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Módulo I
PSICOLOGÍA COGNITIVA
Los fenómenos mentales son inaccesibles a la observación. Solo podemos trabajar con
productos indirectos.
Los fenómenos mentales pueden ser muy veloces, produciendo la sensación de simplicidad.
Métodos
Áreas de estudio
El procesamiento de la información
La analogía de la computadora. Es una analogía funcional. Fue propuesta antes de inventar las
computadoras. Turing (1937) describe una máquina hipotética, capaz de simular cómputos,
inclusive inteligentes. Un programador reduce los cómputos a operaciones elementales. La
máquina opera con símbolos, de acuerdo a ciertas reglas, utilizando operaciones sencillas. Las
computadoras son reales, aunque más o menos equivalentes a esta máquina, definidas como
sistemas de procesamiento general, que codifican, retienen y operan con símbolos y
representaciones. La similitud con el sistema nervioso humano produce una analogía y hace
que los psicólogos tomen como modelo a la computadora para plantear hipótesis psicológicas
y elaborar interpretaciones teóricas. Esta analogía es funcional, no física, ya que las
diferencias de hardware son considerables (neuronas vs. circuitos impresos).
Sobre esta analogía, se establecen dos versiones. La versión débil, que establece una similitud
funcional entre ambos sistemas y utiliza el vocabulario del procesamiento de la información
de modo instrumental, que representa a la Psicología Cognitiva y estudia el comportamiento
inteligente de sujetos humanos.
La versión fuerte de la analogía considera que la computadora es algo más que una simple
herramienta conceptual. Su objetivo es elaborar una teoría unificada del procesamiento de la
información que englobe a ambos sistemas. Da lugar a la Ciencia Cognitiva, cuyo interés es la
construcción de programas de Inteligencia artificial.
El aprendizaje como procesamiento de la información
El aprendizaje puede ser concebido como un medio usado por las personas para modificarse.
Internamente, a través de cambios en las estructuras mentales. Conocimientos, reglas,
principios, formas de pensar, actitudes. Externamente, a través de cambios en el
comportamiento. Habilidades motoras, desempeño de roles, interacción social. Se trata de un
proceso de modificación y combinación de estructuras cognitivas y la información obtiene el
status de materia prima de la que es hecha el aprendizaje.
Se trata de una concepción de aprendizaje orientada a los procesos de los que se valen las
personas para codificar, almacenar y recuperar información, abierta a investigaciones sobre
las estrategias cognitivas, transformación de la información en la mente, toma de decisión,
representación de la información en la memoria, comprensión y resolución de problemas. El
ser humano busca información para organizarla reorganizarla internamente.
De modo general, el aprendizaje de algo nuevo tiende a ser laborioso y lento. Reiteración,
práctica, ejercicio o entrenamiento generan familiaridad, habituación, disminución de errores,
tiempos de respuesta con desempeños más seguros, precisos y eficientes. El ejercicio favorece
los desequilibrios y las reestructuraciones cognitivas y el establecimiento de nuevas
conexiones entre conocimientos previamente almacenados.
Esta concepción de ningún modo pretende significar que “cualquiera aprende cualquier cosa,
en cualquier momento y de cualquier manera”. Otros factores como diferencias individuales
en habilidades, ausencia de pre-requisitos generales o específicos, disturbios y condiciones
peculiares (fatiga, ansiedad, depresión, estrés, autoconcepto), maduración, y motivación
influyen considerablemente en el aprendizaje. Se trata de un proceso multideterminado.
Motivación
Los aprendizajes son mayores y mejores cuando la persona quiere aprender, dispone de
recursos para monitorear y controlar su aprendizaje se empeña en esa tarea. La influencia de
los docentes es decisiva en este proceso.
Recomendaciones
La forma de ser del docente frente a sus alumnos es un factor motivacional significativo. Los
docentes entusiastas, simpáticos, que tienen buena relación con sus alumnos y cree en ellos,
generalmente obtiene mejores resultados que el hipercrítico, irritado y que subestima la
capacidad de sus alumnos.
Los docentes que nunca cambian el formato de sus clases y hacen de la monotonía una
constante de su forma de enseñar, generan desatención y perjudican el aprendizaje.
Una experiencia integral de aprendizaje es, por regla, una transición de un estado inicial de
docilidad, subordinación y aceptación sistemática de orientaciones, ayudas y críticas externas,
hacia un estado final de independencia. Al inicio, aprender, significa aceptar con empeño y
buena voluntad la necesidad de un entrenamiento sistemático (con poca creatividad) en la
adopción y utilización de instrumentos y herramientas básicas, como la lectura y escritura de
caracteres extraños, pronunciación correcta, vocabulario básico y operaciones matemáticas
simples, con la ayuda del docente y el material didáctico.
