
y (p "yv') pertenecen a la misma clase lateral de F'.
Podemos poner esta expresión en una forma algebraicamente más cómoda,
204 El grupo fundamental y espacios recubridores de un grafo
. (6.8-2)
Ejemplo
8.1 Sea F un grupo libre sobre un conjunto S de dos elementos: S = (81, 821; sea F:
el sub grupo conmutador de F. En este caso, el grafo X es una curva con forma de «S»,
formada por dos círculos con un punto común, y X es un grafo formado por las dos si-
guientes familias de rectas paralelas del plano: las rectas verticales x = m y las hori-
zontales y = n, donde m y n recorren todos los enteros (véase ejemplo 2.4). La aplica-
ción p : X --> X enrolla cada recta horizontal alrededor qel grculo s, y cada recta ver-
tical alrededor del círculo S,. Para la demostración de que (X, p) es un espacio recubri-
dar de X que corresponde al sub grupo conmutador de n(X), véase el ejercicio V.l1.6.
El grupo cociente FjF' es un grupo abeliano libre con dos generadores s, y s,. Pode-
mos, pues, tomar como representantes de las clases laterales los elementos s,'''s;', donde
m y n son enteros. Este conjunto es claramente un sistema de Schreier. El correspon-
diente árbol maximal en el grafo X consta de la unión del eje x y todas las rectas ver-
ticales x = m. Los elementos de la forma gs[<l>(gs)]-' son los siguientes:
¡
libre de dos generadores 81, S2), es un grupo libre sobre los generadores S;"S28¡82"ns1m-l,
donde (m, n) recorre todos los pares de enteros;;'" (O, O).
Ejercicios
8.1 Determinar un conjunto de generadores libres del sub grupo conmutador de un
grupo libre de n generadores ¡SI, 82, . . . , Sn ¡.
8.2 Sea F un grupo libre con dos generadores s" s,; ¿cuántos subgrupos de índice 2
tiene F? (INDICACIÓN: Todo sub grupo de índice 2 es normal y el grupo cociente es cíclico
de orden 2,) Determinar un conjunto de generadores libres para cada subgrupo de índi-
ce 2.. Interpretar los resultados obtenidos mediante grafos.
8.3 Sea F un grupo libre y N un sub grupo normal no trivial de índice infinito. Pro-
bar que N no es de generación finita.
8.4 Sea F un grupo libre con dos generadores a y b, Y designemos por S, el grupo
simétrico de grado 3 considerado como el conjunt0 de todas las permutaciones del con-
junto {1. 2, 3). Definimos un epimorfismo f:F -> S" poniendo fea) = 0,2) Y f(b) = (1,2,3),
donde O, 2) Y 0, 2, 3) son las notaciones usuales para permutaciones cíclicas. Aplicar el
teorema 8.1 para encontrar un conjunto de generadores libres del núcleo de f. Interpretar
los resultados obtenidos con auxilio de un espacio recllbridor de un grafo.
8.5 Sea F un grupo libre con dos generadores a y b, Y designemos por H un grupo
cíclico de orden 6 generado por x. Definimos un epimorfismo f: F --> H poniendo fea) = x'
y f(b) = x'. Aplicar e]' teorema 8.1 para encontrar un conjunto de generadores libres del
núcleo de f, e interpretar los resultados con auxilio de un espacio recubridor de un
grafo. Comparar los espacios recubridores de los ejercicios 8.4 y 8.5 (ambos son espacios
recubridores regulares de 6 hojas de una curva en forma de «8») con los del ejemplo 7.1.
8.6 Sea F un grupo libre con dos generadores a y b. Definimos una operación de F
sobre el conjunto ¡ 1, 2, 3) de la siguiente manera: a es la trasposición (1, 2) Y b la per-
mutación cíclica (1, 2, 3) (consideramos que los elementos de F operan por la derecha).
Sf)a F' el subgrupo de isotropía correspondiente al el~mento 1, es decir, el conjunto de
todos los elementos de F que dejan fijo el 1. Aplicar el teorema 8.1 para determinar un
conjunto de generadores libres de F', e interpretar los resultados obtenidos por medio
de grafos. (INDICACIÓN: Utilizar los resultados de la sección 2 del Apéndice B.J Comparar
con el ejemplo 7.2.
NOTAS
La mayor parte de los resultados sobre grupos libres que hemos dado en este capítulo,
son posteriores al año 1920, y constituyen, principalmente, el trabajo de tres hombres:
los matemáticos alemanes K. Reidemeister y O. Schreier, y el matemático danés J. Niel-
sen. La mayoría de artículos de Reidemeister y Schreier fueron publicados en la revista
Hamburger Abhandlungen, y los resultados fueron más tarde recopilados por Reidemeis-
ter en un libro [7].
El grupo fundamental y espacios recubriclores de un grafo
Uno de los teoremas más famosos sobre la topología de los grafos, fue probado por el
topólogo polaco K. Kuratowski, en 1930.
En la sección 2 hemos mencionado que todo grafo finito puede sumergirse topológica-
mente en el 3-espacio euclídeo. Sin embargo, no todo grafo puede sumergirse en el plano.
Damos a continuación dos ejemplos : .•
(a) Sea X un grafo con cinco vértices y diez aristas, tal que, para todo par de vérti-
ces distintos, hay una arista que los conecta.
(b) Sea Y un grafo con seis vértices (a, b, e, a', b', e' 1 y nueve aristas tales que existe
una arista que conecta cada uno de los vértices a, b, e con uno de los vértices
al, b/, e/.
