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INTRODUCCIÓN

 Lo más importante en el cuidado de las heridas es diagnosticar y tratar la


causa subyacente de la lesión. Este paso es fundamental para conseguir la
cicatrización y obtener los mejores resultados con la utilización de apósitos
modernos de cura en ambiente húmedo.

 Dado que la curación de una herida depende del estado general de salud del
paciente, la valoración integral del mismo es esencial para la planificación y
evaluación del tratamiento de la lesión.

EL PROBLEMA

1.1. OBJETIVOS
1.1.1. Objetivos Generales
Proporcionar los conocimientos necesarios para favorecer la reparación de
una herida, actuando sobre los factores que inhiben la cicatrización,
controlando la hemorragia, previniendo la infección, preservando la función de
la zona lesionada y recuperando la estética.

1.1.2. Objetivos específicos:

1
 Favorecer el proceso de granulación y cicatrización
 Prevenir la infección.
 Promover el bienestar del paciente.
 Valorar el proceso de curación.

1.2. JUSTIFICACIÓN
Hoy en día Internet es una de las herramientas más utilizadas, por las
personas de todas las edades, para acceder a información. Disponer de una
página con resultados de investigación adaptados a pacientes y cuidadoras
es una de las garantías para poder ser utilizada sobre todo en materia de
salud.

La aplicación de las nuevas tecnologías y la integración de un sitio web


conectan de una forma eficiente al paciente y cuidadoras con los expertos en
la materia que se desea consultar.

Como todos sabemos las Úlceras por presión son un problema de salud de
primer orden que puede afectar a los pacientes de todas las edades. Es un
derecho del paciente y de sus cuidadoras tener la suficiente información fiable
y avalada científicamente que los habilite y empodere para sus autocuidados,
que empiezan desde la prevención.

MARCO TEÓRICO
2.1. DEFINICIÓN
Herida: toda lesión traumática de la piel y/o mucosas con solución de
continuidad de las mismas y afectación variable de estructuras adyacentes.
Hay muchas clasificaciones de las heridas (etiología, forma, profundidad,
complejidad...), la descrita hace referencia a la situación del proceso de
cicatrización:
Primera intención: sutura primaria.

2
Segunda intención: curación espontánea con tejido de granulación al fondo
de la herida.
Tercera intención: herida abierta en las primeras fases de cicatrización y
luego suturada.1

2.1.1. Complicaciones
Las complicaciones más importantes que pueden derivar de una herida son:
Hemorragia: Es importante saber tratarla de inmediato porque puede llevar a
un shock.
Infección: Si es leve enlentece el proceso de curación y causa fiebre y dolor
intenso. Si pasa a ser grave puede conllevar la pérdida del miembro afectado
o incluso shock y muerte

2.1.2. ¿Qué hacer ante una herida?


Lavarse las manos con agua y jabón.
Hay que observar si hay dolor, hemorragia, el tipo de herida que es y su
extensión.
Conviene conocer la causa para saber qué hacer.
Observa la hemorragia: Si la sangre es más oscura y sale a impulsos es
sangre arterial, más grave.
Si existe hemorragia se debe presionar con una gasa estéril.
Comprueba si hay objetos extraños en la herida (arena, crista, entre otros),
pero no los extraigas.
Una vez que la hemorragia ha parado, cubre la herida prestando atención a
que no se adhiera, y vigilando que no vuelva a sangrar.

1
Normas para el uso correcto de los antisépticos. Servicio de Medicina Preventiva. Hospital General
Universitario Gregorio Marañón. Madrid. 2006.

3
Practica 2

2.2. CLASIFICACIÓN DE LAS HERIDAS


Las heridas son roturas de los tejidos, provocadas por un agente traumático.
En las heridas puede estar solamente afectada la piel o pueden estarlo
también los tejidos subyacentes.
Las heridas se catalogan didácticamente en:

ABIERTAS

COMPLI tipos de CERRADAS


CADAS heridas

SIMPLES

2.2.1. Clasificación General:


Heridas abiertas: En este tipo de heridas se observa la separación de los
tejidos blandos. Este tipo de herida tiende a infectarse fácilmente.

2
Recomendaciones Personal

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Ilustración 1 Herida Abierta
Heridas cerradas: Son aquellas en las que supuestamente no hay lesión, sin
embargo, la hemorragia se acumula debajo de la piel, en cavidades o
vísceras. Aunque, aparentemente no ha sucedido nada, las lesiones internas
pueden ser de gravedad.

