I. PETITORIO
2.2. Ahora bien, en el primer y segundo considerando se hace mención (los indica y
hace una breve descripción de su contenido) a los elementos que fue capaz de reunir
el órgano de disciplina y que sirvió de fundamento o sustento para imponerme la
medida que ahora se cuestiona, los cuales están referidos a los siguientes: a) Nota
Informativa N° 056-2019-REGPOL-CAJ/CEOPOL; b) Hoja de información
personal PNP; c) Acta de Intervención Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-
UNEME; d) Acta de detención; e) Acta de entrevista del testigo Eduard Leonar
Pereyra Aliaga; f) Acta de constatación de daños materiales del vehículo automotor
de placa de rodaje M4M-373; g) declaración del S2 PNP Carlos Fredy Marín
Abanto; h) declaración del S3 PNP Luis Sánchez Carranza; i) Informe pericial de
dosaje etílico Nº 0022-0006494.
2.3. En lo que respecta a las normas citadas y que han servido de sustento en la
emisión de la resolución cuestionada se tiene que: a) se textualmente las normas
contenidas en los artículo 1° inciso 2, 5°, 80°, 81° y 83° de la Ley 30714 (ley que
regula el procedimiento administrativo disciplinario de la Policía Nacional); b) se
hace referencia a las normas contenidas en el numeral 1.1 del artículo IV (principio
de legalidad) del Texto único y Ordenado de la Ley N° 27444 (Ley de
Procedimiento Administrativo General); y c) por último se hace mención que la
resolución que se emite se hace en respeto a la Constitución (deducimos que debe
tratarse de la Constitución Política del Estado) y la ley.
2.4. En suma, según lo expuesto en la Resolución Nº 003-2019-IGPNP-
DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, de fecha 25 de febrero del año 2019, (y
elementos reunidos hasta aquel entonces como se indica en el primer, segundo y
tercer considerando) en mi condición de S3 PNP, el día 24 de febrero del año 2019,
a horas 23:40 aproximadamente, mientras me encontraba de franco, habría
conducido el vehículo automotor de placa de rodaje M4M-373, marca KIA, modelo
picanto, color negro, carrocería HATCHBACK, de año de fabricación 2017
(modelo 2018), bajo los efectos del alcohol, y habría participado en un accidente de
tránsito (coche con una moto taxi modelo torito, color rojo), mientras me trasladaba
por las inmediaciones de la avenida San Martín de la ciudad de Cajamarca (estación
de servicios “Huacaloma” ubicado en dicha avenida en el inmueble signado con el
N° 1250). Y como consecuencia de este hecho se produjo daños materiales en el
vehículo que conducía.
Se me impone una medida preventiva muy grave con la simple sumatoria y cita
textual de algunas normas contenidas en la Ley que regula el Régimen Disciplinario
de la Policía Nacional del Perú, Procedimiento Administrativo General y algunos
“actos de investigación”, pero sin realizar un análisis e interpretación de cada una, y
es precisamente este aspecto el que será materia de análisis para cuestionar la decisión
adoptada por el órgano de disciplina.
En esta misma dirección y ya en el plano legal, el artículo 6º, inciso 3º de la Ley N.º
27444, Ley del Procedimiento Administrativo General, dispone que: “(...) no son
admisibles como motivación, la exposición de fórmulas generales o vacías de
fundamentación para el caso concreto o aquellas fórmulas que por su oscuridad,
vaguedad, contradicción o insuficiencia no resulten específicamente esclarecedoras
para la motivación del acto”. De otro lado, el numeral 1.2) del artículo IV
del Título Preliminar de la citada Ley establece que forma parte del debido
procedimiento administrativo el derecho del administrado a obtener una decisión
motivada y fundada en derecho. Dicha motivación debe efectuarse en proporción al
contenido y conforme al ordenamiento jurídico, en concordancia con el numeral 4)
del artículo 3.º de la citada ley.
