Utilizar HTML es bastante más sencillo de lo que muchas personas consideran.
Comienza abriendo un documento HTML a través de cualquier programa de edición de textos, y al momento de guardar el archivo como una página web es necesario usar la extensión ".html"; así mismo es probable que el programa te realice una advertencia de que se convertirá en un "texto sin formato". Es importante que tomes en cuenta que no existe una diferencia entre ".html" y ".htm".
El siguiente paso es observar tu creación en un navegador de internet. Al guardar el
documento en blanco, lo abres con un navegador –haciendo doble click en el archivo- y debe ingresar como una página en blanco, a medida que edites el documento puedes ver el progreso en la página. No es necesario tener internet para esto ya que nadie puede ingresar al archivo, es solamente para leer el documento HTML. Posteriormente, el paso más importante es la extensión de las etiquetas de marcas. Principalmente debes saber que éstas no aparecerán en tu página web como texto, en cambio, son las que le indican al navegador como exponer el contenido y la página. La etiqueta inicial contiene instrucciones, por ejemplo, mostrar el texto en negritas. Escribe tu propia etiqueta, comenzando con una etiqueta < html> y terminando con una < /html> (sin espacios); esto le indica al navegador que todo contenido que esté entre esas etiquetas se encuentra en HTML. De ahí en adelante se deben añadir diversas etiquetas que determinan el encabezado, el cuerpo y el contenido de la página web. En el caso del texto, el mismo puede ser agregado en varios estilos.