El aprendizaje escolar puede ser favorecido por la manipulación de factores o procesos de los
aprendices.
Procesos externos
Refuerzo: Las respuestas se fijan o eliminan de acuerdo a los efectos o consecuencias que
producen. Asume la forma de feedback para la corrección o fijación de conocimientos.
Procesos internos
Esta planificación puede ser concebida como una serie de etapas que ayudan al aprendiz a
trasladarse de una etapa inicial de no saber hacer a una condición final de competencia e
independencia, en la cual es capaz de hacer, decir, aplicar, etc. Las etapas fundamentales de la
planificación de la enseñanza orientada por un docente comprende:
Memoria humana
La memoria guía nuestras acciones y es fundamental para el aprendizaje. Es un proceso
psicológico que sirve para adquirir y registrar información, reteniéndola a veces durante toda
la vida. Pero es poco útil si la información registrada en la memoria no pudiera ser recuperada
cuando la necesitamos. En general, la recuperación se realiza con rapidez y precisión y sin
esfuerzo aparente. Sin embargo, en ocasiones, la información está oculta en algún lugar de
nuestra memoria y es necesario realizar un gran esfuerzo para conseguirla. La memoria puede
ser considerada como un conjunto de estructuras y procesos.
Estructuras: memoria sensorial – memoria corto plazo – memoria largo plazo
Procesos: codificación – almacenamiento - recuperación
Estructuras de la memoria.
Almacenes sensoriales. Conservan la entrada sensorial. Es pre-categórica. Dos tipos más
estudiados: icónica (visual) y ecóica (auditiva). Reconocen patrones. La información llega
primero a los registros sensoriales, donde se mantiene aproximadamente 4 segundos, para
percibir y reconocer los estímulos. Permiten que la información sensorial en bruto persista
durante el tiempo necesario para ser organizada. La que ha sido atendida, se sigue procesando
y llega al siguiente almacén, el de la memoria a corto plazo.
Procesos de memoria
La codificación se refiere a la forma en la que se trasforman los ínputs físicos y sensoriales
en representaciones plausibles de ser almacenadas en la memoria. El almacenamiento se
refiere a la forma en cómo se mantiene la información codificada en al memoria. La
recuperación se refiere a la forma en como se obtiene el acceso a la información almacenada.
Estos procesos interactúan recíprocamente y son interdependientes.
Codificación: la información almacenada en la memoria de corto plazo es codificada
básicamente en forma acústica. Por lo tanto, cuando cometemos errores en la recuperación de
palabras de la memoria a corto plazo, esos errores tienden a reflejar confusiones sonoras. La
información almacenada en la memoria a largo plazo parece ser básicamente codificada
semánticamente, aunque también existen evidencias de que existe una codificación visual.
Olvido de la información: Existen dos teorías. Teoría de la interferencia (informaciones
competidoras nos llevan a olvidar) y Teoría de la degradación (ocurre con el paso del tiempo).
Teoría de la interferencia: El olvido sucede porque la nueva información interfiere con la
información antigua y finalmente la desplaza en la memoria a corto plazo. Existen dos tipos
de interferencia: la retroactiva, causada por la actividad que ocurre después que aprendemos
alguna cosa y antes de que se necesite su evocación, y la proactiva que ocurre cuando el
contenido interfiere antes del aprendizaje. Las palabras en el final de una lista estan sujetas a
una interferencia preactiva, en cuanto que las palabras ubicadas al inicio de una lista están
sujetas a la interferencia retroactiva. Las palabras ubicadas en el medio de una lista están
sujetas a las dos interferencias.
El efecto de primacía implica la evocación de palabras ubicadas en el final de una lista.
El efecto de recencia implica la evocación de palabras ubicadas al principio de una lista.
Teoría de la degradación: Afirma que la información se olvida debido a la desaparición
gradual de los trazos de memoria, en vez de su desplazamiento, a menos que se haga algo para
retenerla.
Transferencia de información.
La transferencia de información para la memoria de largo involucra a varios procesos. Un
método para transferir la información es prestar atención a la información, con el objeto de
comprenderla. O hacer asociaciones o conexiones entre la información nueva y lo que ya
sabemos o entendemos. Este proceso de integrar los nuevos conocimientos a la información
que ya se encuentra almacenada, se denomina consolidación.. Para preservar o aumentar la
integridad de la memoria durante la consolidación podemos usar estrategias de metamemoria,
en las que reflexionamos sobre nuestros propios procesos de memoria, con la perspectiva de
mejorarlos, por ejemplo, la repetición. La repetición, recitación repetida de un ítem, es la
técnica clave para conservar la información. Los efectos de esa repetición, se denominan
efectos de práctica.. La repetición puede ser abierta (voz alta) u oculta (silenciosa). La
práctica distribuida (varias sesiones espaciadas en el tiempo) es más efectiva que la práctica
aglomerada (sesiones continuas). La información se evocará por mayor tiempo si se distribuye
el aprendizaje y se varía el contexto para la codificación en vez de tratar de aglomerar todo en
un corto período de tiempo.
