Está en la página 1de 20

De actor a actriz caroayala

Paty es una niña que no sabe que es niña hasta que decide entrar al mundo de la actuación y
empieza su bella transformación al mundo de mujer. Version para imprimirEnviar este relato a un
amigo/a
Yo era un niño muy tímido, serio y con pocos amigos. Creo que en ese entonces pesaba a penas
unos 40 kilos, era extremadamente delgado, mi pelo era muy lacio y un poco rubio, y mi piel
blanca, muy blanca. Me sentía intimidado por otros niños que se burlaban de mí, pero gracias a
que tenía una familia muy sólida, no me afectaba mucho. Cuando yo tenía 13 años, y mientras
cursaba el primer año de secundaria se abrió un taller de actuación. La maestra de actuación
comenzó a invitar a todos los estudiantes para unirse al club los sábados por la mañana. Al
principio, yo no estaba muy convencido, sin embargo, algo que dijo la maestra durante su
invitación cautivó mi atención: "aquí pueden aprender a expresarse mejor... a ser menos
tímidos..." lo cual después de pensarlo mucho terminó por convencerme.
Así fue que comencé a ir todos los sábados por las mañanas al taller de actuación y teatro. El arte
terminó por apasionarme y quizé aprender lo más posible de la actuación. Aprendí a proyectar la
voz, las técnicas de respiración, movimientos teatrales, memorización de libretos, en fin, un
sinnúmero de técnicas y habilidades que a lo largo de mis tres años de secundaria adquirí.
Mi pasión por la actuación no se quedó ahí pues al entrar a la preparatoria descubrí que existía
también un club de actuación. Asi que desde mi primer semestre ingresé y comencé a actuar en
obras de mi escuela. Todo iba bien, disfrutaba mucho la escuela y la actuación, tenía pocos
amigos y muchas amigas, pero me sentía muy agusto. No obstante, en mi segundo semestre
pasó algo que cambiaría mi vida para siempre.
Así que a mis 16 años, en mi segundo semestre de preparatoria, el director de actuación quizó
hacer una obra cómica con la ayuda de sus mejores actores, entre los cuales estaba yo, la obra
se llamaba "Solo son ellos..." Se trataba de dos amigos que estan enamorados de dos chicas
respectivamente, quienes estan en un campamento de verano exclusivo para mujeres, los amigos
se disfrazan de mujer para entrar y poder estar con estas chicas. En total se necesitaban solo 10
personajes, de cuales, los dos amigos eran los principales. El concepto me interesó mucho y me
pareció un gran reto para mí. El maestro director me pidió que yo interpretara a uno de los amigos
que se visten de chica para entrar al campamento. Acepté junto con otro amigo actor, Ernesto,
quién era un año mayor que yo y con mucha más experiencia. Comenzamos a ensayar
inmediatamente.
Después de algunos días, el maestro director habló conmigo seriamente: "siento que no vas a
poder dar el papel..." Lo cual me decepcionó mucho. El aclaro que todas las escenas de hombre
las hacía a la perfección, pero que en las cuales tenía que pretender ser mujer simplemente no
me salían, él me dijo que era "demasiado varonil" y que ni por ser comedia quedaría bien en el
papel. Ernesto también batallaba un poco, pero con sus habilidades actorales lograba sacar el
papel decentemente. Le pedí al director algunos consejos de actuación, pero él sólo me dijo que
tenía que adentrarme más en el papel, y que es algo que solo sale con talento y dedicación.
Tomé muy enserio lo que me sugirió.
Ese fin de semana, empecé a investigar por internet lo más que pude acerca del arte de
actuación femenino, de cómo los hombres pueden actuar como mujeres, hablar, caminar y
parecer tal cual. Descubrí que los japoneses tenían muchos siglos de experiencia en eso, en un
arte teatral llamado Onnagata, después de horas y horas de leer esos documentos, seguí
investigando y descubrí que en la actualidad hay muchos hombres japoneses que se visten de
mujer por diversión, además de que escuché por primera vez el término "newhalf" que refiere a
chicas transexuales japonesas. Todo el fin de semana aprendí miles de cosas sobre actuación,
más sobre todo, vi con mis propios ojos el arte de la transformación de hombre a mujer, el
trasvestismo y la transexualidad, cuales hasta ese entonces no sabía ni siquiera que existían.
Al regresar a la escuela le pedí al maestro director otra oportunidad, que me diera solo una
semana, y que si para la próxima no daba los resultados deseados para la actuación, podría
conseguir a otro. Él me dijo que ya había conseguido a otro actor para el papel, pero que me
tendría en cuenta de todas formas por si el actor fallara o por si hubiese otro papel vacante. De
todas formas yo le dije que repasaría el guión y los movimientos teatrales que él ya había
designado para estar listo por si me hablaba.
Mi reto entonces subió de nivel, ahora tenía que quitarle el papel el nuevo actor que ya estaba
ensayando la obra, la ventaja que tenía yo es que ya me sabía el libreto y los trazos, así que solo
tenía que trabajar en mi participación femenina. Esa semana dejé de ir al ensayo, pero continué
estudiando el arte teatral ahora en la modalidad de trasvestismo. Llegué a la conclusión que la
mejor forma de poder actuar como mujer era siendo una. Así que sin pensarlo dos veces hable
con una de mis amigas, Sandra, para ver si me ayudaba a actuar más como mujer. Sandra, quien
era vecina mía, no estaba muy convencida por el proyecto, pero aún así me ayudó un poco.
Después de platicar por muchas horas en su casa y de tomar muchos apuntes del
comportamiento de las mujeres, forma de ser, vestir, etc., Sandra no vio ninguna salida viable
para mi problema de actuación más que tener que haber nacido mujer para actuar como mujer.
Según ella, no habría otra forma de entenderlas y ser como una, sino el solo experimentar ser
una mujer. En ese momento conecté todos mis pensamientos, mi investigación, mi reto actoral, y
todo lo que Sandra me dijo, y se me ocurrió una brillante idea: "Y que tal si vivo como chica por
unos días..." le sugerí a Sandra, quien después de calmar un poco su sorpresa, me comentó que
sería algo muy difícil, era buena idea, pero algo sumamente complicado. Finalmente, no
resolvimos nada y se quedo así.
Al día siguiente, de la nada, me armé de valor, me levanté como 5 horas antes de mi hora
acostumbrada, tomé ropa de mi hermana mayor, maquillaje y todo lo que pude. Me vesti de mujer
y me fui a la escuela así tal cual. Sin más complicación ni problema. Al llevarme mi mamá a la
escuela, obviamente se dio cuenta de mi transformación. Le comenté que era un proyecto para la
escuela. A lo cual, ella extrañada y algo molesta, aceptó de todas formas y me llevó así. Yo me
sentía super segura de mí misma, aquel muchacho de secundaria tímido y de pocos amigos, se
había transformado en una hermosa joven adolescente de 16 años, segura de ser muy mujer.
Al principio, vi que algunos notaron que era nueva, alguna que otra mirada, pero nadie se imaginó
quién era yo en realidad. No me vestí vulgar ni provocativamente, solo unos jeans, una blusa, una
chaqueta y zapatos tennis. Maquillaje natural, sin nada de extravagancias, pelo largo y suelto.
Nada fuera del otro mundo. En este entonces media 1.63, pesaba cuando mucho 55 kilos, por lo
cual tenía un cuerpo muy delgado, y notaba que casi cualquier cosa se me veía bien. Para
rellenar las cadera y los pechos utilice unas esponjas, pero nada exhuberante.
Entré a mi salón de clases como si nada, la maestra me vio y preguntó si era nueva. Pensé en
decir la verdad y confesarle mi nombre, pero simplemente le dije que me llamaba Paty y que era
nueva y así se quedo. Poco tiempo después, todo el mundo me conocía como Paty, en otros
salones y años inclusive. Parece ser que la chica nueva era muy popular con los chicos.
Decidí continuar con mi "trabajo actoral" en las clases de la mañana y finalmente en la tarde ya
decir quién era yo. Realmente, me sorprendió mucho que nadie sospechara de quién era, pero
agradecí todo eso a mi preparación como actor, puesto que había entrenado mi mente y cuerpo
muy duro para este momento. Al llegar la tarde, fui al club de teatro para hablar con el maestro
director, pero no estaba nadie. Alguien me dijo que se habían ido a representar la escena en otra
escuela preparatoria, los habían invitado hacía unos días y se fueron para allá. Sin pensarle
mucho, decidí ir a ver a mis compañeros actuar así que asistí a la presentación.
Llegué un poco más temprano, y entré tras vestidores para saludar a mis compañeros. Todos
estaban alterados y muy nerviosos. Luego el maestro director gritó furioso que faltaba la actriz
principal, aquella que debía de ser la novia de Ernesto según la obra de teatro. Yo entré como si
nada, y ya que no me reconocían, el director me corrió de los camerinos. Yo le dije que me sabía
la obra y que podía ayudarle. Me preguntó el cómo es que conocía la obra, a lo que simplemente
dije que ya la había hecho en mi escuela y que me sabía todos los papeles.
Pensé que era mi oportunidad para brillar como actor, casi profesional, nunca imaginé en un reto
así, claro es, que al momento de hablar, me di cuenta que realmente ya no era "yo" hablando, era
como si "otra persona" hubiera nacido en mí aquella mañana. Como si el hombre en mí hubiera
muerto, y en su lugar, estaba ahora Paty, una joven hermosa, segura de sí misma, líder,
ambiciosa y sin pena del mundo y de nadie. Esto era algo difícil de explicar, lo único que razoné
es que esto era debido a mi gran trabajo actoral, pero simplemente fue algo más que eso, es algo
que salió de mi control, y la mujer que había creado se apoderó de mi vida.
Bien, tal cual, el maestro tomó el riesgo, me pusó como actriz principal, hicimos la obra
perfectamente. Yo salí en escena como mujer el 100% de la obra, nada que ver con el papel de
hombre que se vestía de chica, ahora era yo la mujer, la estelar de la obra. El vestuario fue casual
en algunas escenas, pero en la final, cuando la estelar se hace novia del personaje que hacía
Ernesto, se suponía que lucía un vestido corto, con zapatos altos, y algo de escote, super
arreglada. Lo que las otras chicas habían conseguido fue un precioso vestido rojo, ceñido al
cuerpo, zapatos super altos negros, y con accesorios muy hermosos.
Tuve que inventar mil excusas para decir que me iba arreglar sola en los pocos minutos que tenía
para hacerlo antes de la escena final. Arreglé el escote lo mejor que pude, escondí todo lo que
estaba de más, y resalté todas las curvas femeninas. Maquillaje de noche, glamuroso y el pelo
con un arreglo sencillo pero elegante. Salí del camerino a obscuras, solo se escuchan mis
tacones en el chocas del piso. Llegó el tiempo de mi escena: salí en el centro del escenario, todas
las luces y reflexiones en mí, escuché un mil chiflidos y asombro de mi impactante belleza,
inclusive a Ernesto le tomó un tiempo recordar sus líneas y volver al personaje.
Hicimos los diálogos, en la escena bailamos un poco, y al final nos besamos frente a todos. Todo
el mundo aplaudió euforicamente, hicimos caravana y antes de cualquier cosa, me esfume y
desaparecí en medio de todos. Así como la cenicienta, deje la ropa prestada y me escabullí.
Ahora no quería que nadie supiera quién en verdad era yo, solo quería que conocieran a Paty y
era todo lo que me importaba.
Regresé a casa, guardé toda evidencia de mis acciones. Mi mamá me preguntó cómo me había
ido, solo respondí que bien, y al día siguiente quisé pretender como si nada hubiera pasado.
Estaba aterrada de mi descubrimiento y realmente no sabía que hacer.
Me encontré a Ernesto en los pasillos, lo vi algo ofuscado, como quería evitar cualquier contacto
solamente le iba a sacar la vuelta e irme, pero me vio y se acercó a mí.
-Hey, no fuiste a la obra ayer, ¿dónde habías estado?- me dijo saldando Ernesto.
-Anduve ocupado- contesté secamente sin buscar contacto visual.
-¡Lo que te perdiste!- continuó en forma de reclamo y lamento.
-Así ¿qué pasó?- imaginando que mencionaría el éxito de la obra.
-Ayer conocí a la mujer de mi vida, pero parece que es de otra escuela.- agregó Ernesto.
-¿Quién es?- sin que por la mente me pasara lo que diría a continuación.
-Se llama Paty, la conocí ayer en la obra, es super buena actriz y muy hermosa- aseguró y
adicionó -pero no se si la vuelva a ver- terminó con cierto tono de decepción.
Aún en sorpresa, no sé de dónde salió lo que dije a continuación:
-Lo más seguro es que la vuelvas a ver- tan pronto y pronuncié las palabras, me despedí y me fui.
"Esto no es bueno" pensaba para mí mientras me retiraba. Creo que ahora me gusta Ernesto,
creo algo pasó cuando nos besamos, creo que soy gay... a mil por hora ocurrieron flujos de
información de pensamiento en todo lo que era o pensaba que era... finalmente, concluí... no, no
soy gay... realmente soy... soy una mujer y... no sé que hacer ahora.

