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Ética libertad y valores.

Los valores éticos son estructuras de nuestro pensamiento que mantenemos preconfiguaradas en nuestro
cerebro como especie humana de cara a nuestra supervivencia. Los valores éticos son medios adecuados
para conseguir nuestras finalidad. Al hablar de valores es importante diferenciar entre los valores que
podemos llamar finales y los valores de tipo instrumental.
Los valores instrumentales son modos de conductas adecuados o necesarios para llegar a conseguir
nuestras finalidades o valores existenciales.
Estudios realizados por Rockeach demuestran, que mientras el número de valores finales que las
personas dicen usualmente poseer no son mucho más de una decena, el número de valores
instrumentales es más elevado, aunque no llega al centenar. No necesariamente debe existir una
correspondencia puntual entre los valores finales e instrumentales. Además, para la obtención de un
determinado valor final, puede ser necesario un determinado conjunto de varios valores instrumentales.
Debemos tener en cuenta que cuando un valor meramente instrumental se le atribuye un valor
extraordinario, pasa a ser percibido como final por su poseedor. Lo que tienen más propio los valores
éticos (o, si queremos, los valores morales) es el imperativo de acción que comportan, es decir, son unos
valores que se nos imponen como pautas de nuestra acción. Los valores éticos, pueden no coincidir con
nuestros deseos, pero sentimos que debemos intentar realizarlos si no queremos perder categoría como
personas que somos.
Los valores éticos fundamentales considerados como apoyo y principios básicos expandiendo límites
geográficos, culturales, económicos, legales y políticos son:
Verdad. El significado empírico de la verdad: puesto de manifiesto por el amplio y rápido desarrollo de las
ciencias positivas. Aquí la verdad coincide con la verificabilidad; es verdad lo que es comprobable y
cuantificable, pero en la superación de todo monismo positivista. La veracidad es /virtud moral. Como tal es
actitud de toda la persona: disposición de la libertad, que yo soy, a la verdad. Y es virtud social, que abre a
los demás, cualificando y promoviendo las relaciones. La veracidad es virtud de fidelidad: fidelidad a la
verdad y en la verdad.
El hombre y la verdad El hombre se mide por la verdad y es medido por ella. Este ser, que es centro y
señor del universo, no está por encima de todo, no es dueño y árbitro de una existencia carente de
significado. Él está por debajo de la verdad, de la cual todo el ser y el existir recibe sentido y valor. La
verdad hace la vida: la funda, la dirige, la finaliza. El hombre la busca y la acoge como promesa de libertad
y creatividad.
Justicia. El valor Justicia, históricamente ha recibido muchas formulaciones, siendo la más clásica la de
Ulpiano, al decir que la justicia consiste en "dar a cada uno lo suyo". Las tradiciones liberal y social que
confluyen en la Declaración Universal de los Derechos Humanos acabarán reconociendo que la justicia
consiste en "dar a cada uno las condiciones para vivir en libertad y en igualdad". En realidad la justicia es
un valor que articula los restantes: el respeto a la libertad.
Responsabilidad. La humanidad ha realizado enormes avances tecnológicos, pero la propia tecnología ha
generado nuevos problemas y desafíos. La responsabilidad hace referencia al hecho de que se le pidan
cuentas a una persona por las consecuencias negativas de algo que ha realizado o dejado de realizar, o se
le reconozcan las consecuencias positivas. La responsabilidad, como valor ético, tiene que ver con las
consecuencias justas o injustas. Cuando atribuimos a una persona responsabilidad ética pensamos que la
persona puede controlar su comportamiento a través de cuatro capacidades: a. Libertad de elección, es
decir, capacidad de preferir una acción frente a otras posibles. b. Reflexión, que consiste en la capacidad
de valorar racionalmente los motivos de su acción. c. Anticipación, que es la capacidad de considerar las
consecuencias previsibles de la acción. d. Sentido de la justicia, esto es, la capacidad para distinguir lo
justo de lo injusto. Cuanto mayor es el poder que una persona tiene, mayor es también su responsabilidad.
Responsabilidad Ética
La responsabilidad ética es el cumplimiento de acuerdos implícitos o explícitos con respecto a lo que
debería ser la conducta idónea y respetuosa en un ámbito o profesión. Su finalidad es garantizar el
desempeño correcto de los responsables de las acciones a llevar a cabo y lograr el bienestar de todos los
involucrados en dicha práctica.