El principio del indubio pro reo no debe entenderse como un derecho subjetivo,
dado de que si bien tiene connotación constitucional, su finalidad es garantizar el
cabal respeto del derecho fundamental de la libertad individual, bien para resguardar
su plena vigencia, bien para restringirlo de la forma menos gravosa posible, en el
correcto entendido que tal restricción es siempre la excepción y nunca la regla; y en
efecto esto es así, en la medida que el juzgador penal solo debe recurrir a este
principio cuando le es imposible establecer la responsabilidad de la acción típica de
un imputado o en su caso la cabal inocencia de esté, de tal forma que al existir duda
sobre su responsabilidad, deba absolverlo por no destruir la presunción
constitucional de inocencia. Este principio del Indubio pro reo, que al parecer tiene
connotación para el derecho penal, es aplicable también en la esfera de los
procedimientos administrativos disciplinarios, que el Estado sustancia en contra de
servidores y funcionarios públicos; dichos procedimientos regulados por el Derecho
Administrativo, implica que ante "imputaciones de faltas administrativas", la carga
de probar tales cuestionas y su adecuación a la faltas predeterminadas corresponde al
Estado representado por sus Comisiones de Procesos Administrativos (que para el
presente caso es el órgano de disciplina y la oficina de Inspectoría Descentralizada
PNP de Cajamarca), y por la autoridad que tenga el poder de emitir una sanción; sin
embargo, dicho poder o potestad no puede ser ejercido directamente sino luego de
haber realizado la calificación de los hechos materia de investigación administrativa
dentro de un proceso administrativo contra el servidor o funcionario, quien a su vez
tiene derecho al debido procedimiento, y por ende a defenderse realizando la
absolución de cargos y producción de pruebas, incluso tiene el derecho al silencio;
pues como dijimos anteriormente la carga de la prueba corresponde al ESTADO, en
este caso la naturaleza sancionadora de estos procedimientos, no genera que el
silencio del imputado, pueda reputarse como aceptación de los cargos, ni menos
genera presunción relativa de verdad; contrariamente si no se cuenta con elementos
que acrediten en forma contundente la responsabilidad del imputado, es pertinente su
absolución, aplicando el principio del indubio pro administrado (variante del
indubio pro reo, en la esfera administrativa).
Al respecto resulta necesario citar el tenor literal de aquella norma, la misma que
señala: “Los órganos de investigación del sistema disciplinario policial utilizarán el
procedimiento administrativo disciplinario sumario cuando se evidencien casos de
flagrancia o confesión corroborada, para las infracciones muy graves. (…)”
Como podrá notarse para que los órganos de investigación del sistema disciplinario
apliquen el procedimiento sumario es condición necesaria cumplir con dos requisitos
tales como: a) se evidencien casos de flagrancia o b) confesión corroborada.
Como se advierte del tenor literal de dicha norma, para que los órganos de
investigación del sistema disciplinario apliquen el procedimiento sumario (como se
ha dispuesto en el presente caso), es condición necesaria cumplir con dos requisitos
fundamentales tales como: a) se evidencien casos de flagrancia o b) confesión
corroborada.
En el presente caso, los cargos que se me pretenden atribuir consisten en el hecho que
en mi condición de efectivo policial habría estado conduciendo bajo los efectos del
alcohol un vehículo automotor (M4M-373); sin embargo, si cotejamos o revisamos
los elementos probatorios recolectado en su momento por el órgano de disciplina
(denominados así en la Resolución que da inicio al procedimiento administrativo
disciplinario sancionador) nos podemos percatar que no presenta ninguno de los
supuesto necesarios y contemplados por la norma contenida en el artículo 67° de la
Ley N° 30714, esto no se da el supuesto de flagrancia y confesión corroborada. Y
esto es así por cuanto el día que se me “detiene o interviene” no se hace ningún tipo
de averiguación inmediata en el sentido establecer en forma categórica, contundente y
fiable que no había la posibilidad de sindicar a otra persona como autora de los
hechos que ahora se me atribuyen. Lo cual, como ya se expondrá posteriormente, si
pudo llevarse a cabo en ese momento debido a que en el lugar no solo existían más
personas presentes en el lugar que podía dar información relevante.
