Está en la página 1de 40

Fascismo

El fascismo es una ideología, un movimiento político y un tipo


de estado1 de carácter totalitario y antidemocrático; creado por el
dirigente italiano Benito Mussolini, se difundió en la Europa de
entreguerras desde 1918 hasta 1939. El término «fascismo»
proviene del italiano fascio (‘haz, fasces’), y este a su vez del
latín fascēs (plural de fascis), que alude a los signos de la
autoridad de los magistrados romanos. Sin embargo el término
«fascismo» es uno de los más difíciles de definir con exactitud en
las ciencias políticas desde los mismos orígenes de este
movimiento posiblemente porque no existe una ideología ni
forma de gobierno «fascista» sistematizada y uniforme en el
sentido que sí tendrían otras ideologías políticas de la
Modernidad.2 3 4

Entre los rasgos del fascismo se encuentra la exaltación de


valores como la patria o la raza para mantener permanentemente Benito Mussolini y Adolf Hitler
movilizadas a las masas, lo que ha llevado con frecuencia a la
opresión de minorías (como judíos y gitanos) y un fuerte
militarismo. En este sentido el enemigo se identifica como un ente exterior, a diferencia de los
totalitarismos típicos de izquierda en que el enemigo es interno (burguesía).[cita requerida]

La Primera Guerra Mundial fue decisiva en la gestación del fascismo, al provocar cambios masivos en la
concepción de la guerra, la sociedad, el Estado y la tecnología. El advenimiento de la guerra total y la
movilización total de la sociedad acabaron con la distinción entre civiles y militares. Una «ciudadanía
militar» surgió, en la que todos los ciudadanos se involucraron con los militares de alguna manera
durante la guerra. La guerra pone así de relieve el papel de un poderoso Estado capaz de movilizar a
millones de personas para servir en primera línea y proporcionar producción económica y logística para
apoyarlos, además de tener una autoridad sin precedentes para intervenir en la vida de los ciudadanos.
Para ello, desde un punto de vista fascista, es necesaria la destrucción de los partidos y los sindicatos; la
democracia y el voto se consideran métodos inútiles, se aboga por un sistema con un partido político
único.

Así pues, el fascismo se caracteriza por eliminar el disenso: el funcionamiento social se sustenta en una
rígida disciplina y un apego total a las cadenas de mando, y en llevar adelante un fuerte aparato militar,
cuyo espíritu militarista trascienda a la sociedad en su conjunto, junto a una educación en los valores
castrenses, un nacionalismo fuertemente identitario con componentes victimistas, que conduce a la
violencia contra los que se definen como enemigos.5

Los fascistas creen que la democracia liberal es obsoleta y consideran que la movilización completa de la
sociedad en un Estado de partido único totalitario es necesaria para preparar a una nación para un
conflicto armado y para responder eficazmente a las dificultades económicas. Tal Estado es liderado por
un líder fuerte—como un dictador y un gobierno marcial compuesto por los miembros del partido
fascista gobernante—para forjar la unidad nacional y mantener una sociedad estable y ordenada. El
fascismo niega que la violencia sea automáticamente negativa en la naturaleza, y ve la violencia política,
la guerra y el imperialismo como medios para lograr una regeneración, un rejuvenecimiento nacional.
Por otra parte, los fascistas abogan por una economía mixta, con el objetivo principal de lograr la
autarquía mediante políticas económicas proteccionistas e intervencionistas.[cita requerida]

El fascismo se presenta como una «tercera vía» o «tercera posición»6 que se opone radicalmente tanto a
la democracia liberal en crisis (la forma de gobierno que representaba los valores de los vencedores en la
Primera Guerra Mundial, como el Reino Unido, Francia o Estados Unidos, a los que considera
decadentes) como a las ideologías del movimiento obrero tradicional en ascenso (anarquismo o
marxismo). Sin embargo algunos autores sostienen que el fascismo deriva en mayor medida de la matriz
socialista clásica7 8 caracterizado por un estado con sentido comunitario, altamente intervencionista,
revolucionario, antiliberal y anticapitalista, en la que se agregan elementos nacionalistas exacerbados
contraponiéndose a la lucha de clases mediante un fuerte antimarxismo aunque adoptando una tesis
postmarxista que compartiría con el leninismo, la «lucha de naciones» - concepto que quizás sea la
aportación ideológica más perdurable del fascismo luego de de la Segunda Guerra Mundial, pues esta
idea sería adoptada posteriormente por las ideologías nacionalistas del Tercer Mundo y por la teoría del
centro-periferia.9 A la inversa, los teóricos marxistas tradicionalmente han acusado al fascismo de ser la
última fase del capitalismo.10 Karl Polanyi consideraba que el fascismo era el corolario del liberalismo y
la "obsoleta mentalidad" de una economía de mercado autorregulada.11 12

El concepto de «régimen fascista» puede aplicarse a algunos regímenes políticos totalitarios o


autoritarios13 de la Europa de entreguerras y a prácticamente todos los que impusieron las potencias del
Eje durante su ocupación del continente durante la Segunda Guerra Mundial: en primer lugar, la Italia
fascista de Benito Mussolini (1922) —que inaugura el modelo y acuña el término, aun cuando no hay
consenso entre los especialistas en que este haya sido un régimen totalitario—,14 seguida por la
Alemania del Tercer Reich de Adolf Hitler (1933) —que lo lleva a sus últimas consecuencias—14 y,
cerrando el ciclo, la España de Francisco Franco, cuyo régimen se prolonga mucho más tiempo (desde
1939 hasta 1975) y evoluciona —aunque la catalogación de este régimen dentro del fascismo suele ser
rechazada o discutida por parte de los especialistas en el tema—.15

Las diferencias de planteamientos ideológicos y trayectorias históricas entre cada uno de estos regímenes
son notables. Por ejemplo, el fascismo en la Alemania nazi (o nacional-socialismo) añade un importante
componente racista, que sólo es adoptado en un segundo momento y con mucho menor fundamento por
el fascismo italiano y el resto de movimientos fascistas o fascistizantes. Para muchos de estos, el
componente religioso (católico u ortodoxo según el caso) fue mucho más importante: así, el historiador
británico Trevor-Roper evoca un «fascismo clerical» (como sería el caso del nacionalcatolicismo
español).16

Puede considerarse que el fascismo italiano es un sistema de gobierno centrado en el Estado -aunque no
necesariamente llegaba hasta el punto de proponer la estatización de todas las empresas y de todo aspecto
de la vida como el socialismo de estilo soviético:

El pueblo es el cuerpo del Estado, y el Estado es el espíritu del pueblo. En la doctrina fascista,
el pueblo es el Estado y el Estado es el pueblo.
Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada fuera del Estado.

Mussolini17
Por su parte, el nazismo alemán está centrado en la raza, identificada con el pueblo (Volk) o con la
«comunidad popular» (Volksgemeinschaft, interpretable como comunidad del pueblo o comunidad de
raza, o incluso como expresión del apoyo popular al Partido y al Estado:

Ein Volk, ein Reich, ein Führer!

«¡Un Pueblo, un Imperio, un Líder!»


Lema de la Alemania nazi

También se pueden encontrar elementos del fascismo fuera del período de entreguerras, tanto antes como
después. Para algunos estudiosos del fascismo, un precedente del fascismo fue la organización francesa
Action Française (Acción Francesa, 1898), cuyo principal líder fue Charles Maurras: Action Française
contaba con un ala juvenil violenta llamada los Camelots du Roi y se sustentaba en una ideología
nacionalista, reaccionaria, fundamentalista cristiana (aunque Maurras era agnóstico) y antisemita; sin
embargo algunos especialistas sostienen que los conservadurismos radicalizados como el de Action
Française no deben identificarse necesariamente con el fascismo pues carecen de otros elementos
esenciales al mismo como el rol omnipotente del Estado y el culto a la revolución social que continúa en
la tradición de la Revolución Francesa en vez de negarla. Otros especialistas señalan que la fuente
originaria del fascismo debe identificarse en el sindicalismo revolucionario del francés Georges Sorel que
propugnaba un socialismo gremial con elementos míticos o mesiánicos. Otros atribuyen el origen del
fascismo a la fusión de ideas de los socialistas heterodoxos italianos Giovanni Gentile y Gabriele
D'Annunzio por parte de Mussolini.

Después de la Segunda Guerra Mundial el fascismo dejó de ser un movimiento político importante a
nivel internacional. Debido al masivo rechazo de la ideología y de los regímenes fascistas, pocos partidos
se han descrito abiertamente como fascistas, y el término es usualmente usado peyorativa y erróneamente
por oponentes de un grupo político. Así, los calificativos «neofascistas» o «neonazis» suelen aplicarse a
partidos de extrema derecha con ideologías similares o enraizadas en los movimientos fascistas del siglo
XX; en muchos países existen legislaciones que prohíben o limitan su existencia o la exhibición de sus
símbolos.[cita requerida]

Índice
Características y definición
Razón, voluntad y acción
Nacionalismo de vencidos
Componente social
Relación con el capitalismo y el socialismo
Origen de sus líderes
Agrarismo, natalismo y virilidad
Raza, etnia e identidad
Totalitarismo, estatización y liderazgo
Imperialismo, militarismo y violencia
Relación con el cristianismo
Iglesia católica
Iglesias protestantes
El fascismo italiano
Difusión del modelo en otros países
Dictaduras calificadas de fascistas
Discusión sobre la calificación como fascista
Características generales
Período entre guerras
Durante la Guerra Fría

Pervivencia del concepto hasta la actualidad


Neofascismo
Características
Neofascismo en Italia
Fascismo de izquierda
Fundamentalismos religiosos
Uso extendido del adjetivo «fascista»
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Características y definición
Véanse también: Definiciones de fascismo y Corporativismo.
El fascismo es una ideología política y cultural fundamentada en un proyecto de unidad monolítica
denominado corporativismo, por ello exalta la idea de nación frente a la de individuo o clase; suprime la
discrepancia política en beneficio de un partido único y los localismos en beneficio del centralismo; y
propone como ideal la construcción de una utópica sociedad perfecta, denominada cuerpo social,
formado por cuerpos intermedios y sus representantes unificados por el gobierno central, y que este
designaba para representar a la sociedad.

Para ello el fascismo inculcaba la obediencia de las masas (idealizadas como protagonistas del régimen)
para formar una sola entidad u órgano socioespiritual indivisible.18 El fascismo utiliza hábilmente los
nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder dictatorial en el que se concentra todo el poder
con el propósito de conducir en unidad al denominado cuerpo social de la nación.

El fascismo se caracteriza por su método de análisis o estrategia de difusión de juzgar sistemáticamente a


la gente no por su responsabilidad personal sino por la pertenencia a un grupo. Aprovecha
demagógicamente los sentimientos de miedo y frustración colectiva para exacerbarlos mediante la
violencia, la represión y la propaganda,19 y los desplaza contra un enemigo común (real o imaginario,
interior o exterior), que actúa de chivo expiatorio frente al que volcar toda la agresividad de manera
irreflexiva, logrando la unidad y adhesión (voluntaria o por la fuerza) de la población. La
desinformación, la manipulación del sistema educativo y un gran número de mecanismos de
encuadramiento social, vician y desvirtúan la voluntad general hasta desarrollar materialmente una
oclocracia que se constituye en una fuente esencial del carisma de liderazgo y en consecuencia, en una
fuente principal de la legitimidad del caudillo.
El fascismo es expansionista y militarista, utilizando los mecanismos movilizadores del irredentismo
territorial y el imperialismo que ya habían sido experimentados por el nacionalismo del siglo XIX. De
hecho, el fascismo es ante todo un nacionalismo exacerbado que identifica tierra, pueblo y estado con el
partido y su líder.20

El fascismo es un sistema político que trata de llevar a cabo un encuadramiento unitario de una
sociedad en crisis dentro de una dimensión dinámica y trágica promoviendo la movilización de
masas por medio de la identificación de las reivindicaciones sociales con las reivindicaciones
nacionales.21

El proyecto político del fascismo es definido por el economista venezolano antichavista Humberto García
Larralde como el intento de instaurar un Estado totalitario, basado en el corporativismo y una economía
dirigista.22

Razón, voluntad y acción


Las conexiones del fascismo con movimientos
intelectuales —artísticos como el futurismo y otras
vanguardias y filosóficos, como el irracionalismo y el
vitalismo— supusieron en realidad, más que su
influencia, su utilización y manipulación, que fue
atractiva —en mayor o menor medida, con mayor o
menor grado de compromiso o simple
contemporización, y a veces con evolución posterior en
contra— para muchas personalidades destacadas:
italianos como Gabrielle D'Annunzio, Filippo Tommaso
Casa del Fascio Di Reggio Calabria, de líneas
Marinetti, Curzio Malaparte o Luigi Pirandello;23 arquitectónicas vanguardistas para los años
alemanes como Martin Heidegger, Ernst Jünger, Carl veinte. Destaca la palabra Dux, en referencia a
Schmitt, Wilhelm Furtwängler o Herbert von Karajan; Mussolini, y las siglas del partido sobre la
franceses como Robert Brasillach, Louis-Ferdinand puerta.
24
Céline o Pierre Drieu La Rochelle; españoles como
Ernesto Giménez Caballero, Eugenio D'Ors, Agustín de
Foxá, Pedro Laín Entralgo o Dionisio Ridruejo;25 noruegos como Knut Hamsun, rumanos como Mircea
Eliade; y estadounidenses como Ezra Pound. En concreto en el caso de Alemania, ocurrió con tópicos
culturales como el del Übermensch de Nietzsche,26 o incluso con las desviaciones pseudocientíficas
justificadoras del racismo, como la eugenesia y el darwinismo social. La ciencia misma fue un principal
objeto de consideración, encuadrada y subordinada de manera totalitaria al Estado y al Partido.

Como dice Isaiah Berlin, la Rebelión Romántica


ha ido socavando los pilares de la tradición
occidental ofreciendo como alternativa «la
autoafirmación romántica, el nacionalismo, el
culto a los héroes y los líderes, y al final...
fascismo e irracionalismo brutal y la opresión de
las minorías». En ausencia de reglas objetivas las
nuevas reglas las hacen los propios rebeldes:
«Los fines no son valores objetivos... Los fines
no son descubiertos en absoluto, sino
construidos, no se encuentran sino que se
crean»... llega a inspirar la política del Estado: la
ciencia aria consistía en un constructo social de
modo que la herencia racial del observador
«afectaba directamente la perspectiva de su
trabajo». De ahí que los científicos de razas
indeseables no resultarán admisibles y solo se
podría escuchar a aquéllos que estuvieran en
sintonía con las masas, el völk. La física debía ser
reinterpretada para relacionarla no con la materia
sino con el espíritu, descartándose así la
objetividad y la internacionalidad de la
ciencia.27

La incoherencia de los postulados no era ningún Los Juegos Olímpicos de Berlín 1936 fueron el
escaparate del nazismo, siguiendo la estética
inconveniente: el antiintelectualismo y el predominio de
neoclásica coincidente con el ideal de belleza
la acción sobre el pensamiento eran conscientemente aria. Algunas filmaciones de los juegos se
buscados. Incluso la modernidad estética inicial se llegó deben a Leni Riefenstahl, que también dirigió la
a despreciar (arte nazi y concepto de Entartete Kunst o filmación del congreso nazi de Nüremberg de
Arte degenerado, quema de libros, estigmatización de 1934, de impresionantes concentraciones y
determinados intelectuales o de colectivos enteros). Para discursos, con el expresivo título de El triunfo
de la voluntad.
Stanley Paine, lo que caracterizaba el ideario falangista
(movimiento semejante al fascismo en España, fundado
en los años treinta por José Antonio Primo de Rivera y que Franco transformó y encuadró en un
ampuloso: Movimiento Nacional, con la guerra civil y el franquismo) eran justamente «sus ideas vagas y
confusas».28

El fascismo rechaza la tradición racionalista y adopta posturas de desconfianza en la razón y exaltación


de los elementos irracionales de la conducta, los sentimientos intensos y el fanatismo. Se busca con todo
cinismo la simplificación del mensaje, con absoluto desprecio por sus destinatarios:

La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente,


presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el
mismo concepto. Sin fisuras ni dudas... Si una mentira se repite suficientemente, acaba por
convertirse en verdad.
Joseph Goebbels29

Cualquier idea emanada del jefe es un dogma indiscutible, y una directriz a seguir ciegamente, sin
discusión ni poder ser sometida a análisis.30 Se exaltan los valores de la virilidad, la camaradería y el
compañerismo de los hermanos de armas, todo ello en sintonía con algunas tradiciones militaristas
existentes en todos los ejércitos, pero que fueron exacerbados para su utilización por estados cuya
conexión con el fascismo es más o menos estrecha. Serían los casos del ejército alemán, el japonés y los
llamados militares africanistas españoles.31

Nacionalismo de vencidos
Se suele indicar que una característica de los países donde triunfaron los movimientos fascistas fue la
reacción de humillación nacional por la derrota32 en la Primera Guerra Mundial (se ha utilizado la
expresión nacionalismo de vencidos),33 que impulsaba a buscar chivos expiatorios a quienes culpar
(caso de Alemania), o la frustración de las expectativas no cumplidas (caso de Italia, defraudada por el
incumplimiento del Tratado de Londres).34 En ambos casos, el resentimiento se manifestaba, en el plano
internacional, en contra de los más claros vencedores (como Reino Unido, Francia o Estados Unidos);
mientras que en el plano interno se volcaba contra el movimiento
obrero (sindicalistas, anarquistas, comunistas, socialistas) o el
peligro real o imaginado de una revolución comunista o incluso
una Conspiración Judeo-Masónico-Comunista-Internacional, o
cualquier otra fantasmagórica sinarquía oculta en cuya
composición incluyera a cualquier organización que los fascistas
juzgasen transnacional y opuesta a los intereses del Estado, como
el capitalismo, la banca, la bolsa, la Sociedad de Naciones, el
Monumento a los Caídos en Como,
movimiento pacifista o la prensa. Sobre todo en el caso alemán,
proyectado por Giuseppe Terragni a
partir de un boceto de Sant'Elia e
se insistía en la convicción de pertenecer a un pueblo o raza
inaugurado en 1933 superior cuya postración actual se debe a una traición que le ha
humillado y sometido a una condición injusta; y que tiene
derecho a la expansión en su propio espacio vital (Lebensraum), a
costa de los inferiores.