Dejamos al lector la comprobación de que ni X ni Y pueden sumergirse en el plano
(aplicar el 'teorema de la curva de Jordan). El teorema de Kuratowski nos asegura que
todo grafo finito que no pueda sumergirse en el plano contiene un subgrafo homeomorfo'
a X o a Y. Para la demostración, véase Berge [1], Capítulo 21, o un trabajo de G. A. Dirac
y S. Schuster titulado «A Theorem of Kuratowski» (Proc. Kan. Neder! Akad. Weten.
(ser. A), 57, 1954, pp. 343-348). Este trabajo considera también brevemente el problema
de sumergir grafos numerables en el plano. También se consideran otras condiciones para
que un grafo pueda ser sumergido en el plano, en un trabajo de S. Mac Lane «A Struc-
tural characterization of Planar Combinatorial Graphs» (Duke Math. J., 3, 1937, pp. 460-
472). El teorema de Kuratowski fue generalizado a una clase más amplia de espacios
métricos compactos por S. Claytor «Peanian Continua Not Imbeddable in a Spherical
Surface» (Ann. Math., 38, 1937, pp. 631-646).
Nuestra definición de grafo dada en la sección 2, está escogida de manera que un grafo
sea un CW-complejo 1-dimensional en el sentido de J. H. C. Whitehead (<<Combinatorial
Homotopy, 1». Bul!. Amer. Math. Soc., 55, 1949, pp. 213-246). Estudiaremos con gran de-
talle los CW-complejos en el Capítulo VII.
BIBLIOGRAFíA
Teoría de grafos
1. Berge, C. The Theory oi Graphs and Its Applications. Trad. por A. Doig. New York:
Wiley, 1962.
2. Ore, O.Theory oi Graphs (Colloquium Publications, Vol. XXXVIII). Providence:
American Mathematical Society, 1962.
Topología
3. Hilton, P. J., y S. Wylie. Homology Theory, An Introduction to Algebraic Topo!ogy.
Cambridge: The University Press, 1960. Capítulo 6.
4. Seifert, H., y Threlfall. Lehrbuch der Topo!ogie. New York: Chelsea, 1947. Capítu-
los 7 y 8.
Teoría de grupos
5. Hall, M. The Theory oi Groups. New York: Macmillan, 1959. Capítulo 7.
6. Kurosh, A. G. Tne Theory oi Groups. 2 vals. Trad. y ed. por K. A. Hirsch. New
York: Chelsea, 1955-56. Capítulo IX.
7. Reidemeister, K. Einführung in die kombinatorische Topo!ogie. Braunschweig: Friedr
Vieweg & Sohn, 1932. Capítulos 3 y 4.
8. Rotman, J. J. Tite Theory of Groups. Bastan. Allyn and Bacon, 1965. Capítulo 11.
Ceneradores de un subgrupo de un grupo libre 207
209
210 El grupo turWü'mémt,lt de espacios de dimensión superior
,X* = X U é.
U s = X*-S.
{U s : A - S es un subconjunto finito de A}
3 Adjunción dimensión
En esta sección, suponernos que X* ha sido obtenido adjuntando celdas de
dimensión > 2 al espacio X. Las hipótesis a imponer son análogas a las de la
sección precedente: existe un subespacio cerrado arco-conexo X e X* tal que
X* - X es unión disjunta de subconjuntos abiertos e~, A E A, cada uno de
ellos homeomorfo al disco n-dimensional Un de Rn. Cada subespacio el se llama
«n-celda abierta». Se supone, también, que, correspondiendo a cada n-celda el,
existe una aplicación característica
4 CW-complejos
El proceso de adjuntar celdas a un espacio, tal corno lo hemos descrito en las
secciones 2 y 3, lleva de manera natural al importante concepto de CW-com-
pIejo. Hablando con imprecisión, un CW-complejo es un espacio X que puede
construirse de la siguiente manera: Partirnos de un grafo Xl (que no tiene
CW-complejos 213
x = U Xn
n=l
es un CW-complejo.
(c) X = U Xn.
n=O
Ejemplos
4.1 Nuestro primer ejemplo es el espacio proyectivo real infinito-dimensional. Defi-
nimos el espacio proyectivo real de dimensión n, P'" como el espacio cociente de la es-
fera S" que resulta al identificar todo par de puntos diametralménte opuestos x y-x.
Si consideramos R" como el subconjunto de R"+' formado por todos los puntos (x" '" x,,+,)
tales que x,,+, = O, entonces S"-' es un subconjunto de S". Esto nos induce una inmersión
e
natural de los' espacios cocientes p,,_, p", para todo n > O. Definimos el espacio proyec-
tivo real infinito-dimensional P por
Lema 4.2 Sea X un CW-complejo que sea umon de una colección de sub-
complejos conexos {A A: A, E A}. Supongamos que existe un árbol no vacío T
que sea un subcomplejo del l-esqueLeto X"
tal que, para todo par de índices dis-
tintos A, y ¡.t, A A n Al-' = T. Entonces, para todo vértice v de T, eL grupo funda-
mental 11: (X, v) es el producto libre de los grupos 11: (AA' v) respecto los homo-
morfismos epA: 11:(AA' v) --+ 11: (X, v) inducidos por las inclusiones.
h '"A
7T(AD ---t 7T(A)J ---t H
1A
'P
I
1'P).