Recuperación de la información
Es muy complejo estudiar la recuperación de la información en la memoria a corto plazo,
debido a la dificultad de diferenciar la recuperación de otros procesos de memoria. La
recuperación de la información en la memoria corto plazo parece darse bajo la forma de
tratamiento seriado exhaustivo, lo que implica que las personas busca todas las informaciones
en una lista.
Fallos en los procesos de adquisición o aprendizaje - Falta de atención
Fallos en los procesos de retención o almacenamiento – Decaimiento temporal o confusión
con otras informaciones
Fallos en los procesos de recuperación – Estrategias inadecuadas
Mnemótécnica
Los sistemas mnemónicos son técnicas para aumentar la probabilidad del recuerdo. El uso de
sistemas mnemónicos torna al aprendiza menos dependiente del ensayo, que es el componente
principal de la memorización de material por repetición. Un ejemplo simple de la técnica
mnemónica es la conversión de una secuencia de símbolos en una frase, por ejemplo, un
estudiante puede recordar las iniciales de los componentes de una cadena de ADN (Citosina,
Guanina, Adenina y Timina) con la frase Carlos Gardel – Anibal Troilo. Una técnica
mnemónica bien establecida es el método de los loci (de lugares). Consiste en establecer un
arreglo espacial ordenado, asociado al material que se debe aprender. Por ejemplo, un
estudiante puede imaginar un paseo sistemático por todos los locales de su escuela (aulas,
baños, biblioteca, etc.). Para aprender los ítems de una serie ordenada, el estudiante imagina
cada ítem en cada lugar sucesivo. Para recordar las series, el estudiante hace el recorrido
imaginario, recordando cada ítem en cada lugar.
Algunas técnicas son desarrolladas de forma tal que los ítems abstractos puedan ser
convertidos en ítems concretos. La técnica de la rima convierte los números en secuencias que
pueden ser visualizadas como por ejemplo, uno, dos, carne con arroz, etc. Entonces, se puede
aprender una lista ordenada imaginando cada ítem junto a un objeto. Este sistema tiene una
ventaja sobre el método de los loci, porque el sujeto puede recordar el ítem en cualquier
posición, sin tener que comenzar por el inicio de la lista.
Las técnicas mnemónicas pueden ser suplementos eficaces para otros métodos de estudio
Otras técnicas son
Agrupamiento categórico, que consiste en organizar una lista de ítems en un conjunto menor
de categorías. (leche, pan, manteca, lechuga, tomates, queso, en LACTEOS, FRUTAS Y
PANIFICADOS).
Imágenes interactivas, consiste en crear imágenes que asocian palabras aisladas en una lista
(perro, mesa, lápiz, imagina un perro, sentado en una mesa, con un lápiz en la mano).
Acrónimos, consiste en delinear una palabra o expresión en la cual cada letra representa otra
palabra o concepto (Citosina, Guanina, Adenina y Timina con Carlos Gardel Anibal Troilo).
Acrósticos, consiste en formar una frase, en vez de una única palabra para recordar palabras
nuevas (martillo – hoja – corazón – perro con la frase Mi Hermana Come Panqueques).
MÓDULO III
ATENCIÓN, PERCEPCIÓN Y LECTURA
Atención
Atención y conciencia
La atención es un fenómeno por el cual procesamos activamente una cantidad limitada de la
gran cantidad de información que se encuentra disponible a través de nuestros sentidos, de
nuestra memoria y de otros procesos cognitivos. Existen límites para nuestros recursos
mentales y para la cantidad de información que pueden manejar. El fenómeno psicológico de
la atención nos posibilita el uso criterioso de nuestros limitados recursos mentales.
Antiguamente, se creía que la atención era lo mismo que la conciencia, el fenómeno por el
cual no solo procesamos activamente la información, sino que también estamos concientes de
ello. Hoy en día, los psicólogos reconocen que algún procesamiento activo de la información
sensorial, de la información evocada y de la información cognitiva sucede sin nuestro
conocimiento conciente. Los beneficios de la atención son particularmente evidentes cuando
nos referimos a los procesos de atención conciente. Además del valor general de la atención,
la atención conciente satisface otros tres objetivos: (1) monitorear nuestras interacciones con
el ambiente, manteniendo nuestra conciencia de cómo nos adaptamos a la situación en la que
estamos; (2) unir nuestro pasado (memoria) a nuestro presente (sensaciones) para darnos un
sentido de continuidad de la experiencia; y (3) controlar y planificar nuestras acciones futuras,
con base en la información del monitoreo y de las conexiones entre las memorias pasadas y
las sensaciones presentes.
