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Maestría en Derechos Humanos y Democracia

Teoría Jurídica de los Derechos Humanos

Las características de los derechos humanos


en el Derecho Internacional

Documento de trabajo No. 1


Sandra Serrano

Febrero 2010
Introducción

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos (DIDH) tiene una historia reciente.
Apenas en 1948 comienza claramente su sistematización aunque podemos encontrar
sus orígenes en documentos más antiguos como los Convenios de Ginebra sobre
Derecho Humanitario. En tanto disciplina naciente, su ordenación ha sido precaria y no
carente de inconsistencias. Sin embargo, actualmente ya es posible delinear las
características de los derechos humanos a partir del desarrollo en el DIDH.

A continuación se presenta un panorama general sobre las características de los


derechos humanos a la luz del DIDH. Este tránsito nos permite revisar también
algunos de los principales documentos internacionales que sirven de base a esta
disciplina. Antes de ello, se incluyen unas breves notas sobre el origen del DIDH a fin
de contextualizar el análisis.

1. Breves apuntes sobre el origen del DIDH

Con la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945, el DIDH se


convirtió –al menos teóricamente– en uno de los pilares fundamentales para lograr la
convivencia pacífica entre las naciones. En efecto, el artículo primero de la Carta de
Naciones Unidas establece que uno de los propósitos de las Naciones Unidas es:

3. Realizar la cooperación internacional en la solución de problemas internacionales de


carácter económico, social, cultural o humanitario, y en el desarrollo y estímulo del
respeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales de todos, sin hacer
distinción por motivos de raza, sexo, idioma o religión; […]. 1

Del contenido de la Carta –particularmente los artículos 1 y 55– no sólo


sobresale una preocupación específica por los derechos humanos, sino también una
atención especial para evitar la discriminación por razones de raza, sexo, idioma o
religión. Sin embargo, se trató sólo de menciones generales a los derechos humanos y
a las libertades fundamentales sin que pudiera desprenderse de ese texto ni los
derechos concretos a que se refiere ni mucho menos sus contenidos. Lo mismo sucedió
con las cláusulas de no discriminación, si bien se reconoció la igualdad formal en el
disfrute de los derechos, todavía no se vislumbraban los problemas particulares que

1
Artículo 1º fracción 3 de la Carta de las Naciones Unidas, Conferencia de San Francisco, adoptada el 26 de
junio de 1945, entrada en vigor el 25 de octubre de 1945.

2
presentaban ciertos grupos en situación desfavorecida. La adopción de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos (DUDH) en 1948 vino a resolver, 2 por lo menos
parcialmente, la primera cuestión. 3 Sin embargo, el avance en el reconocimiento de las
distinciones entre ciertos grupos desfavorecidos o en situación de vulnerabilidad, tuvo
un impulso todavía más tardío en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos.

Por otra parte, siguiendo el impulso dado a los derechos humanos con la
creación de las Naciones Unidas, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó
la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre (DADDH) 4 en 1948 y
creó en 1959 una Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
Igualmente, el Consejo de Europa aprobó la Convención Europea para la Protección de
los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (Convención Europea) en 1950
y, posteriormente creó una Comisión y una Corte Europeas de Derechos Humanos. 5 A
partir de la década de los sesenta, cada uno de estos sistemas regionales produjo una
gran cantidad de instrumentos internacionales, algunos generales pero la mayoría
especializados, a fin de atender problemas particulares como la tortura o las
desigualdades que afrontan grupos desfavorecidos.

2. Características de los Derechos Humanos desde el DIDH

Si bien en un inicio no existió una teoría específica sobre el DIDH, la aparición de gran
número de instrumentos internacionales en la materia –cada vez más creciente–, así
como de sistemas de protección regionales y universales permiten trazar una ideología
subyacente en ésta área del derecho. En efecto, más allá de las discusiones ofrecidas
desde la filosofía del derecho, en el propio DIDH es posible identificar ciertas
características de los derechos humanos que, en general, son compartidas por varias
de las teorías sobre los derechos humanos, principalmente por aquellas corrientes que
conciben a estos derechos como derechos morales.

