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Expediente: 056-2019

Administrado: Miguel Tasilla Villegas


Escrito: 01
Sumilla: INTERPONGO RECURSO
ADMINISTRATIVO DE APELACIÓN
CONTRA MEDIDA PREVENTIVA EN LA
MODALIDAD DE SUSPENSIÓN
TEMPORAL DEL SERVICIO

JEFE DE LA OFICINA DE INSPECTORÍA DESCENTRALIZADA PNP CAJAMARCA

Miguel Enrique Tasilla Villegas, identificado


con DNI Nº 73306034, domicilio real en el Jr.
Mashcon N° 294 (barrio Mayopata) del
distrito, provincia y departamento de Cajamarca,
con CIP N° 31908252, con número de
contacto telefónico 945547711; ante usted con
el debido respeto me presento y expongo:

I. PETITORIO

De acuerdo a las normas contenidas en el inciso 20 del artículo 2° y los incisos 3, 6 y


14 del artículo 139° de la Constitución Política del Perú, las normas contenidas en
los artículos 29°, 60°, 61°, 63°, 64°, 65°, 66°, 67°, 115°, 116°, 122°, 123°, 140°,
142°, 215°, 216° literal b), 218°, 219°, 222°, 223°, 224°, 246°, 252°, 258° y
artículo I y IV del Título Preliminar del Texto Único Ordenado de Ley de
Procedimiento Administrativo General (Ley N° 27444), modificada por Decreto
Legislativo Nº 1272; así como en mérito a las normas contenidas en el inciso 3, 4, 6
y 10 del artículo 1°, inciso 8 del artículo 52° y 67° de la Ley Nº 30714 (Ley que
regula el Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú), dentro del plazo
legal me dirijo a su Despacho con la finalidad de INTERPONER RECURSO
ADMINISTRATIVO DE APELACIÓN en contra de la Resolución Nº 003-
2019-IGPNP-DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, de fecha 25 de febrero del año
2019, a través de la cual se resolvió DICTAR MEDIDA PREVENTIVA dentro de
proceso administrativo disciplinario, en la modalidad de suspensión temporal del
servicio, por presuntamente haber vulnerado las normas contenidas la Ley que regula
el régimen disciplinario de la Policía Nacional del Perú (Ley N° 30714), relativo a la
imagen Institucional, y cuya infracción que según el anexo III de la referida Ley
configurarían una infracción muy grave del tipo MG-94. Recurso que se interpone
con la finalidad que la resolución materia de impugnación (y demás actuados) sean
remitidos al Tribunal de Disciplina Policial, quien luego de tener a la vista los
actuados la reforme anulándola y varíe mi condición. Todo esto en mérito a los
fundamentos que a continuación se exponen.

II. DEL CONTENIDO Y ESTRUCTURA DE LA RESOLUCIÓN

2.1. Como se puede apreciar del contenido de la Resolución Nº 003-2019-IGPNP-


DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, esta está estructurada o conformada por dos
grandes acápites denominados como parte considerativa y una resolutiva. La primera
está integrada por cinco subdivisiones que han sido enumeradas como primero
(enumeración de elementos recabados hasta ese momento), segundo (elemento
reunidos por la Oficina de Disciplina), tercero (se indica el tipo de infracción
cometida y la sanción por tal ehchos), cuarto y quinto (se consigna algunas normas
del procedimiento administrativo general y de la ley que regula el procedimiento
administrativo disciplinario de la Policía Nacional). En cuanto a la segunda parte,
esta ha sido reservada para indicar a modo de resumen lo que se resuelve.

2.2. Ahora bien, en el primer y segundo considerando se hace mención (los indica y
hace una breve descripción de su contenido) a los elementos que fue capaz de reunir
el órgano de disciplina y que sirvió de fundamento o sustento para imponerme la
medida que ahora se cuestiona, los cuales están referidos a los siguientes: a) Nota
Informativa N° 056-2019-REGPOL-CAJ/CEOPOL; b) Hoja de información
personal PNP; c) Acta de Intervención Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-
UNEME; d) Acta de detención; e) Acta de entrevista del testigo Eduard Leonar
Pereyra Aliaga; f) Acta de constatación de daños materiales del vehículo automotor
de placa de rodaje M4M-373; g) declaración del S2 PNP Carlos Fredy Marín
Abanto; h) declaración del S3 PNP Luis Sánchez Carranza; i) Informe pericial de
dosaje etílico Nº 0022-0006494.

2.3. En lo que respecta a las normas citadas y que han servido de sustento en la
emisión de la resolución cuestionada se tiene que: a) se textualmente las normas
contenidas en los artículo 1° inciso 2, 5°, 80°, 81° y 83° de la Ley 30714 (ley que
regula el procedimiento administrativo disciplinario de la Policía Nacional); b) se
hace referencia a las normas contenidas en el numeral 1.1 del artículo IV (principio
de legalidad) del Texto único y Ordenado de la Ley N° 27444 (Ley de
Procedimiento Administrativo General); y c) por último se hace mención que la
resolución que se emite se hace en respeto a la Constitución (deducimos que debe
tratarse de la Constitución Política del Estado) y la ley.
2.4. En suma, según lo expuesto en la Resolución Nº 003-2019-IGPNP-
DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, de fecha 25 de febrero del año 2019, (y
elementos reunidos hasta aquel entonces como se indica en el primer, segundo y
tercer considerando) en mi condición de S3 PNP, el día 24 de febrero del año 2019,
a horas 23:40 aproximadamente, mientras me encontraba de franco, habría
conducido el vehículo automotor de placa de rodaje M4M-373, marca KIA, modelo
picanto, color negro, carrocería HATCHBACK, de año de fabricación 2017
(modelo 2018), bajo los efectos del alcohol, y habría participado en un accidente de
tránsito (coche con una moto taxi modelo torito, color rojo), mientras me trasladaba
por las inmediaciones de la avenida San Martín de la ciudad de Cajamarca (estación
de servicios “Huacaloma” ubicado en dicha avenida en el inmueble signado con el
N° 1250). Y como consecuencia de este hecho se produjo daños materiales en el
vehículo que conducía.

2.5. Como se podrá apreciar, la resolución materia cuestionamiento (y las


consecuencias que ha generado en mí), han sido emitidas haciendo sin tomar en
cuenta los principios fundamentales que debe tener y seguir todo acto administrativo,
y más si se trata de un acto administrativo de carácter punitivo o que tiene por
finalidad limitar o restringir un derecho fundamental como es el caso de trabajo. Al
respecto como es de público conocimiento el Tribunal Constitucional (máximo
intérprete de la Constitución Política) ha indicado que la motivación del acto
administrativo es una garantía esencial del Estado Constitucional de Derecho.

Se me impone una medida preventiva muy grave con la simple sumatoria y cita
textual de algunas normas contenidas en la Ley que regula el Régimen Disciplinario
de la Policía Nacional del Perú, Procedimiento Administrativo General y algunos
“actos de investigación”, pero sin realizar un análisis e interpretación de cada una, y
es precisamente este aspecto el que será materia de análisis para cuestionar la decisión
adoptada por el órgano de disciplina.

III. DE LAS NORMAS QUE SUSTENTAN LA RESOLUCIÓN IMPUGNADA

Según se aprecia en el contenido del quinto considerando de la Resolución Nº 003-


2019-IGPNP-DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, y teniendo los “primeros
recaudos” y básicamente los siguientes: a) Nota Informativa N° 056-2019-
REGPOL-CAJ/CEOPOL; b) Acta de Intervención Policial Nº 846-2019-
REGPOL/CAJ-UNEME; c) Acta de entrevista del testigo Eduard Leonar Pereyra
Aliaga; d) declaración del S2 PNP Carlos Fredy Marín Abanto; e) declaración del S3
PNP Luis Sánchez Carranza; y f) Informe pericial de dosaje etílico Nº 0022-
0006494; se consideró que la conducta atribuida a mi persona estaría vulnerando las
normas contenidas en la Ley N° 30714 (Ley que regula el régimen disciplinario de la
Policía Nacional del Perú) que regula lo referido a la imagen Institucional, cuyo
tenor literal es el siguiente: “Conducir vehículo motorizado con presencia de alcohol
en la sangre mayor al 0.5 g/l o bajo los efectos de drogas toxicas, estupefacientes,
sustancias psicotrópicas o sintéticas o negarse a pasar dosaje etílico, toxicológico o
examen de orina cuando es intervenido conduciendo con signos de ebriedad o
drogadicción". Con todo ello, los hechos que se me atribuyen configurarían una
infracción muy grave del tipo MG-94, por cuanto atenta a la imagen institucional, y
como consecuencia el procedimiento aplicable sería el procedimiento administrativo
disciplinario sumario contemplado en el artículo 67° de la Ley que regula el régimen
disciplinario de la Policía Nacional del Perú. Y ante ello según lo expresa la
resolución sería pasible de aplicarse la norma contenida en el artículo 79° de aquella
ley que regula la procedencia de la medida de suspensión temporal.