Según las diversas normas y posiciones sobre la materia son precisos determinar
que debe comprenderse por flagrancia y que elementos son los que lo distinguen.
Es así que la doctrina ha clasificado sus aspectos o notas distintivas en unos de
carácter sustantivo y otros de carácter adjetivo. A) En lo referente a los elementos
sustantivos se tiene que: a) debe existir una inmediatez temporal, esto es, que la
acción se esté desarrollando o acabe de desarrollarse en el momento en que se
sorprende o percibe. b) debe existir inmediatez personal, es decir, que el
intervenido se encuentre en el lugar del hecho en situación o en relación con
aspectos de evento que se le pretende imputar (tales como objetos, instrumento,
pruebas, vestigios materiales), de los cuales se evidencie o deduzca su directa
participación en la ejecución del hecho materia de intervención. B) En lo
referente a los elementos adjetivos se tiene que: a) debe existir percepción directa
y efectiva, es decir, visto directamente o percibido de otro modo tal como
material fílmico o fotográfico (medio audiovisual), y nunca meramente
presuntiva o indiciaria. b) la necesidad urgente de la intervención policial, la cual
debe valorarse siempre en función del principio de proporcionalidad, de tal suerte
que evite intervenciones desmedidas o la lesión desproporcionada de derechos
respecto de los fines que se persiguen.
Como nota adicional debe quedar claro que en el caso de flagrancia presunta
puede presentar ciertas dificultades, ya que en ciertas ocasiones los efectos y
objetos del hecho pueden haber encontrado en un lugar próximo en el que fueron
abandonados por el autor del hecho o haberlos adquirido de éste, lo que podría
dar lugar a otras figuras y no la flagrancia en sentido estricto.
En lo que respecta al otro requisito requerido por la norma del artículo 67° de la
Ley N° 30714 denominado como confesión corroborada, se tiene que este
concepto implica que el detenido o intervenido voluntariamente admite los
cargos o imputaciones formuladas en su contra, esto es, relación de los hechos
propios por medio de la cual reconoce su intervención en el hecho. Este
reconocimiento de los hechos por él mismo ha de ser libre (sin presión,
amenazas, violencia, intimidación y/o engaño) y prestado en estado normal de
las facultades psíquicas, debe ser sincera y con ánimo de esclarecer los hechos, de
inmediato y circunstanciada. Agregado a todo esto, este tipo de declaración debe
estar debidamente corroborada con otros actos de investigación, pues solo así se
permitirá alcanzar y plena convicción sobre su certidumbre y verosimilitud, a
partir de un debido respeto a las reglas de la lógica o las máximas de la
experiencia.
Aunado a todo lo expuesto, cuando la norma prescribe que el otro supuesto para
aplicar el procedimiento sumario es el referido a la confesión corroborada, esto queda
descartado por cuanto en primer lugar cuando brindé mi declaración ante personal de
la división de tránsito de la Comisaría Central jamás manifesté que yo había estado
conduciendo el vehículo de placa de rodaje M4M-373 sino por el contrario referí
que a mí se me interviene cuando me encontraba fuera del vehículo y que el
conductora era otra persona de sexo masculino cuyos datos personales responden
Harly Espinoza Guadaña (declaración que estoy seguro ha sido remitida a su
Despacho con el informe elaborado por el personal policial). Así mismo no se ha
corroborado ninguna de mis versiones. En tal sentido, no se comprende cómo es que
se ha optado por aplicar el procedimiento sumario, el cual como se expresa en la
norma contenida en el artículo 67° de la Ley N° 30714, tienes plazos muy cortos de
investigación que obviamente limitan el ejercicio de defensa en el entendido que ya
no hay actos de investigación por realizar debido a lo “evidente del asunto”.