Componente social
La componente social del fascismo pretende ser
interclasista y antiindividualista: niega la
existencia de los intereses de clase e intenta
suprimir la lucha de clases con una política
paternalista, de sindicato vertical y único en que
tanto trabajadores como empresarios obedezcan
las directrices superiores del gobierno, como en
un ejército. Tal es el corporativismo italiano o el
nacionalsindicalismo español. El nacionalismo
económico, con autarquía y dirección centralizada
se adaptaron como en una economía de guerra a Fábrica de cañones Krupp durante la Primera Guerra
la coyuntura de salida de la crisis de 1929, con Mundial. La remilitarización de Alemania impulsada
por Hitler en contra de las limitaciones del pacto de
proteccionismo. No obstante, no hubo en ningún
Versalles fue muy favorable a los intereses de la gran
sistema fascista ni planes quinquenales al estilo industria.
soviético, ni cuestionamiento de la propiedad
privada siempre que cumpliera lo que el Estado
dictaminara como «función social», ni alteraciones radicales del sistema capitalista convencional más
allá de una fuerte intervención del mercado favoreciendo determinadas áreas de las grandes empresas
industriales. Estas características sirven como base a una crítica (de orientación tanto liberal como
materialista) que resalta la conveniencia del fascismo para un sector importante de la burguesía.35

Desde ese punto de vista, se suele mantener que los movimientos fascistas de entreguerras fueron
alimentados por las clases económicamente poderosas (por ejemplo la alta burguesía industrial o las
familias conservadoras ricas), para oponerse a los movimientos obreros y a la democracia liberal. Esa
tesis fue defendida en 1936 por el historiador Daniel Guérin (Fascismo y grandes negocios), en la que lo
asocia a un complejo industrial-militar, expresión que sería posteriormente reutilizada para definir otros
contextos, como el de la carrera de armamentos entre la Unión Soviética y los Estados Unidos. Noam
Chomsky describe el fascismo como el sistema donde el Estado integra la mano de obra y el capital bajo
el control de una estructura corporativa.36 Aunque la tesis que identifica al fascismo con un capitalismo
de Estado corporativo (una economía altamente intervencionista que protege y financia a grandes
empresas privadas) no siempre es sostenida ampliamente, hay muchos elementos que permiten la
identificación de intereses entre fascismo y una cartelización del entorno económico-político.37 Así, por
ejemplo, cuando se compara la estructura económica de la población entre países, en concreto el peso
económico del 5 % de la población con mayores ingresos en la renta nacional, mientras que en Estados
Unidos disminuyó un 20 % entre 1929 y 1941 (cifras similares para el noroeste de Europa), en la
Alemania nazi aumentó un 15 %.38

Relación con el capitalismo y el socialismo


Según la doctrina tercerposicionista, el fascismo no es de izquierda ni de derecha, ni capitalista ni
comunista, ya que el fascismo sería una idea totalmente original; sin embargo en la práctica más que una
idea original sería una fusión sincrética de varias ideas políticas -proyectos, discursos, etc.- aglutinadas
siempre bajo el nacionalismo unitario y el autoritarismo centralista.39

Una de las razones de considerar usualmente al fascismo como un movimiento de derecha política suele
ser la alianza estratégica del fascismo con los intereses de las clases económicas más poderosas, junto a
su defensa de valores tradicionales como el patriotismo o la religiosidad, para preservar el statu quo. Una
vez alcanzado el poder, la plutocracia cooperó decididamente con el fascismo en sus diversas versiones.

Por otra parte, las razones para considerar que el fascismo tiene conexiones con la izquierda política y es
una variante chovinista del socialismo de Estado, son su programa económico colectivista
(proteccionismo, nacionalización, etc.) y discurso político, más no como movimiento o proyecto
doctrinario (en donde eran antagónicos). El sociólogo Jürgen Habermas utilizó el término fascismo de
izquierda para definir al autoritarismo de la izquierda radical.40

El fascismo y sus variantes apelaban al sentimiento popular y las masas como las protagonistas del
régimen, especialmente por la virilidad exaltada en el trabajo manual y obrero (obrerismo); a pesar de
ello no reconocía la libertad de asociación por motivos de clase (libertad sindical) sino la identificación
de los trabajadores como «súbditos» del Estado, «pueblo» y «patria», por ello su símil con el
populismo.41

El programa económico del fascismo toma importantes criterios de la Nueva Política Económica (NPE),
que Lenin aplicó luego de la guerra civil en Rusia, que consistía en recurrir al capitalismo para fortalecer
la economía nacional. La idea, en el caso de Mussolini era usar a los capitalistas industriales para
implantar en conjunto con el gobierno el corporativismo nacionalista y totalitario. Esta paradoja es
explicable ya que el corporativismo, el proyecto político del fascismo, haría que todos los sectores de la
sociedad deban obligatoriamente integrarse y trabajar unificadamente al mando del gobierno, por lo que
esta corporación incluiría aspectos considerados normalmente «capitalistas» y
«socialistas» [cita requerida]. 42 Angelo Tasca, en su libro “Los orígenes del fascismo”, recoge unas
declaraciones de Mussolini poco antes de tomar el poder:“Basta de Estado trabajando a expensas de
todos los contribuyentes y agotando las finanzas de Italia Que no se diga que el Estado se empequeñece
recortado de esta forma. No, sigue siendo muy grande, ya que le queda todo el vasto campo del espíritu,
mientras renuncia a todo el campo de la materia». Mussolini ven todos los servicios públicos devueltos a
la industria privada, el tendero se siente descargado de impuestos y liberado de la tutela del Estado.43 En
tanto Hitler en Mi lucha, referido a empresarios y obreros: La alta medida de libertad personal de acción
que ha de serles conferida hay que explicarla por el hecho de que, de acuerdo con la experiencia, la
capacidad de rendimiento del individuo se ve más ampliamente robustecida manteniendo la libertad
económica que con coacciones desde arriba, y es además conveniente evitar cualquier traba al proceso
natural de selección que ha de promover a los más capaces, más aptos y más industriosos. Hitler se
oponia firmemente de modo similar; la intervención del Estado en la economía es: un instrumento
peligroso, porque toda economía planificada se desliza con demasiada facilidad hacia la burocratización,
con la consiguiente asfixia de la eternamente creativa iniciativa privada individual44

Según el economista austriaco Ludwig von Mises la raíz del fascismo, en sus diferentes vertientes, se
encuentra en las ideas colectivistas del socialismo y más propiamente como una escisión patriótica del
marxismo, que comparte las tesis del rechazo al mercado libre, la sociedad burguesa, el gobierno limitado
y la propiedad privada45 y en la exaltación de un sector de la sociedad como el elegido por «la historia»
para dirigir las vidas del resto de la sociedad que por «razones históricas» está permitido de vulnerar el
principio de igualdad ante la ley al reclamar «derechos especiales» sobre los demás (ej. clasismo,
racismo, sexismo, etc.). El fascismo apenas variaría, en la práctica, sobre qué grupo y cómo se debería
administrar la propiedad expoliada a los individuos. Llegó a afirmar en 1927, no obstante, que no podía
negarse «que el fascismo y todas las aspiraciones dictatoriales similares están colmadas de las mejores
intenciones y que su intervención ha salvado la civilidad europea por el momento. El mérito que el
fascismo se ha ganado con ello continuará viviendo para siempre en la historia», aunque inmediatamente
afirmaba que «el fascismo fue un recurso de emergencia del momento; verlo como algo más sería un
error fatal».46

El fascismo operaba desde un punto de vista darwinista social de las relaciones humanas ideas cercanas
al liberalismo económico. Su objetivo era promover a individuos superior y eliminar a los débiles.47 En
términos de práctica económica, significó la promoción de los intereses de empresarios exitosos, a la par
que destruyeron los sindicatos y otras organizaciones de la clase obrera.48

Por otra parte, las ventajas que los nuevos regímenes le proporcionaban a la plutocracia eran evidentes:
eliminaba la posibilidad de revolución social obrera, suprimía los sindicatos reivindicativos y mantenía
otras restricciones en las relaciones capital-trabajo, legitimando el principio de liderazgo en la empresa;
al suprimir la libre competencia permitía crear cárteles oligopólicos de empresas favorecidas con
millonarios contratos estatales o subsidiadas por el gobierno como «incentivos» a la producción nacional.
Además, de su indudable éxito en respuesta a la Gran Depresión, al menos en el corto plazo.49

La sensación de estabilidad era muy marcada: Mussolini había conseguido que los trenes funcionaran
con puntualidad (tras el famoso incidente de uno de sus primeros viajes como Duce, en el que
supuestamente mandó fusilar a un maquinista). El que esa sensación de estabilidad corresponda o no con
una real eficacia es secundario, y de hecho parece que la puntualidad ferroviaria (y quizá también el
incidente del maquinista) era más bien un mito.50

Origen de sus líderes


Lo mismo puede decirse del origen personal de algunos de sus miembros, empezando por el propio
Mussolini, que antes del término de la Primera Guerra Mundial, era un importante ideólogo obrerista y
militante socialista. El origen social de los líderes fascistas en distintas partes de Europa fue muy
diferente: a veces aristocrático (Starhemberg, Mosley, Ciano), a veces proletario (Jacques Doriot y el
PPF francés); muchas veces militares (Franco, Pétain, Vidkun Quisling, Szálasi, Metaxas), o juristas
(José Antonio Primo de Rivera, Ante Pavelić, Oliveira Salazar). Los casos más destacados, los propios
Hitler y Mussolini, eran fuertes personalidades de oscuro origen, desclasados e inadaptados, pero de
irresistible ascensión.51 Sus militantes salían de entre los estudiantes (muy abundantes en la Guardia de
Hierro rumana o el rexismo belga), de los pequeños propietarios campesinos, de los desempleados
urbanos y, sobre todo, de la temerosa pequeña burguesía empobrecida o amenazada por la crisis y
atemorizada por el avance del comunismo y el desorden público.52 Las capas medias y medias bajas
fueron la espina dorsal del fascismo.53

Agrarismo, natalismo y virilidad


El agrarismo es propio de los movimientos fascistas, tanto en la retórica como en ciertos programas
económicos y sociales; la identificación con la tierra y los valores campesinos frente a la decadencia y
corrupción que se denuncian en las masas urbanas desarraigadas, lo que a veces se veía como una
tensión entre modernidad y tradición (véase la expresión del agrarismo en carlismo en España).54 Una
constante es la colonización planificada de zonas improductivas (desecación de pantanos en Italia, Plan
Badajoz en España). Incluso en la industrializada Alemania, Hitler planteó la expansión del espacio vital
(Lebensraum) hacia el este como un proyecto esencialmente de colonización agraria que lograría la
germanización de extensos territorios en la Europa oriental poblada por la raza inferior de los eslavos
(recuperando la Drang nach Osten medieval).

Los valores familiares tradicionales eran fomentados, insistiendo en la necesidad de mantener altas tasas
de natalidad y fecundidad. Las familias numerosas eran premiadas, siguiendo una política natalista,
retóricamente conectada con la virilidad agresiva del expansionismo militar. El papel laboral de la mujer,
que había sido imprescindible en la Primera Guerra Mundial, había fomentado un precoz feminismo que
estaba consiguiendo en muchos países la principal reivindicación sufragista: el sufragio femenino. La
imagen del ejército de parados que no encuentran trabajo mientras que algunas mujeres sí era explotado
como un factor de resentimiento social contra las opiniones progresistas. El encuadramiento social
impulsado por los regímenes fascistas ponía a cada sexo en lo que se entendía que era su sitio: la mujer
dedicada al hogar y a la crianza de la mayor cantidad posible de hijos, y el hombre al trabajo y a la
guerra, y no consentía lo que se definía como desviación homosexual (alguna duda en ese sentido, como
las presuntas orgías internas de las SA, fueron una de las excusas utilizadas en su descabezamiento —
Noche de los cuchillos largos—).55 El lenguaje simbólico fascista es sexualmente explícito: se le ha
definido como un anti-eros que combate contra el propio cuerpo y contra todo lo que represente disfrute
y placer, en una compulsión física que asocia masculinidad con dureza, destrucción y auto-negación.56

La mejora de la raza no sólo implicaba la pureza racial evitando el mestizaje, sino que también debía ser
interna a ésta, incluyendo la eugenesia (en el caso de Alemania también la eutanasia) aplicada a los
discapacitados intelectuales y otros discapacitados, en un movimiento que no era originario de los países
con régimen nazi o fascista, sino del ámbito cultural anglosajón, y que se popularizó en muchos otros
(Suecia, Australia o los Estados Unidos).57

Raza, etnia e identidad


El fascismo tuvo una base racial en Alemania, aunque no en Italia (al menos inicialmente, hasta 1938);
los nazis construyeron una amalgama ideológica de gran eficacia movilizadora a partir de fuentes
mitológicas y literarias y supersticiones de carácter romántico, así como de los textos clásicos dedicados
a consagrar la desigualdad de las razas y de publicaciones y panfletos de carácter ocultista; destacando
dos elementos: el mito de la raza aria superior de origen nórdico (que mezcla la hipótesis filológica de la
existencia de un pueblo indoeuropeo original con la pseudocientífica teoría nórdica, sustentada por
algunos autores como Houston Stewart Chamberlain) y el antisemitismo (que se había reavivado desde la
divulgación de los Protocolos de los Sabios de Sion, falsificados para la justificación de los pogromos de
la Rusia zarista). El antisemitismo estaba presente en muchos países de Europa central y oriental desde la
Edad Media, y fue uno de los elementos que se utilizaron en los
mismos para el surgimiento endógeno de movimientos fascistas.
A ello se sumó la ocupación nazi y los gobiernos
colaboracionistas impuestos, que explotaron a conciencia ese
sentimiento para su propia conveniencia. El resultado fue que en
muchas ocasiones los verdugos de las SS eran superados en
crueldad por soldados de países aliados, a los que tenían que
contener (por ejemplo en Rumanía), o se producían matanzas
espontáneas de judíos a cargo de la población local, como la Gráfico explicando las Leyes de
llamada matanza de Jedwabne en Polonia.58 Núremberg del 15 de septiembre de
1935 y la regulación respectiva del
El racismo entendido en su expresión puramente biológica, es 14 de noviembre de ese mismo año,
con los criterios de «limpieza de
decir, la intelectualización de la supremacía racial, no está
sangre».
presente en todos los movimientos fascistas, además de estar
presente en otros contextos cuya relación con el fascismo es más
controvertida, como el supremacismo blanco en Estados Unidos o el apartheid en Sudáfrica. Lo que sí
aparece como una constante del fascismo, y para muchos autores lo caracteriza de racismo,59 es la
concepción de la etnia como elemento identitario. Esa identidad étnica puede expresarse de otras formas,
como las que atienden al origen geográfico (caso de la xenofobia de los movimientos neofascistas o
neonazis que se oponen a la inmigración en muchos países europeos desde finales del siglo XX), la
religión (fundamental para el fascismo francés, belga, croata o español, y más adelante en el conflicto de
Irlanda del Norte o los casos de limpieza étnica que se han dado en las Guerras yugoslavas) o el idioma.

Miedo a la diferencia. El primer llamamiento de un movimiento fascista, o prematuramente


fascista, es contra los intrusos. El Fascismo es, pues, racista por definición.
Umberto Eco60

En Italia se dio a partir de 1924 un fuerte proceso que se denominó italianización fascista que pretendía
homogeneizar toda diferencia idiomática y cultural, acabando con cualquier minoría por asimilación o
absorción (en vez de por exterminio como ocurrió en el Holocausto nazi).

En el caso español existió una expresión ideológica hispanista —que no debe confundirse con el
hispanismo de los estudiosos extranjeros de la lengua y cultura española—, que en algunas ocasiones se
ha definido como panhispanismo, y que no puede definirse como un racismo sensu stricto, aunque sí una
hipervaloración de las características étnicas, religiosas, culturales e idiomáticas identificadas con lo
español, sobre todo en relación con su expansión por América. Fue mantenida particularmente por las
élites sociales de varios países hispanoamericanos, destacadamente en Argentina, y se expresó en el
concepto de Hispanidad (vocablo en desuso a principios del siglo XX pero recuperado por el sacerdote
vasco emigrado a Argentina Zacarías de Vizcarra —La Hispanidad y su verbo, 1926— y divulgado por
Ramiro de Maeztu —Defensa de la Hispanidad, 1934—). Se llegó a instituir el 12 de octubre como fiesta
del Día de la Hispanidad, que ya venía celebrándose con el inequívoco nombre de Día de la Raza desde
1915 (a iniciativa de Faustino Rodríguez-San Pedro) y que se extendió por Hispanoamérica. Las ideas o
más bien tópicos de Raza, Hispanidad e Imperio eran indistinguibles en la retórica de la Falange
Española que heredó el Franquismo, y el propio Franco escribió el guion de la película Raza (1941),
cuyos elementos ideológicos más incómodos (por su evidente identificación con los fascismos derrotados
en 1945) se autocensuraron en posteriores montajes. Otro elemento fue aún más étnicamente excluyente:
el de antiespaña,61 que definía como antiespañol a todos los elementos que se consideraban nocivos y
que degeneraban la raza (rojos, masones y separatistas). Hubo incluso un programa pseudocientífico, a
cargo del coronel-psiquiatra Antonio Vallejo-Nájera, que pretendía identificar y suprimir el gen rojo, con
participación de miembros de la Gestapo en el bando sublevado durante la Guerra Civil.62 El nuevo
clima intelectual y político posterior a la derrota del Eje hizo abandonar discretamente estas posturas, por
otras que insistían en la retórica de la misión evangelizadora y el mestizaje como rasgos de «lo español».