Ilustración 2 Herida Cerrada


2.2.2. Clasificación Específica:
Heridas simples: Son heridas que afectan la piel, sin ocasionar daño en
órganos importantes como: rasguños, heridas pequeñas, arañazos.

Ilustración 3 Heridas Simples


Heridas complicadas: Son heridas extensas y profundas con hemorragia
abundante; generalmente hay lesiones en músculos, tendones, nervios, vasos
sanguíneos, órganos internos y puede o no existir perforación visceral.

5
Ilustración 4 Heridas Complicadas
2.2.3. Heridas por el tipo de objeto:
Es importante determinar el objeto o la acción que causo la herida, de esta
forma será mucho más fácil saber el tipo de atención que requiere el herido.

Heridas cortantes: Producidas por objetos con extremos filosos como latas,
vidrios, cuchillos, que pueden seccionar músculos, tendones y nervios. Los
bordes de la herida son limpios y lineales, la cantidad del sangrado depende
del lugar y la cantidad de los vasos sanguíneos lesionados.

Ilustración 5 Heridas Cortantes


Heridas punzantes: Son producidas por objetos puntiagudos, como clavos,
agujas, anzuelos o mordeduras de serpientes. La lesión es dolorosa, el
sangrado puede ser escaso y el orificio de entrada es poco notorio; es
considerada la más peligrosa porque puede ser profunda, haber perforado
vísceras y provocar hemorragias internas. Son heridas de fácil infección, ya
que la limpieza de la herida se dificulta o no es atendida como debe ser. Una
complicación común es el tétanos.

6
Ilustración 6 Heridas Punzantes

Heridas cortos punzantes: Producidas por objetos agudos y afilados, como


tijeras, puñales, cuchillos, o un hueso fracturado.

Ilustración 7 Heridas Corto Punzantes

Heridas laceradas: Producidas por objetos que tienen bordes filosos e


irregulares como el de un serrucho o el borde de latas. El tejido se desgarra.

Ilustración 8 Heridas Laceradas


Heridas por armas de fuego: Producidas por pistola; por lo general el orificio
de entrada es pequeño, redondeado, limpio y el de salida es de mayor

7
tamaño, la hemorragia depende del vaso sanguíneo lesionado; puede haber
fractura o perforación visceral, según la localización de la lesión.

Ilustración 9 Heridas por Arma de Fuego

Raspaduras, excoriaciones o abrasiones: Es la producida por un roce de la


piel sobre superficies duras. Son los clásicos raspones, producidas en caídas.
Este tipo de herida es dolorosa, hay sensación de ardor, el sangrado es
escaso. Sin la limpieza y atención adecuada se puede infectar con facilidad.

Ilustración 10 Raspaduras, excoriaciones o abrasiones

Heridas contusas: Producidas por piedras, palos, golpes de puño o con


objetos duros. Hay dolor e inflamación.

8
Ilustración 11 Heridas Contusas
Amputación: Es la pérdida parcial o completa de una extremidad como: un
dedo, una mano, un brazo, pie, etc.

Ilustración 12 Amputación

Aplastamiento: Cuando las partes del cuerpo son atrapadas por objetos
pesados. Pueden incluir fracturas óseas, lesiones a órganos externos y a
veces hemorragias externa e interna abundantes.

Ilustración 13 Aplastamient
Moretón: Es el daño a los tejidos blandos y vasos sanguíneos por debajo de
la piel. El tejido pierde su color y se inflama. Inicialmente la piel sólo se ve
roja; pero con el tiempo se vuelve de color morado o rojo oscuro. Un moretón
grande o muy doloroso es señal de un daño severo a los tejidos.

9
Ilustración 14 Moretón
2.3. SÍNTOMAS Y SIGNOS
Rotura de la piel, que varía según el tipo de herida.
Dolor.
Hemorragia, que depende en parte de los órganos y vasos sanguíneos
afectados.