De este modo la responsabilidad ética puede impactar en toda profesión como la medicina, la economía, la
abogacía y la ingeniería genética, aunque también se encuentra en el área de la ciencia, del arte, de la
educación y en el ámbito empresarial. Asimismo se aplica el término responsabilidad ética en el campo de
los derechos humanos, la justicia social y la medioambiental, ya que en estos ámbitos también existen
determinadas conductas que son correctas frente a determinados acuerdos tácitos o explícitos, y otras que
no. Para poder comprender el significado de la responsabilidad ética es necesario tener en cuenta cuatro
elementos fundamentales:
El comportamiento o conducta racional del ser humano
Para ser responsable, la persona debe ser consciente de las posibles consecuencias de sus actos. Esto
también es aplicable a grupos de personas como ONGs, sociedades o empresas.
El respeto de la esfera social y jurídica en la que se desempeña la persona
Esto significa que su conducta no debe afectar negativamente a los demás, y sobre todo no debe violar las
leyes y normas establecidas. Si lo hace se pasaría a la responsabilidad jurídica.
La persona o entidad se debe basar en principios de buen proceder
Estos principios que podrían llamarse éticos están basados en valores morales.
En este tema es necesario aclarar que la ética es una teoría y la moral es la práctica. De acuerdo con esto
las reglas en las que vivimos forman lo que se denomina moral, y los sistemas que han generado esas
reglas, es la ética.
Por lo tanto cuando se considera que la responsabilidad ética se basa en los valores morales, se está
dando cuenta de que las personas deberían tener un sistema ético personal. Esto es, un sistema que les
permita la búsqueda de directrices morales para poder evaluar, por ejemplo qué es bueno y qué malo.
El ámbito de aplicación de la responsabilidad
Existen determinados comportamientos que pueden ser considerados como responsables éticamente en
varios ámbitos.
Qué son Valores éticos:
Los valores éticos son guías de comportamiento que regulan la conducta de un individuo. En primer lugar,
la ética es la rama de la filosofía que estudia lo que es moral y realiza un análisis del sistema moral para
ser aplicado a nivel individual y social.
Entre los valores éticos más relevantes se pueden mencionar: justicia, libertad, respeto, responsabilidad,
integridad, lealtad, honestidad, equidad, entre otros.
Los valores éticos se adquieren durante el desarrollo individual de cada ser humano con experiencia en el
entorno familiar, social, escolar e, inclusive, a través de los medios de comunicación.
Los valores éticos demuestran la personalidad del individuo, una imagen positiva o negativa, como
consecuencia de su conducta. Asimismo, se pueden apreciar las convicciones, los sentimientos y los
intereses que la persona posee.
Por ejemplo, el individuo que lucha por la justicia y la libertad, valores considerados como positivos, son el
reflejo de una persona justa. Pero, de lo contrario, se observa un ser humano apático ante dichos valores y
que da cierto apoyo a las injusticias.
Por tanto, los valores éticos permiten regular la conducta del individuo para lograr el bienestar colectivo y,
una convivencia armoniosa y pacífica en la sociedad.
Etimológicamente, la palabra ética es de origen griego ethos que significa “hábito o costumbre” y el sufijo
-ico que expresa “relativo a”.
Etimológicamente, la palabra ética es de origen griego ethos que significa “hábito o costumbre” y el sufijo
-ico que expresa “relativo a”.
Valores éticos relativos Los valores éticos pueden ser relativos en virtud del punto de vista que posea
cada individuo. Por ejemplo, para una persona es sinónimo de responsabilidad llegar puntual a su lugar de
trabajo. No obstante, para otro esa situación no es considerada como algo de relevancia, por lo que puede
llegar con retraso a su puesto de trabajo y no sentirse irresponsable.
Por tanto, se debe mencionar que son muchas las personas que no comparten opiniones ni respetan los
diferentes puntos de vista de otros. Es decir, lo que para algunos es una actitud ética o positiva,
necesariamente, no lo es para otros.
Valores éticos absolutos Los valores éticos también pueden ser absolutos en virtud de lo que es
considerado como un hábito o costumbre practicado por toda la sociedad. No son subjetivos y su sentido
permanece invariable más allá de las experiencias personales o colectivas.