7T(Xl) 7T(X)
216 El grupo fundamental de espacios de dimensión superior
G = TI* G¡...
l\EA
En los ejercICIOS de la seCCIOn III.4 señalamos que si, para cada A. E A, esco-
gemos un subgrupo G'A de G A, entonces el producto libre
G' = TI* G~
'-EA
H = F* (TI* H.),
El teorema del de Kurosh 217
Muchas veces es necesario tener una descripción más precisa de los factores
libres H v del enunciado del teorema anterior, y tener alguna idea del grado
en que estos factores libres están determinados por el subgrupo H. Para esta-
blecer este perfeccionamiento del teorema 5.1, es conveniente utilizar el con-
cepto de clase lateral doble. Recordemos que, para todo g E:: G, el conjunto
se llama clase lateral doble de los subgrupos H y G", y que dos clases laterales
dobles de H y G~ distintas son siempre disjuntas, como ocurre con las clases
laterales ordinarias. (Véase M. Hall [8], p. 14, o Kurosh [9], vol. 1, p. 63.)
Teo:rema 5.2 Supongamos verificadas las hipótesis del teorema 5.1. Enton-
ces, para cada índice A, E:: A, existe un conjunto de representantes
FIGURA 7.1
Diagrama conmutativo para la demostración del teorema 5.2.
P)..¡.t = pi Y\I-" y los homomorfismos i).., i)..l-" j)..1-' Y <P)..I-' están todos inducidos por
inclusiones. Para cada vértice v,~, designemos por IX),¡.t la única clase de caminos
del árbol T con vértice inicial Vo y vértice final V)..¡.t, y pongamos
Vo) =
Pongamos P*<j))"lL'ltCf\.lL U T, vo) = H)"lL e H. Entonces, tal como demostramos
en el teorema 5.1, H es el producto libre de F y de todos los grupos HAlL (que
designábamos por H v ).
Apliquemos, ahora, la proposición V.n.1 a este diagrama; se en-
tonces
Si aplicamos,' ahora, los isomorfismos u AlL y W AlL a esta relación, y hacemos uso
de todas las relaciones de conmutatividad de la figura 7.1, obtenemos
rang F= 1 - xCV)
El teorema del de Kurosh .221
en virtud del teorema VI.6.2. Por tanto, .!enemos que determinar X El com-
X tiene n + 1 vértices; por tanto X tiene k + 1) vértices. Puesto que Y
contiene todos los vértices de X., y tiene k(n + 1) vértices. Ahora, tenemos que
contar el número de aristas del grafo Y. Las aristas de Y son de dos clases:
las que se proyectan sobre una de las aristas e"
de X, y las que pertenecen
a alguno de los árboles TA.¡J.' Evidentemente, hay k . n aristas de la primera
clase, que se proyectan sobre algún el.. Vamos a ver que hay
n
nk - ¿ CA
A=1
aristas de la segunda clase. Para ello, obsérvese que, para 1 ~ A ~ n, c" de-
signa tanto el número de componentes {XA.¡J.: ¡..t E M A }, como el número de
árboles TA.¡J., ¡..t E M).. Puesto que la característica de Euler de cada árbol TA.¡J.
es + 1, la característica de Euler de la unión
Ejercicios
S.l En el teorema 5.2 supongamos que H es un sub grupo normal de G. Probar que
cada uno de los factores libres H n ~¡.¡;.GA~l'¡;. es conjugado (en Gl de H n~, y que
H n G A es un sub grupo normal de GA. Si cada G A es un grupo simple, ¿qué puede decir-
se sobre los factores libres H n ~A¡;.GA~);~ de H?
5.2 Sea G = G, * G" Y N el menor 'subgrupo normal de G que contenga a G,. Probar
que N es el producto libre de la familia de subgrupos {gG,g~' : g E G, l. (Véase ejerci-
cio III.4.9')
5.3 En el teorema 5.2, supongamos que cada uno de los grupos GAes un grupo infinito
y que H es un sub grupo de G de índice finito. Probar que, para todo par O .. , [J.),
H n ~A¡;.GA~l~ rf {ll.
5.4 Probar que en el teorema 5.2 es posible elegir los representantes ~A¡;' de manera
que, para cada)., E A , e2Sista un [J. E M A tal que ~AI-' = 1. (INDICACIÓN: En la demostración
v
del teorema 5.2, si Vo E YAI-" elegir VAl-' = o'>
5.5 En el teorema 5.2 supongamos que H es el sub grupo conmutador. Probar que,
para todo índice )." H n G A es el subgrupo conmutador de G A. [INDICACIÓN: Es obvio
que el sub grupo conmutador de G A está contenido en H n G A. Para probar la inclusión
contraria, supongamos qu~ [J. E Mx es tal que V o E 11\1-' y V),I-' = 13 como en el ejercicio
0
precedente. Probar que JY),¡;., p),~ es un recubrimiento regular de YA' y que el grupo
de automorfismos <le (Y),¡;., P),I-') puede considerarse como un sub grupo deL grupo de
automorfismos de (Y, p); véase ejemplo V.l1.!. Por hipótesis, el último grupo de auto-
morfismos es abeliano; por tanto, también lo es el primero.]