El término atención engloba un conjunto de fenómenos diversos. De acuerdo a Posner y Boies
(1971) se destacan tres tipos de fenómenos: (1) la atención como mecanismo de selección de
información; (2) la atención como mecanismo de capacidad limitada; y (3) la atención como
mecanismo de alerta.
La atención nos permite sincronizar nuestros procesos mentales con una fracción del flujo de
inputs que recibimos a cada instante. En este sentido actúa como un mecanismo de selección
o filtro. Los mecanismos de atención permiten seleccionar una fracción relevante de todos los
mensajes concurrentes, y procesarla intencionalmente, mientras que el resto de la información
(eventualmente irrelevante) quedará “amortiguada” y recibirá un procesamiento mínimo o
nulo. Es, por lo tanto, un mecanismo de control activo que permite al procesador una toma de
posición ante los inputs. No es un mero receptor pasivo de información, sino que selecciona y
decide a cada instante qué aspectos del entorno son relevantes y requieren una elaboración
cognitiva.
Se trata de un mecanismo de capacidad limitada, cuestión que resulta obvia en nuestra
experiencia cotidiana. Si tratamos de realizar simultáneamente dos tareas relativamente
complejas, probablemente encontraremos serias dificultades. Naturalmente se puede emplear
una estrategia bastante eficaz consistente en cambiar el foco de atención alternativamente de
un mensaje a otro. Si ambos son sencillos, el resultado será una comprensión aceptable de
ambos. Se debe destacar que NO podemos procesar el significado de dos mensajes verbales
simultáneamente, aunque querramos hacerlo. En general, no podemos realizar eficazmente
dos tareas complejas al mismo tiempo, produciéndose interferencias y bajo rendimiento. Hay
una excepción aparente a esta regla: a veces podemos realizar correctamente dos tareas
complejas, como por ejemplo, manejar un automóvil y llevar una conversación coherente.
Una de las tareas se realiza automáticamente y la atención queda disponible para emplearla en
la otra tarea concurrente.
En tercer lugar, se puede concebir a la atención como un mecanismo endógeno de alerta. La
alerta es una disposición general del organismo para procesar información. Un sujeto en
estado de vigilia es capaz de responder a mensajes y ejecutar multitud de tareas que requieren
habilidades, mientras que un sujeto con un nivel bajo de alerta (dormido) presenta una
conducta desorganizada y poco eficaz, o no responde en absoluto.
Los estados de alerta fluctúan considerablemente con oscilaciones rápidas (alerta fásica) o
lentas (alerta tónica). La alerta fásica en un estado transitorio de preparación para procesar un
estímulo en una situación específica. La alerta tónica supone cambios mucho más lentos en la
disponibilidad del organismo para procesar estímulos. Una manifestación típica son los ritmos
diurnos. Durante el día, se da un incremento gradual, siendo inferior en horas de la mañana y
se incrementa de forma constante hasta las últimas horas de la tarde. También sufre cambios
durante el ciclo de vida de un individuo, decayendo con el transcurso de los años. También
decae con la presentación de estímulos repetitivos y monótonos. Para un rendimiento óptimo
se requiere una cierta variabilidad o novedad en la estimulación ambiental que mantenga el
estado de alerta de los sujetos. En casos extremos, la caída del rendimiento se produce tan
solo a los quince minutos.
Los tres tipos de fenómenos atencionales están estrechamente relacionados, por lo que se
puede concluir que la atención es un sistema de capacidad limitada que realiza operaciones de
selección de información y cuya disponibilidad o estado de alerta fluctúa considerablemente.
La diferenciación entre atención y conciencia, plantea la dicotomía entre procesos controlados
y procesos automáticos. Los procesos controlados, también denominados concientes, son
operaciones realizadas bajo control voluntario del sujeto, que requieren gasto de recursos
atencionales y que el sujeto percibe subjetivamente pudiendo dar cuenta de ellos. Son
sensibles a las limitaciones de los recursos disponibles. Son especialmente adecuados para
enfrentar situaciones novedosas y problemáticas. No son tan rápidos ni eficaces como los
procesos automáticos. En cambio, el sujeto tiene acceso más directo a ellos y percibe las
sucesivas decisiones, estrategias e intencionalidad. Los procesos controlados generan
aprendizaje y almacenamiento de nueva información. Intervienen en operaciones cognitivas
de alto nivel (como mecanismo de control –repetición, recodificación, imágenes mentales-) y,
en general, todas aquellas estrategias “inteligentes” que desarrollamos de forma conciente y
con una impresión subjetiva de esfuerzo.