Es decir, en términos generales y más allá de las diferencias culturales existentes entre las personas,
todos somos capaces de reconocer qué es la solidaridad o el respeto, así como de identificar aquellos
actos considerados como buenos o malos.
Por ejemplo, todos los individuos saben o reconocen qué es la cordialidad más allá de que la pongan en
práctica o no con quienes están a su alrededor.
Juicio ético Por otra parte, cabe mencionar que el ser humano vive en un constante juicio ético, lo que se
refiere a razonar y determinar qué acción, conducta o actitud es la más acertada en un momento
determinado, en función a las normas y valores impuestos por la sociedad. Cuando el individuo se
encuentra frente a un juicio ético es importante comprender el problema ético, buscar la mejor solución que
no perjudique a otros individuos y reflexionar porque fue la mejor solución ante esa situación.
Valores éticos y morales Los valores éticos también incluyen los valores morales que son aquellos que
permiten diferenciar lo bueno de lo malo y, lo justo e injusto de una situación o circunstancia
determinada.El juicio moral es el acto mental que permite al individuo determinar su actitud con respecto a
lo que es correcto e incorrecto.
Valores éticos y humanos Los valores humanos son las propiedades, las cualidades o las características
que posee un individuo. Asimismo, estos valores son universales y dinámicos, se comparten en todas las
culturas y, determinan las pautas y las normas de una conducta coherente, por ello se relacionan con los
valores éticos

Las obligaciones éticas de las profesiones


La metodología que se aplicó fue de tipo documental, con un pensamiento filosófico deductivo dirigido a los
profesionistas, cuyo resultado de análisis reflexivo abordamos: en primer lugar, la ética en la persona y sus
aspectos sobresalientes de la misma, para proseguir con lo importante que es reafirmar los valores que
han de ser protegidos por el derecho y aplicados en una sociedad. Seguiremos con la ética profesional,
mostrando lo trascendente que es su aplicación en las profesiones y en especial la del abogado, la
colegiación profesional, los códigos de ética y finalizaremos con la responsabilidad social, como parte
fundamental en el quehacer de cada persona en la sociedad.
En el presente artículo se pretende comprobar la hipótesis de que el desempeño del abogado debe estar
en el marco del derecho y de los principios éticos, actuando en senderos paralelos, para lograr un
equilibrio entre estos, inculcados en la familia, reafirmados en las escuelas y aplicados en el ámbito
profesional.
En la época actual hablar de ética y su objeto de estudio que es la moral parece ser un tema superado, sin
embargo se encuentra entre nosotros y más aún, se ha vuelto más tiránica. A pesar de habernos vuelto
más permisivos, tolerantes y liberados ahora somos también más exigentes. La violencia se ha vuelto
constante en nuestra sociedad aunque la condenamos con severidad, lo que ocasiona una disminución en
la práctica de los valores y perjudicial para la moral.
Hoy en día, en México resulta impresionante el nivel de corrupción y de impunidad que se presenta en la
vida diaria, ya sea dentro de un proceso, en el cumplimiento de las obligaciones adquiridas por la
celebración de un contrato, en materia penal, civil, mercantil, en fin, en todas las áreas relacionadas con el
derecho y con la vida en la sociedad; podemos encontrar un gran número de resultados que se adecuan
con base en el interés personal y fines económicos, haciendo referencia a los profesionistas o prestadores
de algún servicio especializado; de esta manera se omite la justicia y la ética profesional, generando así
mismo altos índices de delincuencia, de inseguridad y de saturación de nuestro sistema de procuración de
justicia.
Para otros, parece que es perder el tiempo. Reflexionar sobre el comportamiento moral se considera tarea
innecesaria, pareciera que ya no le reservamos ningún lugar y que podríamos pasar la vida sin ella. La
moral se ha convertido, entonces, en un tema incómodo, ¿cómo hacerlo desde un lugar más allá del bien y
del mal? Más aún ¿cómo hacerlo si la certeza o confianza con que vivíamos se han ido modificando e
inclusive desapareciendo?
