Está en la página 1de 22

METÁFORAS TEMPORALES EN LA LENGUA AYMARA1

Ignacio Apaza Apaza


iaap54@yahoo.es
INSTITUTO DE ESTUDIOS BOLIVIANOS
UNIVERSIDAD MAYOR DE SAN ANDRÉS

1. Introducción.- Las expresiones aymaras se caracterizan por su alto contenido


metafórico, ya que la visión del mundo para los aymaras se sitúa en el contexto de las
relaciones entre hombre, animal y naturaleza. Esta forma de concebir el mundo, mediante el
lenguaje figurado y las relaciones que existen entre el tiempo, espacio y movimiento puede ser
explicada a partir de la lingüística cognitiva (G. Lakoff y M. Johnson 1995). Esta disciplina
unifica estudios de niveles lingüísticos como la fonología, la sintaxis, la semántica y el
discurso, los cuales son tratados mediante un mismo conjunto de principios (G. Palmer 2000:
53). En lingüística cognitiva el lenguaje expresa representaciones mentales o ideas coherentes,
conceptos, esquemas, modelos cognitivos idealizados, entre otros. Esta explicación debe
permitir comprender la existencia de las expresiones metafóricas y su uso en el contexto de la
visión aymara de conceptos básicos, tales como tiempo y movimiento. Asimismo, en el
empleo de las expresiones metafóricas participan varios procesos cognitivos del hablante y de
sus interlocutores, los cuales se basan, a su vez, en la experiencia de la vida cotidiana. Esta es
la razón de la existencia de un conjunto de expresiones metafóricas que conforman las
prácticas discursivas habituales, y nos permite comprender que el lenguaje cotidiano es, en
gran medida, de carácter metafórico.

En los últimos años el desarrollo de las ciencias cognitivas2 dio lugar a la atención de
temáticas como éstas y se están realizando esfuerzos enormes por adoptar las curriculas a las

1
Este trabajo forma parte de una investigación más amplia denominada ‘Concepción y estructura de metáforas
temporales en la lengua aymara’ y fue presentado como ponencia a la XIX Reunión Anual de Etnología del
Museo Nacional de Etnografía y Folklore, realizado del 24 al 27 de agosto del 2005.
2
Las ciencias cognitivas son un conjunto de disciplinas entre las cuales se encuentran la sicología cognitiva, la
neurociencia, la informática, la lingüística y la antropología, que se proponen, a través, de un intento
interdisciplinario, dar respuestas a los problemas acerca del conocimiento humano de larga data (R. Núñez, V.
Neumann y M. Mamani, 1997:48).

1
diferentes realidades socioculturales como es nuestro país. Para realizar una labor de esta
magnitud con éxito, es necesario -entre otras cosas- realizar un adecuado análisis descriptivo
de las diferencias y semejanzas de las realidades donde se lleva a cabo el proceso de
enseñanza y aprendizaje, por ejemplo, bajo el modelo de la Educación Intercultural y Bilingüe
(Reforma Educativa, 1994).

En este estudio me propongo investigar algunas expresiones metafóricas que


caracterizan al habla de la región de la cuenca del lago Poopó, del departamento de Oruro.
Específicamente, pretendo describir las metáforas que organizan la concepción del tiempo en
aymara. Otro de los propósitos de esta pesquisa es el de establecer las diferencias y similitudes
conceptuales existente entre expresiones metafóricas del castellano y del aymara que
organizan la concepción del tiempo. De esta manera lograr una caracterización del sistema
metafórico para comprender la concepción del tiempo y sus relaciones con las experiencias de
la vida cotidiana de los usuarios de la lengua.

Los estudios sobre los usos de expresiones metafóricas constituyen una entrada
privilegiada a la concepción del mundo aymara para comprender las relaciones con los
diferentes procesos cognitivos, reflejados mediante el lenguaje figurado, y su relación con las
actividades de la vida cotidiana de las comunidades. Estos estudios se orientan hacia el
conocimiento, la comprensión e interpretación de la compleja realidad sociocultural y
lingüística de las comunidades aymaras. Consideramos que este estudio contribuirá a uno de
los aspectos poco conocidos en el aymara, como es la estructura de sistemas metafóricos, en la
perspectiva de la lingüística cognitiva. Por tanto, este estudio adquiere su importancia y
relevancia sociocultural en tanto está orientada a la recuperación de elementos lingüísticos y se
fundamenta en las necesidades de descripción de los diferentes fenómenos lingüísticos. De
esta manera se pretende contribuir a la recuperación de datos relacionados con la tradición oral
y la memoria colectiva aymaras en general.

2. El tiempo en aymara.- En aymara el Pacha (tiempo y espacio) se concibe como


entidad sagrada, y se lo experimenta -con relación a la producción agrícola y la reproducción
como jallupacha (época de lluvia), awtipacha (época seca), juyphipacha (época de helada),

2
waña mara (año de sequía), etc. Esta es la razón por la que la cultura andina, divide el tiempo
según los ciclos agrícolas y actividades reproductivas. En las distintas etapas del ciclo
productivo como siembra, aporque, crecimiento de plantas y la cosecha se ejecutan diferentes
ritos de mucha importancia para el hombre andino. De esta manera se establece una relación
íntima entre el espacio cósmico, el hombre y los animales.

Para el aymara el tiempo está ubicado en el espacio y se concibe el uno y el otro a la


vez, de acuerdo al criterio de la complementariedad. El tiempo se concibe como una totalidad
copresente, con su espacio, de ahí que el espacio y tiempo posean un solo lexema, el Pacha.
El hablante aymara distingue con facilidad cuándo pacha significa ‘espacio’ y cuándo
significa ‘tiempo’. En la lengua aymara por su carácter de aglutinación, existen marcadores
morfológicos que indican las diferentes funciones gramaticales. Por ejemplo, en una expresión
como Jaqiki Jaqixa aka pachana yuriritanwa (Todos los hombres somos nacidos en esta
tierra), reconocemos que pacha se refiere al espacio por estar acompañado del sufijo /–na/ que
marca lugar (equivalente a ‘en’ del español). Mientras en la expresión Pachaxa nayraxa
mayjänwa (Antes (antiguamente) los tiempos eran diferentes) el lexema pacha va seguida por
nayra (antes) con valor adverbial de tiempo, lo que da significado de tiempo pasado. Cuando
pacha está en función de sufijo, va añadida a la forma base o radical como en Markpachawa
sarañasa (Debemos ir todo el pueblo) donde el elemento pacha cumple la función de marcar
totalidad.
PACHA
Espacio Tiempo
Aka pachana yuriritanwa Pachaxa Nayraxa mayjänwa
(Somos nacidos en esta tierra) (Antiguamente, el tiempo era diferente)

Jaqixa uraqina utjiritanwa Kunapachkamasa suyañani


(Los hombres vivimos en la tierra) (¿Hasta cuándo esperaremos?)

