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ACTIVIDAD 8 EVALUATIVA

Presentado por:
Ivonne Juliette Duran Lozano ID:656039
Carolina Rodríguez Rico ID:655882
Melisa Hernández ID: 669995

Asignatura
Procesos Psicológicos Básicos

Docente
José Alveiro Pedreros Marulanda

Diseño de Intervención

Corporación Universitaria UNIMINUTO


Facultad de Ciencias Humanas
Psicología
Cali- Valle
2018
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad

El TDAH es un trastorno neurobiológico que aqueja tanto a adultos como a niños.


Es descrito como un patrón persistente o continuo de inatención y/o hiperactividad
e impulsividad que impide las actividades diarias o el desarrollo típico. Los
individuos con TDAH también pueden experimentar dificultades para mantener la
atención, la función ejecutiva (o la habilidad del cerebro para comenzar una
actividad, organizarse y llevar a cabo tareas) y la memoria de trabajo.
Se distingue tres tipos de TDAH:
• TDAH en el que predominan los síntomas de hiperactividad e impulsividad
• TDAH en el que predominan los síntomas de inatención
• TDAH combinado en el que los niños presentan ambos síntomas.
El TDAH generalmente se evidencia en el área escolar y que es donde se pide
seguir instrucciones, prestar atención. Algunos síntomas están presentes antes de
los 7 años y con frecuencia persiste en la adolescencia y en la vida adulta.
Para definir el trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) se dice
que es una condición neuropsiquiátrica con etiología multifactorial y de inicio en la
infancia, caracterizado por la dificultad para poner atención, hiperactividad y/o
impulsividad que puede persistir hasta la edad adulta, impactando diferentes áreas
como la académica, laboral y social.
Vemos implicado las funciones ejecutivas a nivel de funciones mentales
superiores con todo lo que tiene que ver con pensamiento complejo, conducta y
cognición social. Encontramos que el problema está en la atención sostenida. Hay
implicaciones en la dopamina, adrenalina, noradrenalina. Influencias ambientales
como dinámica familiar, social, alteraciones genéticas-catecolaminas no lo está
produciendo. Encontramos que el niño tiene poca tolerancia a la frustración, se
convierte en un cuadro disruptivo porque el medio lo vuelve agresivo ya que este
lo trata mal.

HISTORIA DE LA PROBLEMÁTICA

Pedro es el segundo hijo del matrimonio. Tiene un hermano de 9 años. Nacido a


las 39 semanas de gestación, por parto normal. Durante los primeros meses, el
patrón de alimentación fue normal. En cuanto al patrón de sueño, no durmió bien
hasta los 2-3 meses. Le describen como un bebé intranquilo.
Respecto a los antecedentes médicos, presenta convulsiones febriles desde que
tenía 1 año, manifestando 7 convulsiones hasta los 4-5 meses de edad, recibiendo
tratamiento preventivo (Diafenon), pero no regular, con revisiones neurológicas
frecuentes. A los 5 años fue operado del oído. A esa misma edad se repiten las
convulsiones.
En relación al desarrollo motor, adquirió la marcha liberada en torno a los 14
meses. En la actualidad, no presenta dificultad en la motricidad gruesa. En cuanto
a la motricidad fina, refieren que es poco habilidoso, presentando cierta dificultad,
y observando una fuerte presión en el trazo.
En relación con la adquisición del lenguaje, los padres refieren que fue normal. En
la actualidad, explican que Pedro pronuncia adecuadamente, maneja un
vocabulario simple, y le cuesta expresarse cuando el discurso es más complejo,
utilizando frases sencillas. En ocasiones se atranca en la narración.
Los hábitos de autonomía, en cuanto al vestido y la comida están adquiridos. En
referencia al control de esfínteres, también está adquirido.
En cuanto a la atención, los padres advierten dificultades para mantener la
atención. Cualquier actividad que requiere concentración le cuesta, así como
escuchar cuentos, por ejemplo. Informan de cierta impulsividad, pero destacan
que no se debe a mala intención, sino que parecen ser reacciones automáticas.
Pedro tiene poca conciencia del problema. Además, respecto al área de memoria,
Pedro presenta algunos olvidos muy llamativos. A raíz de estos indicadores, se
recomienda complementar nuestro trabajo con evaluación neurológica.
Como antecedentes familiares de interés, el padre tuvo hiperactividad y déficit de
atención no diagnosticado, así como enuresis hasta los 9-10 años.