2
Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas, resolución 217 A (iii) del 10 de diciembre de 1948.
3
Si bien la adopción de la DUDH contó con amplio consenso entre los países miembros de la ONU, también
lo es que ciertos grupos como los países sociales y los árabes consideraron que sus visiones respecto a esos
derechos no estaban suficientemente representadas. Véase, entre otros, Humphrey, J., “The Universal
Declaration of Human Rights: Its History, Impact and Juridical Character”, en Ramcharan, B. (ed.), Human
Rights: Thirty Years after the Universal Declaration, Nijhoff, Dordrecht, Países Bajos, 1979.
4
Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, OEA Resolución XXX, IX Conferencia
Internacional Americana, Bogotá, Colombia, 1948.
5
Dicha Comisión Europea desapareció en 1998 como resultado de la adopción del Protocolo 11 de la
Convención Europea.

3
El primer documento clave para analizar las características de los derechos
humanos es la DUDH 6 , misma que afirma en su preámbulo que “la libertad, justicia y
la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los
derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”. En este
mismo sentido, su artículo 1º establece que “[t]odos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros”. Además, en su artículo 2.1,
instaura una cláusula de no discriminación, “[t]oda persona tiene todos los derechos y
libertades proclamados en esta Declaración […]”. De lo anterior se desprenden tres
principios básicos: la dignidad humana, la universalidad de los derechos humanos y la
igualdad entre los seres humanos. Como puede observarse, la concepción sobre los
derechos humanos en este momento histórico es básicamente ius naturalista,
comprendiendo a los derechos como innatos al ser humano.

El Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), 7 el Pacto


Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC), 8 así como los
protocolos del primero conforman, junto con la Declaración Universal, lo que se ha
llamado la Carta Internacional de Derechos Humanos, al considerarse que son los
documentos de mayor importancia dentro del Sistema Universal, pues engloban los
derechos generales de todo ser humano. Ambos Pactos comparten el mismo
Preámbulo, en el que se reconoce que los derechos humanos “se derivan de la
dignidad inherente a la persona humana”, en el mismo sentido que la DUDH.
Asimismo, los dos instrumentos establecen el principio de igualdad y no discriminación
(artículos 2.1 y 26 del PIDCP y artículo 2.2 del PIDESC), de forma tal que el principio

6
La Declaración Universal es valorada como moralmente vinculante para los Estados Miembros de las
Naciones Unidas. Incluso puede considerarse que los derechos ahí consagrados se han convertido en
costumbre internacional y, en este sentido, obligatorios para los Estados. Existe aún en estos días un amplio
debate sobre el valor jurídico de la DUDH. Sin embargo, la postura más aceptada consiste en que algunas de
las disposiciones de la DUDH tienen valor jurídico por constituirse en costumbre internacional o en norma de
ius cogens. Para profundizar al respecto se sugiere consultar, entre otros: Martin, Claudia, et. al., Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, México, Editorial Fontamara, Universidad Iberoamericana y
American University, 2004, p. 10 y Weissbrodt, David, et. al., International Human Rights: Law, Policy and
Process, Estados Unidos de América, 4a edición, 2008, Capítulo 2. Por otra parte, en diversas resoluciones,
la Corte Internacional de Justicia ha considerado a los derechos consagrados en la DUDH como reglas
oponibles erga omnes, es decir, obligaciones que todos los Estados deben cumplir. Véase, por ejemplo,
Corte Internacional de Justicia, United States Diplomatic and Consular Staff in Tehran (United States v.
Iran), Sentencia, 24 de mayo de 1980, párrafo 91. “Wrongfully to deprive human beings of their freedom
and to subject them to physical constraint in conditions of hardship is in itself manifestly incompatible with
the principles of the Charter of the United Nations, as well as with the fundamental principles enunciated in
the Universal Declaration of Human Rights.”
7
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, Asamblea General de las Naciones Unidas, Resolución
2200 A (XXI), 16 de diciembre de 1966, entrada en vigor el 23 de marzo de 1976.
8
Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, Asamblea General de las Naciones
Unidas, Resolución 2200 A (XXI), 16 de diciembre de 1966, entrada en vigor el 3 de enero de 1976.