La unidad Pacha, tiene tres funciones: como lexema libre significa espacio y tiempo, y
como sufijo marca totalidad.3 Ejemplos:
a) Pacha (como tiempo), Nayra Pachaxa janiwa iskuilaxa utjkanti (Antiguamente no
habían escuelas). Pachaxa qaritaxiwa (El tiempo ya está cansado).

3
La unidad ‘pacha’, a parte de las funciones señaladas, desempeña otras funciones que por pertinencia, en este
trabajo, se tomó en cuenta sólo tres funciones de dicha unidad.

3
b) Pacha (como espacio), Pacha Mamawa jakaña churistu (La madre tierra nos da vida),
Aka pachana jaqïñaxa janiwa utjxiti (Yo no hay vida en esta tierra)
c) –pacha (como totalidad), Markpachawa sayt’asiñani (Nos levantaremos todo el
pueblo). Marpacha sarnaqañaruwa mantta ( Me tocó caminar todo el año).

Las formas de concebir el tiempo difiere según las lenguas y culturas, por ejemplo, en
aymara el futuro está detrás de uno, todavía no visible; el pasado está delante de sus ojos,
visible. De acuerdo con este criterio el tiempo se divide en futuro y no-futuro. Esta percepción
del tiempo se puede establecer mediante las expresiones como qhipurkama que literalmente
quiere decir, ‘hasta día atrás’ y que está compuesto de los siguientes elementos léxicos y
morfológicos: qhipa = atrás, uru = día y –kama = hasta, de donde literalmente resulta como
‘hasta día atrás’. Asimismo, existen otras expresiones en la que el futuro se concibe como
ubicado detrás del observador como en las siguientes expresiones:

(1) a. Akata qhiparuxa kunsa uñjchiñani


[De aquí para atrás qué veremos]
Qué veremos hacia el futuro

b. Qhipa jaqinakaxa janiwa kunsa yatxiti


[La gente de atrás ya no sabe nada]
La gente de ahora ya no sabe nada

Estas expresiones dan cuentan que el observador se encuentra con vista al pasado y de
espalda al futuro, por esta razón el pasado en la cultura aymara es visible, representa todo lo
experimentado, mientras que el futuro son tiempos no realizados que están fuera de la
experiencia, por tanto no son visibles. Esto significa que el observador aymara respecto al tiempo
se encuentra invertida en comparación con el observador occidental. Existen otras expresiones
que dan cuenta de esta forma de concebir el futuro como qhipa mara (lit. año atrás) ‘año
próximo’, qhipa pacha (lit. tiempo atrás), ‘tiempo futuro’ y muchas otras.

En aymara existen formas temporales plenas como: jichha (ahora), aruma (noche), uru
(día), masüru (ayer), qharüru (mañana), jayp’u (tarde), phaxsi (mes), mara (año), etc.
También hay otras formas más genéricas y complejas como: alaya mara (aquellos años),
nayra (ojo, antes), jaya (lejos), jaya pacha (tiempos antiguos), khuri (lejos), entre otras.

4
En la lengua, todos los elementos componentes tienen valor y función sólo cuando
entra en una red de relaciones con otros elementos. Así los fonemas y los morfemas no pueden
tener significados independientes, las oraciones igualmente dependen del texto y del contexto,
respectivamente. Por tanto, en el aymara no puede haber una oposición entre el significante y
el significado, sino que se complementan para formar un ente, así como la lengua para su
realización requiere de los componentes principales; arsuri (hablante) e ist’iri (oyente).

LENGUA

Arsuri Ist’iri
hablante oyente

Significante Significado

La lengua para su realización concreta, también requiere de algunos componentes


principales como un DESTINADOR, MENSAJE Y DESTINATARIO. El mensaje a su vez,
requiere de un CONTEXTO para que la comunicación sea inteligible entre el destinador y
destinatario, se necesita un CÓDIGO común para ambos, un CONTACTO o canal físico y una
conexión psicológica entre el destinador y el destinatario (R. Jakobson, 1985: 352-360).

La atención central de este trabajo es el tratamiento del transcurso del tiempo,


considerando que este concepto cognitivamente es fundamental para cualquier tipo de
enseñanza – aprendizaje. Por otra parte, aún siendo universal la noción del tiempo, existen
dificultades en la concepción del tiempo en las diferentes áreas de enseñanza y que las culturas
conciben el tiempo de acuerdo a su lógica y según su experiencia cotidiana (R. Núñez, 1997:
48). Estas diferencias en la concepción de tiempo, en el sistema educativo oficial y
globalizante, pasan incomprendidas por el desconocimiento de las diferencias culturales que
implican esquemas mentales también diferentes entre los miembros de una cultura y la otra.

La descripción de las metáforas de tiempo permiten comprender la esencia del contenido y


experimentamos el tiempo en términos de otra cosa. La metáfora explica los valores
fundamentales arraigados en nuestra cultura, por lo que tiene la función principal de hacer más
inteligible los mensajes. Esto nos permite reflexionar sobre la importancia de reviste el

5
tratamiento de las ‘metáforas de tiempo’, dentro de una realidad cultural diversa en la que las
formas de concebir el tiempo presentan diferencias significativas.

3. Concepto de metáfora.- Habitualmente, la metáfora, consiste en el empleo de una


palabra concreta para expresar una noción abstracta, sin elemento que introduzca formalmente
una comparación, por extensión, la metáfora es el empleo de un término en sustitución de otro.
En la concepción de la ‘lingüística cognitiva’, la metáfora sobrepasa el criterio del sistema
lingüístico y forma parte de la cognición humana. De este modo, la palabra metáfora, para E.
Rivano (2003:103-105), ya trae una teoría inscrita en su significado: la metáfora es el
transporte que hace una palabra de una carga que no le corresponde. Lakoff y Johnson
(1995:74) señalan que “la metáfora es principalmente una manera de concebir una cosa en
términos de otra y su función primaria, principalmente, es la comprensión”. Es un recurso
lingüístico que poseen todas las lenguas para evocar significados connotativos. La connotación
es lo que hace que la significación tiene de particular para un individuo o grupo determinado
dentro de la comunidad o grupos social; hace referencia al contenido emocional del
vocabulario. La metáfora está presente en todas las lenguas, utilizamos en nuestro lenguaje
diario y en aymara es un recurso lingüístico y cultural muy importante, ya que gran parte de
las palabras y expresiones tienen un fondo metafórico.