Los procesos automáticos son operaciones rutinarias sobreaprendidas que se realizan sin
control voluntario, sin intencionalidad, no utilizan recursos atencionales y el sujeto no es
conciente de su realización. Son el resultado de un aprendizaje bastante laborioso y se
adquieren como consecuencia de la repetición frecuente de una tarea o proceso que
inicialmente requería atención controlada. Una vez adquiridos son difíciles de modificar. El
rendimiento en tareas automáticas adquiere un nivel asintótico, de modo que la práctica, a
partir de cierto momento, no produce mejoras sustanciales. Implican considerable autonomía
para el procesador. También se los denomina “hábitos”.
Existe un criterio de interferencia sobre nuevos aprendizaje que indica que cuando existe un
proceso automático asociado a un determinado input, será muy difícil adquirir un nuevo
aprendizaje ante dicho input, ya que el proceso automático inicial genera interferencia.
Otro criterio que vincula a los procesos atencionales es el de interferencia entre dos tareas
concurrentes. Estipula que, dadas dos tareas simultáneas, pueden ocurrir varias pautas
empíricas de interferencia entre ellas.: a) aditividad estadística, que se manifiesta en el hecho
de que la tarea secundaria produce un deterioro constante en la tarea primaria; b) interacción
divergente, cuando el efecto de interferencia de la tarea secundaria aumenta a medida que se
incrementa el grado de dificultad de la tarea primaria; y c) interacción convergente, cuando el
efecto de interferencia en la tarea secundaria, disminuye a medida que se incrementa el grado
de dificultad de la tarea primaria.
Las tareas automáticas tienden a realizarse en paralelo, con independencia del número de
alternativas; generan una gran interferencia con aprendizaje nuevos asociados a la misma
configuración de estímulos, y no interfieren sensiblemente cuando se realizan
simultáneamente a otra tarea. Por el contrario, los procesos controlados implican un proceso
secuencial, son procesos flexibles que no interfieren con nuevos aprendizajes e interfieren o
son interferidos por la realización de otra tarea concurrente.
Procesamiento pre-conciente
Algunas informaciones están fuera de nuestro conocimiento aunque puedan ser accesibles
para la conciencia o, como mínimo, para los procesos cognitivos. Esta información se
encuentra en un nivel pre-conciente del conocimiento. Una forma de este procesamiento es el
fenómeno de percepción subliminal, por la cual, una persona procesa mentalmente estímulos
específicos sin estar conciente de ello. Se trata de un ejemplo de una clase más amplia de
fenómenos, denominado priming. En el priming, estímulos específicos activan rutas mentales
que aumentan la capacidad para procesar estímulos subsecuentes conectados de alguna
manera, a los estímulos del priming. Muchas veces no resulta sencillo atraer la información
pre-conciente para el conocimiento conciente. Por ejemplo, ya hemos experimentado el
fenómeno “punta de la lengua”, que sucede cuando tratamos de recordar algo que sabemos,
pero que no podemos evocar completamente.
Funciones de la atención
Las cuatro funciones principales de la atención son: 1) atención selectiva, en la que elegimos
prestar atención a algunos estímulos e ignorar otros; 2) vigilancia, en la que esperamos
atentamente detectar la aparición de un estímulo específico; 3) sondeo, en la que buscamos
activamente estímulos particulares; y 4) atención dividida, en la que distribuimos nuestros
recursos de atención para coordinar nuestro desempeño en más de una tarea al mismo tiempo.
Atención selectiva. Constantemente estamos haciendo elecciones con relación a los estímulos
a los que prestaremos atención y a los que ignoraremos. Ignorando algunos de ellos o
disminuyendo el énfasis sobre ellos, focalizamos los estímulos particularmente notables. El
foco de atención concentrado en estímulos informativos específicos aumenta nuestra
capacidad para manipularlos en otros procesos cognitivos como la comprensión verbal o la
resolución de problemas. Por ejemplo, podemos prestar atención a la lectura de un texto,
ignorando el sonido de una radio o un televisor.
Vigilancia y detección de señales. Se refiere a la capacidad de una persona para estr presente
en un campo de estimulación durante un período prolongado, esperando la aparición de una
señal. Típicamente, es necesaria en ambientes en los que un determinado estímulo sucede
raramente, pero que exige atención inmediata cuando aparece. Estos procesos se encuentran
altamente influenciados por las expectativas, afectando fuertemente la eficiencia de la
respuesta. En muchas ocasiones tratamos de detectar si percibimos o no una señal, un
determinado estímulo de interés particular. A través de la vigilancia para detectar señales
estamos preparados para actuar rápidamente cuando detectamos el estímulo. Por ejemplo, en
una calle oscura podemos tratar de detectar escenas o sonidos indeseables.
Sondeo. Mientras que la vigilancia involucra pasivamente la espera de que aparezca un
estímulo, el sondeo involucra la búsqueda activa de un estímulo. Específicamente, se refiere a
un examen atento del ambiente en relación a aspectos específicos. El número de estímulos y
la cantidad de distractores, afectan el rendimiento. Por ejemplo, buscar un producto
determinado en las góndolas del supermercado, o si detectamos humo (como consecuencia de
nuestro sondeo) podemos involucrarnos en un sondeo activo con relación al origen del humo.