En suma, como se puede apreciar para la emisión de la resolución materia de


cuestionamiento solamente se tomó en cuenta seis elementos “probatorios”
(considerandos como fundamentales o determinantes) que se tuvo a primera mano,
los cuales fueron reunidos momentos posteriores al hecho. Y como lógica
consecuencia de todo esto se procedió a aplicar las normas antes indicadas por
considerar los hechos en un grado de “evidente”. Con todo lo expuesto, el
cuestionamiento de la presente resolución se centrará en análisis de los elementos de
hecho que la sustentan, las normas citas en ella, su falta de análisis y debida
motivación.

IV. FUNDAMENTOS QUE SUSTENTAN EL RECURSO IMPUGNATORIO

4.1. Como se aprecia del contenido de la Resolución Nº 003-2019-IGPNP-


DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, de fecha 25 de febrero del año 2019, se me
está atribuyendo que en mi condición de S3 PNP, he conducido el vehículo
automóvil de placa de rodaje M4M-373 bajo los efectos del alcohol (una proporción
de 1.21 g/l) y como consecuencia de este hecho se ha ocasionado daños materiales.
Y como consecuencia habría vulnerado las normas contempladas en la Ley Nº
30714, afectando con ello la imagen institucional. Ahora bien, como se puede
apreciar de la norma antes citada lo que se sanciona es conducir en estado de
ebriedad un vehículo motorizado sin importar los otros factores tales como los
posibles daños que se puedan derivar. Como es lógico, lo fundamental en este asunto
es determinar si mi persona estuvo o no conduciendo un vehículo motorizado bajo
los efectos del alcohol en la proporción que la norma indica, y que acciones del tipo
inmediato (acciones previas) se hicieron para verificar si lo que se me pretende
imputar ocurrió de la forma indicada. Y es este aspecto es el que será materia de
cuestionamiento a lo largo de los fundamentos que sustentan el presente descargo.

4.2. Como primer punto de este recurso impugnatorio es necesario y fundamental


hacer algunas precisiones entorno a la debida fundamentación, análisis normativo e
interpretación y principios fundamentales.

En primer lugar: Si bien, el procedimiento administrativo sancionador es la


herramienta a través de la cual las entidades de la Administración Pública
determinan la comisión de infracciones e imponen las sanciones correspondientes
(como es el caso de la Policía Nacional de Perú para el caso concreto). Debido a su
naturaleza, aquel procedimiento se regula, no sólo por los principios del
procedimiento administrativo general (contenido en la Ley N° 27444), sino que
tiene sus propios principios como es el caso del contenido en el inciso 9 del artículo
1° de la Ley N° 30714 (principio de tipicidad). Este principio no solo es de los
más importantes sino se erige como pilar central dentro del procedimiento
administrativo sancionador, ya que resulta indispensable para la calificación de
infracciones y la aplicación de sanciones (artículo 230° de la Ley Nº 27444 – Ley
del Procedimiento Administrativo General).

El Principio de Tipicidad, sin lugar a dudas es uno de los más importantes en la


regulación de los procedimientos punitivos. Tanto en el Derecho Penal como en el
Derecho Administrativo Punitivo o Sancionador. La tipicidad es un elemento
fundamental para la identificación de las conductas sancionables. Para definir este
elemento, debemos señalar que la tipicidad consiste en la descripción expresa,
detallada y clara de la conducta infractora y la indicación de la sanción específica
para dicha infracción. Acorde con el Principio de Legalidad, esta descripción de la
conducta sancionable y la mención de la sanción respectiva deben regularse en una
norma con rango de ley. Además, el Principio de Tipicidad obliga a las entidades
públicas a no efectuar interpretaciones extensivas o analógicas de las conductas y de
las sanciones señaladas en la norma (inciso 9 del artículo 1° de la Ley N° 30714),
de tal manera que al calificar una infracción e imponer la sanción correspondiente,
los funcionarios competentes deben ceñirse a la tipificación prevista en la ley y no
extender los efectos de dicha tipificación a conductas que no encajan en la
descripción o aplicar sanciones que no han sido señaladas expresamente en la norma.
La finalidad de que este Principio de Tipicidad se aplique de manera estricta es que
los administrados deben conocer, sin ambigüedades, las conductas que están
prohibidos de realizar y las sanciones a las que se someten en caso cometan una
infracción. Esto genera, por un lado, que se protejan los derechos de los
administrados al permitirles defenderse frente a imputaciones sobre infracciones no
tipificadas o frente a la imposición de sanciones que no están contempladas en la
norma.

La importancia del Principio de Tipicidad es tal que el propio Tribunal


Constitucional ha emitido diversos pronunciamientos en casos que han llegado hasta
su instancia, debido a la vulneración de derechos que sufren los administrados como
consecuencia de la inobservancia del referido Principio por parte de las entidades de
la Administración Pública. Así, por ejemplo, en el Expediente Nº 6301-2006-
PA/TC, el Tribunal señaló lo siguiente con respecto al Principio de Tipicidad y su
vinculación con el de Legalidad: “(…) Principio de legalidad y subprincipio de
taxatividad en el derecho administrativo sancionador 10. El Tribunal Constitucional
ha expresado en reiterada jurisprudencia, que el principio de legalidad consagrado en
el artículo 2º, inciso 24, literal d) de la Constitución, constituye una auténtica
garantía constitucional de los derechos fundamentales de los ciudadanos y un
criterio rector en el ejercicio del poder punitivo del Estado Social y Democrático de
Derecho. Así, este principio no sólo exige que por ley se establezcan los delitos, sino
también que las conductas prohibidas estén claramente delimitadas por la ley,
prohibiéndose la aplicación por analogía y el uso de cláusulas generales e
indeterminadas en la tipificación de las prohibiciones. Asimismo, también se
estableció que los principios de culpabilidad, legalidad, tipicidad, entre otros,
constituyen principios básicos del derecho sancionador, aplicables tanto a nivel penal
como administrativo. 11. También se ha sostenido que no debe identificarse el
principio de legalidad con el principio de tipicidad, pues el primero, se satisface
cuando se cumple con la previsión de las infracciones y sanciones en la ley, mientras
que el segundo, se constituye como la precisa definición de la conducta que la ley
considera como falta, resultando éste el límite que se impone al legislador penal o
administrativo, a efectos de que las prohibiciones que definen sanciones, sean éstas
penales o administrativas, estén redactadas con un nivel de precisión suficiente que
permita comprender sin dificultad lo que se está proscribiendo bajo amenaza de
sanción en una determinada disposición legal. (…)”

En segundo lugar: Como es sabido, la MOTIVACIÓN en el ámbito de la actuación


administrativa consiste en la exposición o manifestación de los fundamentos de
hecho y de derecho de las decisiones de la Administración. Motivar un acto
administrativo (como es el caso de la resolución materia de impugnación) es
reconducir la decisión que en el mismo se contiene a una regla de derecho que
autoriza tal decisión o de cuya aplicación surge. Por ello, motivar un acto obliga a
fijar, en primer término, los hechos de cuya consideración se parte y a incluirlos en el
supuesto de una norma jurídica, y, en segundo lugar, a razonar como tal norma
jurídica impone la resolución que se adopta en la parte dispositiva del acto.

La motivación del acto administrativo es una garantía esencial del Estado


Constitucional de Derecho, pues de ella depende esencialmente la legitimidad de
ejercicio de todo poder, legitimidad de ejercicio que es inexcusable e irrenunciable,
como lo prueba la categórica prohibición constitucional de todo uso arbitrario de
aquel. Por ello, nuestro Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre la
motivación y ha indicado que no es un mero requisito formal del acto
administrativo, sino una garantía de primer orden del ciudadano. No solo es una
elemental cortesía, sino un riguroso requisito del sacrificio de derechos , una garantía
elemental del derecho de defensa incluida en el derecho fundamental a la tutela
judicial efectiva. La exigencia de motivación en los actos administrativos
sancionadores es aún más rigurosa puesto que se trata de actos que limitan
especialmente derechos subjetivos de los administrados.