Las expresiones metafóricas evocan significados profundos en las que subyacen otros
significados fácilmente comprensibles. Así, en español tenemos expresiones como ‘Ya llega el
año nuevo’, Ya viene la época de cosecha’, ‘Se acaba el año 2004’, etc. En aymara igualmente
existen expresiones como Inti tataxa usutawa (El padre sol está enfermo), Jallupachaxa niya
purinkiwa (Ya está llegando la época de lluvia), etc. Pero no estamos conscientes que en estas
expresiones, por ejemplo, el ‘tiempo’ adquiere cualidad de un SER, realiza movimientos en
diferentes direcciones, Jallupacha (época de lluvia) es una entidad que se mueve,
respectivamente. Algunos astros como el ‘sol’ adquiere cualidad de PERSONA, realizan
acciones, puede enfermarse, etc. Como se puede advertir, las expresiones metafóricas o frases
señaladas, evocan significados profundos que comprendemos con facilidad y sin mayores
esfuerzos, pero no sabemos cómo están estructuradas y por qué ocurre este tipo de
expresiones. Sin embargo, estas expresiones transmiten significados profundos, pasando los

6
límites del lenguaje cotidiano, trata de crear otro mundo ideológico que es un mundo
representado y sagrado. El hombre andino conoce la eficacia de la metáfora, y a través de
éstas, percibe y concibe ese mundo trascendental.

Las metafóricas transmiten significados en relación con los diferentes aspectos


socioculturales, por tanto, su significado siempre será contextual. Estas expresiones son
empleadas de acuerdo al desenvolvimiento de la actividad cotidiana y prácticas religiosas, es
decir, se relacionan con el tiempo, la fertilidad de la tierra, la reproducción de los ganados, la
protección de las comunidades, ofrendas a las deidades, etc. El habla aymara de la región de
nuestro estudio está saturada de metáforas, en ellas se describen escenas de la vida cotidiana,
la experiencia pastoril, establecen algunas normas sociales, manifiestan censura y sanción
cultural contra los males, se critica la holganza y la pereza. Otras frases describen el ambiente
de la puna, el modo de vivir, el pastoreo y otros pasajes de la vida. El hablante cuando emplea
estas expresiones, imaginariamente, contempla el paisaje, sus camélidos, el campo verde, las
aves que están volando, divisa las vicuñas que se confunden con sus camélidos, concibe la
configuración del tiempo, etc.

El hombre andino acude al empleo de las metáforas como una forma de relacionarse
con el reino vegetal y con la misma naturaleza, al referirse a los camélidos que ellos crían, a
los cerros que contemplan, de los cuales depende su subsistencia. Estas expresiones
metafóricas caracterizan la concepción del mundo y del modo de vida que ellos llevan. El
mérito de emplear las metáforas consiste en transmitir muchos significados profundos, por
eso, trata de crear otro mundo ideológico, y éste es el espacio, el tiempo del rito, el mundo
creado que es metafórico. El aymara mediante las metafóricas expresa su pensamiento,
exterioriza su habilidad lingüística y su manera de actuar, por lo que estas expresiones están
relacionadas con el conocimiento y el pensamiento de estos pueblos.

En este tipo de expresiones también se establecen que muchos términos son préstamos del
castellano como nayra timpu (tiempos antiguos), nayaxa qhipakamawa luchaxa (Yo lucharé
hasta el último), Jiwasana Achachilasaxa sufripxataynawa Nuestro abuelos habían sufrido),
Españulanakawa castellanu aru apanipxatayna (los españoles trajeron la lengua castellana) y

7
otras. Estos términos o frases, no-sólo son resultado de la influencia de la lengua castellana,
sino también es una forma de enriquecer su propio mundo de expresiones metafóricas. A
través del uso éstos términos o frases prestadas, la lengua aymara demuestra su fortaleza, su
riqueza léxica y su capacidad de ampliar su contenido metafórico. Los préstamos del
castellano son empleados hábilmente por sus usuarios y son aprovechados como una forma de
reducir la brecha léxica existente en la lengua aymara.

Si bien la metáfora impregna la vida cotidiana y tiene su base en la experiencia, resulta


muy ilustrativo preguntarnos ¿cómo es posible que podamos entender las expresiones
metafóricas tan fácilmente y sin mayores esfuerzos? R. Núñez y W. Freeman (1999) hacen
referencia a una observación realizada por su colega en que las personas usan expresiones
como “Estamos acercándonos más rápidamente al fin del milenio, finalmente dejó el pasado
triste, los días delante son prometedoras, hasta ahora nosotros hemos tenido suerte” y así
sucesivamente. Estas expresiones son diferentes entre sí, las palabras también son distintas, se
refieren a contextos diferentes, pero tienen algo en común, todos se refieren al tiempo, a los
objetos, posiciones y movimiento en el espacio. Lo interesante de esta observación es que los
participantes hacían inferencias rápidas y se comprendían sin mayores dificultades. Por
ejemplo, las personas inmediatamente entendían que el futuro está adelante, que esos días no
ha ocurrido todavía, incluso implícitamente sabían que el próximo tiempo implica el fin del
milenio que, a su vez, explica la sucesión temporal, etc. El observador de este fenómeno tan
interesante, se formula preguntas como las siguientes: ¿Cómo es que los seres humanos
entienden ideas, expresiones y experiencias e infieren todo fácilmente e inconscientemente
sobre el tiempo, mientras hablan sobre el espacio? ¿Cómo puede ser eso? Frente a estas
interrogantes R. Núñez y W. Freeman intentan dar respuestas y señalan que el lenguaje posee
la capacidad para hacer inferencias fáciles y precisas en el tiempo real. “Es el mecanismo
cognitivo que hace posible que estos fenómenos cotidianos se estructuren por el principio de
contacto–corporal, basado en las experiencias4” (R. Núñez y W. Freeman, 1999: 43).