Me enamore del papá de mi alumna

caroayala

Maestr@ joven de 25 años de primaria se enamora de un imposible: el papá de una de


sus alumnas, ¿qué es lo que podrá hacer para que se fije en la maestr@?

Llevó varios años trabajando en un colegio para niñas. Recientemente me promocionaron para
ser docente de planta, que involucra más paga pero más responsabilidad. El cómo tener juntas
con padres y madres de familia.
A pesar, de qué empecé mi transformación en mujer con hormonas y ejercicio hace dos años,
oculto mi cuerpo femenino todavía en el colegio, así que aún trabajo como hombre. Este sería
mi último ciclo escolar y así el próximo año podría ya salir a conseguir trabajo como maestra.
Con todos mis documentos en regla y lista para vivir mi nueva vida.
Sin embargo, en estos últimos meses, me paso algo imprevisto. Totalmente fuera de mis
planes. El día de la primera junta de padres y madres, regularmente solo vienen las mamás a
hablar de sus hijas. Pero ese día, llegó un padre, que digo un padre, un papacito. Un hombre
muy varonil, alto como de 185cm, barba cerrada, ojos cafés y pelo castaño, hombros anchos y
muy amable. Me trato muy bien, yo no podía quitarle la vista de encima, sentado junto a mí,
preguntando cosas de su hija. Fueron los veinte minutos más intensos de mi vida. Creo que
simplemente me enamoré. Pero sabia que era un imposible, su esposa es madre de una de mis
alumnas, y aunque no los conocía antes, no era nada ético hacer algo así. Lo decidí dejar como
un amor platónico.
Entre mis fantasías y locas ideas, el resto de mi vida fuera del colegio seguía normal. Vivía
como mujer, a excepción del tiempo del colegio. Mis papás me aceptan como su hija, y no hay
problemas con nadie ni nada más. Mi cuerpo después de mi decisión de cambiarlo, estaba ya
muy bien formadito. Mido 1.65mts, peso solo 60kilos. Piel clara, ojos avellana, pelo rojizo.
Nalgas redonditas, caderas anchas, cintura estrecha. Gran parte de mi rápida transformación
fue que me quité mis testículos, haciendo que las hormonas funcionarán más rápido y mi pene
más pequeño. Mis pechos crecieron muy bien, aunque mo tanto como hubiera deseado, así que
podríamos decir que tengo un cuerpo tipo pera, con mucha pierna, cadera, cintura estrecha
pero pechos chicos. Aunque se que eso se arregla con una cirugía, también hubiese sido muy
difícil para mí ocultarlos entre que ya conseguía trabajo como mujer.
Mi vida con mis amistades y uno que otro pretendiente estaba bien. Sin mucho de que
preocuparse solamente dejar que las cosas se dieran en mi vida naturalmente. No contaba, con
que este hombre estaría en mis pensamientos día y noche.
Hace algunas semanas hubo una noche de gala organizada por el colegio. Esta fue con el fin
de recoletar fondos para la parroquia. Como maestro me reporte enfermo, pero dije que iba a
invitar a una amiga en mi lugar. Así que esa noche me fui de gala, con un vestido negro
escotado de la espalda, ajustado que dejaba ver toda mi hermosa figura de mujer. Aumente un
poco mis pechos con un push up, que los hacía ver enormes. Zapatos de tacón altos, collar y
aretes perfectos, y con un maquillaje que pasé tres horas para terminarlo. Me puse finalmente
una peluca tipo rubio cenizo, haciéndome de una mujer hermosa a una diosa.
Al llegar a la cena de gala, todas las miradas estuvieron sobre mí. Me invitaron a tomarme fotos,
y a sentarme con varias personas, pero ya tenía asiento reservado así que solo llegué a mi
lugar.
Para mi sorpresa, en mi misma mesa estaban algunas parejas de papás de mis alumnas. Y ahí,
en esa misma mesa, justo frente a mí, estaba él. Estaba él con su esposa, pero no hacía platica
con ellos por estar lejos de mí. Se abrió la pista de baile, y todos salieron a bailar con sus
parejas, excepto yo, que no sabía que era cena baile. Me sentí terrible y quise irme enseguida.
Note que el papá de mi alumna y su esposa no bailaban. Pensé que a lo mejor no les gustaba.
Resultó que cuando nos quedamos los tres solos en la mesa, ella alzando su voz, me preguntó
"¿quieres bailar?", luego me hizo señas para mostrarme que tenía un tobillo enyesado y que no
podía ni caminar bien, luego me dijo entre risas, "te presto a mi marido, solamente me lo
regresas".
Sentí su respiración en mi cuello mientras bailabamos. Sin palabras, danzamos toda la noche,
su cuerpo, grande y varonil. Me encendió su olor a hombre, como nunca antes lo había
experimentado. Sentía sus brazos gruesos apretando mi cintura y espalda. Estaba sin lugar a
dudas sumamente encendida, con fiebre de 40o, sudando y moviendome tan sexy y sensual
como si nadie nos viera.
Llegó la hora de la cena, y nos sentamos a descansar un poco. Después de terminar, su esposa
dijo que se sentía muy mal y que se iba a retirar con una amiga, pero que me iba a dejar a su
marido hasta la última hora, pues es cuando rifarían un viaje en crucero. Esto para cerrar la
velada y recolectar todo el dinero posible.
El hombre y yo nos quedamos como si fuéramos marido y mujer. Seguimos bailando, ahora
más pegaditos, la música era ahora de más intensidad y requería más contacto físico.
Estuvimos comiéndonos con las miradas y acaraciando nuestros cuerpos hasta cansarnos. Él
no dejaba de mirar mi cuerpo, mis pechos, mis caderas, y yo me perdía en sus ojos y en sus
brazos. Seguimos así, casi sin palabras, solo pura atracción física.
Al cerrar la noche, volvimos a la mesa para escuchar quien ganaría el crucero. Salió el número
ganador: 13 45 7. Lastima, que no era de él ni el mío. Ya me había soñado en un crucero, solos
los dos, a él en traje de baño viendo su cuerpo grueso y fuerte de hombre, y a mí en bikini
enseñando mis mejores atributos con mi piel suave y bronceada bajo el sol
¡El dueño del número no apareció! Se vuelve a rifar: 14 33 1. ¡Increíble! ¡Es mi número! En
medio de aplausos y mas envidias, me dan el certificado, y después de unas fotos, se acaba la
velada. La noche era mía sin lugar a duda. Él, ahora, después de tantas horas, comienza a
hablar conmigo, diciéndome que soy muy afortunada y que gracias a él había ganado. Su voz,
me intoxicaba y me elevaba. Voz muy de hombre.
Mientras me acompañaba al estacionamiento, le confesé diciendo que la suerte la había traído
su esposa, así que les regalaba el certificado del crucero para ellos, después de todo ers para
dos personas y yo estaba sola. Sin decir más palabras, él solo me tomó fuerte de la cintura, me
atrajo hacia su torso, y me plantó un beso muy largo y delicioso, que tuve que corresponder.
Enseguida, nos subimos a su carro, y mientras nos besabamos, con mis traviesas manos baje
su cierre y pantalón para dejae libre a su herramienta. Para, mi sorpresa, no era tan grande
como imaginé, pero estaba muy gruesa. Me encantó, y la comencé q besar y a chupar, mientras
me llevaba a un motel de paso.
Llegando a la habitación, le pedí me diera unos momentos para asearme. Él se acostó en la
cama, quitándose la ropa. Y yo, deslizándonme el vestido, me fui quitando todo, excepto mi
brassiere y mi tanga. Había, hace tiempo conseguido un aditamento que solo funciona si no
tienes testículos como yo, y este es como una mariposita gancho en el cual se acomoda toda la
piel del escroto para formar unos labios y vulva. El resultado es una muy buena réplica de
genitales femeninos. Sin embargo, ésta partecita no se puede penetrar, así que limpié muy bien
mi anito y vertí dentro de mí con un aplicador casi medio litro de lubricante vaginal.
Salí después de unos minutos al encuentro com mi imposible amor. Solamente usando
brassiere negro de encaje, tanga negra pequeñísima, liguero, medias negras y zapatos de
tacón. Él ya estaba desnudo, con su amigo bien firme y listo. Pero, en lugar de agarrarme como
un animal salvaje, se acercó a mí muy lento y lindo.
Estando de pie los dos,. e vio, me dio un beso tierno, luego bajo a mi cuello, y siguió besando
cada parte de mis hombros, pechos y vientre. Sentía como su respiración se aceleraba mientras
pasaba de besos a leves mordidas. Me hizo sentarme, me quitó el brassiere, y ahora concentró
su energía en chupae, besar y acariciar mis pechos recién formaditos. Sentía como me prendía
a mil. Gimiendo cada vez más de placer, estando sin freno total, solamente quería que me
hiciera suya, y no podía aguantar más las ganas.
Luego, me quitó mi tanga, bajo a mis partes, quiso besarlas y morderlas, pero no lo dejé. No
quise que algo por ahí se saliera de orden, así que mejor me puse en cuatro, y estando él de
pie al lado de la cama, me metí su pene hasta lo más profundo de mi garganta.
Estaba que ya no podía más, me voltee de espaldas a él, enseñándole mi gran cadera y
redondas nalgas. Tomé con mi mano su cosa, me la acomodé en la entrada de mi ano, y me la
encajé apretando con mis nalgas su cuerpo. Ufff, aquella cosa se me hizo ahora tan gruesa y
largs, que sentí que me partía en dos. Yo misma seguí moviendome fuerte contra él, no lo deje
ni siquiera que hiciera algo, el simple movimiento de mis caderas hacían todo el trabajo.
Él solo gimió de gran placer. De seguro no se espera nada de esto. Llegó al punto de querer
explotar, pero me detuvo, dejándome como fiera enojada y salvaje. Con mis ojos llenos de
deseo y pasión.
Cambiando el ritmo, me acostó de espaldas, volvió a recorrer con su boca y dientes toda mi
espalda, hasta llegar a mis nalgotas, cuales se fue comiendo y besando. Me metió un dedo
dentro de mi anito, buscando mi punto g, creo yo, luego me volteo boca arriba y subiendo mis
caderas sobre una almohada, sin decir nada me dejo enterrar toda su cosa hasta sacarme
gritos de gran placer.
¡Wow! Sí que lo sabes hacer papi, le dije entre mis gemidos de ahhh, ahhhh, ahhhh, ¡ahí, ahí!
Él y yo nos veíamos cara a cara mientras nos besabamos, entre gemidos y gritos, y me
penetraba cada vez más duro, buscando en su mente rozar con mi punto g. Siguió luego
rápidamente hasta que me hizo gritar y el explotó todo su amor dentro de mí.
Terminamos con muchos más besos y caricias. Nos cambiamos y me regreso a mi casa.
Dejando mi carro en el estacionamiento del evento.
Sin lugar a duda fue mi noche.