La motivación de las decisiones administrativas no tiene referente constitucional


directo. No obstante, se trata de un principio constitucional implícito en la
organización del Estado Democrático que se define en los artículos 3º y 43º de la
Constitución, como un tipo de Estado contrario a la idea del poder absoluto o
arbitrario. En el Estado Constitucional Democrático, el poder público está sometido
al Derecho, lo que supone, entre otras cosas, que la actuación de la Administración
deberá dar cuenta de esta sujeción a fin de despejar cualquier sospecha de
arbitrariedad. Para lograr este objetivo, las decisiones de la Administración deben
contener una adecuada motivación, tanto de los hechos como de la interpretación de
las normas o el razonamiento realizado por el funcionario o colegiado, de ser el caso.

Este Tribunal ya ha tenido ocasión de desarrollar un criterio jurisprudencial sobre


algunos de los alcances de la motivación de las decisiones en sede administrativa en
el Expediente N.º 090-2004-AA/TC, al establecer que: “(…) la motivación debe
otorgar seguridad jurídica al administrado y permitir al revisor apreciar la certeza
jurídica de la autoridad que decide el procedimiento; para ello no se debe utilizar las
citas legales abiertas, que sólo hacen referencia a normas en conjunto como
reglamentos o leyes, pero sin concretar qué disposición ampara la argumentación o
análisis de la autoridad (…)”. (Fundamento Jurídico Nº 31).

En esta misma dirección y ya en el plano legal, el artículo 6º, inciso 3º de la Ley N.º
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, dispone que: “(...) no son
admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto”. De otro lado, el numeral 1.2) del artículo IV
del Título Preliminar de la citada Ley establece que forma parte del debido
procedimiento administrativo el derecho del administrado a obtener una decisión
motivada y fundada en derecho. Dicha motivación debe efectuarse en proporción al
contenido y conforme al ordenamiento jurídico, en concordancia con el numeral 4)
del artículo 3.º de la citada ley.

En la precitada Sentencia N.° 090-2004-AA/TC, este Tribunal también ha


expresado que: “(...) el deber de motivar las decisiones administrativas alcanza
especial relevancia cuando en las mismas se contienen sanciones” . En la medida que
una sanción administrativa supone la afectación de derechos, su motivación no sólo
constituye una obligación legal impuesta a la Administración, sino también un
derecho del administrado, a efectos de que éste pueda hacer valer los recursos de
impugnación que la legislación prevea, cuestionando o respondiendo las
imputaciones que deben aparecer con claridad y precisión en el acto administrativo
sancionador. De otro lado, tratándose de un acto de esta naturaleza, la motivación
permite a la Administración poner en evidencia que su actuación no es arbitraria,
sino que está sustentada en la aplicación racional y razonable del derecho y su
sistema de fuentes.

En tercer lugar: El principio de presunción de licitud, establecido en el numeral 9)


del artículo 246° de la Ley de Procedimiento Administrativo General (Ley N°
27444), más conocido como el principio de PRESUNCIÓN DE INOCENCIA,
significa un estado de certeza provisional por la que el imputado adquiere atributos a
ser respetados durante el procedimiento administrativo, tales como la absolución en
caso de insuficiencia probatoria o duda razonable, conocido también como indubio
pro reo. El artículo 139° numeral 11 de la Constitución de 1993, establece como
un principio de la función de la jurisdiccional la aplicación de lo más favorable al
procesado en caso de duda o de conflicto entre leyes penales; ello quiere decir que
nadie puede ser condenado si en un proceso penal no hay prueba suficiente sobre su
responsabilidad penal que destruya la presunción de inocencia.

El principio del indubio pro reo no debe entenderse como un derecho subjetivo,
dado de que si bien tiene connotación constitucional, su finalidad es garantizar el
cabal respeto del derecho fundamental de la libertad individual, bien para resguardar
su plena vigencia, bien para restringirlo de la forma menos gravosa posible, en el
correcto entendido que tal restricción es siempre la excepción y nunca la regla; y en
efecto esto es así, en la medida que el juzgador penal solo debe recurrir a este
principio cuando le es imposible establecer la responsabilidad de la acción típica de
un imputado o en su caso la cabal inocencia de esté, de tal forma que al existir duda
sobre su responsabilidad, deba absolverlo por no destruir la presunción
constitucional de inocencia. Este principio del Indubio pro reo, que al parecer tiene
connotación para el derecho penal, es aplicable también en la esfera de los
procedimientos administrativos disciplinarios, que el Estado sustancia en contra de
servidores y funcionarios públicos; dichos procedimientos regulados por el Derecho
Administrativo, implica que ante "imputaciones de faltas administrativas", la carga
de probar tales cuestionas y su adecuación a la faltas predeterminadas corresponde al
Estado representado por sus Comisiones de Procesos Administrativos (que para el
presente caso es el órgano de disciplina y la oficina de Inspectoría Descentralizada
PNP de Cajamarca), y por la autoridad que tenga el poder de emitir una sanción; sin
embargo, dicho poder o potestad no puede ser ejercido directamente sino luego de
haber realizado la calificación de los hechos materia de investigación administrativa
dentro de un proceso administrativo contra el servidor o funcionario, quien a su vez
tiene derecho al debido procedimiento, y por ende a defenderse realizando la
absolución de cargos y producción de pruebas, incluso tiene el derecho al silencio;
pues como dijimos anteriormente la carga de la prueba corresponde al ESTADO, en
este caso la naturaleza sancionadora de estos procedimientos, no genera que el
silencio del imputado, pueda reputarse como aceptación de los cargos, ni menos
genera presunción relativa de verdad; contrariamente si no se cuenta con elementos
que acrediten en forma contundente la responsabilidad del imputado, es pertinente su
absolución, aplicando el principio del indubio pro administrado (variante del
indubio pro reo, en la esfera administrativa).

4.3. Según se advierte del contenido de la Resolución Nº 003-2019-IGPNP-


DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA los hechos que se me atribuyen se los ha
sometido al procedimiento administrativo disciplinario sumario, según lo prescrito
en la norma contenida en el artículo 67° de la Ley N° 30714 (Ley que regula el
Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú).

Al respecto resulta necesario citar el tenor literal de aquella norma, la misma que
señala: “Los órganos de investigación del sistema disciplinario policial utilizarán el
procedimiento administrativo disciplinario sumario cuando se evidencien casos de
flagrancia o confesión corroborada, para las infracciones muy graves. (…)”

Como podrá notarse para que los órganos de investigación del sistema disciplinario
apliquen el procedimiento sumario es condición necesaria cumplir con dos requisitos
tales como: a) se evidencien casos de flagrancia o b) confesión corroborada.
Como se advierte del tenor literal de dicha norma, para que los órganos de
investigación del sistema disciplinario apliquen el procedimiento sumario (como se
ha dispuesto en el presente caso), es condición necesaria cumplir con dos requisitos
fundamentales tales como: a) se evidencien casos de flagrancia o b) confesión
corroborada.

En el presente caso, los cargos que se me pretenden atribuir consisten en el hecho que
en mi condición de efectivo policial habría estado conduciendo bajo los efectos del
alcohol un vehículo automotor (M4M-373); sin embargo, si cotejamos o revisamos
los elementos probatorios recolectado en su momento por el órgano de disciplina
(denominados así en la Resolución que da inicio al procedimiento administrativo
disciplinario sancionador) nos podemos percatar que no presenta ninguno de los
supuesto necesarios y contemplados por la norma contenida en el artículo 67° de la
Ley N° 30714, esto no se da el supuesto de flagrancia y confesión corroborada. Y
esto es así por cuanto el día que se me “detiene o interviene” no se hace ningún tipo
de averiguación inmediata en el sentido establecer en forma categórica, contundente y
fiable que no había la posibilidad de sindicar a otra persona como autora de los
hechos que ahora se me atribuyen. Lo cual, como ya se expondrá posteriormente, si
pudo llevarse a cabo en ese momento debido a que en el lugar no solo existían más
personas presentes en el lugar que podía dar información relevante.