Totalitarismo, estatización y liderazgo


El fascismo es un movimiento totalitario en la medida
en que aspira a intervenir en la totalidad de los aspectos
de la vida del individuo. Hannah Arendt entendía que la
masificación de la sociedad contemporánea llevaba al
individuo a la soledad, el terreno propio del terror, la
esencia del gobierno totalitario.64 El fascismo se
legitima afirmando la dependencia del individuo
respecto al Estado, liberándole de esa manera de su
miedo a la libertad (expresión de Erich Fromm).65 Su
individualidad no tiene sentido, porque la realización de
una persona sólo se entiende dentro de los vínculos
sociales de los que el Estado es la culminación.
Cualquier forma de acción individual o colectiva ajena a
los fines del Estado es rechazada. No existen derechos EUR (Q.XXXII o barrio 32 de Roma), diseñado
individuales ni colectivos.66 para acoger la Exposición Universal de Roma
prevista para 1942 cuyas siglas lleva. No llegó
Todo en el Estado, nada contra el Estado, nada a celebrarse por causa de la guerra, pero el
fuera del Estado. EUR sigue acogiendo numerosos edificios de
Mussolini67 un estilo que puede identificarse como
racionalismo italiano, y restos de iconografía e
inscripciones fascistas, entre las que destaca el
Se lleva a cabo una «estatización» de todos los ámbitos
Palazzo della civiltà del Lavoro, conocido como
de la vida: económica, social, política, cultural e Colosseo quadrato ('Coliseo cuadrado'),
ideológica. [cita requerida] construido entre 1938 y 1942.63

El encuadramiento social se efectúa con todos los


medios de la propaganda, con adopción de uniformes y lenguaje militar y uso masivo de los símbolos y
lemas patrióticos y adoctrinantes. Las grandes concentraciones y movilizaciones colectivas de todo tipo
buscan formar la conciencia unitaria, llegando a extremos curiosos (como el día de comer patatas que se
instauró en Alemania).[cita requerida]

El fascismo desdeña las instituciones del Estado republicano y sustituye el voto como expresión de la
voluntad popular por las expresiones masivas de apoyo al líder. La identificación de pueblo y estado se
hace en un todo orgánico, el de un organismo cuasi-biológico y autónomo cuyos miembros han de
responder a las órdenes de la mente directora. Esta identificación también está presente en la ideología
del Integralismo, iniciada en Portugal y desarrollada en Brasil. El adjetivo orgánico se utilizará
profusamente en las últimas etapas del franquismo (definido como una democracia orgánica). Hitler
utilizaba el plebiscito como arma en las relaciones internacionales: sus grandes decisiones son apoyadas
por plebiscitos de apoyo masivo utilizados como amenaza: el líder fascista se presenta como portavoz de
la nación unificada que habla con una sola voz. Esto refuerza otro de sus elementos principales: el
«liderazgo carismático». El líder es casi divino y su liderazgo no es racional: Führer, Duce, Poglavnic,
Caudillo, etc. Mussolini opuso a los principios de la Revolución francesa de «libertad, igualdad y
fraternidad» la consigna: «creer, obedecer y combatir».

Imperialismo, militarismo y violencia


Otro de los rasgos clásicos del fascismo es el imperialismo,
entendido como una política exterior expansiva y agresiva, que
proporciona una útil identificación de intereses en el interior,
volcando las energías hacia un enemigo común evitando la
expresión de los conflictos internos.

Generalmente se apoya en reivindicaciones irredentistas,


concretas o genéricas, próximas en el tiempo o lejanas, tomadas
de mitos del pasado, lo que refuerza su carácter romántico, más Desfile fascista en Milán (1926)
de religión que de ideología. Su relación con la realidad histórica
es contradictoria, buscándose la intemporalidad. En el
integralismo y el falangismo se sublima el futuro utópico, a crear por el Estado Novo (Estado Nuevo, en
Portugal o Brasil) donde el hombre nuevo, portador de valores eternos, tendrá su expresión en la unidad
de destino en lo universal.68 En el nazismo y el fascismo italiano se insiste en recuperar el esplendor de
un pasado mítico, y también las denominaciones de sus regímenes aluden a eso (el III Reich, la Terza
Roma, la Tercera Civilización Helénica). El expansionismo hacia el exterior es considerado como una
necesidad vital, casi orgánica: el lebensraum o espacio vital hacia el Este para Alemania, o el Imperio
mediterráneo para Italia. Franco diseñó unas Reivindicaciones españolas, que exhibió ante Hitler en su
famosa entrevista de Hendaya del año 1941.69

Las relaciones internacionales, basadas en la renuncia a la guerra,


que se querían construir desde la Sociedad de Naciones, eran
despreciadas; al igual que el pacifismo, considerado débil y
decadente. El fascismo sólo concibe un estado de naturaleza
hobbesiano con la imposición y expansión del más fuerte.

La vinculación de las dictaduras y los regímenes militares con el


fascismo es un asunto controvertido, pues todo régimen impuesto
por la fuerza suele ser acusado de fascismo, fundamentalmente a
Mitin nazi en Berlín (1938) efectos polémicos, igual que se les califica de tiranías. Aunque no
todo gobierno militar es fascista, ni los fascismos alcanzaron
siempre el poder de manera violenta, sí que se caracterizaron por
sus actividades violentas antes y después de su toma del poder, y por su desprecio explícito por la
legalidad institucional. La violencia tiene un valor positivo para el movimiento fascista: es una fuerza de
cambio, al igual que la juventud, que también es exaltada. Se utilizaban todo tipo actividades
intimidatorias: desde las purgas con aceite de ricino (habituales en los fasci di combattimento antes de la
marcha sobre Roma), los destrozos de mobiliario o tiendas (noche de los cristales rotos contra los judíos
alemanes) o las palizas; hasta el asesinato de los adversarios políticos o de los objetivos considerados
enemigos sociales. Se aplicaba extensivamente la expresión de José Antonio Primo de Rivera la
dialéctica de los puños y de las pistolas. Los agentes ejecutores podían ser los aparatos del Estado, pero
más frecuentemente fueron grupos juveniles organizados paramilitarmente.
Una vez generalizada, y demostrada la impunidad de quienes la ejercen, la represión política opera como
un mecanismo por el cual no solamente el que la recibe directamente pierde la libertad: sino que la
sociedad entera —al reprimirse cada uno de sus miembros a sí mismo, temeroso de sufrir el mismo
castigo— pierde la libertad para todos.

Relación con el cristianismo

Iglesia católica
Es muy controvertido el papel de la Iglesia católica al respecto. La
intervención de los católicos en política había dado origen a partidos
confesionales católicos como el Zentrum (Partido del Centro o Centro
Católico de Heinrich Brüning en Alemania, con especial presencia en
Baviera, donde tuvo una escisión, el Bayerische VolksPartei (Partido
Popular de Baviera), y el Partito Popolare Italiano (Partido Popular
Italiano de Don Sturzo y Alcide De Gasperi); ambos reprimidos por
nazis y fascistas respectivamente. En Italia, el Vaticano promovió la
sustitución de la militancia en el prohibido Partito Popolare por la de
Acción Católica, cuya finalidad política era más discreta. Más adelante,
el deseo de Mussolini de prohibir ésta fue frustrado por la encíclica
papal Non abbiamo bisogno (No tenemos necesidad).70

El mismo papa, Pío XI, que había condenado el agnosticismo de


Maurras (1926), e incluso excomulgado a los miembros de Action Pío XI y el entonces cardenal
Française (1927), tuvo no obstante una relación pública con Mussolini Pacelli (futuro Pío XII)
que podía verse como ambigua. Los Pactos de Letrán, la calificación de inauguran Radio Vaticano en
1931.
hombre enviado a nosotros por la Providencia o la petición de voto a
los fascistas en las elecciones de 1929 pueden considerarse como
iniciativas de buena voluntad con el régimen de Mussolini. Sin
embargo, también hubo enfrentamientos a causa de la prohibición de Acción Católica y la Juventud
Católica, que llevaron a la redacción en 1931 de la encíclica Non abbiamo bisogno donde se condenaba
la adoración del estado y la inculcación de ideas de odio, violencia e irreverencia.70 Se ha encontrado
también un apunte suyo en un diario secreto describiendo su oposición íntima a nazismo y fascismo.71

Pío XII siempre se ha visto como un personaje más tibio, menos expansivo y más contemporizador.
Especialmente sus relaciones con Alemania (que conocía bien por haber sido allí nuncio apostólico) se
han llegado a calificar de complicidad, especialmente por no condenar de modo claro en un primer
momento el régimen nazi. No obstante, la encíclica Mit brennender Sorge72 (Con viva preocupación, de
14 de marzo de 1937), que redactó para Pío XII siendo aún solamente el cardenal Pacelli, y que se leyó
en las 11.000 iglesias católicas alemanas, contiene una alusión velada al régimen nazi, denunciando las
violaciones del Concordato Imperial. Las posturas ideológicas del nazismo respecto al estado y la raza
son equiparados con la idolatría:

Quien (...) identifica a Dios con el universo, materializando a Dios en el mundo o deificando al
mundo en Dios, no pertenece a los verdaderos creyentes. (...)
Ni tampoco lo es quien, siguiendo una pretendida concepción precristiana del
antiguo germanismo, pone en lugar del Dios personal el hado sombrío e impersonal
(...).

Si la raza o el pueblo, si el Estado o una forma determinada del mismo, (...) elevándolos a
suprema norma de todo, aun de los valores religiosos, y, divinizándolos con culto idolátrico,
pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios, está lejos de la verdadera fe y de una
concepción de la vida conforme a esta.

La lectura de la encíclica en la pascua de 1937 causó una gran impresión en Alemania, donde el régimen
nazi intentó censurarla en la prensa, requisó las copias de las diócesis y cerró las publicaciones
diocesanas y cuantos medios publicaron la encíclica.73 Como venganza, la represión contra la Iglesia
aumentó, con campañas de desprestigio y detenciones mediáticas de monjes acusados de homosexualidad
y corrupción.73 74

La identificación de la Iglesia católica española, que había sido sometida a una violentísima persecución
religiosa, y el régimen franquista fue explícita (Carta colectiva de los obispos españoles, Concordato
español de 1953), llegándose a acuñar el término nacionalcatolicismo para definir uno de sus rasgos
ideológicos y una de las principales familias del régimen. También se levantó la excomunión a Action
Française (1939). Entre tanto, importantes intelectuales franceses católicos anteriormente cercanos a ese
movimiento, como Georges Bernanos y Jacques Maritain, se habían distanciado de él y pasaron a
oponerse al fascismo.

La postura del Vaticano en la Segunda Guerra Mundial comenzó por una débil condena de la invasión de
Polonia (país fuertemente católico) que los aliados consideraron demasiado cautelosa. El mantenimiento
de una postura neutral y los intentos de mediación fueron interpretados como un apoyo oculto a
Alemania, al marginar en ellos a Estados Unidos y la Unión Soviética.75 De hecho, desde el Vaticano se
atribuye a la propaganda soviética el mantenimiento de esta acusación.76 También ha causado algunos
problemas con las relaciones entre el Vaticano y el estado de Israel.77

Tras la derrota de las potencias del Eje en la Segunda Guerra Mundial, muchos criminales de guerra
huyeron a Suiza y a Argentina con la ayuda de religiosos católicos (algunos con pasaportes del Vaticano
y disfrazados de sacerdotes).78 Como también la iglesia católica ayudó a judíos, y personas de todas las
nacionalidades recibieron salvoconductos, se especula con que el Vaticano tuviese algún conocimiento
respecto a la situación de las minorías religiosas y étnicas dentro de Alemania e Italia antes del final de la
guerra, a diferencia de otros gobiernos aliados. Tal situación se ha considerado en algunos casos como
ejemplo de una actitud de la Iglesia comprometida con los perseguidos; en otros casos se ha criticado
que, teniendo noticia de las atrocidades que se cometían, no condenase expresamente los regímenes nazi
y fascista durante la guerra. También se ha investigado la relación de monasterios y otras instituciones
católicas con el trabajo esclavo al que se sometió a distintos colectivos.79

En 1998 el papa Juan Pablo II realizó una autocrítica de la postura del Vaticano ante el Holocausto,
pidiendo perdón; aunque defendió a Pío XII, cuyo proceso de beatificación inició al mismo tiempo.80 81

Iglesias protestantes
La actitud de los cristianos bajo el nacionalsocialismo, tanto los católicos como los protestantes, fue
particularmente delicada. Entre los pastores luteranos hubo muchas adhesiones —3000 de entre 17 000—
a los pronazis Deutsche Christen (Cristianos Alemanes, 1932) y la Deutsche Evangelische Kirche
(Iglesia Evangélica Alemana, 1933) dirigida por el obispo Ludwig Müller; y otros muchos practicaron un
distanciamiento prudente. Se intentaba conseguir una positives Christentum (cristiandad positiva) que
purgase el Cristianismo de influencias judías. Se promulgó la aplicación a los clérigos y sus esposas de
la legislación de pureza racial aria.

Otros mantuvieron una postura crítica (Dietrich Bonhoeffer fue encarcelado por su oposición y más tarde
ejecutado por considerarle relacionado con el atentado contra Hitler de 1944), especialmente el
movimiento conocido como la bekennende Kirche (Iglesia comprometida), que en 1934 organizó un
sínodo con las principales iglesias protestantes del que salió la Declaración de Barmen, documento donde
rechazaba la subordinación de las iglesias al estado y su doctrina.82 Es famosa la respuesta de uno de sus
miembros, Martin Niemöller, a la pregunta de cómo pudieron consentir la ascensión del nazismo:

Primero vinieron por los comunistas, pero como yo no era comunista no levanté la voz. Luego
vinieron por los socialistas y los sindicalistas, pero como yo no era ninguna de las dos cosas,
tampoco alcé la voz. Después vinieron por los judíos, y como yo no soy judío, tampoco levanté
la voz. Y cuando vinieron por mí, ya no quedaba nadie que alzara la voz para defenderme.83

El fascismo italiano
A finales del siglo XIX existían en Italia algunas organizaciones
denominadas fascio (traducible por haz, significando la fuerza de la
unión), de la que la más importante era el Fasci Siciliani (fascio
siciliano, 1895-1896).84 No eran muestra de una ideología uniforme,
aunque predominaban los componentes nacionalistas y revolucionarios.
Surgiendo del movimiento obrero, dividido al comienzo de la Primera
Guerra Mundial entre el internacionalismo pacifista y el nacionalismo
irredentista, se crearon el 1 de octubre de 1914 los Fasci d'Azione
rivoluzionaria internazionalista en reivindicación de la entrada de Italia
en el conflicto en contra de los Imperios Centrales. Fusionado con el
Fasci autonomi d'azione rivoluzionaria se redenominó como Fasci
d'azione rivoluzionaria, ya dirigido por Benito Mussolini, y conocido
como Fascio de Milán. El 24 de enero de 1915 se formó una
organización nacional. El fasces romano era el
emblema del Partito
Nazionale Fascista. En este
En 1919, terminada la guerra, las expectativas territoriales quedaron
emblema, sobre la bandera y
frustradas por el Tratado de Saint-Germain-en-Laye (el equivalente para
con las siglas.
Austria del Tratado de Versalles). El poeta Gabrielle D'Annunzio llevó
a cabo una aventura militar que acabó en la creación del Estado libre de
Fiume y la redacción de una constitución que puede entenderse como precedente inmediato del fascismo.
Entre tanto, con un país empobrecido y un gobierno débil, Mussolini refundaba la organización de Milán
con el nombre de Fasci italiani di combattimento (Fascios italianos de combate), que empezaron a
destacar por su lucha callejera contra huelguistas, izquierdistas y otros enemigos políticos y sociales. El
temor ante una revolución similar a la rusa de las clases medias y la alta burguesía italiana vio en los
fascistas de Mussolini la mejor arma para desarticular los movimientos obreros organizados. Sus
partidarios se fueron encuadrando de manera paramilitar como Camisas Negras. Entre sus dirigentes
fundadores había intelectuales nacionalistas, ex-oficiales del ejército, miembros del cuerpo especial
Arditi y jóvenes terratenientes que se oponían a los sindicatos de obreros y campesinos del entorno rural.
El 7 de abril de 1921 se convertirían en partido político con el nombre de Partito Nazionale Fascista
(Partido Nacional Fascista, PNF), caracterizado por su oposición a
liberalismo y comunismo. En 1922, en la Marcha sobre Roma,
Mussolini obligó al rey de Italia, Víctor Manuel III, a entregarle el
poder, que detentó con el título de Duce (caudillo, que ya había
usado D'Annunzio). Mussolini nombró como ministro de Finanzas a
Alberto de Stefani (1922-1925), quien tenía una formación y
reputación de economista ortodoxo. El ministro gozó del apoyo del
Mussolini para implementar una política de laissez-faire. Se tomaron
medidas como la reducción de los impuestos, incluidos los que
recaían sobre las herencias, además de recortar el gasto fiscal, y se
hace una apertura del comercio exterior, reduciendo los aranceles. Se
llegó incluso a incinerar 320 millones de liras en el Ministerio de
Finanzas, un gesto simbólico con la finalidad de demostrar la
inquebrantable resolución del régimen de controlar la inflación, y se
Cartel de los escuadristas efectuaron privatizaciones, por ejemplo, en los servicios telefónicos,
fascistas en la localidad Istriana empresas aseguradoras y la imprenta del Estado. Se llevaron a cabo
de Vodnjan (Dignano en italiano),
políticas clásicas de estabilización monetaria y el reingreso de la lira
ordenando emplear
al patrón oro. Para Mussolini, la moneda era el símbolo de la
exclusivamente la lengua italiana
en público, la prohibición de la fortaleza de la Nación, en 1925 con el apoyo del capital financiero
lengua eslava tanto hablada internacional, Estados Unidos otorgó un préstamo de 50 millones de
como cantada, bajo la amenaza dólares, y se llevaron a cabo otras políticas, como la modificación de
de los escuadristas de hacer la emisión de moneda –que pasó a ser monopolio del Banco Central
respetar esta orden de
de Italia–, y la consolidación de la deuda a corto plazo se cambió por
prohibición "con métodos
persuasivos".
un perfil de mediano y largo plazo.85

El asesinato el 11 de junio de 1924 de Giacomo Matteotti, diputado


socialista y principal voz crítica en el Parlamento tras las elecciones del 6 de abril (ganadas con pocos
escrúpulos por los fascistas, tras una previa alteración de la ley electoral —Ley Acerbo—), inauguró un
periodo de gobierno totalmente ajeno a las instituciones parlamentarias, que no obstante continuaron
funcionando formalmente, así como la figura del rey (que según sus propias palabras, quedó conforme
con permanecer sordo y ciego). La responsabilidad fue cínicamente asumida por el propio Mussolini con
una figura retórica que fue muy imitada posteriormente:

Se il fascismo è stato un'associazione a delinquere, io sono il capo di questa associazione a


delinquere! (¡Si el fascismo ha sido una asociación para delinquir, yo soy el jefe de esa
asociación para delinquir!)86

En el bienio de 1925-1926 se publicaron una serie de normas, conocidas como facistisimas fueron
disueltos todos los partidos políticos y los sindicatos, se eliminó toda libertad de prensa, de reunión y de
expresión, se restableció la pena de muerte para una serie de delitos de carácter puramente político y se
creó un "Tribunal Especial" y comisiones investigadoras con amplios poderes, capaz de mandar al exilio
interno a las personas desagradables al régimen con una simple medida administrativa.