5.6 En el teorema 5.2, supongamos que cada uno de los grupos G A es abeliano, y que
H es el subgrupo conmutador de G. Probar que, para todo par {)." ¡;,), H n ~),I-' G),~t¡;. es
igual a {ll, y que, por tanto, H es un grupo libre. Determinar el rango de H en el caso
particular en que A ={1, 2, .. , n} como en la proposiCión 5.3, y cada G), es un grupo
Teorema de Grushko 223
abeliano finito. (INDICACIÓN: Para determinar el índice del sub grupo conmutador H en
este caso particular, aplicar el ejercicio III.4.5J
5.7 Probar que la intersección de dos factores libres cualesquiera de un grupo es
nuevamente un factor libre; concretando, si G" G" G~ y G: son sub grupos de G tales
que G = G I 7< G, = GIl 7< G~, entonces G , n G; es un factor libre de G, (INDICACIÓN: Aplicar
el teorema 5,2, considerando H = G; como subgrupo de G , 1< G,; utilizar el refinamiento
sugerido en el ejerciCio 5.4'>
ti Teorema
Uno de los teoremas más importantes sobre grupos libres y productos libres
de grupos es el siguiente, debido al matemático ruso 1. Grushko (1940). Para
motivar este teorema, recordemos que, si {G¡J y {G\} son dos familias de
grupos con el mismo conjunto de índices A, y, para cada A E A, tenemos un
'homomorfismo f.;" : G).. -» GL entonces existe un único homomorfismo
f : ll* GA -+ ll* G~
A A
en virtud del lema 4.2. Sea {y T } una base del grupo libre F. Para cada índice 1:,
cp (y T ) admite una única representación como palabra reducida en el producto
libre ll*G A :
Elijamos una circunferencia S T para cada índice 1:. Dividimos las circunferen-
cias Sr en n segmentos, intercalando n vértices. Designemos a estos segmentos
por Wl' W 2 , ••. , W n . De esta manera, Sr se convierte en un grafo con n vér-
tices y n aristas. Definamos una aplicación continua ir: Sr -> y de manera que
i I W i sea un camino cerrado en algún B A representante de la clase ai, i = 1, ... , n.
Hagamos esto para cada índice '1:, y designemos por X la unión de todos los
círculos Sr con todos los vértices iniciales identificados a un solo vértice de X.
Entonces, X es un grafo conexo finito, 11: (X) = F, Y las aplicaciones ir: Sr -> Y,
que hemos definido, determinan una única aplicación continua i: X -> Y tal que
el homomorfismo inducido i", : 11:(X) -> 11: (Y) es equivalente al homomorfismo
dado cp. Podemos asociar a cada arista Wi de ST un único índice A tal que
f(W;) e B A • Designemos por AA el subgrafo de X formado por todos los vér-
tices junto con todas las aristas W i asignadas al índice A (en general, AA no es
conexo). Entonces, i aplica AA en BA , y n AA consiste en el conjunto de todos
los vértices de X. A
Para probar el teorema construiremos un CW-complejo 2-dimensional co-
nexo y finito X' que contenga a X como retracto de deformación, y una apli-
cación f: X' -> Y que sea una extensión de f. Resultará que 11: (X') = 7C (X) = F,
Y f* : 11:(X') -> 11:(Y) será el homomorfismo dado cp. Además, X' será la unión
de subcomplejos conexos A'A tales que cada A\::J AA, Y f(AU e B A, Y existirá
un árbol T que contendrá todos los vértices de X', estará contenido en cada A~,
y tal que, para todo par de índices distintos A y ¡J.,
A~ nA~ = T.
Del lema 4.2 se deducirá que 7C(X') es el producto libre de los grupos 11:(AU;
por tanto, podremos tomar F" = 11: (AD, Y el teorema quedará demostrado.
Teorema de Grushko 225
VII
FIGURA 7.2
El complejo X.
226 El grupo fundamental de espacios de dimensión superior
/'(;
FIGURA 7.3
El complejo X'. Las dos piezas deben pegarse a lo largo de la línea V,V,.
Teorema de Grushko
can en Bl' y las 2-celdas verdes en En cada uno de los seis casos
sin dificultad que la aplicación l' puede realmente extenderse con
continuidad sobre cada 2-celda (utilizar el lema II.8.1 y las relaciones a 2 = 1,
b" = Resulta, entonces, claro que X es un retracto de deformación de X',
que los subcomplejos anaranjado ,Y verde son ambos conexos, y que la
intersección A', n A'2 consiste en la unión de las aristas el' e2, ... , e G, que es un
árbol que contiene todos los vértices. Así, en virtud del lema 4.2,
StaLlings, si verifica
(a) K = U Cx;
x
(b) para todo par de índices distintos ¡.t y 'V
CM Í\ Cv = n
AEA
CA;
diferentes colores, como en el caso particular anterior. Por esta razón, diremos
que un camino de K es monocromático si está enteramente contenido en al-
gún CA' Llamaremos lazo a un camino del l-esqueleto de K cuyos extremos
coincidan en un vértice, y ligadura a un camino tal que sus extremos sean vér-
tices de distintas componentes de la intersección
nA C~
se obtiene a partir de
siempre que exista una ligadura atadora. Vamos a abordar ahora la cuestión
de la existencia de ligaduras atadoras.
Entonces,
no lo es, existe una ligadura h en K cuyos extremos son puntos base en com-
ponentes distintas de
Para todo i, los factores f * (¡Ji) y f * (YJ¡ + 1) pertenecen a factores libres distintos
11:(B)J de Y, y además n~L Por tanto, debe existir un índice i tal que f* =1;
de lo contrario tendríamos en el producto libre
ings X2, {A~}, f" : X" --+ y así sucesivamente. Este proceso debe acabarse
después de un número finito de pasos, ya que
(\ A,
A
posee sólo un número finito de componentes. Así pues, si
(\
A
es conexo; claro que esta intersección tiene que ser un árbol. Si ponemos
=
X' 'Xn, A~ =
A~ y f =
fn, hemos llevado a cabo la construcción que deseá-
bamos.
Esto completa la demostración del teorema de Grushko.
