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República Bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación

Universidad de los Andes

Mérida. Estado. Mérida

(Ensayo sobre la educación)

Saúl Meléndez

27.319.617

Educación Mención Matemáticas

Mérida, 25 de Mayo de 2018


La educación puede concebirse como un proceso de
formación y enseñanza de niños, niñas y adolescentes por
parte un adulto experimentado o experto en cierta área,
quien transmite valores, conceptos y métodos que son
necesarios para el crecimiento personal y la vida
cotidiana de los menores. Por lo general este cargo lo
tienen los padres y abuelos de un niño, y es sustentado
por los docentes y educadores de las instituciones
escolares.

Asimismo, la educación también puede entenderse como


la enseñanza de alguna disciplina que exige cierto nivel
de concentración y profesionalización para llevarla a
cabo. Tal como practicar karate, tocar la guitarra, bailar
break dance, entre otras; haciendo así que la educación
sea también orientada a adultos, ancianos y personas de
todas las edades que quieran aprender algo sobre cierta
área en específico, siendo la fundamental y la más
recurrente la impartida a los niños y jóvenes.

Es en éste aspecto es donde entra la importancia de los


docentes y educadores, quienes son los formadores
académicos de futuros abogados, docentes, empresarios
contadores, panaderos, comerciantes, entre otros; siendo
en pocas palabras los próximos ciudadanos de un país, y
del futuro de una nación.

Sin embargo, esta concepción es un poco anticuada y


está en declive gracias a la influencia del internet, la
televisión, y los medios de comunicación a los que
recurren hoy en día los niños y adolescentes. Ya que
dependiendo del tipo de programación, que vea el
menor, puede obtener diversos tipos de influencias que
pueden cambiar su comportamiento para bien o para
mal, siendo la más recurrente en los niños y
adolescentes, las que les crean nuevos conceptos, gustos
e intereses muy distintos a los que reciben en su
educación, algo que no está mal, pero que ellos (niños y
adolescentes) sobreponen por los que son impartidos en
la casa y en la escuela.

Puesto que, como confirma Pulido (2013):

“(...) Los mass media, fundamentalmente la televisión,


ex profeso, opacan valores que de por sí mismos dan
brillo a la persona humana. No cumplen su función co-
educadora; por el contrario, promocionan las peores
formas de ser el hombre; exaltan el individualismo,
glorifican el sexo y la violencia. Muestran la realización
social y profesional en estrecha correlación con el dinero
y la belleza física. Nada sorprendente. El cuidado del
aspecto externo, y en particular el culto al cuerpo se ha
convertido en casi una obsesión. (...)” (p. 435).

Lo que quiere decir que actualmente los medios de


comunicación, sobre todo la televisión, promueven
comportamientos egoístas, narcisistas, e individualistas
que encajan en la definición de defectos, en antítesis con
las virtudes; y que promueve además el materialismo
como estilo de vida, dejando lo verdaderamente
importante de lado, y glorificado lo banal, lo efímero, y lo
carnal. De forma tal que lo importante sea gastar dinero
de diversas formas, tales como: comprar el teléfono de
última generación, comprar la ropa que está de moda,
probar el helado o la torta más reconocida de la ciudad,
ver la película más vista en la actualidad (película que
seguramente promueve lo que denuncia Pulido). Y demás
actos que deben ir acompañados por regla general de
ésta sociedad, de una selfie, o una foto para compartir en
los medios de comunicación, y poder confirmar de esa
forma que si se estuvo en ese lugar.

Por lo tanto, a sabiendas de éste declive educativo y


contemplando los indicios de las consecuencias que
puede originar, tales como una futura generación de
personas sin conocimientos, sin personalidad, con pocos
pensamientos de creatividad, sin ideas innovadoras, sin
ganas del futuro, sin planificación y sin proyección, Entre
otras surgen las consecuencias más generales, un país sin
mentes prolijas e innovadoras, sin manos productoras y
sin promotores de cambio, entre otras; se crean las
siguientes interrogantes:

¿Por qué no se ha hecho nada al respecto para recuperar


la educación y el papel fundamental de los padres y
docentes? ¿Cómo ha quedado la educación impartida por
los padres y por el docente en el comportamiento de los
adolescentes? ¿Cómo puede reivindicarse el docente en
la posición que le corresponde como promotor de valores
y conocimientos importantes para la vida cotidiana?
¿Cómo lo anteriormente dicho nos lleva a la conclusión
de que vivimos en una sociedad con adolescentes de 40
años de edad?

