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El autor Darío A. López Rodríguez nos trae una crítica al sistema que ha
con los planteamientos que hace el autor en la mayoría de los aspectos presentados en
marginados y los menos afortunados, donde nos expresa que la iglesia ante la
necesidad de ser aceptada en los círculos sociales del lugar se fue aculturando.
Basado en su relato, entiendo que éste suceso ha ocurrido desde que Cristo resucitó
hablando, no necesariamente sigue las enseñanzas que Jesús mismo había planteado
y se convierte en una iglesia totalmente patriarcal donde la mujer, por tomar un ejemplo,
seguía siendo oprimida. Por otra parte, la iglesia que Jesús funda se establece sobre
las bases de defender al oprimido y de ayudar a los menos afortunados, cosa que no
hizo la madre iglesia, tomando como ejemplo la historia de las cruzadas e incluyendo
las colonizaciones que tuvieron bajo su mandato en las que Puerto Rico fue parte,
los movimientos religiosos nacen con ideas nobles y esperanzadoras, sin embargo en
el camino pierden sus perspectivas y dejan de mirar las cosas desde la óptica del reino
cristiano de salvación, lo encajan con las exigencias políticas y culturales del lugar
!
donde se encuentran, quizás con el fin de agradar a las mayorías sin sopesar más lo
El autor Darío López nos dice que ³desde la óptica de Dios y su justicia, sea un
se afilian con partidos políticos e incluso con políticos mismos, en los cuales en
de actitudes que se alejan de los modos que anteriormente utilizaban, los mismos que
de alguna manera les ganaron distingción como hombres de Dios. Lo que nos lleva a
pensar que si los inconversos del mundo se fueran a regir por personas así,
Creo que la respuesta se hace obvia ante la realidad de actual de las denominaciones
eclesiásticas.
Por otra parte, el autor nos presenta el contraste en la época donde los ministros
material (en ocasiones justo al terminar sus estudios), nos damos cuenta que en el
de su denominación. Son muchos los líderes que han olvidado el origen social de sus
o
creencias y sus respectivas denominaciones. Siendo un poco más duros, diríamos que
Jesucristo cuando establece la iglesia. Los movimientos religiosos (en mayoría) nacen
en medio de crisis políticas y sociales, Cristo mismo vino en medio de ello, pero olvidar
debemos dejarlo crecer más. Como cristianos nuestro fin debe ser, en efecto ser una
Los líderes caen en lo que el autor llama un ³Circulo viciosoè a través de sus
mismo. El poder corrompe, en éste caso al ser humano mismo en esencia, pues
Dios desde la misma humildad que Jesús enseñó, sin embargo en ese camino cuando
malas conductas ajenas basadas en el gusto del poder y aunque sigan con su
trasdiversada y manipulada. Aquí como dice el autor el circulo vicioso de burócratas ³no
sueltan los hilos de poderè y tampoco crean un balance de poder con los otros
general.
hacia los ³religiososè, las críticas a quienes han de llamarse ³cristianosè pero viven en
quieren unir a las iglesias. Darío dice que ³la carencia de una reflexión teológica
localesè (pag. 7 ¶3) y precisamente eso nos transporta a pensar en nuestro país, en los
escándalos dentro del contexto eclesial que han surgido, en las personas cuyo afán es
ministerios de música que tanto auge han cogido y que andan en búsqueda de fama
para
del pueblo. Estamos en las iglesias para alimentar o para ser
Cada vez son menos las iglesias que como Jesús salen a caminar las calles y
posiciones y esperando a que lleguen a sus puertas olvidando las palabras de Jesús de
³
è en vez de ³espera aquí y quien entre a tu templo es a quien predicarásè,
porque al fin de cuentas eso es lo que parece basado en sus acciones. Una buena
reflexión teológica de lo que se está haciendo tiene que darse, en aras de buscar una
sociedad que sufre y está perdida. Tiene que surgir esa respuesta del mismo seno de
su vez desarrollar una conciencia de los cambios estructurales que se necesitan para
³diseñar una nueva cara pública de la iglesiaè, con el ánimo común de presentarnos
ante la sociedad doliente con la misma mirada de misericordia y amor que Cristo
autodenominamos cristianos.
todas las iglesias que representan al país, de todos los llamados seguidores de Cristo
para planificar una ³completa restauración del patrón etnocentristaè eclesial que vivimos.
Que como nos dice Darío ³implica recuperar la relación de compañerismoè que
caracterizó los comienzos de los seguidores de Jesús y de esta manera dejar a un lado
los prejuicios que en la mayoría de los casos secuestran a Dios a sus únicos y
López muy bien dice ³Es decir, ganas de hacer mejor las cosas, dejando a un lado
realidad misionera actual, entre otras razones, porque no sabe escuchar a ½todas las
La iglesia tiene que ³sacar la cara por los indefensos del mundoè, los que el
sistema tira como desechos porque ³la vida en el Espíritu demanda amar y defender la
vida de todos los seres humanos como un regalo invalorable del Dios de la vidaè (pag.
9, ¶ 4). Ser llamado cristiano y más aún ser llamado iglesia significa quizás ser ese
>
aposento de descanso para la humanidad, ser ese aposento donde pueden nacer
nuevas ³_
è que impliquen verdadero amor, verdadero compromiso con la esencia
parte del mismo gobierno convirtiéndose entonces en ³una iglesia que incomodaè pues
pueden estar dando a entender que el ³Evangelio de Dios puede ser maquillado,
en ecumenismo religioso para parar la ola de mala fama que todos han adquirido,
seguiremos siendo iglesias para fines propios y no para fines de un reino en común.
Estamos llamados al dialogo, sí a ese mismo dialogo que Jesús enseñó en cada
el que todas las partes sean tomadas en cuenta. Escuchando los diferentes puntos de
vista, corrigiendo los errores con amor, llevando una agenda común en donde se
articulen consensos. Solo así podemos ser ³profetas en nuestra propia tierraè y
enseñarle al mundo, al gobierno y a todas las denominaciones que somos ese Pueblo
porque como cuestión de hecho, ahí no se habla de denominaciones, sino del pueblo
que siguió a Cristo como su salvador y que practicó lo que Él nos dejó establecido. Nos
³ser unoè como Jesucristo y el Padre eran uno (Jn. 17). Terminaría diciendo que la mies