Sobre estos episodios, podríamos seguir preguntándonos de muchas expresiones como


por ejemplo ¿Qué significa decir Llegó la Navidad o Se fue la Navidad? Cuando sabemos que

4
Traducido del texto original en inglés.

8
la Navidad no llega ni va. Sólo es un evento social y comercial, como tal no se nueve a
ninguna parte y ¿Cómo es que la gente dice de esta manera y se comprenden?. Lo mismo, si
dos personas conversan sobre el tiempo sentados alrededor de una mesa, tomando café o
cerveza y dicen Nos estamos acercándonos más rápido al fin del milenio, Ellos simplemente
están ahí, ¡cómo pueden ellos aproximarse más rápidamente, si no se mueven en absoluto!
¿Cómo es que las personas en sus conversaciones cotidianas se entienden con mayor facilidad
y sin mayores esfuerzos, incluso, sin que ellos estén conscientes?

Podríamos seguir formulándonos más preguntas como las siguientes: Pero ¿por qué la
gente utiliza metáforas? O ¿por qué hablamos metafóricamente? Los estudios sobre las
metáforas han demostrado que en el uso del lenguaje cotidiano ocurren palabras o expresiones
inexplicables y las metáforas estarían relacionadas con la solución de dichos problemas
difíciles de explicarlas, o que no son posibles de explicar de otra manera, de ahí que la función
principal de la metáfora sea la comprensión. R. Núñez y Freeman (1999) señalan que estas
interrogantes pueden ser respondidas aunque parcialmente, desde la perspectiva que nos
proporciona la ciencia cognitiva.

En esta perspectiva, las metáforas provienen de las formas de expresar varias ideas,
tiene su base en la experiencia vivida, recoge eventos y procesos de la vida diaria, por eso
decimos que el empleo de las metáforas emerge de las experiencias de la vida cotidiana. Las
metáforas capturan las formas o maneras vivenciales producto de la experiencia
fenomenológica que no es nada extraordinaria, sino es como cualquier otra actividad
lingüística que ocurre en la comunicación. A partir de esta concepción, la metáfora ya no es
conceptuada como sólo del sistema lingüístico, ni un recurso poético o retórico, o como un
don de los políticos, sino está en nuestro lenguaje, en nuestro pensamiento y se reflejan en
nuestra forma de vivir y de actuar, forma parte del sistema de cognición humana.

En años recientes la lingüística cognitiva ha hecho contribuciones importantes y se


establece que una cantidad de pensamiento abstracto es inconsciente y ha demostrado que los
conceptos son sistemáticamente organizados a través de mecanismos cognitivos como los
apareamientos conceptuales. En este sentido, una metáfora conceptual es un mecanismo

9
cognitivo que nos permite precisar inferencias en un dominio de experiencia (dominio
META), basado en las inferencias que contiene otro dominio (dominio de ORIGEN).
Mediante este mecanismo podemos entender el contenido o el concepto del dominio META, a
menudo inconscientemente, por lo que se refiere a la estructura que contiene el dominio de
ORIGEN. De hecho, una metáfora conceptual, como se entiende en lingüística cognitiva, no
pertenece a la clase de palabras, pero sí al pensamiento, la metáfora conceptual es un
mecanismo cognitivo, un apareamiento entre dos dominios, el dominio META y el dominio de
ORIGEN.

La metáfora hace posible generar la creatividad lingüística elaborada por los usuarios
de la lengua de acuerdo al contexto cultural y el mundo que los rodea. Por lo que el uso de las
expresiones figuradas en los distintos idiomas es abundante y representa la forma de acción,
un estilo de vida y de realización de la vida cotidiana. Los datos que presentamos en nuestra
descripción y análisis, son expresiones de uso cotidiano, lo que significa que están
relacionadas con la experiencia cotidiana de los habitantes de la región de la cuenca de lago
Poopó del departamento de Oruro.

4. Unidades de descripción y análisis.- En las diferentes unidades de descripción y


análisis abordamos un conjunto de expresiones metafóricas relacionadas con el concepto de
tiempo, ubicación y orientación, su estructura de movimiento, el criterio cíclico y se
establecerán las diferencias y similitudes de este tipo de metáforas entre el castellano que, a su
vez, cada uno de ellos abarcan diferentes marcos conceptuales5:

a) Bajo el concepto de metáforas ontológicas, estudiaremos las expresiones basadas con


el conocimiento del mundo y con las experiencias de la vida cotidiana. En este sentido
nuestro análisis se limita a expresiones en que las unidades de tiempo son concebidas
en términos de ENTIDADES, OBJETOS o SUSTANCIAS.

b) La orientación y ubicación del tiempo respecto al observador, es otro de los aspectos


muy discutidos en los estudios de metáforas de tiempo. Sin embargo, parece existir

5
En este trabajo sólo presentamos algunos avances relacionados con el tratamiento de las metáforas ontológicas.

10
una universalidad cultural en la concepción del tiempo según los estudios de Lakoff,
Johnson (1995), Rivano (1997), Radden (2001), en el que el tiempo se conciben como
ubicado en el espacio y como movimiento. Lo interesante es que en aymara, al parecer
también en quechua, y posiblemente en otras lenguas andinas, el observador está
ubicado frente al pasado y el futuro está a su espalda, contrariamente a lo que es
percibido en castellano.

c) Otro aspecto del que daremos cuenta, es la determinación de la estructura de


movimiento con relación a la orientación del tiempo y del observador. Las
posibilidades de movimiento pueden realizarse en diferentes direcciones, así el
observador como el tiempo presentan variedad de posibilidades. Incluso puede existir
algunas subcategorías al interior de una estructura. Dados estos dos actantes
(observador y tiempo), los movimientos puede producirse en dirección de uno o del
otro, así el TIEMPO puede ser SATELITE como puede ser EJE. A partir de estos
criterios se desarrollan las diferentes relaciones existentes entre el TIEMPO,
SATELITE y EJE.

d) A partir de algunas expresiones aymaras, es posible asumir la concepción cíclica del


tiempo, aunque este aspecto no ha sido estudiado en diferentes lenguas y culturas por lo
que requiere de más informaciones para encarar estudios específicos. Sin embargo, sobre
la base de algunos ejemplos existentes en la lengua se intenta dar algunas pautas acerca
de la posibilidad cíclica del tiempo.

e) Finalmente, a partir de los hallazgos es necesario establecer la existencia de similitudes


que se apoyan en las leyes universales o culturales. También se dan cuenta de las
diferencias existentes entre las formas de concepción del tiempo en castellano y en la
lengua aymara. Estos hallazgos proporcionan pautas importantes para comprender las
diferentes formas de concebir el tiempo en el aymara y en otras lenguas occidentales y
proyectar a estudios de otras lenguas andinas.