Me enamoré del papá de mi alumna 2

caroayala

- +

Maestr@ de primaria continua su aventura con el papá casado de su alumna.


¿Sospechará el papá que esta acostándose con una transexual?

Después de aquella noche de aventura con el papá de mi alumna, quedé sin verlo por un
tiempo. No hubo juntas con padres ni madres de familia en mi escuela, ni más eventos, así que
ya no vi al guapo papá por ningún lado. Como quiera, aunque lo haya visto no me hubiera
reconocido vestida de hombre.
Al pasar de las semanas, mi tratamiento hormonal empezó a surtir un efecto poco usual.
Después de varios años de hormonas y poco crecimiento de mis pechos, éstos se
potencializaron. De pasar de una copa A pasé a C, en casi abrir y cerrar de ojos. Mis caderas,
muslos ya habían alcanzado su máximo potencial y mi cinturita seguía pequeña, gracias al
régimen de alimentación y ejercicio que seguía además de las hormonas, y claro, el no tener
testículos, ayudaba mucho.
Esto, por lo tanto hizo ya imposible que me ocultara como hombre en la escuela, ya mi cuerpo
era demasiado obvio, así que tuve que renunciar y quedar desempleada. Por un lado, estuvo
bien, porque ya no aguantaba fingir de hombre, así que a partir que renuncié viví ya al 100
como mujer. Me deje el pelo largo y de mi color natural castaño.
Para tener un ingreso mientras conseguía trabajo formal como mujer me publiqué en un página
de Internet para dar asesorías escolares a domicilio. Comencé por las tardes con alguno que
otro alumno, y empecé a juntar algo de dinero para mis gastos. Un día me mandaron un
mensaje para ir a apoyo escolar, llegué a la casa, y para mi sorpresa me recibió la mamá de mi
ex alumna, al principio creo no me reconoció, puesto que en la fiesta que nos conocimos
andaba yo muy arreglada y con otras dimensiones corporales. Ahora, andaba yo más seria,
vestida de falda a las rodillas, zapatos de tacón ejecutivo, blusa blanca y saco sastre. Además
usaba el pelo recogido, que ya lo traía algo largo, y lentes.
El apoyo era para uno de los primos de mi alumna, que se quedaban en la casa por las tardes.
Me dio gustó ver rostros familiares, y también sentí un alivio que el papá de familia no estaba
cuando yo iba. Debo confesar que mi sentimiento era entre alivio y enojo, puesto que por un
lado yo quería verlo de nuevo, pero por otro lado sabía que no iba a resultar nada bueno de esa
relación. Puesto, que principalmente y tristemente para mí él es casado
Un día fui a dar mis asesorías como cada miércoles en la tarde. Tenía ya varias sesiones
asistiendo al hogar, sin problemas ni contratiempos. De hecho, como el trato era solo con la
mamá, empecé a vestir más relajada sin tanto formalismo. Así que ese día me fui vestida de
pantalón jeans blancos ajustados, una tanguita blanca de encaje, una blusa manga larga de
cuadros, un poco escotada que dejaba ver un poco mi brassier blanco, también de encaje, y
unas sandalias. Pelo suelto, aretes grandes, maquillaje natural, y con una cruz en medio de mi
pecho.
Llegué a la casa y toqué el timbre, la puerta de la calle de abrió y me dirigí a la puerta de la
casa. Abrí y me metí como de costumbre. Al llegar a la sala, vi que no había nadie, esperé unos
minutos y me dirigí a la cocina a buscar a la gente. No había nadie. De repente, escuché una
voz de hombre del piso de arriba que decía, "amor, ¿ya llegaste?". No respondí nada. Regresé
a la sala y me topé con él. Igual que antes, alto, de barba, ojos cafés, hombros anchos, vestía
unos shorts de mezclilla azul, y una playera sin mangas. Nos quedamos viendo el uno al otro
sin decir nada por unos instantes. Luego, finalmente me dijo "perdón, creí que eras mi esposa,
pero tú eres quién viene a dar a asesorías, ¿verdad?" y continuó diciendo, "creo que a mi
esposa se le olvidó decirte que tuvo que salir. ¿Cuánto es que te paga?" Y en eso sonó su
teléfono móvil, de inmediato lo leyó y me comentó: "mi esposa dice que no llegará sino hasta ya
tarde en la noche. De nuevo disculpas por hacerte venir, ¿quieres tomar algo?" En eso se
dirigió a la cocina invitándome a acompañarlo.
En lo que llegamos a su cocina, tomó un vaso para servirme agua y volvió a sonar su teléfono,
pero lo había dejado en la sala. Se disculpó diciendo que en un regresaba. En esos momentos,
no sabía que pensar. Tenía una mezcla de sentimientos encontrados. Dude por un tiempo si se
acordaba de mí o si estaba fingiendo. Eso sí, ambos estábamos muy nerviosos.
En lo que él se fue, yo tomé el vaso que dejó para servirme agua, quedé de espaldas a la
puerta que daba a la sala. Mientras me servía un poco de agua agua, en un instante sentí unas
manos en mi abdomen, y una respiración en mi cuello. Éstas manos se metieron debajo de mi
blusa y subieron poco a poco hasta mis ya grandes pechos, tocando la cruz que traía colgando.
A la vez que sentí mordidas en mi nuca y cuello que no dejaban de prenderse en mi piel.
Yo solo cerré los ojos y dejé que el condujera. Me deshizo como barro en sus manos. Sus
manos no se despegaban de mi piel, su boca y lengua no dejaba de humedecer cada
centímetro de mi piel. Me desabrochó el brassier antes de quitarme la blusa, dejándolos libres a
la gravedad y a sus manos traviesas.
Me volteó de frente a él, me desabotonó lentamente mi blusa de cuadros, acompañado cada
botón de un beso y leves mordidas que recorrían de abajo a arriba poco a poco, pasó por mi
ombligo, beso mis costillas, paseó lentamente por en medio de mis desnudos pechos, llegando
a mi cuello, barbilla y planteándose en mis labios. Me quitó finalmente mi blusa y mi ya suelto
brassier, dejándome con el torso desnudo frente a este varón que no paraba de admirar mi
cuerpo.
Nos besamos mucho, mucho, mucho. Como si no nos importara el tiempo, o mejor dicho, como
si no hubiera tiempo. Juntando nuestros labios me encendió de gran forma. Quería más y más
de él, lo quería todo, y no me importaba nada en absoluto. Solo mi deseo me conducía a él, me
atraía a él, necesitaba de él.
Me tomó en sus brazos y me hizo acostar sobre la barra de la cocina. La barra que en otros
lados le llaman buffetera. Ahí se quitó el la camiseta que vestía, se acostó sobre mí y ahora yo
comencé a besarlo, sus pectorales, sus robustos hombros, su cuello.
Luego, pasamos a lo inevitable. De un momento a otro desabrochó mis jeans blancos y de un
movimiento me los quitó, mientras yo me deslizaba las sandalias fuera de mis pies. Me dejó
solo con mi tanguita, mis anchas y redondas nalgas apretadas contra la fría barra de la cocina,
y sus ojos de deseo sobre mí
Comenzó con mis pies. Los beso y los mordió, luego con mis pantorrillas y la parte de al lado de
mis rodillas. Se abrió paso, jalando mi cuerpo hacia él y poniendo su cabeza entre ambas
rodillas mías. Yo solamente tenía mis manos agarrando con fuerza los bordes de la barra.
Cerrados mis ojos y dejándome amar más y más.
Me besó muy suavemente los muslos y fue bajando lentamente a mi entrepierna. Con cada
beso y caricia subía a un grado mi temperatura corporal. Me cuerpo solo deseaba más y más
de él. Llego el punto en que llego a mi falsa vagina. Esta falsa vagina estaba formada con un
adaptador que conseguí, es como un gancho del cual se forman un tipo labios con la piel del
escroto, funciona solo si no tienes testículos y no se puede penetrar. Siempre lo traigo puesto, y
mi pequeño pene queda muy escondido. Al llegar a esa zona íntima, me besó, para empezar
sobre mi tanguita, luego la hizo a un lado con la lengua y empezó a jugar con mis falsos labios.
Dado a que no tengo en mi cuerpo hormonas masculinas es imposible que tenga una erección,
pero de haber podido esos movimientos suaves y deliciosos me hubieran puesto súper dura y
grande. Aquél hombre, aquella lengua, esos dientes hacían un trabajo de maravilla. Sentía los
pelos de la barba haciendo locuras en mis partes. Se veía y sentía que era un experto. Me
sacaba gemidos y gritos de placer inigualable. Me dejó toda mojada por fuera, jugando con se
lengua a diferentes velocidades mientras que sus manos acariciaban mis pechos, caderas y
cuerpo. Este era un placer sin control.
Antes de que me quitara la tanga, le dije que ahora era mi turno de comer. Así que acostadita
aún yo boca arriba, se puso al lado mío, se quito lo que traía puesto y me dio a comer de su
plátano macho sobre la barra de la cocina. Me la metí toda de un solo movimiento que me hizo
ahogarme, y así la tuve toda mi en boca, dejándola toda dentro de mi boca y luego sacándola.
Después, tomé con mi mano su ancha cosota para solo chupar la puntita, como si fuera una
paleta, mientras la maseajeaba con mi mano. Él solo se deleitaba en lo que le hacía, además
de ver como mi pechos se movían, yo gemía y mi otra mano hacía masaje en mi falso clítoris.
Llegado el momento, me baje de la barra que ya no estaba tan fría, me quité la tanguita, y con
mis dos manos abrí mis grandes nalgas para hacerle ver mi apretado anito. Este hombre se
emocionó mucho. Bastante diría yo, que se hincó y ahora se comió para morir mi pequeño
orificio. Volvió a producir en mí sensaciones que nunca había imaginado sentir, su calientita
lengua en mi anito, sus manos abriendo espacio en mis nalgas, sentí como se hundía y hundía
dentro de mí y me ponía a mil y a diez mil por hora. Ya no lo resistía más, pero no dejaba de
besarme y chuparme mi anito, como si se comiera un melón o un mango, cada vez más jugoso
y con gran intensidad. Le pedía que ya me hiciera suya, pero se negaba y me metía más la
lengua, le pedía otra vez y me "castigaba más" haciéndolo con más intensidad. Le decía, que
ya no aguantaba más, que ya, ya lo hiciera en mí. Se negaba una y otra vez en medio de mil
gemidos y gritos míos a punto de reventar.
Finalmente me hizo poner en cuatro en el piso de la cocina, y delicadamente puso su punta
dentro de ya jugoso anito. Le pedí que ya no jugara más y que me hiciera suya ya, se lo rogué e
imploré. Tomo con sus manos mi cintura, y de un movimiento la dejó entrar toda, causándome
mucho dolor y placer, sentí como si me hubiera perforado mis intestinos, al no estar bien
lubricada por dentro. La volvió a sacar toda y la volvió a meter a una sola. Clavó con
movimientos que hacían sufrir de dolor y gemir de placer varias veces. Primero la sacaba toda,
luego de un movimiento la dejaba venir dentro de mí. Después de unos minutos de jugar así,
comenzó a montarme con rapidez y mucha fuerza, clavándose rápido y más rápido, mientras yo
lloraba de dolor pero pedía más y más.
En unos segundos tomó su máxima fuerza, haciéndolo súper duro y rico, y también provocando
en el inter que yo tuviera una pequeña eyaculación de líquido transparente, después que salió
mi líquido calientito sentí una mega explosión dentro de mí, muy caliente que sentí que recorrió
hasta lo más recóndito de mi interior. Se zafó de mí y se levantó, mientras me dejó con un anito
latiendo de tanto moviendo y sacando su lechita en pulsaciones.
Me ayudó a limpiarme con unas toallitas y papel de baño, y también se aseó él. Me invitó a
bañarme con él, pero rehusé y le dije que para la próxima. Me cambié y medio peiné y arreglé.
Lista ya para irme, nos dimos un fuerte, cariñoso y dulce beso. Me dio una nalgada y me dijo
que ya tenía mi teléfono para encontrarme y que no me iba a escapar ya de él jamás.
Lo volví a besar y me fui.

Me enamoré del papá de mi alumna 3

caroayala

Mi tercer encuentro con mi amor imposible, el papá de mi alumna de la escuela donde


impartía clases. ¿Es un amor imposible? ¿Es una aventura? ¿Se enojará conmigo por
mi pasado?