Atención dividida. Con frecuencia conseguimos realizar mas de una tarea a la vez y desplazar
nuestros recursos de atención para distribuirlos prudentemente, de acuerdo a las necesidades.
Por ejemplo conductores con experiencia pueden conversar mientras manejan y cuando se
acerca otro vehículo, rápidamente desplazan su atención de la conversación a las maniobras.
Percepción
Se trata del fenómeno complejo por el qué reconocemos, organizamos y entendemos las
sensaciones recibidas de los estímulos ambientales. La existencia de ilusiones perceptivas
sugiere que lo que percibimos en nuestros órganos sensoriales no es necesariamente lo que
comprendemos en nuestras mentes. El sistema cognitivo debe estar captando información
sensorial que se encuentra disponible y manipulándola de algún modo para crear
representaciones mentales de objetos, propiedades y relaciones espaciales de nuestro
ambiente.
Los tres procesos perceptivos más importantes son los de detección, discriminación e
identificación de los estímulos del medio. El primero consiste en distinguir los estímulos en el
ambiente que nos rodea. Muchas veces no se trata sólo de detectar la presencia o ausencia de
un estímulo en el medio, sino que resulta necesario realizar un procesamiento algo más
refinado y preciso, denominado discriminación, porque implica distinguir uno entre varios
estímulos, más o menos similares. Se trata de un proceso algo más complejo que el de
detección porque no sólo se trata de percibir su presencia o ausencia sino que hay que
distinguir uno entre los varios posibles. Finalmente, debe destacarse que, a veces, no resulta
suficiente detectar y discriminar un objeto, sino que para poder identificar con éxito un objeto
entre otros muchos, debemos reconocer de que objeto se trata. Este es el último de los
procesos perceptivos: la identificación. Reconocemos un objeto, no solo por su forma, color o
tamaño, sino que lo identificamos y clasificamos como miembro de una determinada
categoría y actuamos de acuerdo con este conocimiento.
Para Ballesteros (2002), la percepción es un proceso psicológico, a través del cual el perceptor
interpreta y atribuye un sentido a la información que le llega a través de distintas modalidades
sensoriales (vista, oído, tacto, olfato, gusto). Por estos procesos, el perceptor adquiere
conocimiento sobre las formas y objetos existentes en el medio que le rodea, procesando la
información contenida en la estimulación física que llega a los receptores sensoriales
especializados.
Cuando percibimos un objeto, por ejemplo, de forma visual, codificamos información a lo
largo de múltiples dimensiones elementales, tales como el tamaño, la forma, el color, la
textura, su localización respecto de otros objetos, e incluso su disposición temporal respecto a
otros eventos. Este carácter multidimensional de la codificación de los estímulos perceptivos
nos lleva a preguntarnos si se trata de procesos automáticos. Hasher y Zacks (1979) y Zacks et
al (1982), basándose en que no existen diferencias individuales en función de la edad de los
sujetos, sugieren que la codificación de la frecuencia de los sucesos, la localización espacial y
la ordenación temporal son automatismos básicos innatos. Muchas otras propiedades del
input, tales como el color, la forma, la dirección del movimiento, etc, parecen recibir
igualmente una codificación automática. Por tanto, De Vega (1984) concluye que la
codificación de los estímulos perceptivos es, en términos generales, automática. Sin embargo,
¿la percepción resultante de los procesos de codificación, también es automática? La
respuesta es negativa, ya que la percepción resulta más compleja que la codificación. Se trata
de un proceso de alto nivel, sumamente elaborado, pese a la simplicidad e inmediatez
aparentes de la experiencia perceptiva. En el proceso perceptivo, de acuerdo a Neisser (1967)
se pueden distinguir una fase analítica y una fase sintética. La fase analítica corresponde a la
codificación en paralelo de los rasgos o dimensiones básicas del input. Sin embargo, el
fenómeno perceptivo culmina cuando se sintetizan o integran dichos rasgos básicos para
producir una configuración significativa asimilable a los objetos. Esta fase sintética, requiere
de atención controlada. De acuerdo a Treisman y Gelade (1980) y Treisman y Schmidt (1982),
la atención actuaría como pegamento que conecta las propiedades previamente codificadas en
una unidad. Esto implica que los inputs que no reciben atención se presentarían al individuo
como un conjunto de características inconexas que fluctuarían aleatoriamente sin llegar a
configurar objetos.