PUNZANTES

APLASTAMIENT
O CORTANTES

MAGULLADURAS CLASIFICACIÓ PUNZOCORTANTES


N DE LOS
DIFERENTES
TIPOS DE
HERIDAS

CONTUSAS ABRASIONES

AMPUTACIÓN AVULSIVAS

10
CAUSAS
PRINCIPALES DE Accidentes de
HERIDAS NO tránsito
INTENCIONALES

Ahogamiento Quemaduras

Caídas Envenenamiento

Cicatrización por tercera intención

Cicatrización por segunda


intención
Cicatrización por
primera intención
LOS TIPOS DE
CICATRIZACIÓN

QUEMADURAS

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INTRODUCCIÓN

Las quemaduras representan uno de los accidentes más frecuentes, graves e


incapacitantes que existen. Se estima que un elevado porcentaje, en torno al
85%, podía evitarse, ya que se deben a descuidos, en general domésticos. La
población más afectada son de corta edad, niños y adultos jóvenes, en su
mayoría.

La evolución del paciente quemado depende de la fuente de calor, el tiempo de


actuación y su intensidad, el tipo de paciente (edad y patologías previas) y la
calidad de tratamiento que se preste en la etapa aguda. La regla primordial en el
tratamiento de emergencia del quemado es olvidarse de la quemadura y valorar
el estado general del paciente.

Definición

Las quemaduras son lesiones que afectan a la integridad de la piel consistentes


en pérdidas de sustancia de la superficie corporal producidas por distintos
agentes (calor, frío, productos químicos, electricidad o radiaciones como la
solar, luz ultravioleta o infrarroja, etc), que ocasionan un desequilibrio
bioquímico por desnaturalización proteica, edema y pérdida del volumen del
líquido intravascular debido a un aumento de la permeabilidad vascular. El
grado de la lesión (profundidad de la quemadura) es el resultado de la
intensidad del efecto del agente y la duración de la exposición y puede variar
desde una lesión relativamente menor y superficial hasta pérdida extensa y
severa de piel.

Las quemaduras térmicas más comunes en adultos son aquellas ocasionadas


por fuego (40-45%), mientras que en los niños las lesiones con mayor frecuencia
son escaldaduras con líquidos calientes.

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Las quemaduras, sobre todo si son graves, a menudo se pueden acompañar de
afección de otros aparatos, bien por alteración directa o bien a consecuencia de
la deshidratación. A menudo los síntomas respiratorios que acompañan a las
quemaduras térmicas se deben a la inhalación de productos resultantes de una
combustión incompleta, los cuales son potentes irritantes químicos de la
mucosa respiratoria; e incluso si la inhalación es de gases calientes se altera el
nivel de conciencia.

Aunque su pronóstico depende de la extensión y la profundidad de la lesión, hay


ciertas zonas (manos, pies, cara y perineo) que por sí solas producen importantes
incapacidades.
La evolución del paciente quemado depende de la fuente de calor, el tiempo de
actuación y su intensidad, el tipo de paciente (edad y patologías previas) y la
calidad de tratamiento que se preste en la etapa aguda.

Etiología

Como ya hemos comentado, son muchos y variados los potenciales agentes


que causan las quemaduras. El calor, bien por llama expuesta bien por líquidos
calientes, es la causa más común entre profesionales (por lo general cuando
alcanzan temperaturas entre 15 o 45ºC e incluso superiores). Sin embargo, en
la población general, cada día cobran más importancia las quemaduras
producidas por radiaciones: solares, por luz ultravioleta o infrarrojos; debidas en
los dos primeros casos a la exposición excesiva, y en el último, frecuentemente,
por yatrogenia. Otros posibles agentes son las sustancias caústicas o ácidos,
los cuales entrañan graves peligros ya que suelen producir escasos signos o
síntomas durante los primeros días por extensión lenta de la necrosis que
producen, estando muy comprometida la vida cuando se manifiesta la patología.
No nos podemos olvidar de la electricidad, cuyas lesiones ocurren por la
generación de calor por encima de los 5000ºC, y que suele provocar lesión
significativa con muy poco daño de la piel suprayacente (dado que la mayor

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resistencia a la corriente eléctrica se produce en el punto del contacto cutáneo
con el conductor, las quemaduras eléctricas generalmente afectan la piel y
tejidos subcutáneos y pueden ser de cualquier tamaño y profundidad). La
necrosis y la escara progresiva suelen ser mayores de lo que parece indicar la
lesión inicial, y lo propio ocurre con la profundidad de la lesión. La corriente
alterna puede ocasionar parálisis respiratoria inmediata ,fibrilación ventricular o
ambas, efectos muy similares a los que puede provocar el alto voltaje de un
rayo.

