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La adolescencia es un momento vital en el que suceden multitud de cambios que afectan a todos los aspectos
fundamentales de una persona. Se transforman nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras relaciones familiares,
sociales y educativas.
Los estudiosos hablan de la adolescencia como el período de transición entre la niñez y la edad adulta,
estableciéndose subetapas que significan momentos con diversa problemática en la vida de los adolescentes:
adolescencia temprana (11-14 años), adolescencia media (15-18 años), y adolescencia tardía o juventud (a partir de
los 18 años).
Su comienzo se asocia con la aparición de la pubertad, con la maduración física y sexual; pero relativamente no son
conceptos sinónimos, ya que la adolescencia se define por significativas transformaciones psicológicas, sociales y
culturales.
El final de la adolescencia–juventud viene marcado por la culminación del proceso de “emancipación”, permitiendo
que los jóvenes accedan a la condición de adultos. Esta emancipación tendría como requisitos: el logro de la
independencia económica, la autoadministración de los recursos, la autonomía personal y la formación de un hogar
propio.
Se considera a la adolescencia como un proceso más que como una etapa con identidad propia y límites definidos.
“La adolescencia no es ni una repetición del pasado ni una mera estación intermedia entre la infancia y la edad adulta.
Es un espacio pleno de historia y potencialidad” (Kaplan).
Las etapas evolutivas en el ser humano como invenciones culturales. En relación con la adolescencia y la juventud,
constituyen un producto generado socialmente a través de la historia y las culturas.
En la Edad Media y Moderna, existían clasificaciones que establecían diferencias entre la infancia (hasta los 7 años),
la pueritia (entre los 7 y 14 años) y la adolescencia (entre los 14 y 21 años).
Para muchos estudiosos, la adolescencia surge en Europa y en los Estados Unidos como etapa claramente
diferenciada a finales del siglo pasado y viene marcada por conjunto de transformaciones sociales en diversos
ámbitos. Se encuentran tres esferas fundamentales:
En la actualidad reina la escasez de oferta laboral, nos encontramos en una percepción de los adolescentes como
personas limitadas, adultos no logrados. Esta visión de la adolescencia está siendo suplantada por la “posmoderna”,
donde la adolescencia sería sinónimo de elaboración y madurez en diferentes terrenos. Varios autores plantean que
ambas concepciones, incapacidad (inmadurez, imposibilidad de crecer y ser autónomos) y elaboración (madurez,
desamparados a la hora de afrontar importantes cambios), resultan poco beneficiosas para los adolescentes.
Para que exista algo definido como juventud, deben darse una serie de condiciones sociales: normas,
comportamientos e instituciones que distinguen a los jóvenes de otros grupos de edad; y una serie de imágenes
culturales: valores, atributos y ritos asociados específicamente a los mismos.
Los adolescentes suelen presentar aburrimiento, fatiga, desinterés en las actividades que cuando de niño les
resultaban interesantes. Suelen ser tímidos o extravertidos desmedidamente, sus relaciones familiares pueden verse
debilitadas, ya que algunos presentan lo que se denomina pseudoautismo, esto es, que cuando de encierran en un
mundo imaginario, porque no se sienten adaptados ni al mundo de los adultos, ni a su propio cuerpo y prefieren no
exponer la inevitable torpeza que su nuevo y grande cuerpo les produce. En esta etapa el interés por el sexo se
agudiza.
Se considera a la adolescencia como un período de crisis aguda, ya que en ella se manifiesta y conjugan importantes
rupturas y transformaciones en lo biológico, psicológico y social. Es considerado por algunos autores como la tercera
crisis vital; definiendo a esta como un momento dentro del proceso de búsqueda de la identidad, de transformación
de las estructuras objétales (relaciones, representacionales). Una crisis vital pone en cuestión toda estructura de
relación de objetos (psíquicos o sociales), ya sea consciente o inconsciente de manera que el YO queda subsumido
en la imaginación activa o creadora. (Crisis vital: momento o situación que además de constituir un aporte
significativo de cambios y modificaciones, exige al sujeto, para su resolución, aportes de creatividad y esfuerzo. De
estas crisis, surge un nuevo individuo más pleno. Depende también del propio sujeto y de su entorno)
Para Aberastury como parte de esta etapa vital que es la adolescencia, el adolescente debe afrontar tres duelos
inherentes a esta etapa, para convertirse en adulto. Estos duelos constan de tres procesos:
a- Duelo por el cuerpo infantil: consiste en ir aceptando las modificaciones biológicas, ante las cuales siente
impotencia, ya que no puede hacer nada para aceptar estos cambios. Se refleja una rebeldía en la esfera del
pensamiento. Se halla incómodo con su cuerpo, como torpe, tira y rompe todo. Trata de negar la pérdida de
su identidad y su cuerpo infantil. Las fluctuaciones constantes de la realidad, lo impulsa a elaborar esa
pérdida, a ir conformando su nueva personalidad.
b- Duelo por el rol e identidad infantil: en la adolescencia sufre un “fracaso de personificación”. No se da cuenta
de cómo debe actuar, ya que no es un niño pero tampoco un adulto. Sufre una confusión de roles, recurre al
“mecanismo de defensa esquizoide” de delegar toda responsabilidad y obligaciones en el grupo de pares,
forma parte de las actividades del mismo, pero no se hace cargo de sus consecuencias.
c- Duelo por los padres de la infancia: empieza a separarse de sus padres, marcando el “fin de la relación de
dependencia”. Tiene la necesidad de una identidad fuera de la familia, aunque también se siente parte de
ella.