A) Del supuesto de flagrancia

Según las diversas normas y posiciones sobre la materia son precisos determinar
que debe comprenderse por flagrancia y que elementos son los que lo distinguen.
Es así que la doctrina ha clasificado sus aspectos o notas distintivas en unos de
carácter sustantivo y otros de carácter adjetivo. A) En lo referente a los elementos
sustantivos se tiene que: a) debe existir una inmediatez temporal, esto es, que la
acción se esté desarrollando o acabe de desarrollarse en el momento en que se
sorprende o percibe. b) debe existir inmediatez personal, es decir, que el
intervenido se encuentre en el lugar del hecho en situación o en relación con
aspectos de evento que se le pretende imputar (tales como objetos, instrumento,
pruebas, vestigios materiales), de los cuales se evidencie o deduzca su directa
participación en la ejecución del hecho materia de intervención. B) En lo
referente a los elementos adjetivos se tiene que: a) debe existir percepción directa
y efectiva, es decir, visto directamente o percibido de otro modo tal como
material fílmico o fotográfico (medio audiovisual), y nunca meramente
presuntiva o indiciaria. b) la necesidad urgente de la intervención policial, la cual
debe valorarse siempre en función del principio de proporcionalidad, de tal suerte
que evite intervenciones desmedidas o la lesión desproporcionada de derechos
respecto de los fines que se persiguen.

Por otra parte, si bien la norma contenida en el artículo 67° de la Ley N°


30714, solo describe el término flagrancia como requisito para aplicar el
procedimiento sumario; sin embargo, este concepto tiene variaciones (tal como
ha sido reconocido por diversas normas procesal), tales como la flagrancia en
sentido estricto, la cuasi flagrancia y la flagrancia presunta. Respecto de la
primera variante se da cuando el sujeto es sorprendido y detenido en el momento
de ejecutar el hecho. En lo que corresponde a la cuasi flagrancia se tiene el sujeto
es capturado después de ejecutado el hecho, siempre que no se le haya perdido de
vista y haya sido perseguido desde la realización del hecho. Y por último en la
flagrancia presunta se tiene que la persona es intervenida por la existencia de
datos que permiten intuir su intervención.

En los supuestos de flagrancia se debe tener claridad de la comisión del hecho


imputado y la lógica concluyente de los que se aprecia y observa, incluso a través
de medios audiovisuales, con descarte razonable de alguna duda o información
incompleta que fluye de los actos de investigación provisionales realizados
inmediatamente o con carácter de urgencia y tiempo imprescindible, que es lo
que se denomina como diligencias policiales de intervención.

Como nota adicional debe quedar claro que en el caso de flagrancia presunta
puede presentar ciertas dificultades, ya que en ciertas ocasiones los efectos y
objetos del hecho pueden haber encontrado en un lugar próximo en el que fueron
abandonados por el autor del hecho o haberlos adquirido de éste, lo que podría
dar lugar a otras figuras y no la flagrancia en sentido estricto.

B) Del supuesto de confesión corroborada

En lo que respecta al otro requisito requerido por la norma del artículo 67° de la
Ley N° 30714 denominado como confesión corroborada, se tiene que este
concepto implica que el detenido o intervenido voluntariamente admite los
cargos o imputaciones formuladas en su contra, esto es, relación de los hechos
propios por medio de la cual reconoce su intervención en el hecho. Este
reconocimiento de los hechos por él mismo ha de ser libre (sin presión,
amenazas, violencia, intimidación y/o engaño) y prestado en estado normal de
las facultades psíquicas, debe ser sincera y con ánimo de esclarecer los hechos, de
inmediato y circunstanciada. Agregado a todo esto, este tipo de declaración debe
estar debidamente corroborada con otros actos de investigación, pues solo así se
permitirá alcanzar y plena convicción sobre su certidumbre y verosimilitud, a
partir de un debido respeto a las reglas de la lógica o las máximas de la
experiencia.

En suma, si definimos el término flagrancia, este lleva consigo el significado de


inmediatez y contacto directo con los elementos que den cuenta de los hechos, esto
es, que, por su razón de ser, requiere una acreditación de los hechos por prueba
directa a partir de informaciones categóricas, procedentes del agraviado, de testigos
presenciales o de filmaciones indubitables, que demuestren, sin necesidad de
inferencias complejas, que el detenido fue quien intervino en la comisión del hecho.
De lo elementos recaudados hasta la fecha, y en específico del acta de Intervención
Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-UNEME, el caso en concreto, a mí no se me
encontró manejando ningún tipo de vehículo en sentido estricto, sino que la
intervención fue cuando me encontraba fuera de mí vehículo. Y considerando el caso
que había más personas debió conducirse a la comisaria a todos los allí presentes para
eliminar cualquier duda que pudiera presentarse o practicar todos actos de
investigación o corroboración inmediata en el lugar de los hechos.

Aunado a todo lo expuesto, cuando la norma prescribe que el otro supuesto para
aplicar el procedimiento sumario es el referido a la confesión corroborada, esto queda
descartado por cuanto en primer lugar cuando brindé mi declaración ante personal de
la división de tránsito de la Comisaría Central jamás manifesté que yo había estado
conduciendo el vehículo de placa de rodaje M4M-373 sino por el contrario referí
que a mí se me interviene cuando me encontraba fuera del vehículo y que el
conductora era otra persona de sexo masculino cuyos datos personales responden
Harly Espinoza Guadaña (declaración que estoy seguro ha sido remitida a su
Despacho con el informe elaborado por el personal policial). Así mismo no se ha
corroborado ninguna de mis versiones. En tal sentido, no se comprende cómo es que
se ha optado por aplicar el procedimiento sumario, el cual como se expresa en la
norma contenida en el artículo 67° de la Ley N° 30714, tienes plazos muy cortos de
investigación que obviamente limitan el ejercicio de defensa en el entendido que ya
no hay actos de investigación por realizar debido a lo “evidente del asunto”.
En el presente caso, los cargos que se me pretenden atribuir consisten en el hecho que
en mi condición de efectivo policial habría estado conduciendo bajo los efectos del
alcohol un vehículo automotor; sin embargo, si cotejamos o revisamos los elementos
recaudados en las acciones previas (y que ha sido descrito en el acápite II, párrafo 2.2
del presente recurso impugnatorio), nos percatamos que SOLAMENTE SE DIO
LECTURA al acta de intervención (dando como cierto e irrefutable los datos que
allí aparecen), se lo enlazó con la pericia de dosaje etílico y por último se lo vinculó
con la declaración de los efectivo policiales que elaboraron dicha acta; pero no se la
interpretó como es debido, analizó en conjunto y de menos determinó el aporte real
de cada uno. Los cuales, como luego se expondrá no solo son carentes de
contundencia sino (y, sobre todo) ambiguos u obscuros que lo único que generan es
duda de como ocurrió los hechos.

4.4. La norma contenida en el artículo 50° de la Ley N° 30714 (Ley que regula el
Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú), que regula las disposiciones
generales del procedimiento administrativo disciplinario, prescribe: “Las acciones
previas son diligencias que realizan los órganos de investigación competentes, con la
finalidad de identificar, ubicar y acopiar indicios, evidencias, pruebas y otros que
puedan ser utilizados para el inicio del procedimiento administrativo-disciplinario.
Las acciones previas que pueden realizarse, de acuerdo a los fines del procedimiento
son las siguientes: a) visitas de constatación, b) declaraciones o entrevistas, c)
recopilación de las informaciones que permitan el esclarecimiento de los hechos, d)
verificación documentaria, e) otras que resulten necesarias”

Como puede notarse, la norma antes citada es muy clara y busca en esencia cumplir
una sola finalidad que no es otra la obtención de la verdad, de lo que realmente
aconteció y no llegar a falsas o aparentes conclusiones que podrían perjudicar el
normal desarrollo del procedimiento administrativo.