CUADRO CLÍNICO QUE DEFINEN LOS PROBLEMAS DE ATENCIÓN,


MEMORIA Y APRENDIZAJE.

Pedro tiene una capacidad intelectual media. Muestra actitudes dentro del
promedio para su edad, pero su rendimiento está algo por debajo de la media en
las áreas de Comprensión Verbal y Velocidad de Procesamiento.
En relación a los aspectos atencionales, en su ejecución general muestra
problemas en atención selectiva y sostenida, costándole centrarse en una tarea
sin atender a otros estímulos del entorno y permanecer atento durante largos
periodos de tiempo. Asimismo, la información que aportan los padres y el colegio,
denota que dichos problemas se aprecian en los distintos contextos y a lo largo del
desarrollo. Paralelamente, Pedro muestra un estilo cognitivo impulsivo, costándole
planificar y generar estrategias adecuadas para la resolución de las pruebas que
así lo requieren. Muestra asimismo inquietud motora.
A nivel de problemas de conducta, Pedro presenta rabietas, dificultades de
autocontrol e inhibición. Éstas las muestra especialmente en el colegio, están
relacionados con las dificultades mencionadas que repercuten en un escaso
autocontrol especialmente en situaciones que le generan frustración.
En cuanto a los aspectos emocionales, Pedro no es consciente de sus dificultades
de atención, impulsividad y autocontrol. Sin embargo, se muestra pendiente de la
atención del adulto. Muestra inseguridad e inquietud en las tareas en las que
anticipa dificultad.
En relación al área social, su repertorio de habilidades sociales es adecuado, sin
embargo, su elevada impulsividad ante las situaciones que le generan frustración,
puede repercutir de forma negativa en una adecuada resolución de conflictos.
Por sus resultados en las pruebas, así como por la observación conductual, su
estilo impulsivo y sus dificultades en atención y concentración, planificación,
memoria de trabajo e inhibición de conductas.

TRATAMIENTO

Una vez diagnosticada, el tratamiento deberá ser llevado por el profesional, los
padres quienes deberán pedir colaboración de los profesores. Algunos
medicamentos modifican las señales químicas del sistema nervioso central, lo que
puede ayudar a las personas con TDAH porque aumenta el nivel de
neurotransmisores en el cerebro, que reciben el nombre de “dopamina” y
“norepinefrina”. Los expertos aseguran que los medicamentos son seguros y
eficaces cuando se toman bajo la supervisión de un psiquiatra o médico, pero el
uso indebido del medicamento puede causar algunos problemas graves de salud
como por ejemplo aumento del ritmo cardiaco y la presión arterial, temblores
incontrolables, cambios de humor, confusión, paranoia, alucinaciones, delirios y
respiración irregular. El tratamiento debe incluir terapia y modificaciones en la
escuela, clase y casa.
INTERVENCION EN EL PACIENTE
Estrategias de intervención
En este caso se utilizará terapia cognitiva y conductual.
El psicólogo le podrá enseñar al niño manejo de la ira, de las emociones,
autocontrol, tolerancia a la frustración, entre otros, desarrollando así herramientas
que le sirva para enfrentar los acontecimientos cotidianos; a los adultos se les
asesorará en técnicas de educación asertiva, límites, seguir las instrucciones y a
su vez, que los padres tengan tolerancia y lleven una relación empática. Los
profesores deben comprender que si el niño se porta desafiante, desorganizado,
no es por mala educación desde casa, así que se les dará información adecuada
sobre las características de un TDAH y se le podrá sugerir adaptaciones en su
metodología para facilitar el aprendizaje; es importante un trabajo interdisciplinario
puesto que dependiendo de los límites, enseñanza, el trabajo adecuado que se
tenga con el niño, éste se podrá adaptar de manera positiva a las diferentes
etapas de la vida.
Es necesario que el niño se perciba competente y que no considere las fichas y
ejercicios como un castigo. Para evitar esto, se utilizan fichas con dibujos y temas
preferentemente lúdicos. Comenzamos con fichas breves y sencillas, para
garantizar experiencias de éxito, que ayuden a disminuir la anticipación de
dificultad, aumentar la percepción de capacidad y aumenten así la motivación por
la tarea. Con el paso de las sesiones, vamos utilizando fichas más complejas y
que requieren más tiempo atencional.