Todos estos cambios producen una nueva búsqueda de identidad y un nuevo rol por el infantil ya superado. Es
necesario que el pasaje de la relación infantil de los padres a la adolescencia (de una dependencia total a una pseudo-
independencia), sea lento. Esto facilitará su independencia en un futuro y hará menos traumático el duelo.
El aparato psíquico es el término que utiliza Sigmund Freud para denominar a la mente humana. El aparato psíquico
funciona con energía (también llamada afectos, placenteros y displacenteros) y representaciones. Tanto el placer
como el displacer son energía que circula entre las representaciones que están en el aparato psíquico. Freud señala
instancias o partes que modulan y controlan los recorridos de dicha energía, lo que hemos visto como “tópicas” del
aparto psíquico:
PRIMERA TÓPICA:
El Sistema Consciente:
Este sistema es el que nos hace relacionarnos en forma directa con la realidad a través de todo lo que percibimos.
Las representaciones conscientes son todo lo que registramos ya sea afuera nuestro (lo que vemos, escuchamos,
hacemos, etc.) como lo que pasa dentro (lo que recordamos, deseamos, sentimos, etc.). Sin embargo para la teoría
psicoanalítica no sólo el sistema consciente es el que percibe. También los inconsciente y lo preconsciente están
presentes en el momento de percibir. Esa presencia hace que muchas veces la percepción esté distorsionada por
algún deseo inconsciente que esté incidiendo.
El Sistema Preconsciente:
Es el sistema situado entre el inconsciente y el consciente, separándole de aquél, la censura. Está formado por
aquellos sentimientos, pensamientos, fantasías, etc. que no están presentes en la conciencia, pero que pueden
hacerse presentes de manera fácil. Cuando decimos por ejemplo: “Lo tengo en la punta de la lengua” casi siempre
estamos haciendo referencia sin saberlo, a algo que está representado en nuestro preconsciente.
El Sistema Inconsciente:
Está separado, dividido, del pensar consciente. El inconsciente, es el nivel donde se encuentran todos los contenidos,
emociones, deseos, ideas, vivencias y conflictos reprimidos que no tienen lugar en la conciencia, debido a que la
intensidad que poseen produce displacer (sufrimiento) a la persona cuando los recuerda, por ello los reprime y
permanecen por fuera de la consciencia.
Freud dice: “Una representación inconsciente será entonces una representación que no percibimos, pero cuya
existencia estamos, sin embargo, prontos a afirmar, basándonos en indicios y pruebas.” Esos indicios y pruebas
pueden ser las llamadas formaciones del inconsciente: Síntomas – Actos fallidos – Sueños – Chistes.
CARACTERÍSTICAS DE CADA SISTEMA:
ALÓGICO
LÓGICA DE LA REALIDAD LÓGICA DE LA REALIDAD
(Ausencia de contradicción)
Modelo estructural del aparato psíquico regido por las instancias ello – yo – superyó. El crear la segunda teoría o
tópica sobre el aparato psíquico, Freud no abandona la primera, sino que la complejiza.
ELLO:
Es la parte primitiva desorganizada de la personalidad. Su único propósito es reducir la tensión creada por pulsiones
primitivas relacionadas con el hambre, lo sexual, la agresión y los impulsos irracionales. Representa nuestros
impulsos, necesidades y deseos más elementales. Opera de acuerdo con el principio del placer y desconoce las
demandas de la realidad. Allí existen las contradicciones, lo ilógico, al igual que los sueños. Representa la necesidad
básica del ser de cubrir sus necesidades fisiológicas inmediatamente y sin considerar las consecuencias. El Ello, no es
sinónimo de inconsciente. El Ello tiene una relación estrecha y conflictiva con las otras dos instancias.
YO:
Tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con el mundo exterior, a la vez
conciliándose con las exigencias del Superyó. Evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando
como un intermediario contra el mundo externo. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que mediar entre las
tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía
por el mantenimiento de su organización integrada. Es un sistema de funciones psíquicas tales como el examen de
realidad, defensa psíquica, funciones cognitivas e intelectuales (síntesis de la información, memoria y similares).
Es la entidad que actúa como regulador entre las demandas del Ello y del Superyó.