Factores de riesgo

En el entorno habitual, doméstico, profesional o natural, podemos observar


múltiples factores de riesgo. Entre los domésticos, por citar algunos,
encontramos los calefactores de agua caliente regulados demasiado alto, el
descuido con cigarrillos encendidos, el fuego para cocinar, radiadores o estufas,
enchufes en mal estado, cableado eléctrico inadecuado o defectuoso... Los
factores de riesgo más frecuentes en el ámbito laboral suelen ser por exposición
a sustancias químicas, electricidad o radiación; y los naturales abarcan
principalmente al sol y a los rayos.

Valoración de una quemadura

El pronóstico de una quemadura está en función de tres variables:


• Superficie afectada
• Profundidad, y
• Edad y antecedentes patológicos del quemado

1. Superficie afectada
La extensión de una quemadura incide fundamentalmente en el estado
general del quemado. Para el cálculo de la extensión, un método simple que

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puede utilizarse es la " regla de los nueve de Wallace", mediante la cual se
considera que las distintas regiones anatómicas corporales representan un
9% cada una o un múltiplo de 9 % de la superficie corporal total (tabla 1).

2. Profundidad

La profundidad de la injuria cutánea se clasifica como primero, segundo o


tercer grados. La evaluación clínica de la profundidad de las quemaduras en
ocasiones puede ser difícil, pero existen algunas guías para evaluar el grado
de quemadura (tabla 2)

• Quemadura de primer grado. Únicamente afecta a la epidermis.


Consiste en un eritema doloroso probablemente subsecuente al
edema de la zona. No se forman ampollas. Pocos días después
aparece la descamación y es posible que deje zonas
hiperpigmentadas. Cura espontáneamente al cabo de 3-4 días, sin
cicatriz.

• Quemadura de segundo grado. Afectan siempre y parcialmente a la


dermis. Pueden ser superficiales o profundas de acuerdo con la
profundidad del compromiso dérmico. A) Las superficiales: afectan a
epidermis y cara superior de la dermis, con formación de ampollas y
exudación de suero. La superficie quemada es uniformemente

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rosada, se blanquea con la presión, es dolorosa y extremadamente
sensible a los pinchazos. El daño superficial cura espontáneamente
en tres semanas a partir de elementos epidérmicos locales, folículos
pilosos y glándulas sebáceas con muy poca, sí alguna cicatriz. B) Las
profundas: afectan a los dos tercios más profundos de la dermis. La
superficie quemada tiene un aspecto pálido, se palpa indurada o
pastosa y no se blanquea con la presión; algunas áreas pueden estar
insensibles o anestesiadas al pinchazo. Se forma una escara firme y
gruesa y la cicatrización es lenta. Puede demorar más de 35 días en
curar completamente. Estas quemaduras curan con cicatrización
severa y pueden asociarse con pérdida permanente de pelo y
glándulas sebáceas.

• Quemaduras de tercer grado. Implican destrucción completa de

todo el espesor de la piel, incluyendo todos sus apéndices o anejos


cutáneos, y afectando a la sensibilidad. Aparece una escara seca,
blanquecina o negra que puede tener un techo como el del cuero
seco o ser exudativo. El signo patgnomónico es la trombosis venosa
visible a través de la piel. Dejan siempre cicatriz en la zona y a veces
requieren injertos cutáneos. Al estimar la profundidad de las

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quemaduras, debe recordarse que la lesión puede evolucionar
durante las primeras 24-48 horas
y que durante este periodo la presencia de edema hace
extremadamente difícil tener la absoluta certeza sobre la profundidad
real de la injuria; en estos casos, es útil la exploración al dolor por
pinchazo (prueba del pinchazo). Además, la isquemia y la infección
pueden transformar una quemadura superficial en una lesión más
profunda de todo el espesor. Las cicatrices que dejan son irregulares
con partes atróficas y otras hipertróficas o queloideas. Pueden ser
origen de contracturas en las articulaciones y, muy ocasionalmente,
ser la base de un carcinoma epidermoide muchos años tras su
aparición.