En el presente caso, los cargos que se me pretenden atribuir consisten en el hecho que
en mi condición de efectivo policial habría estado conduciendo bajo los efectos del
alcohol un vehículo automotor; sin embargo, si cotejamos o revisamos los elementos
recaudados en las acciones previas (y que ha sido descrito en el acápite II, párrafo 2.2
del presente recurso impugnatorio), nos percatamos que SOLAMENTE SE DIO
LECTURA al acta de intervención (dando como cierto e irrefutable los datos que
allí aparecen), se lo enlazó con la pericia de dosaje etílico y por último se lo vinculó
con la declaración de los efectivo policiales que elaboraron dicha acta; pero no se la
interpretó como es debido, analizó en conjunto y de menos determinó el aporte real
de cada uno. Los cuales, como luego se expondrá no solo son carentes de
contundencia sino (y, sobre todo) ambiguos u obscuros que lo único que generan es
duda de como ocurrió los hechos.
4.4. La norma contenida en el artículo 50° de la Ley N° 30714 (Ley que regula el
Régimen Disciplinario de la Policía Nacional del Perú), que regula las disposiciones
generales del procedimiento administrativo disciplinario, prescribe: “Las acciones
previas son diligencias que realizan los órganos de investigación competentes, con la
finalidad de identificar, ubicar y acopiar indicios, evidencias, pruebas y otros que
puedan ser utilizados para el inicio del procedimiento administrativo-disciplinario.
Las acciones previas que pueden realizarse, de acuerdo a los fines del procedimiento
son las siguientes: a) visitas de constatación, b) declaraciones o entrevistas, c)
recopilación de las informaciones que permitan el esclarecimiento de los hechos, d)
verificación documentaria, e) otras que resulten necesarias”
Como puede notarse, la norma antes citada es muy clara y busca en esencia cumplir
una sola finalidad que no es otra la obtención de la verdad, de lo que realmente
aconteció y no llegar a falsas o aparentes conclusiones que podrían perjudicar el
normal desarrollo del procedimiento administrativo.
Como primer aspecto, debemos indicar que según el contenido del acta de
Intervención Policial Nº 846-2019-GEPOL-UNEME-CAJ, de fecha 24 de febrero
del año 2019, elaborada por el S2 PNP Carlos Marín Abanto ha consignado en
forma literal los siguiente: “(…) por disposición de la central 105, nos constituimos
a la Av. San Martín cuadra 12, frontis del grifo Huacaloma para verificar en el lugar
una persona que se encontraba en estado de ebriedad conduciendo un vehículo. Al
respecto personal policial presentes en el lugar antes indicado, nos percatamos que un
vehículo color negro marca kia, modelo pincato, con placa de rodaje M4M-373, se
encontraba a la altura del ingreso al grifo y con fallas mecánicas, ya que minutos
antes habría sufrido un accidente, personal policial logro identificar al conductor
quien dijo llamarse Tasilla Villegas, Miguel Enrique (20), natural de chota, soltero,
quien manifestó ser efectivo policial, S/D/P/V, con domicilio en vía de
evitamiento norte N° 10167, quien se encontraba conduciendo dicho vehículo, con
visibles, síntomas de ebriedad, motivo por el cual fue trasladado, junto con el
vehículo a la comisaría central, sección de tránsito para fines correspondientes. (…)”
Como se puede apreciar del contenido de dicha acta de intervención, esta no solo es
ambigua o poco clara ya que en un primer momento se señala que el vehículo fue
encontrado en una posición determinada (en el ingreso de una estación de servicios),
y según se ha consignado se deduce que este se encontraba estacionado debido a la
falla mecánica que presentaba. Versión que no solo es deducible, sino que es pasible
de corroboración con lo señalado por los efectivos policiales que intervinieron en
aquella oportunidad (S2 PNP Carlos Marín Abanto y S3 PNP Luis Sánchez
Carranza), y los que han manifestado a nivel policial y ante el representante de
Ministerio Público que se vieron en la necesidad superar dicha falla para poder
trasladar el vehículo a la dependencia policial. Así mismo han consignado que el
vehículo habría sufrido un accidente. Sin embargo, debemos preguntarnos como es
que los efectivos policiales llegaron a esa conclusión, sin describir el tipo de accidente
y daños sufridos, también no se ha consignado quien les proporcionó esa
información de vital importancia o es que ellos observaron el lugar y hora exacta en
la que se produjo, o tal vez hubo gente (entre ellos el presunto agraviado) que les
proporcionó toda esa información y que pese a ello no se lo consignó en el acta de
intervención, esto es, no se lo identificó plenamente y menos se los traslado a la
dependencia policial para las investigaciones de ley.