SUPERYÓ:
Contrarresta al ello, representa los pensamientos morales y éticos recibidos de la cultura. Consta de dos subsistemas:
la “conciencia moral” y el ideal del yo. La “conciencia moral” se refiere a la capacidad para la autoevaluación, la crítica
y el reproche, basándose en lo que está bien o mal en la cultura y sociedad en la que vivimos. El ideal del yo es una
autoimagen ideal que consta de conductas aprobadas y recompensadas. El Superyó es una instancia que no está
presente desde el principio de la vida del sujeto, sino que surge a consecuencia de la internalización y resolución del
complejo de Edipo.
EVOLUCION PSICOSEXUAL
Predomina una energía libidinal, una energía sexual que circula en todo el sistema, desde que nacemos, pasando por
la infancia, la adolescencia, la adultez, hasta nuestra muerte. Va tomando diferentes órganos como medio de
intercambio:
1° zona: erógena
- Entre los 0 a 2 años
- Zona de intercambio: la boca (se vincula con el otro)
- Zona de placer. Siente placer ante el estímulo oral, por ejemplo la succión del bebé. Es un placer oral
ante una sexualidad infantil, cuya sexualidad es un plus de seguir succionando ante la ausencia del
objeto.
- Esta energía sigue circulando. Si se queda fijada por exceso o por defecto, es un problema. Por ejemplo,
que tome la teta con 4 años se produce un exceso de estimulación.
2° zona: anal
- Entre los 2 a 3 años y medio. Edades relativas
- Experimenta el placer en expulsar el pis o la caca. Deja los pañales
- Juegos didácticos. Jugar con agua, masa, barro, etc.
- Aparecen características de personalidad
- Retener: introvertido – amarrete (objetos como placer)
- Expulsivos: sódico, patotero, puteador, etc.
- Aparece el control a partir del otro.
3° zona: momento fálico
- Entre los 3 a 5 años
- Descubrimiento de los órganos genitales, del mismo cuerpo y el de los otros. Se tocan se miran.
Exploración del cuerpo. El niño empieza a mirarlo de otra manera
- Pudor del niño en mostrar su cuerpo
- Aparece el Edipo (enamoramiento hacia la madre o padre)
- Etapa importante de la exclusión
4° zona: lactancia
- Entre los 6 a 12 años
- Toda esta energía sexual tiene que calmarse, para que el niño pueda salir a sociabilizarse
- Cuando hay problemas de aprendizaje, a veces los problemas están en lo que no se cortó en la familia o
con la madre.
5° zona: genital
- De los 12 años en adelante
- Sexual, oral, anal
- Culminabilidad de estas zonas anteriores en la relación sexual
- Se empieza a experimentar con otros, es decir, enamorarse, que le rompan el corazón, llorar, etc.
- Todo el cuerpo sexuado, dispuesto o predispuesto al acto sexual.
MECANISMOS DE DEFENZA
Es el resultado del conflicto entre el Ello, el Yo y el Súper Yo, un conjunto de reacciones inconscientes ante este
conflicto. Regula las cargas de energía interna o disminuye en cierto punto la tensión que existe entre ellos, con el
objetivo de proteger el equilibrio psíquico y evitar perturbaciones o alteraciones en la psique del sujeto. Principales
mecanismos de defensa:
2- Represión: proceso por el que un impulso o idea inaceptable se torna inconsciente. El individuo rechaza ideas
pensamientos y recuerdos para mantenerlos en el inconsciente.
3- Regresión: un retorno a formas anteriores del funcionamiento psíquico, la regresión se puede comprender
dentro del marco de la psicología evolutiva como un paso atrás en el desarrollo.
4- Formación reactiva: proceso por el que un impulso o deseo inaceptable es controlado por la exageración de
la tendencia opuesta.
5- Anulación retroactiva: proceso por el que la persona se comporta como su una idea o acción anteriores que
resultan amenazadoras no hubieran tenido lugar.
6- Introyección: proceso por el que la persona coloca dentro de sí lo que en realidad está fuera. Las amenazas
del exterior se internalizan con el objetivo de intentar controlar su efecto en nuestra estabilidad mental.
7- Proyección: proceso por el que la persona coloca fuera de sí, en otra persona o cosa, sentimientos, deseos o
características propias. De este modo, evita cambiar ese elemento de su conducta y/o personalidad.
8- Sublimación: proceso por el que un instinto (sexual o agresivo) es derivado hacia un fin diferente. Cuando
un individuo sublima un instinto, sustituye su motivación y la redirige hacia una creatividad más aceptada
socialmente.
9- Aislamiento: proceso por el que la persona aísla un pensamiento o un evento, rompe así sus conexiones con
el resto de sus vivencias y evitando que forme parte de su experiencia significativa.
10- Desplazamiento: mecanismo de defensa del yo por el cual la mente inconsciente redirige las emociones que
nos produce una circunstancia hacia otro objeto, persona o situación.