Pasaron varias semanas desde nuestro último encuentro. Yo me dediqué a seguir trabajando
impartiendo asesorías y a buscar trabajo de lo que fuera. Para este entonces, como ya había
dicho en mi relato anterior ya vivía como mujer en la sociedad y en mi familia.
A mis 26 años, y a casi un año de haber abandonado mi trabajo como hombre, mi pelo ya lo
traía largo, y me lo cambié a pelirroja. Mis facciones y cuerpo gracias a mi tratamiento hormonal
ya muy femeninos, después de tres años y de haber removido mis testículos desde el principio.
No muy alta, pero no muy baja. Delgada, piel clara, ojos castaños claros y lo más importante,
una cintura muy apretadita, unos pechos que no dejaban de crecer, de copa C ahora eran copa
D, y una cadera y nalgas que estaban super gigantes.
Ya que obtuve mis papeles con mi nombre de mujer, y mi acta de nacimiento que decía que
había nacido hembra, fui a varias entrevistas de trabajo, pero me ofrecían muy poco dinero.
Básicamente busque de toda clase de oportunidades, ya que mis asesorías no me daban
suficiente dinero. Pensé que mi vida iba a ser más fácil ya una vez siendo mujer, pero me di
cuenta que no.
Mi círculo de amistades que dijo que ya me habían advertido de eso, que vivir como mujer es
mucho más difícil que de hombre. Además el encontrar pareja es sumamente difícil, pues la
mayoría de los hombres que valen la pena, o son casados o tienen pareja o son gays. Eso, sin
embargo, no cambió en lo más mínimo mi decisión de ser mujer.
También noté, que en un principio cuando salía muy de vez en cuando de mujer a la calle, me
gustaba que los hombres me viera y me dijeran cosas. Luego cuando empecé a vivir como
mujer medio tiempo, me seguía gustando que en lugares públicos los hombres se me quedaran
viendo. Pero ya una vez siendo mujer al 100%, el simple hecho de andar en la calle o en un
lugar público me hace sentir insegura y cansada de escuchar a hombres decirme cosas, de
seguirme, de buscarme plática y cosas del estilo. Y claro que mis medidas y atributos de mujer
no ayudaban mucho a evitar ser notada. No podía ir al gym, o andar en transporte público sin
que alguien me dijera algo. Después de mucho, me resultó muy cansado y fastidioso. Es parte
del precio de ser mujer.
Mi amor imposible, el papá casado de mi ex-alumna, me pedía fotos por el teléfono y que lo
siguiera viendo. Yo de nuevo, me hacía la difícil, pues como dije antes, aunque él me gustaba y
me parecía muy atractivo, estaba casado y no me convenía meterme en una relación así.
Estuvieron bien los encuentros que tuvimos, pero creo que era la mejor dejarlo así. Él, sin
embargo, insistía que nos viéramos en un lugar privado o motel, pero solo le daba largas. Ya no
estaba impartiendo asesorías en la casa de él, por lo cual era más complicado que nos
encontráramos.
Un día fui a una entrevista de trabajo, siempre a cada una de mis entrevistas iba vestida de
ejecutiva, con saco, blusa, falda arriba de las rodillas, zapatos de tacón alto, maquillaje discreto
y sencillo y pocos accesorios. Cansada ya de esa fórmula, ese día fui con un vestido casual
strapless largo (sin mangas, sin tirantes) se sostenía con un cordón que se amarraba atrás y
dejaba ver mi cuello, y toda la parte superior de mi pecho. Tacones alto, algo de accesorios y
bien arreglada. Quería verme como modelo, pero a la vez profesional. El puesto era para una
empresa hotelera, en la sección de recursos humanos. La entrevista fue con otras mujeres y la
entrevistadora era mujer también. Mi osadía en ser diferente ¡funcionó! pues salí de la
entrevista con el trabajo. Ese día me sentí muy feliz y quería ir a celebrar.
En el momento que salía de la entrevista, me llegó un mensaje de él, diciendo que iba a estar
solo en su casa y si quería ir a darle una "asesoría". Como andaba de muy buen humor y
queriendo celebrar, le dije que sí, y que ya iba en camino para allá. No me respondió nada sino
con un solo: "dejaré la puerta abierta para que entres hasta la recámara principal".
Llegué a la casa. No vi a nadie. Entré y llegué hasta la recámara grande. No se veía él por
ningún lado. Solo un babydoll rojo sobre la cama y una nota que decía: "pontelo, es mi esposa,
regreso en unos minutos". El babydoll estaba hermoso, de encaje de buen gusto, transparente
de casi todos lados, de tirantes finos, con una pequeña faldita y una micro tanga que apenas
era un triángulito que cubría mi micro pene. Ese día, por azares del destino no había usado mi
adaptador escroto-vagina, como en mis experiencias sexuales anteriores. En ese día y en ese
momento no me importó. Pensé que él ya sabía que era una mujer que había nacido como
hombre. Sin embargo, dicen que el uso de hormonas no disminuye el tamaño del pene, pero en
mi caso sí lo hizo, este era muy pero muy pequeño. Además, sin mis testículos, la piel que me
colgó alguna vez se empezó a retraer y a hacer compacta. Así que, a pesar de no traer el
adaptador, mi cosita era casi totalmente plana y aunque lejos de aparentar ser una vagina, no
parecía para nada un pene y una bolsa de testículos. Sin ponerme o quitarme nada más, solo
me desvestí dejando mi vestido y brassiere strapless, mi tanga y mis zapatos a un lado. Me lavé
muy bien mi anito, y quede solo con el babydoll y su micro tanguita puestos en mí. Mi pelo largo
rojo suelto, mis labios rosas y mi sed de macho sobre la misma cama de él y su esposa.
Al minuto llegó él. Como siempre, encantador. Alto, hombros anchos, de barba, mirada tierna.
Solo vestía unos boxers encima y ya se notaba su erección tan pronto y me vio. Traía en una
mano una botella de vino y en la otra un consolador, un pene de látex de unos 20cm o más y
muy grueso. Y me dijo sonriendo, -"traigo unos juguetes para divertirnos"-. Enseguida, tomé el
consolador de sus manos y me lo metí en la boca, mientras él se sentó en un sillón, abrió la
botella de vino y comenzó a beberla. Yo me puse a jugar con el juguetote. Viéndolo a él a los
ojos, lo saboreaba como caramelo sobre la cama de su esposa, me lo metía todo y lo lamía con
mi lengua, mientras lo usaba para acariciar mi cuerpo. El solo hecho que me viera me excitaba,