Al encontrarnos en la era de la información estamos inmersos en noticias de manera globalizada que nos
hacen ver una parte de la realidad y la preocupación que como docentes tenemos respecto a los alumnos
de derecho, que son las generaciones más próximas para poder revertir la situación del país y ayudar al
crecimiento en todas las esferas, partiendo de en la ética, y es así que nace la interrogante siguiente: ¿qué
influencia, efecto tiene la aplicación de la ética en el ejercicio profesional del abogado en la sociedad
mexicana y en otros países?, una vez que se haya analizado en la ética sus antecedentes, la aplicación de
ésta en el ejercicio profesional de un abogado, y la responsabilidad social que se tiene, podremos
corroborar la hipótesis propuesta para poder modificar o mejorar la calidad de vida, en la profesión del
abogado en diversas áreas y distintos países.
Para dar inicio a esta investigación es de suma importancia hacer mención de algunas definiciones de
ética.
II. Ética en la persona
La palabra ética proviene de ethos, que significa costumbre, hábito o carácter. La ética, en consecuencia,
es la ciencia que tiene por objeto el estudio de los juicios de valor, aplicables al bien o al mal.
La ética analiza problemas vistos desde la generalidad, es inútil acudir a la ética buscando respuestas a lo
que debemos hacer o no en situaciones concretas. A pesar de que la ética influye en nuestras decisiones
gran parte de ella se debe a la condición moral de cada individuo. Ésta se encuentra en constante
movimiento, aplicada a la convivencia social. "La ética, la cual no se refiere a objetos muertos o a una
racionalidad abstracta y alejada de la realidad ordinaria que todos vivimos, sino busca analizar problemas
prácticos que surgen en relaciones efectivas".1
No se puede negar que para el ser humano es vital llevar su paso a la par de la tecnología, de los avances
y todo progreso, sin perder de vista que deben ser para el servicio mismo del hombre y nunca a la inversa.
El maestro Víctor Manuel Pérez nos refiere: "Consciente de esto, uno de los líderes políticos de nuestro
tiempo señala que <<una de las paradojas del siglo XX es la inconsistencia entre el enorme conocimiento
tecnológico de la humanidad y la deplorable situación de nuestro desarrollo moral y espiritual>>".2
Conviene centrar bien los elementos básicos: hombre y sociedad aunado a un tercero, el comportamiento,
el derecho se ocupa de la conducta externa encausada a lograr la convivencia en sociedad.
"La principal dificultad con que nos encontramos al estudiar la ética, radica en que el objeto conocido
somos nosotros mismos. En la ética somos juez y parte, y es difícil juzgarnos con objetividad es más,
muchas veces tendemos a auto justificarnos...".3 No cabe duda que juzgarnos a nosotros mismos no es
cosa fácil, la mayoría de las veces excusamos nuestro actuar, sin aceptar los errores o fallas cometidos.
Una cultura de ética en la aplicación del derecho nos dará la clave para que nuestros logros sean
materiales y tangibles, ya que ambos son de gran importancia para la actualidad, y tienen una relación
estrecha, e incluso en cualquier época de la vida nos enfrentamos con el derecho y la ética ya que sin ésta
última la persona no podrá vivir dignamente en sociedad.
Podemos hablar de la ética social y profesional, pero no debemos olvidar la ética pública, que trastoca la
parte educativa, académica, de la cual deriva lo siguiente: "El subimiento de la ética pública es una tarea
impostergable, tanto en el sector gubernamental como en el académico, y sobre todo en una sociedad que
experimenta una seria transformación en su estructura de valores", afirmó el rector de la Universidad
Autónoma del Estado de México (UAEM) Eduardo Gasca Pliego. "El buen gobierno resulta sólo una
aspiración si no comprendemos que en la confección de la tareas públicas y en la identificación de
prioridades, tiene que ser incluidos un cúmulo de valores y principios retomados de la ética". El rector
sostuvo que las necesidades colectivas, valores y principios de la ética pública tienen que aderezarse con
las necesidades específicas de la profesionalización del servicio público y combate a la corrupción.4
Para el estudio y la mejor comprensión de la ética que nos ocupa, es decir, la ética jurídica, área que
compete a la creación de esta investigación, podemos señalar lo siguiente: "La ética jurídica es una
subdivisión de la ética general y puede ser entendida como la ciencia práctica que estudia racionalmente la
bondad y maldad del acto humano derivado de un ordenamiento jurídico".5
Considerando que todo postulado jurídico, por regla general lleva consigo la unión de lo bueno y lo malo,
en un esfuerzo que finaliza con el discernir social, la ética jurídica representa el instrumento inseparable en
el ejercicio profesional de todo abogado. La moral se determina en función de las necesidades de cada
sociedad y del establecimiento del entorno de ésta, ya que es empírica, es decir, práctica, estudia los
medios, virtudes y deberes según corresponde al medio social, guiada por las formas de conciencia que
dependen a su vez del sistema social y a las condiciones de vida de cada persona, ya sean económicas,
políticas o culturales.