-Todos estos datos no solo no han sido consignados en el acta de intervención, sino
que no son creíbles y coherentes ya por ejemplo se señala que yo descendí para
explicar mi situación, lo cual no es verdad ya como he indicado en mi declaración
(que también será anexada) es verdad que me acerqué al patrullero pero jamás
descendí de vehículo intervenido pues yo no era el conductor sino otra persona que
ya indiqué, yo me encontraba fuera del vehículo.
-Tampoco es verdad que el vehículo haya estado ingresado al grifo por cuanto no es
creíble que un vehículo en las condiciones que se encontraba haya podido ser
desplazado, y esto es así por cuanto según aparece de los otros actos de investigación
para trasladar el vehículo a la comisaría central personal policial que intervino en
forma de apoyo se vio en la necesidad de cambiar el neumático. Así es sabido por las
máximas de la experiencia que un vehículo bajo esas condiciones no puede transitar y
es más a si eso hubiera ocurrido debió haber registrado algún tipo de arrastre o huella
que dé cuenta de este incidente o por lo menos haber hechos un aprueba de campo.
-En lo que respecta a la intervención de los dos suboficiales que prestaron apoyo en
parte de la intervención como es el caso del traslado del vehículo, tampoco fueron
consignado en el acta de intervención y menos se los ha citado para rendir
declaración y tampoco tuvieron una participación como corresponde y realmente de
apoyo, ya que bien pudieron grabar el hecho desde que llegaron, recaudar mayor
información, consignar datos de testigos; pero en cambio sí tuvieron el tiempo para
cambiar el neumático y trasladar el vehículo, contaminando la escena de intervención.
-Y por último en lo que respecta al hecho que se haya encontrado una persona de
sexo femenino en el interior del vehículo intervenido, tampoco fue puesta a
disposición, no se le tomo su declaración, no se le pido algún dato pese a que fue
encontraba según se dice en el interior; es más personal que trasladó el vehículo a la
dependencia policial no ha informado que paso con dicha persona, quien se supone
estaba en mejores condiciones para informar sobre la persona que conducía el
vehículo intervenido. En suma, no existe registro de esta persona, tanto así que ni
siquiera fue consignada en el acta de intervención y menos reportada por personal
policial. En conclusión, como se pueda preciar del contenido de los datos
proporcionados por el efectivo policial que intervino, no solo se corrobora graves y
amplias deficiencias en el procedimiento de intervención, sino que su mal desempeño
ha generado confusión y serias complicaciones para mí dado que a la fecha se me ha
separado del mi cargo en forma preventiva. Como se puede apreciar este conjunto de
contradicciones genera duda de como ocurrió realmente las cosas, es decir, que con
todo esto no se puede hablar de un supuesto de evidencia o flagrancia por no haberse
podido determinar en forma categórica mi participación en los hechos que se me
imputan.
-En lo que respecta a las versiones proporcionados por el S3 PNP Luis Miguel
Sánchez Carranza, tiene una concordancia en casi todo lo expuesto por el S2 PNP
Carlos Marín Abanto, esto relata las mismas falencias presentadas y expuestas
anteriormente. Sin embargo, este efectivo policial agrega algo fundamental en el
sentido de indicar que logró entrevistarse con una persona que aseguraba que yo era
el conductor del vehículo de placa de rodaje M4M-373 y que casi lo había
atropellado. No obstante, y pese a tener esta posibilidad de comprobar y tener un
testigo que me sindica en forma directa y contundente como el conductor no fue
entrevistado, no fue consignado en el acta de intervención, no fue trasladado a la
comisaría, en resumen, no se le tomó la importancia de vida o es que acaso jamás
existió esta persona.
