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Sistema muscular

El sistema muscular está formado por el conjunto de músculos esqueléticos, cuya


misión es el movimiento del cuerpo. Junto con los huesos constituye el aparato loco-
motor, del cual es la parte activa, puesto que los músculos son los responsables de
los movimientos de los huesos. Así pues, el movimiento se realiza por la acción
conjunta y coordinada de los huesos y los músculos, que responde a órdenes que
recibe del sistema nervioso y el sistema endocrino, produciendo movimientos
voluntarios.
Los músculos son elementos traductores que convierten la energía química en
energía eléctrica, térmica o mecánica útil. Los músculos tienen diferentes formas y
tamaños, y difieren en las fuerzas que pueden ejercer y en la velocidad de su acción.
Además, sus propiedades cambian con la edad, su medio ambiente y la actividad
que desarrolla.

Clasificación macroscópica morfo funcional de los músculos esqueléticos.


Estructura de los músculos esqueléticos

Un músculo esquelético es un órgano


formado por células musculares
esqueléticas y por tejido conectivo. Este
último es esencial para la transmisión de
la fuerza generada por las células
musculares al esqueleto. El tejido
conectivo reviste cada célula muscular
formando una envoltura denominada “endomisio”. Las células musculares se
agrupan en haces o fascículos rodeados a su vez de una cubierta conectiva
denominada “perimisio”, y el músculo entero dispone de una envoltura gruesa
llamada “epimisio”. Estas cubiertas de tejido conectivo se pueden continuar con el
tejido fibroso que forma los tendones, que constituyen el anclaje del músculo al
hueso.

Funciones de los músculos

Los músculos esqueléticos se contraen en respuesta a impulsos nerviosos que


viajan por nervios motores que terminan en los músculos, formando lo que se conoce
como “unión neuromuscular” o “placa motora”. Las principales funciones del sistema
muscular son la locomoción, la producción de calor, el mantenimiento de la postura,
etc. La propiedad fisiológica básica del tejido muscular, y que caracteriza su función,
es la contractilidad, pero además tiene otras tres propiedades: excitabilidad
(capacidad de recibir y responder a un estímulo); extensibilidad (capacidad para ser
estirado) y elasticidad o propiedad por la que vuelve a su estado original después de
ser estirado o contraído. La contractilidad depende del componente muscular y es
responsable de las funciones de movimiento, presión y fuerza. La excitabilidad es
debida a la presencia de estructuras neuromusculares especiales en la membrana
de la célula muscular o fibras musculares, la placa motora. La extensibilidad y
elasticidad depeden del componente conjuntivo, que es el responsable, por una
parte, de proteger, individualizar y recubrir las estructuras contráctiles, y por otra de
proporcionar las propiedades elásticas y mecánicas del tejido.

Estructura molecular de los miofilamentos

Formando parte de cada miofibrilla hay


miles de miofilamentos (finos y gruesos) y
su comprensión ha permitido descubrir el
mecanismo de la contracción de las fibras
musculares.
El esqueleto del miofilamento fino está
compuesto por una proteína denominada
“actina”. una proteína globular que
cuando se encuentra aislada recibe el
nombre de “actina G” (figura 4.5). Estas moléculas de actina G se polimerizan en
número de hasta 400, para formar dos hileras fibrosas o cadenas trenzadas entre sí
(se arrollan una alrededor de la otra), dando lugar a la actina fibrilar o “actina F”. En
los surcos de la hélice de la actina F se sitúa una proteína fibrosa, la “tropomiosina”
(Tm), y cada
molécula de ésta ocupa siete monómeros de actina. Cerca del extremo de la
tropomiosina se encuentra un complejo proteico, llamado “troponina” (Tn) formado
por tres subunidades: “troponina C”, capaz de unir iones calcio; “troponina T” que se
une a la tropomiosina; y “troponina I” que tiene una función inhibidora o bloqueadora
sobre la actina. La proporción en el filamento fino de cada una de estas proteínas es
es decir, cada 7 monómeros de actina hay una molécula de tropomiosina y un
complejo de troponina.
Cada molécula de miosina está formada por dos cadenas polipeptídicas enrolladas
entre sí, y tiene una forma aproximada a un palo de golf o bastón. Las moléculas de
miosina están agrupadas de tal forma que las colas quedan en el centro de los
miofilamentos y se extienden en las dos direcciones, dejando en el centro del
filamento una zona carente de cabezas. Cada cabeza de la miosina contiene dos
regiones para su unión con la molécula de actina, y dos con actividad enzimática
para hidrolizar el ATP. Además de la miosina, en el filamento grueso también se
localizan otras proteínas: C, H y X, que forman anillos alrededor de los haces de
miosina, manteniéndolos en una posición fija; y la miomesina, situada en la línea M,
que mantiene la alineación de los filamentos gruesos.

