Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Los maestros de Simón Bolívar fueron más de once. Destacan: Simón Narciso
Rodríguez, Andrés Bello y Alexander von Humboldt, entre otros muchos.
Como personaje histórico, tuvo una gran influencia para los líderes y militares del
continente americano. Su legado forma parte de la historia universal e, incluso, ha dado pie
a corrientes políticas nacionalistas reconocidas bajo el nombre de “bolivarianismo”.
Sus acciones y pensamiento marcadamente liberales estuvieron influidos por su entorno, las
ideas de los grandes pensadores de La Ilustración y, naturalmente, por los maestros que
forjaron y guiaron su educación.
Don Fernando Vides era cercano a la familia Bolívar. Fue testigo durante la toma de
posesión de la casa de Las Gradillas y tutor del resto de hermanos de Bolívar. Al niño
Simón le dio clases de aritmética, primeras letras y escritura.
Don Guillermo Pelgrón era maestro desde 1778 y dirigía una de las pocas escuelas de
primaria que operaban legalmente en Caracas. Instruyó a Simón en lengua y cultura latina y
gramática.
Fue sacerdote y maestro de música desde mediados del siglo XVIII, reconocido
simplemente por el nombre de “Padre Sojo”(Calcaño, 1973).
Como maestro y tío abuelo por la línea materna del Libertador, estableció una relación
estrecha con el joven a través de la enseñanza de la música en su escuela de música,
establecida en el pueblo de Chacao, Caracas.
En esa escuela también instruyó a grandes músicos de la historia de Venezuela como José
Ángel Lamas, Juan José Landaeta (autor de la música del Himno Nacional de Venezuela),
Lino Gallardo, Cayetano Carreño, entre otros (Swain, 2016).
Instruyó a Bolívar en historia y religión (espiritualidad) (Prieto & Argüelles Mauri, 2002).
7- Simón Rodríguez
Simón Rodríguez, posteriormente conocido como Simón Robinson, fue un escritor, filósofo
y educador venezolano, reconocido tanto por sus obras como por haber sido uno de los
principales maestros y mentores de Bolívar (Tarver Denova & Frederick, 2005).
Ejerció la docencia desde los 21 años en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños. Allí
conoció al pequeño Simón y se convirtió en su maestro.
En el año 1974, Rodríguez presentó un escrito crítico, inspirado en las ideas de Rousseau,
acerca del modelo educativo de las naciones americanas. Su pensamiento y escritos sobre
educación denotaban un espíritu liberal y transgresor para su época.
Incluso Bolívar aludió en sus cartas que su maestro enseñaba divirtiéndose, intentando
romper las viejas costumbres derivadas del colonialismo español.
Ávido lector y amante de la libertad, su carácter impactaría en Bolívar años más tarde de su
primer encuentro, puesto que Simón era solo un niño y su familia lo envió, durante la
adolescencia, a Europa para que aprendiera de bellas artes y buenas costumbres, como era
común en un joven de su posición.
Viajaron por Francia e Italia, presenciaron la coronación de Napoleón Bonaparte como rey
de Italia y subieron juntos al Monte Sacro, en Roma, donde Simón Bolívar recitó su célebre
juramento por la Independencia de América.
«Usted formó mi corazón para la libertad, para la justicia, para lo grande, para lo hermoso.
Yo he seguido el sendero que usted me señaló. Usted fue mi piloto, aunque sentado sobre
una de las playas de Europa. No puede usted figurarse cuán hondamente se han grabado en
mi corazón las lecciones que usted me ha dado, no he podido jamás borrar siquiera una
coma de las grandes sentencias que usted me ha regalado» (Rumazo González, 2005).
8- Andrés Bello
Andrés Bello fue uno de los humanistas y educadores más importantes de toda la historia
de Venezuela y América Latina. Sus aportes sirvieron como marco de referencia para
empezar a definir la civilización Hispanoamérica.
Su trabajo dio origen al Código Civil; su crítica fue importante en el proceso independista;
promovió la creación de instituciones educativas y medios de comunicación; aportó
grandes obras a la literatura y al estudio de las primeras letras, entre otras hazañas de una
vida dedicada durante más de 7 décadas al humanismo.
Sin embargo, como maestro de Bolívar, tuvo una corta influencia durante su juventud,
impartiéndole clases particulares de Geografía y Literatura.
Bolívar zarpó a Madrid con tan solo 15 años de edad. Fue recibido en la cómoda casa del
Marqués de Ustáriz, su protector y maestro durante la estancia en la capital española.
Según algunos historiadores, Ustáriz fue una de las personalidades más importantes en la
vida y formación de Bolívar, a pesar de que la historiografía se enfoque en la influencia de
Rodríguez y Bello.
