Calidad del suelo— En términos generales, se encontró un comportamiento diferente de
la calidad del suelo en cada "granja tipo"; pero el tipo II, tenía valores más altos para la mitad de los indicadores evaluados como CS3 (color, olor y materia orgánica), que lógicamente está relacionado con CS4 (retención de humedad), CS6 (menor riesgo de erosión), CS7 (estructura) y CS10 (actividad microbiana). Esto es importante, porque las propiedades físicas del suelo y el contenido de materia orgánica de los suelos son las variables con mayor contribución a la fertilidad integral, lo que sugiere una condición física y biológica adecuada, que ayuda a la penetración y desarrollo de raíces. Por lo tanto, favorecen el uso de nutrientes y agua en el suelo (Power, 2010, Viana et al., 2014, Bravo et al., 2015, citado por BravoMedina et al., 2017). La estructura y la retención de humedad son favorecidas por la presencia de materia orgánica (Julca et al., 2006). La calidad del suelo tenía valores medios superiores a cinco, aunque prácticamente similares entre sí (6,99, 7,04 y 6,97, para las "granjas tipo I", II y III, respectivamente), por lo que no hubo diferencias estadísticas entre ellas, como se muestra en el cuadro 2 e ilustradas en la figura 1. Estos resultados se explican como una respuesta al hecho de que el cultivo de cacao se desarrolla principalmente bajo un sistema agroforestal, siendo el que más se asemeja a un bosque natural (Maller, 2006). Somarriba (2006), señala que los sistemas agroforestales promueven la conservación y fertilidad de los suelos, además de ser la mejor forma de uso de la tierra en climas tropicales (Lobo et al., 2004) y recomendados para la producción orgánica. Otros autores afirman que la producción orgánica tiene un impacto positivo en la calidad del suelo, en la cantidad de microorganismos (Hole et al., 2005) y puede reducir la erosión del suelo (Arnhold et al., 2014). Larrea (2007) y Araujo et al. (2008), informan de una sostenibilidad parcial en los sistemas agroforestales con cacao utilizando indicadores para el suelo. Salud de los cultivos: era diferente en cada "granja de tipo". El tipo de granja I, tenía valores más altos para la mayoría de los indicadores estudiados, con la excepción de SC3 (incidencia de daños) y SC7 (sistema de gestión), que era mejor para el tipo III y II, respectivamente. Los valores medios eran superiores a cinco, aunque los "tipos de granja" I (6,56) y III (6,28) eran estadísticamente superiores al tipo II (5,76). Sin embargo, todavía hay algunos aspectos que se pueden mejorar realizando algunas actividades culturales que podrían mejorar el rendimiento del cultivo en general, como se muestra en la Figura 1. Por ejemplo, Pria y Camargo (1997), señalan que la poda es una de las formas de controlar muchas enfermedades en el cultivo del cacao. En otros cultivos de los trópicos, como el café, su efecto también se ha demostrado para reducir los niveles de incidencia de óxido (Rafael-Rutte et al., 2014). El desarrollo de prácticas tecnológicas adecuadas y su aplicación por parte del cultivador contribuye a mejorar el rendimiento y la calidad del cacao (PROAMAZON-A, 2003). El potencial del cacao se exhibirá mediante el uso de tecnologías rentables y sostenibles para garantizar el sustento del cultivador ahora y en el futuro (IICA, 2006). CONCLUSION Utilizando el "método agroecológico rápido", las granjas de cacao de Huicungo (San Martín) son sostenibles. El método es relativamente simple y puede usarse especialmente para preliminares Estudios de sostenibilidad de los sistemas de producción agrícola.