el hecho de que lo estaba haciendo en la cama de su esposa con su ropa me excitaba más. Me
tocaba mis pechos mientras lo pasaba sobre mí, lo volvía meter en mi boca mientras con mis
manos masajeaba mis nalgas, mi cintura y mi gran clítoris. Me mordía mis labios mientras me lo
pasaba por entre mis piernas y mis pompas. Él se volvía loco pero no se estaba tocando, solo
me veía y lo disfrutaba.
Me seguía tocando y acariciando, mientras me pasaba en todo el cuerpo el juguete. Lo volvía a
meter a mi boca y lo llenaba con saliva. Me quité los tirantes frente a él, dejando saltar a mis
pechos D, que ahora eran mucho más grandes que la primera vez que nos vimos. Él lo notó,
pero siguió admirándome, no dijo nada. Me puse el juguete en medio de mis pechos
haciéndoles una rusa, y después de tallarlos con fuerza en mi gran busto, me lo metí todo a la
boca de un bocado. Él estaba ya explotando en chispas y sudando de tanta excitación, mientras
me veía jugar a la niña fogosa con ese accesorio tamaño diablo.
Llegó el momento, me retiré el babydoll en un suave streap tease, lanzándolo sobre él, y
dejándome solamente la micro tanga. Tan pronto, se lo lancé, me volteé de espaldas,
mostrándole mis nalgas de balón de baloncesto, agarré el miembro falso y lo presenté en mi
entrada anal -"Ayyy, ahí me gusta"- gemí con voz dulce y delicada. Él seguía sentado sin
tocarse, yo por mi parte me tomé de la cama con una mano, y estando de pie me recliné un
poco para enseñarle mis nalgotas, mientras con la otra mano empujaba poco a poco el miembro
de juguete.
-Ay papi, no quiere entrar.- Le dije con voz juguetona.
Me puse solo la puntita del juguete en mi ano.
-Mira nene, aquí esta en la puertita, ya listo para darle- le seguí diciendo golosamente.
Como no tenía lubricante me la pasaba lamiendo todo el miembro de juguete y chupando mis
dedos que usaba enseguida para acariciar mi anito apretado y darle de mi saliva. Al principio
me dolía mucho.
-¡Papi, papi! Me duele mucho, no estoy lista todavía, mírame, ¿te gusta?- le comentaba
mientras a penas metía un centímetro del super miembro en mí.
El seguía solo disfrutando la vista. Sin tocarse ni hacer nada.
-¡Ay, ay, ay! me duele mucho, gritaba de dolor mientras seguía masajeando con saliva mi ano y
chupando fervorosamente el pene grueso y largo.
Poco a poco iba entrando, pero con mucho trabajo y dolor. Me dolía, pero no me rendía, me
gustaba estar a la vista de él, sabía que estaba super excitado, sus ojos lo delataban. Pero
seguía sin hacer nada.
-¡Ay, ay mi amor! Me duele papi- Le dije con gemidos y gritos.
Me estaba a penas entrando un poco, dilatando un poco mi ano, cuando tempestivamente, él se
levantó de su lugar sin darme yo cuenta, y con gran fuerza y sin decir nada se acercó de un
movimiento detrás de mí, tomó con su mano la parte de abajo del miembro de juguete ¡y de
súbito me lo encajó todo y hasta el fondo!
Yo quedé sin palabras, no pude ni siquiera gritar. Sentí como si me hubieran enterrado una
varilla de metal y me hubiese perforado todas mis entrañas. Cuando finalmente entraron todos
los 20+ centímetros de esa gruesa pieza de plástico, me sacó lágrimas de dolor. Después de
unos instantes y de tanta fuerza aplicada, comencé a llorar de dolor y pidiendo que se detuviera
y me lo sacara. Él, todo lo contrario, lo sacaba un poco y lo volvía a meter con mucha fuerza,
cada vez más violentamente. Como si fuera un asesino y me estuviera apuñalando varias
veces, pero sin sacar el arma. Yo seguía llorando y gritando de dolor, empecé hasta pedir
ayuda a que alguien me rescatara de tanto dolor que sentía.
Después de unos pocos minutos de dolor, lo empecé a disfrutar. Mi ano ya estaba muy dilatado
y esa cosota entraba totalmente y salía sin problema ya. Inclusive noté que tuve una
eyaculación, con mi pene sin estar erecto, cual pensaba a estas alturas ya no podía tener. Ese
líquido transparente salío cuando me dio la primera embestida.
Al estar ya caliente, le empecé a pedir que lo hiciera más rápido y más rápido, él se concentró
ahora en darme placer y escuchar mi voz y lo hacía según mi orden. Lo dejaba adentro hasta el
fondo, lo sacaba un poco, de repente todo y lo metía, luego lo metía un poco y lo movía rico,
cambiaba de ritmos y movimientos para mi entera satisfacción.
Él se desvistió, y quedando desnudo, tiró el gran juguete a un lado, y sin lubricante y a un solo
movimiento me metió su herramienta de carne y hueso. -¡Ni siquiera mi esposa puede con esto,
pero tú sí, me encantas primor!- me decía mientras me nalgeaba y bombeaba dentro de mí. Lo
hacía cada vez más rápido y más duro y rico, cuando estaba a punto de terminar, me pidió que
me arrodillara frente a él, y estando yo ahí me lo metió en la boca terminando dentro de mí, y
mientras explotaba hasta mi garganta, me tomaba toda su leche de macho fuerte, y seguía
metiéndola y sacándola de mi boca, hasta dejarlo seco y pedirme que parara.
Él me ayudó a ponerme de pie, me dio un hermoso beso, no le importó probar el sabor de su
semen. Y mientras buscaba su ropa para vestirse, me dio cuenta que había dejado una mancha
de mi líquido sobre la cama, me dio mucha pena y le pedí que me trajera unas toallas húmedas
para secarme y limpiarme. Mientras iba por eso, recuperé mi ropa y me volví a vestir
escondiendo mis partes pequeñas de hombre. Limpié mis rastros de líquido sobre la cama con
mi misma ropa, esta no se quitaba, estaba muy pegajosa, así que cuando me trajó la toalla sin
que se diera cuenta la terminé de asear.
Cuando me pusé la ropa y él también, me reclamó que se suponía nos ibamos a bañar juntos. A
lo que respondí que en efecto, en eso habíamos quedado, pero tendríamos que dejarlo
pendiente otra vez. Me terminé de arreglar y antes de irme, me dio una cajita de regalo. Me dijo
que lo abriera hasta estar en mi casa.
Nos dimos muchos besos y me fui. Al llegar a mi casa, abrí el regalo, y vi que era un boleto para
un crucero, el mismo que había ganado en aquella noche que nos conocimos. ¿Qué seguirá
para nosotros?

Cuando empecé a sentirme mujer?