5. Metáforas ontológicas.- Son aquellas que nos permiten entender nuestras experiencias
en términos de objetos y sustancias, nos permite elegir nuestras experiencias y tratarlos como

11
entidades discretas o sustancias de un tipo uniforme (Lakoff y Johnson 1995: 63). En aymara
este tipo de expresiones metafóricas son utilizadas ampliamente, en que los fenómenos
naturales no sólo se conciben como OBJETOS físicos, sino algunos elementos naturales como
inti (sol), phaxsi (luna), jallu’ (lluvia), juyphi (helada), chhijchhi (granizo), ‘q’ixu’ (rayo),
wayra (viento) y otros se especifican como PERSONAS. Las metáforas ontológicas nos
permiten explicar sus modos de ser, sus principios, sus formas de actuar, etc., de estos
fenómenos. Esto nos permite comprender una amplia diversidad de experiencias con entidades
no humanas en términos de motivaciones, producto de la imaginación y por efectos de la
inferencia, sus características y actividades humanas. Estos fenómenos adquieren voluntad,
fuerza y carácter de humanos, actúan como benefactores o como malignos. Las expresiones de
este tipo caracterizan una serie de cualidades y actividades de estos seres y son utilizadas
abundantemente.

Los astros como inti (sol), phaxsi (luna), wara wara (estrellas) también poseen
atributos de personas que protegen y conviven con el hombre. Esto se refleja en expresiones
como: Tata Inti (Padre Sol), Mama Phaxsi (Madre Luna), Tata Intixa usutawa (El padre sol
está enfermo), Mama Phaxsixa mistuniwa (Ya salió la Madre Luna), etc. De esta manera se
atribuye vida, acciones o cualidades propias del ser racional al irracional, se le otorga rasgo
animado al inanimado. Asimismo, diversos elementos de la naturaleza como jawira (río),
qullu (montaña), jallu (lluvia) y otros se conciben como seres animados, dotados de cualidades
de personas. Esta es la forma de explicarlas que éstos elementos de la naturaleza tienen
sentido, poseen funciones y son necesarias en la vida del hombre andino.

La personificación se presenta no sólo con los fenómenos naturales, sino que cada
personificación es distinta según la gente que son escogidas y varía de acuerdo a las culturas.
Así en la expresión ‘La inflación ha atacado las bases de nuestra economía’, registrado por
Lakoff y Johnson (1997: 71-72), se personifica a la INFLACIÓN como PERSONA. A partir
de esa concepción todavía, se puede especificar la INFLACIÓN ES UN ADVERSARIO. Esto
no sólo nos ayuda a comprender la inflación de una manera especifica, es decir, en términos
humanos, sino también nos da cuenta de cómo debemos actuar sobre ese ADVERSARIO que
es la INFLACIÓN. La personificación es una categoría general que cubre una gama amplia de

12
metáforas, cada una de las cuales escogen aspectos diferentes de una persona, o forma de
mirar a una persona. Lo que tiene en común, son extensiones de metáforas ontológicas
relacionadas con el concepto del ser, sus modos, sus principios, etc.

Las metáforas ontológicas están relacionadas con la experiencia y el conocimiento del


mundo y permiten identificar experiencias en términos de objetos, entidades o sustancias. A
partir de esta identificación podemos referirnos a ellos, podemos categorizarlas, agruparlas,
cuantificarlas, y de esta manera razonar sobre ellos. Lakoff (1995:64) señala que “nuestra
experiencia con objetos físicos, especialmente nuestros propios cuerpos, proporciona la base
para una variedad extraordinaria de metáforas ontológicas, es decir, formas de considerar
acontecimientos, actividades, emociones, ideas, etc., como entidades y sustancias”.

El hecho de visualizar una cosa no física, por ejemplo, como una entidad o sustancia
nos permite entender muchas cosas sobre ella. Las metáforas ontológicas sirven para diversos
efectos y los diferentes tipos de metáfora reflejan los fines para los que sirven. El empleo de
este tipo de expresiones metafóricas es tan natural en nuestro lenguaje, acción y nuestro
pensamiento. Se utilizan extensamente en la vida cotidiana, en la que el tiempo, por ejemplo,
es concebido como OBJETOS que PASAN, como RECURSO, como RECINTOS, o como
ENTIDADES HUMANAS. Revisemos las siguientes expresiones:

(2) a. Yapu llamayuxa niya jak’achaniwa


Ya se aproxima la época de cosecha

b. Urux jisk’akiwa, arumawa jach’axa


El día es corto y la noche es larga

c. Niyawa jallupacharu mantañani


Ya ingresaremos a la época de lluvia

d. Tata Intixa usutawa, janiwa uñch’ukiñati


El padre sol está enfermo, no se debe mirar

En la expresión (2a) la unidad de tiempo como la ‘época de cosecha’ (yapu llamayu) se


concibe como un OBJETO que se mueve en dirección al observador. Este objeto al tener
movimiento puede ‘aproximarse’ (jak’achaña), o puede ‘alejarse’ (jayst’aña) respecto al

13
observador. En la expresión (2b) el ‘día’ (uru) y la ‘noche’ (aruma) se conciben como
OBJETOS o COSAS y pueden ser ‘grande’ (jach’a) o ‘pequeño’ (jisk’a). En el ejemplo (2c) la
‘época de lluvia’ (jallu pacha) es concebida como un LUGAR o RECINTO delimitado al que
podemos entrar (mantaña), permanecer (ukankaña) y salir (mistuña), o simplemente pasar por
ese recinto. Finalmente, en (2d) el sol es considerado como un SER animado, concretamente,
como PARENTESCO-PROGENITOR ‘padre’ (tata). Al tener este rasgo humano, la salud del
sol es vulnerable, puede ‘enfermarse’ (usuntaña) y requiere de cuidados como cualquier otro
ser. Expresiones como estas respaldan plenamente la concepción del tiempo en términos de
ENTIDADES, OBJETOS o SUSTANCIAS, y tienen su base en la experiencia de la vida de
las comunidades.