4
de igualdad y no discriminación puede ser leído como una consecuencia lógica de la
universalidad inmanente de los derechos humanos.

A diferencia de la Declaración Universal, los Pactos imponen obligaciones


específicas a los Estados, de tal forma que ya no basta el mero reconocimiento de los
mismos como fundamento de la libertad, la justicia y la paz, sino que establecen
deberes específicos. El artículo 2.2 del PIDCP consagra que:

Cada Estado Parte se compromete a adoptar, con arreglo a sus procedimientos


constitucionales y a las disposiciones del presente Pacto, las medidas oportunas para
dictar las disposiciones legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para hacer
efectivos los derechos reconocidos en el presente Pacto y que no estuviesen ya
garantizados por disposiciones legislativas o de otro carácter.

En el mismo sentido, el PIDESC establece en su artículo 2 la obligación de los


Estados de adoptar medidas para lograr la plena efectividad de los derechos ahí
contenidos. Como puede observarse, en el DIDH se introdujo la garantía de los
derechos a nivel interno como una de las funciones esenciales de los Estados
modernos. Los derechos humanos dejaron de ser sólo proclamas para convertirse en
derechos exigibles, aunque esto no significa que sólo los derechos protegidos a nivel
constitucional o legislativo sean considerados derechos humanos, por el contrario, las
lagunas en la garantía de los derechos son leídas como violaciones a esta obligación
general 9 .

Por otra parte, los Preámbulos de los Pactos vinculan los grupos de derechos
que protegen al reconocer que “no puede realizarse el ideal del ser humano libre en el
disfrute de las libertades civiles y políticas y liberado del temor y de la miseria, a
menos que se creen condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos
civiles y políticos, tanto como de sus derechos económicos, sociales y culturales”. De
esta forma se plasmó la interdependencia e indivisibilidad de los derechos humanos en
un documento obligatorio.

9
Para la fecha de adopción de ambos Pactos, el Consejo de Europa ya había aprobado la Convención
Europea para la Protección de los Derechos Humanos y las Libertades Fundamentales (1950), al tiempo que
creó una Comisión y una Corte Europeas de Derechos Humanos para supervisar su cumplimiento. La
Comisión Europea desapareció en 1998 como resultado de la adopción del Protocolo 11 de la Convención
Europea.

5
En la Conferencia Internacional de Derechos Humanos celebrada en Teherán el
13 de mayo de 1968 se reafirmó la vinculación entre derechos en los siguientes
términos:

13. Como los derechos humanos y las libertades fundamentales son indivisibles, la
realización de los derechos civiles y políticos sin el goce de los derechos económicos,
sociales y culturales resulta imposible. La consecución de un progreso duradero en la
aplicación de los derechos humanos depende de unas buenas y eficaces políticas
nacionales e internacionales de desarrollo económico y social 10

Aunque teóricamente no se planteó la división de los tipos de derechos sino, por


el contrario se reafirmó su indivisibilidad, en la práctica la discusión estuvo marcada
por la Guerra Fría. En efecto, la decisión de adoptar dos Pactos, cada uno dedicado a
uno de esos grupos de derechos, fue consecuencia de los debates que entonces se
generaban entre las naciones dominantes. Desafortunadamente, esta división resultó
en la valoración de unos derechos como exigibles de manera inmediata y de otros
como derechos meramente programáticos. La caída del muro de Berlín tuvo un efecto
prometedor en la forma de concebir los derechos humanos, pues los gobiernos se
plantearon la posibilidad de concebir a los derechos humanos como un todo integrado.