Percibimos los objetos de nuestro mundo como constantes o invariantes a pesar de que la
imagen que producen los estímulos varía al cambiar la orientación, la distancia, la
iluminación, etc. Para explicar por qué percibimos objetos de forma constante, a pesar de los
cambios producidos en la información sensorial que llega a nuestros sentidos, es necesario
hacer uso del concepto de representación mental. Las representaciones mentales retienen las
propiedades de los objetos reales que existen en el mundo físico.
De acuerdo a De Vega (1984), la percepción es un sistema exteroceptivo, de modo que el
producto perceptivo tiene un fuerte componente “guiado por los datos”. Al menos en los
estadios periféricos, las operaciones están determinadas por la configuración del estímulo, no
influyendo las expectativas o conocimientos del sistema cognitivo. Por su parte, Ballesteros
(2002) considera que la percepción es el resultado de dos tipos de procesos que actúan
conjuntamente: los procesos abajo-arriba, guiados por los datos obtenidos a partir de la
información física y los procesos arriba-abajo guiados conceptualmente que integran y dan
sentido a esa información.
Existen numerosas teorías relacionadas a la percepción. Los psicólogos estructuralistas, con
Wundt, sostenían que las percepciones se formaban a partir de la unión de sensaciones
elementales simples. Por el contrario, los representantes de la Escuela de Gestalt (Wertheimer,
Koffka, Köhler) consideraban que la forma o configuración es l unidad básica y primitiva de
la percepción. Según ellos, para poder entender la percepción era necesario conocer como el
cerebro organiza los estímulos visuales de modo natural. Según la Gestalt, el “todo”, la forma
global o configuración, presenta propiedades emergentes que no tienen sus partes elementales.
Esta organización perceptiva era de carácter innato. Trataron de explicar la percepción en
función de los mecanismos cerebrales subyacentes. Sin embargo, estudios posteriores
demostraron que las ideas de la Gestalt sobre el isomorfismo estímulo-cerebro no se
sostenían.
Opuestamente a lo que sostenía la Gestalt, Gibson (1979) sostenía que la comprensión de la
percepción se debería conseguir estudiando el medio ambiente en el que vive el individuo y
no en el laboratorio. La Teoría de la Óptica Ecológica o Teoría de la Percepción Directa
propuesta por Gibson, destaca el papel activo del perceptor que explora el ambiente y capta la
información de modo directo. De esta forma, el perceptor activo que se mueve en el ambiente
recibe información óptica suficiente para captar de forma correcta los estímulos del medio sin
necesidad de que intervenga procesos y representaciones mentales internos.
Por su parte, Helmholtz, contemporáneo de Wundt, propuso que para explicar la percepción
visual era necesario admitir la existencia de procesos de inferencia capaces de transformar la
información insuficiente de las imágenes retinianas en interpretaciones coherentes del espacio
tridimensional. Psicólogos más modernos (Hochberg, Rock o Gregory) que aceptan el
concepto de inferencias inconscientes propuesto por Helmholtz, constituyen la base de las
Teorías Constructivistas de la Percepción, proponiendo que la mayoría de nuestras
percepciones se construyen a partir de inferencias que realizamos sobre el mundo real. Son
nuestras expectativas y experiencias sobre cómo debe parecer el mundo externo lo que guía
nuestra percepción. Por tanto, esta perspectiva se relaciona con el procesamiento arriba-abajo.
Enfoques más recientes de la percepción, basados en el procesamiento de la información, han
determinado la parición de una perspectiva computacional. Esta perspectiva, basada en la
utilización de computadoras para simular procesos psicológicos complejos, desarrolla teorías
sobre el funcionamiento de la mente humana que trata de probar a través de esta simulación.
El modelo computacional más importante, encaminado a crear programas de visión por
ordenador se debe al matemático David Marr del MIT. Su trabajo tenía como objetivo
explicar como obtener información útil de una escena visual partiendo de la imagen
bidimensional que llega al sistema mediante una serie de representaciones sucesivas. Según su
modelo, el conocimiento general que tenemos sobre el mundo físico en que vivimos sirve
para procesar las imágenes retinianas. Sólo en un estadio muy posterior del procesamiento de
la imagen entran en juego hipótesis sobre los objetos. En el procesamiento temprano de la
imagen visual, la información contenida en el estímulo y ciertas suposiciones derivadas de
nuestro conocimiento general del mundo que podrían darse de forma innata son suficientes, lo
que apoya la idea de un procesamiento predominantemente abajo-arriba.
El desarrollo más reciente de las simulaciones por ordenador de la percepción visual está
constituido por lo que se denomina el Enfoque Conexionista. Se basan en la idea de que la
percepción visual se debe a la interacción simultánea de muchas unidades simples densamente
interconectadas entre si, trabajando cada una de ellas como una neurona simplificada
(Feldman, 1981; Feldman y Ballard, 1982;: Hinton y Anderson, 1981). Ellos suponen que es
poco probable que la actividad de la neuronas sea en forma serial. La actividad, en los
modelos conexionistas, surge de la fuerza existente entre las conexiones de las unidades
simples que forman el sistema, en vez de surgir a partir de operaciones realizadas con
símbolos existentes dentro del sistema como proponen los psicólogos computacionales. Estos
modelos, también se denominan Modelos de Procesamiento Distribuido en Paralelo.