Ejercicios
6.1 Supongamos que G '" G,* ... ;¡. Gk. Sea n el número mínimo de generadores de G
y, para cada 1 ~ i ~ k, n¡ el mínimo número de generadores de G¡. Probar que
n '" n, + n, + ... + nk. Deducir de esto que un grupo generado por n elementos no puede
~er un producto libre de más de n factores no triviales, y que todo grupo finitamente ge-
nerado puede descomponerse en el producto libre de un número finito de factores indes-
componibles.
6.2 Probar que un grupo libre de rango n no puede estar generado por menos de
n elementos.
6.3 Sean F y G grupos libres de rango n, y q¡ : F -+ G un epimorfismo. Probar que
q¡ es un isomorfismo. Deducir de esto los dos corolarios siguientes: (a) Si G es un grupo
libre de rango n, y a" .. . ,a n E G son n generadores cualesquiera de G, entoncesla" . '" a,,)
es una base de G. (b) Si G es un grupo libre de rango finito y N un subgrupo normal
propio de G, entonces G/N no es isomorfo a G.
6.4 Supongamos que
G U Gn ,
n=l
donde cada G n es un subgrupo de G, para todo n, G" es un sub grupo propio de G n "" y G n
está generado· por lo menos por m elementos, para n", 1, 2, .... Si G '" H,*H con Ho
finitamente generado, entonces H, está generado por menos de m elementos y H no es
finitamente generado (W. Specht [10]). (INDICACIÓN: Probar sucesivamente los siguientes
pasos: 1. G no es finitamente generado. 2. H no es finitamente generado. 3. Existe un en-
tero n, tal que H, eGo,. 4. Aplicar el teorema del sub grupo de Kurosh para obtener una
descomposición en producto libre de Gn,. 5. Utilizar el ejercicio 6.1.)
NOTAS
CW-Complejos
En el Apéndice C del volumen II de [9] hay una serie de seis demostraciones distintas
del teorema de Kurosh. Artículos más recientes sobre este tema son los de S. Mac Lane
(<<A proof of the Subgroup theorem for free products», Mathematika, 5, 1958, pp. 13-19),
1. M. S. Dey (<<Schreier Systems in Free Products», Proc. Glasgow Math. Assoc., 7, 1965,
pp. 61-79), y P. J. Higgins (<<Presentations of Groupoids, with Applications to Groups»,
Proc. Cambridge Phi!. Soco 60, 1964, pp. 7-20). La demostración del texto está construida
según la de R. Baer y F. Levi (<<Freie Produkte and ihre Untergruppen», ComposÚio
Mathematica, 3, 1936, pp. 391-398). Nuestro enunciado está en línea con los de algunos
eJe los artículos y libros más recientes.
El teorema de Grushko
La demostración que hemos dado del teorema de Grushko se debe a John Stallings'
(<<A topological proof of Grushko's theorem on free products», Math. Zeitschr., 90, 1965,
pp. 1-8). El texto de Specht [10] deduce algunas consecuencias de este teorema en teoría
de grupos. Para una demostración puramente algebraica más corta que las de los textos
clásicos, véase un reciente artículo de R. C. Lyndon (<<Grushko's Theorem», Proc. Amer.
Math. Soc., 16, 1965, pp. 822-826).
BIBLIOGRAFíA
CW-complejos
Teoria de grupos
8. Hall, M. The Theory oi Groups. New York: Macmillan, 1959. Capítulo 17.
9. Kurosh, A. G. The Theory of Groups. 2 vols. Trad. y ed. por K. A. Hirsch. New
York: Chelsea, 1955-56. Capítulos IX y X.
10. Specht, W. Gruppentheorie (Die Grundlehren der Mathematischen Wissenschaften,
Tomo LXXXII). Berlin-Gottingen-Heidelberg: Springer-Verlag, 1956. Capítulo 2.2.
En los capítulos precedentes hemos introducido al lector en algunos temas de
la Topología algebraica. En este capítulo exponemos algunas indicaciones sobre
los temas que deberá abordar si prosigue el estudio de la Topología algebraica.
En las secciones Ir.6 y V.9 indicábamos que uno de los objetivos de la Topo-
logía algebraica es definir estructuras análogas al grupo fundamental en di-
mensiones superiores, que nos permitan demostrar teoremas tales como el. teo-
rema del punto fijo de Brouwer o el teorema de Borsuk-Ulam. Veremos que
hay varias de tales estructuras en dimensiones superiores. Describiremos, pri-
mero, la que está más estrechamente relacionada con el grupo fundamental, a
saber, los grupos de homotopía de dimensiones superiores de Hurewicz (men-
cionados en las notas de los capítulos Ir y V). Estos grupos se definen de una
manera muy simple: Para todo entero positivo n, designemos por
~ Xl ~ 1.
i,
Puede demostrarse que esta fórmula define una suma en el conjunto de clases
de homotopía 'TCn(X, x o), de manera que 'TCn(X, x o) es un grupo, llamado el
n-ésimo grupo de homotopía de X; la demostración es casi exactamente la
235
236 Epílogo
misma que la dada para el grupo fundamental en la sección II.3. De hecho, para
n = 1, el grupo que acabamos de definir es el grupo fundamental ')1; x o ).
Puede también demostrarse sin gran dificultad que, para n > 1, el grupo
')1;,,(X, x,.) es abeliano.