En este contexto tuvo lugar la Conferencia Mundial de Derechos Humanos en


Viena (1993), misma que significó un cambio en la forma de concebir los derechos
humanos, así como un esfuerzo por reimpulsar las actividades de promoción y
protección al interior de Naciones Unidas. El texto de la Declaración y Programa de
Acción de Viena establece que:

5. Todos los derechos humanos son universales, indivisibles, e interdependientes y


están relacionados entre sí. La comunidad internacional debe tratar los derechos
humanos en forma global y de manera justa y equitativa, en pie de igualdad y dándoles
a todos el mismo peso. […] 11

Las características de los derechos humanos, enunciadas en la primera parte del


párrafo citado, representaron la unificación de las normas de derechos humanos sin
que pudiera considerarse, por lo menos en los órganos internacionales, que unos

10
Proclamación de Teherán, Conferencia Internacional de Derechos Humanos, Teherán, 13 de mayo de
1968.
11
Declaración y Programa de Acción de Viena, Conferencia Mundial de Derechos Humanos, Doc.
A/CONF.157/23, Viena, 14 a 25 de junio de 1993.

6
derechos tienen mayor jerarquía sobre otros. En este sentido, conviene desarrollar
aunque sea de manera breve los rasgos de cada característica.

a) Universalidad. Los derechos humanos corresponden a todos los seres humanos con
independencia de cualquier contexto temporal, espacial, político o cultural. 12

b) Indivisibilidad. Todos los derechos humanos tienen como origen común la dignidad
humana, por lo que no puede existir ninguna jerarquía entre ellos. Esta
característica pone un definitivo fin a la separación entre derechos civiles y políticos
y los derechos económicos sociales y culturales, así como al rechazo que pesaba
sobre éstos últimos por parte de países desarrollados. 13

c) Interdependencia. El cumplimiento efectivo de las responsabilidades que conllevan


los derechos civiles y políticos únicamente puede ser realizado si también se logra
la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales. De ahí que el
cumplimiento de unos incide en el cumplimiento de los otros.

d) Integralidad. Los derechos humanos son una unidad de derechos, por lo que la
violación a uno incide en la violación de otros. En este sentido, no hay violaciones
aisladas de derechos humanos, sino que una violación afecta a múltiples derechos.

La Declaración de Viena significó una relectura de los derechos humanos a


partir de un contexto político y social distinto. El párrafo cinco de la Declaración de
Viena también se refiere a la eficacia de los derechos humanos en un contexto
multicultural:

5. […] Debe tenerse en cuenta la importancia de las particularidades nacionales y


regionales, así como de los diversos patrimonios históricos, culturales y religiosos, pero
los Estados tienen el deber, sean cuales fueren sus sistemas políticos, económicos y

12
La universalidad de los derechos humanos ha sido un aspecto ampliamente criticado, entre otras razones,
por ocultar las diferencias culturales que claramente inciden en el respeto a los derechos humanos,
particularmente de culturas no occidentales o de grupos no favorecidos como los pueblos indígenas. Véase,
Donnelly, J., "Cultural Relativism and Human Rights", Human Rights Quarterly, Vol. 6, Año 1984, pp. 400-
419 y An-Na’im, A. (ed.), Human Rights in Cross-Cultural Perspectives, University of Pennsylvania Press,
EUA, 1992.
13
Cabe resaltar aquí que esta característica también trata de eliminar las distinciones por generaciones
comúnmente aceptadas por distintos teóricos de derechos humanos, por medio de las cuales se explicaba la
primacía de los derechos civiles y políticos sobre todos las demás generaciones (segunda generación de
derechos económicos, sociales y culturales, y tercera generación de derechos ambientales y de paz),
considerando que sólo los de primera generación pueden ser verdaderos derechos.

7
culturales, de promover y proteger todos los derechos humanos y las libertades
fundamentales 14 .