Mecanismo general de contracción muscular

El inicio y la ejecución de la contracción


muscular se producen en las siguientes
etapas secuenciales (Dirksen RT) :
1. Un potencial de acción viaja a lo largo de
una fibra motora hasta sus terminales sobre
las fibras musculares.
2. En cada terminal, el nervio secreta una
pequeña cantidad de la sustancia neurotransmisora acetilcolina.
3. La acetilcolina actúa en una zona local de la membrana de la fibra muscular para
abrir múltiples canales de ca - tiones «activados por acetilcolina» a través de
moléculas proteicas que flotan en la membrana.
4. La apertura de los canales activados por acetilcolina permite que grandes
cantidades de iones sodio difundan hacia el interior de la membrana de la fibra
muscular. Esto provoca una despolarización local que, a su vez, conduce a la
apertura de los canales de sodio activados por voltaje. Esto inicia un potencial de
acción en la membrana.
5. El potencial de acción viaja a lo largo de la membrana de la fibra muscular de la
misma manera que los potenciales de acción viajan a lo largo de las membranas de
las fibras nerviosas.
6. El potencial de acción despolariza la membrana muscular, y buena parte de la
electricidad del potencial de acción fluye a través del centro de la fibra muscular,
donde hace que el retículo sarcoplásmico libere grandes cantidades de iones calcio
que se han almacenado en el interior de este retículo.
7. Los iones calcio inician fuerzas de atracción entre los fila - mentos de actina y
miosina, haciendo que se deslicen unos sobre otros en sentido longitudinal, lo que
constituye el proceso contráctil.
8. Después de una fracción de segundo los iones calcio son bombeados de nuevo
hacia el retículo sarcoplásmico por una bomba de Ca++ de la membrana y
permanecen almacenados en el retículo hasta que llega un nuevo potencial de
acción muscular; esta retirada de los iones calcio desde las miofibrillas hace que
cese la contracción muscular.

Tipos y propiedades de las fibras musculares

Existen diferentes tipos de músculos, que están adaptados para llevar a cabo
funciones diferentes. Desde el punto de vista macroscópico se pueden diferenciar
por su coloración dos tipos: rojos y blancos
ATP como fuente de energía para la contracción: fenómenos químicos en el
movimiento de las cabezas de miosina

Cuando se contrae el músculo, se realiza un trabajo y es necesaria energía. Durante


el proceso de contracción se escinden grandes cantidades de ATP para formar ADP;
cuanto mayor sea la magnitud del trabajo que realiza el músculo, mayor será la
cantidad de ATP que se escinde, lo que se denomina efecto Fenn (Gordon AM). Se
piensa que esto se produce por medio de la siguiente secuencia de acontecimientos:
1. Antes de que comience la
contracción, las cabezas de
los puentes cruzados se
unen al ATP. La actividad
ATPasa de la cabeza de
miosina escinde
inmediatamente el ATP,
aunque deja los productos
de la escisión, el ADP y el
ion fosfato, unidos a la
cabeza. En este estado la conformación de la cabeza es tal que se extiende
perpendicularmente hacia el filamento de actina, pero todavía no está unida a ella.
2. Cuando el complejo troponina-tropomiosina se une a los iones calcio quedan al
descubierto los puntos activos del filamento de actina, y entonces las cabezas de
miosina se unen a ellos.
3. El enlace entre la cabeza del puente cruzado y el punto activo del filamento de
actina produce un cambio conformacional de la cabeza, lo que hace que la cabeza
se desplace hacia el brazo del puente cruzado. Esto proporciona el golpe activo para
tirar del filamento de actina. La energía que activa el golpe activo es la energía que
ya se ha almacenado, como un muelle «comprimido» por el cambio conformacional
que se había producido previamente en la cabeza cuando se escindió la molécula de
ATP.
4. Una vez que se desplaza la cabeza del puente cruzado, esto permite la liberación
del ADP y el ion fosfato que previamente estaban unidos a la cabeza. En el punto de
liberación del ADP se une una nueva molécula de ATP. Esta unión de una nueva
molécula de ATP hace que la cabeza se separe de la actina.
5. Después de que la cabeza se haya separado de la actina, se escinde la nueva
molécula de ATP para comenzar el ciclo siguiente, dando lugar a un nuevo golpe
activo. Es decir, la energía una vez más «comprime» la cabeza de nuevo a su
situación perpendicular, dispuesta para comenzar el nuevo ciclo de golpe activo.
6. Cuando la cabeza comprimida (con su energía almacenada procedente del ATP
escindido) se une a un nuevo punto activo del filamento de actina, se estira y una
vez más proporciona un nuevo golpe activo.

Sistemas energéticos

Para que un músculo realice un trabajo, deberá contraerse (acortarse) deslizando


sus filamentos de miosina sobre la actina. El resultado de ello es el movimiento de
las articulaciones. Esto exige energía necesaria para la actividad muscular y que se
encuentra acumulada en forma de energía química en unos compuestos de fosfato,
en el trifosfato de adenosina ATP. La ruptura de un enlace de este compuesto
proporciona al músculo una gran cantidad de energía, transformándose en ADP
(adenosin difosfato). ATP ⇔ ADP + ENERGÍA.
Sin embargo, el ATP almacenado en el músculo es limitado y sólo suministraría
energía durante 1 o 2 segundos antes de agotarse, pero este ATP es regenerado
inmediatamente por tres vías:
 Anaeróbica aláctica o sistema de los fosfágeno, es decir, conversión de las
reservas de alta energía de la forma de fosfocreatina (PC) y ATP.
 Anaeróbica láctica. Generación de ATP mediante glucólisis anaeróbica.
 Aeróbica o sistema oxidativo: Metabolismo oxidativo del acetil-CoA.

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