G. Lakoff y M. Johnson (1995) afirman que la metáfora es un recurso de la


imaginación, producto de la experiencia y de la vida cotidiana. La metáfora se contempla
característicamente como un rasgo no sólo del lenguaje, sino del pensamiento y la acción. En
aymara existen varias expresiones que reflejan esta situación, así en

(3) a. Machaqa maraxa jak'achaniwa


(Se aproxima el año nuevo)

b. Niyawa jallu pacharu mantañäni


(Ya entraremos al año nuevo)

describen estas escenas en la que el tiempo se conceptúa en términos de ENTIDADES y


SUSTANCIAS. Por ejemplo, en la primera expresión (3a), la unidad de tiempo como el ‘año
nuevo’ es concebido como un objeto nuevo que se mueve y se aproxima hacia nosotros, en la
segunda expresión (3b) la ‘época de lluvia’ se concibe como un recinto al que nos acercamos
para ingresar, etc. Todo esto nos permite comprender que los elementos naturales como las
unidades de tiempo (año, época de lluvia) concebimos en términos de entidades, objetos y
sustancias, por lo que la metáfora es un tipo de fenómeno presente en la comunicación
humana. En los diferentes contextos lingüísticos el empleo de la ‘metáfora’ es aceptable al
permitir la comunicación más inteligible entre los miembros de la comunidad lingüística.

5.1 Tiempo como recinto.- Los tiempos se visualizan como lugares por los que

14
pasamos, recintos a los que ingresamos, o desde los que salimos. La ruta en este tipo de
expresiones está marcada por los verbos de movimiento dentro el esquema topológico de
RECINTO, que incluye una zona exterior, una zona interior y límites. En aymara, el verbo
mantaña (entrar) establece la ruta desde un exterior al interior; mientras que ‘mistuña’ (salir)
expresa lo contrario. La concepción del tiempo como RECINTO se manifiesta en expresiones
como:
(4) a. Niyawa jallu pacharu mantañani
Ya entraremos a la época de lluvia

b. Yuqajaxa niyawa tunka mararu mantki


Mi hijo ya está entrando a los diez años

c. Aka mara ukhampachasa jikstawiytanwa


(Asimismo) Logramos salir de este año

d. Qharurutxa yaqha mararuwa mantxañani


Desde mañana ya entraremos al otro año

e. Juyphi pachanktanwa
Estamos en la época de helada

f. Jallu pacha pasxtanwa


Ya pasamos la época de lluvia

La expresión (4a) está compuesta de las siguientes unidades: Un adverbio de tiempo


‘niya’ (ya), la forma compuesta jallupacha (época de lluvia), el sufijo direccional /-ru/ (a,
hacia), el verbo mantaña (entrar) y el sufijo /-ñäni/, que marca 1ra. persona (nosotros) y
tiempo futuro. En esta expresión las unidades de tiempo como (época de lluvia) se conciben
en términos RECINTO a los que podemos ingresar, permanecer en su interior o salir, y la
acción que realizamos está marcada por el verbo mantaña (entrar) como en los ejemplos (4a) y
(4b). Concebido el tiempo como un RECINTO, podemos permanecer en su interior cuya
acción nos señala la forma juyphi pachanktanwa de (4e). Podemos salir del recinto, acción que
está reflejada por el verbo jikstaña de la expresión (4c), o simplemente podemos pasar por él
cuya acción está marcada por pasaña en (4f) que corresponde al préstamo ‘pasar’ del español.

15
Las expresiones anteriores dan cuenta de que el tiempo se concibe como un
RECINTO y sobre la base de nuestros conocimientos, activamos otros componentes que
participan de este recinto como una entrada, una salida, una extensión, límites, etc. El tiempo
no sólo es concebido como un recinto cerrado, sino que es comprendido dentro de ciertos
límites, a su vez, en su interior pueden haber otros recintos. Por ejemplo, todo el periodo de
siembra yapu sata es considerado como un recinto, al interior del mismo se establece otra
subdivisión de tiempo que pueden ser considerados como recintos pequeños como nayra sata
(siembra adelantada), taypi sata (siembra del medio) y qhipa sata (siembra última). Asimismo,
todo el periodo de yapuchaña (cultivo) comprende diferentes etapas como yapu sata
(siembra), yapu picha (aporque y cuidados) y yapu llamayu (cosecha). Al interior de cada uno
de los periodos podemos seguir haciendo subdivisiones más específicas en recintos pequeños
para llegar a detalles más específicas del tiempo. Esto significa que las unidades de tiempo son
consideradas como espacios físicos, tienen una disposición, obedecen a cierto orden, una
época se ubican tras de la otra. Si yapu sata esta delante de yapu picha, yapu llamayu está
detrás de yapu picha y detrás de ésta están otros tiempos, respectivamente.

Las explicaciones anteriores respaldan las maneras de la concepción del tiempo como
RECINTO. Esto es así porque en las conversaciones cotidianas se refieren al tiempo en
términos de RECINTOS, y nosotros nos movemos hacia esos recintos o lugares para ingresar,
permanecer o salir. El movimiento del Ego está marcado por verbos de acción como
mantaña, ukankaña, jikstaña, mistuña y pasaña. Estos verbos, a su vez, están acompañados
por elementos morfológicos, como las marcas de aspecto verbal, número, dirección, los
mismos que nos ayudan en la comprensión de los mensajes. Por tanto, las expresiones
anteriores instancian la metáfora LAS UNIDADES DE TIEMPO SON RECINTOS.

a) Dominios conceptuales.- A partir de la metáfora LAS UNIDADES DE TIEMPO SON


RECINTOS en el dominio conceptual de ORIGEN tenemos a RECINTO y en el dominio
conceptual META al TIEMPO, y la relación de ambos nos da la metáfora en cuestión. El
siguiente esquema nos muestra el apareamiento de la metáfora, ejemplo:

DOMINIO DE ORIGEN DOMINIO META


Recintos Unidades de Tiempo

16
Entradas y salidas Inicio y fin de períodos de tiempo
Extensión de recintos o lugares Extensión temporal de períodos de tiempo
Paso por lugares o recintos Movimiento del tiempo
Entrada al recinto Inicio de un período de tiempo
Permanecer en un recinto Permanecer en un período de tiempo
Salida del recinto Fin de un período de tiempo

b) Esquema.- Dado que el tiempo se concibe en términos de RECINTO, este concepto, a su


vez, establece un esquema de entrada y de salida, una extensión, una disposición o secuencia
de recintos, una dirección, etc. Esto nos permite comprender, por ejemplo, que entramos a un
recinto, permanecemos en él, salimos, o simplemente pasamos por el recinto. Su extensión
puede ser amplia o reducida, podemos entrar o salir con facilidad o con dificultad, permanecer
por mucho tiempo, o sólo por un momento, etc. Todo este conjunto de inferencias nos permite
comprender el TIEMPO en términos de RECINTO.

c) Correspondencias.- Asimismo, la metáfora LAS UNIDADES DE TIEMPO SON


RECINTOS, implican un conjunto de correspondencias que están respaldadas por expresiones
que poseen rasgos comunes en la construcción de la metáfora en cuestión. En el siguiente
cuadro observamos que las correspondencias se aplican a cada expresión identificada con las
letras correspondientes.

EXPRESIONES CORRESPONDENCIAS
a. Niyawa jallu pacharu mantañani a. Entrar a la época de lluvia corresponde
Ya entraremos a la época de lluvia ingresar a un recinto o lugar.

b. Yuqajaxa niyawa tunka mararu mantki b. Alcanzar una edad determinada es como
Mi hijo ya está entando a los diez años entrar a un lugar.

c. Aka mara ukhampachsa jikstawiytanwa c. Vencer las dificultades es como salir de


(Asimismo) Logramos salir de este año un recinto inadecuado.

d. Qharurutxa yaqha mararuwa mantxañani d. Ingresar a otro día es entrar a un lugar


Desde mañana ya entraremos al otro año desconocido
e. Juyphi pachankxtanwa
e. Estar en la época de helada es
Ya estamos en la época de helada
permanecer en un recinto
f. Jallu pacha pasxtanwa
f. Pasar un periodo de tiempo
Ya pasamos la época de lluvia
corresponde a pasar de un recinto a otro

17
5.2 Tiempo como recurso.- En cultura occidental el tiempo es concebido como cosa
valiosa, o como recurso limitado que utilizamos para alcanzar nuestros objetivos. Entendemos
y experimentamos el tiempo en términos de objetos que nos sirven en la vida, es un bien de
subsistencia, es un recurso limitado. Se concibe como una propiedad inalienable como si
fuera una propiedad individual.

En aymara uru (día), phaxsi (mes), o mara (año) puede ser jach’a (grande), o jisk’a
(pequeño) y puede tener extensión como jaya (lejos) o jak’a (cerca), respectivamente. Estas
formas de concebir el tiempo con tamaño y formas distintas son comunes entre los aymaras.
Por ejemplo, en un periodo determinado uru (día) es jach’a (grande / largo) y aruma (noche)
es jisk’a (pequeña / corta), en el sentido de duración. En otra época es a la inversa, la noche es
jach’a y el día jisk’a, para ello contamos con las expresiones como las siguientes:

(5) a. Aka maraxa niya tukuskiwa


Ya (se) acaba (termina) este año

b. Jichhaxa uruxa jisk’akiwa, arumawa jach’axa


Ahora el día es corto la noche es (grande) larga

c. Mirq’i maraxa tukuskiwa


Se (está terminando) acaba el año (usado) viejo

d. Jani timpu apaqistati


No me quites el tiempo

La expresión (5a) está compuesta de las siguientes unidades: Un pronombre


demostrativo aka (éste), el sustantivo mara (año), el adverbio niya (ya), el verbo tukuña
(terminar), seguido por el sufijo /-ski-/ que marca la progresión del tiempo y el sufijo /-wa/
como elemento que completa el mensaje. En las demás expresiones el tiempo se concibe como
un RECURSO que tiene forma y tamaño expresado por jach’a y jisk’a como en los ejemplos
(5b) y (5c). El tiempo como RECURSO puede ser nuevo o usado como en la expresión (5c).
En cambio en el ejemplo (5d) el tiempo se concibe como PROPIEDAD de alguien, por tanto
no se puede quitar, robar, ni prestar. Las formas léxicas como tukusiña (acabar), jach’a
(grande), jisk’a (pequeño), machaqa (nuevo), mirq’i (usado), apaqaña (quitar o bajar), hacen
referencia al tiempo como un RECURSO que tiene forma y tamaño, es LIMITADO, es

18
PROPIEDAD de alguien, etc.

Las expresiones anteriores dan cuenta que el TIEMPO está bien definida, así uru (día),
phaxsi (mes), mara (año), etc., poseen forma y tamaño como cualquier otro recurso. Este tiempo
como un RECURSO o como un bien de subsistencia, puede ser grande o pequeño, tiene una
duración determinada, puede ser nuevo o usado, puede desgastarse y se acaba, por eso existen
expresiones como machaqa (nuevo), mirq’i (usado, viejo) y qariña (cansar, desgastar). Este
recurso, como cualquier otro es cuantificable, por lo que el tiempo es finito. Así el tiempo se
concibe como un RECURSO LIMITADO que se ubica dentro la metáfora EL TIEMPO ES UN
RECURSO LIMITADO.

a) Dominios conceptuales.- A partir de la metáfora EL TIEMPO ES UN RECURSO


LIMITADO, el dominio de origen es RECURSO LIMITADO y el dominio META es TIEMPO.
En el siguiente esquema se muestra el apareamiento de la metáfora en análisis.

DOMINIO DE ORIGEN DOMINIO META


Recurso limitado Tiempo
Disposición o secuencia de objetos Secuencias temporales
Duración de recursos Duración de períodos de tiempo
Tamaño de recursos como bienes útiles Extensión de unidades de tiempo
Objetos que ya son usados Tiempo o periodos pasados
Unidades de tiempo como propiedades Uso de tiempo adecuados

b) Esquema.- Concebido el TIEMPO como RECURSO, podemos establecer un esquema que


incluye algunos rasgos como: una disposición secuencial de recursos o bienes útiles, recursos que
tienen forma y tamaño, disposición de objetos que poseen valores, tienen una duración limitada,
pueden ser nuevos o usados, son de propiedad del alguien, etc. Esto explica que cuando nos
referimos al tiempo en términos de un RECURSO, poseen una secuencia lógica, los recursos
tienen formas y tamaños, tienen valores de uso, pueden ser nuevos o usados, tienen una duración
limitada, es de pertenencia individual y que no se puede enajenar. Este conjunto de inferencias
nos permite comprender la concepción del tiempo en términos de la metáfora EL TIEMPO ES
UN RECURSO LIMITADO.