Al respecto es pertinente indicar que como puede ser que una persona que se supone
estaba desempeñándose en su trabajo pudo percatarse de muchos detalles tales como,
el tipo de persona que conducía el vehículo, la persona que acompañaba en el
vehículo, el tipo de ropa que llevaba puesta (que dicho sea de paso fue una
descripción errada pues yo me vestía con una camisa con el diseño de flores y no a
cuadros como ha indicado). Y cómo es posible que el indique que también existía la
presencia de varias personas, entre las que se encontraba una que decía haber sido a
tropellada, si se supone que personal policial estuvo presente y no se percató de todos
estos es incidentes o por lo menos no fueron consignados o mencionados tanto en el
acta de intervención, así como en sus manifestaciones. Aunado a ello está el hecho
curioso, y que no concuerda con todas las versiones recogidas hasta la fecha y
documentos elaborados, el cual está referido al hecho que según esta versión el
vehículo ya había ingresado a la instalaciones de la estación de servicios pero los
efectivos policiales que me intervinieron aseguran en forma categórica que el vehículo
se encontraba trasladándose (conmigo al volante según ellos) e ingresando lentamente
a las instalaciones del grifo y es debido a este incidente y por las características
proporcionadas por la central de emergencia 105 concluyeron que se trataba del
vehículo reportado que deciden intervenirme. Y si esto es así, como es que personal
policial no constató todo lo referido por el surtidor de la estación de servicios y el
resto de persona que se supone estaban presentes en el lugar, es que acaso no lo
creyeron necesario, prudente o es que nunca estuvieron y lo manifestado por el
“testigo” no se ajusta a la verdad y fue inducido a declarar haciendo aseveraciones
que jamás ocurrieron o por lo menos como él los ha detallado. En resumen, como se
puede apreciar existen serias contradicciones entre lo declarado por el presunto
testigo y lo registrado por los efectivos policiales tanto en sus declaraciones y acta de
intervención, que como ya se indicó debería ser el documento idóneo para dar cuenta
de lo ocurrido. Todas estas observaciones se demuestran en los datos proporcionados
por dicho testigo cuando fue citado a rendir declaración en la sección de tránsito de
la Comisaría Central, y ante el representante del Ministerio Público indicó (entre
otras cosas que serán valoradas por su Despacho en su oportunidad con el anexo que
se adjunta) que vio que intervinieron a un joven, pero no sabe si se trataba de
conductor o copiloto del vehículo que ingresó a la estación de servicios. Así mismo
refiere que vio a seis personas y cuatro motos toritos (versión contraria al de la
entrevista primigenia). Y cuando se le pregunta si puede describir las características
del conductor del automóvil, aquél ha manifestado que desconoce quién es el chofer
porque bajaron de carro y no se dio cuenta, y tampoco los puedo ver porque estaba
atendiendo los carros que llegaban al grifo. Es decir, como se puede apreciar a una
nueva versión sobre los hechos.
No cuestiono que mi persona estaba con presencia de alcohol en la sangre pero debe
quedar bien en claro que al momento de dar mi declaración ante personal policial de
la dependencia de tránsito de la Comisaría Central de Cajamarca indiqué que yo no
estaba manejando el vehículo de placa de rodaje M4M-373 sino que lo estaba
haciendo un amigo, el mismo que al ver mi estado se ofreció a conducir mi vehículo y
que como ya se ha indicado estuvo presente cuando llegó personal policial pero que
al verlos se retiró del lugar por temor
4.5. Es claro que al tener solamente los elementos de convicción antes indicados (acta
de intervención, pericia de dosaje etílico, declaraciones de los que redactaron el acta y
una entrevista de un “testigo”), personal de la oficina de disciplina “CONCLUYÓ”
que se encontraban ante un caso evidente o flagrante y como tal resultaba procedente
aplicar el proceso administrativo disciplinario sumario (conforme lo señala el artículo
67° de la Ley N° 30714); sin embargo, no tomaron en cuenta la posibilidad de
corroborar o comprobar en forma razonable y que no quepa la menor duda de lo
sucedido.