Como primer aspecto, debemos indicar que según el contenido del acta de
Intervención Policial Nº 846-2019-GEPOL-UNEME-CAJ, de fecha 24 de febrero
del año 2019, elaborada por el S2 PNP Carlos Marín Abanto ha consignado en
forma literal los siguiente: “(…) por disposición de la central 105, nos constituimos
a la Av. San Martín cuadra 12, frontis del grifo Huacaloma para verificar en el lugar
una persona que se encontraba en estado de ebriedad conduciendo un vehículo. Al
respecto personal policial presentes en el lugar antes indicado, nos percatamos que un
vehículo color negro marca kia, modelo pincato, con placa de rodaje M4M-373, se
encontraba a la altura del ingreso al grifo y con fallas mecánicas, ya que minutos
antes habría sufrido un accidente, personal policial logro identificar al conductor
quien dijo llamarse Tasilla Villegas, Miguel Enrique (20), natural de chota, soltero,
quien manifestó ser efectivo policial, S/D/P/V, con domicilio en vía de
evitamiento norte N° 10167, quien se encontraba conduciendo dicho vehículo, con
visibles, síntomas de ebriedad, motivo por el cual fue trasladado, junto con el
vehículo a la comisaría central, sección de tránsito para fines correspondientes. (…)”

Como se puede apreciar del contenido de dicha acta de intervención, esta no solo es
ambigua o poco clara ya que en un primer momento se señala que el vehículo fue
encontrado en una posición determinada (en el ingreso de una estación de servicios),
y según se ha consignado se deduce que este se encontraba estacionado debido a la
falla mecánica que presentaba. Versión que no solo es deducible, sino que es pasible
de corroboración con lo señalado por los efectivos policiales que intervinieron en
aquella oportunidad (S2 PNP Carlos Marín Abanto y S3 PNP Luis Sánchez
Carranza), y los que han manifestado a nivel policial y ante el representante de
Ministerio Público que se vieron en la necesidad superar dicha falla para poder
trasladar el vehículo a la dependencia policial. Así mismo han consignado que el
vehículo habría sufrido un accidente. Sin embargo, debemos preguntarnos como es
que los efectivos policiales llegaron a esa conclusión, sin describir el tipo de accidente
y daños sufridos, también no se ha consignado quien les proporcionó esa
información de vital importancia o es que ellos observaron el lugar y hora exacta en
la que se produjo, o tal vez hubo gente (entre ellos el presunto agraviado) que les
proporcionó toda esa información y que pese a ello no se lo consignó en el acta de
intervención, esto es, no se lo identificó plenamente y menos se los traslado a la
dependencia policial para las investigaciones de ley.

Continuando con la lectura y análisis de los datos consignados en la referida “ acta de


intervención”, está el que luego de describir datos tan genéricos, obscuros y
ambiguos, completan el documento con un dato totalmente contradictorio y peculiar
como es el hecho que el vehículo se encontraba desplazándose por cuanto me
encontraba conduciéndolo.

Se sabe que toda intervención policial se sigue bajo un procedimiento previamente


establecido, y que es de obligatorio cumplimiento por todo el personal policial que
los ejecuta. Es así que, la naturaleza y finalidad de toda acta de intervención es
reproducir o dar cuenta con la mayor fidelidad y detalle posible de todo cuanto
ocurre al momento de la intervención, es decir, es la fotografía del acto que da cuenta
de cómo se desarrollaron los hechos con todas sus peculiares características de tal
suerte que con la solo lectura del acta de pueda responder en forma satisfactoria el
cómo, el dónde, el quien, el cuándo, el porqué de la intervención, de tal suerte que no
quepa la menor duda de cómo ocurrieron los hechos. Incluso, las normas de carácter
procesal y procedimental conceden la posibilidad de registrar cual evento de esta
naturaleza a través del cualquier medio técnico que registre al detalle los sucedido
tales como filmaciones o grabaciones similar naturaleza que sea capaz de informar en
forma indubitable todo los datos de la intervención, algo que según se ha indicado en
el acta de intervención se puedo realizar debido pero no hizo pese a que personal
policial cuenta los medios técnicos tales como patrulleros inteligentes que cuenta con
cámaras que bien pudieron registrar todo al detalle pero lamentablemente no se hizo
y se optó por una no solo mala intervención sino carente de información relevante
para el caso y que puede esclarecer los hechos que ahora se me atribuyen. Otro dato
adicional es el hecho que según se ha registrado en el acta de intervención, dicha
diligencia tuvo una duración que va desde las 23:45 horas del día 24 de febrero del
año 2019 hasta las 00:50 horas del día siguiente; es decir, personal policial que
intervino (y que se supone está capacitado para este tipo de actividades) para detener
a una persona empleó más de una hora y tan solo elaboró un documento tan escueto
y contradictorio.

En segundo lugar, se hace presente que conscientes de las ambigüedades,


inconsistencias y puntos oscuros de suma importancia para el esclarecimiento de los
hechos, personal del órgano de disciplina y el representante del Ministerio Público
citó al personal policial que intervino y elaboró el acta de intervención. Es así que, los
S2 PNP Carlos Marín Abanto y S3 PNP Luis Sánchez Carranza rindieron su
declaración en la sección de tránsito y en el que no solo se aclara unos datos, sino que
confirman las deducciones y conclusiones que ya se ha expuesto como es el caso de
que el carro no pudo estar circulando y menos que yo haya sido el conductor.

En lo que respecta a la versión del S2 PNP Carlos Marín Abanto, si revisamos su


declaración (que será adjuntada en copia simple a modo de ilustración), éste ha
referido entre otras cosas que: a) mi persona descendió del vehículo de placa de
rodaje M4M-373 para explicar mi situación; b) que el referido vehículo intentaba
ingresar al grifo denominado como Huacaloma y con fallas mecánicas en el
neumático delantero lado derecho (ruptura de dicho vehículo); c) que los transeúntes
del lugar le informaron que minutos antes dicho vehículo habría participado en un
accidente de tránsito debido a que al intentar esquivar a una moto torito me habría
chocado con la vereda del grifo, y es así como se ha generado la referida falla
mecánica; d) por pedido de la gente que estaba en el lugar y al saber que yo era
efectivo policial se me intervino y trasladó a la comisaría central; e) que en la
intervención han participado los efectivos policiales S3 PNP Nicanor Morales Heras
y la S2 PNP Zaida Mostacero Zenz, quienes se encargaron de trasladar el vehículo al
dependencia policial pero no dice como lograra es objetivo si el vehículo tenía la
llanta reventada; y f) por último ha indicado que el lugar de la intervención se
encontró en el interior del vehículo a una persona de sexo femenino ocupando el
asiento del copiloto.

-Todos estos datos no solo no han sido consignados en el acta de intervención, sino
que no son creíbles y coherentes ya por ejemplo se señala que yo descendí para
explicar mi situación, lo cual no es verdad ya como he indicado en mi declaración
(que también será anexada) es verdad que me acerqué al patrullero pero jamás
descendí de vehículo intervenido pues yo no era el conductor sino otra persona que
ya indiqué, yo me encontraba fuera del vehículo.

-Tampoco es verdad que el vehículo haya estado ingresado al grifo por cuanto no es
creíble que un vehículo en las condiciones que se encontraba haya podido ser
desplazado, y esto es así por cuanto según aparece de los otros actos de investigación
para trasladar el vehículo a la comisaría central personal policial que intervino en
forma de apoyo se vio en la necesidad de cambiar el neumático. Así es sabido por las
máximas de la experiencia que un vehículo bajo esas condiciones no puede transitar y
es más a si eso hubiera ocurrido debió haber registrado algún tipo de arrastre o huella
que dé cuenta de este incidente o por lo menos haber hechos un aprueba de campo.

Se ha indicado que por solicitud de los transeúntes y personas que se encontraba en


el lugar se me intervino debido a que minutos antes habría tenido o sufrido un
accidente de tránsito, esto quiere decir que a los efectivos policiales no les consta esa
información; sin embargo, en el acta de intervención lo consignan como si esto
hubiese sido visto por ellos, ya que no se indica quien les proporcionó esta
información. Y si esto hubiese sido así, los efectivos policial intervinientes debieron
consignar los datos de los testigos que me han visto manejando, pero se omitió este
información tan necesaria para corroborar lo consignado en el acta de intervención
más aún si también se obvio grabar el incidente de intervención pese a tener las
posibilidades como se expuso. Adicionalmente está el hecho de un presunto choque
en la vereda de la estación de servicios, pero tampoco fue consignada en el acta de
intervención y menos fue corroborada con alguna toma fotográfica ni el acto mismo
de la intervención ni posteriormente ya que se ha sido informado por personal de
tránsito luego de hacer la verificación de las calles aledañas a la estación de servicios
no se pudo constatar algún tipo de daño o vestigio que haga concluir la existencia de
algún tipo de choche.
-En lo que respecta a la solicitud por parte de la gente para que se me intervenga por
el solo hecho de ser efectivo policial, debe quedar claro que la sola solicitud no basta
para intervenir a una persona se debe corroborar lo manifestado en su momento y
consignar los datos del solicitante. Ya que se corre el riesgo de intervenir a una
persona que no corresponde (como es el presente). Es por ello que no se entiende
cómo es que persona que se supone está preparado y capacitado para este tipo de
intervenciones no haga bien su trabajo y solo por el dicho de algunas personas
presentes en el lugar se intervenga a un ciudadano.

