Está en la página 1de 2

Universidad de Investigación y Desarrollo

Programa: Negocios Internacionales


RSE Aplicada
Grupo: 9C
Estudiante: Valentina Uribe Jiménez
E-mail: valentinauribe.28@hotmail.com

ECONOMÍA CIRCULAR Y RESPONSABILIDAD SOCIAL CAMINAN DE LA MANO


Se entiende por "Responsabilidad" al hecho de responder por sus actos ante los demás,
así como del futuro en general, es decir, tener la capacidad de realizar promesas y
cumplirlas, pero dicha promesa nunca es solitaria ni independiente, ya que se hace a los
demás, y delante de los demás, por lo que se esperará algo y se juzgará conforme a lo
que se ha prometido cumplir.1 Es por esto que, cuando se tiene poder global, se debe
tener responsabilidad global, y es que ésta se debe instaurar democráticamente como
una promesa de corresponsabilidad entre todas las partes. Por este motivo nace la idea
de una "Responsabilidad Social", como una necesidad de crear una sociedad
responsable en la cual, cada persona participe conforme a su propio poder bajo una
promesa mutua.
Ahora bien, la responsabilidad social responde a una evolución de la filantropía individual,
pasando por la filantropía empresarial y forjándose poco a poco, sin embargo, la mayoría
de las organizaciones socialmente responsables involucran otros conceptos integrales
como medio ambiente y ética que agregan valor al ejercicio y con ello atienden a otros
grupos de interés con necesidades muy específicas, como los accionistas e
inversionistas, el gobierno, entre otros.
A partir de todo esto, tanto la sociedad como las organizaciones se empiezan a percatar
que entra en juego la sostenibilidad, pues este concepto tiene su razón de ser en el futuro,
ya que su principal atención se propaga a las próximas generaciones. Pero la
sostenibilidad, en la mayoría de los casos, se enfoca más en el medio ambiente porque
de éste depende que la especie humana perdure y siga siendo consumidora de lo que
las empresas fabrican. Y por supuesto que incluye a la sociedad, pero para que ésta
exista, requiere de insumos naturales, de plantas, frutos, animales, fotosíntesis, cadena
alimenticia, aire, agua, energía solar, etcétera. En una sola palabra: vida.
No obstante, es muy fácil, una vez garantizada la vida, los consumos de productos y
servicios vienen por añadidura, aunque para evitar que el planeta se desgaste, se

1
Vallaeys, F. (2012). Definir la responsabilidad social: una urgencia filosófica. Recuperado de http://www. iesalc.unesco.org.
ve/index.php.
requiere cambiar la forma de hacer las cosas y la sostenibilidad lo pone sobre la mesa:
debemos buscar que lo que hoy tenemos sea sostenible en el tiempo.
Hoy en día, se habla entonces de economía circular. Este concepto más allá de generar
acciones en el interior de las empresas o ciertos impactos positivos en la sociedad y el
medio ambiente según la Fundación Ellen MacArthur, “pretende conseguir que los
productos, componentes y recursos en general mantengan utilidad y valor en todo
momento”.
Es decir, se busca que lo que la humanidad vaya creando tenga un inicio, un uso y un
fin, pero que el fin no sea enterrarlo en un cementerio de tecnología o tirarlo al océano,
sino que vuelva a incorporarse totalmente en un nuevo proceso productivo para crear
otro producto y mantener dicho ciclo. En pocas palabras, se busca que tanto el ciclo
biológico como el ciclo tecnológico se optimicen con la renovación de los productos. Ya
que de esta manera no solo se estarían creando flujos más respetuosos y sostenibles
con el medio ambiente, sino que se estaría dinamizando la economía y creando una
situación en la que todos salen ganando, puesto que nada se pierde, todo se transforma,
recreando la dinámica de reaprovechamiento total de la naturaleza, donde el concepto
de residuo no existe. Los nutrientes técnicos, en cambio, se diseñan para ser reciclados
y reutilizados, de modo que puedan ensamblarse y desarmarse fácilmente para producir
nuevos materiales de menos calidad o como materia prima para productos de mayor
funcionalidad. En cualquiera de los casos se produciría un sustancial ahorro de recursos
y de energía.
En este punto se puede establecer la Economía Circular como un sistema que contribuye
de manera positiva en la Responsabilidad Social por parte de las empresas, ya que este
modelo conserva el valor añadido de los productos durante todo su ciclo de vida y excluye
los residuos, por lo que la Economía Circular reforzaría, además de la protección del
medio ambiente, la generación de empleos, la innovación y su adopción proporcionaría
una ventaja competitiva en el mercado global. En definitiva, todo se reduce a “hacer las
cosas bien”. Entonces, estos conceptos guardan entre sí muchas similitudes y quizá
podrían considerarse etapas en la evolución de uno solo, pero cada uno ha tenido sus
grandes diferencias que enriquecen a los otros. Hablar de cada uno de ellos no significa
hablar de épocas, sino de posibles soluciones para recuperar el “hoy”.

También podría gustarte