Todas las técnicas aplicadas en el tratamiento se encuadran el modelo cognitivo


conductual. Entre las habilidades del terapeuta, es esencial un buen uso del
reforzamiento positivo y extinción: técnicas operantes de demostrada eficacia. Los
reforzadores se aplican para incrementar las conductas de baja frecuencia, como
hacer los deberes, mantener la atención en una tarea hasta finalizarla, etc. Para
que sea eficaz, el refuerzo ha de ser contingente a la realización de una conducta
deseada por parte del niño, así como sistemático. Al principio la tasa de
reforzadores externos debe ser muy alta. En este caso concreto se utilizaron
refuerzos sociales como la aprobación, el elogio, el reconocimiento, etc. Se utiliza
además el modelado participativo.

En cuanto a las conductas disruptivas y los déficits conductuales, se realiza una


intervención puramente conductual. Aplicamos extinción sobre las conductas
problema (golpear, levantarse, gritar, etc.) y refuerzo positivo, tanto sobre las
conductas adaptativas ya existentes, como sobre las conductas que queremos
implantar. Utilizamos a los padres y profesores como coterapeutas. Les
entrenamos en las técnicas operantes de modificación de conducta: refuerzo
positivo y extinción. Y les damos pautas para aplicar ante las rabietas, el
cumplimiento de normas y el escape de la tarea. Con el objetivo de mejorar en el
niño su percepción de competencia y motivación, es necesario reforzarle
positivamente en las tareas para que se perciba competente y ajustar el nivel de
exigencia a sus capacidades reales.

Con esto trabajamos también los aspectos emocionales que dificultan su


desempeño, en su caso, anticipación de dificultad que lleva a escape o demora de
la tarea.

Mejorar la atención selectiva:


Entrenar la atención selectiva busca que el niño discrimine eficazmente estímulos
dentro de conjuntos para, así, poder reconocerlos y procesarlos con el mínimo
error. Para ello se utilizan ejercicios que requieran: 1) reconocer estímulos (letras,
símbolos, cifras, dibujos, etc.) dentro de conjuntos; 2) localizar y cuantificar las
veces que se repite un elemento en un conjunto; 3) elegir entre varios elementos
desordenados (sílabas, números, símbolos, etc.) los que figuran en un modelo
dado; 4) reconocer elementos que tengan una determinada característica; 5)
señalar elementos diferentes dentro del mismo conjunto; 6) hallar diferencias o
semejanzas entre dibujos; 7) continuar series a partir de los elementos dados; 8)
en una sucesión de elementos, identificar todos los que pertenecen o no a la serie;
9) elegir elementos para completar palabras, números o figuras; 10) unir puntos o
rellenar espacios siguiendo unas instrucciones; 11) localizar palabras sinónimas a
las dadas; 12) reconocer el significado de frases, dichos, refranes, historietas, etc.;
13) identificar objetos, palabras, ideas principales, detalles importantes, etc. a
partir de instrucciones, etc.
Aumentar la atención sostenida.
En cuanto a la atención sostenida, es necesario aumentar su capacidad de
concentración en una misma tarea. Para ello se pueden emplear ejercicios como:
1) copiar dibujos iguales o simétricos; 2) construir o completar modelos diversos
partiendo de elementos (verbales, numéricos o gráficos) que los constituyen; 3)
reproducir un elemento visto una vez; 4) emparejar elementos iguales a otros que
se han visto y se retienen en la memoria; 5) ordenar conjuntos de elementos de
acuerdo a distintos criterios (alfabéticamente, cronológicamente, por tamaño, por
orientación, etc.