Anteriormente a ésta época tecnológica (antes del siglo


XXI), la educación, conocimientos y saberes de los niños
tenían índole en el bagaje de sus padres y en el de los
docentes. Los niños, por lo general, sólo se preocupaban
de ir a clases, entender lo que allí enseñaban, hacer las
tareas, cumplir con sus obligaciones de casa, y después,
en el tiempo libre, ir a jugar. De manera de que si algún
día el niño no pudiese terminar la tarea a tiempo, debía
sacrificar el tiempo libre para dedicarlo al estudio.

Por su parte, los docentes tenían en sus manos los


saberes de los alumnos. Eran ellos quienes decidían lo
que era bueno y que no a la hora de enseñar; eran los
que podían corregir, felicitar e incluso castigar a los
alumnos por comportamientos, conocimientos y
aptitudes que no correspondían a las clases. Aunado a
esto, eran ellos quienes tenían el apoyo de los padres
para ejercer con suma disciplina su función directa como
formadores de próximos ciudadanos, e indirecta de
formadores del futuro de cualquier nación. Es por eso
que tanto para los docentes, como para los padres, era
tan importante la enseñanza y el cumplimiento de las
normas de educación, las reglas, la disciplina y el
sacrificio, ya que gracias a estos condicionamientos eran
ellos quienes a base de su vida como ejemplo, podían
demostrarles a sus hijos y alumnos cual era el camino a
seguir.
Actualmente, gracias a la generalización de la educación,
la importancia de los gustos y las emociones de los niños
y adolescentes, la masificación del internet como fuente
de transmisión y recepción de conocimientos y su
repercusión en los jóvenes, entre otros factores que
tienen suma importancia en el crecimiento y desarrollo
de una persona y su personalidad; la educación y la
crianza han sido desvirtuadas hasta tal nivel, que hoy en
día, el mismo niño, joven o adolescente es quien cree
saber qué es lo que le conviene y que no, influenciados
por los medios de comunicación.

En cuanto a la generalización de la educación, la cantidad


sepultó a la calidad, el protagonismo en las aulas de
clases se le fue arrebatado a los docentes, y se le dio a los
alumnos; el internet se convirtió en un transmisor de
técnicas y métodos, de ideologías y de pensamientos,
conocimientos verdaderos o diversificados; que para los
alumnos quedó por encima de la escuela. Siendo así los
mass media (televisión, internet, y demás medios de
comunicación) una potencia informativa por encima de
las escuelas.

Es por ello que gracias a los medios de comunicación, los


niños y adolescentes pueden ver, tanto en películas,
como en Instagram, Facebook, Twiter, y otros: historias
de personas, deportistas o artistas, que llegan a cumplir
su “meta o sueño de ser famoso” sin hacer algo
relevante, o importante para la humanidad. Tal como es
el caso de la mayoría de los youtubers (personas que
publican videos de entretenimiento en la plataforma de
youtube y que son reconocidos a nivel nacional o mundial
gracias a su ingenio) de hoy en día, que de manera
emotiva, sin sacrificio austero… al son de los gustos,
llegan a la fama, sin, como ya lo dije anteriormente,
aportar nada a la humanidad.

Otro claro ejemplo de lo anteriormente dicho ello está en


las películas y en las series que frecuentan los jóvenes,
que promueven en mayor cantidad los defectos y la falsa
espontaneidad, que los valores y la educación. Ya que:

¿Quién no ha visto una película en donde el actor


principal, o el protagonista, gracias a una cólera, o a un
enardecimiento, puede lograr de manera increíble salvar
a otra persona, besar a la persona que le gusta, o incluso
salvar al presidente?

¿Quién no ha visto que en el caso de estas películas o


casos de la vida real, casos en donde la persona que es
idolatrada, o que sirve como punto de referencia para
cada adolescente, es una persona que no ha estudiado,
una persona que no se retracta, que no pide disculpas,
que no retiene sus emociones, personas sin educación,
entre otros casos, personas que sin embargo pueden de
manera muy “original” o increíble (con ventas de drogas,
negocios de extraña procedencia, robos, entre otros)
hacerse millonarios o hacerse un estilo de vida que
recaiga en la “felicidad” prácticamente sin sacrificios que
no opaquen a los gustos?
Este tipo de películas, casos e historias, a pesar de que se
hacen con el fin de entretener y divertir (en caso de las
películas), o motivar (en caso de las historias reales), sólo
sirven para que los adolescentes que no ha desarrollado
su carácter y personalidad, y que no conoce el don del
sacrificio, se creen una idea errónea del mundo, en
donde éste es fácil y haciendo lo que la espontaneidad
dicte, se puede lograr cualquier objetivo, haciendo que
todas estas personas “increíbles” sean ídolos a los que
hay que seguir para poder cumplir los sueños
interiorizados de cada uno de nosotros.