La inclusión de esta sección respondió a las críticas, principalmente de los


países del Sur, sobre la imposición de valores y principios de los países desarrollados
del Norte. Si bien no queda del todo claro el mecanismo de adecuación de los derechos
ni la medida en que tal conciliación pudiera darse, lo cierto es que permite
reinterpretar los derechos humanos a partir de la realidad local. Queda aún pendiente
el desarrollo de interpretaciones más comprehensivas de los derechos humanos
tomando como base las necesidades regionales. Un ejemplo en este sentido, son las
sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos en el caso de la
propiedad comunal de la tierra de los pueblos indígenas, donde si bien se parte del
derecho a la propiedad –incluso cuestionado en su naturaleza como verdadero derecho
humano– la Corte lo reinterpretó a la luz de las necesidades de salvaguarda de los
territorios históricamente en posesión de dichos pueblos 15 .

Por otra parte, la Declaración de Viena vinculó a los derechos humanos con la
democracia y el desarrollo, en los siguientes términos:

8. La democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las


libertades fundamentales son conceptos interdependientes que se refuerzan
mutuamente. La democracia se basa en la voluntad del pueblo, libremente expresada,
para determinar su propio régimen político, económico, social y cultural, y en su plena
participación en todos los aspectos de la vida. En este contexto, la promoción y
protección de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en los planos
nacional e internacional deben ser universales y llevarse a cabo de modo incondicional.
La comunidad internacional debe apoyar el fortalecimiento y la promoción de la
democracia, el desarrollo y el respeto de los derechos humanos y de las libertades
fundamentales en el mundo entero 16 .

Los derechos humanos dejaron de concebirse como un fin aislado para


incorporar a la democracia y el desarrollo como pilares esenciales de la propia garantía

14
Declaración y Programa de Acción de Viena…, op. cit. 11, párrafo 5.
15
Cfr. Caso de la Comunidad Mayagna (Sumo) Awas Tingni Vs. Nicaragua. Excepciones Preliminares.
Sentencia de 1 de febrero de 2000. Serie C No. 66; Caso Comunidad Indígena Yakye Axa Vs.
Paraguay. Fondo Reparaciones y Costas. Sentencia 17 de junio de 2005. Serie C No. 125, y Caso Comunidad
Indígena Sawhoyamaxa Vs. Paraguay. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 29 de marzo de 2006.
Serie C No. 146.
16
Declaración y Programa de Acción de Viena…, op. cit. 11, párrafo 8.

8
y respeto de los derechos humanos 17 . Particularmente, en la Conferencia se reafirma el
derecho al desarrollo como un derecho universal e inalienable y como parte integrante
de los derechos humanos fundamentales 18 y se sostiene que:

10. […] El desarrollo propicia el disfrute de todos los derechos humanos, pero la falta
de desarrollo no puede invocarse como justificación para limitar los derechos
internacionalmente reconocidos 19 .

De acuerdo con esta lectura de los derechos humanos, el siglo XXI comienza
con una construcción más compleja de su naturaleza, ya lejos de la mera concepción
ius naturalista, sino comprendidos más como derechos morales (exigencias éticas que
requieren ser incluidas en textos normativos nacionales e internacionales 20 ) y
enlazados a la democracia y al desarrollo como pilares fundamentales de la dignidad
humana. Por tal motivo, la propia Declaración de Viena concibe a la pobreza extrema
en los siguientes términos:

25. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos afirma que la pobreza extrema y la


exclusión social constituyen un atentado contra la dignidad humana y que urge tomar
medidas para comprender mejor la pobreza extrema y sus causas, en particular las
relacionadas con el problema del desarrollo, a fin de promover los derechos humanos
de los más pobres, poner fin a la pobreza extrema y a la exclusión social y favorecer el
goce de los frutos del progreso social. Es indispensable que los Estados favorezcan la
participación de los más pobres en las decisiones adoptadas por la comunidad en que
viven, la promoción de los derechos humanos y la lucha contra la pobreza extrema 21 .