SilviCasado (silviacatalana38@outlook.es)

Cuento desde que me casé hasta el dia de hoy, como mi sexualidad a cambiado
completamente, aún con dudas y miedos, pero disfrutando mi vida mi intimidad cada
vez con menos complejos

Mi nombre aquí será Sergio, pues no es mi nombre real, tengo 39 años estoy casado desde
hace 17 años con ...la llamaré Isabel, ella tiene ahora 37 años, debo decir que felizmente
casado con ella, porqué la verdad que nos llevamos muy bien y somos buenos amigos, aunque
con el paso de los años parece que todo ha cambiado de alguna manera, somos distintos a
como nos conocimos creo que ambos sentimos de distintas cosas por lo que hace nuestra
sexualidad a día de hoy.
Vivimos en una casa cerca de la costa catalana, ella natural de Andalucía y yo de Zaragoza,
ella ha sido con la única mujer, persona, con la que he mantenido relaciones, con quien perdí mi
virginidad en casa de sus padres, nos conocimos cuando yo tenía 21 años y ella 19, ella si
había tenido un par de relaciones antes, conocerla fue tocar el cielo para mí.
No tenemos hijos, dado que ambos siempre hemos sabido que no querríamos tener ya que
somos hijos únicos los dos y lo hemos tenido claro ese punto. Durante años, con nuestros más
y nuestros menos como la mayoría de matrimonios supongo, nos ha ido bien, ella es comercial
en seguros y yo trabajo como asesor de empresas.
Isabel es una mujer lista, educada, valiente y trabajadora, autosuficiente y con una voluntad de
hierro, segura de sí misma y pone pasión en todo lo que hace, también en el sexo, siempre ha
sido muy autónoma y a mí eso me encanta de ella, de físico es una mujer bien proporcionada,
morena, ahora lleva media melena , tiene los ojos grandes marrones, piel blanca pero en
verano se le queda un bronceado dorado muy bonito cuando toma el sol, mide 164cm y de peso
entre 58-60 kl creo, hace unos cuantos años que se hace depilación láser en todo el cuerpo, se
cuida algo más que yo, le gusta el Yoga, salir andar, un poco de gim, manos y pies perfectos
siempre, tiene un pecho grande, bonito y usa una 95b, por el contrario, yo soy una persona más
pausada, tímida, que con el tiempo he ganado en confianza, pero cierto que siempre me ha
costado mucho tener una visión de mí en seguridad, conocerme bien …como decir, en términos
sexuales , poco varonil, de siempre me gustaron las mujeres siempre, aun ahora, pero de
alguna manera me resultó violento, incomodo, mucha vergüenza el estar con alguien en plan
íntimo y de joven aún más , en mi desnudez, bien frente a una mujer o bien en espacios con
otros hombres ha sido a menudo una sensación … no sabría definir, pero incómoda y excitante
a la vez para mí. Me considero una persona de buen ver, incluso diría que algo atractivo, me
conservo bien, de complexión normal no muy marcado en músculos, pero conservo bien la
línea, mido 177cm y peso 72kl, castaño, ojos marrones, piel blanca, con poco vello corporal y
francamente si ella me dejara, también me haría laser en todo, noto que mi sexualidad a lo largo
de mi vida ha ido cambiando en diferentes momentos.
Una vez me casé, todo cambió para mí, un nuevo yo con una mujer estupenda y todo parecía ir
de fábula. Al cabo del tiempo por eso, nuestras relaciones se volvieron monótonas, nos
distanciamos tanto en el afecto como en la cama, empecé a sentir ese miedo que de joven
tenia, el hecho de que ella me considerara poco…la veía que pedía más, más cariño, más sexo,
más pasión y a mí me costaba cada vez más satisfacerla, veía como muchas de las veces lo
teníamos que dejar estar, quedándonos mal los dos, eso se prolongó como 3 años o así, y fue
entonces cuando yo, sin saber muy bien porqué, empecé a tener fantasías de ella estando con
otros hombres, eso me hacía sentirme …buff una subida de adrenalina, excitación que con el
paso del tiempo, mis momentos íntimos a solas imaginándola disfrutar con otro hombre pasaron
a ser un poco obsesión, para sentirme capaz, fuerte cuando estábamos juntos al tener sexo,
recurría a ello para estar erecto, ya que de otra forma, me costaba, no siempre era fiable,
algunas veces seguía teniendo episodios de “flojera” por decir algo y la relación, pues no era
fácil por momentos.
Todo andaba más o menos… pasando los días y lidiando cada uno con sus fantasías y/o
necesidades, que de ella bien poco he sabido nunca yo, hasta que pasó, pasó que durante
meses la relación fue muy distante y una noche , viendo que ella mostraba de hacía tiempo,
poco interés por mi sabiendo que era muy fogosa y que siempre tenía ganas, le tomé el móvil
de noche a escondidas, sé que no se hace, pero algo me dijo que no íbamos bien…el hecho fue
que vi en sus chat de wasap una conversación con un hombre , el cual era o es cliente suyo,
con el que hacía meses que se hablaban a diario, madrugada, noche, por la mañana, media
tarde…comentarios, audios, alguna foto, así que empecé a leer desde que se empezaron
hablar y al principio todo por su trabajo, papeles documentación que hacía falta, pero en el
tiempo y por insistencia más de él que de ella, se tornó sexual todas las charlas que se tenían y
aunque no vi o no leí nada que me hizo pensar que habían llegado a quedar o hacer algo real...,
todo lo que se decían y mandaban daba a entender que había mucho deseo entre ellos, hasta
que se lo pillé llevaban haciéndolo unos 7 meses, ya se habían mandado fotos íntimas , él más
que ella, este completamente desnudo en algunas otras posando , ella sin estar nunca desnuda
del todo, pero si en ropa interior y muy insinuantes donde se le podía apreciar todo. Se
mandaban audios de madrugada y se tocaban juntos según las conversaciones, como si lo
estuvieran haciendo de verdad, como hacerlo, donde ...todo tipo de detalles, así como
conversaciones que para mí estaban fuera de lugar, pues eran o creía yo que eran cosas
intimas, como las ganas que ella tenía de sexo y lo insatisfecha que se sentía conmigo, el que
hacía mucho tiempo que tenía fantasías y apetitos que antes no.
Leí todo a escondidas varias noches, hasta que no pude más y se lo dije, fue un desastre, lo
pase muy mal durante tiempo , los dos, pues ella se vino abajo y me pidió perdón, que nunca
había llegado a pasar nada, que solo era un juego una tontería…pero me mató, me sentí mal
como nunca, yo tenía fantasías así de ella sí, pero no pensé que hiciera nunca algo así a
escondidas, la cosa fue que la quería, la quiero e intenté perdonar, cosa no tan fácil, me di
cuenta que hace falta mucho valor y tiempo para ello…pero poco a poco creía ir superando lo
pasado.
Parecía volver la normalidad, intentaba estar bien con ella…pero algo pasó en mi interior, algo
noté distinto con el paso del tiempo, cuando me excitaba, mi mente volaba hacía lugares que
antes jamás pensé, me costaba sentirme cómodo cuando me sucedía pero me fue gustando,
cada vez más, empecé a notar una sensibilidad especial algo que jamás pensé, empecé a
depilarme el cuerpo, primero el pubis luego toda la zona genital y anal, cada vez más y cuando
estaba depilado por completo me sentía genial, solo que a ella no le gustaba que me lo quitara
todo, según ella no me favorecía, no me quedaba bien y está claro que el aspecto no era muy
varonil que digamos, más bien al contrario, pero las sensaciones eran muy fuertes cuando
podía quitármelo todo. De ahí, a un día por curiosidad al principio, le cogí de sus cajones la
lencería y me la ponía, verme con ella puesta, ese fue el máximo exponente en cuanto a
excitación para mi hasta ese momento, no podía contarle algo así…me moría de la vergüenza
de hacerlo, me sentía fatal por hacerlo, pero no podía dejar de usarla a escondidas, muy de vez
en cuando al principio, pero con el tiempo, con más frecuencia y la imaginaba con otros
hombres mientras me miraba y me tocaba con su ropa, deseoso de verla disfrutar.
Empecé a sentirme cada vez más cómodo con eso, realmente disfrutaba de mis momentos a
solas y notaba que era algo que quizás no fuera solo una fantasía, ya que me vi preparando,
planificando esos momentos cada vez más intensos. Cuando por trabajo me encontraba fuera
de casa, hacía lo posible para comprarme ropa para esos momentos, ya que la suya no me
podía llevar, me compraba la ropa que previamente había visto por internet en tiendas de
lencería y cuando llegaba al pueblo o ciudad donde tenía que pasar la noche, iba a comprarlo
“como para regalo”, al poco pasé de lencería a vestidos, peluca, maquillaje, Zapatos altos. Era
una locura, pero una locura que me hacía sentir genial, como nunca me sentí y poco a poco
sentí el deseo …la necesidad, mi cuerpo notaba sensaciones completamente nuevas para mí,
me veía así y me gustaba, me gusta actualmente mucho más así que de hombre, me recreo
cuando puedo hacerlo, en una buena depilación total, perfume, cremas, algunas veces me dejo
un poco de vello en el pubis haciendo dibujos sexys.
En el transcurso de estos años que siento así, no hace falta que diga que miraba muchas cosas
por la red, cosas que me creaban dudas, que me excitaban y otras con las que me identificaba,
todo lo relacionado con Cornudos, Cornudos Bi, Femboy, Sissy, Trap, Trap hormonadas…me
gusta, me veo y me siento así, hasta el punto que empecé a chatear con otros hombres para
saber, conocer que era realmente lo que sentía con ello y lo cierto es que se me abrió un
mundo nuevo de sensaciones donde me sentía perfectamente, aun así intento cumplir en casa,
pero noto que empieza a influirme demasiado todo lo que me pasa y lo que realmente siento y
deseo.
No pienso para nada en este tío en cuestión, con quien estuvo chateando ella, con quien ella
habló, para nada, es una persona que no me merece ningún tipo de atracción, siempre he