(TABLA 1)

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AFECTACIÓN ASPECTO CURACIÓN

 Epidermis • Eritema  Curación

GRADO 1 doloroso espontánea,


• Edema sin cicatriz
 1/3 Sup • Piel rosada  Curación
SUPERFIC. dermis. dolorosa espontánea
GRADO • Ampollas con cicatriz.
 2/3 Prof. • Piel pálida +/- • Curación lenta
2
PROFUNDA dermis anestesiada. con cicatriz.
• Escara. • Pérdida de pelo.

 Piel y anejos • Escara seca  Cicatriz +/-


• Trombosis retracción
venosa, a través articular,
GRADO 3
de la piel. +/-
necesidad de
injerto de piel
Quemaduras de Quemadur segundo grado Quemaduras de tercer
primer grado as de Dérmica Dérmica profunda grado
superficial
Causa –Sol –Líquidos –Líquidos –Llama
–Fogonazo menor calientes calientes –Escaldadura por
–Fogonazos o –Fogonazos o inmersión
llamas – llamas – –Electricidad de alto
Exposición breve Exposición voltaje
a sustancias prolongada a –Exposición a sustancias
químicas diluidas sustancias químicas concentradas –
químicas diluidas Objetos calientes
Color Rosado Rosado o rojo Rojo oscuro o –Blanco perlado o
brillante blanco amarillento carbonizado
moteado –Transparente o como
parche
Superficie Seca o pequeñas –Tamaño –Ampollas –Seca con epidermis no
vesículas variable; menores, a veces viable adherente
ampollas rotas –Vasos trombosados
grandes – –Ligeramente
Exudado húmeda
abundante
Sensación Dolorosa Dolorosa –Disminución de –Anestesia
la sensación al – Sensación de presión
pinchazo – profunda
Sensación de

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presión profunda
intacta
Textura Suave, con edema Engrosada por Edema moderado No elástica y correosa
mínimo y posterior edema, pero con menor
exfoliación flexible elasticidad
superficial
Cicatrizació 2-3 días 5-21 días >3 semanas Ninguna; requiere injertos
n

Aunque la diferenciación entre los diferentes grados de injuria cutánea no es


absolutamente esencial para planificar la reanimación, tiene grandes
consecuencias en el cuidado ulterior de la herida y el pronóstico final y la
evolución de la curación.

3 Edad y antecedentes patológicos del quemado


Tienen peor pronóstico las lesiones que ocurren en pacientes de edad
avanzada, con enfermedades cardiovasculares o durante el embarazo o el
puerperio.

Clasificación de las quemaduras

Es importante que existan unos criterios de clasificación y orientación sobre


las quemaduras. Principalmente éstos atienden a la gravedad, y respecto a
ella se establece la pauta a seguir con respecto al tratamiento. Así las
quemaduras graves y moderadas requieren ingreso hospitalario y las
menores pueden tratarse de forma ambulatoria bajo estricta vigilancia
médica. A continuación se exponen dos tablas; en la primera (tabla 3) se
presenta de forma esquemática lo que constituye un quemado crítico, y en
la segunda (tabla 4), se exponen las quemaduras según el criterio de
gravedad.
Tabla 2: Quemado crítico.
• Menos de 14 años y más de 15% extensión.
• Más de 60 años y más de 15% extensión
• Menos de 60 años y más de 25% extensión.

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Tabla 4: Clasificación de las quemaduras, según gravedad.
• Todas las quemaduras de primer grado.
• Todas las de segundo grado superficiales con menos del 15% de extensión y
Menores • menos de 10% en niños.
Todas las de segundo grado profundas y las de tercer grado con menos del
1% de extensión, dependiendo de su localización.
• Todas las de segundo grado superficiales con un 15-30% de extensión.
Moderada • Todas las de segundo grado o tercer grado con menos del 10% de extensión.
s. • Todas las químicas y eléctricas.

Todas las de segundo grado superficiales con más del 30% de extensión.
• Todas las de 2º grado profundas y las de 3º grado y más del 10% de
• extensión.
Graves. • Todas las que se acompañen de lesiones respiratorias importantes.
 Todas las eléctricas profundas.