En 1928 se prohibieron todos los partidos, excepto el PNF. La estructuración doctrinal, que no había sido
considerada necesaria, también fue tardía. En 1927 se promulgó la Carta del Lavoro (adaptada en España
como Fuero del Trabajo). En 1932 se publicó en la Enciclopedia Italiana el artículo Fascismo, atribuido
al propio Mussolini aunque en realidad escrito por Giovanni Gentile. Editado separadamente como La
Doctrina del Fascismo (La Dottrina del Fascismo), fue traducido a varios idiomas. En abril de 1940 (ya
durante la Segunda Guerra Mundial) se pretendió destruir todos
los ejemplares, como consecuencia del cambio de postura del
Duce sobre algunos puntos del texto.

La política económica tampoco tuvo una orientación clara, entre


un inicial respeto por el libre mercado y un claro dirigismo
posterior. La política monetaria a veces sólo obedecía al prestigio
de mantener una lira fuerte. No obstante, siempre gozó del apoyo
de la poderosa patronal Confindustria, con cuyo acuerdo, sobre
todo a partir del Pacto Vidoni (2 de octubre de 1925), se
establecieron los elementos principales del régimen corporativo,
muy restrictivo para las actividades sindicales (ilegalización de
los sindicatos libres, del derecho de huelga, encuadramiento
obligatorio de los trabajadores en el movimiento fascista -1926-).
La misma Confindustria llegó a estar dirigida por el destacado
fascista Giuseppe Volpi en los últimos años del régimen (de 1934
a 1943).87 Mussolini se presenta como ottimo
soldato ('óptimo soldado'), en un
Las dificultades económicas debidas a la Gran Depresión póster de propaganda destinado a los
empujaron al régimen de Mussolini a la expansión exterior, con balillas, organización de
la invasión de Etiopía (1935) y la intervención en la Guerra Civil encuadramiento de la infancia.
Española, con ambiciones de resucitar un imperio Mediterráneo
que tendría su continuación en la invasión de Albania (1939), ya
en vísperas de la Segunda Guerra Mundial. El seguidismo frente a la Alemania nazi no podía ocultarse, e
incluso se mimetizaron rasgos como el racismo (Manifesto della razza, Manifiesto de la raza, 14 de julio
de 1938). La invasión de Sicilia y el sur de Italia por los aliados provocaron la destitución del Duce por el
Gran Consejo Fascista (General Badoglio), aunque la intervención alemana le rescató por algunos meses
en que se constituyó una efímera República de Saló en el norte. Su actividad legislativa, limitada a los
últimos meses de la guerra, tuvo un planteamiento socioeconómico teórico que se ha denominado
socialización fascista (Manifiesto o Carta de Verona de 14 de noviembre de 1943).88

Véanse también: Galeazzo Ciano, Italo Balbo, Emilio de Bono y Curzio Malaparte.

Difusión del modelo en otros países


Esta era de las catástrofes conoció un claro
retroceso del liberalismo político, que se
aceleró notablemente cuando Adolf Hitler
asumió el cargo de canciller de Alemania en
1933. Considerando el mundo en su conjunto,
en 1920 había treinta y cinco o más gobiernos
constitucionales y elegidos (según como se
califique a algunas repúblicas
latinoamericanas), en 1938, diecisiete, y en
1944, aproximadamente una docena. La
tendencia mundial era clara.
...

no todas las fuerzas que derrocaron regímenes


liberales eran fascistas... el fascismo, primero
en su forma italiana original y luego en la
versión alemana del nacionalsocialismo,
inspiró a otras fuerzas antiliberales, las apoyó
y dio a la derecha internacional una confianza
histórica. En los años treinta parecía la fuerza
del futuro.
Eric J. Hobsbawm La caída del
liberalismo89

La ideología y los regímenes fascistas tuvieron eco


en casi todos los países europeos y latinoamericanos.

De una manera mucho más evidente surgieron a


semejanza del Fascio italiano organizaciones
caracterizadas por lo que puede denominarse liturgia
o parafernalia fascista: los despliegues de masas,
Europa en 1941-1942, con la mayor expansión de
organizados y disciplinados, el saludo romano brazo los regímenes fascistas. En azul, aparecen las
en alto, los símbolos y lemas, la presencia callejera potencias del Eje -Alemania e Italia- y los estados
agresiva, la utilización de correajes paramilitares y satélites, ocupados o aliados. Los únicos de éstos
uniformes, en particular las camisas de un que no tuvieron regímenes semejantes al fascismo
determinado color: negras (Italia, SS en Alemania, fueron Finlandia y Dinamarca. En blanco aparecen
los países neutrales, que en la Península Ibérica
Inglaterra, Finlandia) pardas (SA en Alemania),
eran regímenes fascistas.
azules (España, Francia, Irlanda, Canadá, China),
verdes (Rumanía, Hungría, Brasil) doradas (México)
o plateadas (Estados Unidos).

No se produjo una homogeneidad total entre los distintos movimientos y regímenes fascistas, que de
hecho insistían en enfatizar las peculiaridades nacionales, su originalidad y su raíz endógena. Por otro
lado, ocurrió en algunas ocasiones que rivalizaron violentamente partidos de filiación nazi y fascista
dentro del mismo país (caso de Austria). En cuanto a las relaciones internacionales, las vicisitudes del
equilibrio europeo llevaron a un entendimiento estratégico entre Hitler y Mussolini, pero bien podía
haber sucedido de otra manera, y de hecho así lo intentó explícitamente la diplomacia británica. En otros
casos, se mantuvo una neutralidad benévola que no ocultaba las simpatías (España hacia el Eje, Portugal
hacia Inglaterra), o el enfrentamiento abierto contra otro régimen fascista (caso de Grecia).90

El que los movimientos fascistas alcanzaran el poder de manera endógena (es decir, sin imposición
exterior) en unas naciones y en otras no, ha intentado ser explicado viendo las similitudes y diferencias
entre ellas. Los diferentes grados de desarrollo económico y de consolidación del régimen dentro del
sistema político son un buen indicador para ello: las democracias estables y económicamente más
desarrolladas, con una identidad nacional consolidada, no tuvieron movimientos fascistas con
posibilidades de éxito. En cambio, Alemania e Italia presentaban debilidades en esos aspectos: sus
unificaciones nacionales eran muy recientes (1870), sus economías se habían industrializado tardíamente
(respecto a la Europa Noroccidental). Italia seguía siendo un país relativamente atrasado. Alemania,
aunque había presentado un desarrollo económico y social notablemente acelerado (para 1914, en
vísperas de la Primera Guerra Mundial, se podía concebir que llegaría a superar a Inglaterra como
potencia industrial, posibilidad que fue sin duda uno de los factores que explican la propia guerra), se vio
sometida a unas condiciones especialmente duras por el Tratado de Versalles (Clemenceau, a pesar de las
advertencias de economistas como Keynes insistió en que Alemania pagará), lo que produjo graves
desórdenes económicos en todo el periodo de entreguerras, además de un profundo resentimiento. Aun
así, el triunfo del nazismo hubo de esperar al peor momento de la Gran Depresión posterior al Jueves
Negro de 1929.91

La Europa meridional y oriental, con un desarrollo industrial menor, unas instituciones democráticas
débiles y en muchos casos una existencia nacional reciente, fue mucho más proclive al desarrollo del
fascismo, con características locales muy marcadas en cada caso, algunos triunfantes y otros no.

En cambio, durante la Segunda Guerra Mundial se impusieron en buena parte de Europa gobiernos
denominados colaboracionistas que desarrollaron regímenes fascistas con mayor o menor grado de
similitud al alemán o italiano.

Existieron algunos intentos (hacia 1942) de las potencias del Eje por organizar cuerpos militares con
prisioneros provenientes de los países colonizados por los aliados, sobre todo de los países árabes, del
subcontinente indio (Legion Freies Indien o Legión Tigre, creada por el independentista Subhas Chandra
Bose) y del Asia Central soviética. Incluso hubo una división formada por musulmanes bosnios (1943).
Los resultados de estas operaciones no fueron muy eficaces, sobre todo en el campo ideológico, aunque
sí fueron explotadas propagandísticamente. En cuanto al acercamiento de algunas personalidades
musulmanas, como el gran mufti de Jerusalén Amin al-Husayni o el primer ministro de Irak Rashid Ali
al-Kaylani (que terminó con su huida y el pogrom antijudío de Bagdad —Farhud, junio de 1941—), se
trataba de coincidencias estratégicas más que ideológicas; lo que también se suele aplicar a la mucho más
importante alianza que suponía el Imperio japonés, con el que, no obstante, nazismo y fascismo tenían
similitudes políticas mayores.

Dictaduras calificadas de fascistas

Discusión sobre la calificación como fascista


A partir de la década de 1920 en América Latina se instalaron dictaduras militares o cívico-militares,
calificadas como "fascistas", aunque de manera no uniforme, por un sector importante de los científicos
sociales.92 93 Esa calificación ha sido cuestionada por otro sector, considerando que se trata de "un uso
abusivo e impropio del término fascismo".94 Ver. Fascista (adjetivo)

La discusión tuvo un punto de inflexión con las dictaduras impuestas a partir de 1964, bajo el impulso
abierto de Estados Unidos, en el marco de la Doctrina de la Seguridad Nacional, aplicada en la Guerra
Fría. Esas dictaduras adoptaron un perfil brutal, de violación abierta de los derechos humanos y
terrorismo de Estado, que llevaron a que un sector de investigadores, que no calificaban como "fascistas"
a las dictaduras latinoamericanas, comenzaran a hacerlo. Entre ellos se encuentran Leopoldo Zea y
Theotonio Dos Santos sosteniendo que se trataba de un "fascismo dependiente",95 96 Agustín Cueva,
sosteniendo que se trataba de un "proceso de fascistización de América Latina",97 René Zavaleta
Mercado, sosteniendo que las dictaduras militares latinoamericanas habían adoptado "proyectos de
identidad fascista",98 y Carlos López de la Torre analizando "el 'núcleo duro' de los fascismos periféricos
en América Latina".99

Otros investigadores como Guillermo O'Donnell, Helgio Trindade y Atilio Borón rechazaron esa
calificación, y consideraron que la categoría "fascismo" se había agotado en 1945 y que las dictaduras
latinoamericanas surgidas a partir de 1964 no eran fascistas, sino una forma diferente de Estado
capitalista de emergencia.100
Características generales
A partir de la década de 1920 en América Latina se instalaron dictaduras militares o cívico-militares,
consideradas fascistas por un sector importante de los científicos sociales.92 93 Las dictaduras
latinoamericanas fueron apoyadas en general por Estados Unidos e Inglaterra y a partir de la década de
1950 fueron promovidas activamente por Estados Unidos, como parte de su Doctrina de la Seguridad
Nacional, durante la Guerra Fría, desde la Escuela de las Américas con sede en el territorio ocupado por
Estados Unidos en Panamá.101 102

Los autores que consideran que las dictaduras latinoamericanas constituyeron una manifestación del
"fascismo", sostienen también que tuvo características propias, diferentes en algunos aspectos del
fascismo europeo. Al igual que el fascismo europeo fue militarista, antidemocrático, anticomunista,
racista, patriarcal, homofóbico y caracterizado por la violación sistemática de los derechos humanos, el
terrorismo de Estado y el genocidio. Pero a diferencia del fascismo europeo fue liberal en lo económico,
procapitalista, antiperonista en Argentina (aunque también hubo grupos fascistas peronistas), partidario
de la apertura económica y estuvo alineado incondicionalmente con Inglaterra y Estados Unidos. El
economista Friedrich Hayek, que influenció fuertemente la dictadura de Pinochet (1973-1990) en Chile,
declaró en Chile en 1981, que prefería una "dictadura liberal" a una democracia sin liberalismo.103

Las dictaduras calificadas como "fascistas" en América Latina, desaparecieron luego del fin de la Guerra
Fría, cuando la mayoría de los países latinoamericanos pudieron consolidar democracias de tipo liberal.
Ello no significó que también desapareciera las ideologías que las sustentaron, o que quedaran reducidas
a una expresión marginal, como sucedió en Europa luego de la Segunda Guerra Mundial. Muchos líderes
políticos (algunos de ellos condenados como genocidas) y partidos participantes de la vida política
democrática latinoamericana, han formado parte de las dictaduras o las defienden, como Pinochet en
Chile, Antonio Bussi en Argentina, o Jair Bolsonaro en Brasil.

Las dictaduras militares latinoamericanas que van desde la dictadura de Trujillo en la República
Dominicana al Genocidio guatemalteco, pasando por el llamado Proceso de Reorganización Nacional de
Argentina, la Dictadura cívico-militar en Uruguay, la dictadura de Pinochet en Chile o la dictadura
militar de Hugo Banzer en Bolivia. Los regímenes más prolongados en el tiempo fueron el somocismo de
Nicaragua (1937–1979) y la dictadura de Stroessner en Paraguay (1954-1989).104

Período entre guerras


Las primeras dictaduras calificadas de fascistas de América Latina son las que impusieron en República
Dominicana Rafael Trujillo dando origen a trujillismo (1930-1961),105 en El Salvador Maximiliano
Hernández Martínez dando origen al "martinato" (1931-1944),106 y en Nicaragua el general Anastasio
Somoza, dando origen a lo que se conoce como somocismo (1937-1979).107 Las tres impusieron tipos
de Estado sin posibilidades de oposición política, que se extendieron durante varias décadas, contando
con apoyo de Estados Unidos y las élites económicas, caracterizándose por una ideología de marcado
acento anticomunista, profundamente liberal en economía y represora de los movimientos sindicales,
estudiantiles, indígenas y de políticos con programas de justicia social.

De esa primera época data también la primera dictadura en Argentina, explícitamente inspirada en el
fascismo italiano, lideraba por el general José Félix Uriburu (1930-1932), que tuvo como fin impedir que
gobernara el país el radicalismo yrigoyenista, de amplia base popular, objetivo que cumplió aunque no
logró consolidarse en el poder.
Los cuatro dictadores de este período eran abiertamente simpatizantes del fascismo europeo.

Durante la Guerra Fría


Una segunda fase de las dictaduras latinoamericanas se abre con la
Guerra Fría, cuando Estados Unidos promovió golpes de Estado y la
instalación de dictaduras, con el fin de garantizar el alineamiento
pleno de los países latinoamericanos al bando capitalista liderado
por ese país norteamericano, bajo la Doctrina de la Seguridad
Nacional. En 1946 se instaló la Escuela de las Américas de las
fuerzas armadas estadounidenses, en territorio ocupado de Panamá,
con el fin de formar y adiestrar a los militares latinoamericanos para
implementar en sus respectivos países la Doctrina de la Seguridad Instalaciones en las que funcionó
la Escuela de las Américas en
Nacional, incluyendo los golpes de Estado e instalación de
Panamá, desde donde se
dictaduras, así como métodos represivos fundados en el terrorismo impulsaron las dictaduras
de Estado. fascistas en América Latina.

En este período continuaron hasta 1961 y 1979 respectivamente, las


dictaduras fascistas de Trujillo en República Dominicana y Somoza en Nicaragua, que se habían iniciado
en la etapa anterior, bajo una ideología explícitamente fascista. Dos nuevas dictaduras se instalaron en
1954 en Paraguay, bajo el mando de Alfredo Stroessner (1954-1989) y Guatemala bajo Mario Sandoval
Alarcón, que dio origen al Movimiento de Liberación Nacional (Guatemala) (1954-1982).