Uno de los componentes más importantes de la Declaración de Viena fue, sin


duda, el énfasis en el principio de igualdad y no discriminación. Aunque la
Proclamación de Teherán se preocupó por la discriminación racial y contra la mujer, no
fue sino hasta Viena donde las naciones declararon un compromiso más amplio
respecto de dicho principio. De tal forma que esta Declaración condenó no sólo la
discriminación racial y la basada en el sexo, sino también la discriminación en contra

17
La Declaración del Milenio también sostiene la vinculación con la democracia: “No escatimaremos esfuerzo
alguno por promover la democracia y fortalecer el imperio del derecho y el respeto de todos los derechos
humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidos, incluido el derecho al desarrollo”.
Declaración del Milenio, Asamblea General de Naciones Unidas, Resolución A/RES/55/2, 13 de septiembre de
2000, párrafo 24. Sobre la relación entre democracia y derechos humanos, véase: Boyle, Kevin, “Linking
human rights and other goals” en Morrison (ed.), Judges, Transition and Human Rights Cultures, Oxford
University Press, Oxford, 2007.
18
Declaración y Programa de Acción de Viena…, op. cit. 11, párrafo 10.
19
Idem.
20
“26. La Conferencia Mundial de Derechos Humanos celebra el progreso alcanzado en la codificación de los
instrumentos de derechos humanos, que constituye un proceso dinámico y evolutivo […]”. Idem, párrafo 26.
21
Idem, párrafo 25.

9
de los pueblos indígenas, los niños, los discapacitados, los trabajadores migratorios y,
en general, los grupos en situación de vulnerabilidad 22 .

Las características de los derechos humanos, por tanto, no sólo parten de su


universalidad, inalienabilidad, indivisibilidad, interdependencia e integralidad, sino que
también incluyen el principio de igualdad y no discriminación como una consecuencia
necesaria de las anteriores características. En este sentido, conviene esbozar algunas
líneas sobre dicho principio. La igualdad y la no discriminación son conceptos
complementarios; el primero se refiere al sentido positivo del derecho, en la medida
que implica acciones por parte del Estado para garantizarlo, mientras que el segundo
es el sentido negativo, en tanto requiere la abstención del Estado.

Debido a que el principio de igualdad y no-discriminación es un pilar básico en


el derecho internacional de los derechos humanos, la Corte Interamericana de
Derechos Humanos señaló que esta norma tiene el valor jurídico de ius cogens:

4. Que el principio fundamental de igualdad y no discriminación forma parte del


derecho internacional general, en cuanto es aplicable a todo Estado,
independientemente de que sea parte o no en determinado tratado internacional. En la
actual etapa de la evolución del derecho internacional, el principio fundamental de
igualdad y no discriminación ha ingresado en el dominio del jus cogens.

5. Que el principio fundamental de igualdad y no discriminación, revestido de


carácter imperativo, acarrea obligaciones erga omnes de protección que vinculan a
todos los Estados y generan efectos con respecto a terceros, inclusive particulares. 23

En otras palabras, se trata de uno de los principios sobre los que se sustentan
los derechos humanos en general y, aun cuando no existe jerarquía entre ellos, el
derecho a la igualdad y a la no discriminación se entiende como un presupuesto
necesario para el ejercicio de cualquier otro derecho. No obstante lo anterior, la
fragmentación en la protección de los derechos humanos en el Sistema Universal ha
impedido la protección integral de los derechos, aunque recientemente se ha planteado
la posibilidad de analizar los casos de manera holística 24 .

22
Idem, párrafos 15, 18, 20, 21, 22 y 24.
23
CorteIDH. Condición Jurídica y Derechos de los Migrantes Indocumentados. Opinión Consultiva OC-18/03
de 17 de septiembre de 2003, solicitada por los Estados Unidos Mexicanos, párrafo 173.
24
El Examen Periódico Universal debería permitir una comprensión más integral del cumplimiento de las
obligaciones estatales respecto de todos los derechos humanos. Por otra parte, voces críticas han sostenido
la incongruencia e ineficacia del Sistema Universal tal cual como están ahora estructurados los mecanismos

