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Anima significa alma en latín; en la psicología analítica de C.G. Jung, alude a “las
imágenes arquetípicas de lo eterno femenino en el inconsciente de un hombre, que
forman un vínculo entre la consciencia del yo y el inconsciente colectivo, abriendo
potencialmente una vía hacia el Sí mismo”.
El anima es el aspecto femenino interno del hombre a nivel del complejo personal
pero también es el arquetipo de la vida misma, a nivel colectivo. El anima es un
factor inconsciente encarnado en cada niño, y es responsable del mecanismo de
proyección. Inicialmente identificada con la madre personal, el anima se vivencia más
tarde no sólo en otras mujeres, sino también como una penetrante influencia en la
vida de un hombre. El anima se personifica en los sueños a través de imágenes de
mujeres que van desde seductoras hasta guías espirituales, pueden ser luminosas u
oscuras, virginales o abiertamente sexuales, una fuente de sabiduría, una musa o bien
una mujer fatal seduciendo al hombre hacia su perdición. Puede expresarse como una
mujer joven, espontánea, seductora o intuitiva, como una mujer malvada o como la
madre tierra. Usualmente se le asocia con una emocionalidad profunda y con la fuerza
de la vida misma.
Dentro de la propia psique del hombre, el anima funciona como su alma (no en el
sentido dogmático ni teológico, sino natural), influyendo en sus ideas, actitudes y
emociones. Cuando alguien dice “no puedo dejar a esa mujer aunque querría hacerlo”
ello se debe al anima. En cierta manera el ánima representa una imagen viva del alma
y los contenidos espirituales de la persona, por lo cual se siente enteramente
dependiente de ella. Esto tiene también consecuencias a la hora de suscitar pasiones
irreprimibles y fatales, tal como explica Robert Graves quien presenta la antigua
figura de la Diosa Blanca con las características de un anima universal, misma que
típicamente se representa en la imagen de una mujer blanca desnuda.
Para Jung, la Máscara hace de intermediario con el mundo social y el anima con el
mundo interior. De hecho, el ánima de un hombre es compensatoria de la máscara o
persona. En otras palabras, el carácter del anima generalmente puede deducirse del
de la persona; todas aquellas cualidades ausentes en la actitud externa, serán
encontradas en el interior (p.ej. El tirano es externamente despiadado y cruel pero
internamente vive atormentado por malos sueños, oscuros presentimientos, temores
internos, es decir, su anima le hace vivir estados de ánimo que lo hacen sentir el más
débil e impresionable de los hombres, ergo, humanizándolo y compensando su actitud
externa. Si la persona es intelectual, el anima sera intelectual.
CUARTA ETAPA: Sofía, la sapientia o la sabiduría que trasciende, incluso lo más alto y
puro, muestra la espiritualización de Helena o la manifestación de Eros como tal.
Sería el eterno femenino y grado máximo de desarrollo del Anima. Es la Sophia
gnóstica o la Sulamita del Cantar de los Cantares de Salomón. Es un nivel difícil de
alcanzar.
Cuando se reprime de tal modo el anima, tal vez por fuera se desepeñá un papel
afectivo y vigoroso, pero por dentro, inconscientemente, se desarrolla una debilidad
femenina con continuos cambios de humor, ansiedad o incluso una secualidad
afeminada que puede llegar a una verdadera impotencia.
ASPECTOS POSITIVOS Y NEGATIVOS DEL ANIMA