Por otra parte, cuando la norma prescribe que el otro supuesto para aplicar el
procedimiento sumario es el referido a la confesión corroborada, esto queda
descartado por cuanto en primer lugar cuando brindé mi declaración jamás manifesté
que yo había estado conduciendo el vehículo de placa de rodaje M4M-373 sino por
el contrario referí que el conductor era una persona de sexo masculino. Así mismo,
no se ha corroborado ninguna de mis versiones teniendo la posibilidad como ya se
expuso. En tal sentido, no se comprende cómo es que se ha optado por aplicar el
procedimiento sumario, el cual como se expresa en la norma contenida en el artículo
67° de la Ley N° 30714, tienes plazos muy cortos de investigación que obviamente
limitan el ejercicio de defensa en el entendido que ya no hay actos de investigación
por realizar debido a lo “evidente del asunto”.
4.6. Por otra parte, si bien existe el informe pericial de dosaje etílico Nº 0022-
0006491, con el que se demuestra que para aquel entonces estuve con presencia de
alcohol en la sangre, sin embargo, se debe tener presente que la conducta que se me
imputa y con la habría infringido la norma que regula la imagen institucional es el
haber conducido un vehículo automotor bajo los efectos del alcohol, lo cual como se
puede apreciar del contenido de los elementos recabados hasta la fecha no está
acredita en su totalidad y en forma categórica o indubitable. Es por ello que con el
solo hecho de haber estado presente en el lugar de los hechos no quiere decir que yo
haya estado conduciendo el vehículo de placa de rodaje M4M-373, es por eso que
precisamente a efectos de no incurrir en error (como es el presente caso) la norma
contenida en el artículo 50° de la Ley N° 30714 (Ley que regula el Régimen
Disciplinario de la Policía Nacional del Perú) tiene por finalidad corroborar y no
dejar lugar a duda del cómo sucedieron los hechos.
El artículo 50° de la Ley N° 30714 prescribe: “(…) Las acciones previas que
pueden realizarse, de acuerdo a los fines del procedimiento son las siguientes: a)
visitas de constatación, b) declaraciones o entrevistas, c) recopilación de las
informaciones que permitan el esclarecimiento de los hechos, d) verificación
documentaria, e) otras que resulten necesarias”
Con todo ello, debe quedar claro que las sanciones administrativas disciplinarias
deben ser impuestas previo procedimiento administrativo, donde se deberá utilizar
todos los medios a fin de descubrir la verdad de los hechos. (Exp. N° 1529-2004-
AA/TC)
Con todo lo expuesto podemos decir que no se puede concluir en forma categórica si
mi persona estuvo conduciendo el vehículo motorizado de placa de rodaje M4M-
373 bajo los efectos del alcohol en la proporción que la norma indica. Y como tal se
cuestiona seriamente la naturaleza de la medida impuesta, así como el procedimiento
que se me ha aplicado (sumario). En tal sentido, solicito se revoque la Resolución Nº
003-2019-IG-PNP-DIRINV/OD-PNP-CAJAMARCA, y se me otorgue los
derechos que me corresponden.