Control del estilo impulsivo de respuesta, entrenar estilo reflexivo.

Aplicamos el entrenamiento en las auto instrucciones de Isabel Orjales, basadas


en las autoinstrucciones de Meichenbaum. Hacemos unas cartulinas en color, con
los dibujos de un niño que se plantea estas mismas preguntas o autoinstrucciones.
Los pasos del entrenamiento en autoinstrucciones son:
1.- primero miro y digo todo lo que veo
2.- identificar el problema (¿qué es lo que tengo que hacer?)
3.- ¿cómo lo voy a hacer?
4.- tengo que estar bien atento y ver todas las posibilidades de respuesta
5.- Ya puedo hacerlo. Este paso nos sirve para que el niño recuerde la importancia
del proceso reflexivo previo, necesario antes de coger el lápiz y comenzar la tarea.
6.- ¡Genial! / ¿En qué he fallado? Repaso y la próxima vez no cometeré ese error.

El modelado es un proceso de aprendizaje observacional en el que el terapeuta


actúa como estímulo para generar conductas, pensamientos o actitudes
semejantes en los niños que observan su actuación. Sirve tanto para adquirir
conductas o habilidades como para inhibir conductas inapropiadas. Es muy útil
para que el niño aprenda a planificar, seguir estrategias, etc.
Las autoinstrucciones se aplican en un principio modelados por la terapeuta, quien
tiene que actuar como modelo, planteándose todos los pasos y alternativas en voz
alta; en las siguientes sesiones, es el niño quien va pasando las cartulinas y se
dice a sí mismo las autoinstrucciones en presencia de la terapeuta; Cuando esto
está adquirido, se las dice en voz baja; Por último, termina interiorizándolas, sin
necesidad de articularlas.
Además, entrenamos al niño en descifrar instrucciones escritas. Utilizamos fichas
específicas, con dibujos, números y letras. En el enunciado se da una instrucción
compuesta por varias partes consecutivas y relacionadas. (Ej.: Colorea de rojo el
avión más grande. Cuenta el número de pájaros que hay en el dibujo, y escribe el
número en el ala trasera del avión más pequeño). Las pautas entrenadas son leer
todo el enunciado y dividirlo por partes, colocando un número al inicio de cada
parte. Aplicar aquí los pasos de las autoinstrucciones entrenadas y hacer el
ejercicio de manera ordenada.

Alcanzar el rendimiento en lecto-escritura exigido para su grupo normativo.


Respecto a los problemas de lectoescritura, el tratamiento sigue una orientación
psicopedagógica. Se realizan ejercicios para mejorar la conciencia fonológica,
como formar palabras con sílabas desordenadas, discriminar sinfones, completar
nombres de dibujos con el mismo grupo consonántico; ejercicios de conciencia
semántica, como unir pares de palabras relacionados y hacer frases con ellos,
buscar sinónimos o antónimos; ejercicios para mejorar la expresión escrita
(transformar objetos en una historia o utilizar palabras dadas para formas una
historia; ejercicios de comprensión lectora y ejercicios para mejorar la mecánica
lectora.

Aumentar el cumplimiento de normas y eliminar las conductas disruptivas.

El cumplimiento de normas al inicio del tratamiento supone una dificultad notable


en el día a día del niño.
Para modificar estas conductas, utilizamos técnicas operantes: Aumento de la tasa
de reforzadores positivos, extinción de conductas inadecuadas y refuerzo positivo
de conductas alternativas. Comenzamos aplicando las contingencias en sesión y,
más adelante, aplicamos pautas específicas en casa y colegio.