10
Las características de los derechos humanos también pueden observarse en el
Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Igual que en el caso de los Pactos
Internacionales y la DUDH, la Convención Americana sobre Derechos Humanos concibe
25
a los derechos humanos como “fundamento de los atributos de la persona humana” .
No obstante, de manera amplia enfatiza el principio de igualdad y no discriminación,
así como las obligaciones de respetar y garantizar los derechos humanos como deberes
fundamentales de los Estados 26 . Además, establece la obligación de los Estados de
“adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a las disposiciones de
[la] Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren necesarias para
hacer efectivos [los] derechos y libertades” 27 . Por ende, si bien la Convención asume
una vinculación con los derechos humanos como innatos, al mismo tiempo exige su
protección jurídica. Asimismo, la Convención Americana sostiene que:

Artículo 29. Normas de interpretación. Ninguna disposición de la presente Convención


puede ser interpretada en el sentido de: […] b) limitar el goce y ejercicio de cualquier
derecho o libertad que pueda estar reconocido de acuerdo con las leyes de cualquiera
de los Estados Partes o de acuerdo con otra convención en que sea parte uno de dichos
Estados; c) excluir otros derechos y garantías que son inherentes al ser humano o que
se derivan de la forma democrática representativa de gobierno, […].

Dicha norma claramente reconoce la indivisibilidad e integralidad de los


derechos humanos, aún de los derechos reconocidos fuera del Sistema Interamericano
o en el ámbito interno. La interpretación de normas de derechos humanos se basa
principalmente en el reconocimiento de los derechos humanos como un sistema donde
todas sus fuentes se interpretan e iluminan recíprocamente. La Corte Interamericana
ha resuelto que este sistema de derechos humanos, puede identificarse como el corpus
juris del DIDH, el cual “está formado por un conjunto de instrumentos internacionales
de contenido y efectos jurídicos variados (tratados, convenios, resoluciones y
declaraciones)”. 28 De esta forma la Corte no ha limitado su interpretación a las

convencionales de protección. Véase, Alston, Phillips y otros, International Human Rights in Context: law,
politics and morals, 3a edición, New York, 2008, pág. 919.
25
Convención Americana sobre Derechos Humanos, OEA, Conferencia Especializada Interamericana sobre
Derechos Humanos, San José de Costa Rica, 22 de noviembre de 1969, entró en vigor el 18 de julio de
1978, ratificada por México el 24 de marzo de 1981.
26
Convención Americana…, op. cit., artículo 1.1. Los Estados Partes en esta Convención se comprometen a
respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno ejercicio a toda persona
que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión,
opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o
cualquier otra condición social.
27
Convención Americana…, op. cit., artículo 2.
28
Corte IDH, El Derecho a la Información sobre la Asistencia Consular en el Marco de las Garantías del
Debido Proceso Legal, Opinión Consultiva OC-16/99 del 1 de octubre de 1999, párrafo 115.

11
normas del propio Sistema Interamericano de Derechos Humanos sino que ha
reconocido y utilizado documentos del Sistema de Naciones Unidas, de la Corte
Europea de Derechos Humanos y del ámbito interno a fin de lograr la interpretación
más protectora posible 29 .

3. Generalización y especialización

Después de la adopción de los dos Pactos, en el Sistema Universal, y la Convención


Americana en el Sistema Interamericano, la comunidad internacional ha vivido una
explosión de tratados especializados en distintas materias. Algunos de los cuales
responden a problemáticas específicas como la tortura o la desaparición forzada,
mientras que otros atienden las necesidades de ciertos grupos. En concreto, los
derechos generales reconocidos en esos instrumentos, se especializaron para
comprender de manera apropiada realidades invisibilizadas por la generalidad, así
como para adaptar los derechos a dichos grupos.

Dentro del Sistema Universal encontramos los siguientes instrumentos


vinculantes: Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Racial; Convención sobre Todas las Formas de Discriminación contra la
Mujer; Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o
Degradantes; Convención sobre los Derechos del Niño; Convención Internacional sobre
la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y de sus Familias;
Convención Internacional para la Protección de Todas las Personas contra la
Desaparición Forzada, y Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad. 30 A esto debe agregarse un grupo considerable de Protocolos de esas
Convenciones.