El grupo ')1;,,(X, x o) es también análogo al grupo fundamental en muchas
otras cosas. Por ejemplo, toda aplicación continua <p : X ---+ Y induce un homo-
»,
morfismo <p",: ')1; n (X, x,.) ---+ ')1; (Y, <p(x u definido como sigue: Si f : Iq ---+ X es
un representante de la clase de homotopía a E ')1;1l(X, x,), entonces la aplica-
ción compuesta <pf es un representante de la clase de homotopía <p",(a) E
')1; n (Y, <p(x,,». Este homomorfismo inducido verifica las propiedades descritas
Tal como hemos dicho antes, las definiciones de los grupos de homología y
de cohomología de un espacio son demasiado complicadas para reproducir las
aquÍ. Sin embargo, podemos describir la estructura de estos grupos para n = O
y n = 1. Sea X un espacio con k componentes. Entonces Ho(X, G) y HO(X, G)
son cada uno de ellos isomorfos a la suma directa de k ejemplares del grupo
de coeficientes G. Así pues, la estructura de estos grupos O-dimensionales de-
pende sólo del número de componentes conexas del espacio X. Si X·, es arco-
conexo, entonces H 1 (X, es naturalmente isomorfo al grupo fundamental abe-
lianizado 11: (X)/[ 11: (X), 11: (X)]. Recordemos que hemos hecho uso del grupo fun-
damental abelianizado de las superficies compactas en la sección IV.5; así
pues, en realidad, considerábamos los grupos de homología l-dimensionales de
estás superficies. Si X es arco-conexo, entonces el primer grupo de cohomo-
logía es naturalmente isomorfo al grupo de todos los homomorfismo s de 1I:(X)
en el grupo de coeficientes G. Más en general, puede demostrarse que los gru-
pos l-dimensionales H 1 (X, G) y Hl(X, G) están completamente determinados
por los grupos fundamentales de las componentes de X.
En contraste con estos resultados generales sobre Hn(X, G) y Hn(X, G) para
'n = O ó n = 1, existen varios resultados particulares para estos grupos, para
valores mayores de n. Daremos ahora tres ejemplos de estos resultados. (a) Si
X es un espacio que consta de un solo punto, entonces
si n = O,
si n ~ O.
Resulta, pues, que esta fórmula vale también para todo espacio contráctil X.
(b) Si M es una n-variedad conexa compacta orientable, entonces
Hn(M, G) = Hn(M, G) = G
y, para q > n,
los grupos de homología, y viceversa. Así, en' muchos problemas pueden em~
plearse indistintamente los grupos de homología o de cohomología, Sin embar-
go, a los grupos de cohomología de un espacio puede dotárseles de una estruc-
tura más rica, introduciendo las llamadas «operaciones de cohomología», Esta
estructura adicional es necesaria para la resolución de algunos problemas. Por
ejemplo, una manera de probar el teorema de Borsuk-Ulam en general (véase
sección V.9 para su enunciado) es usar ciertas operaciones de cohomología lla-
madas {(cUP productos».
Intentaremos ahora indicar algunos de los posibles problemas en los que
se pueden aplicar las teorías de homología y cohomología, En primer lugar,
hay problemas en el campo general de la teoría de la homotopía:
Topología diferencial
Ejemplos
1.1 Designamos por X el intervalo cerrado [O,2n] Y por y la circunferencia unidad
x' + y'= 1. Definimos f por f(t) = (cos t, sen t). Entonces se comprueba fácilmente que
la topología usual de la circunferencia Y es la topología cociente determinada por f.
Este ejemplo corresponde al hecho de que si soldamos los dos extremos de un trozo de
alambre delgado, obtenemos un anillo circular
1.2 Un ejemplo parecido es el siguiente: Sea Y el cilindro
y = {(x, y, z) E R3: X2 + y2 = 1, O ~ z ~ 1),
243
Topología del espacio cociente
y X el rectángulo
x {(x, y) E R2 : O ~ x ~
En este punto, hay que hacer una advertencia: Si X e Y son espacios topo-
lógicos, y f es una aplicación continua de X sobre Y, entonces Y no tiene
por qué tener la topología cociente determinada por 1. Es fácil construir contra-
ejemplos. Sin embargo, si f es una aplicación cerrada \ o, si f es una aplica-
ción abierta, entonces Y debe tener la topología cociente. La demostración es
fácil.
Obsérvese que en cada uno de estos dos enunciados estamos suponiendo que
y tiene la topología cociente.
'Por ejemplo, si G es un grupo que opera por la izquierda sobre el con-
junto X de manera que, para todo g E:: G, la aplicación X ---+ X definida por
x ---+ g . x sea continua, entonces, la aplicación natural X -> X/G es una apli-
cación abierta. Si G es un grupo finito, entonces la aplicación natural X ---+ x/e
es además una aplicación cerrada. Dejamos las demostraciones al lector.
Probablemente el lector ha estudiado ya la topología de un subespacio y la
topología de un espacio producto, y ha aprendido varios teoremas sobre estas
topologías. Cabría esperar teoremas de naturaleza similar para los espacios
cocientes. Desgraciadamente, las cosas no van por este camino. Por ejemplo,
todo producto de espacios de Hausdorff, o todo subespacio de un espacio de
Hausdorff, son también espacios de Hausdorff. Sin embargo, no es cierto que
un espacio cociente de un espacio de Hausdorff sea de Hausdorff. Por ejemplo,
si X es el intervalo cerrado [0, 1] Y 'U la partición de X formada por los tres
conjuntos {O}, (0, 1), Y {1}, entonces el espacio descomposición 'U tiene sólo
tres elementos y su topología obviamente no es de Hausdorff. Este ejemplo
ilustra uno de los problemas más comunes que surgen en relación con los es-
pacios cocientes, pues incluso si el espacio X verifica todos los axiomas de se-
paración que deseemos, un espacio cociente de X no tiene por qué satisfacer
ningún axioma de separación.
hace continuas todas las aplicaciones h.. Esta topología se define de la siguiente
manera: Un subconjunto V c. Y es abierto si y sólo si f);,l(U) es abierto para
todo A. E:: A. O también, un subconjunto A e Y es cerrado si y sólo si fi! (A)
es cerrado para todo A. E:: A.