En la consulta, comenzamos con estas técnicas operantes básicas de


modificación de conducta desde la primera sesión (1º mes). Las conductas
desadaptativas elegidas para la intervención son: levantarse de la silla y subirse a
la mesa, esconderse debajo o salir del despacho, coger objetos de la sala,
quitarse la camiseta, levantar la voz. La frecuencia inicial de estas conductas es
alta. Con la aplicación de las contingencias adecuadas, disminuyen en pocas
sesiones. Vamos registrando su frecuencia mes a mes (ver tabla y gráfico).
Debido a su inquietud motora, permitimos expresamente 3 veces en cada sesión
que se levante de la silla o haga alguna actividad con movimiento, siempre que
sea de manera justificada, por ejemplo, una actividad pautada que se realice
expresamente de pie; Pedirle un recado, breve juego como reforzador al terminar
la sesión, etc.

INTERVENCIÓN CON LOS PADRES


El entrenamiento para padres y las intervenciones a nivel familiar han demostrado
ser efectivas en muchas ocasiones. Las sugerencias que se hacen a continuación
sólo pretenden establecer un marco de trabajo que sirva de guía para trabajar la
relación paterno filial mediante una mejor comunicación y atención al desarrollo
del niño con TDAH.
El entrenamiento para padres se trabaja sobre los siguientes puntos:
Identificar las situaciones que generan problemas específicos y los problemas de
comportamiento que generan. Así como los elementos que precipitan las
conductas disruptivas. Es importante registrar la evolución constantemente.
Analizar las consecuencias positivas y negativas de los comportamientos
apropiados y no apropiados con los padres.
En el caso de que en la relación padre-hijo se produzcan muchos roces y pocas
interacciones positivas, se trabaja para reforzar las habilidades de los
padres durante las sesiones para el mejor manejo de las situaciones.
Enseñar a los padres métodos de comunicación efectiva para establecer normas y
llevar el mando (establecer contacto visual, dando órdenes de una en una, dando
órdenes en un contexto positivo…).
Establecer consecuencias negativas apropiadas para cada problema de
comportamiento específico. Las consecuencias deben estar estrechamente
relacionadas con el problema en sí.
Utilizar sistemas de economía de fichas para los problemas de conducta
constantes. Los padres pueden así aprender a penalizar y recompensar conductas
negativas y positivas.

Este programa es especialmente interesante porque contamos con la colaboración


de los padres. Es beneficioso entrenar con ellos, y dar el seguimiento, para que
sean los propios padres quienes monitorizan el manejo emocional del niño desde
casa. A partir de la 6 sesión (2º mes), comenzamos los ejercicios en casa, así
como se da la pauta a los padres de que insistan en ejercicios aprendidos durante
situaciones del día a día, para que el niño aprenda a aplicar lo aprendido y sepa
darle utilidad.

En sesión, nos encargamos de comenzar el programa con la identificación de


emociones y situaciones “que me hacen explotar”. A continuación, los padres
repiten la identificación de emociones y situaciones, y comienzan con los ejercicios
de intervención. Periódicamente en sesión repasamos la marcha del programa.
Con el niño, las herramientas adquiridas y la conciencia de éstas. Con los padres
las dificultades que aparecen en el manejo y monitorización del aprendizaje de
estas herramientas.
En clase no podemos intervenir en este aspecto, así que esperamos que las
habilidades aprendidas se generalicen a sus reacciones en clase, al utilizar a los
padres como coterapeutas en la aplicación de este programa, garantizamos la
mejora a largo plazo y el mantenimiento de los logros conseguidos en la
intervención. Las técnicas que se entrenan son técnicas cognitivo-conductuales de
identificación y manejo de las reacciones explosivas adaptadas al nivel del niño. Si
los padres conocen estas técnicas, pueden utilizarlas ellos también y monitorizar
el manejo emocional del niño.
Damos pautas a los padres para que comiencen a intervenir en casa.
Preguntamos por 4 cosas que el niño hace bien. Con éstas, comenzamos el 1er
mes con el aumento de la tasa de reforzadores positivos. Con esto pretendemos
darle la atención que está demandando con estrategias disfuncionales, así como
aumentar su tasa de reforzadores y consiguiente autoconcepto y percepción de
adecuación al contexto y a la tarea.