pensado que de haber pasado con un desconocido, quizás hubiera reunido el suficiente coraje
como para plantearle algo, pero con alguien como este y encima de nuestro pueblo, ni de coña,
así que mi nuevo yo, tenía que conformarse con mis momentos a solas y fantasear con otros
hombres.
Este otro hombre, al poco tiempo, en mi cabeza pasó a ser mi mejor amigo, amigo de los dos y
aunque de hacer algo así real sé que es muuuy complicado , difícil e imposible, pero me excita
enormemente fantasear que este amigo entrara en nuestra intimidad, como amante de ella y
descubrir poco a poco en la intimidad de los 2 como me siento y lo que deseo de él, hace que la
excitación se multiplique, por la implicación emocional que tendría si a él le llegara a gustar.
Pasé de tocarme como lo había hecho siempre, a excitarme mucho cuando me preparo para
mis momentos a solas, pensar que él me quisiera así, y que ella, pues podría incluso aceptarlo
solo como fantasía pues no seré capaz de decirle nunca eso. Con él me recreo, dejo que entre
en mi mente y en mi cuerpo, me acaricio y hago como si tuviéramos sexo los dos, pienso a
veces en otros hombres también, en situaciones que puedo ser para ellos toda una mujer,
aunque con pito sí, pero eso hace que me siente fabulosamente bien, libre y más segura que
antes. La sensibilidad de mi cuerpo en esos momentos íntimos, hacen que sienta un calor y
dureza en mis pezones, también un cosquilleo por abajo, un calor interno que antes no sentía…
La primera vez que probé de recrear el tener sexo con un hombre, fue estando en casa sola
unos días , ya que ella se bajó a Salou a ver a sus padres, ahí me dejé ir, me había preparado
ya todo y tanto fue el morbo que sentí que después de estar toda una mañana por casa vestida
con su lencería, zapatos, camisones y vestidos, me dio por tocarme el ano en el comedor,
delante de un espejo grande que tenemos apoyado en el suelo, primero usando gel y mis dedos
pero cuando noté que el cuerpo me pedía algo más, fui al cajón suyo de la cama donde cogí los
juguetes que tiene, en frente del espejo me entregué por completo, el clic fue que después de
verme y estar un rato masturbándome el ano con ellos, pegué al suelo el que ventosa y me
senté mientras me miraba de frente en el espejo, con sus zapatos puestos, medias negras,
liguero , sin braguitas y sujetador, noté algo que creo que no se puede describir, tardé poco y
nada en correrme , estando en cuclillas, , viéndome mover arriba y abajo , viendo como ese
pene de goma me hacía retorcerme de placer, eyaculé en el suelo, frente al espejo y sin
tocarme, ese fue el clic que noté en mi interior , en mi cabeza y el cuerpo me dio un vuelco, creo
que después de eso, no he vuelto a ser la misma ya.
Durante tiempo he estado así, llevándolo a escondidas y tomando toda precaución para que mi
mujer, Isabel, no sospechara nada, pero el cuerpo me pedía algo más y pensé mucho, mucho,
a base de ir hablando con otros hombres en todo esto e intentando normalizar lo que siento,
durante tiempo pensé en dar el paso a probar en real si era realmente eso lo que deseaba, si
realmente me siento feliz y a gusto conmigo misma. Muchas noches perdidas mirando
contactos cercanos, en BCN o así, desconocía por completo todo este mundo de los cuernos,
de feminización, sissy , buscaba en contactos donde el punto de feminización estuviera en sus
preferencias, pero me asustaba mucho estar con alguien real…después de mucho mirar y
buscar, encontré a un chico, 34 años vasco, en una página de contactos, scorts en BCN, donde
uno de ellos ponía que iniciaba a CD o Sissy, le di mil vueltas, hasta que mandé un mail al
contacto, contándole mi situación y que quería consejo antes de tomar una decisión así, el me
respondió a los pocos días, diciéndome que estuviera completamente tranquilo ya que era algo
muy habitual y fácil de llevar, solo le pedí ser educado y mucha discreción si al final diera este
paso.
No hace falta decir que el chico se veía guapo y de físico estaba genial, también todo depilado
él, pero muy marcado, un poco más joven que yo …nos mandamos algunos mails donde el me
preguntaba cosas de cómo estaba y como me sentía y que sentía, a lo que me iba diciendo que
debía hacer, pero sin forzarme a nada en ningún momento, el que él se prestara a ello así me
dio mucha tranquilidad y confianza, eso me llevó a que quería si mas no, tener una experiencia
y contarle a alguien real lo que me pasaba pero sin saber a qué llegaría eso, él me hizo estar
tranquila, planifiqué un poco cuando seria la próxima vez que tendría que bajar a Barcelona y se
lo dije, me dio unas pautas para el día de la cita, pero me dejó claro que si me hacia atrás en
algún momento que no habría problema.
Así pues, el día marcado era el 23 de octubre a las 18h de la tarde, la sesión tenía que ser de
1,30h y el coste eran 250€, me daba más seguridad con alguien así, de pago, profesional, que
hacerlo o probar con un desconocido, pues hablando por chat muchas veces encontraba gente
poco educada o con quien no me gustaría tener nada…con él por lo menos me aseguraba que
él sabía de mí, tenía experiencia, se dedicaba a ello. En el último mail que nos mandamos el 18
de octubre él me dijo “ debes traer la ropa que a ti te gusta, que si no tenía él me la podía
prestar, que no la llevara puesta, a parte en una bolsa y venir limpio, como lo solía hacer yo
cuando estaba a solas y también que pensara en un nombre de chica que me gustase, cosa
que no se me había pasado por la cabeza hasta que él lo mencionó”, así que el día 19 de
Octubre por la tarde, en el hotel que estaba, me llené la bañera, me depile toda y me dejé un
triángulo en el pubis de vello muy cortito, el resto del cuerpo depilado, me puse crema
hidratante, un poco de perfume de una muestra que tenía de Chanel en el cuello, muñecas,
pecho, pubis… horas antes de la cita, me duché, me limpié bien por fuera y por dentro a las
17:15 llamé al taxi que me dejó a pocos metros de donde era la dirección que me había dado, lo
pensé hasta último momento de irme de nevo al hotel y pasar de todo, estaba temblando,
nerviosa a más no poder…me dolía esconderle esto a Isabel, pero por otra parte ella hizo en su
momento cosas malas hacia mí y ahora mi cuerpo y mis necesidades me pedían esto desde
hace tiempo, pues ya no podía más, mi cabeza no paraba de insistirme con ello y mi cuerpo
pedía respuestas sentir eso y no haber experimentado. Llamé, 8º 2º, escala A, abrieron y subí
por el ascensor que casi no podía andar de los nervios que tenía, iba normal pero arreglado,
tejanos, camisa americana y botines marrones, cuando salí del ascensor ya vi que una de las
puertas de esa planta era distinta, era más grande y de color negro brillante con una placa
dorada a un lado, donde ponía el nombre grabado de la compañía de contactos donde le había
conocido.
Llamé a la puerta y en seguida me abrió, le reconocí por las fotos que había en la web, moreno
un poco más alto y corpulento que yo, bien vestido, daba la impresión de todo muy discreto y
limpio, se me presentó: buenas tardes pasa por favor, soy Jorge, yo entré, no sabía que hacer
donde ir…madre mía. Tenía la cabeza completamente loca y el cuerpo tembloroso. El piso
parecía muy preparado para la ocasión así que le pregunté si él vivía ahí o era solamente el
lugar de trabajo, y si resulto ser el lugar de trabajo, un piso muy elegante donde se citan ellos y
ellas y que la empresa les proporciona ese espació, así como el mantenimiento y limpieza, me
pareció perfecto, era algo que me tenía preocupado por si era cutre, pero para nada, al
contrario.
Me hizo dejar la bolsa en la mesa del comedor y nos sentamos los dos en un sofá muy grande
negro así como de cuero que había, con una mesita baja enfrente con una cubitera y una
botella de cava ( supuse que en el precio iba eso incluido), el me ofreció una copa otra para él,
me hizo preguntas de cómo había llegado a sentirme así , que estaba experimentando ahora,
que era con lo que más fantaseaba, así que le conté todo esto a él. No me fue nada fácil,
estaba muy nervioso, así que él me iba cortando y me preguntaba cosas concretas, como si
había tenido experiencias, cosas sobre mi mujer, sobre este amigo con quien tanto fantaseo,
cosas así, en un momento dado me pidió si quería ir baño y ponerme lo que había traído, así
que fui me desnudé y me puse el liguero, medias negras, con unas sandalias altas, un conjunto
de tanga pequeñito, fino y algo transparente con el sujetador negro elegante a juego, había
comprado el conjunto en el Women Secret de Ramblas, una peluca morena media melena que
ya tenía de cuando carnaval y me pinte un poco , con una bata negra también de tul
transparente del Women también y volví junto a él, cuando llegué al comedor, le vi a él con solo
unos slips blancos, con el pecho desnudo muy fibrado, me quería morir…que estaba
haciendo??, él no me dejó ni pensar, me hizo pasarme por el comedor delante de él mostrando
y caminando delante de él, me decía que era muy guapa, que lo que sentía era muy normal el
sentir mi sexualidad así que es algo muy bonito , que no tengo porque sentirme mal , al
contrario, que lo disfrutara plenamente.
Me indicó con la mano que me sentara en el sofá junto a él, me preguntó si había tocado a un
hombre alguna vez, le dije que no, se ofreció a que le acariciara el paquete por encima de los
calzoncillos estando el de rodillas a mi lado en el sofá, me preguntaba cosas, me hacía hablar
todo el rato de lo que notaba, lo que sentía, en lo que pensaba y le bajé mientras los
calzoncillos y tenía una polla bastante grande y gorda un poco oscura, muy bonita, tenía el
glande muy grande y descubierto, me preguntó si me gustaba, le dije que sí y se la toqué un