Por su parte, el Sistema Interamericano ha adoptado un número importante de


tratados sobre temas específicos: Protocolo Adicional a la Convención Americana en
Materia de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (“Protocolo de San Salvador”);

29
Véase, por ejemplo, “276. Asimismo, en cuanto a los referidos aspectos específicos de violencia contra la
mujer, esta Corte aplicará el artículo 5 de la Convención Americana y fijará sus alcances, tomando en
consideración como referencia de interpretación las disposiciones pertinentes de la Convención
Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, ratificada por el Perú el 4
de junio de 1996, y la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer,
ratificada por Perú el 13 de septiembre de 1982, vigente en la época de los hechos, ya que estos
instrumentos complementan el corpus juris internacional en materia de protección de la integridad personal
de las mujeres, del cual forma parte la Convención Americana”. Corte IDH. Caso del Penal Miguel Castro
Castro Vs. Perú. Fondo, Reparaciones y Costas. Sentencia de 25 de noviembre de 2006. Serie C No. 160,
párrafo 276.
30
México ha firmado y ratificado todos estos documentos internacionales.

12
Protocolo a la Convención Americana sobre Derechos Humanos relativo a la Abolición
de la Pena de Muerte; Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la
Tortura; Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas;
Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la
Mujer (“Convención Belém do Pará”), Convención Interamericana para la Eliminación
de Todas las Formas de Discriminación contra las Personas con Discapacidad y la Carta
Democrática Interamericana. 31

Además de las principales Declaraciones y los tratados internacionales


mencionados, el DIDH también incluye otras Declaraciones, Principios, Reglas Mínimas
y Conferencias que especifican los derechos generales o establecen normas sobre
como mejorar el respeto y goce de determinados derechos humanos. Adicionalmente,
el DIDH está compuesto por un grupo de resoluciones no vinculantes, pero que
concretan el contenido de los derechos humanos; se trata de todo tipo de resoluciones,
observaciones generales y resoluciones de los mecanismos de supervisión. Ese grupo
de documentos no vinculantes, llamado soft law, resultan de gran relevancia para
interpretar adecuadamente los tratados internacionales.

El creciente número de documentos y de derechos –aunque cabe aclarar que la


gran mayoría de los documentos de soft law no son más que interpretaciones o
especificaciones de los derechos generales– ha llevado a algunos grupos incluso a
impulsar una Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes 32 . Lo cierto es
que derechos como el desarrollo o al medio ambiente responden al desarrollo histórico
de las sociedades, por ello es comprensible que hayan surgido con posterioridad. Otra
caso es el de aquellos mal llamados “nuevos derechos” como la memoria histórica que
no son más que reinterpretaciones de otros derechos, como el derecho de acceso a la
justicia. En este último caso, convendría más hablar de reinterpretaciones que de un
nuevo derecho para evitar desnaturalizar las características de los derechos humanos y
expandir sin control los catálogos y, por consiguiente, las obligaciones de los Estados.

Conclusión

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos surgió bajo una concepción ius
naturalista, sin embargo, su desarrollo le permitió expandir la visión para considerarlos
derechos morales, en tanto exigencias éticas dada la dignidad humana que merecen

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México es Estado Parte de todas estos Tratados.
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Declaración Universal de Derechos Humanos Emergentes, Foro Nacional de las Culturas, Barcelona, 2004.
Para más información véase http://www.idhc.org/esp/1241_ddhe.asp#monterrey.

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ser consagradas en textos normativos vinculantes, pero cuya naturaleza no se ve
disminuida en caso de no encontrarse positivizados. Las características de los
derechos, también han evolucionado a raíz de la comprensión de los problemas de
derechos humanos, así como de las dificultades para concretizar las obligaciones de los
Estados. Al día de hoy, nos encontramos frente a un sistema donde todos los derechos
se conectan y dependen unos de otros, tanto para el cumplimiento de las obligaciones
como para analizar posibles violaciones. De esta forma, los Estados no sólo se hayan
en el deber de atender un derecho en específico, sino de considerar el impacto que sus
políticas tiene en el conjunto de los derechos.

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