Otro caso particular importante de este proceso general es la formaciónd~
lo que N. Bourbaki llama la ({suma topológica» de una colección de espaCÍl'
Si en la definición anterior cada una de las aplicaciones fA : X A --> Y !fs in ,;,.~.
tiva, las imágenes h.. (Xl,.) son dos a dos disjuntas y recubren entm:ces (l<-
cimos que Y es la suma topológica de la colección de espacios!XA\(respecto las
aplicaciones iJ,J. Se comprueba fácilmente que con estas hipótesis cada uno
de los espacios X). se aplica topológicamente sobre su imagen, y cada una de
estas imágenes h (X).) es un subconjunto abierto de Y
Otro ejemplo de este proceso es el método de definir la topología débil en
un CW -complejo (véase Capítulo VII).
Hay que señalar que junto al proceso general que acabamos de describir
para definir una topología en Y, existe un proceso dual que puede describirse
como sigue: Sea X un conjunto, {Y).: A. E:: A} una familia de espacios topoló-
gicos, y {fA. : X --> y). : A. E:: A} una familia arbitraria de aplicaciones. En esta
situación, es natural dotar a X de la topología menos fina que hace continuas
todas las aplicaciones f).. Los conjuntos de la forma f:;:' (V).), para todo subcon-
junto abierto arbitrario U). de y)., forman una subbase de esta topología. Los
dos ejemplos más frecuentes e importantes de este método de definir una topo-
logía en un espacio, son los siguientes:
No sólo son duales uno del otro estos dos métodos generales de definir una
topología en un espacio, sino que, en un cierto sentido, son duales también los
procesos de formar subespacios y espacios cocientes, así como los procesos de
formar espacios producto y sumas topológicas.
Lema 2.1 Sea {X).: A. E:: A} una familia de espacios topológicos, fA.: X). --> Y
Una generalización de la
Para que todo quede completo, establecemos el dual del lema 2.1.
Lema 2.1' Sea {YA: A E A} una familia de espacios topológicos, fA: X ---+ YA
una familia de aplicaciones, y supongamos que X tiene la topología menos fina
que hace continuas todas las aplicaciones fA' Entonces, una aplicación g: W ---+ X
es continua si y sólo si lo son cada una de las aplicaciones compuestas
fAg : W ---+ YA'
Z, un espacio topológico.
{Y). : A E A}, una familia de espacios topológicos.
{/;. : YA -'> Z}, una familia de aplicaciones continuas.
Para cada A E A, una familia {X}.[1 : [.t E M A} de espacios topológicos y
aplicaciones continuas {/;.¡.c : X}.[1 ---+ YA : [.t E M A}·
Lema 2.4 Supongamos que cada espacio YA tiene la topología más fina que
hace continuas todas las aplicaciones f A[1' [.t E M A, Y que Z tiene la topología
248 Topología del espacio cociente
más fina que hace continuas todas las aplicaciones fA' Entonces, la
de Z es la más fina que hace continuas todas las aplicaciones compuestas
f).f).tJ. : X).tJ. -+ Z,
La demostración es trivial.
l'PA lh
X ~Y
Afirmamos ahora que la topología de Y como espacio cociente, deter-
minada por j, es la misma que la topología de Y como suma topológica.
La demostración resulta inmediata a partir 'del lema 2.4 y de la conmu-
tatividad del diagrama anterior.
Dejamos para el lector el enunciado del dual del lema 2.4. Los duales de
las aplicaciones (a), (b) y (c) son propiedades sobre los subespacios y espa-
cios productos tan triviales, que normalmente no se enuncian explícitamente
en los libros.
y = n Y,
A
coinciden.
DEMOSTRACIÓN: El que cada una de las aplicaciones fA sea abierta y exhaus-
tiva implica que la aplicación f : X -> Y es también una aplicación abierta.
Por tanto, Y tiene la topología cociente determinada por la aplicación f (véase
la observación de la sección 1). C.Q.D.
250 del espacio cociente
Proposición 4.1 Con las hipótesis del princ1pw de esta seCC1on, la topoLo-
gía cociente de B es más fina que la topología inducida como subespacio de Y.
A~B
il li.
X--+Y
f
Si dotamos a B de la topología cociente, se sigue del corolario 2.2 y de la
conmutatividad del diagrama que j es continua. Esto implica la proposición,
ya que la topología de B como subespacio es la menos fina de entre las que
hacen continua la inclusión j.
} es entonces Y es un
Proposición 5.3 (N. Bourbaki [1]) Sea f : X --> Y una aplicación conti-
nua, abierta y exhaustiva. Entonces Y es un espacio de Hausdorff si y sólo si
el conjunto
es cerrado en X XX.
Nótese que las hipótesis implican que Y tiene la topología cociente deter-
minada por f.
La situación es algo más agradable al considerar espacios cocientes de es-
pacios compactos de Hausdorff. En este caso, tenemos el siguiente importante,
teorema (véase N. Bourbaki [1]):
f-1f(A) =
Si A es cerrado, entonces también lo es p_l (A), Y por tanto e n p-l (A). Así
pues, e n p-l(A) es compacto, ya que X X X lo es. Por tanto P, n
es compacto, y desde luego cerrado, ya que X es de Hausdorff.