buen rato, él con una mano me tocó a mí por encima de la tanguita primero y luego apartándola
haciendo que me saliera el pene empinado, todo el rato me decía que era muy guapa y que
tenía un cuerpo muy femenino , que le parecía una buena mujer, que me tomaba mi tiempo
para los detalles y eso era lo principal, que me sintiera cómoda cuando estuviera así, que era
muy sexy, que le gustaba mucho, me preguntó si quería probar de chupársela, le dije que sí, él
se puso un condón de sabores, de fresa que tenía en la mesita y yo vi como lo hacía a escasos
centímetros de mi cara, hizo bajarme un poco la espalda en el sofá quedando un poco más
acostada, me la acercó para que se la sujetara completamente erecta y se la empecé a chupar,
un buen rato se lo hice, despacio , tranquila , poco a poco con mis labios y lengua notaba toda
la forma y volumen de su glande, polla, le miraba y parecía que le gustaba, así me lo decía y
mientras él, con dos dedos me pajeaba, me preguntaba si deseaba a mi amigo como a él en
ese momento, le dije que sí, me hizo quitarme la tanguita y separar las piernas un poco
mientras seguía chupándosela, diciéndome lo buena nena que era, vi cómo se ponía un guante
de látex y me tocaba por la zona del ano poniéndome un gel frio, él no paraba de hablarme
como susurros siempre, que me relajara que estuviera tranquila y disfrutara, que me dejara
llevar, notaba como me iba introduciendo los dedos despacio, moviéndolos dentro de mí,
siempre me preguntaba si me sentía cómoda, si me gustaba, la verdad si, se quitó el guante y
cogió de la mesita que había un consolador azul, un vibrador porqué lo enchufó para que lo
viera yo mientras se la chupaba, me preguntó si quería y asentí con la cabeza, le puso un
preservativo y con algo de gel fue metiéndomelo despacio, lo hacía vibrar dentro de mí …te
gustaría que tu mujer estuviera aquí con nosotros ahora? Me pregunto mientras notaba eso
moverse rápido en mi culo, al tiempo de responderle que SI, eyaculé, me vino solo, por el placer
que sentía en esos momentos mientras se la chupaba fuerte, me dijo que eso era lo mejor ,
saber disfrutar con la condición de mujer, entregarme a un macho como él y dejarme llevar, me
encantó, me fui al baño a limpiarme, él se quedó en el sofá, me dijo que me esperaba ahí.
Al llegar a su lado, el completamente desnudo con la polla aun morcillona pero no erecta, me
preguntó si me había gustado, si me había sentido cómoda, le dije que si, al momento me dijo si
quería probar de ir a más y probar de hacerlo con él, que no tenía por qué pasar, pero sí que
me veía que me gustaba y se sentía también cómodo para poder probarlo, así que le dije que
sí, me tomó de la mano y me llevó a una habitación que tenía al lado del baño, con las paredes
todas de espejos, un futón en el suelo, velas y la música puesta bajita así como relajante,
estaba muy nerviosa de nuevo, me hizo tumbarme boca arriba, me quitó casi todo, me dejo los
zapatos de tacon con las medias nada más, se puso a un lado de mí y me dio un masaje con un
aceite por todo el cuerpo por delante hasta llegar a los muslos, me fue frotando y acariciando
todo, cuando me tubo bien bien manoseada, me hizo relajarme aun boca arriba y con las
piernas un poco recogidas, él se sentó delante de mí se puso de nuevo un guante de látex y me
puso un condón en el pene, de esos de sabor a fresa que tenía y me empezó a chupar el pene,
con cuidado porqué se salía un poco el preservativo al estar aun un poco flojito, pero le dije que
me daba mucho placer igualmente, él mientras seguía suavemente y con la mano me
acariciaba el ano y los testículos, me ponía el gel por toda la zona, notaba como él me iba
introduciendo algún dedo mientras yo me dejaba hacer, sin moverme solo sintiéndole ahí a él
hacerme, paró de tocarme el pene me quitó el preservativo y noté ( aún sin mirar yo, con los
ojos cerrados ) como se ponía de rodillas delante de mí, supe que no eran los dedos lo que
notaba ahí abajo, me masturbaba con los dedos mientras metía su polla despacio dentro de mí,
me decía en todo momento lo buena que estaba y lo mucho que le ponía y se lo notaba, pues él
estaba duro duro, eso me hacía sentirme bien, al poco de sentirlo, abrí los ojos y le vi entregado
y disfrutando por la cara que ponía mientras me follaba cada vez más rápido, podía ver cómo
me penetraba, estuvimos un buen rato así, me sentía genial, notaba mucho placer recorrerme el
cuerpo por dentro , por todas partes, sentía cosquillas en las puntas de los pies, él me pidió que
me girara y antes de darme cuenta, se sentó encima de mi culo el desnudo a lo que notaba en
mi espalda lo duro que estaba y empezó a ponerme aceite por todo, lentamente de nuevo del
cuello y bajando hasta mis muslos, no hay que decir que se entretuvo un buen rato en mi culo
que me lo dejó muy aceitoso, estaba fuera de mí no me movía para nada, me había entregado
a él visto que todo era muy calmado y con cariño, me arqueó un poco la espalda para ponerme
una de las almohadas debajo la barriga y que me quedara así en 4 pero con la cara de lado, el
pecho apoyados en el futón y el culo levantado por la almohada, lo veía moverse por el espejo,
me veía a mi tumbado y él encima de mi como me follaba sin parar, me gustó mucho me dio
mucho morbo vernos así, notaba todo, veía todo…jamás pensé que disfrutaría tanto de sentir
así, estábamos los dos muy calientes muy entregados, me hizo poner de pie frente a él, estaba
empalmadísimo con el condón rojo puesto, yo solo un poquito, -tócame : me dijo, yo le toqué le
masturbaba despacio, él también me tocaba,
-me gusta mucho tu pollita, me dijo él , masajeándomela y también los huevos, me los apretaba
yo estaba muy sensible, solo me salió decirle que a mí me gustaba lo suyo mucho, -ven , me
dijo y me pidió que pusiera las dos manos apoyadas en la pared de espejos , me separó un
poco las piernas, ni dije nada, intenté salir del futón con los tacones sin caerme y me puse como
me había dicho, con los tacones ahí de pie con las medias, una se me había bajado un poco
..pero ni me la subí, en una mirada al frente me vi desnuda, excitadísima por la cara q tenía con
el maquillaje, toda depilada y el cuerpo brillante por el aceite que me había puesto, veía el
triangulito que me había dejado en el pubis de vello cortito, completamente acalorada, roja y
algo sudada y vi, como él se ponía detrás de mi sin decir nada , sin mediar palabra y con una
mano me hizo arquearme un poco más la espalda sacando un poco más el culo hacia fuera, -
ábrete, me dijo solo, así que apoyándome con una sola mano en el espejo y la otra en una de
mis nalgas me intenté abrir un poco el culo notando como el despacio me la volvía a meter,
dura a más no poder, en seguida me estaba empujando hasta el fondo, solo veía como el pelo
de la peluca me temblaba a sus empujones así como mi pene se movía en todas direcciones
por sus embestidas y empezaba a soltar un poco de líquido cuando noté como un escalofrío
dentro de mí , vi que se me empinaba y teniendo que poner las dos manos en la pared para
sujetarme y no caer, empecé a correrme manchando el espejo sin dejar que él parara de
follarme, iba saliendo semen a ratos más, a ratos menos, se me quedaba como un hilillo que se
me iba para las medías y zapatos, me lo hacía muy rápido, fuerte, noté un gusto enorme dentro
de mí y me salió un chorro más de semen, me temblaban las piernas y no podía soltar las
manos de la pared de espejo cuando noté que el me follaba con fuerza y con una mano me
cogía el pene para pajearme y me dijo, -Venga putita dámelo todo , yo estaba fuera de mí, noté
muy caliente en mi culo y se salió rápido, se corrió en mis nalgas y espalda, un chorro de
semen caliente y abundante mientras gemía, no sabía bien todo lo que había hecho o pasado
en esas 2h, algo más de tiempo de lo previsto que durara la cita, en seguida me acerco una
toalla pequeña que había doblada en una caja en el suelo y nos fuimos al baño los dos.
En el baño, me hizo quitarme las medias y los zapatos y entrar en la ducha con él, nos
duchamos juntos, yo a él y el a mí, fue un poco rara la situación no contaba con ello, pero
morboso enjabonarlo por todo y él a mí, nos secamos, salimos y nos fuimos al comedor de
nuevo, guarde todo la ropa en la bolsa y nos tomamos el champán que quedaba en la botella
mientras hablamos, me hizo sentirme en todo momento muy cómoda y así se lo dije , me
recomendó que si realmente era así que me sentía a menudo y era algo que notaba que
condicionaba con mi mujer, que se lo contara, que no tenía porqué ir mal o ser malo comentarlo
con ella, no hacía falta decirle que había pasado esto, pero que seguramente notaria que algún
momento tendría que sincerarme con ella, también me comentó que si tomaba la decisión de
volver a tener una experiencia así , que me planteara que fuera con una mujer con la que me
pudiera abrir igual que hice con él, que por el hecho de estar casado, me podría decir mejor o
ayudar en como me sentía con esto en casa. Que a él le tenía para cuando quisiera, que
vigilara mucho en tener relaciones así pues no siempre las personas u otros hombres eran
como él de comprensivos y educados o limpios, que tenía sus riesgos, solo que fuera cauto,
nos despedimos y aún no se como volví al hotel, solo se que al llegar me tuve que tocar otra
vez por todo lo que tenía aún de excitación dentro del cuerpo.
De eso ha pasado ya algún tiempo, reconozco que hecho de menos ese día, pero hasta la
fecha no he vuelto a contactar con él ni con nadie, no he vuelto a tener una experiencia real con
nadie así y en casa, bueno, sigo, seguimos igual, no he sido capaz hasta hoy de contarle o ni
siquiera insinuarle nada a Isabel, aún no sé por dónde empezar.

También podría gustarte