El golpe de Estado que implantó en 1964 la dictadura militar en Brasil, desencadenó una serie de
dictaduras en el Cono Sur caracterizadas por el terrorismo de Estado: Revolución Argentina (1966-1972),
Pinochet en Chile (1973-1990), la Dictadura cívico-militar en Uruguay (1973-1985) y el Proceso de
Reorganización Nacional (1976-1983) en Argentina. Con similares características en Guatemala se
instaló la dictadura de Efraín Ríos Montt (1982-1983).

En la sección "Discusión sobre la calificación como fascista" se detalla el debate sobre la calificación de
"fascista" a las dictaduras posteriores a 1964.

Pervivencia del concepto hasta la actualidad

Neofascismo
Véase también: Neonazismo
El neofascismo es una ideología posterior a la Segunda Guerra Mundial que incluye elementos
significativos del fascismo tradicional italiano. Es un movimiento político y cultural que surge en Europa
en los años 1980 con algunas ideas del anterior fascismo y que se organiza en partidos políticos, grupos
de música y bandas urbanas; en la actualidad está ascendiendo cada vez más en Europa.

El fascismo en sus expresiones más tradicionales resurgió en las décadas de los 80 y 90 del siglo XX bajo
los nombres de neofascismo y movimiento neonazi, que en sus formas más marginales reproduce la
estética retro y actitudes similares (violencia juvenil callejera). Como movimiento político de presencia
institucional, en Italia apareció después de la Segunda Guerra Mundial bajo la forma del partido político
Movimento Sociale Italiano (Movimiento Social Italiano, misinos), que con el tiempo buscaría una
presencia más asumible por el régimen político democrático bajo el nombre de Alleanza Nazionale
(Alianza Nacional) y se redefinió como postfascista,
llegando al gobierno italiano (Gianfranco Fini, bajo
la presidencia de Silvio Berlusconi, 1994).108

Desde finales del siglo XX han aumentado las


posibilidades electorales de los partidos que basan su
propuesta política en distintas ofertas de dureza
contra la inmigración y mantenimiento de la
personalidad nacional. Además de en Italia, en varias
democracias europeas la presencia de partidos de
extrema derecha, o personalidades con un pasado
nazi o fascista han llegado a ocasionar incluso
Manifestación neofascista en Predappio, donde se
problemas internacionales: fue el caso del escándalo halla la tumba de Mussolini.
por la llegada de Kurt Waldheim a la presidencia de
Austria (1996) o la entrada en el gobierno del mismo
país del Freiheitliche Partei Österreichs (Partido Liberal de Austria, FPÖ) de Jörg Haider en 1999. En
los Países Bajos ocurrió un caso similar con la Lijst Pim Fortuyn (Lista Pim Fortuyn, LPF) en 2002. En
Francia, la inesperada posibilidad de que Jean-Marie Le Pen (Front National, Frente Nacional) pudiera
llegar a la presidencia de la República, llevó a una agrupación del voto de todo el espectro político de
izquierda a derecha en su contra en las elecciones de 2002.109

Características
El término neofascismo suele aplicarse a grupos de tercera posición, y que expresan una admiración
específica por Benito Mussolini y otros líderes fascistas.110

No solamente es una tendencia ideológica, se considera un método de hacer política que incluye la
exaltación del líder, un férreo control del partido, propaganda y populismo. "El populismo nace del
fascismo como resultado de la derrota de éste último y en la necesidad de convertirse en una opción
válida dentro de los cánones que se imponían en el nuevo mundo y que tenían que estar dentro de un
ámbito democrático".111

El neofascismo usualmente incluye el nacionalismo, las políticas antiinmigración, el populismo, el


conservadurismo religioso y social, el anticlericalismo, la xenofobia y el antisemitismo, o donde es
relevante, el indigenismo, el nativismo, el supremacismo, el anticomunismo y en general la oposición al
sistema parlamentario y a la democracia liberal.

El neofascismo se basa en un Estado todopoderoso que dice encarnar el espíritu del pueblo. La población
no debe, por lo tanto, buscar nada fuera del Estado, que está en manos de un partido único. El Estado
fascista ejerce su autoridad a través de el orden, seguimiento, militarización de los estamentos sociales y
la propaganda (incluyendo la manipulación del sistema educativo).

Algunos regímenes posteriores a la Segunda Guerra Mundial han sido descritos como neofascistas
debido a su naturaleza autoritaria y a su fascinación con la ideología y rituales fascistas.

Las organizaciones neofascistas más importantes se han desarrollado en Grecia, Italia, España y Francia.
[cita requerida]

Véanse también: Extrema derecha y Ultranacionalismo.


Neofascismo en Italia
Muchos seguidores del fascismo Mussoliniano crearon pequeños partidos y organizaciones neofascistas
en Italia, después de la Segunda Guerra Mundial. El más importante fue el Movimento Sociale Italiano
(MSI).

El MSI fue una organización neofascista legalista y parlamentaria italiana fundada en 1946 por Arturo
Michelini, Pino Romualdi, Giorgio Almirante, Giorgio Bacchi, Giovanni Tonelli y Renzo Lodoli.112 Sus
ideales fundamentales fueron el sindicalismo, corporativo y vertical, el intervencionismo estatal en
economía y educación, y la defensa de la cultura católica tradicional en la sociedad italiana.

Por otro lado, organizaciones como Ordine Nuovo o Nuclei Armati Rivoluzionari, entre otros, llevaron a
cabo sangrientos atentados terroristas durante los años de plomo, entre ellos el atentado de Piazza
Fontana y la matanza de Bolonia (el peor ataque terrorista en la historia de Italia). Muchos de estos
crímenes fueron coordinados en conjunto con la CIA, como parte de la estrategia de la tensión promovida
por Estados Unidos para combatir el izquierdismo en Europa (Operación Gladio).

Otros pequeños partidos neofascistas italianos son Fiamma Tricolore, Forza Nuova y el Fronte Sociale
Nazionale. Hubo también un desarrollo cultural de la ideología fascista en las organizaciones neofascistas
italianas.113

Fascismo de izquierda
El concepto, tal como fue utilizado originariamente por Jürgen Habermas, designaba a los movimientos
terroristas de extrema izquierda de los años sesenta.114 En la actualidad su uso se ha extendido para
calificar peyorativamente a cualquier ideología izquierdista (especialmente en Estados Unidos) y a los
críticos del Estado de Israel (en los medios de difusión afines a ese país), de un modo similar al adjetivo
«antisemita».115

Fundamentalismos religiosos
El surgimiento en la escena internacional del fundamentalismo
islámico a partir de la revolución iraní (1979) y su extensión a otras
repúblicas islámicas, así como al terrorismo internacional, ha puesto
de manifiesto la posibilidad de un totalitarismo de corte religioso,
que emplea técnicas violentas de algún modo comparables al
fascismo; para calificarlo peyorativamente se ha venido utilizando el
adjetivo «islamofascismo», aunque tales movimientos ideológicos
son bastante alejados entre sí. También es habitual señalar las
Estado Islámico de Irak y el similitudes con el fascismo de movimientos denominados
Levante —grupo yihadista—
fundamentalismo cristiano, que en algún caso se han llegado a
considerado fascista por los
medios occidentales.116
denominar cristofascismo.117 118

Uso extendido del adjetivo «fascista»


El adjetivo «fascista» se aplica con fines peyorativos de manera muy extendida en el lenguaje coloquial,
y muy frecuentemente también en todo tipo de literatura, sobre todo a efectos polémicos o descriptivos,
más allá de su adecuación o no a una estricta correspondencia con la ideología o los regímenes políticos
fascistas. Se asocia con las posturas políticas de extrema derecha y las ideas y actitudes racistas,
intolerantes o autoritarias; y al desprecio por el diferente, el marginado, el que no piensa del mismo modo
o las minorías.119

Véase también
Economía fascista
Nacionalcatolicismo
Manifiesto de Verona
Programa Nacionalsocialista
Benito Mussolini

Referencias
regímenes comunistas de
1. Borón, Atilio (2003). «El fascismo como los más fascistas. La
categoría histórica: en torno al problema cuestión de la definición
de las dictaduras en América Latina» (htt creó problemas a los
p://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/2010 fundadores del fascismo
0529014903/3capituloI.pdf). Estado, italiano desde un principio,
capitalismo y democracia en América pues no elaboraron un
conjunto codificado oficial
Latina. Buenos Aires: CLACSO. ISBN 950- de doctrinas sino ex post
9231-88-6. facto, unos años después
2. El fascismo. Pg 4. Por Stanley G. Payne. de la llegada de Mussolini
1980. Alianza Editorial, edición de 2009. al poder, e incluso
(Consultar la versión en línea del libro en entonces sólo en parte. El
español (http://www.geocities.ws/fransavar problema se ve
complicado por el hecho
i/PAYNEFASCISMO.pdf)): de que mientras casi
todos los partidos y
Es probable que el regímenes comunistas
término fascismo sea el prefieren llamarse
más vago de los términos comunistas, la mayor
políticos contemporáneos. parte de los movimientos
Quizá se deba a que la políticos de la Europa de
palabra en sí no contiene entreguerras a los que se
ninguna referencia política suele calificar de fascista
implícita, por vaga que no utilizaban, de hecho,
sea, como las que ese nombre al hablar de sí
contienen los términos mismos. Los problemas
democracia, liberalismo, de definición y
socialismo y comunismo. clasificación que surgen
El decir, que el fascio son tan graves que no es
italiano (Lat. Fasces, Fr. sorprendente que algunos
Fascieau, Esp. Haz) estudiosos prefieran dar a
significó eso, un “haz” o los movimientos fascistas
una “unión”, no nos dice putativos sus nombres
mucho. Parece que individuales específicos,
algunas de las sin aplicarles el adjetivo
definiciones coloquiales clasificador. Otros llegan
más comunes del término incluso a negar que exista
son las de “violento”, el fenómeno general del
“brutal”, y “dictatorial”; fascismo europeo, como
pero si fueron esos los cosa distinta del fascismo
puntos primarios de italiano de Mussolini.
referencia, probablemente
habría que calificar a los
3. Para consultar una cronología sobre los fascismo» no empezó a
«estudios sobre el fascismo» ver El producirse hasta después
concepto de fascismo (https://www.revistad de haber transcurrido casi
una generación, iniciado
elibros.com/articulo_imprimible.php?art=53 por Der Faschismus in
38&t=articulos). Reseña de Stanley G. seiner Epoche (El
Payne de las obras sobre el fascismo de fascismo en su época.
Paul Gottfried y David D Roberts. Action française, fascismo,
Publicado en Revista de Libros en 2017. nacionalsocialismo, trad.
Fragmento: de María Rosa Borrás,
Barcelona, Península,
1967), de Ernst Nolte, el
El fascismo fue difícil de
primer estudio comparado,
comprender desde sus
y el breve Varieties of
orígenes en 1919. Ello no
Fascism, de Eugen
se debió a su radicalismo
Weber, aparecidos ambos
y su violencia, ya que por
originalmente en 1964.
aquel entonces Europa
Los dos se mostraron de
estaba plagada de nuevos
acuerdo en que existía
fenómenos políticos
algo parecido a un
radicales y violentos,
«fascismo genérico» (del
encabezados por el
que Nolte proporcionó una
incipiente régimen
breve definición filosófica),
soviético. El fascismo, sin
pero también que se
embargo, se asemejaba al
trataba de un fenómeno
comunismo en su
político extremadamente
violencia y su
pluriforme, con
autoritarismo, pero
manifestaciones muy
resultaba, por el contrario,
diferentes en diversos
único en su compleja
países. Nolte,
combinación de
concretamente, concluía
características, que no
que había definido toda
eran claramente ni de
una era, la «era del
izquierdas ni de derechas.
fascismo», que concluyó
Fue el único tipo de
en 1945, que había
movimiento político
dependido de fuerzas
genuinamente nuevo que
históricas peculiares de
surgió de los escombros
ese período y que no era
de la Primera Guerra
probable que el fascismo
Mundial y no contaba con
histórico reapareciese en
ningún predecesor claro.
el futuro. Más que
Confundió a los
constituir una forma o
observadores, pero
concepto recurrente, como
adquirió muy pronto una
el socialismo, por ejemplo,
prominencia histórica
era característico
mundial y desencadenó el
exclusivamente de una
conflicto individual más
época política
destructivo que había
determinada.
conocido la historia. Aun
después de que
concluyera del todo, el
fascismo siguió resultando 4. Eco, Umberto (16 de enero de 2019). «Los
difícil de aprehender como 14 síntomas del fascismo eterno» (https://c
fenómeno y como txt.es/es/20190116/Politica/23898/Umberto
concepto. A partir de -Eco-documento-CTXT-fascismo-nazismo-
1945, y durante dos extrema-derecha.htm). Contexto CTXT.
décadas, el estudio del Consultado el 20 de enero de 2019.
fascismo se limitó a
historias nacionales y 5. Mellón, Revista de estudios políticos, Joan
trabajos monográficos Antón (2009), Concepciones nucleares,
sobre movimientos axiomas e ideas-fuerza del fascismo
concretos. El verdadero clásico (1919-1945) .
«debate sobre el
6. «Según Ignacio Ramonet, ya en los años A su vez, el régimen de
treinta se hablaba del surgimiento de una Hitler, con su rechazo del
«tercera vía», el fascismo, alternativa a los marxismo y el
dos mundos nuevos que surgieron tras la materialismo y de los
Primera Guerra Mundial», citado en principios formales del
Enrique Fernández M., Guidens, Blair y totalitarismo burocrático,
no adoptó la misma forma
Lagos, la tercera vía (http://members.tripo que el comunismo ruso,
d.com/~propolco/5sem/via.htm). pese a las teorías de
7. Savarino, Franco (2011). «Algunas algunos críticos acerca de
consideraciones sobre la revolución un supuesto totalitarismo
fascista» (http://www.redalyc.org/pdf/859/8 compartido. Sin embargo,
5920910003.pdf). p. 43. hubo algunas formas
específicas en las que el
8. Mellón Joan Antón (2011). «Las nacionalsocialismo tenía
concepciones nucleares, axiomas e ideas- paralelismos con el
fuerza del Fascismo clásico (1919-1945)» comunismo ruso, en
(http://www.cepc.gob.es/publicaciones/revi medida mucho mayor de
stas/revistaselectronicas?IDR=3&IDN=680 lo que podía tener el
&IDA=27537). pp. 71 y 72. fascismo. En la siguiente
lista se sugieren algunos
9. Sobre la teoría fascista, y posteriormente de los parecidos y
leninista, y tercermundista, de las paralelos: [] 5. Adopción
«naciones desposeídas» y «proletarias»: de la teoría de las
naciones desposeídas y
Aproximadamente hacia proletarias, que Lenin no
1910 la mayor parte de los hizo suya hasta después
sindicalistas de que se hubiera
revolucionarios había introducido en Italia
renunciado al marxismo, y El fascismo. Pg 66. Por
ya en 1907 algunos de Stanley G. Payne. 1980.
ellos habían empezado a Alianza Editorial, edición
explotar el concepto de la de 2009.
“nación proletaria”,
elaborado inicialmente por En los años 60 y principios
Enrico Corradini y algunos de los 70 también se
de los nacionalistas más atribuyeron a los
derechistas. Según esta revolucionarios
idea, las verdaderas estudiantiles grandes
“diferencias de clase” no posibilidades de adoptar el
se daban entre sectores papel de neofascistas.
sociales dentro de un país Entre sus características
atrasado y débil como supuestamente fascistas
Italia, sino más bien entre figuraban la formación de
los pueblos de las la ideología por la acción y
naciones desarrolladas, no por la teoría, el
imperialistas, capitalistas, antiintelectualismo, el no
“plutocráticas”, y los racionalismo, el
pueblos de los países voluntarismo y el
atrasados, explotados y activismo, la tentativa de
colonizados. Esta actitud trascender tanto el
se ha convertido en un liberalismo como el
concepto político clave del marxismo en busca de un
siglo XX, y ocupaba un nuevo futurismo, la
lugar central en el fascinación con los mitos y
pensamiento de los los héroes, el
fascistas italianos. reclutamiento mediante un
El fascismo. Pg 29. Por “generacionismo de
Stanley G. Payne. 1980. clase”, el uso de la
Alianza Editorial, edición violencia, el odio a las
de 2009. plutocracias, la defensa de
las doctrinas de las 14. El fascismo. Pg 84. Por Stanley G. Payne.
naciones proletarias en 1980. Alianza Editorial, edición de 2009.:
pro de los nacionalismos
del tercer mundo o
comunistas, y el apoyo al La paradoja de todo esto
militarismo extremo entre es que los analistas serios
estos últimos. La lista no del gobierno totalitario
dejaba de ser reconocen hoy día que la
impresionante, pero Italia fascista nunca llegó
carecía, por lo menos, de a ser totalitaria. En la
un número igual de puntos década siguiente al
en los cuales los establecimiento del
estudiantes radicales sistema de Mussolini, la
diferían fundamentalmente dictadura leninista en la
del fascismo. Unión Soviética se vio
El fascismo. Pg 130. Por transformada
Stanley G. Payne. 1980. implacablemente por
Alianza Editorial, edición Stalin en un sistema
de 2009. completo de socialismo de
estado con un control
dictatorial de facto casi
10. Eclipse & Re-emergence (https://web.archi total de la economía y de
ve.org/web/20060716031955/http://www.sk todas las instituciones
atta.demon.co.uk/eclipse/eclip6.htm), oficiales. Unos años
archivado desde el original (http://www.skat después, la dinámica
ambición de poder del
ta.demon.co.uk/eclipse/eclip6.htm) el 16 de régimen de Hitler en
julio de 2006, consultado el 17 de julio de Alemania, con su eficacia
2019 |archiveurl= y |urlarchivo= policíaca, su poderío
redundantes (ayuda); |archivedate= y militarista, su sistema de
|fechaarchivo= redundantes (ayuda) campos de concentración
y, con el tiempo, sus
11. «K. POLANYI, La esencia del fascismo, políticas de exterminio en
seguido de Nuestra obsoleta mentalidad los territorios
de mercado, traducción y estudio conquistados, pareció
introductorio de César Ruiz Sanjuán, crear un equivalente
Madrid, Escolar y Mayo, 2013» (https://revi nacionalsocialista no
stas.ucm.es/index.php/RPUB/article/viewFi comunista del sistema
le/45596/42882). Res Publica. Revista de estalinista de control.
Historia de las Ideas Políticas 17 (1): 315- Estos dos han aportado
los modelos dominantes
368. 2014. ISSN 1576-4184 (https://issn.org/resou de lo que los analistas
rce/issn/1576-4184). políticos, especialmente
12. Polanyi, Karl (2013). La esencia del entre 1940 y 1960,
fascismo. Nuestra obsoleta mentalidad de tendían a calificar como
mercado (César Ruiz Sanjuán, trad.). totalitarismo.
Madrid: Escolar y Mayo.
ISBN 9788416020041. 15. El fascismo. Pg 149. Por Stanley G.
13. El término autoritarismo (que implica la Payne. 1980. Alianza Editorial, edición de
concentración del poder sin aceptación de 2009.:
oposición, pero la admisión de un cierto
pluralismo en sus apoyos y la carencia de Las longevas dictaduras
una intención o capacidad de española y portuguesa,
homogeneización total de la sociedad) que sobrevivieron hasta
1974 y 1975, han
surgió como opuesto a totalitarismo (que constituido otro problema
es el que reivindicaba para sí el fascismo), para los estudiosos del
en los análisis posteriores, sobre todo el de fascismo genérico y de los
Juan José Linz, en muchas de sus obras, estados nacionales
por ejemplo Totalitarian and Authoritarian autoritarios de Europa.
Regimes, Rienner, 2000. Pese a ser productos
bastante típicos de la 18. En toda Europa se utilizaron mucho —con
nueva política de la era fines polémicos y bastante alejados del
fascista [] sobrevivieron en propósito de los autores— el libro de
tres decenios a su
terminación y, en el explícito título La rebelión de las masas (de
proceso, tuvieron que José Ortega y Gasset), así como otros
introducir algunos ajustes como La decadencia de Occidente (de
fundamentales en el Oswald Spengler), éste en polémica con A
período de postguerra de study of history (de Arnold J. Toynbee).
la historia de una Europa 19. Emma RODERO ANTÓN: Concepto y
comunista y
socialdemócrata. Casi técnicas de la propaganda y su aplicación
ningún analista riguroso al nazismo (http://bocc.ubi.pt/pag/rodero-e
afirma que el régimen de mma-propaganda-nazismo.pdf).
Franco o Salazar fueran 20. Las características definitorias del
jamás plena ni siquiera fascismo pueden enumerarse, como hacen
intrísicamente fascistas, y de manera muy completa Vicenç Navarro,
algunos niegan que
tuvieran en absoluto algo siguiendo y completando a Edward
que ver con el fascismo. Malefakis:
Sin embargo, parece
bastante claro que en el
primer decenio del 1. «Buscaron no solo
régimen de Franco existía tomar el poder sino
un importante componente también crear una
de tipo fascista, lo cual nueva clase de
indica que el caso español hombre (y añadiría
es complicado. yo, una nueva clase
de mujer) y de
16. H. R. Trevor-Roper: «The phenomenon of sociedad, a través
fascism», en S. Woolf (ed.): Fascism in de una ideología
Europe (especialmente pág. 26). Londres: que glorificaba la
Methuen, 1981. Citado en Roger Eatwell: jerarquía, el
Reflections on fascism and religion (https:// nacionalismo y la
web.archive.org/web/20070501024852/htt guerra (y, añadiría
p://staff.bath.ac.uk/mlsre/ReflectionsonFas yo, la fuerza
cismandReligion.htm). física)».
17. Son dos frases de distintos discursos. La 2. «Tal voluntad de
primera de 1934: «Se va hacia nuevas cambio se centraba
formas de civilización, tanto en política en un solo líder con
como en economía. El Estado vuelve por cualidades
sus derechos y su prestigio como supuestamente
intérprete único y supremo de las sobrehumanas, al
necesidades nacionales. El pueblo es el que no deberían
cuerpo del Estado, y el Estado es el imponerse
espíritu el pueblo. En la Doctrina Fascista, restricciones de
el pueblo es el Estado y el Estado es el ningún tipo».
pueblo» (18 de marzo de 1934). La 3. «El líder nació de, y
segunda, del llamado Discurso de la a su vez dio a luz, a
Ascensión, 26 de mayo de 1927: un poderoso partido
«Nosotros confirmamos solemnemente político que le
nuestra doctrina respecto al Estado; ayudó a conseguir
confirmo no menos enérgicamente mi sus objetivos:...el
fórmula del discurso en la Scala de Milán: partido fue creado
Todo en el Estado, nada contra el Estado, antes, y no
nada fuera del Estado». después, de la
toma del poder por
el fascismo y era un 7. «Para asegurar el
instrumento apoyo entusiasta
indispensable en del pueblo en la
esa lucha». lucha por estos y
4. «Con objeto de otros objetivos,
glorificar a su líder, habría que
a su partido y a sus organizar la
objetivos, el sociedad más
fascismo puso un concienzudamente
énfasis tan que nunca. De ahí
extraordinario en la la necesidad de
propaganda (que crear nuevas
tenía por misión) organizaciones. El
crear un lazo intento era el de
místico con el organizar toda la
dictador. Las sociedad instalando
nuevas tecnologías, una visión nueva
especialmente la que rompió con el
radio pero también sistema anterior,
el cine y el exigiendo una
periodismo gráfico, subordinación de
se utilizaron en una todas las
medida sin organizaciones
precedentes». sociales,
5. «Inherente al económicas y
fascismo, e políticas», y
incesantemente 8. «Además de la
reiterado como un Iglesia, había otros
objetivo en su grupos sociales
propaganda, fue subordinados al
una manera nuevo orden
extrema de fascista,
nacionalismo». especialmente en
6. «Otro objetivo Alemania, donde el
fundamental del poder de Hitler era
fascismo fue la mayor... Y se formó
consecución como una alianza fáustica
su objetivo político con grandes
de una prosperidad empresas que fue
material sin ventajosa para
precedentes... Tal ambas partes, pero
proceso tenía un no había duda
carácter místico. alguna sobre quién
Quizá el mejor estaba al mando en
ejemplo sea el última instancia,
sueño de Hitler de sobre todo después
una red de de que el fascismo
autopistas se pusiera en pie
entrecruzando el de guerra. Las
país por la que instituciones
todos los alemanes culturales fueron
pudieran conducir fascistizadas, igual
su Volkswagen». que los clubes
deportivos. El grupo
que estuvo más
cerca de retener su poseedora de una
antigua autonomía vaga legitimidad
fue el militar, dado residual que en
que era esencial 1943 propiciaría la
para la consecución caída de
de los objetivos Mussolini».
fascistas de política 9. Racismo,
exterior. En Italia,
10. negación de lucha
había un obstáculo de clases y
adicional: la
existencia de la 11. anticomunismo.
monarquía,
Edward Malefakis, La dictadura de Franco en una perspectiva comparada, en García Delgado
Franquismo: el juicio de la historia. Ediciones Temas de Hoy, 2000, pág. 28, citado por Vicenç Navarro,
en Franquismo o fascismo (https://web.archive.org/web/20070322222440/http://www.nodo50.org/reform
aenserio/articulos/abril05/franquismo.pdf) (Reformaenserio, abril de 2001). Otra enumeración muy
completa es la de Umberto Eco (en Fascismo eterno (http://culturacanibal.blogspot.com/2007/01/umbert
o-eco-y-el-fascismo-eterno.html)):