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ETICA Y PROFESION
Los profesionales tenemos la obligación moral de definir nuestro rol en la sociedad, en miras a revalorizar
el verdadero sentido de la profesión, que indudablemente trasciende lo personal. El desarrollo profesional
es importante, pero cabe preguntarse, ¿a costa de qué? O mejor dicho, ¿de quién? Y aquí es donde
incluimos el marco ético a nuestro accionar. Es imprescindible que incorporemos a nuestra acción
cotidiana una perspectiva de largo plazo, trascender el presente adoptando el siguiente marco de
pensamiento:
¿Podremos desarrollarnos en sociedades en vías de destrucción?
Debemos entender la ética desde su perspectiva positiva, de bien común: “Actúa de tal modo que tu
principio de conducta pueda ser universalizado, pueda valer para todos”1 y no desde su perspectiva
negativa, de sanción: Actuó correctamente por miedo al castigo impuesto (en el caso de los profesionales,
impuesto a través de los códigos de ética). Porque en definitiva, siempre existirán leyes más blandas o
más duras, y siempre se podrá encontrar la forma de violarlas si esa es la verdadera intención del actor.
La verdadera motivación no puede estar centrada en el factor económico individual. Si así fuera que
efímeras serian nuestras victorias. La verdadera motivación debe estar en la labor cumplida, en la
revalorización de los derechos de los sectores sociales en desventaja, la protección del medio ambiente, la
vida en comunidad y armonía. Y no se necesitan grandes actos de heroísmo para ello. No solo un médico
que salva cientos de vidas en el medio de una catástrofe, o un abogado que lucha por los derechos de las
comunidades más vulnerables pueden hacer de este un mundo mejor. Basta con incorporar la perspectiva
ética en cada decisión. Al aceptar o rechazar conductas que nos lleven a aquellos principios
universalizables. Basta tomar conciencia de las consecuencias de nuestros actos. Y no solo aquellas
desprendidas directamente de nuestra acción (causa-efecto: pensamiento lineal), sino de aquellas que
indirectamente afectan a nuestro entorno (pensamiento circular, sistémico) Por otro lado, no se trata de
realizar acciones aisladas que sirvan de “shampoo de conciencia” a nuestro espíritu. Se trata de cambiar
nuestra forma de actuar hoy y para
En cambio, si todos los profesionales actuarán con ética aconsejando sabiamente a sus clientes, en pos no
solo del beneficio personal, sino también del beneficio social, repercutiría positivamente en la sociedad, y
en la profesión en su conjunto, jerarquizándola. Pero no nos equivoquemos, todo esto no significa que no
debamos valorizar en términos económicos nuestro trabajo. Si lo debemos hacer, pero siempre bajo los
principios rectores que nos da el marco ético: poniendo en la balanza el beneficio propio y el beneficio
social. Ambos mundos deben estar equilibrados.
Es necesario tomar conciencia de nosotros mismos, de nuestro entorno y del papel que cumplimos en él.
¿Acaso los profesionales no somos formadores de opiniones? ¿No somos el ejemplo a seguir para
muchas personas? ¿No tenemos la capacidad de influencia suficiente en temas relativos a nuestras áreas
de estudio? Debemos entender el verdadero sentido de las profesiones, y el poder que cada uno de
nosotros encierra. Me gustaría destacar por último el rol fundamental que tiene la universidad, ya que
como formadora de profesionales, es necesario que incorpore con urgencia, no solo contenido ético a la
curricula, sino también la aplicación de los conocimientos adquiridos a la acción social. Un buen primer
paso hacia el camino de la excelencia profesional…
Cómo citar: "Ética profesional". Autor: María Estela Raffino. De: Argentina. Para: Concepto.de. Disponible
en: https://concepto.de/etica-profesional/.
Fuente: https://concepto.de/etica-profesional/#ixzz62j5ybC5I

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