Algunas cartas de Bolívar certifican que, en Madrid, Bolívar aprendió de equitación, baile y
esgrima, mientras profundizaba en sus lecturas de filósofos ilustrados, clásicos de la
antigüedad, historiadores, oradores y poetas, incluyendo los clásicos modernos, para la
época, de España, Francia, Italia y Gran Bretaña.
También el marqués apoyó a Bolívar durante el cortejo y matrimonio con la joven María
Teresa Del Toro (Cardozo Uzcátegui, 2011).
Alexander von Humboldt fue científico y naturalista alemán de gran influencia para la
humanidad, debido a que su carácter e ideas resaltaban frente a los ideales comunes de su
tiempo.
Conoció a Bolívar durante su estancia en París y establecieron, desde entonces, un lazo que
llenaría de sentido muchas inquietudes del Libertador de América y forjaría también una
amistad que se prolongó hasta la muerte de Bolívar, en 1830 (Rippy & Brann, 1947).
En Humboldt, Bolívar encontró un igual ante sus opiniones sobre la naturaleza y las
naciones. Junto a él nutrió su pensamiento de profundo humanismo, cosmovisión, respeto y
conciencia naturalista.
Para Humboldt, Bolívar representaba todo el potencial que América significaba. Por ello,
dedicó varios años de estudio a la naturaleza del Nuevo Mundo. Bolívar le reconoció cada
descubrimiento como una hazaña que había dado más al continente que cualquier otro
conquistador (Revista Madre Tierra, 2014).
Cuando era pequeño, Bolívar inició su educación como un niño de su posición, a través de
tutores particulares que ya habían instruido a sus hermanos mayores.
Sin embargo, tras la muerte de su madre a los 9 años, la tutela de Simón pasa a manos de su
abuelo Feliciano. Al poco tiempo, este también murió y quedó bajo la tutela de su tío
Carlos, el cual se reconocía como un hombre avaro que quería quedarse con la inmensa
fortuna del niño Simón (Sherwell, 2005).
Carlos inscribió a Bolívar en la Escuela Pública del Cabildo de Caracas. Allí su experiencia
educativa fue muy pobre y floja, no solo a su rebeldía, sino a que el recinto tenía numerosos
problemas de organización y recursos que impedían un óptimo servicio.
Por reclamo de una de sus hermanas, retiraron al niño de dicha institución y, desde
entonces, su educación adquiriría un carácter informal y liberal de la mano de influyentes
maestros y tutores.
Se formaría con libros y documentos profundos de John Locke, Thomas Hobbes, Voltaire,
Rousseau, Montesquieu, entre otros (Straussmann Masur, 2016). Su formación se
complementó con viajes a Europa e, incluso clases de idiomas modernos, esgrima, danza y
equitación.
La Carta de Jamaica
Documento que Simón Bolívar escribió en Kingston el 6 de septiembre de 1815, y el
cual estaba dirigido a un inglés quien se presume pudo haber sido Henry Cullen, súbdito
británico, residenciado en Falmouth, cerca de Montego Bay, en la costa norte de Jamaica.
La edición en inglés de dicha carta tuvo el título de A friend y en castellano, Un caballero
de esta isla. El texto más antiguo que se conoce es el manuscrito borrador de la versión
inglesa conservado en el Archivo Nacional de Colombia Bogotá, en el fondo Secretaría de
Guerra y Marina, volumen 323. La primera publicación conocida de la Carta en castellano
apareció impresa en 1833, en el volumen XXI, Apéndice, de la Colección de documentos
relativos a la vida pública del Libertador, compilada por Francisco Javier Yánez y Cristóbal
Mendoza. No se ha localizado el manuscrito original castellano, ni se conoce copia alguna
entre 1815 y 1883, salvo las 2 publicadas en inglés, de 1818 y 1825.
Al llegar Bolívar a Kingston en 1815, contaba con 32 años. Para este momento llevaba
apenas 3 años de plena responsabilidad en la lucha de emancipación, pues esta actividad la
inicia a partir de la declaración del Manifiesto de Cartagena el 15 de diciembre de 1812.
Durante este período desarrolló una intensa actividad militar. Primero, en 1813, con la
Campaña Admirable, que lo llevó vertiginosamente en pocos meses a Caracas el 6 de
agosto de 1813 para intentar la refundación de la República, empresa que termina en 1814,
en fracaso frente a las huestes de José Tomás Boves. Luego de este fracaso regresa a la
Nueva Granada, para intentar repetir la hazaña de la Campaña Admirable, acción que es
rechazada por sus partidarios. Sintiéndose incomprendido en Cartagena de Indias, decide
tomar el 9 de mayo de 1815 el camino de destierro hacia Jamaica, animado por la idea de
llegar al mundo inglés y convencerlo de su cooperación con el ideal de la independencia
Hispanoamericana. En Kingston vivirá desde mayo hasta diciembre de 1815, tiempo que
dedicó a la meditación y cavilación acerca del porvenir del continente americano ante la
situación de la política mundial.
