La educación puede concebirse como un proceso de formación y enseñanza de niños, niñas y adolescentes por parte un adulto experimentado o experto en cierta área, quien transmite valores, conceptos y métodos que son necesarios para el crecimiento personal y la vida cotidiana de los menores. Por lo general este cargo lo tienen los padres y abuelos de un niño, y es sustentado por los docentes y educadores de las instituciones escolares.
Asimismo, la educación también puede entenderse como
la enseñanza de alguna disciplina que exige cierto nivel de concentración y profesionalización para llevarla a cabo. Tal como practicar karate, tocar la guitarra, bailar break dance, entre otras; haciendo así que la educación sea también orientada a adultos, ancianos y personas de todas las edades que quieran aprender algo sobre cierta área en específico, siendo la fundamental y la más recurrente la impartida a los niños y jóvenes.
Es en éste aspecto es donde entra la importancia de los
docentes y educadores, quienes son los formadores académicos de futuros abogados, docentes, empresarios contadores, panaderos, comerciantes, entre otros; siendo en pocas palabras los próximos ciudadanos de un país, y del futuro de una nación.
Sin embargo, esta concepción es un poco anticuada y
está en declive gracias a la influencia del internet, la televisión, y los medios de comunicación a los que recurren hoy en día los niños y adolescentes. Ya que dependiendo del tipo de programación, que vea el menor, puede obtener diversos tipos de influencias que pueden cambiar su comportamiento para bien o para mal, siendo la más recurrente en los niños y adolescentes, las que les crean nuevos conceptos, gustos e intereses muy distintos a los que reciben en su educación, algo que no está mal, pero que ellos (niños y adolescentes) sobreponen por los que son impartidos en la casa y en la escuela.
Puesto que, como confirma Pulido (2013):
“(...) Los mass media, fundamentalmente la televisión,
ex profeso, opacan valores que de por sí mismos dan brillo a la persona humana. No cumplen su función co- educadora; por el contrario, promocionan las peores formas de ser el hombre; exaltan el individualismo, glorifican el sexo y la violencia. Muestran la realización social y profesional en estrecha correlación con el dinero y la belleza física. Nada sorprendente. El cuidado del aspecto externo, y en particular el culto al cuerpo se ha convertido en casi una obsesión. (...)” (p. 435).
Lo que quiere decir que actualmente los medios de
comunicación, sobre todo la televisión, promueven comportamientos egoístas, narcisistas, e individualistas que encajan en la definición de defectos, en antítesis con las virtudes; y que promueve además el materialismo como estilo de vida, dejando lo verdaderamente importante de lado, y glorificado lo banal, lo efímero, y lo carnal. De forma tal que lo importante sea gastar dinero de diversas formas, tales como: comprar el teléfono de última generación, comprar la ropa que está de moda, probar el helado o la torta más reconocida de la ciudad, ver la película más vista en la actualidad (película que seguramente promueve lo que denuncia Pulido). Y demás actos que deben ir acompañados por regla general de ésta sociedad, de una selfie, o una foto para compartir en los medios de comunicación, y poder confirmar de esa forma que si se estuvo en ese lugar.
Por lo tanto, a sabiendas de éste declive educativo y
contemplando los indicios de las consecuencias que puede originar, tales como una futura generación de personas sin conocimientos, sin personalidad, con pocos pensamientos de creatividad, sin ideas innovadoras, sin ganas del futuro, sin planificación y sin proyección, Entre otras surgen las consecuencias más generales, un país sin mentes prolijas e innovadoras, sin manos productoras y sin promotores de cambio, entre otras; se crean las siguientes interrogantes:
¿Por qué no se ha hecho nada al respecto para recuperar
la educación y el papel fundamental de los padres y docentes? ¿Cómo ha quedado la educación impartida por los padres y por el docente en el comportamiento de los adolescentes? ¿Cómo puede reivindicarse el docente en la posición que le corresponde como promotor de valores y conocimientos importantes para la vida cotidiana? ¿Cómo lo anteriormente dicho nos lleva a la conclusión de que vivimos en una sociedad con adolescentes de 40 años de edad?