En el 2º mes introducimos la extinción (6ªsesión) y las habilidades de manejo


parentales. Estas habilidades y pautas son: mostrar acuerdo entre ambos
progenitores (no contradecirse o permitirle que demande más de uno que de otro
en cuanto a cumplimiento de normas); Mostrarse firmes y tranquilos (es decir,
evitar las broncas desmesuradas, los gritos, las charlas nerviosas. Pero también
evitar las instrucciones dubitativas, o las normas cambiantes); Ser sistemáticos en
la aplicación de consecuencias (ej.: no amenazar con falsos castigos, o prometer
falsos premios); Aplicar las consecuencias consistentemente (es decir, aplicar
Reforzamiento positivo y Castigo negativo contingentemente a las conductas).

En esa misma sesión (2ºmes, 6ªsesión), introducimos las normas en casa.


Pedimos que los progenitores se pongan de acuerdo en unas normas a cumplir en
casa. Acordar estas normas con el niño, exponerlas en una cartulina visible e ir
observando el cumplimiento. A continuación, una vez que el niño ya ha
interiorizado las normas, en la 8ª sesión (3er mes), se pactan las consecuencias:
programa de fichas con refuerzo positivo y coste de respuesta. En la sesión 11
(3er mes) introducimos el tiempo fuera.

Las conductas adecuadas en casa que los padres refuerzan son: escuchar el
cuento que se le lee en la cama, tranquilo; Comer todos los alimentos que se le
ponen y terminarse la comida del plato; Cariñoso, saluda sonriente y da un beso a
los invitados (abuela y otros familiares); Natación. Sobre estas conductas, las
primeras semanas pedimos a los padres que las refuercen explícitamente y lo
registren. Con esto, aseguramos que estas conductas adecuadas aumentan y se
mantengan. También conseguimos aumentar la tasa de reforzadores que se aplica
al niño, para que éste se sienta suficientemente atendido, busque menos llamar la
atención con conductas inadecuadas. Respecto a los padres, también es
beneficioso comenzar con los reforzadores las primeras semanas, para
asegurarnos que los padres entienden la sistematicidad en la aplicación de
contingencias, comienzan con el seguimiento de nuestras pautas y vayan
obteniendo resultados positivos. Durante las 4 primeras semanas, les pedimos
que refuercen explícitamente al menos 4 veces al día cada uno. Cuando
introducimos el siguiente paso de la intervención, dejamos de registrar
reforzadores, y dejamos a su elección el reforzamiento explícito, recordándoles su
importancia y utilidad.
Las conductas inadecuadas que queremos extinguir son: gritar, decir palabrotas,
pegar a su hermano, y golpear cosas.
Entre las normas, introducimos las conductas que queremos instaurar: recoger los
juguetes cuando termina el juego, dejar la ropa sucia en el cubo y lavar los dientes
antes de dormir. Éstas, las introducimos más adelante, y gradualmente, ya que el
objetivo prioritario es eliminar las conductas disruptivas.
Las conductas inadecuadas que queremos extinguir son: gritar, decir palabrotas,
pegar a su hermano, y golpear cosas.
Entre las normas, introducimos las conductas que queremos instaurar: recoger los
juguetes cuando termina el juego, dejar la ropa sucia en el cubo y lavar los dientes
antes de dormir. Éstas, las introducimos más adelante, y gradualmente, ya que el
objetivo prioritario es eliminar las conductas disruptivas.

