Feliz Navidad hijo de perra – dijo Julio mientras entregaba a Mike una caja metalizada con un mal pegado moño rosado. – Feliz navidad, maldito desgraciado yo no te he comprado nada – descuida Mike abre esto que debes estrenarlo cuanto antes. Mike tomo la caja y retirando delicadamente el moño, lo alisó y lo coloco en su bolsillo trasero, tomo la caja y firmemente retiro la tapa, dentro había una pequeña placa plateada con una corre a de piel. Retiró con cuidado el papel de relleno que cubría los huecos que dejaba el presente dentro de la caja, retiró la placa y leyó una inscripción en ella; “Dormimos tranquilamente por la noche porque hombres ásperos están listos para llevar la violencia sobre aquellos que nos harían daño” una frase que usara ya tiempo atrás el mismo Churchill. – Gracias Julio – dijo Mike mientras se colocaba la placa alrededor del cuello. Ambos estaban sentados en la parte trasera de la camioneta del recinto al que pertenecían, escuchaban música mientras fumaban un par de cigarrillos. Tenemos un caso Mike y parece que al fíen es algo tranquilo, ya estoy harto de estar con el culo en el fuego, los pandilleros en esta zona terminaran matándonos si el comisionado no baja el ritmo de su caza anti drogas. – En eso concuerdo contigo, además con lo viejos que nos estamos poniendo no entiendo por que nos siguen enviando de primera línea, en fin ¿cuál es el caso? – Julio saco una carpeta color crema de la guantera, para ello tuvo que estirarse tanto que su espalda dio un pequeño crujido. – Eh¡ no te vayas a romper antes de empezar si quiera – Descuida hermano no soy tan frágil como tú, carajo, aquí lo tienes es un caso de homicidio, pero entes de que abras de más los malditos ojos deja que te diga que no tiene nada que ver con pandilleros, al menos eso es lo que pienso yo después de revisar el expediente, luce más como un crimen pasional o una pequeña venganza no tan pequeña entre conocidos más que de un grupo criminal.