1. Culto de la tradición, de los saberes arcaicos... Cultura sincrética, que


debe tolerar todas las contradicciones. La gnosis nazi se alimentaba de
elementos tradicionalistas, sincretistas, ocultos. La fuente teórica más
importante de la nueva derecha italiana, Julius Evola, mezclaba el Grial
con los Protocolos de los Ancianos de Sion, la alquimia con el Sacro
Imperio romano.
2. Rechazo del modernismo.
3. Culto de la acción por la acción.
4. Rechazo del pensamiento crítico.
5. Miedo a la diferencia.
6. Llamamiento a las clases medias frustradas.
7. Nacionalismo y xenofobia. Obsesión por el complot.
8. Envidia y miedo al «enemigo».
9. Principio de guerra permanente, antipacifismo.
10. Elitismo, desprecio por los débiles.
11. Heroísmo, culto a la muerte, a la épica.
12. Transferencia de la voluntad de poder a cuestiones sexuales.
Machismo, odio al sexo no conformista. Transferencia del sexo al juego
de las armas, donde las armas representan la virilidad.
13. Populismo cualitativo, oposición a los «podridos gobiernos
parlamentarios».
14. Neolengua. Todos los textos escolares nazis o fascistas se basaban en
un léxico pobre y en una sintaxis elemental, con la finalidad de limitar
los instrumentos para el razonamiento complejo y crítico.

(Los puntos se citan extractados, por su primera frase). El texto de Eco, que aparece en varias
publicaciones y conferencias, tiene a veces el subtítulo de Catorce maneras de mirar a un Camisa Negra.

Norberto Bobbio y otros: Diccionario de política. México: Siglo XXI Editores (décima edición en
español), 1997. Citado por Ludovico Incisa en Glosario de terminos y conceptos políticos. Voz Fascismo
(https://web.archive.org/web/20080803171439/http://glosario.pais-global.com.ar/index.php/440).
Larralde, Humberto García: «¿Qué es el fascismo?» (http://independent.typepad.com/elindependent/2
007/10/qu-es-el-fascis.html) El Independent
Enric González, «La responsabilidad de los intelectuales. La ambigüedad italiana» (http://www.elpais.
com/articulo/semana/ambiguedad/italiana/elpbabsem/20061014elpbabese_7/Tes/), en El País, 14 de
octubre de 2006.
Javier Rodríguez Marcos: «Fascistas de vanguardia» (http://www.elpais.com/articulo/cultura/Fascista
s/vanguardia/elpepicul/20090330elpepicul_2/Tes), en El País, 30 de marzo de 2009.
En una pieza complementaria (http://www.elpais.com/articulo/cultura/Generales/curas/senoritos/espa
noles/elpepicul/20090330elpepicul_1/Tes) al artículo citado anteriormente, Javier Rodríguez Marcos cita
junto a estos también a escritores menores, que describe como señoritos fascistas (Eugenio Montes o
Tomás Borrás). Recoge la muy citada fórmula de Andrés Trapiello para describir su trascendencia:
Ganaron la guerra y perdieron la historia de la literatura (Las armas y las letras, Ed. Península).
Las tesis de Nietzsche, por el contrario, condenan el proselitismo y desprecian a los fanáticos (Así
habló Zarathustra). El pastiche intelectual del fascismo incluía conceptos como la voluntad de poder de
Nietzsche, lo «único» de Stirner, la intuición bergsoniana, los «mitos» de Sorel, el pragmatismo y, como
último descubrimiento, el relativismo de Einstein. (Tasca, A. El nacimiento del fascismo, Barcelona,
1969, citado por Fernando Arcas Cubero El fascismo italiano, en Gran historia universal, vol. 14,
Madrid: Nájera-Club internacional del libro. ISBN 84-761-678-6).
Bartolomé Tiscornia, La rebelión contra la ciencia en el final del siglo XX (http://www.clubdelprogre
so.com/index.php?sec=04_05&sid=17&id=838).
Payne, Stanley (1965), Sobre Falange Española, Ruedo Ibérico, París. Para S. Ellwood, lo que lo
caracterizaba era el nacionalismo, el imperialismo y el irracionalismo. Ellwood, S (1984) Prietas las
filas. Historia de la Falange Española, 1933–1985, Grijalbo (citados en [1] (http://marioconde.com/foro
s/viewtopic.php?p=71035&sid=e7e52602674926cd28c627f8cca693da) Archivado (https://web.archive.o
rg/web/20071117090626/http://marioconde.com/foros/viewtopic.php?p=71035&sid=e7e52602674926cd
28c627f8cca693da) el 17 de noviembre de 2007 en la Wayback Machine.); el último también citado en
«La dictadura franquista (1939-1975)» (http://www.uclm.es/ab/humanidades/profesores/descarga/manuel
_ortiz/encarnanicolas.pdf). Elías García de Santos En torno a la Falange: bibliografía (I), en El Rastro
de la Historia, nº 9:[2] (http://www.rumbos.net/rastroria/rastroria09/FE_BibliografiaI.htm). Véanse citas
textuales en Lemas del Franquismo.
Los famosos 11 principios de la propaganda (http://www.escolar.net/MT/archives/2007/03/los_princip
ios.html) de Goebbels, ministro de propaganda de Hitler, y que se encuentran citados en muchos lugares,
suelen citarse como recogidos en el libro de L. W. Doob. Goebbels y sus principios propagandísticos en
Sociología de la Comunicación de Masas. M. De Moragas Editor. Barcelona, 1982, págs. 472–495), por
ejemplo por Carlos Gutiérrez-Cuevas Hacia una Crítica de la comunicación organizacional (http://www.
knowledgeboard.com/doclibrary/knowledgeboard/comunicacion.pdf) o en esta Bibliografía de la
Segunda Guerra Mundial (https://web.archive.org/web/20080321030012/http://www.artehistoria.jcyl.es/b
atallas/contextos/4108.htm) de Artehistoria.
Antonio Fernández (1981), Historia del mundo contemporáneo, Barcelona: Vicéns Vives ISBN 84-
316-1774-8, pág. 331.
Francisco Franco y Millán Astray, que inspiraron el Credo Legionario y expresiones como Viva la
muerte y abajo la inteligencia, en el famoso incidente de este último con Miguel de Unamuno (que
respondió al desafío del general con un Venceréis, pero no convenceréis). Este enfrentamiento ocurría el
12 de octubre de 1936 Día de la Raza en la Universidad de Salamanca templo de la sabiduría del que el
rector Unamuno se consideraba sumo sacerdote. Habían pasado pocos meses del comienzo de la Guerra
Civil Española. Hay todavía varias versiones sobre los términos exactos del enfrentamiento:[3] (http://w
ww.nodo50.org/tortuga/article.php3?id_article=624)
Fernando Arcas Cubero El fascismo italiano, en Gran historia universal, vol.14., Madrid: Nájera-
Club internacional del libro. ISBN 84-761-678-6. Cita la expresión como original de Touchard
Antonio Fernández, op. cit., pg.331
Glosario. Primera Guerra Mundial (http://clio.rediris.es/udidactica/IGM/glosario.htm#TRATADO%2
0DE%20LONDRES), en Rediris. Para conseguir su entrada en la guerra junto a la Entente, se promete a
Italia la anexión tras el fin de la guerra de territorios pertenecientes al Imperio austrohúngaro: Trentino,
Tirol meridional, Trieste, Istria y parte de Dalmacia. El tratado se firmó como un pacto secreto, el 26 de
abril de 1915. El Tratado de Versalles no cumplió con estas expectativas.
En Génesis e interpretaciones del fascismo (La Jornada Semanal, domingo 22 de enero de 2006, núm.
568), Annunziata Rossi [4] (http://www.jornada.unam.mx/2006/01/22/sem-rossi.html) presenta un
panorama sobre estas interpretaciones, citando entre otros a Benedetto Croce o Thomas Mann, y
especialmente a Eric Fromm (1947) Miedo a la libertad y a Georg Lukács (l953) Asalto a la razón.
Chomsky, Noam (1987) On Power and Ideology. The Managua Lectures (Paperback) 08096082903,
Cambridge: South End Press; citado por Antonio Guillermo García Danglades Neofascismo (https://web.
archive.org/web/20080321033957/http://www.analitica.com/Bitblio/garcia_danglades/neofascismo.asp)
Comenta el profesor Roderick Long:

Primero, donde el comunismo pretende sustituir la propiedad privada por estatal, el fascismo
pretende incorporar o cooptar la propiedad privada dentro del aparato estatal a través de una
alianza público-privada. El fascismo tiende a ser más tentador que el comunismo para los
intereses de los ricos quienes pueden verlo como un medio para aislar su poder económico de
la competencia a través de un proceso de cartelización forzosa y otras estratagemas
corporativistas.
Liberalism vs. Fascism (http://www.mises.org.es/2013/04/el-liberalismo-contra-el-fascismo/).
Ludwig von Mises Institute.

Hobsbawm, op. cit. pg. 135, citando a Kunznets, Simon, 1956, Quantitative aspects of the economic
growth of nations.
Los mitos del fascismo (http://www.alasbarricadas.org/noticias/?q=node/7807), una breve
clarificación del espectro político del fascismo
Jürgen Habermas, "Die Scheinrevolution und ihre Kinder. Sechs Thesen über Taktik, Ziele und
Situationsanalysen der oppositionellen Jugend" (Frankfurter Rundschau, 5 de junio de 1968) en:
Wolfgang Abendroth, Oskar Negt, Die Linke antwortet Jürgen Habermas, Europäische Verlagsanstalt,
pp. 5–15. Habermas later retracted the term in: Jürgen Habermas, "Probe für Volksjustiz" (http://www.spi
egel.de/spiegel/print/d-40736264.html), Der Spiegel, 10 de octubre de 1977.
Roderick Long en Liberalismo contra fascismo (http://www.mises.org.es/2013/04/el-liberalismo-contr
a-el-fascismo/):

Segundo, donde el comunismo tiende a ser cosmopolita e internacionalista, la ideología fascista


tiende a ser chauvinísticamente nacionalista, acentuando la lealtad particularista hacia el país,
la cultura o la etnia de cada uno; a esto se le une la desconfianza hacia el racionalismo, una
preferencia económica por la autarquía, y una visión de la vida como una inevitable pero
gloriosa batalla. El fascismo también tiene a cultivar un ser humano gregario o völkish, la
retórica de «el hombre del pueblo», «el pragmatismo por encima de los principios», «el
corazón por encima de la cabeza», «no prestes atención esos intelectuales cabezas de chorlito».
Estos contrastes con el comunismo no deberían ser exagerados, claro está. Los gobiernos
comunistas no pueden permitirse suprimir la propiedad privada por completo, en tanto ello les
llevaría a un veloz colapso económico. Además, a pesar de todo el cosmopolitismo e
internacionalismo que puedan caracterizar a los regímenes comunistas en la teoría, tienden a
ser tan chauvinísticamente nacionalistas en la práctica como sus primos los fascistas; mientras
que, por el otro lado, los regímenes fascistas podrían apelar demagógicamente al universalismo
liberal.