Anteriormente a ésta época tecnológica (antes del siglo
XXI), la educación, conocimientos y saberes de los niños tenían índole en el bagaje de sus padres y en el de los docentes. Los niños, por lo general, sólo se preocupaban de ir a clases, entender lo que allí enseñaban, hacer las tareas, cumplir con sus obligaciones de casa, y después, en el tiempo libre, ir a jugar. De manera de que si algún día el niño no pudiese terminar la tarea a tiempo, debía sacrificar el tiempo libre para dedicarlo al estudio.
Por su parte, los docentes tenían en sus manos los
saberes de los alumnos. Eran ellos quienes decidían lo que era bueno y que no a la hora de enseñar; eran los que podían corregir, felicitar e incluso castigar a los alumnos por comportamientos, conocimientos y aptitudes que no correspondían a las clases. Aunado a esto, eran ellos quienes tenían el apoyo de los padres para ejercer con suma disciplina su función directa como formadores de próximos ciudadanos, e indirecta de formadores del futuro de cualquier nación. Es por eso que tanto para los docentes, como para los padres, era tan importante la enseñanza y el cumplimiento de las normas de educación, las reglas, la disciplina y el sacrificio, ya que gracias a estos condicionamientos eran ellos quienes a base de su vida como ejemplo, podían demostrarles a sus hijos y alumnos cual era el camino a seguir. Actualmente, gracias a la generalización de la educación, la importancia de los gustos y las emociones de los niños y adolescentes, la masificación del internet como fuente de transmisión y recepción de conocimientos y su repercusión en los jóvenes, entre otros factores que tienen suma importancia en el crecimiento y desarrollo de una persona y su personalidad; la educación y la crianza han sido desvirtuadas hasta tal nivel, que hoy en día, el mismo niño, joven o adolescente es quien cree saber qué es lo que le conviene y que no, influenciados por los medios de comunicación.
En cuanto a la generalización de la educación, la cantidad
sepultó a la calidad, el protagonismo en las aulas de clases se le fue arrebatado a los docentes, y se le dio a los alumnos; el internet se convirtió en un transmisor de técnicas y métodos, de ideologías y de pensamientos, conocimientos verdaderos o diversificados; que para los alumnos quedó por encima de la escuela. Siendo así los mass media (televisión, internet, y demás medios de comunicación) una potencia informativa por encima de las escuelas.
Es por ello que gracias a los medios de comunicación, los
niños y adolescentes pueden ver, tanto en películas, como en Instagram, Facebook, Twiter, y otros: historias de personas, deportistas o artistas, que llegan a cumplir su “meta o sueño de ser famoso” sin hacer algo relevante, o importante para la humanidad. Tal como es el caso de la mayoría de los youtubers (personas que publican videos de entretenimiento en la plataforma de youtube y que son reconocidos a nivel nacional o mundial gracias a su ingenio) de hoy en día, que de manera emotiva, sin sacrificio austero… al son de los gustos, llegan a la fama, sin, como ya lo dije anteriormente, aportar nada a la humanidad.
Otro claro ejemplo de lo anteriormente dicho ello está en
las películas y en las series que frecuentan los jóvenes, que promueven en mayor cantidad los defectos y la falsa espontaneidad, que los valores y la educación. Ya que:
¿Quién no ha visto una película en donde el actor
principal, o el protagonista, gracias a una cólera, o a un enardecimiento, puede lograr de manera increíble salvar a otra persona, besar a la persona que le gusta, o incluso salvar al presidente?
¿Quién no ha visto que en el caso de estas películas o
casos de la vida real, casos en donde la persona que es idolatrada, o que sirve como punto de referencia para cada adolescente, es una persona que no ha estudiado, una persona que no se retracta, que no pide disculpas, que no retiene sus emociones, personas sin educación, entre otros casos, personas que sin embargo pueden de manera muy “original” o increíble (con ventas de drogas, negocios de extraña procedencia, robos, entre otros) hacerse millonarios o hacerse un estilo de vida que recaiga en la “felicidad” prácticamente sin sacrificios que no opaquen a los gustos? Este tipo de películas, casos e historias, a pesar de que se hacen con el fin de entretener y divertir (en caso de las películas), o motivar (en caso de las historias reales), sólo sirven para que los adolescentes que no ha desarrollado su carácter y personalidad, y que no conoce el don del sacrificio, se creen una idea errónea del mundo, en donde éste es fácil y haciendo lo que la espontaneidad dicte, se puede lograr cualquier objetivo, haciendo que todas estas personas “increíbles” sean ídolos a los que hay que seguir para poder cumplir los sueños interiorizados de cada uno de nosotros.