El Manifiesto de Cartagena
Documento político escrito por Simón Bolívar el 15 de diciembre en la ciudad de
Cartagena de Indias (Colombia). Fundada por el capitán madrileño Pedro de Heredia en
1533, la ciudad colombiana fue la primera provincia del Reino de Nuevo Granada en
proclamar su total separación del régimen español. En tal sentido, se llamó "Estado libre y
absolutamente independiente", en el acta del 11 de noviembre de 1811. Por tal motivo, se
convirtió en el primer lugar a donde primero se dirigieron los patriotas luego de la pérdida
de la Primer República a mediados de 1812. Entre éstos figuraba Simón Bolívar, quien
salió de Venezuela por el puerto de La Guaira el 27 de agosto de ese año, rumbo a Curazao,
en permaneció hasta finales de octubre, cuando partió hacia Cartagena. En dicha ciudad se
reunió Bolívar con otros expatriados, con los cuales ofreció sus servicios al gobierno de la
Nueva Granada, en carta fechada el 27 de noviembre de 1812 que suscribe junto al letrado
Vicente Tejera, ex ministro de la Alta Corte de Justicia de Caracas. Semanas después de
enviada esta carta, el 15 de diciembre, Bolívar elabora su Memoria dirigida a los
ciudadanos de la Nueva Granada por un caraqueño, documento más conocido como
Manifiesto de Cartagena.
En lo que es considerado como su primer gran documento político, Bolívar analiza los
errores en los que incurrieron los hombres de la Primera República de Venezuela, tales
como la adopción del sistema federal; la debilidad del gobierno; la impunidad de los
delitos; la mala administración de las rentas públicas; la falta de conciencia ciudadana para
el fiel cumplimiento de los deberes constitucionales y el ejercicio de los derechos; a la
ambición de unos pocos y al espíritu de partido que todo lo desorganizó; a lo que además se
sumó el terremoto del 26 de marzo de 1812, la influencia de eclesiásticos contrarios a la
independencia y la imposibilidad de establecer fuerzas armadas permanentes y bien
organizadas bajo un mando único. Concluye Bolívar en su manifiesto con las siguientes
palabras: "... Corramos a romper las cadenas de aquellas víctimas que gimen en las
mazmorras, siempre esperando su salvación de vosotros: no burléis su confianza: no seais
insensibles a los lamentos de vuestros hermanos. Id veloces a vengar al muerto, a dar vida
al moribundo, soltura al oprimido y libertad a todos." La primera edición del Manifiesto de
Cartagena (bajo el título original ya mencionado de "Memoria dirigida a los ciudadanos de
la Nueva Granada por un caraqueño") se realizó en la imprenta de Diego Espinoza en
aquella misma ciudad, en 1813, probablemente muy a comienzos de ese mismo año.
El Congreso de Panamá
El Congreso Anfictiónico de Panamá se instaló entre el 22 de junio y el 15 de julio de
1826. Crear una confederación de los pueblos iberoamericanos desde México hasta Chile y
Argentina era el objetivo central.
Se constituyó en la concreción del máximo sueño del Libertador, quien en 1815 expresó
desde Jamaica: "¡Qué bello sería que el Istmo de Panamá fuera para nosotros lo que el de
Corinto para los griegos!... Ojalá que un día tengamos la fortuna de instalar allí un augusto
Congreso...".
Bajo esta perspectiva, Bolívar anhelaba el entendimiento entre todos los países y buscaba la
unidad del continente.
La Gran Colombia, México, Perú y la República Federal de Centro América, mientras que
Gran Bretaña envió un observador y los Países Bajos otro a título personal.
El Congreso de Angostura
Inaugurado el 15 de febrero de 1819 por Simón Bolívar en Angostura (hoy Ciudad Bolívar)
representó el segundo Congreso Constituyente de Venezuela. Se llegó a su instalación
luego que Bolívar expusiera en 1818 ante el Consejo de Estado, la necesidad de convocar a
elecciones para celebrar un Congreso Nacional que diese una salida constitucional a la
inestable situación política del país. En tal sentido, desde la realización del primero y hasta
ese momento único Congreso republicano de Venezuela entre 1811 y 1812; transcurrieron
varios años en los cuales los avatares propios de la guerra de independencia impidieron la
reunión de un Congreso Constituyente, pues el breve intento llevado en Cariaco no tuvo tal
carácter. En 1818, pese a que buena parte del territorio se hallaba bajo control de las fuerzas
españolas, la dominada por los patriotas era suficiente para demostrar al mundo que
Venezuela tenía capacidad de organizar y poner en marcha su Poder Legislativo.
Cabe destacar que el propio 15 de febrero, Bolívar leyó en la sesión inaugural su famoso
Discurso de Angostura, el cual reflejó la profundidad del pensamiento político del
Libertador. El principal cometido del Congreso como tal, fue dar a Venezuela una Carta
Fundamental, lo cual llevó a cabo.