Consecuentemente los estudiantes, influenciados por


estas películas o historias, van a las instituciones con el
sentimiento de que haciendo lo que quieran lograrán
tener un estilo de vida similar al que han soñado o al que
han visto, haciendo así que el profesor quede no como
alguien que enseña lo necesario para la vida, sino más
bien como alguien que enseña puras “necedades”.

Es por ello que los padres en pro de lo anteriormente


relatado, son quienes deberían tener más influencia
sobre los adolescentes, que las películas, series, tribus y
demás elementos culturales que pueden deformar la
crianza de un adolescente. Y de esa forma no culpabilizar
a los docentes por las desviaciones que tiene un
adolescente.

“Es increíble la influencia que las subculturas ejercen


sobre los adolescentes que no tienen personalidad, pero
aún más increíble es la predisposición de los padres para
dejarse dominar por estos y sus gustos”.

Por su parte los docentes, que también sufren de


manipulación de los alumnos, tienen además la
obligación de no decirles a éstos sus defectos en la cara
para no herirlos, y no perjudicarlos socialmente, de pasar
a los estudiantes así no tengan calificaciones que lo
merezcan… entre otras cosas, que hacen a los
estudiantes sean seres intocables.

Actualmente en Venezuela 2018 hace falta, no sólo


cambiar el sistema educativo, sino más bien cambiar el
pensamiento individualista, enardecido, emotivo, y sobre
todo necio que tienen tanto los adolescentes con
respecto a su vida y su futuro, como el de los padres de
éstos quienes creen saber que necesitan sus hijos, por
encima de los ancianos, por encima de los eruditos, por
encima de todos, sin siquiera saber que es bueno para
ellos mismos. Ésta necedad en la sociedad actual, es la
que desde mi punto de vista ha llevado al país a la crisis
actual, en donde las personas creen saber qué es lo que
necesitan trabajando por ellos neciamente sin innovar,
sin cambiar, sin mejorar, sólo trabajando desde las
emociones… Es este el proceso en donde los sentimientos
quedan por encima de lo lógico, donde las emociones
dominan el carácter, lo que desde mi punto de vista es
denominada como La Adolescencia de los 40 Años.
Realmente los docentes no tienen mucho que hacer, más
que saber mucho, demasiado, excesivamente. Tener
suficientes fundamentos para poder defenderse ante
discusiones que se pueden presentar tanto con los
alumnos, como con los representantes. Demostrar que
no son necios, sino que más bien saben lo suficiente
como para corregir al que no sabe (que en la actualidad
son muchos). El docente debe siempre innovar en vista
de un resultado diferente, mejor pero diferente, debe
tener una cosmovisión de sus actos, saber hablar y
comunicarse, saber entender, proyectar y proyectarse, no
quedarse atrapado en el sistema, en vez de ello salir
mejorar y disfrutar.

El docente tiene que saber vivir para poder enseñar, es


por ello que el modelo educativo que ejerza no debe ser
alguno en específico, o ninguno en específico, pues él
debe saber suficiente de cada uno para saber cómo
aplicarlo, sin embargo no debe ser tampoco apartidarlo,
él como ser que tiene el futuro de una nación en sus
manos, debe verse como tal, y no como un ser que debe
escoger, tiene que sentir la responsabilidad de sus
acciones y sus actos en la realeza en que éstos están. Los
docentes son seres con una vocación extremadamente
sublime, que deben ejercer de forma sublime, para poder
atrapar a todos los alumnos, debe además ser muy
sincero y correcto para poder enseñar, son seres muy
importantes que actualmente no se han dado cuenta de
lo que representan.
Alguna vez un Sacerdote muy importante dijo “si un
sacerdote supiera la función que cumple en la tierra, le
daría un infarto”, En mi caso puedo concluir con que “Si
un docente supiera la función que ejerce en el mundo, le
daría un infarto al saber que no sabe nada en
comparación con lo que puede y no quiere”

Docentes, rescaten su nombre, su valor, sean correctos,


sean lo que quieren ver en su país, sean ejemplo de vida,
de felicidad, no necios sin fundamentos…

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