-En lo que respecta a la intervención de los dos suboficiales que prestaron apoyo en
parte de la intervención como es el caso del traslado del vehículo, tampoco fueron
consignado en el acta de intervención y menos se los ha citado para rendir
declaración y tampoco tuvieron una participación como corresponde y realmente de
apoyo, ya que bien pudieron grabar el hecho desde que llegaron, recaudar mayor
información, consignar datos de testigos; pero en cambio sí tuvieron el tiempo para
cambiar el neumático y trasladar el vehículo, contaminando la escena de intervención.

-Y por último en lo que respecta al hecho que se haya encontrado una persona de
sexo femenino en el interior del vehículo intervenido, tampoco fue puesta a
disposición, no se le tomo su declaración, no se le pido algún dato pese a que fue
encontraba según se dice en el interior; es más personal que trasladó el vehículo a la
dependencia policial no ha informado que paso con dicha persona, quien se supone
estaba en mejores condiciones para informar sobre la persona que conducía el
vehículo intervenido. En suma, no existe registro de esta persona, tanto así que ni
siquiera fue consignada en el acta de intervención y menos reportada por personal
policial. En conclusión, como se pueda preciar del contenido de los datos
proporcionados por el efectivo policial que intervino, no solo se corrobora graves y
amplias deficiencias en el procedimiento de intervención, sino que su mal desempeño
ha generado confusión y serias complicaciones para mí dado que a la fecha se me ha
separado del mi cargo en forma preventiva. Como se puede apreciar este conjunto de
contradicciones genera duda de como ocurrió realmente las cosas, es decir, que con
todo esto no se puede hablar de un supuesto de evidencia o flagrancia por no haberse
podido determinar en forma categórica mi participación en los hechos que se me
imputan.

-En lo que respecta a las versiones proporcionados por el S3 PNP Luis Miguel
Sánchez Carranza, tiene una concordancia en casi todo lo expuesto por el S2 PNP
Carlos Marín Abanto, esto relata las mismas falencias presentadas y expuestas
anteriormente. Sin embargo, este efectivo policial agrega algo fundamental en el
sentido de indicar que logró entrevistarse con una persona que aseguraba que yo era
el conductor del vehículo de placa de rodaje M4M-373 y que casi lo había
atropellado. No obstante, y pese a tener esta posibilidad de comprobar y tener un
testigo que me sindica en forma directa y contundente como el conductor no fue
entrevistado, no fue consignado en el acta de intervención, no fue trasladado a la
comisaría, en resumen, no se le tomó la importancia de vida o es que acaso jamás
existió esta persona.

En tercer lugar, Otro aspecto a tomar en cuenta es el relativo a la versión


proporcionada por el ciudadano Eduard Leonardo Pereyra Aliaga (trabajador de la
estación de servicios), quien fue entrevistado al día siguiente de la intervención y en la
que según su versión, habría logrado entrevistarse con los efectivos policiales que
intervinieron pero de este hecho no se consignó en el acta de intervención y menos ha
sido relatado o mencionado en sus respectivas declaraciones por el S3 PNP Luis
Miguel Sánchez Carranza y el S2 PNP Carlos Marín Abanto, quienes jamás lo
mencionaron. De igual modo del contenido del acta de entrevista, aparece que el
entrevistado ha manifestado que ha logrado percatarse que un vehículo automóvil
color negro hizo su ingreso al local de la estación de servicios, con una llanta
delantera derecha reventada, conducido por una persona de sexo masculino, quien
vestía una camisa manga corta a cuadros, quien al parecer estaba ebrio y se
encontraba acompañado de una persona de sexo femenino. Así mismo, ha indicado
que junto con el ingresaron dos personas de sexo masculino de dos mototaxis le
indicaron que el automóvil les había chocado y otra persona indicaba que había sido
atropellada y que también se puso a gravar todo lo ocurrido para posteriormente
retirarse del lugar, es así que inmediatamente llegó la policía.

Al respecto es pertinente indicar que como puede ser que una persona que se supone
estaba desempeñándose en su trabajo pudo percatarse de muchos detalles tales como,
el tipo de persona que conducía el vehículo, la persona que acompañaba en el
vehículo, el tipo de ropa que llevaba puesta (que dicho sea de paso fue una
descripción errada pues yo me vestía con una camisa con el diseño de flores y no a
cuadros como ha indicado). Y cómo es posible que el indique que también existía la
presencia de varias personas, entre las que se encontraba una que decía haber sido a
tropellada, si se supone que personal policial estuvo presente y no se percató de todos
estos es incidentes o por lo menos no fueron consignados o mencionados tanto en el
acta de intervención, así como en sus manifestaciones. Aunado a ello está el hecho
curioso, y que no concuerda con todas las versiones recogidas hasta la fecha y
documentos elaborados, el cual está referido al hecho que según esta versión el
vehículo ya había ingresado a la instalaciones de la estación de servicios pero los
efectivos policiales que me intervinieron aseguran en forma categórica que el vehículo
se encontraba trasladándose (conmigo al volante según ellos) e ingresando lentamente
a las instalaciones del grifo y es debido a este incidente y por las características
proporcionadas por la central de emergencia 105 concluyeron que se trataba del
vehículo reportado que deciden intervenirme. Y si esto es así, como es que personal
policial no constató todo lo referido por el surtidor de la estación de servicios y el
resto de persona que se supone estaban presentes en el lugar, es que acaso no lo
creyeron necesario, prudente o es que nunca estuvieron y lo manifestado por el
“testigo” no se ajusta a la verdad y fue inducido a declarar haciendo aseveraciones
que jamás ocurrieron o por lo menos como él los ha detallado. En resumen, como se
puede apreciar existen serias contradicciones entre lo declarado por el presunto
testigo y lo registrado por los efectivos policiales tanto en sus declaraciones y acta de
intervención, que como ya se indicó debería ser el documento idóneo para dar cuenta
de lo ocurrido. Todas estas observaciones se demuestran en los datos proporcionados
por dicho testigo cuando fue citado a rendir declaración en la sección de tránsito de
la Comisaría Central, y ante el representante del Ministerio Público indicó (entre
otras cosas que serán valoradas por su Despacho en su oportunidad con el anexo que
se adjunta) que vio que intervinieron a un joven, pero no sabe si se trataba de
conductor o copiloto del vehículo que ingresó a la estación de servicios. Así mismo
refiere que vio a seis personas y cuatro motos toritos (versión contraria al de la
entrevista primigenia). Y cuando se le pregunta si puede describir las características
del conductor del automóvil, aquél ha manifestado que desconoce quién es el chofer
porque bajaron de carro y no se dio cuenta, y tampoco los puedo ver porque estaba
atendiendo los carros que llegaban al grifo. Es decir, como se puede apreciar a una
nueva versión sobre los hechos.

En cuarto lugar, Se me tomó mi declaración a nivel policial y en todo momento


explique que yo no era el conductor del vehículo de placa de rodaje M4M-373, y
explique yo estaba porque se había reventado el neumático pero quien iba manejando
era mi amigo de nombre Harly Espinoza Guadaña. Así mismo he indicado que el
vehículo estaba estacionado cuando llegó la policía y que mi amigo luego de que se
malograra el neumático descendió de el y fue en busca de ayuda con dirección al
personal de grifo, yo me quedé en el lugar, pero fue del vehículo, y cuando llegó
personal policial me acerqué para indicarles que se me había malogrado parte del
carro y me identifiqué como tal. (Para mayor detalle se adjunta copia simple de mi
acta de declaración que estoy seguro ha sido informado por personal de tránsito en el
informe correspondiente). Así mismo, se cuenta con la declaración de Harly
Espinoza Guadaña (la cual se anexa al presente descargo en copia simple), quien ha
corroborado los hechos que he indicado en mi declaración y diligencia que he
solicitado se lleve a cabo. De igual manera se cuenta con un acta de ocurrencia en el
que se deja constancia la ausencia de cámaras en el lugar de la intervención y que
puedan dar cuenta de lo ocurrido. También se tiene un acta de constatación policial a
través del cual se da cuenta que las zonas aledañas a la estación de servicios, así como
del lugar de la intervención no se ha encontrado ningún vestigio o huella que haga
prever que se ha producido un choque con algún tipo de verada. Documentos que
serán valorados por su Despacho en su momento oportuno.