Hemos visto que de todas las modalidades sensoriales, la más estudiada por los psicólogos ha
sido la visión. La pregunta principal que se plantean los teóricos de la percepción visual es
cómo podemos percibir con tanta rapidez y precisión escenas tridimensionales complejas, si
lo único que llega a nuestros ojos es un patrón bidimensional de luz. Pero en la visión no solo
están implicados fenómenos físicos y fisiológicos que producen experiencias visuales, sino
también la puesta en marcha de procesos cognitivos complejos.
El campo visual en nuestra percepción tiene características estructurales bastante exploradas y
conocidas. Tiene forma ovalada, con el eje horizontal más alargado que el vertical. La
agudeza visual es mayor en el centro que en la periferia, lo que determina que el ángulo visual
es mayor cuanto menor es la frecuencia espacial, por eso, cuanto más finos son los detalles,
menos discriminables son los bordes del campo. (Hubel y Wiesel, 1979; Breitmeyer y Ganz,
1976).
Una peculiaridad interesante del sistema visual humano es que a veces se producen ciertos
fenómenos ilusorios denominados posefectos. Por ejemplo, si observamos durante algún
tiempo un objeto que gira en el sentido de las agujas del reloj, cuando éste se pare
repentinamente, nos parecerá que gira en el sentido contrario.
LECTURA
Conclusiones
Los procesos de lectura la muestran como un proceso extraordinariamente dinámico, en que
se ejecutan múltiples operaciones de cómputo funcionalmente relacionadas, bajo fuertes
restricciones temporales. El modo interactivo de operar nuestro sistema cognitivo en la lectura
probablemente es representativo del funcionamiento general de éste. El lector no es un
procesador limpio que ejecuta una operación totalmente antes de pasar a la siguiente. En lugar
de esto, utiliza una estrategia de apostar por la mejor hipótesis, basándose en evidencias
incompletas y en sus propios conocimientos. La información sintetizada por los distintos
niveles de procesamiento sirve de input a todos los demás; de modo que el procesamiento es
bidireccional y, en alguna medida, en paralelo. El lector no está totalmente guiado por
procesos de arriba-abajo, pues en ese caso, la lectura se convertiría en una sarta de
invenciones, donde las expectativas ortográficas, gramaticales y semánticas sustituirían lo que
dice el texto. Por el contrario, el lector es realista y utiliza con fidelidad los datos que emergen
del texto. Los procesos arriba-abajo generan anticipaciones que después se confirman en el
texto.
Los datos de investigaciones indican que os buenos y los malos lectores no se diferencian
apreciablemente en los macroprocesos, pero si en los microprocesos. Los lectores mediocres
tienen la misma tendencia a aplicar sus conocimientos sintácticos de modo anticipatorio, pero,
en cambio, son menos eficientes en las destrezas de bajo nivel, tales como reconocimiento de
letras, decodificación de sílabas y palabras. Por esta razón, los malos lectores cometen errores
de sustitución que son semántica y gramaticalmente plausibles.
¿Cómo intervenir en los proceso de aprendizaje lector?
Por un lado, las concepciones seriales proponen métodos analíticos, de modo que las destrezas
lectoras sean entrenadas de una en una, siguiendo su ordenación jerárquica. Es decir, primero
se enseñará a discriminar letras, luego a decodificar sílabas, etc. El lector debe llegar a
automatizar estos procesos, pues sólo cuando la decodificación y la integración dejen de
consumir recursos atencionales, estos pueden conducir a los procesos de comprensión de alto
nivel.
En contrapartida, los teóricos interaccionistas proponen métodos globales, en los que el lector
se enfrenta desde el inicio a unidades lingüísticas complejas, puesto que entonces podrá
utilizar eficazmente sus procesos de arriba-abajo. Sin embrago, se trata de un proceso de
inmensa complejidad cognitiva y las respuestas pedagógicas no deben ser simplistas. Los
métodos analíticos tienen razón al enfatizar la importancia de los procesos de bajo nivel y su
automatización, pero olvidan que también intervienen activamente procesos de arriba-abajo.
Los métodos globales retrasan mucho la adquisición de automatismos lectores al enfrentar al
aprendiz con toda la complejidad de la tarea. La decodificación podría adquirirse con métodos
más o menos analíticos para garantizar la automatización; pero simultáneamente se debería
entrenar al sujeto en alguna forma de lectura comprensiva, lo que supone la selección
didáctica de textos para cada nivel de conocimiento del niño.