Por tanto, y atendiendo a la tabla, son criterios de gravedad, y que requieren ingreso
hospitalario:
a. las quemaduras que afectan a una extensión superior al 10% de la superficie
corporal ( 5-8% niños o ancianos);
b. las quemaduras en sitios especiales (manos, pies, cara y perineo);
c. las quemaduras de tercer grado con extensión mayor al 2%.
Requerirán reposición volémica aquellas cuya extensión supere el 15% de la
superficie corporal, y si constituye un "gran quemado" (niños o ancianos con
afectación de superficie mayor del 10-15%, y en adultos mayor del 25%).

Complicaciones

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Las complicaciones de las úlceras pueden clasificarse en locales (de la herida en la
piel), o sistémicas, y a su vez éstas últimas pueden ser consecuencia de la propia
quemadura, como el shock o la sepsis, o bien al estado de postramiento y
encamamiento al que se ve sometido el paciente tras la lesión.
A Locales
La infección es la complicación más frecuente e importante, tanto por
bacterias Gram positivas, Stafilococos y Streptococos, como Gram negativas.
Las endo y exotoxinas de estas bacterias son fuente de shock. Por otro lado,
la sobreinfección de las quemaduras complica y prolonga el proceso de
cicatriz, pudiendo provocar un queloide, el cual, y dependiendo de la
localización, puede dar lugar a retracciones de la piel con implicaciones
mecánicas si están próximas a una articulación.

B) Sistémicas
1. Shock. Su incidencia aumenta paralelamente a la extensión de la
quemadura. Puede ocurrir a partir de un 20% de superficie corporal
quemada en el caso de los adultos y de un 10% en el de los niños.
Inicialmente es un shock hipovolémico y posteriormente puede
complicarse con un shock séptico , siendo el germen más frecuentemente
implicado la Pseudomona.
La fisiopatología del shock hipovolémico consiste en la pérdida de líquidos
al exterior a través de la herida de la quemadura desde los vasos dañados
y desde el espacio intersticial. Además se produce un edema por
liberación de sustancias vasoactivas como la histamina, las
prostaglandinas y las quininas, el cual puede aparecer a cierta distancia
de la zona quemada. La pérdida de fluidos es máxima durante los
momentos inmediatos a la quemadura y en las 48 primeras horas.
Paralelamente hay una caída marcada en la presión osmótica debido a la
pérdida adicional de sales y proteínas. Ambas circunstancias pueden
conducir a reducción del volumen circulante de sangre y a una
insuficiencia hemodinámica. La liberación de catecolaminas está muy
aumentada. Finalmente puede desarrollarse una acidosis metabólica,
hipoxia y estasis tisular debido a la coagulación intravascular que pueden

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conducir al fallo de diversos órganos: corazón, riñones, hígado e
pulmones.
El paciente presenta hipotermia, palidez, sudoración fría, taquicardia
normotónica o bradicardia hipotónica, sed y ansiedad en los pródromos.
Durante el shock desarrollado aparece taquicardia (superior a 100
latidos/minuto) e hipotensión. El paciente se encuentra, en esta fase,
inquieto y con nauseas. La disminución de la volemia durante las primeras
48 horas puede conducir a la reducción en el aporte de oxígeno a los
tejidos, con el consiguiente fallo a nivel cerebral, renal, hepático, muscular
y en el tracto gastrointestinal. La complicación más grave es el fallo renal
agudo de tipo pre-renal que produce anuria y puede llevar a la muerte.
2. Ulceras gástricas y duodenales, frecuentes en el paciente quemado y que
se deben a la hipoxia por reducción de la volemia, junto a la liberación
masiva de catecolaminas y otros mediadores de la inflamación.
3. Otras comunes a pacientes largamente encamados como las bronquitis y
neumonías, el ileo intestinal (que si es mantenido puede ser el primer
signo de sepsis), o las alteraciones inmunológicas consistentes en un
descenso global de la inmunidad, depresión de la inmunidad celular y de la
humoral.

CONCLUSIONES.

 Este informe permitirá dar conocimiento a los estudiantes en forma teórica lo


que es una herida, los tipos y categorías que existe ante esta lesión y la forma
en que hacer ante una contusión producida en las distintas causas
intencionales del ser humano. Esto es algo sumamente importante que puede
salvarles la vida a muchas personas, incluso la tuya. Curar una herida es algo
todos debemos saber, ya que las heridas son comunes y le suceden a todas
las personas.