19
c) Correspondencias.- A partir de las referencias anteriores se puede establecer que la metáfora
en cuestión, posee un conjunto de correspondencias de donde emerge la metáfora. En el siguiente
cuadro presentamos las correspondencias de cada una de las expresiones que constituyen en la
base de esta metáfora:

EXPRESIONES CORRESPONDENCIAS
a. Aka maraxa niya tukuskiwa a. El fin de año corresponde a que se
Ya (se) acaba (termina) este año acaba el recurso.

b. Jichhaxa uruxa jisk’akiwa, b. Los días largos y noches cortas,


arumawa jach’axa corresponden al tamaño de los recursos.
Ahora el día es corto la noche es
(grande) corta.

c. Mirq’i marax tukuskiwa e. El fin de año corresponde al


Se (está terminando) acaba el año agotamiento del recurso.
(usado) viejo.

d. Jani timpu apaqistati f. Hacer perder el tiempo corresponde a


No me quites el tiempo quitar un bien valioso.

5.3 Tiempo como objetos y cosas.- Es importante señalar que a diferencia del
castellano, en aymara el tiempo no se concibe como dinero, ni como objeto manipulable, ni se
puede desperdiciar por lo que no se puede regalar, rifar o ni quitar. Por esta razón no
encontramos expresiones como Jani pachaja lunthatistati (No me robes mi tiempo), Pachama
mast'itasmati (¿Me puede prestar tu tiempo?) y otras. El tiempo en aymara es concebido como
un recurso valioso, como medio de subsistencia necesaria para la vida, a la vez, es considerado
como sagrado. De ahí que no encontremos expresiones equivalentes a ‘Voy a rifar mi tiempo’,
‘Présteme unos minutos’, ‘Me hizo perder mi tiempo’, etc. Asimismo, para el tiempo no se
utiliza los verbos de manipulación rápida como quitar, botar, regalar, prestar, robar, etc. Esta
es una de las diferencias importantes en las formas de concepción del tiempo o unidades de
tiempo entre el aymara y el castellano.

6. Conclusión preliminar.- Hemos realizado un esbozo resumido de los aspectos más


relevantes relacionados con la situación sociocultural y lingüística de la cuenca del Lago
Poopó del departamento de Oruro. En esta revisión se constata que las comunidades aymaras

20
mantienen vigentes las formas originarias de organización del ayllu y la marka. La
cosmovisión aymara refleja formas diferentes de concebir el mundo, particularmente, el
concepto del tiempo, así como algunos fenómenos naturales se conciben como entidades
sagradas con rasgos humanos y se establece que existe una relación íntima entre los seres
sobrenaturales, el hombre y los animales.

La estructura lingüística del aymara de la región se conserva a través de la tradición


oral y otras manifestaciones culturales como cuentos, leyendas ceremonias, etc. Estos recursos
se constituyen en un archivo viviente que guarda en sus entrañas la forma, la esencia y el
pensamiento del pueblo aymara. Estos medios culturales poseen fuerte contenido ritual y
metafórico que expresan el sentimiento y la identidad de la nación aymara. Asimismo, las
expresiones metafóricas estructuran diversos conceptos relacionados con diferentes procesos
cognitivos. Estas permiten entender nuestras experiencias del tiempo como entidades, objetos
y sustancias. Asimismo, se establece que existen apreciables diferencias y similitudes
conceptuales de este tipo de expresiones entre castellano y el aymara que requieren estudios
más específicos.

Por último, señalemos que actualmente el interés de estudios sobre la lengua y cultura
aymaras ha aumentado en la perspectiva de lograr descripciones de diversos campos o áreas de
conocimientos de los saberes andinos. Estos propósitos se pueden lograr mediante el esforzado
labor de lingüistas y estudiosos identificados con su pueblo. Por otra parte, los antecedentes de
estudios relacionados con los problemas lingüísticos y culturales establecen que en las últimas
décadas los aymaras vienen realizando estudios sobre diversos aspectos socioculturales, lo que
significa que la problemática sociocultural y lingüística son temas de interés de los propios
protagonistas, lo que en el pasado fue atención de extranjeros.

7. Bibliografía

CIFUENTES H., José Luis (Editor). Estudios de lingüística cognitiva I


2003 Universidad de Alicante, La Paz.

JAKOBSON, Román. Ensayos de lingüística general


1986 Origen / Planeta, México.

21
HURTADO, William. Pragmática de la cultura y lengua quechua.
2001 Universidad Agraria ‘La Molina’, Lima.

KLEIBER, Georges. La semántica de los prototipos


1995 Visor libros. Madrid

LAKOFF, George. Women, Fire and Dangerous Things.What Categories Reveal


1987 about the Mind. The University of Chicago Press.

LAKOFF, George y Johnson Mark. Metáforas de la vida cotidiana


1995 Ediciones Cátedra –Teorema, Madrid.

LANGACKER, Ronald. Fundations of cognitive grammar: Theorical prerequisites


1987 Vol. 1 Sthanford University Press.

LEY DE LA REFORMA EDUCATIVA


1995 Ley No. 1565, La Paz

NUÑEZ E., Rafael y Otros. “Los mapeos conceptuales la concepción del tiempo en la
1997 lengua aymara del Norte de Chile”. Bol. Educ. 28: 47 – 55.

NÚÑEZ E., Rafael and Freeman Walter J. “Reclaming Cognition. The primacy of
i. intention and emotion. Journal of Conscionsness Studies.

OSORIO, Jorge. Comprensión de metáforas conceptuales. Un estudio descriptivo y


2002 Conceptual (Tesis doctoral). Universidad de Concepción. Chile.

PALMER B., Gary. Lingüística cultural


2000 Alianza Editorial, Madrid.

RADDEN, Günter. “Time as Space”


2001 Working Papers from the Colloquium on Cognitive Linguistics.
Departament of British and American Studies. University of Hamburg.

RIVANO, Emilio. Metáfora y lingüística cognitiva


1997 Bravo Allende Editores, Santiago.

RIVANO, Emilio. Semántica. Discusión general y Glosario


2003 Editorial Universitaria de Concepción. Chile

22

También podría gustarte