Demostremos que (b) -+ (a): Sean Y , e Y 2 puntos distintos de Y, debemos
probar que tienen entornos disjuntos. Observemos que f-l(y l ) y f- l (y 2) son
subconjuntos cerrados disjuntos de X. Puesto que X es compacto de Hausdorff,
también es normal, y por tanto existen subconjuntos abiertos disjuntos U I y U 2
de X, tales que
Ejercicio
5.1 Sean X e Y espacios topológicos, y f : X .... Y, g : Y .... X aplicaciones continuas
tales que fg sea la identidad de Y en sí mismo. Probar que se verifica:
(a) f es exhaustiva y g es inyectiva.
<b) y tiene la topología cociente determinada por f.
(c) g aplica Y homeomórficamente sobre un subespacio de X (es decir, Y tiene la
topología inducida por g como subespacio).
(dY Si X es un espacio de Hausdorff, también lo es Y.
254 Topología del espacio cociente
BIBLIOGRAFíA
1 básicas
Sin duda, en sus estudios de teoría de grupos, el lector se habrá familiarizado
con los siguientes hechos: Si E es un conjunto cualquiera (finito o infinito),
entonces, el conjunto de todas las permutaciones de E (es decir, aplicaciones
bi,yectivas E ---+ E) es un grupo con la operación de composición o superposi-
sión de permutaciones. Habrá considerado sin duda ejemplos de tales grupos
(llamados el grupo simétrico del conjunto E), especialmente en el caso en que
E sea un conjunto finito. Probablemente, habrá estudiado también algunos
subgrupos del grupo simétrico de un conjunto finito.
Si G es un grupo arbitrario, un homomorfismo de G en el grupo simétrico
de' un conjunto E se llama una representación de G por permutaciones de E.
Si el homomorfismo es un monomorfismo, la representación se llama fiel. Se de-
muestra fácilmente que todo grupo admite una representación fiel por permu-
taciones. Omitimos la demostración porque no necesitamos este teorema en
este libro.
Consideremos ahora otra forma de introducir estas ideas, que aparece con
frecuencia. A primera vista parece bastante distinta, pero nos lleva al mismo
resultado.
255
256 Grupos de permutaciones
(1') x . 1 = x.
(2') x . (glg2) = (x gl)· g2·
Ejercicio
1.1 Supongamos que E es un G-espacio por la izqUIerda. Para todo x E E Y todo
g E G, definimos
x . g = (g-') . x.
j(g . x) = g . (fx)
2 G-espacios homogéneos
Sea E un G-espacio por la izquierda. Diremos que G opera transitivamente
sobre E o que E es un G-espacio por la izquierda homogéneo si se verifica la
siguiente condición: para todo par de elementos x, y E E existe un elemento
9 E G tal que
9 . x = y.
Los G-espacios homogéneos aparecen con frecuencia, y por tanto son impor-
tantes.
Ejemplo
2.1 Sea G un grupo y H un subgrupo arbitrario de G. Designemos por G/H el con-
junto de las clases laterales g . H para todo g E G. Se ve fácilmente que, si multiplica-
mos por la izquierda todos los elementos de una clase lateral dada por un elemento
arbitrario g E G, obtenemos elementos que pertenecen todos a la misma' clase lateral.
Esto define una aplicación G X G/H -, G/H, Y se comprueba fácilmente que se verifican
las dos condiciones de G-espacio por la izquierda. Es claro también que GIH es un
G-espacio por la izquierda homogéneo.
H = ¡g E G : g . Xo = xo).
z = x· g,
y se define <:P por
{hEG:x'g'h=x'g} =H.
Hay que hacer notar que este isomorfismo entre y el grupo de auto-
morfismos no es natural; depende de la elección del punto X o E E. El estu-
diante debería investigar el efecto de una nueva elecci6n del punto base X o
sobre la correspondencia biyectiva que acabamos de establecer.
Aplicación abierta, 244 Conectividad:
- cerrada, 244 arco conexo o conexo por caminos, 56
- equivariante, 256-257 localmente arco conexo, 56
- inclusión, XII semilocalmente simplemente conexo,
Aplicaciones homotópicas, 64 172
Árboles, 192 simplemente conexo, 66
maximal, 193, 194 Conjetura de Poincaré, 141, 240
Arco, 56 grupo, 62
Automorfismos de espacios recubridores, Conjunto convexo, 67
159, 161-162 Conmutador, 104
Crowell, R. H., 140
Banda de Móbius, 3 CW-complejos, 212-216
Base para un grupo libre, 104
Bola, n-dimensional, XII
Descomposición del espacio, 244
Borde ideal, 49
Diagrama conmutativo, XI-XII
Borsuk-Ulam, teorema (ver Teorema de
Disco n-dimensional, XII
Borsuk-Ulam)
Dominio fundamental, 183
Botella de Klein, 9
Boy, W., 51
Brahana, H.-R., 52 Elevación:
Brouwer, teorema del punto fijo (ver de aplicaciones, 154, 155
Teorema del punto fijo de Brouwer) de caminos, 151, 152
Entorno elemental, 145
Camino, 56 Epimorfismo, XI
cerrado, 62 Esfera n-dimensional, XIII
equivalencia, 56 Espacio contráctil, 66
producto, 57 - fibrado, 185
- de aristas, 191 - recubridor, 145, 186
Característica de Euler: de un CW-complejo, 215
de un grafo, 197 de un grafo, 198
de una superficie, 29 de un grupo topológico, 157, 163
de una superficie con borde, 42 inducido sobre un sub espacio, 150,
Clasificación de superficies compactas con 175
borde, 36-42 regular, 162
Compactificación de una superficie, 48- teorema de su existencia, 171
49 universal, 159
261
262 lndice alfabético