En quinto lugar, como se podrá apreciar, pese a tener conocimiento y posibilidad de


citar a todas estas personas para que rindan su declaración y puedan brindar mayores
datos sobre cómo ocurrió realmente los hechos que se pretenden atribuirme, no se las
citó o agotó la posibilidad de ubicación en su momento, sino que la apertura del
presente procedimiento administrativo disciplinario sumario se aperturó con los
elementos que se tuvieron a la mano y sin agotar otros medios que puedan
corroborar en forma categórica las conclusiones a las que se ha arribado, y como
consecuencia de esto se dictó la medida disciplinaria que ahora se cuestiona. No
obstante, lo indicado ello no ocurrió con la entrevista del ciudadano Eduard
Leonardo Pereyra Aliaga, a quien se le interrogó al día siguiente y con datos
sumamente cuestionados o dudosos.

Como se apreciar, si bien personal de investigación de la oficina de disciplina de la


Policía Nacional procedió de tal forma que intentó corroborar lo descrito en el acta
de intervención; no obstante, se “olvidó, omitió o no lo creyó necesario” recabar
mayores elementos tales como la existencia de testigos, cámaras de video vigilancia de
las zonas aledañas o de los vehículos policiales (patrulleros), que dicho sea de paso
son del tipo “inteligente” que cuentan con cámaras de grabación, citar a los efectivos
policiales que prestaron el apoyo, y constatar la existencia de daños materiales en la
infraestructura del local de la estación de servicios (presencia de vestigios o rasgos de
choque), elaboración de un dictamen pericial de huella por arrastre de vehículo a fin
de verificar si el vehículo pudo desplazarse con un neumático reventado (el
delantero) y un informe para determinar las causas del porque se pudo causar la
ruptura del referido neumático.

No cuestiono que mi persona estaba con presencia de alcohol en la sangre pero debe
quedar bien en claro que al momento de dar mi declaración ante personal policial de
la dependencia de tránsito de la Comisaría Central de Cajamarca indiqué que yo no
estaba manejando el vehículo de placa de rodaje M4M-373 sino que lo estaba
haciendo un amigo, el mismo que al ver mi estado se ofreció a conducir mi vehículo y
que como ya se ha indicado estuvo presente cuando llegó personal policial pero que
al verlos se retiró del lugar por temor

Con todo lo expuesto, como se podrá notar el órgano de disciplina no cumplió a


cabalidad lo dispuesto en la norma contenida en el artículo 50° de la Ley N° 30714
referida a las acciones previas.

4.5. Es claro que al tener solamente los elementos de convicción antes indicados (acta
de intervención, pericia de dosaje etílico, declaraciones de los que redactaron el acta y
una entrevista de un “testigo”), personal de la oficina de disciplina “CONCLUYÓ”
que se encontraban ante un caso evidente o flagrante y como tal resultaba procedente
aplicar el proceso administrativo disciplinario sumario (conforme lo señala el artículo
67° de la Ley N° 30714); sin embargo, no tomaron en cuenta la posibilidad de
corroborar o comprobar en forma razonable y que no quepa la menor duda de lo
sucedido.

Es así que, si definimos el término flagrancia, este lleva consigo el significado de


inmediatez y contacto directo con los elementos que den cuenta de los hechos, esto
es, que, por su razón de ser, requiere una acreditación de los hechos por prueba
directa a partir de informaciones categóricas, procedentes del agraviado, de testigos
presenciales o de filmaciones indubitables, que demuestren, sin necesidad de
inferencias complejas, que el detenido fue quien intervino en la comisión del hecho.
De lo elementos recaudados hasta la fecha de la emisión de la Resolución Nº 003-
2019-IGPNP-DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, y en específico del acta de
Intervención Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-UNEME, el caso en concreto, a
mí no se me encontró manejando ningún tipo de vehículo en sentido estricto, sino
que la intervención fue por solicitud de otras personas. Y considerando el caso que
había más personas debió conducirse a la comisaria a todos los allí presentes por
cuanto salta a la vista la duda de quién pudo haber estado conduciendo.

Por otra parte, cuando la norma prescribe que el otro supuesto para aplicar el
procedimiento sumario es el referido a la confesión corroborada, esto queda
descartado por cuanto en primer lugar cuando brindé mi declaración jamás manifesté
que yo había estado conduciendo el vehículo de placa de rodaje M4M-373 sino por
el contrario referí que el conductor era una persona de sexo masculino. Así mismo,
no se ha corroborado ninguna de mis versiones teniendo la posibilidad como ya se
expuso. En tal sentido, no se comprende cómo es que se ha optado por aplicar el
procedimiento sumario, el cual como se expresa en la norma contenida en el artículo
67° de la Ley N° 30714, tienes plazos muy cortos de investigación que obviamente
limitan el ejercicio de defensa en el entendido que ya no hay actos de investigación
por realizar debido a lo “evidente del asunto”.

4.6. Por otra parte, si bien existe el informe pericial de dosaje etílico Nº 0022-
0006491, con el que se demuestra que para aquel entonces estuve con presencia de
alcohol en la sangre, sin embargo, se debe tener presente que la conducta que se me
imputa y con la habría infringido la norma que regula la imagen institucional es el
haber conducido un vehículo automotor bajo los efectos del alcohol, lo cual como se
puede apreciar del contenido de los elementos recabados hasta la fecha no está
acredita en su totalidad y en forma categórica o indubitable. Es por ello que con el
solo hecho de haber estado presente en el lugar de los hechos no quiere decir que yo
haya estado conduciendo el vehículo de placa de rodaje M4M-373, es por eso que
precisamente a efectos de no incurrir en error (como es el presente caso) la norma
contenida en el artículo 50° de la Ley N° 30714 (Ley que regula el Régimen
Disciplinario de la Policía Nacional del Perú) tiene por finalidad corroborar y no
dejar lugar a duda del cómo sucedieron los hechos.

El artículo 50° de la Ley N° 30714 prescribe: “(…) Las acciones previas que
pueden realizarse, de acuerdo a los fines del procedimiento son las siguientes: a)
visitas de constatación, b) declaraciones o entrevistas, c) recopilación de las
informaciones que permitan el esclarecimiento de los hechos, d) verificación
documentaria, e) otras que resulten necesarias”

Al respecto, como se puede apreciar personal de la oficina de disciplina PNP


Cajamarca tuvo la posibilidad una gran gama de acciones, y no solamente realizar
visitas de constatación, y las que deberían llevarse a cabo de acuerdo a un tipo de
protocolo o procedimiento torne de objetividad y credibilidad los datos
proporcionados como es el caso del ciudadano Eduard Leonardo Pereyra Aliaga
(surtidor de la estación de servicios); sin embargo, como ya se expuso anteriormente
pese a que se pudo realizar más acciones de este tipo no se las hizo.

En lo que se refiere a la posibilidad de recopilación de las informaciones que


permitan el esclarecimiento de los hechos, esta se debe entender que como bien se
indica se trata de una operación que importe recabar no solo uno o dos datos
posibles sino todo cuanto se posible para justamente aclarar o determinar lo que
realmente sucedió. Lo cual no sucedió en el presente caso.

En lo que se refiere a la verificación documentaria, esta debe entenderse no solo


como el hecho de acumular documentos, informes, tomas fotográficas, declaraciones,
sino que se trata sobre todo de analizar en forma razonada cada uno de los elementos
reunidos, su coherencia, aporte informativo y probabilidad de ocurrencia.

En este sentido, cabe mencionar que la aplicación de una sanción administrativa


constituye la manifestación del ejercicio de la potestad sancionadora de la
administración (como toda postestad); no obstante, en el contexto de un Estado de
derecho, está facultad está condicionada al respeto de la Constitución, los principios
constitucionales y derechos fundamentales. Al respecto, debe resaltarse la
vinculatoriedad de la Administración al irrestricto respeto del derecho al debido
proceso en la prosecución de procedimientos administrativos disciplinarios, y en
consecuencia de los derechos fundamentales procesales y de los principios
constitucionales tales como el de legalidad, razonabilidad, proporcionalidad,
interdicción de la arbitrariedad.