Artículo 1°: “(…) 3) Las infracciones son sancionadas con sujeción a los
procedimientos establecidos en la presente norma, respetándose las garantías y
derechos del debido procedimiento. Los administrados gozan de los derechos y
garantías implícitos al debido procedimiento. Tales derechos y garantías
comprenden el derecho a la defensa, los derechos a ser notificados; a acceder al
expediente; a refutar los cargos imputados; a exponer argumentos y a presentar
alegatos complementarios; a ofrecer y a producir pruebas; a solicitar el uso de la
palabra, cuando corresponda; a obtener una decisión motiva y fundada en
derecho, emitida por autoridad competente, y en un plazo razonable; y a
impugnar las decisiones que los afecten. 4) La doble instancia garantiza los
derechos impugnación y de contradicción mediante una estructura jerárquica que
permite la participación de una autoridad independiente, imparcial en la revisión
de un acto disciplinario previo, sea porque los interesados interpusieron recursos
de apelación o proceda la consulta. (…)”
Artículo 50°: “Las acciones previas son diligencias que realizan los órganos de
investigación competentes, con la finalidad de identificar, ubicar y acopiar
indicios, evidencias, pruebas y otros que puedan ser utilizados para el inicio del
procedimiento administrativo-disciplinario. Las acciones previas que pueden
realizarse, de acuerdo a los fines del procedimiento son las siguientes: a) visitas de
constatación, b) declaraciones o entrevistas, c) recopilación de las informaciones
que permitan el esclarecimiento de los hechos, d) verificación documentaria, e)
otras que resulten necesarias”
Artículo 52°: “Son derechos del investigado los siguientes: 1) Conocer los
hechos que se le imputan, la infracción por la que es investigado y la sanción que
le correspondería. 2) Ser asistido por un abogado de su libre elección, cuando lo
considere pertinente. 3) Presentar descargos, documentos y otras pruebas que
considere convenientes. 4) Solicitar, en caso de considerarlo necesario, informe
oral ante el órgano de decisión. 5) Acceder a la información relacionada a su
caso, en cualquier fase del procedimiento administrativo disciplinario,
observando las excepciones de ley. 6) Obtener copias de los documentos,
asumiendo su costo. 7) Ser notificado de la resolución que pone fin al
procedimiento-administrativo disciplinario. 8) Presentar los recursos de
impugnación que establece la ley.”
Artículo 83°: “Las medidas preventivas pueden ser ordenadas por los órganos
disciplinarios competentes siempre que exista presunción razonable de
responsabilidad. (…) Contra la resolución correspondiente, el investigado en el
término de cinco (5) días hábiles puede interponer recurso de apelación ante el
órgano de investigación que dictó la medida preventiva, el cual elevará dentro de
las veinticuatro horas al Tribunal de Disciplina Policial, que resolverá en un
plazo no mayor de cinco (5) días hábiles contados a partir del día siguiente de
haber recibido el recurso. (…)”
7.1. DOCUMENTALES
VIII. ANEXOS
1-A. Copia de mi documento nacional de identidad
1-B. Acta de Intervención Policial Nº 846-2019-REGPOL/CAJ-UNEME.
1-C. Acta de entrevista del testigo Eduard Leonar Pereyra Aliaga.
1-D. Acta de ampliación de declaración del testigo Eduard Leonar Pereyra Aliaga.
1-E. Acta de declaración del S2 PNP Carlos Fredy Marín Abanto.
1-F. Acta de declaración del S3 PNP Luis Sánchez Carranza.
1-G. Acta de declaración del intervenido Miguel Enrique Tasilla Villegas.
1-H. Acta de declaración del testigo Harly Espinoza Guadaña.
1-I. Acta de constatación de daños materiales del vehículo automotor de placa de
rodaje M4M-373.
1-J. Acta de ocurrencia policial de verificación de cámaras de videovigilancia.
1-K. Acta de constatación policial de búsqueda de vestigios de choches en vía
pública.
1-L Constancia de habilidad de abogado defensor.
PRIMER OTROSI DIGO: Por convenir a mí derecho, a través del presente designo como mi
defensor al abogado César Augusto Martínez Zapana, y señalo como DOMICILIO PROCESAL
en el Jr. Las Petuñas N° 264, del distrito, provincia y departamento de Cajamarca; lugar en el que
se me notificará con todas las providencias y disposiciones que expida su Despacho. Así mismo
señalo como casilla judicial electrónica el N° 86848.