Roderick Long en Liberalismo contra fascismo (http://www.mises.org.es/2013/04/el-liberalismo-cont


ra-el-fascismo/):

Con todas estas similitudes, existe una diferencia en énfasis y estrategia entre el fascismo y el
comunismo. Cuando se trata de encarar las instituciones vigentes que amenazan el poder estatal
-las empresas, iglesias, la familia o la tradición- el impulso comunista pasa en gran medida por
abolirlas; mientras que el impulso fascista consiste en absorberlas.
Las estructuras de poder externas al estado son potenciales rivales del propio poder
estatal, por lo que los estados siempre tienen alguna razón para pretender su
abolición; el comunismo da rienda suelta a esta pulsión. Pero las estructuras de
poder externas al Estado son también potenciales aliados del Estado,
particularmente si sirven para reforzar los hábitos de subordinación y acatamiento
entre la población, y por tanto, siempre existe la oportunidad potencial de una
alianza mutuamente beneficiosa; aquí mismo descansa la estrategia fascista.

Estos rasgos en los que el fascismo difiere del comunismo podrían dar a entender que lo alían
más bien con el conservatismo aristocrático tradicional del ancien régime, que es del mismo
modo particularista, corporativista, mercantilista, nacionalista, militarista, patriarcal y anti-
racionalista. Pero el fascismo difiere de este desfasado conservadurismo en abrazar el ideal del
progreso industrial dirigido por directores tecnócratas, así como en adoptar una postura
populista capitaneando la lucha del «hombre desamparado» contra las elites -recordemos su
gregarismo (Si las tendencias tecnocráticas del fascismo parecen estar en conflicto con su
pulsión antirracionalista, entonces, en palabras del protofascista Moeeler van den Bruck
«tenemos que ser capaces de vivir con las contradicciones»).

Angelo Tasca, lo cuenta en “Los orígenes del fascismo”, Barcelona 1967. P 123
Domènech, 2004, 262-263,
Caos planificado: Fascismo (Parte 8 de 11) (http://www.mises.org.es/wp-content/uploads/2013/06/Ca
os_Planificado.pdf), Ludwig von Mises
En concreto, Ludwig von Mises señalaba esto en su obra Jena Fisher, ed. (1927). «1.10 Das Argument
Des Faszismus» (http://docs.mises.de/Mises/Mises_Liberalismus.pdf) (PDF). Liberalismus. p. 45.
ISBN 978-3-89665-385-7.

Es kann nicht geleugnet werden, daß der Faszismus und alle ähnlichen Diktaturbestrebungen
voll von den besten Absichten sind und daß ihr Eingreifen für den Augenblick die europäische
Gesittung gerettet hat. Das Verdienst, das sich der Faszismus damit erworben hat, wird in der
Geschichte ewig fortleben. Doch die Politik, die im Augenblick Rettung gebracht hat, ist nicht
von der Art, daß das dauernde Festhalten an ihr Erfolg versprechen könnte. Der Faszismus war
ein Notbehelf des Augenblicks; ihn als mehr anzusehen, wäre ein verhängnisvoller Irrtum.

No puede negarse que el fascismo y todas las aspiraciones dictatoriales similares están
colmadas de las mejores intenciones y que su intervención ha salvado la civilidad europea por
el momento. El mérito que el fascismo se ha ganado con ello continuará viviendo para siempre
en la historia. Pero la política, que ha traído salvación momentánea, no es de un tipo tal que el
permanente aferramiento a ella pudiese ser promisorio. El fascismo fue un recurso de
emergencia del momento; verlo como algo más sería un error fatal.

De Grand (1995), p. 47
De Grand (1995), pp. 48-51
Hobsbawm, op. cit. pg. 135
Loco Motive (http://www.snopes.com/history/govern/trains.asp), que niega la realidad del mito,
atribuye una de las formulaciones de la frase en inglés a Montagu y Darling.Railways and dictators:
Germany and Italy between the wars (http://www.york.ac.uk/inst/irs/irshome/features/readings/archive/di
ctators.htm), reproduce artículos de prensa anglosajona de la época uno de los cuales refleja la presión
contra los renuentes trabajadores de los ferrocarriles, calificados de parásitos: «Mussolini “sacked” many
railway employees, giving them allotments and turning them from parasites into producers» (en
«Mussolini and Italy’s railways», artículo de The Railway Gazette, 4 de abril de 1924, pág. 497).
Expresión utilizada en el título de una de las obras de teatro del absurdo: La resistible ascensión de
Arturo Ui, de Bertolt Brecht.
Expansión de los fascismos (https://web.archive.org/web/20080202085627/http://www.artehistoria.jc
yl.es/historia/contextos/3082.htm) en artehistoria
Hobsbawm, op. cit. pg. 128
La expansión de los fascismos (https://web.archive.org/web/20080202085627/http://www.artehistoria.
jcyl.es/historia/contextos/3082.htm) en artehistoria. Para el caso español, Ismael Saz (Tres acotaciones a
propósito del origen, desarrollo y crisis del fascismo español (http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revi
stas/3/REPNE_050_177.pdf) (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial (https://web.archive.org/
web/*/http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/3/REPNE_050_177.pdf) y la última versión (https://web.archive.o
rg/web/2/http://www.cepc.es/rap/Publicaciones/Revistas/3/REPNE_050_177.pdf)).) trata brevemente el asunto,
citando Genio de España.

Ese mismo proceso es el que, muy probablemente, lleva a Giménez Caballero de Marinetti —
su primer contacto directo con el fascismo— a Malaparte, de Milán a Roma, de la modernidad
al agrarismo, de los comuneros al César. Un proceso que, por lo demás, el propio Giménez
Caballero quiso ver seguido por el mismo Mussolini, quien sólo al «romanizarse» habría
llegado a comprender la verdadera misión universal del fascismo.
... asumir el conjunto de aspectos de la ideología fascista que la alejaban de toda
concepción política progresista —elitismo, agrarismo, irracionalismo...

La trágica película Surcos es un ejemplo de cómo la intelectualidad falangista de los años cuarenta y
cincuenta concebía el asunto.
Durham, Martin: Women and Fascism, Routledge 1998, ISBN 0-415-12280-5.
Theweleit, Klaus; Erica Carter, Anson Rabinbach, Chris Turner (Translator), Anson Rabinbach
(1989). Male Fantasies, Volume 2: Male Bodies—Psychoanalyzing the White Terror (Theory and History
of Literature, Volume 23). United States: University of Minnesota Press. ISBN 0-8166-1451-2.
El término eugenesia es utilizado por primera vez por Francis Galton (1883) Inquiries into Human
Faculty and Its Development (Investigaciones sobre las facultades humanas y su desarrollo).
Jan Gross Los vecinos, citado en webislam Obra sobre matanza de judíos divide a Polonia en dos (htt
p://www.webislam.com/?idn=2713).
Malefakis, Delgado y Navaro, Franquismo o fascismo, op. cit.; Umberto Eco Fascismo Eterno, op.
cit.; Antonio Fernández, La Doctrina Fascista, op. cit (las conclusiones racistas que se dedujeron de la
desigualdad de los hombres).
Fascismo eterno, op. cit.
Concepto proveniente de Marcelino Menéndez Pelayo —Historia de los heterodoxos españoles—,
que identificaba lo español y lo ortodoxamente católico. La identificación étnica del cristianismo era la
tradicional en la Edad Media y Edad Moderna: conceptos de cristiano viejo y cristiano nuevo.
Vicenç Navarro «La Gestapo en España» (http://www.memoriacatalunya.org/articles/art10.htm), El
País Cataluña, 26-02-2003. Rodolfo Serrano «En busca del 'gen rojo'. Antonio Vallejo-Nájera dirigió en
1938 un estudio sobre prisioneros de guerra para determinar qué malformación llevaba al marxismo» (htt
p://www.elpais.com/articulo/espana/ESPAnA/SOCIALISMO/GUERRA_CIVIL_ESPAnOLA/COMUNI
SMO/FRANQUISMO/busca/gen/rojo/elpepiesp/19960107elpepinac_22/Tes/), El País, 07/01/1996.
También se refiere al asunto, citando como los psiquiatras involucrados a Antonio Valléjo-Nágera y a
Juan José López Ibor: Beatriz Preciado (2008) Testo yonqui, Madrid: Espasa, véase resumen en el
artículo «Farmacopornografía» (http://www.elpais.com/articulo/reportajes/Farmacopornografia/elpepuso
cdmg/20080127elpdmgrep_7/Tes/), El País, 29 de enero de 2008. No obstante, en el artículo citado de
Rodolfo Serrano, se dice que Valléjo-Nágera, «Ya en la posguerra, desplazó de su cátedra al doctor López
Ibor, al que se le consideraba “poco afecto al régimen”». Véanse citas más extensas en Racismo en
España.
Fotografías de diferentes monumentos fascistas en Roma, entre ellos los del EUR (https://web.archiv
e.org/web/20090630023805/http://www.geocities.com/nihil0x/archtettfasc.htm).
Arendt, Hannah (1998), Los orígenes del totalitarismo, Taurus Ediciones, Grupo Santillana, ISBN 84-
306-0288-7. La edición original es de 1948 y la redacción original es de 1944-1946. Reseña (http://www.
barcelona2004.org/esp/actualidad/biblioteca/biblioteca_selecta/ficha.cfm?lnkBiblioteca=17&txtCategoria
=Todas%20las%20categor%26iacute%3Bas) Archivado (https://web.archive.org/web/20080320062343/h
ttp://www.barcelona2004.org/esp/actualidad/biblioteca/biblioteca_selecta/ficha.cfm?lnkBiblioteca=17&t
xtCategoria=Todas%20las%20categor%26iacute%3Bas) el 20 de marzo de 2008 en la Wayback
Machine. en Biblioteca Forum.
Fromm, Erich (2007) El miedo a la libertad, Paidos ISBN 84-493-0853-4, edición original en 1941
Miguel Artola y Manuel Pérez Ledesma, El fascismo, en El mundo de entreguerras, Historia del
mundo contemporáneo, Madrid, Anaya, ISBN 84-207-3052-1, pág. 317.
Discurso de la Ascensión, 26 de mayo de 1927.
Las expresiones en cursiva son tópicos del discurso falangista, debidos a José Antonio Primo de
Rivera, que toma de diversas fuentes, como la teología católica o el pensamiento de Ortega y Gasset. El
concepto de hombre nuevo es paralelo en su formulación al del hombre nuevo socialista, que según el
marxismo-leninismo carecería de intereses individuales, una vez construido el comunismo perfecto.
José María de Areilza y Fernando María Castiella (1941), Reivindicaciones de España, Madrid:
Instituto de Estudios Políticos, 1941. [5] (https://web.archive.org/web/20080321074817/http://www.smar
a.org/sbiblio_recomendados.html). Véase más extenso en Nacionalismo español#El Franquismo.
Encíclica Non abbiamo bisogno: acerca del fascismo y la acción católica, en vatican.va (http://www.
vatican.va/holy_father/pius_xi/encyclicals/documents/hf_p-xi_enc_19310629_non-abbiamo-bisogno_sp.
html)
«Pío XI se opuso a Hitler y Mussolini, según archivos secretos del Vaticano» (http://www.abc.es/hem
eroteca/historico-20-09-2006/Internacional/pio-xi-se-opuso-a-hitler-y-mussolini-segun-archivos-secretos-
del-vaticano_1423385261512.html), ABC, 20-9-2006.
Encíclica Mit brennender Sorge: sobre la situación de la Iglesia Católica en el Reich alemán en
vatican.va (español)
Rhodes, Anthony. Vatican in the Age of the Dictators, 1922-1945. pg. 202–210. ISBN 0-340-02394-5.
Vidmar, John: The Catholic Church Through the Ages, pg. 254. Paulist Press, 2005. ISBN 0-8091-
4234-1.
ARTEHISTORIA - Grandes Batallas - Ficha Pío XII (https://web.archive.org/web/20080321030017/h
ttp://www.artehistoria.jcyl.es/batallas/contextos/4889.htm)

la representación de Pío XII como un papa indiferente a la suerte de las víctimas del nazismo,
los polacos y sobre todo los judíos, o incluso como «el papa de Hitler», es un ultraje sin
fundamento histórico, que fue difundido y sostenido por los soviéticos y por sus colaboradores
en las democracias europeas durante la guerra fría.
Tarcisio Bertone (secretario de Estado vaticano), citado en «El papa defiende a Pío XII y critica
el antisemitismo. El Vaticano avanza a velocidad de crucero en la beatificación de Pacelli» (htt
p://www.elpais.com/articulo/sociedad/Papa/defiende/Pio/XII/critica/antisemitismo/elpepisoc/2
0081110elpepisoc_5/Tes), El País, 11 de noviembre de 2008