Consecuentemente los estudiantes, influenciados por
estas películas o historias, van a las instituciones con el sentimiento de que haciendo lo que quieran lograrán tener un estilo de vida similar al que han soñado o al que han visto, haciendo así que el profesor quede no como alguien que enseña lo necesario para la vida, sino más bien como alguien que enseña puras “necedades”.
Es por ello que los padres en pro de lo anteriormente
relatado, son quienes deberían tener más influencia sobre los adolescentes, que las películas, series, tribus y demás elementos culturales que pueden deformar la crianza de un adolescente. Y de esa forma no culpabilizar a los docentes por las desviaciones que tiene un adolescente.
“Es increíble la influencia que las subculturas ejercen
sobre los adolescentes que no tienen personalidad, pero aún más increíble es la predisposición de los padres para dejarse dominar por estos y sus gustos”.
Por su parte los docentes, que también sufren de
manipulación de los alumnos, tienen además la obligación de no decirles a éstos sus defectos en la cara para no herirlos, y no perjudicarlos socialmente, de pasar a los estudiantes así no tengan calificaciones que lo merezcan… entre otras cosas, que hacen a los estudiantes sean seres intocables.
Actualmente en Venezuela 2018 hace falta, no sólo
cambiar el sistema educativo, sino más bien cambiar el pensamiento individualista, enardecido, emotivo, y sobre todo necio que tienen tanto los adolescentes con respecto a su vida y su futuro, como el de los padres de éstos quienes creen saber que necesitan sus hijos, por encima de los ancianos, por encima de los eruditos, por encima de todos, sin siquiera saber que es bueno para ellos mismos. Ésta necedad en la sociedad actual, es la que desde mi punto de vista ha llevado al país a la crisis actual, en donde las personas creen saber qué es lo que necesitan trabajando por ellos neciamente sin innovar, sin cambiar, sin mejorar, sólo trabajando desde las emociones… Es este el proceso en donde los sentimientos quedan por encima de lo lógico, donde las emociones dominan el carácter, lo que desde mi punto de vista es denominada como La Adolescencia de los 40 Años. Realmente los docentes no tienen mucho que hacer, más que saber mucho, demasiado, excesivamente. Tener suficientes fundamentos para poder defenderse ante discusiones que se pueden presentar tanto con los alumnos, como con los representantes. Demostrar que no son necios, sino que más bien saben lo suficiente como para corregir al que no sabe (que en la actualidad son muchos). El docente debe siempre innovar en vista de un resultado diferente, mejor pero diferente, debe tener una cosmovisión de sus actos, saber hablar y comunicarse, saber entender, proyectar y proyectarse, no quedarse atrapado en el sistema, en vez de ello salir mejorar y disfrutar.
El docente tiene que saber vivir para poder enseñar, es
por ello que el modelo educativo que ejerza no debe ser alguno en específico, o ninguno en específico, pues él debe saber suficiente de cada uno para saber cómo aplicarlo, sin embargo no debe ser tampoco apartidarlo, él como ser que tiene el futuro de una nación en sus manos, debe verse como tal, y no como un ser que debe escoger, tiene que sentir la responsabilidad de sus acciones y sus actos en la realeza en que éstos están. Los docentes son seres con una vocación extremadamente sublime, que deben ejercer de forma sublime, para poder atrapar a todos los alumnos, debe además ser muy sincero y correcto para poder enseñar, son seres muy importantes que actualmente no se han dado cuenta de lo que representan. Alguna vez un Sacerdote muy importante dijo “si un sacerdote supiera la función que cumple en la tierra, le daría un infarto”, En mi caso puedo concluir con que “Si un docente supiera la función que ejerce en el mundo, le daría un infarto al saber que no sabe nada en comparación con lo que puede y no quiere”
Docentes, rescaten su nombre, su valor, sean correctos,
sean lo que quieren ver en su país, sean ejemplo de vida, de felicidad, no necios sin fundamentos…