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN EN EL AULA


Cada niño requiere atención adaptada a sus características, pero en general
suelen tener dificultad en:
• Bajo rendimiento académico
• Dificultades cognitivas: memoria a corto plazo, concentración, atención
discontinua o no sostenida
• Dificultad socio emocional: baja autoestima, baja tolerancia a la frustración,
sentimientos depresivos, inmadurez, etc.
Pautas de intervención
Suelen ser efectivas las técnicas derivadas de la psicología cognitivo conductual
como es:
• El refuerzo positivo
• Contratos conductuales
• Entrenamiento de autoinstrucciones
• Técnicas de relajación
• Dentro de las pautas de intervención debemos incluir el tratamiento que
necesita el niño: tratamiento psicológico y farmacológico si lo tiene.
• Es muy importante el trabajo en equipo por parte del profesorado, el
terapeuta y la familia.
El profesor debe seguir pautas muy claras ante el alumno, reforzar la actitud y
conducta positiva dejando en ocasiones a un lado las negativas. De esta manera
el alumno se sentirá motivado, el profesor debe potenciar la tutoría individualizada,
establecer una relación diaria con la familia mediante agenda o tutorías
frecuentes.
Sin embargo, los profesores no están obligados en esta colaboración.
Acciones que facilita la concentración en clases:
• Preparar un pupitre aislado cuando la actividad requiera más concentración
y que pueda utilizar voluntariamente cuando lo necesite.
• Sentar al niño cerca del profesor
• Controlar su trabajo y atención de forma indirecta
• Preparar un lugar donde pueda colocar los objetos con los que se distrae
• Dar instrucciones concretas y cortas sobre la tarea provocando contacto
ocular y cercanía física
• Permitir al niño moverse cuando ha permitido un tiempo razonable en su
silla
• Tener sobre la mesa solo el material que necesite
• Tener en clase pasatiempos, juegos y otras actividades para los alumnos
que terminen antes y motivar así a los más lentos.
• Adaptar las tareas a su capacidad de atención y tolerancia
• Reforzar toda conducta positiva que el niño realice.

PRONOSTICO,
Lo que puede suceder con el chico que continua su tratamiento, es que aumentan
las posibilidades de que su condición vaya mejorando con la edad, tener una
calidad de vida mejor en el transcurso de sus etapas, principalmente infantil y/o
escolar, e incluso poder suspender los tratamientos y llevar una vida normal en
una edad más avanzada.
Si el chico no continua con el tratamiento, es muy posible que se vea limitado en
sus aptitudes académicas y de socialización, esto implicaría un retraso cada vez
más difícil de superar y con consecuencias negativas para su autoestima y la
presencia de problemas de conducta, y aumentaría al riesgo de conflictos en las
etapas de su vida.
REFERENCIAS

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educación del menor de 6 años. Revista Acción Pedagógica, 13(2), 154-
161. Recuperado
de http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/17215/2/articulo4.pdf
• Guzmán, R. y Hernández, V. I. (2005). Estrategias para evaluar e intervenir
en las dificultades de aprendizaje académicas en el trastorno de déficit de
atención con/sin hiperactividad. Revista de Teoría, Investigación y Práctica
Educativa. Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna.
Recuperado
de https://www.fundacioncadah.org/j289eghfd7511986_uploads/20120607_f
4NhR5UaMENXU2ceOOr1_0.pdf
• Pons, V. (s.f.). Psicoterapeutas.com. Recuperado el Noviembre de 2018, de
Tratamiento de un caso de Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad:
http://www.psicoterapeutas.com/paginaspersonales/Violeta/tdah_caso.html

• Santiago J. et al. (2006). Procesos Psicológicos Básicos. Percepción.


España: Mc Graw Hill.

• Guzmán, R. y Hernández, V. I. (2005). Estrategias para evaluar e intervenir


en las dificultades de aprendizaje académicas en el trastorno de déficit de
atención con/sin hiperactividad. Revista de Teoría, Investigación y Práctica
Educativa. Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna.
Recuperado de
https://www.fundacioncadah.org/j289eghfd7511986_uploads/20120607_f4N
hR5UaMENXU2ceOOr1_0.pdf
• TDAH y tú, Impacto del TDAH en la vida, Recuperado de
http://www.tdahytu.es/impacto-del-tdah-en-la-vida/
• tdahytu (30 de septiembre de 2013) TDAH: Tú Decides Ahora, [Video]
Recuperado el 23 de noviembre de 2018:
https://www.youtube.com/watch?v=Hf3UDfp-qUs

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