El Papa no visitará Israel mientras no se suprima una frase sobre Pío XII en el Museo del
Holocausto. Un epígrafe en el museo cuestiona la conducta del Vaticano ante el exterminio nazi (http://w
ww.elpais.com/articulo/sociedad/Papa/visitara/Israel/mientras/suprima/frase/Pio/XII/Museo/Holocausto/e
lpepusoc/20081018elpepusoc_2/Tes), El País, 18 de octubre de 2008
Michel Faure Sur la piste des derniers nazis (http://www.lexpress.fr/actualite/monde/amerique/sur-la-
piste-des-derniers-nazis_493214.html) L'Express, 09/04/1998. Traducido aquí (http://didattica.spbo.unib
o.it/pais/bonaldi/cipputi/cipputi/Sobre%20la%20pista%20de%20los%20%FAltimos%20nazis%20en%20
Argentina%20Parte%20II.htm) (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial (https://web.archive.or
g/web/*/http://didattica.spbo.unibo.it/pais/bonaldi/cipputi/cipputi/Sobre%20la%20pista%20de%20los%20%FAltimos%
20nazis%20en%20Argentina%20Parte%20II.htm) y la última versión (https://web.archive.org/web/2/http://didattica.spb
o.unibo.it/pais/bonaldi/cipputi/cipputi/Sobre%20la%20pista%20de%20los%20%FAltimos%20nazis%20en%20Argentin
a%20Parte%20II.htm)). al castellano.
El cardenal Karl Lehmann presentó el día 8 de abril de 2008 en Maguncia un informe encargado al
historiador Karl-Joseph Hummel. Juan Gómez La Iglesia empleó a 6.000 judíos esclavos en el nazismo
(http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Iglesia/empleo/6000/judios/esclavos/nazismo/elpepusoc/20080
409elpepisoc_7/Tes), El País, 09/04/2008.
Noticia en el diario Clarín (http://www.clarin.com/diario/1998/03/17/i-03001d.htm). Reflexión crítica
de Francisco Umbral (http://www.elmundo.es/1998/03/18/ultima/18N0118.html).
Nosotros recordamos: una reflexión sobre la Shoah (16 de marzo de 1998) (http://www.vatican.va/ro
man_curia/pontifical_councils/chrstuni/documents/rc_pc_chrstuni_doc_16031998_shoah_sp.html)
«Texto en español de la Declaración de Barmen de 1934» (https://web.archive.org/web/20131202224
143/http://www.lareconciliacion.cl/spanisch2/ielch/DECLARACIONBARMEN.pdf). Archivado desde el
original (http://www.lareconciliacion.cl/spanisch2/ielch/DECLARACIONBARMEN.pdf) el 2 de
diciembre de 2013. Consultado el 25 de noviembre de 2013.
Martin Niemöller, Sermón en la Semana Santa de 1946 en Kaiserslautern (Alemania): ¿Qué hubiera
dicho Jesucristo?.
A History of Fascism 1914-1945, Stanley G. Payne, University of Wisconsin Press, 1995. pág. 81
De Corso, G. (2015). La política económica del fascism Italiano desde 1922 hasta 1943: breves
consideraciones para su comprensión. tiempo y economía, 2(2), 51
Benito Mussolini, discurso ante la Cámara de 3 de enero de 1925. Una paráfrasis de este discurso se
hizo en el parlamento español por José Calvo Sotelo (él mismo luego asesinado): si ser fascista es.... yo
me declaro fascista.
Volpi, un oscuro aventurero, hizo fortuna como importador de tabaco de Montenegro y se instaló
como industrial en la naciente industria de generación eléctrica (Società Adriatica di Elettricità). Se
adhirió pronto al fascismo (1922) y fue gobernador de Tripolitania. Los anteriores presidentes habían
sido destacados miembros de la burguesía industrial italiana: Antonio Stefano Benni (1923–1934), de la
naciente industria electromecánica, que destacó por su colaboración con la implantación del régimen
fascista, y Alberto Pirelli (1934), de la casa Pirelli.
Il comunista in camicia nera, Nicola Bombacci tra Lenin e Mussolini - Petacco Arrigo - Mondadori -
1997; Il Fascismo immenso e rosso - Giano Accame - Settimo Sigillo - 1990; Fascisti rossi Paolo
Buchignani - Mondadori - 1998; Il fascismo di sinistra. Da Piazza San Sepolcro al Congresso di Verona -
L. L. Rimbotti - Settimo Sigillo - 1989; Ciao, rossa Salò. Il crepuscolo libertario e socializzatore di
Mussolini ultimo - E. Landolfi - Edizioni dell'Oleandro - 1996; Claudio Schwarzenberg, Il sindacalismo
fascista, collana:problemi di storia. Mursia,Milano.1972.
en Historia del Siglo XX (The Age of Extremes. The short twentieth century 1914-1991), 1995,
Barcelona: Crítica. ISBN 84-7423-712-2 pg.119
Expansión de los fascismos (https://web.archive.org/web/20080202085627/http://www.artehistoria.jc
yl.es/historia/contextos/3082.htm), en artehistoria.
Payne, Stanley G (1995) Historia del fascismo, Barcelona: Planeta. ISBN 84-08-01470-6 Un resumen
del libro (https://archive.is/20120628230130/personales.ya.com/rpmg/cga/libcomhis/node95.html).
Finchelstein, Federico (2008). La Argentina fascista: Los orígenes ideológicos de la dictadura.
Buenos Aires: Sudamericana. ISBN 9789500729345.
Trinidade, Helgio (noviembre-diciembre 1982). «El tema del fascismo en América Latina» (https://di
alnet.unirioja.es/descarga/articulo/26721.pdf). Revista de Estudios Políticos (España) (50): 111-141.
ISSN 0048-7694 (https://issn.org/resource/issn/0048-7694).
Mayer, Mirko Edgardo (noviembre de 2010). «Peronismo y fascismo, una asociacion problemática»
(http://redesperonismo.org/archivos/CD2/Mayer.pdf). II Congreso de Estudios sobre el Peronismo: 1943-
1976. Universidad Nacional de Tres de Febrero.
Zea, Leopoldo (ene-mar 1976). «Fascismo dependiente en América Latina». Nueva Política (México:
Fondo de Cultura Económica) (1): 147-152.
Dos Santos, Teothonio (ene-mar 1977). «Socialismo y fascismo en América Latina hoy». Revista
Mexicana de Sociología (México) (1): 181-182.
Cueva, Agustín (ene-mar 1976). «La fascistización de América Latina». Nueva Política (México:
Fondo de Cultura Económica) (1): 156-157.
Zavaleta Mercado, René (ene-mar 1979). «Nota sobre fascismo, dictadura y coyuntura de
disolución». Revista Mexicana de Sociología (México) (1): 83-85.
López de la Torre, Carlos Fernando (2017). «El 'núcleo duro' de los fascismos periféricos en América
Latina» (https://journals.openedition.org/nuevomundo/71337). Nuevo Mundo Mundos Nuevos. Sesión 6.
Consultado el 27 de noviembre de 2018..
Trindade, Helgio (noviembre-diciembre 1982). «El tema de fascismo en América Latina» (https://dial
net.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=26721). Revista de Estudios Políticos (Madrid) (30): 111-141.
ISSN 0048-7694 (https://issn.org/resource/issn/0048-7694).
Comblin, Joseph (1977). Le pouvoir militaire en Amerique latine : l'ideologie de la securite
nationale. París: J.-P. Delarge. ISBN 2711300625.
García, Alicia (1991). La doctrina de la seguridad nacional. 1 y 2. Buenos Aires: Centro Editor de
América Latina.
«Entrevista a Friedrich Hayek». El Mercurio (Chile). 12 de abril de 1981. «Mi preferencia personal se
inclina a una dictadura liberal y no a un gobierno democrático donde todo liberalismo esté ausente.»
Javier García (1999) Qué es el fascismo y cómo combatirlo (https://web.archive.org/web/2014122611
4313/http://marxismo.org/?q=node%2F118), en una clasificación que sigue una metodología propia del
materialista histórico, incluye como dictadura burguesa o bonapartismo a las dictaduras militares
latinoamericanas, aunque las presenta como un caso que las supera y se presenta más cercano al
fascismo, porque sin dejar de ser dictaduras, emplearon métodos propios del fascismo: el aniquilamiento
físico de la vanguardia obrera y, por tanto, la destrucción del movimiento obrero organizado.
Pichardo, Franklin Franco (2001). «La ideología de la dictadura de Trujillo» (https://journals.iai.spk-b
erlin.de/index.php/iberoamericana/article/download/428/113). Revista Iberoamericana (República
Dominicana) I (3): 129-133. ISSN 0034-9631 (https://issn.org/resource/issn/0034-9631).
Luna, David (septiembre-octubre 1969). «Análisis de una dictadura fascista latinoamericana,
Maximiliano Hernandez Martinez, 1931-1944». La Universidad (San Salvador) (5): 106-126.
Ferrero Blanco, Mª Dolores (2010). La Nicaragua de los Somoza 1936-1979. España: Servicio de
Publicaciones de la Universidad de Huelva. ISBN 978-84-16621-44-6.
Roberto Chiarini: The ‘Movimento Sociale Italiano': A Historical Profile en Neo-Fascism in Europe;
Betz, Radical Right Wing Populism in Western Europe, p 41; Stefano Marsiglia, Collettivo Malatempora.
Fini. Una storia nera. 2004. ISBN 88-8425-040-4; Dalle catacombe al governo. Storia della classe
dirigente di destra (http://www.lastoriasiamonoi.rai.it/puntata.aspx?id=384&) Archivado (https://web.arc
hive.org/web/20071129223706/http://www.lastoriasiamonoi.rai.it/puntata.aspx?id=384&) el 29 de
noviembre de 2007 en la Wayback Machine., en La storia siamo noi de Giovanni Minoli.
FYI France Resource List: "The Front National" (http://www.fyifrance.com/fnind.htm), extensiva
recopilación de fuentes de todo tipo sobre el Frente Nacional. International Commission of Historians
(1993) The Waldheim Report Copenhagen: Museum Tusculanum, University of Copenhagen, 224 págs.
ISBN 87-7289-206-4. Joerg Haider: The Rise of an Austrian Extreme Rightist (http://www.adl.org/backg
rounders/joerg_haider.asp) Archivado (https://web.archive.org/web/20080410042306/http://www.adl.org/
backgrounders/joerg_haider.asp) el 10 de abril de 2008 en la Wayback Machine., en ADL, actualizado a
9 de marzo de 2004. «Pim Fortuyn, la meteórica carrera de un político populista y xenófobo» (http://ww
w.elmundo.es/elmundo/2003/04/15/internacional/1050398713.html) Perfil aparecido en El Mundo tras su
asesinato.«Cinco años sin Pim Fortuyn» (http://findesemana.libertaddigital.com/articulo.php/127623364
6), de Bruce Bawer, en Libertad Digital, 21-07-2007.
Qué es el neofascimos (https://elpais.com/elpais/2018/10/28/opinion/1540727395_714405.html), El
País, 29 de octubre de 2018
Finchelstein, Federico (2018). Del fascismo al populismo en la historia (https://www.megustaleer.co
m.ar/libros/del-fascismo-al-populismo-en-la-historia/MAR-014445). Taurus. ISBN 9789877370331.
Consultado el 31 de mayo de 2018.
«La Guerra Civil Española ,70 años después» (http://www.elmundo.es/especiales/2006/07/espana/gue
rracivil/hist_lodoli.html).
Cultura neofascista (en italiano) (http://www.ilgiornale.it/cultura/quei_nostalgici_che_non_si_rassegn
ano_tramonto_idee/26-03-2012/articolo-id=579466-page=0-comments=1)
R. A. Wallace y A. Wolf: Contemporary Sociological Theory: Continuing the Classical Tradition
(pág. 116). Tercera edición, 1991. (La palabra compuesta en alemán utilizada por Habermas era
Linksfaschismus).
«Left-wing fascism: an intellectual disorder» (http://www.frontpagemag.com/Articles/Printable.asp?I
D=4087). Un ejemplo de uso con motivo de varios boicoteos a conferencias en las universidades
españolas «El campus donde no se deja hablar» (http://www.elpais.com/articulo/sociedad/campus/deja/ha
blar/elpepusoc/20080223elpepisoc_1/Tes), en El País, 23 de febrero de 2008: «Antonio Elorza,
organizador de la conferencia de Rosa Díez: “Es fascismo rojo”».
«Estado Islámico es el nuevo fascismo.» (https://web.archive.org/web/20150115152022/http://www.el
pais.com.uy/mundo/islamico-fascismo-siglo-xxi-oscurantismo.html). Archivado desde el original (http://
www.elpais.com.uy/mundo/islamico-fascismo-siglo-xxi-oscurantismo.html) el 15 de enero de 2015.
Consultado el 19 de julio de 2017.
Dorothee Sölle, una teóloga comprometida socialmente, en su libro Beyond mere obedience:
reflections on a christian ethic for the future de 1970. Dorothee Sölle (1970). Beyond mere obedience:
reflections on a christian ethic for the future (http://books.google.com/books?id=zbeCGwAACAAJ&dq).
Mineápolis: Augsburg Publishing House. Confessing Christ in a post-christendom context. (https://web.a
rchive.org/web/20110811202628/http://www.highbeam.com/doc/1G1-66279081.html). The Ecumenical
Review. 1 de julio de 2000. Archivado desde el original (http://www.highbeam.com/doc/1G1-66279081.
html) el 11 de agosto de 2011. Consultado el 23 de diciembre de 2007. ««... shall we say this, represent
this, live this, without seeming to endorse the kind of christomonism Dorothee Solle called it
“Christofascism”!» (‘¿podremos decirlo, representarlo, vivirlo, sin parecer que estamos cayendo en la
clase de cristo-monismo que Dorothee Solle llamaba cristofascismo?’)».
Pinnock, Sarah K. The Theology of Dorothee Soelle (http://books.google.com/books?hl=en&id=56_V
viorwEsC&dq). Trinity Press International. ISBN 1563384043. «...of establishing a dubious moral
superiority to justify organized violence on a massive scale, a perversion of Christianity she called
Christofascism» (‘de establecer una dudosa superioridad moral para justificar la violencia organizada en
una escala masiva, una perversión de la cristiandad que ella llamaba cristofascismo’)».
Josep Ramoneda, La construcción cultural del fascismo (http://www.elpais.com/articulo/opinion/cons
truccion/cultural/fascismo/elpepuopi/20101117elpepiopi_12/Tes), en El País, 17/11/2010.
'La tercera vía' -La teoría marxista-leninista y la moderna sociedad industrial', Ota Šik, FCE,
1977. ISBN 84-375-0111-3

Bibliografía
BRACHER, Karl Dietrich: La dictadura alemana (Colonia, 1969). Madrid: Alianza, 1973.
Borón, Atilio (2003). «El fascismo como categoría histórica: en torno al problema de las
dictaduras en América Latina» (http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20100529014903/3
capituloI.pdf). Estado, capitalismo y democracia en América Latina. Buenos Aires:
CLACSO. ISBN 950-9231-88-6.
DE FELICE, Renzo: Intervista sul fascismo (Bari, 1975). Roma-Bari: Laterza, 1997.
DE FELICE, Renzo: Le interpretazioni del fascismo. Roma-Bari: Laterza, 1997 (Bari, 1969)
EATWELL, Roger: Fascismo. Verso un modello generale. Roma: Antonio Pellicani, 1999.
GENTILE, Emilio: Fascismo. Historia e interpretación (Roma-Bari, 2003). Madrid: Alianza,
2004.
GREGOR, James A.: Italian fascism and developmental dictatorship. Princeton: Princeton
University Press, 1979.
GRIFFIN, Roger (ed.): Fascism. Oxford-Nueva York: Oxford University Press, 1995.
HAINSWORTH, Paul (ed): The Politics of the Extreme Right, Londres-Nueva York: Pinter,
2000. ISBN 1-85567-459-9.
LAQUEUR, Walter: Fascism. Present, Past, Future. Oxford-Nueva York: Oxford University
Press, 1996.
LINZ, Juan, “Some Notes Toward a Comparative Study of Fascism in Sociological Historical
Perspective”, en Walter Laqueur (ed.): Fascism. A Reader’s Guide. Berkeley - Los Ángeles:
University of California Press, 1976, págs. 3-121.
MOSSE, George: La nacionalización de las masas (Nueva York, 1974). Madrid: Marcial
Pons, 2005.
MOSSE, George: The Fascist Revolution. Toward a General Theory of Fascism. Nueva York:
Howard Fertig, 1999.
NAVARRO GISBERT, José Antonio: ¿Por qué fracasó la Segunda República?. Barcelona:
Áltera, 2005. ISBN 84-89779-92-9.
NOLTE, Ernst: Il fascismo nella sua época. I tre volti del fascismo (Múnich, 1963). Milán:
SugarCo, 1993.
PAYNE, Stanley G.: El fascismo (Madison, 1980, y Madrid: Alianza, 1984). Madrid: Planeta,
1995 (B). ISBN 84-08-01470-6.
PAYNE, Stanley G.: La primera democracia española. La II República. 1931-1936.
Barcelona: Paidós, 1995. ISBN 84-493-0128-9.
PAYNE, Stanley G.: Franco y José Antonio. El extraño caso del fascismo español.
Barcelona: Planeta, 1997.
POULANTZAS, Nicos: Fascismo y dictadura (París, 1970). México: Siglo XXI, 1998.
PRESTON, Paul: Las derechas españolas en el siglo XX: autoritarismo, fascismo y golpismo.
Madrid: Sistema, 1986. ISBN 84-86497-01-9.
RHODES, Anthony: The Vatican in the Age of the Dictators (1922–1945). Holt, Rinehart and
Winston, 1973. ISBN 0-340-02394-5.
RODRÍGUEZ ARAUJO, Octavio: Derechas y ultraderechas en el mundo. México: Siglo XXI,
2004. ISBN 968-23-2519-6
SAVARINO, Franco: «La ideología del fascismo entre pasado y presente», en F. Savarino, G.
Vera, A. Pinet y P. Quintino (coords.): Diálogos entre la historia social y la historia cultural.
México, INAH-AHCALC, 2005, págs. 253-272.
STERNHELL, Zeev: «Fascist ideology», en Walter LAQUEUR (ed.): Fascism, a reader’s
guide (págs. 315-376). Berkeley: University of California Press, 1976.
STERNHELL, Zeev: El nacimiento de la ideología fascista (París, 1989). Madrid: Siglo XXI,
1994.
TANNENBAUM, Edward R.: La experiencia fascista. Sociedad y cultura en Italia (1922-1945)
[1972]. Madrid: Alianza, 1975.
TARCHI, Marco: Fascismo. Teorie, interpretazioni e modelli. Roma-Bari, Laterza, 2003.
TASCA, Angelo: El nacimiento del fascismo. Barcelona: Crítica, 2001.
THOMAS, Hugh: La Guerra Civil Española. Barcelona: Grijalbo, 1976. ISBN 84-253-0694-9.
TRAVERSO, Enzo: La violencia nazi. Una genealogía europea, Argentina: Fondo de Cultura
Económica, 2002. ISBN 950-557-548-3
TUSELL, Javier: Historia de España en el siglo XX (II. La crisis de los años treinta: República
y Guerra Civil). Madrid: Taurus, 1999.
WOOLF, S. J. et al.: La naturaleza del fascismo (Londres, 1968). México: Grijalbo, 1974.
DLE, Diccionario de la real academia española. http://dle.rae.es/?id=HexsYGC

Enlaces externos
Wikiquote alberga frases célebres de o sobre Fascismo.

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Fascismo&oldid=123971009»

Esta página se editó por última vez el 3 mar 2020 a las 00:42.

El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; pueden aplicarse
cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.

También podría gustarte

  • Tiza
    Tiza
    Documento2 páginas
    Tiza
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Tinte
    Tinte
    Documento2 páginas
    Tinte
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Pezón
    Pezón
    Documento3 páginas
    Pezón
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Corchorus Capsularis
    Corchorus Capsularis
    Documento4 páginas
    Corchorus Capsularis
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Timo
    Timo
    Documento4 páginas
    Timo
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Proactividad
    Proactividad
    Documento3 páginas
    Proactividad
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Pito Castellano
    Pito Castellano
    Documento2 páginas
    Pito Castellano
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Jūjutsu
    Jūjutsu
    Documento10 páginas
    Jūjutsu
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Patinete Eléctrico
    Patinete Eléctrico
    Documento6 páginas
    Patinete Eléctrico
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Dysphania Ambrosioides
    Dysphania Ambrosioides
    Documento8 páginas
    Dysphania Ambrosioides
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Happening
    Happening
    Documento5 páginas
    Happening
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • A Pedir Su Mano
    A Pedir Su Mano
    Documento2 páginas
    A Pedir Su Mano
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Manga de Agua
    Manga de Agua
    Documento2 páginas
    Manga de Agua
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Glen o Glenda
    Glen o Glenda
    Documento3 páginas
    Glen o Glenda
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Taekwondo
    Taekwondo
    Documento27 páginas
    Taekwondo
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Tono (Color)
    Tono (Color)
    Documento2 páginas
    Tono (Color)
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Ritmo
    Ritmo
    Documento16 páginas
    Ritmo
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Cine B
    Cine B
    Documento6 páginas
    Cine B
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Ed Wood
    Ed Wood
    Documento5 páginas
    Ed Wood
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Taller Libros de Artista
    Taller Libros de Artista
    Documento1 página
    Taller Libros de Artista
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Carta Cambio de Título Tesis D Gonzalez
    Carta Cambio de Título Tesis D Gonzalez
    Documento1 página
    Carta Cambio de Título Tesis D Gonzalez
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones
  • Obstetricia y Ginecología
    Obstetricia y Ginecología
    Documento3 páginas
    Obstetricia y Ginecología
    Danny González Cueto
    Aún no hay calificaciones