 Las heridas son las lesiones más comunes y que todo el mundo sufre alguna
vez en su vida. En esta ocasión queremos que aprendas junto a nosotros
fundamentalmente como curar una herida. Esto último es fundamental ya que

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existen heridas que si no son curadas instantáneamente corren peligro de
infección y por consiguiente que se generen problemas de índole mayor

 Las quemaduras son lesiones que afectan a la integridad de la piel


consistentes en pérdidas de substancia de la superficie corporal producidas
por distintos agentes (calor, frío, productos químicos, electricidad o
radiaciones como la solar, luz ultravioleta o infrarroja, etc.), que ocasionan un
desequilibrio bioquímico por desnaturalización proteica, edema y pérdida del
volumen del líquido extravascular debido a un aumento de la permeabilidad
vascular. El grado de la lesión (profundidad de la quemadura) es el resultado
de la intensidad del efecto del agente y la duración de la exposición y puede
variar desde una lesión relativamente menor y superficial hasta pérdida
extensa y severa de piel.

 Las quemaduras térmicas más comunes en adultos son aquellas ocasionadas


por fuego (40-45%), mientras que en los niños las lesiones con mayor
frecuencia son escaldaduras con líquidos calientes.

 Las quemaduras, sobre todo si son graves, a menudo se pueden acompañar


de afección de otros aparatos, bien por alteración directa o bien a
consecuencia de la deshidratación. A menudo los síntomas respiratorios que
acompañan a las quemaduras térmicas se deben a la inhalación de productos
resultantes de una combustión incompleta, los cuales son potentes irritantes
químicos de la mucosa respiratoria; e incluso si la inhalación es de gases
calientes se altera el nivel de conciencia.

 Aunque su pronóstico depende de la extensión y la profundidad de la lesión,


hay ciertas zonas (manos, pies, cara y perineo) que por sí solas producen
importantes incapacidades.

 La evolución del paciente quemado depende de la fuente de calor, el tiempo


de actuación y su intensidad, el tipo de paciente (edad y patologías previas) y
la calidad de tratamiento que se preste en la etapa aguda.

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RECOMENDACIONES

1. No retirar el apósito salvo indicación expresa del personal sanitario.


2. Evitar mojar la zona afectada.
3. No introducir ningún tipo de objeto para rascarse: existe un riesgo elevado de
que se produzan lesiones en la piel.
4. Si afecta a extremidades superiores:
 No utilizar anillos, pulseras, relojes, ni esmalte de uñas.
 No utilizar guantes, dediles o plásticos aislantes de forma prolongada.
En el caso de haber sufrido pérdida de sustancia, mantener la mano elevada
por encima del codo y apoyada en un cabestrillo.
5. En caso de sufrir quemaduras, aumentar la ingesta de líquidos (si no hay
contraindicaciones por patoloogía asociada).
6. Si se presentan erosiones o heridas tratadas con cura seca en domicilio, aplicar
povidona iodada con gasa (no algodón) y a toques (no restregando).
7. En caso de presentar endurecimiento, enrojecimiento y/o calor de la zona
donde se haya administrado la vacuna antitetánica, aplicar hielo (nunca
directamente sobre la piel).
8. Tras la cicatrización de la herida rehidratar la zona afectada con cremas
hidratantes.
9. Una vez cicatrizada, proteger la herida del sol con una protección alta (FPS
superior a 15) durante un mínimo de dos años. De esta forma se minimizan las
secuelas estéticas de la misma.
10. Seguir las pautas que le recomienda el personal sanitario sobre cuidados y
tratamiento.

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BIBLIOGRAFIA

 Interpretaciones y Sugerencias de los Médicos


 Normas para el uso correcto de los antisépticos. Servicio de Medicina
Preventiva. Hospital General Universitario Gregorio Marañón. Madrid. 2006.
 Recomendaciones Personal
 Hospital Regional Cusco –ESSALUD
 Autor: Percy Zapata Mendo
 Peset JL. El saber quirúrgico. En: Lain Entralgo. Historia Universal de la
Medicina.
 Salvat Editores, S.A., t. 6, 1971;298-302.
 Ghalioungui P. La medicina en el Egipto faraónico. En: Lain Entralgo. Historia
 Universal de la Medicina. Salvat Editores S.A., t. 1, 1997;95-99.
 Haeger K. The beginnings of medicine. En: Knut Haeger. The Illustrated
history of surgery. United Kingdom. Harold Starke (medical), 1988;28-32.

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