Con todo ello, debe quedar claro que las sanciones administrativas disciplinarias
deben ser impuestas previo procedimiento administrativo, donde se deberá utilizar
todos los medios a fin de descubrir la verdad de los hechos. (Exp. N° 1529-2004-
AA/TC)

Con todo lo expuesto podemos decir que no se puede concluir en forma categórica si
mi persona estuvo conduciendo el vehículo motorizado de placa de rodaje M4M-
373 bajo los efectos del alcohol en la proporción que la norma indica. Y como tal se
cuestiona seriamente la naturaleza de la medida impuesta, así como el procedimiento
que se me ha aplicado (sumario). En tal sentido, solicito se revoque la Resolución Nº
003-2019-IG-PNP-DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, y se me otorgue los
derechos que me corresponden.

V. NATURALEZA DEL AGRAVIO PRODUCIDO

La naturaleza del agravio que me causa la resolución apelada es de carácter laboral ya


que se me está privando de acceder a mi puesto de trabajo, percibir los beneficios que
las leyes me reconocen.

VI. DE LAS NORMAS JURÍDICAS QUE SUSTENTAN EL DESCARGO


Amparo la presente denuncia en los siguientes preceptos normativos.

 CONSTITUCIÓN POLÍTICA DEL PERÚ

Artículo 139°, inciso 3 y 14: “Son principios y derechos de la función


jurisdiccional (…) 3. La observancia del debido proceso y la tutela jurisdiccional.
(…) 14. El principio de no ser privado del derecho de defensa en ningún estado
del proceso. Toda persona será informada inmediatamente y por escrito de la
causa o las razones de su detención.”

 LEY DE PROCEDIMIENTOS ADMINISTRATIVO GENERAL (LEY N°


27444)

Artículo 207, inciso 1 literal b: “Los recursos administrativos son: (…) b)


Recurso de apelación (…)”

Artículo 209º: “El recurso de apelación se interpondrá cuando la impugnación se


sustente en diferente interpretación de las pruebas producidas o cuando se trate
de cuestiones de puro derecho, debiendo dirigirse a la misma autoridad que
expidió el acto que se impugna para que eleve lo actuado al superior jerárquico”

 LEY QUE REGULA EL REGIMEN DISCIPLINARIO DE LA POLICIA


NACIONAL DEL PERU (Ley N° 30714)

Artículo 1°: “(…) 3) Las infracciones son sancionadas con sujeción a los
procedimientos establecidos en la presente norma, respetándose las garantías y
derechos del debido procedimiento. Los administrados gozan de los derechos y
garantías implícitos al debido procedimiento. Tales derechos y garantías
comprenden el derecho a la defensa, los derechos a ser notificados; a acceder al
expediente; a refutar los cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar
alegatos complementarios; a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la
palabra, cuando corresponda; a obtener una decisión motiva y fundada en
derecho, emitida por autoridad competente, y en un plazo razonable; y a
impugnar las decisiones que los afecten. 4) La doble instancia garantiza los
derechos impugnación y de contradicción mediante una estructura jerárquica que
permite la participación de una autoridad independiente, imparcial en la revisión
de un acto disciplinario previo, sea porque los interesados interpusieron recursos
de apelación o proceda la consulta. (…)”

Artículo 50°: “Las acciones previas son diligencias que realizan los órganos de
investigación competentes, con la finalidad de identificar, ubicar y acopiar
indicios, evidencias, pruebas y otros que puedan ser utilizados para el inicio del
procedimiento administrativo-disciplinario. Las acciones previas que pueden
realizarse, de acuerdo a los fines del procedimiento son las siguientes: a) visitas de
constatación, b) declaraciones o entrevistas, c) recopilación de las informaciones
que permitan el esclarecimiento de los hechos, d) verificación documentaria, e)
otras que resulten necesarias”
Artículo 52°: “Son derechos del investigado los siguientes: 1) Conocer los
hechos que se le imputan, la infracción por la que es investigado y la sanción que
le correspondería. 2) Ser asistido por un abogado de su libre elección, cuando lo
considere pertinente. 3) Presentar descargos, documentos y otras pruebas que
considere convenientes. 4) Solicitar, en caso de considerarlo necesario, informe
oral ante el órgano de decisión. 5) Acceder a la información relacionada a su
caso, en cualquier fase del procedimiento administrativo disciplinario,
observando las excepciones de ley. 6) Obtener copias de los documentos,
asumiendo su costo. 7) Ser notificado de la resolución que pone fin al
procedimiento-administrativo disciplinario. 8) Presentar los recursos de
impugnación que establece la ley.”

Artículo 67°: “Los órganos de investigación del sistema disciplinario policial


utilizarán el procedimiento administrativo disciplinario sumario cuando se
evidencien casos de flagrancia o confesión corroborada, para las infracciones muy
graves. (…) Contra la resolución de sanción, el infractor puede interponer
únicamente recurso de apelación ante el Tribunal de Disciplina Policial dentro
del plazo de cinco (5) días hábiles contados desde el día siguiente de notificada la
resolución. (…)”

Artículo 73°: “Las medidas preventivas son disposiciones administrativas de


carácter provisional, que se impone por la presunta comisión de infracciones muy
graves en los casos previstos en la presente ley. (…)”

Artículo 83°: “Las medidas preventivas pueden ser ordenadas por los órganos
disciplinarios competentes siempre que exista presunción razonable de
responsabilidad. (…) Contra la resolución correspondiente, el investigado en el
término de cinco (5) días hábiles puede interponer recurso de apelación ante el
órgano de investigación que dictó la medida preventiva, el cual elevará dentro de
las veinticuatro horas al Tribunal de Disciplina Policial, que resolverá en un
plazo no mayor de cinco (5) días hábiles contados a partir del día siguiente de
haber recibido el recurso. (…)”

VII. MEDIOS PROBATORIOS

7.1. DOCUMENTALES

 Acta de Intervención Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-UNEME.


 Acta de entrevista del testigo Eduard Leonar Pereyra Aliaga.
 Acta de ampliación de declaración del testigo Eduard Leonar Pereyra Aliaga.
 Acta de declaración del S2 PNP Carlos Fredy Marín Abanto.
 Acta de declaración del S3 PNP Luis Sánchez Carranza.
 Acta de declaración del intervenido Miguel Enrique Tasilla Villegas.
 Acta de declaración del testigo Harly Espinoza Guadaña.
 Acta de constatación de daños materiales del vehículo automotor de placa
de rodaje M4M-373.
 Acta de ocurrencia policial de verificación de cámaras de videovigilancia.
 Acta de constatación policial de búsqueda de vestigios de choches en vía
pública.

VIII. ANEXOS
1-A. Copia de mi documento nacional de identidad
1-B. Acta de Intervención Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-UNEME.
1-C. Acta de entrevista del testigo Eduard Leonar Pereyra Aliaga.
1-D. Acta de ampliación de declaración del testigo Eduard Leonar Pereyra Aliaga.
1-E. Acta de declaración del S2 PNP Carlos Fredy Marín Abanto.
1-F. Acta de declaración del S3 PNP Luis Sánchez Carranza.
1-G. Acta de declaración del intervenido Miguel Enrique Tasilla Villegas.
1-H. Acta de declaración del testigo Harly Espinoza Guadaña.
1-I. Acta de constatación de daños materiales del vehículo automotor de placa de
rodaje M4M-373.
1-J. Acta de ocurrencia policial de verificación de cámaras de videovigilancia.
1-K. Acta de constatación policial de búsqueda de vestigios de choches en vía
pública.
1-L Constancia de habilidad de abogado defensor.

PRIMER OTROSI DIGO: Por convenir a mí derecho, a través del presente designo como mi
defensor al abogado César Augusto Martínez Zapana, y señalo como DOMICILIO PROCESAL
en el Jr. Las Petuñas N° 264, del distrito, provincia y departamento de Cajamarca; lugar en el que
se me notificará con todas las providencias y disposiciones que expida su Despacho. Así mismo
señalo como casilla judicial electrónica el N° 86848.

Cajamarca, febrero del año 2019.

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