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FALACIAs en Locombia
FALACIAs en Locombia
YOPAL-CASANARE
2019
JORGE JUNIOR CELY LÓPEZ
FILOSOFÍA
Docente
Carolina Ramírez
YOPAL-CASANARE
2019
Castrochavismo la estrategia política más divisora y ponzoñosa del siglo 21
Este infalible monstruo utiliza la política para justificar sus crímenes y tener impunidad. Ha
ejecutado y superado la idea del narcotraficante colombiano Pablo Escobar de tomar la
política para encubrir el narcotráfico, ya que las dictaduras castrochavistas con Castro-Díaz-
Canel en Cuba, Chávez-Maduro en Venezuela, Morales en Bolivia y Ortega-Murillo en
Nicaragua, usan la política para encubrir miles de crímenes, además del narcotráfico con el
que han convertido estos países en narco-estados.
Una de las exitosas acciones del castrochavismo es hasta ahora dar coartada de actos
políticos a los más horrendos crímenes que comenten y dotarlos de cuasi legitimidad
internacional. Cuando los dictadores de Cuba, Venezuela toman presos políticos, asesinan,
torturan y violan los derechos humanos, el castrochavismo clama “defensa de la revolución”;
defienden el narcotráfico proclamando que “la lucha contra el narcotráfico es el instrumento
creado por el imperialismo para oprimir a los pueblos”, con Evo Morales como vocero en las
Naciones Unidas en 2016 y repitiendo; para encubrir la “trata de personas” en el caso de los
médicos esclavos cubanos o tapar la corruptela con “Odebrecht”, afirman que se trata de
“ataques de la derecha” o del “imperialismo
“Todos los socialistas apoyan ideas ligadas al castrochavismo, por lo tanto, se deben elegir
líderes políticos con ideas de inversión a la propiedad privada, con el único fin de evitar que
Colombia se hunda en el terrorismo y desfalco institucional”.
Esta discusión, tiene en la cuerda floja al país y se puede convertir en la mejor estrategia
política y mediática para enfrentar a quienes desde la derecha y la ultraderecha, insisten en
que Santos le entregó el país a las Farc, por haber negociado con esa guerrilla el fin del
conflicto armado. Esas mentiras y suposiciones deben enfrentarse con la discusión abierta y
el análisis profundo no solo de lo que viene sucediendo con el socialismo del siglo 21 en
Venezuela y en la región, sino de las propias condiciones en las que viene operando en
Colombia el Estado liberal. Creo que dentro de la fragmentada izquierda colombiana existen
diferencias y hasta contradicciones abstractas en torno al sistema socialista, que bien valdría
la pena empezar a discutir de cara al país, en especial ahora que las Farc hacen el tránsito a
la vida civil y en adelante serán, en particulares y estratégicos territorios, una opción real de
poder para comunidades indígenas, afros y campesinas, víctimas de la debilidad del Estado
y de una democracia liberal restringida y generadora de profundas contradicciones sociales,
políticas y económicas. Si las Farc insisten en el socialismo y en particular tienen en el
modelo venezolano un referente a seguir, o si el viejo paradigma socialista soviético es el
norte que guiará sus aspiraciones políticas, urge que se manifiesten en torno a lo sucede hoy
en Venezuela. Y si están, con los ya conocidos controles ideológicos y policivos con los que
se asegura la simpatía y la subordinación de las grandes mayorías, a cambio de subsidios y
reivindicaciones sociales que poco construyen una idea de un ciudadano capaz de discernir
y discutir sobre el fin último de la vida que es alcanzar la felicidad. Es hora de empezar a
discutir y a construir un modelo de Estado que satisfaga, sin engaños poco perceptibles y
persecuciones ideológicas, las necesidades de las grandes mayorías, sin que ello implique
acabar con el mercado y la iniciativa privada.